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Fried Schnitman, D. (1983): Cultural issues in family therapy: A sistemic model. Tesis
doctoral. Wright Institute Graduate School of Psychology. Berkeley. Traducción:
Lorna Myers (supervisada por la autora).
SECCION 1
Capítulo 1
LA TEORIA SISTÉMICA:
UN MARCO CONCEPTUAL EN TERAPIA FAMILIAR
El problema sistémico
El problema sistémico es esencialmente el problema de las limitaciones del
paradigma científico clásico y los procedimientos sumativo-analíticos en las
ciencias. (Bertalanffy, 1968, pp 18-19) La biología y las ciencias sociales y del
comportamiento se enfrentan con objetos de estudio complejos y organizados que
pueden pasar espontáneamente a estados de mayor organización. Sin embargo, un
conjunto de problemas relevantes para estas ciencias fueron eludidos mediante
abordajes analíticos y explicados por medio de la acción de factores teleológicos
(soul-like), desde una perspectiva vitalista. Así, quedaron sin respuesta problemas
centrales para estas ciencias, como la organización de las partes en el mantenimiento
de la totalidad, el aumento en la organización, la interacción dinámica, el orden, la
formación de patrones (patterning), las regulaciones espontáneas posteriores a
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El interés por encontrar metodologías apropiadas para el estudio de objetos
complejos no es un fenómeno restringido sólo a la Teoría General de los Sistemas.
Se han desarrollado trabajos en cursos similares en los EEUU y en Europa, tales
como los dearrollados por Chomsky y Saussure en la Lingüística, Roland Barthes
en la Semiótica, Lévi Strauss, en la Antropología y Piaget en la Psicología
Evolutiva. Se ha postulado que una similaridad como ésta indica una convergencia
epistemológica y metodológica entre tendencias de pensamiento estructurales y
sistémicas en el siglo XX (ver Baluberg, Yudin, Sadovsky, 1977, Caps 1 y 2;
Wilden, 1972).
© Dora Fried Schnitman, Tesis, Capítulo 1 3
Desde los trabajos de Kuhn (1970) se plantea que las revoluciones científicas
se caracterizan por la aparición de nuevos paradigmas o nuevos esquemas
conceptuales. Éstos incluyen aspectos no percibidos anteriormente o suprimidos por
paradigmas previos y que, desde la nueva perspectiva, se convierten en relevantes.
Se produce un desplazamiento en relación a los problemas que se distinguen e
investigan y un cambio en las reglas que ordenan la práctica científica. El nuevo
paradigma enfoca nuevos problemas, en muchos casos, previamente rechazados
como metafísicos.
Refiriéndose a la revolución científica producida por la teoría general de los
sistemas, Warren Weaver3 (1948) planteó que la física clásica desarrollaba
exitosamente una teoría de complejidad desorganizada enraizada en las leyes del
azar y de probabilidad y en la segunda ley de la termodinámica. Los científicos del
siglo XX enfrentaban el problema fundamental de la complejidad organizada. Los
conceptos de organización, totalidad, teleología y diferenciación –ajenos a la física
convencional e indispensables para trabajar con los organismos vivientes y los
grupos sociales– emergieron por todos lados en las ciencias biológicas, del
comportamiento y sociales. Esta exploración científica permitió considerar aspectos
de la realidad que previamente se había estimado que superaban las fronteras de la
ciencia.
Por lo tanto, un problema básico de las ciencias modernas fue la necesidad de
una teoría general de la organización. La Teoría General de los Sistemas abordó el
estudio de la organización en sistemas complejos y fue capaz de definir conceptos y
–en casos apropiados– de analizarlos cuantitativamente (Bertalanffy, 1968, p 34). Se
desarrolló una selección de nuevas concepciones, modelos y campos matemáticos
para tratarlos, incluyendo la cibernética, la teoría de la información, la teoría general
de los sistemas, en sentido estricto, la teoría del juego, la teoría del autómata, el
análisis de sistemas por medio de la teoría de conjuntos y gráficas, entre otras.
Si bien las ideas de Kuhn sobre la evolución de los paradigmas científicos se
desarrollaron a partir del estudio de las revoluciones clásicas en la física y la
química, encajan bien con los cambios producidos por los conceptos sistémicos y
ayudan a comprender tanto los méritos como las limitaciones de la introducción de
conceptos organísmicos y sistémicos en el pensamiento científico en general y en la
ciencia del comportamiento en particular. Kuhn sugirió que cuando se introducen
nuevos paradigmas se pone un énfasis mayor en el análisis filosófico que el que se
pone durante el período de ciencia "normal". Las primeras versiones de los
paradigmas son, en su mayoría, poco refinadas y alejadas de la perfección, con
profusión de teorías, cada una limitada por el número de problemas que trata.
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Weaver distingue tres etapas en el desarrollo de objetos de análisis científico: 1) una
simplicidad organizada (el mundo de la mecánica clísica); 2) una complejidad
desorganizada (el mundo de la física estadística clásica), y 3) una complejidad
organizada que fue alcanzada por la ciencia del siglo XX. (Weaver, 1948, pp 536-
544)
© Dora Fried Schnitman, Tesis, Capítulo 1 7
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Bertalanffy desarrolló una perspectiva organísmica en sus estudios del metabolismo,
del crecimiento y de la biofísica del organismo, y formuló una teoría sobre sistemas
abiertos y estados estacionarios. Esta formulación fue esencialmente una expansión
de la física, química, quinética y termodinámica convencional. Posteriormente la
amplió y generalizó aun más y eventualmente la unificó bajo el nombre de la Teoría
General de los Sistemas.
© Dora Fried Schnitman, Tesis, Capítulo 1 11
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Las propiedades indicadas como características de los sistemas humanos –
mantenimiento del equilibrio dinámico, independencia de la cantidad absoluta de
componentes, mantenimiento de la composición de los sistemas bajo condiciones de
cambio y nutrición, restablecimiento del equilibrio dinámico después del
incremento del catabolismo normal por estimulación, orden dinámico de procesos,
etc.– son consecuencia de su condición de sistemas abiertos.
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La definición que hace del organismo como sistema de estado estacionario sólo es
válida cuando se consideran períodos más cortos de tiempo. Si se considera el ciclo
vital total, raras veces el proceso pareciera estacionario, sino más bien
cuasiestacionario, sujeto a cambios que se dan con la suficiente lentitud como para
© Dora Fried Schnitman, Tesis, Capítulo 1 12