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INFECCIONES INTRAHOSPITALARIAS

Introducción

Las infecciones nosocomiales o intrahospitalarias son uno de los problemas más importantes que
ocurren en los centros hospitalarios, por lo que es necesario conocer su epidemiología y el impacto que
que tienen más que todo en el paciente crítico, aunque pueden afectar a cualquier tipo de paciente
ingresado, al personal médico y de servicio y a los visitantes, de esta manera las infecciones nosocomiales
no sólo son aquellas que aparecen durante el ingreso hospitalario, también se extienden a las que
adquieren los visitantes y el personal del Hospital. Estas representan un problema aún más grande del
que se imaginan, se encuentran entre las primeras causas de mortalidad en el mundo, algunas
investigaciones indican que son la segunda causa después de las enfermedades cardiovasculares. Su
mortalidad ha disminuido de forma drástica por la aparición de los antibióticos, sin embargo existe la
resistencia a estos fármacos, dada por la mala administración de los mismos.

PUNTO 1 – Martina

¿Qué son?

Las infecciones intrahospitalarias, también conocidas como nosocomiales, son aquellas que
ocurren en pacientes en los que la infección no estaba presente (ni en período de incubación) en el
momento del ingreso al hospital; sin embargo, el término infección hospitalaria no solo se aplica a las
infecciones que adquieran los pacientes, sino también a las infecciones que adquieran los visitantes y el
personal laboral dentro del centro hospitalario, habitualmente después de las 72 horas del ingreso,
dependiendo del tipo de infección. Para reconocer en cierta medida si la infección fue adquirida en la
comunidad o en el hospital es imprescindible conocer el periodo de incubación de la enfermedad
específica. En los casos en los que el período de incubación es desconocido, la infección es considerada
hospitalaria cuando se desarrolla después de la admisión del paciente, así como también es considerada
hospitalaria cuando es reflejada poco tiempo después del alta, siempre y cuando pueda relacionarse con
la hospitalización o los procedimientos hospitalarios realizados.

De esta manera, existen infecciones, como por ejemplo las de las heridas quirúrgicas y las
transmisibles por la sangre, como la Hepatitis B, que pueden aparecer luego del alta hospitalaria, y estas
las debemos considerar como infecciones hospitalarias. Muchas son las causas que contribuyen en la
patología infecciosa hospitalaria, entre ellas destacan:

• Los microorganismos (virulencia de las cepas, patogenicidad de las especies, resistencia múltiple
y número).
• El paciente y su susceptibilidad (edad, sexo, enfermedad subyacente, mecanismos de defensa y
respuesta inmune)
• El medio ambiente (planta física, personal hospitalario, las visitas)
• El tratamiento (terapia inmunodepresiva, antimicrobianos, técnicas invasivas...)

Generalmente, la incidencia y gravedad de las infecciones hospitalarias son mayores en los países
en vía de desarrollo, por carecer de sistemas capaces de controlar este problema. Es oportuno aclarar que
no todas las infecciones hospitalarias son prevenibles, y se estima que, como mínimo, la mitad se produce
a pesar de la aplicación de estrictas medidas de prevención recomendadas.

El hospital, además de razones éticas y científicas está obligado a prevenirlas también por razones
económicas, de prestigio y legales. Los avances científicos, el uso inadecuado de antimicrobianos y la
práctica excesiva de procedimientos invasivos, ya sea para fines diagnósticos o de tratamiento, han hecho
que la incidencia de las infecciones nosocomiales haya alcanzado niveles muy elevados, con el
consiguiente aumento del tiempo de hospitalización, de los costos hospitalarios y de los índices de
morbimortalidad.

Factores de riesgo

El paciente ingresado está expuesto a una gran variedad de microorganismos durante la


hospitalización. El contacto entre el paciente y un microorganismo, en sí, no produce necesariamente una
enfermedad clínica, puesto que hay otros factores que influyen en la naturaleza y frecuencia de las
infecciones nosocomiales. Entre ellos podemos destacar:

1. El agente microbiano: La posibilidad de exposición que pueda producir una infección depende,
en parte, de las características de los microorganismos, incluso la resistencia a los
antimicrobianos, la virulencia intrínseca (grado de la capacidad de un microorganismo para
producir una enfermedad) y la cantidad de material infeccioso. Una gran cantidad de bacterias,
virus, hongos y parásitos diferentes pueden causar infecciones nosocomiales.

Antes de la introducción de las prácticas básicas de higiene y de los antibióticos, las infecciones
nosocomiales, en su mayoría, se debían a agentes patógenos de origen externo (enfermedades
transmitidas por los alimentos y el aire, gangrena gaseosa (infección potencialmente mortal del tejido
muscular causada por una bacteria), tétanos, etc.) o eran causadas por microorganismos externos a la
flora normal de los pacientes (por ejemplo, difteria, tuberculosis). El progreso alcanzado en el tratamiento
de las infecciones bacterianas con antibióticos ha reducido considerablemente la mortalidad por muchas
enfermedades infecciosas. Hoy en día, casi todas las infecciones nosocomiales son causadas por
microorganismos comunes en la población en general.

2. Vulnerabilidad de los pacientes: Entre los factores que influyen en los pacientes en relación a
la posibilidad de contraer una infección, se encuentran la edad, el estado de inmunidad, cualquier
enfermedad subyacente y las intervenciones diagnósticas y terapéuticas.

En las épocas extremas de la vida – la infancia y la vejez – suele disminuir la resistencia a la infección.
Los pacientes con enfermedad crónica, como tumores malignos, leucemia, diabetes mellitus,
insuficiencia renal o síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) tienen una mayor vulnerabilidad
a las infecciones por agentes patógenos oportunistas. Estos últimos son infecciones por microorganismos
normalmente inofensivos, que forman parte de la flora bacteriana normal del ser humano, pero pueden
llegar a ser patógenos cuando se ven comprometidas las defensas inmunitarias del organismo.

3. Procedimientos diagnósticos y terapéuticos: Muchos procedimientos diagnósticos y


terapéuticos modernos, como biopsias, exámenes endoscópicos, cateterización,
intubación/respiración mecánica y procedimientos quirúrgicos y de succión aumentan el riesgo
de infección. Ciertos objetos o sustancias contaminadas pueden introducirse directamente a los
tejidos o a los sitios normalmente estériles, como las vías urinarias y las vías respiratorias.

4. Factores ambientales: Los establecimientos de atención en salud son un entorno donde se


congregan las personas infectadas y las expuestas a un mayor riesgo de infección. Los pacientes
hospitalizados que tienen infección o son portadores de microorganismos patógenos, son focos
potenciales de infección para los demás pacientes, el personal de salud y los visitantes. Las
condiciones de acumulación dentro del hospital, el traslado frecuente de pacientes de una unidad
a otra y la concentración de pacientes muy vulnerables en un pabellón (de recién nacidos,
pacientes quemados, cuidados intensivos) contribuyen a la manifestación de infecciones
nosocomiales.

5. Resistencia bacteriana: Muchos pacientes reciben antimicrobianos, de esta manera los


antibióticos promueven el surgimiento de poblaciones o cepas de bacterias
polifarmacorresistentes, reducen la proliferación de microorganismos sensibles al medicamento
administrado en la flora humana normal, pero las cepas resistentes persisten y pueden llegar a ser
endémicas en el hospital, es decir, quedan localizadas en el lugar y pueden repetirse
frecuentemente. En algunos casos, los antibióticos son menos eficaces a causa de la resistencia.
Cuanto mayor sea el uso de un agente antimicrobiano, es más fácil que a la larga surjan bacterias
resistentes a ese producto, que pueden propagarse en el establecimiento de atención de salud. Por
ejemplo, hoy en día, muchas cepas de neumococos, estafilococos, enterococos y bacilos de la
tuberculosis son resistentes a la mayor parte o la totalidad de los antimicrobianos que alguna vez
fueron eficaces para combatirlas.

PUNTO 2 – Meliusca

Si bien todos en el hospital, tanto personal de salud, como pacientes y visitantes están expuestos a adquirir
una infección, hay cierto grupo de personas que son más propensas a padecerlas, entre los cuales tenemos:

• Inmunocomprometidos por la edad, enfermedades subyacentes o tratamientos medico –


quirúrgicos, como pacientes que reciben diálisis.
• Pacientes que hayan recibido implantes, prótesis y trasplantes.
• Pacientes monitorizados y con catéteres intravasculares invasivos o sondas urinarias.
• Pacientes sometidos a una extensa exposición a antibióticos de amplio espectro.
• Pacientes con largos períodos de hospitalización ya que cuanto más tiempo dure la estadía del
paciente en el ambiente hospitalario, mayor es el riesgo de adquirir una infección hospitalaria.

Áreas del Hospital de elevado riesgo

El riesgo de contraer enfermedades infecciosas en hospitales se halla fundamentalmente en áreas


como:

• Emergencias: Esta área es una de las más riesgosas, en vista de que a cada instante están llegando
y saliendo personas con diferentes patologías y posiblemente contaminadas con microorganismos
altamente infecciosos, todo esto ligado a que no es un área que se pueda cerrar facilmente para
desinfección, ni tiene el nivel de temperatura para minimizar la prevalencia del organismo, por
lo que es sumamente común la influencia de esta área en las infecciones hospitalarias.

• Sala de parto: Esta es otra de las áreas en las que muchas veces llegan madres infectadas a dar
a luz a un niño igualmente infectado, o casos de aborto en el que el feto viene ya sin vida y séptico,
por lo que toda la sala y los restantes pacientes que entran y salen, así como el personal de salud
está predispuesto a contraer alguna infección.

• Laboratorio químico: Es un área de gran riesgo del hospital ya que en él se reciben toda clase
de muestras contaminadas, existen equipos eléctricos de diferentes voltajes, se utiliza una gran
variedad de sustancias químicas, materiales radioactivos, gases tóxicos y explosivos, aparatos
mecánicos, etc.

• Laboratorio de Microbiología: Son los investigadores y técnicos de laboratorio los que corren
los mayores riesgos. Las principales causas de infección en este laboratorio se debe a la
autoinoculación (procedimiento en el cual se extraen células del cuerpo, se tratan o modifican
médicamente y luego se colocan de nuevo dentro del cuerpo), la inhalación de aerosoles
producidos por la manipulación de sustancias, el pipeteo con la boca, cortes, derrames, o
salpicaduras, etc.

• Laboratorio odontológico: El medio de trabajo de los odontólogos, la cavidad bucal, es un


medio altamente contaminado, en el que se tiene contacto directo con mucosas, fluidos
corporales, secreciones nasofaríngeas y respiratorias del paciente. Además, durante los
tratamientos odontológicos se trabaja con elementos corto punzantes que podrían causar pequeñas
heridas en los profesionales.

Gérmenes más frecuentemente implicados

Existen diversos tipos de microorganismos patógenos trasmitiéndose de huésped en huésped con


el uso de diversas fuentes. Una fuente es la persona, vector o vehículo que alberga al organismo o agente
causal, y desde el cual éste puede ser adquirido, transmitido o difundido a la población, bien sea bacterias,
virus, parásitos, hongos, entre otros; éstos se pueden encontrar en el medio ambiente, portados por el
paciente o en los materiales empleados en cirugía. Mucho de ellos se encuentran de forma permanente
en la flora o en la piel de los individuos sanos, de manera que diferentes agentes patógenos pueden causar
infecciones nosocomiales.

Algunos de los más frecuentes son:

TIPO MICROORGANISMO FUENTES INFECCIONES O


ENFERMEDADES
Staphylococcus aureus Fosas nasales, piel, pelo Infección de heridas,
neumonía y abscesos
BACTERIAS Streptococcus β hemofílico del Colon, vagina de Infecciones urinarias y
grupo D mujeres adultas de heridas
Escherichia coli toxígena Nasofaringe, orofaringe, Enteritis (inflamación
colon, periné del intestino,
generalmente el
delgado)
HONGOS Candida Albicans Boca, colon, genitales, Moniliasis (crecimiento
piel anormal de dicho hongo
que es más común en
las mujeres, lo cual
provova picazón y flujo
en la vagina) y
dermatitis
Lesiones de la Enfermedades de
Virus del Herpes membrana mucosa, piel transmisión sexual
y sangre
VIRUS Hepatitis A Heces, sangre, orina Hepatitis infecciosa
Hepatitis B Heces, sangre, Hepatitis sérica
secreciones corporales
PUNTO 3 – Carlos

Infecciones hospitalarias más frecuentes

• Urinarias: Es la infección hospitalaria más frecuente, representada por un 80%


aproximadamente. Son ocasionadas generalmente por el uso de una sonda vesical permanente.
Las infecciones urinarias causan menos mortalidad que las otras infecciones hospitalarias, pero a
veces pueden ocasionar bacteriemia (descarga pasajera de bacterias en la sangre a partir de un
foco infeccioso, que se manifiesta por temblores y aumentos de temperatura) y la muerte.

• Neumonía: Constituye aproximadamente el 20% de las infecciones hospitalarias, es causada por


la invasión de microorganismos en el pulmón y por la respuesta inmune del paciente. Los
síntomas de la neumonía son malestar general, náuseas, vómito y fiebre.

• Herpes simple tipo I: Lesión cutánea inflamatoria que se caracteriza por la aparición de
pequeñas vesículas. Es una enfermedad infecciosa aguda, que afecta generamente a la cara, labios
y parte superior del cuerpo. Las personas con herpes simple tipo I, tienen úlceras y ampollas
alrededor de la boca o la nariz, que pueden durar entre algunos días y varias semanas. Otros
síntomas pueden incluir fiebre, fatiga, glándulas inflamadas y dolor muscular. Es transmitido por
contacto directo.

• Infecciones donde se ha practicado una intervención quirúrgica: Su incidencia varía de 0.5


al 15% según el tipo de operación y el estado del paciente. Representan un problema grave que
limita los beneficios potenciales de la herida o del tipo de inserción del tubo de drenaje, por
ejemplo. La infección suele contraerse durante la propia operación, ya sea en forma:
– Exógena: del ambiente, el equipo médico, los cirujanos u otro personal médico.
– Endógena: de la flora de la piel o del sitio de la operación
– En raras ocasiones, por la sangre empleada en la intervención quirúrgica.

• Infecciones respiratorias: De las cuales destaca el resfriado común, que es una enfermedad
infecciosa viral leve de la nariz, la garganta y el sistema respiratorio superior (nariz, cavidad
nasal, boca, faringe y laringe). Sus síntomas son estornudos, secreción nasal, goteo y congestión
nasal (a menudo ocurren simultáneamente, o en una sola fosa nasal), dolor o flema en la garganta
y una sensación de malestar general, normalmente dura entre 3 y 10 días.

• Infecciones entéricas: Donde destacan:

– Diarrea aguda: Generalmente va acompañada de retorcijones abdominales, náuseas, vómitos,


heces acuosas con sangre o sin ella. Puede haber síntomas como fiebre y casi siempre hay dolor
abdominal difuso (dolor generalizado), periumbilical y aumento de ruidos intestinales.

– Hepatitis A: Es una enfermedad muy contagiosa que ataca el hígado. En general, se transmite de
persona a persona o al consumir comidas o bebidas que fueron manipuladas por una persona
infectada. Los síntomas pueden ser fiebre, malestar, náuseas, dolor abdominal, orina oscura e
ictericia (coloración amarilla de la piel y la parte blanca del ojo).

• Patógenos en la sangre: Entre las enfermedades de infección, causada por los patógenos de la
sangre se encuentran:

– Hepatitis B: Es una enfermedad del hígado, causada por el virus de la hepatitis B (VHB). La
hepatitis hace que el hígado se inflame y deje de funcionar correctamente. Puede acabar en
cirrosis (pérdida de la arquitectura hepática por cicatrización del hígado), así como también
cáncer en el hígado, insuficiencia hepática y la muerte. La hepatitis B se adquiere por medio del
contacto con la sangre, el semen, u otro líquido corporal de una persona infectada. Sus síntomas
se manifiestan con: ictericia, cansancio, náuseas, fiebre, pérdida del apetito, dolor de estómago,
diarrea y dolor de cabeza.

– Síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA): Es una enfermedad que afecta a los


humanos infectados por el VIH (virus de inmunodeficiencia humana). El VIH se transmite a
través de los fluidos corporales (tales como la sangre, semen, secreciones vaginales y leche
materna). El SIDA consiste en la incapacidad del sistema inmunitario para hacer frente a las
infecciones y otros procesos patológicos, y se desarrolla cuando el nivel de linfocitos TCD4
desciende por debajo de 200 células por mililitro de sangre. Este tipo de linfocitos son los que
ayudan a coordinar la respuesta inmunitaria al estimular a otros, como los macrófagos
(fagocitan, es decir, absorben o neutralizan cuerpos extraños que encuentren en el organismo),
los linfocitos B (cuya función principal es la producción de anticuerpos dirigidos contra
diversos patógenos) y los linfocitos TCD8 (reconocen y destruyen las células infectadas por
microorganismos, como bacterias o virus), todo esto con el propósito de combatir la infección.

• Otros: Entre otras infecciones podemos mencionar:


– Infecciones de la piel y tejidos blandos: por lesiones abiertas (úlceras, quemaduras).
– Gastroenteritis, que es la infección hospitalaria más común en los niños.
– Sinusitis, infecciones de los ojos y la conjuntiva.
– La endometritis y otras infecciones de los órganos genitales después del parto.

PUNTO 4 – Francisco

Medidas preventivas

Entre las medidas de eficacia aprobadas se encuentran: la asepsia; la esterilización, el lavado de


manos, el drenaje urinario cerrado, las vigilancias de los catéteres, no tocar las heridas sin guantes, la
quimioprofilaxis en cirugías contaminadas (conjunto de medidas que se toman para proteger de las
enfermedades y que consiste en la administración de sustancias químicas); la limpieza y desinfección de
los respiradores.

Por otro lado, existen las medidas de control que en todos los casos son exigibles, una de ellas es
que en cada hospital exista un comité para la detección y control de las infecciones
intrahospitalarias, el cual es el organismo conformado por el epidemiólogo del Hospital, clínicos y
administradores de servicios en salud que coordinan las actividades de detección, investigación, registro,
notificación y análisis de las situaciones de las infecciones; la presencia de una política de antibióticos
y de desinfectantes, esto es para conocer que antibióticos sí y qué antibióticos no deben de utilizarse en
el centro y además cuáles de ellos son reservados para ciertos casos de infección, es decir, que no haya
una profusión discriminada en el uso de antibióticos.

Sin embargo a manera de síntesis, se exponen a continuación las medidas básicas de prevención:

• Lavado de manos y uso de guantes: El uso de guantes cumple un papel muy importante en
disminuir el riesgo de transmisión de microorganismos, ya que los mismos proveen una eficaz
barrera cuando se toca sangre o fluidos corporales. En cuanto al lavado de manos, se deben lavar
antes y después de atender a cada paciente (aunque se haya utilizado guantes), con jabón y durante
15 segundos y posteriormente secar con toallas desechables.

• Desinfección de áreas: Todo elemento en contacto con fluidos corporales y piel del paciente
debe recibir un proceso de limpieza y desinfección. El operador siempre debe vestir guantes de
limpieza, y debe usar calzado cerrado. Entre cada área o habitación se debe descartar el agua de
limpieza y cambiarla por otra limpia. No es recomendable usar plumeros, escobas o trapos secos
para la limpieza.

• Facilidades en la habitación: La habitación debe contar con facilidades para el lavado de


manos . El uso de soluciones esterilizantes ayuda en habitaciones sin esta facilidad.

• Uso de mascarillas: La mascarilla no debe dejarse de usar en caso de tratar a un paciente con
algún tipo de infección, la misma debe cubrir la boca y nariz, tener ajustes adecuados y ser de
tela desechable resistente a los líquidos.

• Protección respiratoria: Debe ser usada por personas que ingresan en la habitación de un
paciente que se sospecha o se conoce que tiene una enfermedad que requiere aislamiento.

• Prevención de la transmisión de infecciones por vía sanguínea: Se debe evitar el contacto con
sangre entre el paciente, el trabajador de la salud y otros pacientes. Haciendo énfasis
principalmente en la toma de precauciones al momento de trabajar con sangre o excreciones
contaminadas con ellas. Se deben manejar con mucho cuidado las agujas y los instrumentos
cortantes usados, no se deben dejar objetos cortantes abandonados sobre una superficie, se
recomienda la educación sobre los patógenos de la sangre para todos los trabajadores de salud.

• Limitación del movimiento del paciente: Se deben limitar los movimientos del paciente
infectado solo para propósitos especiales, para disminuir así las posibilidades de transmitir la
bacteria en el hospital. El paciente debe estar cubierto, el personal deberá estar informado de la
patología infecciosa y las medidas de prevención, así como también el paciente debe estar
informado acerca de cómo colaborar con la prevención de la transmisión de su enfermedad.

• Uso de protectores oculares: Se utilizan para prevenir la salpicadura en los ojos de fluidos
corporales, por lo tanto, deben ser amplios.

• Uso de ropa médica: Importante en partos y cirugías. Consiste en una cubierta de tela resistente
a líquidos, sobre todo en las mangas y cuello. Se debe retirar antes de salir de la unidad del
paciente y lavar las manos con soluciones antisépticas inmediatamente.

• Control del equipo y ropa del paciente: Ningún equipo utilizado con los pacientes debe
reutilizarse sin algún proceso de desinfección o esterilización. La ropa del paciente se debe
guardar en una bolsa plástica cerrada.

• Comida: Cuando sea posible, evitar que los pacientes preparen comida con sus familiares en el
hospital, que debe encargarse de los alimentos y bebidas de los mismos. Los utensilios deben ser
desinfectados también, y la comida sobrante manejada como infecciosa.

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