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N
CRISTIANA
INSTITUTO INTERAMERICANO
PARA EL DESARROLLO
INDES
Preparado por:
Pastor/Psicólogo: DIEGO LUIS CASTAÑO NIETO
Bogotá. D.C.
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2023
PRIMERA SESIÓN
I. EL PREDICADOR
INTRODUCCIÓN
Combatir el falso concepto “espiritual”, que para predicar solo se necesita oración y
ayuno, y que la preparación del sermón es lo de menos. Los que piensan de esta
manera, solo quieren justificar su pereza, negligencia y negarse a todo sacrificio
intelectual y del tiempo que demanda dicha predicación. (Salmo 81:10; Lucas 12:12)
Brindar las herramientas necesarias para que el expositor de la Palabra haga uso de
una variedad de estrategias y metodologías a la hora de preparar y exponer el mensaje
de Dios
Concientizarnos que la manera más efectiva como Dios ministra a su iglesia es a través
de su Palabra. 2 Tim. 3:16: Heb. 4:12
A. DEFINICIÓN DE LA PREDICACIÓN
Etimológicamente homilética viene del griego homiletikós, que significa "conversar con".
En el N.T los términos kerygma y euangelio limitan la predicación a la proclamación del Señor
Jesucristo y su obra de redención.
Hoy día la predicación se extiende no solo a anunciar el evangelio de Cristo, sino también
como un medio para exhortar o enseñar a la iglesia toda la palabra de Dios.
En el A.T. el que predicaba la palabra de Dios era el profeta impulsado por el Espíritu de Dios,
su palabra era Palabra de Dios, por lo general su mensaje era el de condenar el pecado,
invitar al arrepentimiento para que el juicio de Dios no cayera sobre la nación.
En el N.T la palabra de los predicadores sigue siendo Palabra de Dios, pero desde que ésta
se encarnó en Jesús, Cristo es el objetivo primordial de nuestra enseñanza.
1. CONVICCIÓN
El predicador antes de exponer su mensaje debe estar completamente convencido en su
mente y corazón de lo que va a exponer (1 Jn. 1:3).
El pulpito no es para exponer nuestras dudas, sino nuestra certeza.
Debe estar convencido de su salvación, regeneración, debe estar convencido del poder de
Dios, su amor, perdón y que la Biblia es palabra de Dios, y que esta es poderosa para
transformar a las personas
2. LLAMADO
3. TESTIMONIO PERSONAL
La conducta del predicador ha de ser irreprochable. El apóstol Pablo en 1 Ti. 3:2-7 nos
presenta una lista de las cualidades que han de caracterizar a un obispo, pero podemos
aplicarla también al predicador.
El testimonio de la palabra adquiere mayor credibilidad y eficacia cuando va acompaña de los
hechos.
La Palabra de Dios que enseñamos debe hacerse real en nuestras vidas, para que el nombre
de Cristo no sea vituperado. (Rom. 2:21-24).
Conducta externa: sus palabras y acciones deben reflejar su condición interna (Mt.
3:8; 5:16). El predicador debe entender que es embajador de Cristo y como tal, debe
vivir, vestir y andar. Su comportamiento será un testigo silencioso pero poderoso que
respaldará sus palabras.
4. PREPARACIÓN
No todo obrero que se prepare para predicar, tendrá un ministerio de éxito, pues en todos no
hay la APTITUD de expresarse con fluidez, coordinar con claridad las ideas y fuertes
sentimientos que vigoricen las palabras, y un estilo que atraiga a los oyentes.
Esta aptitud es difícil de adquirir sino se tiene el llamado. La preparación debe abarcar el
intelecto, las emociones y el espíritu.
Preparación intelectual:
El llamado no desplaza nuestro vació intelectual, antes bien nos insta a este y nos abre
la capacidad de asimilarlo y aplicarlo. La palabra de Dios exhorta a los obreros a que
se preparen para que usen bien las Sagradas Escrituras y no ser avergonzados.(2
Tim.2:15). Esta preparación demanda sacrificio, y muchos no están dispuestos a pagar
el precio y prefieren la vía del menor esfuerzo; el plagio, la improvisación o repetición
de mensajes trillados. El ministerio de la palabra ha de ser ejercido por cristianos
maduros, con fundamento doctrinal para que no sean arrastrados por el error del diablo
(1 Ti. 3:6).
Es requisito indispensable, el conocimiento de las escrituras, pero también el
predicador ha de tener una cultura y conocimiento general del mundo y
específicamente del pueblo al cual predica, este conocimiento es adquirido a través de
investigaciones, enciclopedias y libros afines.
Preparación emocional:
vanagloriarnos de nuestra capacidad para predicar, olvidando que Dios es solo el que
merece la gloria y honra.
Preparación espiritual:
El conocimiento intelectual sin la plenitud del espíritu es letra muerta (2 Ped. 1:20-21).
Los discípulos del Señor fueron equipados con el poder del Espíritu Santo, antes de ser
testigos en Judea… y hasta lo último de la tierra (Hch.1:8), este poder nos llena de
autoridad, denuedo y confianza al hablar. Hch. 4:31.
Debemos estar convencidos que solo el Espíritu santo puede mover al pecador al
arrepentimiento, e infundir fe y esperanza a los corazones debilitados.
5. HUMILDAD
Es indispensable que el predicador siempre mantenga un espíritu de humildad, pues Dios
resiste a los soberbios y da gracia a los humildes (Stg. 4:6).
La humildad en el predicador debe verse reflejada a la hora de ser elogiado o felicitado por la
Palabra compartida. Nunca el predicador debe olvidar que toda la gloria y alabanza es para
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Dios, y El no comparte su gloria con nadie. (Is. 42:8); por otra parte esa humildad también
debe verse reflejada a la hora de ser criticado o corregido por los oyentes. El predicador con
humildad debe reconocer sus errores y procurar cada día perfeccionarse en esta tarea.
Debemos aprender de nuestro maestro que cuando lo acusaban e insultaban no abrió su
boca. Is. 53:7.
Muchos siervos de Dios han recibido dones preciosos y experiencias sobrenaturales, que en
algún momento puedan llevarlo al envanecimiento.
El apóstol Pablo experimentó esos dones y revelaciones especiales, por esto en 2 Cor. 14:7
El reconoce que el aguijón que experimentaba su carne era una advertencia constante de
parte de Dios, para que no cayera en la arrogancia.
SEGUNDA SESIÓN
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El predicador al preparar su sermón debe tener bien en claro el propósito u objetico que
quiere alcanzar con su mensaje.
Predicar va más allá tomar un texto de la Biblia, y dar una opinión acerca de él.
Cuando la predicación no tiene un objetivo claro se vuelve confusa y aburrida para las
personas, el auditorio empieza a perder el interés.
Un predicador que no le apunta a nada no va a pegarle a nada. Es decir su mensaje fue solo
para entretener o pasar el tiempo.
Depender de Dios: El predicador debe estar en completa sintonía con Dios y depender
completamente de Él, ya que solo Él conoce la necesidad de cada uno en particular y
solo Él puede satisfacerla (Jn. 15:5). Solo el Espíritu Santo puede producir una obra de
regeneración en cada creyente. Juan 16:8,13
Preparar el sermón: El propósito guía a la elección del texto, tema, estilo, divisiones,
contenido, etc. Si tenemos en claro lo que queremos que los oyentes crean o actúen,
la tarea de preparar y exponer el mensaje será más fácil para el predicador.
1. Propósito Evangelístico:
Su finalidad es la de reconciliar al hombre pecador con Dios.
El propósito Evangelístico busca llevar al hombre perdido a un encuentro real y
personal con Jesucristo nuestro Salvador (2 Co. 5:18-31). La predicación evangelística
tiene en cuenta cuatro aspectos principales:
El estado pecaminoso del hombre natural (Ro. 6:23)
La obra redentora de Cristo (Hch. 10:43)
La regeneración o nuevo nacimiento por medio del E. S. (2 Co. 5:17)
2. Propósito Doctrinal:
Es caracterizada por la enseñanza. Busca el desarrollo sistemático y detallado de las
verdades bíblicas y su aplicación práctica. (Tito 2:1). Sus fines principales son:
Prevenir y corregir doctrinas falsas
Movilizar a los hermanos a la aplicación de las verdades bíblicas.
Profundizar en el conocimiento de la Biblia. (Heb. 5:11-14; 6:1-2)
3. Propósito de Devoción:
Busca guiar al creyente a una expresión genuina de su amor y búsqueda de Dios
Mt. 22:37-38
Estos sermones exaltan la gloria, majestad, santidad y amor de Dios para nosotros y
promueve un culto sincero a Dios.
Temas como la oración, la adoración, acción de gracias, importancia de la lectura
bíblica, etc. Apuntan a este fin.
4. Propósito de Consagración:
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5. Propósito ético-moral:
Se caracterizan por regular la conducta del cristiano en sus relaciones diarias a la luz
de los principios éticos-cristianos. Como ejemplos tenemos: temas que hablen de la
honradez, matrimonio, divorcio, unión libre, aborto, suicidio, drogadicción, machismo,
feminismo, homosexualismo, el buen uso de las ciencias, el trabajo, eutanasia, política.
Al predicar estos sermones tengamos cuidado en no desplazar los principios bíblicos,
por concepciones materialistas, filosóficas, humanistas y psicológicas de la sociedad
contemporánea.
¿A los hermanos les falta ejercer fe cuando se les presentan problemas prácticos en su
vida?
¿Hay carencia en alguno de los frutos del Espíritu Santo?
¿Falta mayor compromiso o respaldo en la obra del Señor?
¿En la congregación hay confusión en algunos temas doctrinales?
¿Hace falta sanidad interior en algunos creyentes?
¿Es necesario mayor búsqueda de la presencia de Dios en la congregación?
¿La congregación está cumpliendo el mandato de evangelizar?
¿La iglesia está proyectada al servicio?
E. Formulando el Propósito
Para la formulación de propósitos u objetivos se utilizan verbos en infinitivo de acción y a la
hora de elaborarlos tenemos que tener en cuenta que deben ser: claros y comprensibles,
realistas, motivadores, evaluables y medibles.
LISTA DE VERBOS
Ejemplo
TEMA: No viva estresado
TEXTO: Lucas 12:29-30
PROPOSITO GENERAL: Consolación y aliento
PROPOSITO ESPECÍFICO: Que los hermanos puedan superar la excesiva preocupación por
las carencias materiales que puedan tener. Poniendo su confianza en Dios que es su
proveedor.
EJERCICIO PRÁCTICO
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Con una flecha señale el propósito general de la predicación que puede estar indicando el
texto bíblico.
EVANGELISTICO ROM. 8:35-39
DOCTRINAL 1. COR. 7:1-5
DEVOCIONAL ROM. 3:21-28
CONSAGRACION 1. COR. 12:27-28
ETICO-MORAL ROM. 10:8-11
CONSOLACION-ALIENTO MATEO 6:5-8
A. SERMÓN TEXTUAL
En esta clase de sermones, la predicación se desarrolla teniendo como fuente principal un
solo texto bíblico, no tan extenso.
Del texto leído, obtiene el tema y las divisiones principales del sermón.
La predicación textual puede desarrollarse manteniendo la secuencia de cada versículo
(Textual secuencial)
Pero también la predicación textual puede desarrollarse intercalando los versículos del pasaje
leído. (Textual irregular)
Ejemplo: (textual secuencial)
Texto: 2 Crónicas 7:14
Tema: Las demandas y promesas de Dios
1. Demandas de Dios.
Humillarse
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Orar
Arrepentirse
2. Promesas de Dios
Nuestra oración será escuchada
Nuestros pecados serán perdonados
Nuestra tierra será sanada
B. SERMÓN TEMÁTICO
En esta clase de sermones, la predicación se desarrolla teniendo como fuente principal un
tema en particular.
Los sermones temáticos hacen uso de muchos textos de la biblia para fundamentar el tema
que se desarrolla.
Las divisiones principales del sermón se derivan del tema.
En este tipo de sermón se pueden desarrollar tres variantes principales: Temático-histórico.
Temático-doctrinal y Temático doctrinal-histórico
Ejemplo general:
Tema: El pecado
Origen del pecado (Gn. 3)
Manifestaciones del pecado (Ro. 1:21-32)
Consecuencias del pecado (Gn. 3:14-24)
Solución del pecado (He. 5:1-10)
Ejemplo específico:
Tema: El pecado de la mentira
Origen de la mentira
Manifestaciones de la mentira
Consecuencias de la mentira
Solución de la mentira
Este tipo de sermón más que compartir un texto o un tema, busca descubrir y exponer el
pensamiento o la idea principal del autor bíblico, en un pasaje específico.
Para esto el predicador debe conocer todo el contexto del pasaje que va a compartir y
también aplicar los principios de una buena hermenéutica.
El objetivo de un sermón expositivo es exponer el punto principal del pasaje de las
Escrituras bajo consideración, para esto es necesario trazar una línea desde donde el autor
empieza a desarrollar una idea o tema específico, hasta el pasaje en particular que se va a
predicar, y descubrir como este encaja en toda la argumentación general.
Este tipo de sermones es el que más favorece una correcta hermenéutica, pues busca
descubrir lo que el autor original quiso transmitir (exégesis)
El sermón debe logra aterrizar en el punto principal del texto en cuestión.
Quizás este tipo de sermón sea el más difícil de predicar, pues demanda tomar un pasaje y
analizarlo de una forma detenida dentro del contexto general del libro bíblico, y después
explicar cómo el texto leído está interconectado con la argumentación general del autor bíblico
Ejemplo:
Texto: Romanos 12:1-2. Tema: Una vida consagrada a Dios
Propósito Específico: De convencer al pecador cuán grave es su condición espiritual para que
se resuelva a tomar por la fe el remedio adecuado que Dios le ofrece en Cristo Jesús.
CUARTA SESIÓN
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Las partes principales del bosquejo del sermón son seis: Texto, Título, Introducción, Frase
orientadora, Cuerpo del sermón y Aplicación.
A continuación desarrollaremos cada una de las partes del bosquejo del sermón, en su
respectivo orden.
Fundamenta el mensaje: el texto no solo nos dará autoridad para predicar, sino
también nos proporciona el tema del sermón
Indica el marco referencial: la elección del texto nos dará un derrotero a seguir y nos
señalará al estilo más apropiado para la exposición bíblica y extensión.
El título se ha de anunciar al principio, con el fin que la congregación se ubique en el tema que
se va a compartir.
Para escoger el título, se debe usar de mucha creatividad y precisión para captar la atención
del público y para dar en el blanco de las necesidades de los oyentes.
Una de las tareas claves en la elección del título del sermón es resaltar un aspecto específico
del asunto que trata el texto.
1. ENCONTRANDO EL TÍTULO
Ejemplos:
Texto: Mateo 5:14
Tema: La responsabilidad del creyente
Título: No escondas tu luz
El titulo no debe ser demasiado corto ni demasiado largo. Ejemplos muy cortos:
(viviendo)(caminando)(la prueba)(las señales) (el amor) (la fe)(la llave) (el secreto)
(Dios) Ej. Muy largos: (conociendo los principios de una mayordomía bibliocentrica y
Cristo céntrica) (oportunidades y métodos prácticos para llevar a cabo la gran comisión
con éxito)
El titulo debe expresar solo una idea principal. Ejemplos negativos. (Dios, el hombre y
el universo) (la evangelización, la oración y lectura bíblica)
El titulo debe expresar un asunto sobre el cual el predicador tenga autoridad para
hablar. No puede hablar de la oración sino ora.
Por lo general, es mejor un título positivo, que uno negativo. Ejemplo. (receta para el
fracaso) (el infierno te espera)(viviendo de derrota en derrota) (tú no eres nadie)
EJERCICIOS PRACTICOS
Establezca un tema y un título para los siguientes textos bíblicos.
1. Errores en la introducción
Evite pedir disculpa por falta de preparación, falta de tiempo, poco conocimiento, u otra
cosa; predispone negativamente a la congregación
Evite empezar el sermón con algo trivial o común: Esto hará que los oyentes pierdan el
interés en lo que se va a predicar.
Evite falsas expectativas: No prometa cosas fuera de su alcance, no sea pretencioso.
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Evite contar chistes o anécdotas que nada tiene que ver con el tema que se va a
compartir; se puede hacer esto, siempre y cuando sea relevante para lo que se va
exponer
Evite despertar a la congregación con palabras ofensivas (están dormidos, no
comieron, etc.)
Procure no extenderse demasiado en la introducción
Las fuentes que podemos usar para la elaboración de la introducción son muy variadas, entre
ellas tenemos:
Las que se desarrollan con el material ofrecido con el mismo texto del sermón, el
contexto del texto y su trasfondo histórico.
Las que se desarrollan a partir de alguna alusión histórica sugerida por el tema del
sermón.
Las que utilizan una lección objetiva que ilustra en general el tema.
Las que nos proporcionan los medios de información: radio, prensa, televisión, etc.
Las que nos proporcionan las experiencias nuestras o las de los demás.
Las que son elaboradas por nuestra propia imaginación.
3. Características de la introducción
Recordemos que la introducción es el abre boca del banquete (o pan de vida) que serviremos
a la congregación, por tanto se hace necesario que esta provoque una expectativa o interés
en los oyentes. Para lograr este objetivo es necesario que la introducción llene los siguientes
requisitos:
Debe ser interesante
Con el fin de captar la atención del auditorio y los mueva a concentrarse en el
desenvolvimiento del mensaje, se recomienda usar un lenguaje pictórico que narre
hechos concretos, y no usar muchas ideas abstractas.
Debe ser breve
Con el fin de cuidarse de no anticipar lo que propiamente pertenece al cuerpo del
discurso.
Debe ser contextual
para que pueda ser entendida por los oyentes, y evitar malas interpretaciones.
Debe ser coherente
la introducción debe iluminar en una forma muy clara el centro del propósito principal
del sermón.
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D. FRASE ORIENTADORA
Dentro de la gran mayoría de los textos de homilética, esta parte del bosquejo del sermón se
le conoce como “oración transicional”.
Pero para un mejor entendimiento de nuestras comunidades se le ha dado el nombre de
“frase orientadora”.
Después de dar la introducción, inmediatamente se comparte una frase que orientará el
desarrollo del sermón. Esta frase es clave porque dará al predicador y a los oyentes las
directrices generales de cómo se desarrollará el sermón.
El cuerpo del sermón está formado por: los puntos principales del sermón, observaciones,
interpretación del texto bíblico, ilustraciones, anécdotas y aplicaciones secundarias.
Esto exige, que el desarrollo del contenido de las divisiones requiere una elaboración
adecuada.
1. Propósitos de la aplicación
2. Características de la aplicación
Toda buena conclusión debe ser fiel y consecuente al sermón. No se debe incorporar
nuevas ideas al sermón.
3. Tipos de aplicación
Las que se desarrollan resumiendo los puntos principales del mensaje. Este tipo de
desarrollo es realizado mucho en las enseñanzas de tipo doctrinal argumentativo.
Las que se desarrollan con ejemplos vivos y particulares, de cómo se puede aplicar la
verdad expuesta en situaciones concretas.
Las que se desarrollan utilizando material de ilustración que ilumine la idea central del
sermón y su propósito. Pueden ser narraciones históricas anécdotas o parábolas.
APLICACIÓN: APLICACIÓN:
QUINTA SESIÓN
V. LA COHERENCIA EN EL SERMÓN
INTRODUCCIÓN
Cuando predicamos o enseñamos, las ideas deben estar organizadas de tal forma que se
presente el discurso como una sola gran idea, esto es posible cuando existe un orden
estructural y gramatical.
Ejemplo negativo
Texto: Génesis 2:18-25
Tema: Una vida de Amor
A. El hombre estaba solo. 18-20
B. Dios hace caer en un sueño al hombre. 21-23
C. Del hombre, Dios toma una costilla para hacer la mujer. 24
En este bosquejo no existe relación o coherencia entre el tema y los puntos principales. De
igual manera no existe ninguna coherencia entre sí, en los puntos principales
B. Redarguye
C. Corrige
D, Instruye
A. Enseñar
B. Redargüir
C. Corregir
d. Perfeccionar
REPASO EVALUATIVO QUINTA SESIÓN
SEXTA SESIÓN
INTRODUCCIÓN
La homilética no solo nos brinda herramientas para la elaboración del sermón, sino también
pautas para mejorar nuestra oratoria.
Oratoria es el arte de la comunicación clara, agradable, cautivante y objetiva con el público,
uniendo el lenguaje verbal y la expresión corporal.
1. Presencia física
Es necesario que el predicador mantenga en buena forma su cuerpo y su atavío externo sea
modesto; bien presentado, en humildad como digno embajador de Cristo.
La presencia física es la carta de presentación, ante los ojos del público.
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Esto no quiere decir que no podemos identificarnos con los más humildes en la forma de
vestir.
2. Presencia emocional
Siempre que una persona habla, se está comunicando en dos idiomas: el de la mente y el de
los sentimientos.
Cuando los sentimientos y las ideas están en desacuerdo, la congregación no recibe este
mensaje con gozo y convicción, es por esto que los predicadores deben cultivar siempre una
buena salud emocional, destacando por encima de todo una actitud de completa sinceridad.
También se debe expresar en un profundo amor e identificación con la iglesia. (El pulpito no
es para regañar, insultar, gritar, burlarse, ofender ni humillar a la gente)
Es necesario antes de predicar tener una actitud de paz y comunión sincera con Dios y
nuestro prójimo.
No debemos permitir que nuestros complejos (yo no soy capaz, no estoy preparado) o
sentimientos de culpa subjetiva,(no soy digno, soy un vil pecador) eclipsen el brillo interior de
la luz divina de inspiración o apaguen el fuego del Espíritu Santo, el cual nos da la autoridad y
denuedo para hablar; pero por otro lado, debemos evitar el exceso de auto confianza y
prepotencia que nos lleva a caer en el orgullo y vanagloriarnos de nuestra capacidad para
predicar, olvidando que Dios es solo el que merece la gloria y honra.
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Las actitudes adecuadas vienen como fruto de una vida de oración, meditación, autoanálisis
constante en comunión estrecha con Dios y la congregación.
B. MÉTODO DE EXPOSICIÓN
Existen tres formas o métodos para exponer el sermón (Bosquejado, leído o memorizado),
cualquiera de estos métodos es válido, lo importante es que el predicador o maestro logre
dominarlo y se sienta a gusto con el método que escoja.
Este es el método más utilizado por los predicadores, es el método ideal, si se tiene
plenamente establecido cual es el argumento o material a desarrollar en el transcurso del
sermón.
El peligro de este método, está en no ser diligentes en la preparación del contenido de las
divisiones principales, recurriendo así a la improvisación en la argumentación.
El bosquejo es solamente la guía de nuestras ideas y no el contenido mismo del mensaje.
2. La predicación leída
Pero la predicación leída también tiene sus desventajas, las principales son:
3. La predicación memorizada
El estilo puede hacer aceptable y aun atractivo lo mediocre, y vigorizar aun las ideas más
débiles.
Existen tres formas en que manifestamos el estilo: el estilo oratorio, el estilo verbal y el estilo
corporal.
1. El estilo oratorio
Nuestras palabras y frases deben ser entendidas por el auditorio. Existen términos
científicos y regionalismos no muy conocidos que si se usan, hay que explicarlos.
Evitar muletillas o repeticiones frecuentes de palabras, que lo que manifiestan más que
todo es olvido.
Los términos deben ser precisos, para adaptarse al significado, de modo que la
expresión y la idea se correspondan mutuamente.
No cansar al auditorio con consignas que buscan más bien emocionar y captar la
atención del público forzosamente. Si se expresan consignas han de surgir con
espontaneidad y plena conciencia de darle la gloria a Dios.
Nuestras ideas deben expresarse concadenada mente, debemos también evitar caer
en el círculo vicioso de la repetición.
2. El estilo verbal
Es necesario cultivar, conservar una buena voz y crear un estilo natural y propio de
comunicación, evitando imitar a grandes predicadores, es necesario pues, tener en cuenta los
siguientes aspectos:
Cultivar y conservar una buena voz.
Una buena voz tiene volumen, pureza de tono, claridad de articulación y naturalidad en la
expresión.
Tenemos que aprender a modular el ritmo de nuestra voz para no hacer caer en letargo a la
congregación, pero hay que saber en qué momento y tiempo se debe hacer inflexión en la
voz, para que la idea sea captada con gran impresión por el público
3. El estilo corporal
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Todo nuestro ser habla, y la posición de nuestro cuerpo y expresión de nuestro rostro
hablaran más que nuestras palabras.
Nuestras expresiones corporales atraen con facilidad la atención del público, con éste
manifestamos: alegría, tristeza, paz, desesperación, miedo, dolor, amor, odio, etc.
Es importante saber coordinar el lenguaje de las ideas con el lenguaje del cuerpo, para
plasmar hondamente el mensaje.
Todo nuestro cuerpo habla, por esto, es necesario controlar muy bien todos los miembros de
nuestro cuerpo:
Los ojos
deben ser expresivos y pasearse sobre todo el auditorio, con mucha naturalidad y
calma. El predicador no ha de agachar mucho la vista, ni concentrarla en un punto o
persona determinada, ni perderla en el infinito.
La boca
No ha de abrirse innecesariamente ni torcerse.
Los labios
Se debe evitar morderlos o lamerlos con frecuencia.
Las manos
Todo movimiento debe ser provocado por el espontáneo sentimiento del momento.
Es necesario hacer buen uso de las manos, no dejarlas como pegadas a nuestros cuerpos, ni
apresarlas en los bolsillos, ni aferradas al pulpito, ni distraerlas tocando la Biblia, papeles,
botones, etc.
Es también imprudente o de mal gusto llevarse las manos a la boca, limpiarse los ojos, oídos,
rascarse desmedidamente o sonarse la nariz en público.
No debemos manotear mucho al público, ni usar las manos para golpear el púlpito con la
Biblia.
El cuerpo
Debe asumir una postura adecuada cuando se está predicando, por esto se ha de evitar
reclinarse sobre el pulpito, más bien debe estar derecho, sin levantar mucho la cabeza para
no producir un aire de arrogancia.
Los pies
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No se deben tener muy retirado el uno del otro, ni muy cerca, se debe tener un buen
equilibrio. El predicador no debe hacer el ridículo al brincar como payaso, ni dar vueltas como
trompo, ni zapatear frecuentemente, ni quedarse fijo como una estatua, ha de moverse con
naturalidad en el púlpito.
REPASO EVALUATIVO SEXTA SESIÓN
BIBLIOGRAFIA