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LOS PROFETAS SON:

 La boca de Dios
 El ojo de Dios
 Sanadores y restauradores “Por tanto, así dijo Jehová: Si te convirtieres,
yo te restauraré, y delante de mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo
vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a
ellos.” Jeremías 15:19
 El profeta tiene una alta percepción natural y espiritual, siendo un
receptor de Dios (planes, diseños, tiempos, lugares, ciudades y naciones).
 El profeta es muy entendido en los tiempos y asuntos del Reino de Dios.
 La verdadera naturaleza del profeta es su pasión por el corazón de
Dios. “Yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo
hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio
de Jesús. Adora a Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la
profecía.” Apocalipsis 19:10
 Por tanto, su motivación es traer fresca revelación de Jesús mismo. El
resultado de esta revelación es activar la pasión por Dios en el pueblo.

LA FUNCIÓN DEL PROFETA

 El profeta colabora con el diseño de la casa de Dios (es el radar de la


iglesia) y enfoca al pueblo en la visión.
 El profeta es un ministro de guerra y de adoración.
 El profeta activa al pueblo para que pase de un nivel a otro.
 El profeta imparte de su espíritu al espíritu del pueblo y aviva la fe
del pueblo.
 El profeta tiene la capacidad en Dios de abrir paso para que el
pueblo sea introducido en las esferas espirituales.
 Los profetas nos introducen a lo apostólico.
EL CARÁCTER DEL PROFETA

 Por cuanto el profeta trae equilibrio, él debe tener equilibrio y sanidad.


 La falta de carácter puede echar a perder el don.
 El plan de Dios es que el profeta viva el mensaje y sea su portador.
 Dios confrontará al profeta seriamente en las áreas de su vida que sean
inconsistentes con el mensaje que le ha dado a proclamar.
 El profeta en sanidad ministra al pueblo con misericordia y verdad y de
esta forma cumplirá el propósito de redargüir y corregir, para hacer
volver los hombres a Dios.

SANIDAD DEL PROFETA

 El profeta herido herirá a otros.


 Cuando el profeta ha recibido sanidad por la gracia de Dios y la Palabra, él
mismo se convierte en sanador y libertador y podrá impartir la paternidad
de Dios con revelación y con la unción para sanar las heridas de los
corazones quebrantados.
 Muchos profetas en su caminar han sido heridos, incomprendidos,
afectados en sus vidas por otros líderes de Dios en posición de
autoridades. Algunos han alimentado su dolor, su rechazo y se llenan de
amargura.
 Pueden seguir operando en los dones pues estos operan desde el espíritu
del creyente, aunque su alma esté llena de amargura, rencor, juicio y
tinieblas.

RECONOCIENDO A UN PROFETA

 El verdadero profeta discípulo de Dios se reconoce por el fruto. “Por sus


frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de
los abrojos?” Mateo 7:16
 No es por los dones, ni por el poder; tampoco por el hecho de que sus
profecías se cumplan.
 El fluir de los dones no está en relación directa a la madurez.
 La unción puede operar aún en un profeta que necesita restauración,
sanidad interior o liberación. Esto no lo descalifica como siervo de Dios.
 Su meta debe ser crecer a la medida de la estatura del varón perfecto:
Jesucristo.

Tipos de llamados proféticos

 Un profeta en potencia es llamado por Dios aunque puede ser identificado y


confirmado en su llamado por otro ministro de oficio.
 Un profeta o alguien con manto profético puede discernir a otro profeta.
 Por causa del manto profético sobre una persona o un lugar se puede creer
equivocadamente que alguien es profeta, pero es porque fluye bajo el
manto.
 La palabra profética que alguien recibe, activa el llamamiento a lo profético
que está en la persona.
 Hay llamamientos específicos, pero también hay diferentes combinaciones,
Ejemplos:
o Un evangelista profético, quien es un ministro que proclama la
verdad de Dios acompañada con dones de revelación.
o Un maestro con unción profética.
o Un pastor profético.
o Un apóstol profético

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