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PREDICANDO EN EL PODER DEL ESPIRITU SANTO

PREDICACION: Es la comunicación en forma de discurso oral de un mensaje


extraído de las sagradas escrituras a través de una exegesis cuidadosa transmitido
con autoridad convicción, denuedo, pasión, urgencia y compasión a través de toda
la personalidad de un hombre redimido, llamado y calificado por DIOS, bajo la
influencia y el poder del Espíritu Santo para la gloria de Cristo de DIOS en Cristo,
la salvación de los pecadores y la edificación de los santos. Según Pastor Sugel
Michelen

El video hace énfasis a la importancia de la unción y la capacitación del Espíritu


Santo al momento de predicar la palabra de DIOS y mientras se hace la
impartición de la palabra debe ser con el entendimiento dado por el señor
Jesucristo para la buena edificación. DIOS no revela ni inspira nada a través de los
predicadores, porque El ya lo hizo en los que escribieron su palabra, lo que hace
es iluminarlo para que al que le llegue el mensaje le sea dado el entendimiento y
sea transformado por el poder del Espíritu Santo.

El predicador debe estructurar, leer, estudiar y preparar muy bien el sermón para
recibir la iluminación del Espíritu Santo a la hora de llevarlo a la congregación, este
trabajo debe ser realizado con diligencia y eficaz como todo lo que hacemos para
el señor.

El ministerio del evangelio se debe dar con denuedo y claridad pidiendo a DIOS
las palabras apropiadas y precisas para que los que escuchen entiendan el
mensaje. Que se inspire el amor que hay en el corazón del predicador para
influenciar a la congregación del poder del espíritu Santo.

Mientras la palabra de DIOS es predicada, el Espíritu imparte sus dones y a la vez


esta obrando en los que la reciben, porque el Espíritu es soberano e impredecible
por lo que a los que la reciben les da gracia por decisión del Espíritu y no porque
se programe en un avivamiento, el avivamiento lo decide el Espíritu.
No debemos contristar al Espíritu Santo de Dios, porque el Espíritu es una persona
que siente, se retrae y su poder no fluye en esos corazones que están llenos de
odio, amargura, resentimientos, malas palabras.

Hay que tener cuidado con la pereza porque es un pecado que contrista en gran
manera al Espíritu de Dios, de igual forma cuando el predicador busca la gloria y
no se la da a quien es merecedora de ella: DIOS; que vergüenza con aquellos
predicadores que buscan llamar la atención de los hombres en el pulpito, cuando
el predicador recibe halagos sin darle la gloria a DIOS, pierde toda la unción que le
haya sido impartida por el Espíritu.

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