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100 – Editorial
Phase, 272, 2006, 101-106
MEMORIA DE LA RENOVACIÓN
DE LA SEMANA SANTA: 50 AÑOS
PERE TENA
JESÚS CASTELLANO
Conclusión
Esto es todo lo que ofrece el nuevo Misal. No hay muchas novedades;
hay solamente pequeños detalles, precisiones de contenido, mejora de la
presentación global de cada uno de los momentos de las celebraciones
del Triduo pascual. El Misal en su edición latina es elegante y preciso en
sus textos, rúbricas, cantos.
Quedan siempre por definir y determinar los espacios de adaptación
que competen a las Conferencias episcopales, según el amplio y ponderado
capítulo IX de la Institutio Generalis. Ciertamente, incluso en el Triduo
Pascual, no faltan espacios para una sabia y digna adaptación cultural.
JESÚS CASTELLANO
Roma
La oración de Cristo y la
oración de los cristianos
Por José Antonio Pagola
El autor desgrana de manera sencilla
y próxima cómo rezaba Jesús, cómo entendían la oración los autores
del Nuevo Testamento, y cómo estamos invitados a entenderla y
a vivirla nosotros. Para que nuestra oración, y toda nuestra vida
cristiana, sean más plenas.
Emaús 70, 88 págs., 6,00 €
Los dos libros han sido publicados también en catalán
16 Ibid. 178.
17 Ibid. 183.
124 – J.J. Flores
nueva realidad: el Kyrios. Por tanto, y en oposición a Prümm, Casel afirma
que el término mysterion encierra en sí todo el mundo de una religión
revelada y en el mysterion se inserta el hombre por el bautismo recibido
en la comunidad, la cual es la garante que puede celebrar los símbolos
cultuales. Aún después del anuncio, el misterio permanece con su propio
carácter de misterio. La revelación presupone la fe, por ello el misterio
llega allí donde la palabra de la predicación encuentra la fe, y llega por la
gracia a los iniciados, los elegidos, de ahí que la iniciativa la tenga Dios. Y
donde llega el misterio comienza una vida nueva cuyos símbolos son los
misterios cultuales. Estos misterios cultuales son las acciones salvíficas
de Cristo cuyo prototipo sólo viene a nosotros a través del símbolo. A
este respecto Casel cita a Balthasar que confirmaría su pensamiento18,
sobre todo en cuanto a que el lenguaje mistérico tiene su propia esencia
que apunta a la lógica de la revelación a través de la iluminación y la
inspiración, no a nuestra lógica. Porque no se trata únicamente de conocer
la verdad original, el prototipo, sino además verlo, contemplarlo.
Esta es la gnosis para Casel, un conocimiento que, más allá del
doctrinal, abarca al hombre completo y se alimenta de la fe y la tradición.
La gnosis se refiere siempre a las acciones del Dios hecho hombre. De
manera que si Dios no se hubiese hecho visible en la carne, sería imposible
conocer nada de él. Estas acciones que son los misterios de la salvación se
hacen visibles en la Iglesia a través del culto y se llaman misterios también
por su relación con el misterio-prototipo. Ya en la segunda mitad del siglo
II aparece este sentido cultual del término mysterion. Los misterios hacen
visible la revelación del misterio de Cristo, como el propio misterio de
Cristo para hacerse accesible a nosotros asumió nuestra humanidad.
Cuestión abierta para Casel será el significado verdadero de la palabra
mysterium fidei en el canon romano de la misa19. Para Casel parece,
siguiendo a Michels, que a su vez sigue a León Magno, que el significado
sería el de un “nuevo misterio”, ya que se introduce la expresión en
referencia al cáliz de la eucaristía contra los maniqueos, es decir, en
contraposición a los misterios antiguos y gnósticos. Nuevo misterio, ya
que ahora el término “misterio” se refiere al culto. Los misterios son los
18 Ibid. 199.
19 Id. Fede, Gnosi... 212.
Cincuenta años de la reforma de la Semana Santa – 125
símbolos de la Nueva Alianza cuyos antecedentes están en el Antiguo
Testamento.
La conclusión y confirmación de la tesis de Casel viene de mano de
san Hilario: «todo el misterio de la pasión y de la fe se ha completado en
la Última Cena»20. Esta última y sublime reflexión de Casel no hace más
que confirmar todo lo dicho: la unidad e identificación entre el misterio
originario y el misterio del culto, entre la pasión y cada celebración de la
eucaristía. Por ello «en la cumbre de su celebración litúrgica la Iglesia se
reconoce en la presencia mística del sacrificio de Cristo como misterio
de su fe»21.
Aplicando a toda la liturgia la categoría de misterio y más en concreto
al año litúrgico, la comisión piana estaba aceptando lo que ya era evidente
en ambientes intelectuales, para los cuales la liturgia no era sino la
celebración del misterio pascual de Jesucristo, muerto y resucitado.
PERE LLABRÉS
PERE LLABRÉS
Centre d’Estudis teològics de Mallorca
LA DISTANCIA ENTRE
LO “IDEAL” Y LO “REAL”
EN LA SEMANA SANTA REFORMADA
Sobre todo en las comunidades pequeñas
RAMIRO GONZÁLEZ
LA SEMANA SANTA
La Carta circular sobre las fiestas pascuales (1988) de la
Congregación para el culto divino3 describe así la Semana Santa: “Durante
la Semana Santa, la Iglesia celebra los misterios de la salvación actuados
por Cristo en los últimos días de su vida, comenzando por su entrada
mesiánica en Jerusalén. El tiempo de Cuaresma continúa hasta el Jueves.
A partir de la misa vespertina `en la Cena del Señor´, comienza el Triduo
pascual, que continúa durante el Viernes de la Pasión y el Sábado Santo, y
tiene su centro en la Vigilia pascual y acaba con las Vísperas del domingo
de Resurrección” (n. 27).
Las Normas universales sobre el año litúrgico y sobre el calendario
(1969)4 destacan el Triduo pascual como “el punto culminante de todo
el año litúrgico. La preeminencia que tiene el domingo en la semana, la
tiene la solemnidad de Pascua en el año litúrgico” (n. 18).
Pero es importante señalar que la Semana Santa comienza con un
domingo especial (de Ramos o en la Pasión del Señor), que se encuadra
5 Para todo lo referente al tema del Triduo, cf. J. Aldazábal, El Triduo pascual
(=Biblioteca litúrgica 8) CPL, Barcelona 1998, bibliografía en las pp. 11-13; H. Urs
von Balthasar, Teología de los tres días. El misterio pascual (Encuentro, Madrid
2000), bibliografía pp. 245-254.
6 Tendremos en cuenta los nuevos elementos de la edición 3ª típica latina de la
140 – Ramiro González
cuenta lo más conveniente (dentro de las facultades) para su comunidad
concreta. La conmemoración de la entrada del Señor en la ciudad santa,
siempre que sea posible se hará por medio de la procesión de Ramos. Si
no es posible, se hará la entrada solemne o la simple. Cuando se hace la
procesión, la celebración se estructura conforme a las rúbricas y textos
indicados en el Misal (nn. 2-11).
La comunidad, con el sacerdote al frente, ha de esforzarse por buscar
un lugar adecuado y un poco separado de la iglesia para la bendición de los
ramos; será imprescindible que algunas personas ayuden al sacerdote. Es
importante que se entone un canto apropiado o se “semitone” al menos la
antífona “Hosanna al Hijo de David...”; el saludo del sacerdote debe ser
“como de costumbre”, pero cordial. La monición debe mover a los fieles
a una participación activa, fructuosa y entusiasta. Ha de ser breve, bien
pensada, a ser posible escrita, de lo contrario utilice (cosa buena) la que
se propone (n. 5). En esta monición el sacerdote puede invitar al pueblo
a participar en los actos de la Semana Santa, que les ofrecerá.
La proclamación del Evangelio correspondiente ha de hacerla con
entusiasmo y profundidad religiosa. Más que homilía puede hacer una
exhortación a partir de lo proclamado e insistir en el significado del
acompañamiento de toda la comunidad jubilosa al Señor (n. 8). Será
muy importante que el sacerdote implique a personas de la comunidad
en detalles sencillos y significativos en la procesión: alguien que pueda
llevar el incensario delante, otro/a que lleve la cruz (adornada por gente
de la comunidad), dos que puedan llevar velas encendidas al lado de la
cruz y todos los demás portando en alto los ramos (n. 9).
También será muy significativo que toda la comunidad pueda cantar
algo, ayudada por el sacerdote o alguien que tenga más cualidades. Se
puede también, si no hay otros medios, semitonar la antífona “Los niños
hebreos...” y hacer una buena recitación del salmo 23 y/o el 46. Lo mismo
se diga del “Himno a Cristo Rey” (“¡Gloria, alabanza y honor!...”). Y al
entrar en la iglesia se puede semitonar o recitar el responsorio “Al entrar
9 Cf. también MR 19. La pauta del Misal dice: “Cuando no se pueda hacer
ni la procesión ni la entrada solemne ....”. Es matizadamente distinta y, a mi parecer,
más amplia que la de la CFP n. 31. Supondría que en el caso de no celebrar la Misa,
aún quedaría la posibilidad de tener la bendición de los Ramos y la procesión o/y la
entrada solemne con la bendición.
Lo “ideal” y lo “real” en la Semana Santa reformada – 143
del Rosario10 (los dolorosos), pero poniendo como primer misterio la
entrada triunfal de Jesús en Jerusalén11.
El Jueves Santo
La CFP sintetiza con claridad el contenido teológico, litúrgico
y pastoral del Triduo Pascual, centro de la Semana Santa y de todo el
año litúrgico. Los nn. 38-43 bajan a detalles de sensibilidad pastoral
muy concreta. Estos elementos deberán iluminar las actuaciones de
pastores y fieles en la preparación y ejecución de las celebraciones y
actos piadosos.
Con la Misa “en la Cena del Señor” a celebrar preferentemente en
las horas vespertinas, comienza el “Triduo del crucificado, sepultado y
resucitado”, con el que “se realiza el misterio de la Pascua, es decir, el
tránsito del Señor de este mundo al Padre”. La preparación y catequesis
previa y “toda la atención del espíritu debe centrarse en los misterios que
se recuerdan en la misa: la institución de la Eucaristía, la institución del
Orden sacerdotal y el mandamiento del Señor sobre la caridad fraterna” (n.
45). De estos contenidos se nutrirá la homilía, las moniciones oportunas,
los silencios rituales y los demás actos piadoso-devocionales.
El sacerdote responsable de diversas parroquias o comunidades
invitará a los fieles de las más pequeñas a agruparse, si lo aceptan, con las
comunidades mayores12. Así, podrán beneficiarse mejor de la celebración
de la Eucaristía de este día y él gozará de más tiempo para dedicarles.
El Viernes Santo
Dice la CFP n. 58: “En este día, en que ha sido inmolada nuestra
víctima pascual, Cristo, la Iglesia meditando sobre la Pasión de su Señor
y Esposo y adorando la Cruz, conmemora su nacimiento del costado
de Cristo dormido en la Cruz e intercede por la salvación de todo el
mundo”.
Las comunidades han de ser catequizadas con anticipación sobre el
sentido y contenidos celebrativos principales de este día: es un día sin la
celebración de la Eucaristía, conmemora la Pasión y muerte del Señor;
la comunión se distribuye a los fieles sólo durante la celebración de la
Pasión del Señor19; es un día de penitencia obligatoria para toda la Iglesia
mediante el ayuno y abstinencia; se recomienda celebrar en las iglesias el
Oficio de lecturas y las Laudes con los fieles (cf. CFP n. 62; 40).
desde el mediodía hasta el atardecer, pero nunca después de las nueve de la noche”;
cf. MR p. 258 n. 3.
21 Dice CFP 65 que el postrarse del sacerdote y los ministros rostro en tierra
“significa tanto la humillación del hombre terreno, cuanto la tristeza y el dolor de
la Iglesia”.
Lo “ideal” y lo “real” en la Semana Santa reformada – 149
Durante la comunión se puede entonar un canto apropiado que siga
todo el pueblo. Se hace un breve silencio de acción de gracias por el don
recibido. El sacerdote reza la poscomunión y la oración sobre el pueblo
para despedirlo. Todos salen en silencio.
El Sábado Santo
Es preciso que con anticipación llegue a todos los fieles el sentido
del Sábado Santo22 , previo a la gran Vigilia del año. MR n. 29 dice en su
rúbrica: “Durante el Sábado Santo la Iglesia permanece junto al sepulcro
del Señor, meditando su pasión y muerte, y se abstiene del sacrificio de la
misa, quedando por ello desnudo el altar hasta que, después de la solemne
Vigilia o expectación nocturna de la resurrección, se inauguren los gozos
de la Pascua, cuya exuberancia inundará los cincuenta días pascuales”23.
Será importante que los fieles capten el vacío de este día respecto a la
celebración de la Eucaristía y otros sacramentos, excepto el Viático, la
Reconciliación y Unción de enfermos (cf. CFP 75).
A lo largo del día, en las comunidades que no tendrán vigilia pascual
e incluso, en las otras, es importante celebrar alguna hora (Laudes u
Oficio de lecturas) de la Liturgia de las Horas, con la ayuda de algún laico
preparado. También el sacerdote, una religiosa o un laico bien formado
puede reunir a la comunidad para una celebración de la Palabra. En ella
se puede leer un texto adecuado (relativo a la pasión y muerte del Señor,
22 Cf. CFP 76. Se han de tener en cuenta los usos y tradiciones de este día
que sintonicen con el verdadero sentido litúrgico, no los que estaban vinculados a la
anticipación de la Vigilia al sábado por la mañana.
23 CFP 73 se expresa casi con las mismas palabras citadas, pero añade el
acontecimiento del “descenso a los infiernos” de Cristo y la actitud de oración y ayuno de
la Iglesia, a la espera del la Resurrección del Señor. Insiste en la recomendación del Oficio
de lectura y de Laudes con participación del pueblo (cf . n 40). Cuando no sea posible
la Liturgia de las Horas, téngase “una celebración de la palabra o un ejercicio piadoso
que corresponda al misterio de este día”. Cf. también DPPL 146. Para el “descenso a
los infiernos” cf. Catecismo de la Iglesia Católica (=CCE) nn. 631-635.
Lo “ideal” y lo “real” en la Semana Santa reformada – 151
a su sepultura, descenso a los infiernos, destacando la firme esperanza
en la resurrección). Se puede leer también la última parte de la pasión
del Señor y utilizar la segunda lectura (patrística) del Oficio de lecturas
(ibid.). Seleccionar bien algún canto que exprese la esperanza firme en la
resurrección (al estilo de “Acuérdate de Jesucristo”; “Mi alma espera en
el Señor”, etc.). Ejercicios piadosos adecuados pueden ser: el Viacrucis,
el Rosario rezado reposadamente contemplando los misterios dolorosos,
con la posibilidad de añadir el de la sepultura del Señor, el descenso a los
infiernos 24 y la “Hora de la Madre”.
Puede ayudar a la oración y contemplación serena de los fieles la
presencia de la imagen de Cristo crucificado, puesta en lugar preferente,
o la del Cristo yacente en el sepulcro o descendiendo a los infiernos,
lo mismo que la imagen de la Virgen de los Dolores (cf. CFP 74). La
comunidad y cada fiel puede orar en silencio en cualquier momento
del día y de la tarde ante estas imágenes. Así profundizan en el deseo y
esperanza de celebrar el triunfo de la Resurrección.
La Vigilia pascual
Dice el Misal en la rúbrica correspondiente: “Según una antiquísima
tradición, esta es una noche de vela en honor del Señor (Ex 12, 42). Los
fieles, tal como lo recomienda el Evangelio (Lc 12, 35ss), deben asemejarse
a los criados que, con las lámparas encendidas en sus manos, esperan el
retorno de su Señor, para que cuando llegue les encuentre en vela y los invite
a sentarse a su mesa”25. La CFP lo expresa casi con las mismas palabras y
añade que esta vigilia “ha de considerarse como la madre de todas las santas
Vigilias. Durante la Vigilia, la Iglesia espera la resurrección del Señor y la
celebra con los sacramentos de la iniciación cristiana” (n. 77).
RAMIRO GONZÁLEZ
Ourense
PVP.: 20,00 €
Pro opportunitate
Hay varios ritos de las celebraciones de la Semana santa que se
acompañan de gestos que pueden realizarse según la oportunidad de los
mismos.
172 – José A. Goñí
Jueves Santo: la casulla en el lavatorio de pies
Después de la homilía de la misa de la cena del Señor del Jueves
Santo se realiza el lavatorio de pies. El presidente de la celebración,
imitando el gesto que hizo Jesús en la última cena, lava los pies a doce
varones. Es una catequesis gráfica del mandato nuevo dado por Jesús a los
apóstoles en la última cena: os doy un mandamiento nuevo: que os améis
unos a otros como yo os he amado (Jn 13, 34). Este amor se visibiliza
poniéndose al servicio de los demás, poniéndose a los pies de los demás.
Este rito no tiene ningún sentido simbólico, sacramental o penitencial,
sino simplemente mimético, esto es, se trata, única y exclusivamente, de
una representación del lavatorio de pies que hizo Jesús aquella noche en
el cenáculo. La rúbrica que acompaña este rito indica que el presidente
se quita, si es necesario, la casulla. No obstante, puesto que se trata de un
rito con sentido mimético, conviene quitarse la casulla al igual que Jesús
se quitó el manto para lavar los pies a sus discípulos.
EL HORARIO
DE LAS CELEBRACIONES DE
SEMANA SANTA
Cuadernos Phase
157-159
4,00 € cada ejemplar
Teología sacramental
PEDRO FERNÁNDEZ, O.P., A las fuentes de la sacramento-
logía cristiana. La humanidad de Cristo en la Iglesia, San Esteban-
Edibesa, Salamanca-Madrid 2004, 364 págs.
Eucaristía
Con motivo del final del año tura, de la historia, de las fuentes y de
de la Eucaristía (octubre 2005) el los documentos eclesiales, llegando
Centre de Pastoral Litúrgica ha a los más recientes en el momento de
recopilado en un libro una buena la redacción del artículo.
selección de artículos (y algunas Así, por poner algunos ejem-
conferencias) de Don Julián López plos, trata de la Eucaristía como
Martín, actual obispo de León, Pre- banquete sapiencial en la Anáfora
sidente de la Comisión Episcopal del Eucologio de Serapión o de la
de Liturgia y antiguo profesor de acción del Espíritu Santo en María
Liturgia en Salamanca. y en la Eucaristía según la oración
Los artículos tienen en común sobre las ofrendas del Domingo IV
el tema de la Eucaristía y figuran en de Adviento en nuestro Misal Ro-
el libro por el orden cronológico de mano. El penúltimo artículo trata
su aparición. En el libro aparece la de la tercera edición de dicho Misal
lista con la referencia concreta y la Romano.
fecha de las revistas donde fueron Algunos trabajos abordan te-
publicados por primera vez. mas concretos como Penitencia y
Son estudios con profundidad Eucaristía, o bien la comunión bajo
teológica en los que el autor elabora las dos especies, o la doctrina euca-
su reflexión prestando atención a tex- rística en el documento católico-or-
tos litúrgicos, a los datos de la Escri- todoxo “Munich 1982”. Otros tie-
184 – Notas bibliográficas
nen una temática más amplia como alta divulgación. El conjunto resulta
el lugar central de la Eucaristía en la una obra sólida en el contenido y
vida cristiana. nivel teológico, a la vez que elegante
Los escritos aparecieron en re- y ágil en su redacción. F. XAVIER
vistas especializadas de estudio y de ARÓZTEGUI
El arte en la liturgia
PIERO MARINI, Liturgia e bellezza. Nobilis pulchritudo.
Memoria di una esperienza vissuta nelle celebrazioni liturgiche
del Santo Padre, Libreria Editrice Vaticana, Città del Vaticano
2005, 140 págs.
Espiritualidad litúrgica
GEORGES CHEVROT, La victoria de la Pascua, Palabra,
Madrid 2005, 326 págs.
Ars Celebrandi
¿Qué es celebrar litúrgicamente?
¿Celebrar es un arte?
¿Se aprende a celebrar?
¿Cómo se aprende?