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año 55
mayo – junio 2015
núm. 327
Artículos
Bernabé Dalmau
Un Congreso todavía vivo: 1915-1965-1990-2015............ 199
Jordi A. Piqué i Collado
Música litúrgica: ¿paradigma de cambio o cambio de
paradigma? (cien años después del Congreso Litúrgico
de Montserrat 1915)........................................................... 211
Koldo Gutiérrez
La pedagogía litúrgica y la pastoral juvenil.................... 227
Katia De Simone
El Congreso Litúrgico de Montserrat (1915-2015) y la
participación de los fieles en la liturgia........................... 239
Fergus Ryan
Rezar juntos la Misa. Una historia olvidada................... 249
Jaume Fontbona
Los retos de la pastoral litúrgica...................................... 257
Libros
Pedro Fernández Rodríguez, La sagrada liturgia en la
escuela de Benedicto XVI (Juan Javier Flores Arcas);
Gerardo Soler Quintillá, El gozo de vivir y celebrar la
Eucaristía de la Iglesia (Ramiro González Cougil)........ 299
Bibliografía reciente en italiano (Juan De Pablos)......... 302
En el centenario del
I Congreso Litúrgico de Montserrat
Phase conmemora con este número el centenario del I Congreso
Litúrgico de Montserrat. Fue un hecho muy importante, que reco-
gía les grandes ideas del movimiento litúrgico iniciado en Bélgica
para aplicarlas a la Iglesia de Cataluña. De hecho, constituyó a
nivel internacional una de las primeras consecuencias de dicho
movimiento litúrgico y, a pesar de celebrarse durante la primera
guerra mundial, suscitó interés más allá de nuestras fronteras.
La finalidad del Congreso era doble. Por una parte, introducir a
los fieles en la liturgia, facilitando la participación activa en ella y
procurando que fuera la base nuclear de la espiritualidad cristiana.
Y, por otra parte, favorecer una mayor dignidad de las celebra-
ciones, cuidando el canto, el estilo celebrativo, la expresividad de
los signos y los ornamentos, etc. Los más de 2000 participantes de
todas las diócesis con sede en Cataluña dan idea de la alta moti-
vación que había entre los miembros más sensibilizados de las
comunidades eclesiales.
El Congreso impulsó la creación de varios subsidios para favorecer
la aplicación de las conclusiones: traducción de los textos de la misa
y del oficio divino para que los fieles pudieran seguirlos mientras
se rezaban en latín, creación de grupos litúrgicos que concienciaran
a las comunidades locales, asociaciones gregorianistas para cuidar
la calidad del canto, promoción de scholae cantorum en gran parte
de las parroquias, etc. Tuvo, también, una dimensión artística con
la promoción de un arte sacro (imágenes, vasos sagrados, orna-
mentos litúrgicos, etc.) más acorde con la mentalidad litúrgica y
la espiritualidad que comporta. Todo ello contribuyó a que, en
Resumen
Abstract
This article describes the history of 1st, 2nd and 3rd Liturgical Congresses of Montserrat,
held in 1915, 1965 and 1990: their historical context, the people who led them,
the fruits and influence of the events. Finally, the author opens the horizon to the
celebration of the 4th Congress in April 2015.
Para los que vivimos día tras día la realidad de la liturgia en tierras
catalanas nos sorprende favorablemente cuando de vez en cuando
los especialistas de otras latitudes nos recuerdan la importancia
que tuvo hace cien años la celebración del I Congreso Litúrgico
de Montserrat, a través del cual penetró el movimiento litúrgico
en España.1
1 Cf., para ofrecer un ejemplo, Manlio Sodi, «Montserrat 1915: una lezione
di attualità», Rivista Liturgica 75 (1988) 191-212.
4. Reflexión final
Tales son los tres Congresos Litúrgicos de Montserrat. En la
pequeña o gran historia del movimiento litúrgico en la Tarraco-
nense hay ciertamente un culmen et fons que es el Concilio Vaticano
II con su Constitución sobre liturgia. El Congreso de 1915 preparó,
sin saberlo, los espíritus para acogerla. Y los de 1965 y 1990 anima-
ron las diócesis para seguir por aquella senda.
Acaba de celebrarse el IV Congreso, con un formato modesto pero
con los mismos propósitos que animaron los anteriores. Sigue
estando presente lo que los obispos de la Tarraconense escribían
un año después del III en su comunicación pastoral «La liturgia,
fuente de la vida espiritual», que insistía en considerar la liturgia
como obra del Espíritu Santo. Y terminaba con estas palabras:
Nuestro objetivo programático para esta etapa de aplicación del
Congreso lo podemos resumir en aquello que la Iglesia pide al Señor
en el I domingo de Cuaresma: «Progresar en el conocimiento del
misterio de Cristo y vivir en conformidad con él». Los obispos de
Cataluña tenemos la fundamentada ilusión y la firme esperanza de
que nuestras diócesis encontrarán caminos para fortalecer la vida
de la liturgia.
Un ideal válido hoy en día como lo fue cien años atrás.
Bernabé Dalmau
LOS SACRAMENTOS
DE LA INICIACIÓN CRISTIANA
Un manual imprescindible para todo creyente
que quiera profundizar en este campo
tan fundamental de nuestra fe.
Música litúrgica:
¿paradigma de cambio o
cambio de paradigma?
(cien años después del
Congreso Litúrgico de Montserrat 1915)
Jordi A. Piqué i Collado
Resumen
Abstract
Jordi A. Piqué points out the importance today of liturgical music pedagogy and
training. He starts evaluating the magisterial documents relating to training in
liturgical music. Then he analyses the paradigmatic changes in musical language
and its impact on the paradigm of liturgical language. Finally, he offers an updated
proposal on the weight of liturgical music at the present time.
misa con canto solemne y la misa rezada. Señala claramente qué repertorio
se ha de incluir dentro del apartado «musica sacra»: Canto gregoriano, poli-
fonía clásica, polifonía moderna, música de órgano, canto popular religioso,
música religiosa. Seguidamente establece una serie de normas prácticas: no es
lícito mezclar acciones litúrgicas y ejercicios de piedad; hay que privilegiar la
participación en la acción litúrgica; las misas con canto pueden incluir algún
canto en lengua vulgar admitido y aprobado; la participación en las misas
rezadas es recomendada ya sea en el ámbito interior ya sea exteriormente
según las normas aprobadas en cada lugar. Este documento presenta ya una
clara preocupación por la participación activa de los fieles en el acto litúrgico,
una fijación y delimitación clara de la función de los ministros del canto y de
la música en la celebración litúrgica, y una normativa que pone de relieve el
papel importante de la música y el canto en la acción litúrgica.
9 También se trata de algunos aspectos de la música litúrgica en otros
números: las partes susceptibles de cambio en la liturgia y que afectan al canto
(núm. 21); la particularidad del oficio musical que se desarrolla en la celebra-
ción litúrgica (núm. 28); el valor del silencio como elemento de participación
interior en la celebración litúrgica (núm. 30); la cuestión de la lengua vulgar
y el latín por lo que respecta a los cantos (núm. 54).
con las normas del Concilio. Entre estos el Motu proprio de Pablo
VI Sacram liturgiam en el que se pide a las diócesis que constituyan
comisiones para la liturgia, la música y el arte.
4. Conclusiones
La mirada agradecida al pasado no puede ser solo nostálgica. El
pasado tendría que fundamentar el presente y en lo posible el
futuro. La riqueza de cuanto nos legaron nuestros predecesores
tendría que formar el patrimonio del presente y la base del futuro.
Mucho más en la liturgia y especialmente en el campo de la música
litúrgica.
Después de constatar cómo ya desde el naciente período del
movimiento litúrgico y de las enseñanzas del Motu proprio de
Pío X el tema de la música en liturgia establece la necesidad de la
formación y de la pedagogía, encontramos el mismo tema en todo
el magisterio litúrgico que atraviesa todo el siglo xx.
En esta tradición se inserta también el I Congreso Litúrgico de
Montserrat de 1915. Un acento especial a la formación y la pedago-
gía litúrgica aparece especialmente subrayado en las conclusiones
de los trabajos del Congreso. Este tema reaparecerá en los Congre-
sos conmemorativos de 1965, 1990, respectivamente.
Creo que la primera conclusión es que el cambio de paradigma
en el lenguaje musical hace estallar los cánones de inserción de
La pedagogía litúrgica y
la pastoral juvenil
Koldo Gutiérrez
Resumen
Abstract
In this article, the author introduces pedagogy and liturgy, listening firstly to the
voice of young people to know their needs and understand them. Secondly, he pre-
sents the liturgical pedagogy in the Church. Finally, he shows the pedagogical paths
for active participation of the youth in liturgy.
pero les agradan los encuentros juveniles por las relaciones que
se generan y el sentimiento de grupo que se comparte. No son
proclives a la oración y viven una religiosidad más bien externa.
3 Ibíd., 7.
4 Evangelii nuntiandi 4.
7 Ibíd., 104.
8 Vicente Vide, Comunicar la fe en la ciudad secular. Teología de la comunicación,
Madrid: Sal Terrae 2013, 91.
Hay toda una teología del símbolo muy elaborada. Como bien
sabemos, por los conocimientos que nos da la historia, los símbo-
los han estado unidos a la liturgia de la Iglesia desde las primeras
comunidades cristianas, pero el paso de los años ha podido hacer
que esta misma liturgia se poblara de verbalismo. En este momento
de la historia parece que la pedagogía litúrgica está pidiendo recu-
perar los símbolos como signos del encuentro con Dios.
Es cierto que no todo se soluciona con los símbolos, que el lenguaje
simbólico debe ir unido a la experiencia de la fe, debe conectar con
experiencias profundas y vitales de la persona, pero, en la pedago-
gía de los símbolos, tenemos un camino que podría ser cauce para
la trasmisión de una fe más creíble y significativa.
Los símbolos, a diferencia de los signos, hacen presente lo ausente,
visible lo invisible, histórico lo eterno; además en los símbolos, el
significado es trascendente al significante.9
4. Conclusión
La pedagogía litúrgica está pidiendo un diálogo cordial entre
liturgistas y pastoralistas. He querido, en este artículo, constatar
las dificultades y oportunidades que hoy podemos encontrar para
una participación gozosa de la liturgia. He mirado a la Iglesia,
madre y maestra, donde se presentan dos caminos privilegiados
para crecer en la vida litúrgica: la mistagogía y la pedagogía del
lenguaje. Por último he propuestos algunos caminos para una
participación activa: la interioridad, la centralidad de la Palabra
de Dios, el lenguaje narrativo e icónico, los símbolos.
Koldo Gutiérrez
Resumen
En este artículo se presenta la participación litúrgica como uno de los temas princi-
pales tratados en el I Congreso Litúrgico de Montserrat, siendo precursor de Sacro-
sanctum Concilium. La participación es vista como una experiencia de la pertenencia
a la Iglesia y el paso del individuo al «nosotros».
Abstract
The author presents liturgical participation as one of the main issues discussed at
the 1st Liturgical Congress of Montserrat, being precursor of Sacrosanctum Concilium.
Participation is seen here as an experience of belonging to the Chruch and the pas-
sage from individual to «us».
8 Cf. Sacrosanctum Concilium 48: «Por tanto, la Iglesia, con solícito cuidado,
procura que los cristianos no asistan a este misterio de fe como extraños y
mudos espectadores, sino que comprendiéndolo bien a través de los ritos y
oraciones, participen conscientes, piadosa y activamente en la acción sagrada
(sed per ritus et preces id bene intellegentes, sacram actionem conscie, pie et actuose
participent) [...]».
9 «Conclusiones generales», 364.
10 «Conclusiones particulares del Congreso Litúrgico de Montserrat»,
Revista Montserratina 105 (9/1915) 420-421. Para posteriores reflexiones sobre
las consecuencias del Congreso de 1915 puede verse el artículo de M. Sodi
«Montserrat 1915: una lezione di attualità», Rivista Liturgica 75 (2/1988) 191-
212.
Introducción
a la teología litúrgica
Por Juan Javier Flores
Biblioteca Litúrgica 20. 400 págs.
Resumen
El autor traza en este artículo las motivaciones, los inicios y la difusión gradual de
la participación en la misa dialogada en el rito romano hasta que se establece como
normativa en 1965, y propone un reconsideración de los orígenes de esta práctica.
Abstract
The author traces the motivations, beginnings and gradual diffusion of spoken
participation at Low Mass in the Latin rite until it became normative in 1965, and
proposes reconsideration of the origins of the practice.
se produjo durante más de la mitad del siglo xx, pasando a ser nor-
mativa con las primeras reformas litúrgicas del Concilio Vaticano
II, el 7 de marzo de 1965. Aunque la historia es larga y complicada,
también sufre un gran olvido y, lo más importante, ha quedado
muy poco estudiada. Aquí vamos a revisa la historia de la novedad
que constituye la participación rezada en la misa latina.
4. Un repaso
Al echar la mirada atrás sobre la difícil introducción de la participa-
ción rezada del pueblo en la misa, estamos tentados de afirmar que
se hizo mucho de muy poco, aunque no podemos negar el cambio
significativo que supuso transformar en normativa la participación
rezada. Hemos visto que esta participación fue promovida origi-
nalmente para que los niños tuvieran un contacto más cercano con
«Lettera enciclica de musica sacra Musicæ sacræ disciplina (1956)», Acta Apos-
tolicae Sedis 48 (1956) 5-26.
20 Sacra Congregatio Rituum, «Instructio de musica sacra De musica sacra
et sacra liturgia (1958)», Acta Apostolicae Sedis 50 (1958) 630-663. Ver números
31 y 32.
21 Sacra Congregatio Rituum, «Instructio ad exsecutionem Constitutio-
nis de sacra liturgia recte ordinandam Inter Œcumenici (1964)», Acta Apostolicae
Sedis 56 (1964) 877-900. La expresión que despierta un particular interés es
la siguiente: «Doxologia in fine canonis […] cantetur aut elata voce dicatur. […]
Amen a populo datur»: número 48f, página 888.
22 Ordo Missae. Ritus servandus in celebratione missæ et de defectibus in celebra-
tione missæ ocurrentibus, Città del Vaticano: Typis Polyglottis Vaticanis 1965.
Resumen
Abstract
1. Introducción
De entrada, pastores y fieles, tenemos que aprender a escuchar lo
que dice el Espíritu Santo (cf. Ap 2–3) a nuestras Iglesias locales.
Y juntos debemos escuchar la voz del Espíritu para consensuar y
pactar lo que sea preciso para caminar juntos y celebrar la misma
fe, y así el Evangelio llegue más lejos y sea comida y bebida ver-
daderas para las personas de hoy. Esto debemos hacerlo, natu-
ralmente, contando con los que, en el seno de la comunidad, han
recibido el don del discernimiento, es decir, los pastores, los que en
última instancia deben apuntar hacia dónde caminar juntos. Pero
al mismo tiempo debemos hacerlo mediante la escucha mutua, o
sea mediante el diálogo.
El evangelio nos ha dejado una escena de diálogo muy significa-
tiva, la de Jesús y la mujer sirofenicia (Mc 7,24-30; Mt 15,21-28).1
Donde, por medio del diálogo, se eliminan fronteras ideológicas
y culturales. El judío Jesús y la mujer pagana afrontan «el riesgo y
la inseguridad que todo diálogo comporta».2 Y por eso el diálogo
da buen resultado.
En la denominada asamblea de Jerusalén –narrada por Lucas en
Hch 15– también hay diálogo y consenso,3 puesto que se llega a
converger en lo esencial: la misión. Esta asamblea de Jerusalén tam-
bién es modelo; donde el sentido de la fe de los fieles, recibido del
Espíritu (el sensus fidelium), y el ministerio apostólico de la memo-
ria y discernimiento (la ἐπισκοπή), recibido también del Espíritu,
Cristo, puesto que participamos del único pan partido y del único
cáliz bendecido. Lo recuerda san Pablo:
El cáliz de la bendición que bendecimos, ¿no es comunión con la
sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es comunión con el
cuerpo de Cristo? El pan es uno, y así nosotros, aunque somos
muchos, formamos un solo cuerpo, porque comemos todos del
mismo pan (1Cor 10,16-17).
Aunque la concelebración se refiere a los ordenados al ministerio
sacerdotal, todos los fieles concelebran. En la celebración eucarís-
tica, toda la asamblea es concelebrante, toda ella, especialmente en la
plegaria eucarística, se dirige a Dios Padre, por Cristo, con Cristo y
en Cristo en la comunión del Espíritu Santo. Y gracias a esta comu-
nión sacramental, la asamblea concelebrante es transformada en el
cuerpo eclesial. Las personas participantes se convierten en un solo
cuerpo, puesto que, aunque sean muchas y distintas, participan
del mismo Cuerpo y de la misma Sangre de Cristo. Entonces, la
concelebración no debería ser una cosa de curas, como a menudo
aparece, sino la expresión de la unidad del Pueblo de Dios, de la
unidad del sacrificio de la Cruz y de la unidad del sacerdocio.23
Debería recuperarse la visibilidad y comprensión de esta unidad
esencial, sacramental.24
Así pues, la concelebración hace visible la unidad de la Iglesia, que
nace del único sacrificio pascual de Cristo; la manifiesta como comu-
Otra cosa son las dificultades planteadas por las grandes conce-
lebraciones, porque parecen enturbiar la unidad de la asamblea
concelebrante e impedir participar del mismo pan partido y de la
copa bendecida en la misma celebración. Debe reconocerse, sin
embargo, que son excepcionales y extraordinarias.30
Los presbíteros y los obispos concelebran a través del signo puesto
por la Iglesia, y para que este signo manifieste que hay un único
sacerdocio, un único sacrificio y un único Pueblo de Dios, me
atrevería a proponer que, en algunas ocasiones, como de hecho se
propone en las misas con niños,31 solo quien preside pronuncie toda
la plegaria eucarística, incluido el relato institucional o palabras
de la consagración, tal como se hacía durante los primeros siglos
y todavía hoy se hace en algunas Iglesias orientales. Entonces, los
concelebrantes presbíteros y obispos manifiestan su participación
con el vestido litúrgico y con el lugar propio, y sobre todo, con el
gesto de la imposición de las manos. Esto ya se consigue de alguna
manera con la normativa actual, si los concelebrantes pronuncian
a la vez la plegaria eucarística submissa voce, es decir, sin que nadie
les oiga la voz.32
30 Cf. Benedicto XVI, Sacramentum caritatis, 61. Donde se recuerda que «se
han de prever modos adecuados de coordinación y disponer el lugar de
culto de manera que permita a los presbíteros y a los fieles una participación
plena y real».
31 Cf. Directorio para las misas con niños, 23. Ver también el comentario en
J. Aldazábal, Celebrar la Eucaristía con niños (Dossiers CPL 20), Barcelona:
Centre de Pastoral Litúrgica 22010, 41. El Directorio para las misas con niños
reconoce a los niños también como celebrantes.
32 Seguimos A. Franquesa, «Para revalorizar la concelebración», 81-82; cf.
IGMR 218: «[…] los concelebrantes las acompañen en voz baja y que la voz
del celebrante principal se escuche claramente. De esta manera las palabras
serán comprendidas más fácilmente por el pueblo».
33 STIII, q.73, a.3: Quod res sacramenti est unitas corporis mystici, sine qua non
pot est esse salus (BAC 164, 475).
34 STIII, q.78, a.3, ad 6: Sacramentum caritatis quasi figurativum et effectivum
(BAC 164, 658).
35 STIII, q.82, a.2, ad 3: Eucharistia est sacramentum unitatis ecclesiasticae, quae
attenditur secundum hoc quod multi sunt «unum in Christo» (BAC 164, 803).
36 STIII, q.79, a.2: In societate sanctorum, ubi pax erit et unitas plena atque
perfecta (BAC 164, 695).
37 Cf. Mt 26,29; Mc 14,25; Lc 22,16-18; cf. Lc 13,28-29.
Gaudí – Campins:
Interacción artístico-litúrgica en
la catedral de Mallorca.
Una re-lectura teológica
El 23 de Febrero de 2015 ha concluido en la Catedral de Mallorca
el Any Campins Gaudí, dedicado por el cabildo catedral al que fue
obispo de Mallorca y al genial arquitecto catalán, coautores de
una extraordinaria intervención artístico-litúrgica en la catedral
de Mallorca. El proyecto arquitectónico de Gaudí, basado en un
plan teológico y litúrgico señalado por Campins, 1 restituyó al
uso litúrgico de los fieles la nave central de la catedral. La inter-
vención realizada entre 1904 y 1915, consistió, básicamente, en el
traslado del coro del centro de la nave a la zona del ábside como
prolongación de la cátedra episcopal abrazando el presbiterio.
También se restauró la cátedra episcopal gótica haciéndola visible
a los fieles mediante el traslado de un imponente retablo barroco
que la ocultaba totalmente. El resultado final ha sido una de las
más interesantes interacciones entre teología y arte en favor de la
restauración y reforma de un espacio litúrgico en el siglo xx.
En estas páginas, después de una breve introducción, pasare-
mos a analizar los principios teológicos del obispo Campins que
subyacen en la reforma de Gaudí. Nuestra aproximación al tema
intentará hacer emerger las categorías hermenéuticas que permitan
entender teológicamente la interacción aquí estudiada.2
5 Cf. Suau, «La Seu», 49-64. Esta visión romántica consideraba a la edad
media como una edad de oro de la Iglesia y fuente de inspiración para el
momento presente del siglo xix, debido en buena medida a la crisis a que se
había visto sometida la Iglesia después de la revolución francesa. La edad
media será fuente de inspiración para la liturgia, la música sacra y la arqui-
tectura religiosa.
6 Cf. A. Grillo, Introduzione alla teologia liturgica. Approccio teorico alla litur-
gia e ai sacramenti cristiani (Caro salutis cardo 9), Padova: Edizioni Messagero
2
2011, 279-280.
7 P. J. Campins, «Carta pastoral», Boletín Oficial Obispado de Mallorca 45
(1904) 248.
8 Cf. Ibíd., 249-250. Esta idea eclesiológica también apunta a la reforma
emprendida.
9 Cf. Pío X, Motu proprio Tra le sollecitudini, ASS 36 (1903) 329-330.
2.1. Santidad
El arte litúrgico será tanto más santo cuánto más íntimamente esté
unido a la acción litúrgica.12 Es por ello necesario que el espacio
celebrativo manifieste y visibilice correctamente a la Iglesia cele-
brante y, al mismo tiempo, favorezca la participación activa de los
fieles: visibilidad del obispo rodeado de los presbíteros, diáconos
y ministros en un amplio presbiterio y nave central y laterales
sin impedimentos arquitectónicos para los fieles.13 En definitiva,
el criterio eclesiológico es fundamental a la hora de proyectar y
diseñar cualquier espacio dedicado al culto litúrgico.
La santidad del templo también implica que no todo lo que está
fuera de la Iglesia, profanum, puede entrar en él sin más. De hecho,
fue la evolución del gusto artístico la que violentó el sentido
celebrativo de la catedral, provocando un divorcio entre espacio
celebrativo y rito litúrgico, entre momento litúrgico, celebración y
3. Conclusión
A través del análisis de las dos categorías teológicas antes descritas
y contemporáneas a nuestros actores, hemos podido comprobar
cómo la interacción dinámica entre arte y teología ha sido capaz
de producir una valiosa contribución al arte religioso y litúrgico
del siglo xx.
Pensamos que la interacción conseguida entre estos dos grandes
hombres que fueron el obispo Campins y el arquitecto Gaudí,19
nos ensancha la perspectiva sobre las relaciones entre al arte y la
teología litúrgica. En algunos momentos de la centuria pasada ha
parecido que arte y religión se cerraban cada uno sobre sí mismo:
4. Conclusión
El movimiento a favor de una reforma de la reforma ha encontrado
en estos últimos años nuevos argumentos con la promulgación el
7 de julio de 2007 del Motu proprio Summorum pontificum, que ha
Liturgia y evangelización.
La Iglesia evangeliza con la belleza
de la liturgia
Roma, 25-27 de febrero de 2015
El Misterio de Cristo
hecho presente en la liturgia
Roma, 3-4 de marzo de 2015
Durante los días 3 y 4 de marzo, el Instituto de Liturgia de la Pon-
tificia Universidad de la Santa Cruz celebró un simposio cuyo
contenido respondía al título el Misterio de Cristo hecho presente en la
liturgia. Se trataba del XVI Simposio organizado por la Facultad de
Teología que, en este curso académico, le correspondió organizar
al Instituto de Liturgia de esa misma Facultad.
La finalidad era ofrecer una reflexión teológica sobre la liturgia
cuando esta dirige su atención hacia su centro y raíz: el Misterio
de Cristo. Este Misterio debe captarse desde todas las dimensiones
presentes en el Nuevo Testamento, tanto en los evangelios como en
el corpus paulinum. El Misterio se identifica con Cristo: su persona,
su Pascua, unido a la Iglesia como su cuerpo sacerdotal mediante
el don del Espíritu. Esta perspectiva conduce a una comprensión
histórico-salvífica de la liturgia. Y este fue precisamente el contexto
en el que se desarrollaron las ponencias de simposio: el mystêrion
en el Nuevo Testamento (A. Pitta, Roma); Mysterium y sacramen-
tum en las fuentes litúrgicas (A. Miralles, Roma); la actualización
del Misterio en la celebración litúrgica (J. L. Gutiérrez, Roma); la
liturgia de las horas, en cuanto celebración del Misterio (A. Lameri,
Roma); la experiencia del Misterio pascual a través de la música
puede ser redescubrir, cuidar y pro- viceversa: celebrar con tal inten-
poner de nuevo los pequeños ritos sidad el culto dominical que se
cotidianos que permitan poder regeneren los ritos cotidianos del
celebrar el gran rito dominical. Y amor familiar.
Fe y piedad popular
Por Carlos María Galli y Secundino Movilla
Cuadernos Phase 223. 108 págs.
Una aproximación al tema de la piedad popu-
lar desde la perspectiva de la Evangelii Gau-
dium y la religiosidad latinoamericana.
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Directorio homilético
Congregación para el Culto Divino
Cuadernos Phase 224. 144 págs.
El más reciente documento publicado por la
Santa Sede sobre la homilía.
9,50 €