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La estructura del documento sobre el proceso de transformación curricular para la

educación media, contempla los referentes jurídicos que sustentan los fines, los principios
y el enfoque de la transformación curricular, con énfasis en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela como la norma fundamental que nos encuentra a todos y a todas
como nación, la cual estará siendo referenciada a lo largo de todo el documento; las
banderas que representan la expectativa social y los desafíos para garantizar este mandato
popular surgido de la consulta nacional por la calidad educativa; los planteamientos en torno
a la educación media y sus propósitos; los contenidos necesarios que parten desde los
referentes éticos, procesos y temas indispensables, los cuales conforman las finalidades
del currículo, las áreas de formación con sus temas generadores como medios para
garantizar dichas finalidades, las orientaciones que brindamos a cada profesor y cada
profesora para el abordaje metodológico que le permita planificar en función de sus
propósitos pedagógicos en la formación de sus estudiantes, creando las condiciones para
la incorporación y participación de las familias y la comunidad en un proceso de aprendizaje
mutuo y colectivo, así como la utilización de la Colección Bicentenario y la Canaima
Educativa como recurso fundamental y apoyo didáctico en el logro de los procesos de
formación. Asimismo, en el desarrollo del documento se estarán socializando referencias
teóricas de autores y autoras, personas reconocidas en sus luchas por una pedagogía
emancipadora y una sociedad de inclusión, igualdad y justicia social, tanto en el país como
en América Latina, el Caribe y en el mundo.

Se presenta de manera distinta a lo que se estila como documento curricular, con la


intencionalidad de romper con los esquemas impuestos desde el claustro en el mismo
proceso de colonización. No es un documento acabado ya que estará en permanente
revisión, es un documento que intenta conversar con los educadores y las educadoras con
la finalidad de servirles de apoyo permanente y esperamos que sean los mismos profesores
y profesoras quienes lo enriquezcan desde sus prácticas pedagógicas. La participación
protagónica de los autores y las autoras del hecho educativo es en sí misma una nueva
manera de concebir y construir currículo desde la pertinencia y la legitimidad y abre paso a
un proceso de revisión permanente, actualizando y dándole sentido histórico, social y
cultural al currículo, no solo como producto sino como un proceso de transformación
curricular, haciendo énfasis en la práctica educativa, de tal forma que la misma permite
hacer las incorporaciones, modificaciones y reorientaciones pertinentes de manera
permanente en un currículo que se actualiza año tras año a partir de la sistematización,
evaluación y seguimiento de los logros y alcances bajo una supervisión entendida como
orientación y acompañamiento pedagógico.

Por último, es necesario resaltar que para la presentación de los contenidos y orientaciones,
se consideraron fundamentalmente los aportes producidos en las mesas de trabajo
realizadas en los liceos y escuelas técnicas de los 24 estados, los contenidos de los textos
de la Colección Bicentenario a la luz de las necesidades de integración, actualización y
simplificación; aportes de especialistas de las distintas áreas de formación en universidades
del país y las propuestas y sugerencias de docentes tutores, tutoras, facilitadores y
facilitadoras de la Micromisión Simón Rodríguez. Es importante destacar el espíritu
participativo y protagónico de todos y todas, apostando y suscribiendo en su conjunto, lo
impostergable de la transformación curricular y en especial la necesidad de una propuesta
curricular que recoja la dispersión y le de coherencia y cohesión al

currículo de la educación media, nacido desde un proceso de discusión y debate colectivo.


Estamos seguros y confiamos en el compromiso, la buena voluntad y la disposición de cada
profesor y cada profesora para darle vida a la propuesta bajo los principios de sinceridad,
transparencia y profundización.

Desde mediados del siglo XX, la educación estuvo guiada por la racionalidad del “modelo
de objetivos”. Conforme al modelo, las finalidades educativas se descomponen en objetivos
del grado o año de estudio, éstos en áreas, éstas en asignaturas. Las asignaturas tienen
objetivos generales, que se descomponen en objetivos específicos.

La crítica al modelo de objetivos la plantea Stenhouse en dos sentidos. El primero es que


desvirtúa la naturaleza del conocimiento, al presentarlo como un todo acabado que se va
dosificando, y no como un conjunto de explicaciones, teorías y procesos siempre
provisionales, creados por el género humano a través de su historia, para entender y
transformar nuestro mundo. El segundo es que contribuye a la pasividad de todos, tanto
profesores como estudiantes, que ven restringida su curiosidad y capacidad de estudio,
cuando en lugar de retarse con preguntas, aproximaciones, reconstrucciones, dudas, se
reducen a reproductores de fragmentos, incomprensibles sin una visión de totalidad.
El modelo de objetivos se ha ido degradando, produciendo una dinámica absurda en que
el centro de la educación parece que fuera “dar los objetivos”, “pasar una gran cantidad de
objetivos”, en lugar de producir entendimiento, comprensión y desarrollo de las
potencialidades de las y los estudiantes.
El proceso de transformación curricular propone que avancemos hacia otra forma de
educación que rescate la actividad, el estudio, la curiosidad, la creatividad de estudiantes y
docentes. Por eso insistimos en que las claves son sinceridad y profundidad. Sinceridad,
para que la experiencia escolar de nuestras y nuestros adolecentes no sea en el
cumplimiento (ese que conocemos como “cumplo y miento”), en la apariencia, en la
formalidad vacía, sino en el aprendizaje real. Profundidad, que apunta a que estudiemos
más, a que aprendamos más, porque nos empeñamos en hurgar en lo que estudiamos, en
comprenderlo bien, en manejarlo con consistencia.
Transformaciones pedagogicas y curriculares venezolanas politicas y diseños para orientar
el cambio educativo.

Logros y alcances de la politica publica educativa bolivariana.

La Republica Bolivariana de Venezuela vive momenotos de profundas transformaciones,


orientadas a la consolidacion de una sociedad humanista, democratica, protagonica,
participativa, multietnica, pluricultura. Asi mismo establece la educacion integral para todos
y todas como base de la transformacion social, politica y economica, territorial e
internacional. Esta vision de la educacion comenzo a prefigurarse en el inicio del proceso
de revision de las politicas educativas del pais en el año 1999 la cual valoraba y favorecia
los valores propios del sistema capitalista, el individualismo, el egoismo, la intolerancia, el
consumismo y la competencia feroz, promoviendo la privatizacion de la educacion con el
consecuente aumento de los niveles de exclusion social, se desconocia el derecho a la
educacion de los pueblos indigenas y las comunidades en condiciones vulnerables al
mismo tiempo se evidencio un curriculum no contextualizado, asignado por el paradigma
cognitivista. Por todas estas razones el estado venezolano diseño e implemento politicas
educativas para dar respuestas al nuevo modelo, con el fin de alcanzar estos propositos

se generaron dos grandes estrategias. Los proyectos bandera (Simoncitos, Escuelas


Bolivarianas, Liceos Bolivarianos, Escuelas Tecnicas Robinsonianas y Educacion
Intercultural Bilingue) y las misiones como medio para garantizar la inclusion de todos los
grupos sociales.

Sobre esta base se establecen cuatro pilares fundamentales.

-Aprender a convivir y participar: la participacion del pueblo en la formacion y ejecucion de


la gestion publica.

-Aprender a valorar: significa tomar conciencia de las acciones, transformando la escala de


los valores capitalistas por una centrada al ser humano.

-Aprender a reflexionar: implica dirigir acciones para formar un nuevo republicano con
sentido critico y reflexivo, participativo.

El nuevo curriculo nacional bolivariano se constituye en una guia con lineas orientadas que
dan coherencia y pertinencia al proceso educativo a partir de objetivos formativos que
permitiran formar al ser humano y acabar con la estructura rigida del modelo educativo
tradicional, el de las asignaturas compartidas y promover el saber holistico, el intercambio
de experiencias y una vision compleja de la realidad que permita a todos los involucrados
en el proceso educativo a valorar otras alternativas del aprendizaje.

Educación

Las misiones educativas como Robinson (alfabetización y primaria), Ribas (bachillerato)


y Sucre (universitaria) constituyeron el gran sueño del Comandante Hugo Chávez. Durante
su gestión se asignó más del 6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) a la educación.
El 28 de octubre de 2005, la Unesco declaró a Venezuela como “Territorio Libre de
Analfabetismo”.

El organismo internacional reconoció que la primera misión educativa creada en ese país,
la Misión Robinson, fue fundamental para alfabetizar a 1.482.000 ciudadanos, en su
mayoría de la tercera edad, y que hasta entonces no habían tenido acceso a una educación
pública y gratuita.

"Al declararse territorio libre de analfabetismo, Venezuela está realizando su más relevante
contribución en nuestra marcha común hacia la educación para todos. Los logros
alcanzados por la Misión Robinson no habría sido posible de no contar con la voluntad
política y el apoyo al más alto nivel, y en cuanto a eso el presidente Hugo Chávez Frías
merece una calurosa felicitación", fue el mensaje expresado por la Unesco.

La Misión Robinson se formalizó en el año 2003 como un programa de alfabetización


masiva que alcanzó a los sectores de la población tradicionalmente excluidos: los pobres,
los indígenas, los privados de libertad y las personas con discapacidad.

La educación universitaria dejó de ser un privilegio de pocos para ser un derecho de todos
los venezolanos. Desde el triunfo de la Revolución Bolivariana se han creado 42
universidades. Es así que el 2014 cerró con unos 200 mil egresados sistema de educación
superior de Venezuela.

Antes de 1999 sólo podían acceder a la educación superior unos 700 mil jóvenes. Con la
llegada de la Revolución Bolivariana la matrícula su ubicó en más de 2 millones de
estudiantes. Se logró la disminución de los bachilleres sin cupos, que antes de 1999 alcanzó
la cifra de más de 500 mil jóvenes.

Venezuela se ubicó como el quinto país en el mundo y el segundo en América Latina con
la mayor matrícula universitaria, según datos de la Organización de las Naciones Unidas
para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
La políticas de inclusión impulsadas por la Revolución permitió que la educación superior
dejara de ser un negocio y creó nuevos centros como la Universidad Nacional Experimental
Politécnica de la Fuerza Armada Bolivariana (Unefa), la Universidad Nacional Experimental
de las Artes (Unearte) y la Universidad Nacional de la Seguridad (UNES).

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