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comunicación.
Mtro. Luis Adrián Aldrete Quiñones
Conviene especificar ahora las características de los marcos teóricos básicos con los que
se aborda a la familia cuando se trabaja terapéuticamente desde la perspectiva
sistémica. Botella L. y Vilaregut A. en su artículo “La perspectiva sistémica en terapia
familiar: Conceptos básicos, investigación y evolución” (s. f.), señalan que en general, las
distintas escuelas de terapia familiar sistémica se apoyan en una epistemología rica,
aunque no siempre homogénea debido a que algunos de sus conceptos básicos
provienen de ámbitos relativamente independientes. Tanto Botella L. y Vilaregut A. hacen
una síntesis de las bases teóricas en las cuales se fundamentan las escuelas de terapia
familiar con orientación sistémica señalando que ésta epistemología se nutrió
inicialmente de tres fuentes:
A estas tres fuentes se han ido agregando importantes aportaciones, como los
conceptos evolutivos y estructurales de Salvador Minuchin en 1974. Ahora bien, cabe
señalar que es muy probable que el resultado del conjunto de estas aportaciones teóricas
aplicadas a la psicoterapia familiar, si bien no representan actualmente las más
novedosas propuestas del desarrollo del enfoque sistémico familiar, si es posible que
constituyan en la actualidad uno de los pilares más importantes de este enfoque
terapéutico que, para muchos terapeutas familiares representen los referentes y marcos
teóricos básicos y puntos claves a considerar en el trabajo familiar con orientación
sistémica.
No obstante, hay que señalar que actualmente hay múltiples derivaciones y ricas
aportaciones novedosas dentro del campo de la terapia familiar sistémica que se
desprenden de los enfoques modernos, postmodernos, constructivistas y
construccionistas, etc. Pero, para los fines de este estudio, cuando se hable de
tratamiento familiar sistémico, se estará haciendo referencia a aquel abordaje familiar
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cuyo marco teórico y técnico tome como base y se desprenda de los puntos antes
mencionados. Es decir, de La teoría general de sistemas de Bertalanffy, de la cibernética
de Wienner N, especificando que no se pretende permanecer en la primera cibernética,
en donde la homeostasis, -como proceso autocorrectivo- era el concepto predominante,
sino que más bien se pretende estar en la “segunda cibernética”, considerando al grupo
familiar como lo percibió Maruyama en 1963, cuando señaló que todo sistema viviente
depende para su supervivencia de dos procesos: "morfostasis" y "morfogénesis", en
donde el primero se refiere al mantenimiento de la constancia de un sistema a través de
mecanismos de retroalimentación negativa y el segundo, por el contrario, a la desviación,
variabilidad del sistema a través de mecanismos de retroalimentación positiva (Jutoran,
1994). De esta forma, en este estudio, en lo referente al abordaje sistémico se toma el
enfoque estructural de Salvador Minuchin y la teoría de la comunicación de Paul
Watzlawick, Beavin, y Jackson D. Estos puntos se explican con más detalle a
continuación.
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en que se encuentre, y esto no tiene una naturaleza aleatoria sino que guarda
correspondencia con las respuestas de los demás que, a su vez se ven afectados por
cualquier integrante del sistema. Estos procesos se explican desde la cibernética de
Wiener N. con el nombre de feedback o retroacciones; que aplicados al tratamiento
familiar se observa cuando una familia conforma un sistema en el que su
comportamiento global influye en la dinámica individual y al mismo tiempo, en el de la
totalidad del sistema. Es decir, cada comportamiento en el conjunto familiar retroalimenta
a otro, que a su vez promueve o sostiene la dinámica del sistema en general en una
constante retroalimentación encaminada a mantener el equilibrio y/o a encaminarse al
cambio del sistema de manera constante.
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Un dato que nos habla del contexto en que vivió este gran científico es que, no obstante de haber sido
acogido por los estados Unidos, también fue severamente discriminado por no haberse querido presentar
como víctima del nazismo después de la segunda guerra mundial. Esta situación hizo que Bertalanffy saliera
en repetidas ocasiones de los Estados Unidos para volver a Europa.
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filosóficos, incluyendo una concepción humanista de la naturaleza humana, opuesta a la
concepción mecanicista y robótica.
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es el medio que rodea al sistema y que puede estar integrado por la familia extensa, los
amigos, los vecinos. El suprasistema visto desde una perspectiva familiar, puede ser
entendido como toda aquella comunidad en donde un grupo familiar determinado habita;
por otra parte, también están los subsistemas, estas pequeñas agrupaciones pueden ser
vistas como aquellos componentes que se alían, ya sea por filiación jerárquica o por
acuerdo explicito o implícito del propio sistema familiar. Cabe mencionar que el objetivo
de la teoría es la descripción y exploración de la relación entre los elementos que
conforman al sistema. Asimismo, hay que distinguir sistema de agregado, ya que ambos
son conjuntos, es decir, entidades que se constituyen por la concurrencia de más de un
elemento; la diferencia entre ambos consiste en que el sistema muestra una organización
de la que carecen los agregados. Así pues, un sistema es un conjunto de partes
interrelacionadas y organizadas, que está inmerso en sistemas más amplios o
suprasistemas y que a la vez, comprende en su interior sistemas más pequeños o
subsistemas.
En este sentido, Minuchin, (1985, p. 86), menciona que “una familia es un sistema
que opera a través de pautas transaccionales. Las transacciones repetidas establecen
pautas acerca de qué manera, cuándo y con quién relacionarse, y estas pautas apuntalan
el sistema”. De esto se puede entender que la familia como sistema no sólo mantiene
constantes interacciones entre sí, sino que el estilo y la temporalidad de estas
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interacciones hacen que presente un perfil o –como diría Minuchin- una estructura
determinada que le dará una tendencia ya sea hacia la funcionalidad o a la
disfuncionalidad.
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es una fuerza que tiende a producir cada vez mayores y más complejos niveles de orden
en los sistemas abiertos. De esta forma, en la medida que el sistema es capaz de no
utilizar toda la energía que importa del medio en el proceso de transformación, esta
ahorrando o acumulando un excedente de energía que es la neguentropía y que puede
ser destinada a mantener o mejorar la organización del sistema. La neguentropía,
entonces, se refiere a la energía necesaria y vital que el sistema importa del ambiente
para mantener su organización y poder sobrevivir. En tal sentido se puede considerar la
neguentropía como un mecanismo auto-regulador con capacidad de sustentabilidad, que
busca la subsistencia del sistema para lo cual usa mecanismos que ordenen, equilibren, o
controlen el caos. Gracias a estos mecanismos, el sistema pretende subsistir y busca
estabilizarse ante una situación caótica.
De lo anterior se deduce que los grupos familiares pueden contar entonces con
aspectos y características de los sistemas cerrados y abiertos, con entropía y con
neguentropía, de manera que en aquellas familias en las que predominen tendencias
entrópicas, muy probablemente presentarán de igual manera tendencias hacia el
aislamiento, la desorganización y el caos; y en este tipo de familias es posible que tarde
que temprano aparezca uno o varios síntomas a manera de protesta por su nula o
limitada capacidad neguentrópica para importar y nutrirse de la energía del medio que les
rodea.
Por otra parte están aquellas familias en las que predomina la capacidad de
establecer un adecuado intercambio de información con el medio que les rodea; en estas
familias habrá mayores tendencias neguentrópicas que les favorece en su crecimiento y
en la búsqueda de mejores maneras de subsistir como sistema en interacción con otros
sistemas similares, más pequeños o más amplios. Estas familias, desde la óptica de
Minuchin se les denominarán familias funcionales.
Las familias vistas como sistemas cuentan también con los principio de totalidad o no
sumatividad, esta propiedad señala lo que se ha mencionado en párrafos anteriores: que
el cambio en un miembro en la familia afecta a los otros, puesto que sus acciones están
interconectadas mediante pautas de interacción. De esta manera las pautas de
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funcionamiento del sistema no son reducibles a la suma de sus elementos constituyentes,
pues los sistemas y en este orden de ideas, las familias, son más que la suma de sus
partes. La conducta del sistema familiar no puede entenderse como la suma de las
conductas de sus miembros, ya que se trata de algo cualitativamente distinto que incluye
el conjunto de interacciones que hay entre ellos, por lo que, se plantea desde un enfoque
sistémico que, de la evaluación de los individuos no puede deducirse el funcionamiento
del grupo al que pertenecen, puesto que para ello es necesario obtener información de
cómo son dichos individuos, pero en sus interacciones con el medio familiar; y a la vez,
cómo este medio familiar se comporta en su relación con dichos individuos.
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condiciones distintas por lo que es muy difícil buscar una única y exclusiva causa de una
determinada problemática familiar. La equicausalidad por su parte señala que la misma
condición inicial puede dar lugar a estados finales distintos; esta propiedad y la anterior
(equifinalidad y equicausalidad) establecen la conveniencia de que el terapeuta familiar
abandone la búsqueda de una causa pasada originaria del síntoma y que, dirija su trabajo
o tratamiento a la familia centrándose fundamentalmente en el momento presente, en el
aquí y el ahora, de manera que la evaluación se oriente a los factores que contribuyen al
mantenimiento del problema –no a descubrir los factores etiológicos- para que se pueda
influir en ellos y se inicie el cambio terapéutico.
Homeostasis y Morfogénesis.
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funcional y sano requiere forzosamente de una medida de homeostasis para sobrevivir a
los "ataques' del medio, y para mantener la seguridad y la estabilidad dentro de su
contexto físico y social.
Así, por morfogénesis se puede entender entonces, como el proceso que facilita
el cambio en la organización de cualquier sistema mediante el feedback positivo;
posteriormente, el uso de este mismo término en terapia familiar hizo referencia a la
tendencia de la familia a presentar modificaciones y crecimiento en sí misma y en la
relación con el medio que le rodea. Un resultado de la tendencia morfogenética familiar,
por ejemplo, es la presencia de un aumento en la diferenciación de las partes
componentes del sistema, por medio de la cual cada parte puede desarrollar su propia
complejidad permaneciendo en relación funcional con la totalidad. La morfogénesis, en
vez de enfatizar la "auto corrección" que lleva a cabo la homeostasis, enfatiza la auto
dirección y tendencia al cambio.
De esta forma, se puede decir que en función del grado en que un sistema familiar
es capaz de utilizar ambos tipos de propiedades o mecanismos homeostáticos y
morfogenéticos, de forma apropiada para aproximarse a sus propios objetivos, será el
nivel en el que podrá ser descrita como una familia que tiende a la salud y a la
funcionalidad o bien, al deterioro y estancamiento.
Pragmática de la comunicación.
En el campo del trabajo terapéutico familiar, es sabido que la manera como se despliegan
y se pueden observar todas las propiedades de los sistemas familiares, es por medio de
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la comunicación. En este sentido, importantes teóricos de la comunicación humana como
Paul Watzlawick entre otros, han mencionado que la comunicación a su vez, se puede
subdividir en tres áreas, que son la sintáctica, la semántica y la pragmática. En donde la
sintáctica abarca los problemas relativos a transmitir información en términos de códigos,
canales, capacidad, ruido, redundancia y otras propiedades estadísticas del lenguaje.
Esta área se refiere al orden lógico y coherente de la estructura de la expresión, de las
palabras y las frases. Por otra parte esta el interés por el significado del lenguaje, este
aspecto lo aborda la semántica ya que si bien es posible transmitir series de símbolos con
corrección sintáctica, estos mismos símbolos carecerían de sentido a menos que el
emisor y el receptor compartieran el significado del mensaje. De esta forma, se parte de
suponer que toda información compartida, para que pueda ser funcional, presupone
forzosamente una convención semántica común entre los participantes del acto
comunicativo.
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no comunicar. Por lo tanto, en un sistema familiar, cualquier comportamiento o expresión
de un integrante de la familia tiene un valor de mensaje para los demás.
En estos axiomas se plantea entonces que toda comunicación cuenta con un nivel
digital y un nivel analógico, y que en las interacciones humanas, estos dos niveles de
comunicación pueden respaldarse mutuamente lo que llevaría a un mensaje claro
congruente, o bien, en caso contrario, ambos niveles pueden descalificarse generando un
doble mensaje o un doble vínculo que llevará a un mensaje oscuro, incongruente y
confuso.
Finalmente está el quinto axioma que señala que “toda interacción es simétrica o
complementaria”. Esto se refiere a que las diferentes interacciones que se presentan en
los sistemas, según se base en la igualdad o en la diferencia respectivamente, podrán
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tender a la simetría o a la complementariedad. De esta forma, cuando la interacción
simétrica se perpetúa hablamos de una escalada simétrica; pero cuando es la interacción
complementaria la que se mantiene constantemente se habla de complementariedad
rígida. Desde este punto de vista lo disfuncional no es un tipo u otro de relación, sino la
manifestación exclusiva de uno de ellos en los procesos de interacción familiar.
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