Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
EL MINISTERIO DE LA PALABRA
CAPITULO 1
11. Dios, para hacer conocer a los hombres su plan obra por medio de los
acontecimientos de la historia de la salvación y por medio de palabras inspiradas que
acompañan y esclarecen estos acontecimientos: "La revelación se realiza con hechos y
palabras intrínsecamente ligadas; las obras que Dios realiza en la historia de la salvación
manifiestan y confirman la doctrina y las realidades que las palabras significan; a su
vez, las palabras proclaman las obras y explican su misterio" (DV. 2).
Cristo no es sólo el más grande de los profetas, el que con su doctrina completó lo que
Dios había dicho y hecho con anterioridad. El es el Hijo eterno de Dios hecho hombre,
el acontecimiento último al cual tienden todos los anteriores que constituyen la historia
de la salvación; el que cumple y manifiesta las supremas intenciones de Dios. "El . .
.cumple y completa la revelación. . ." (DV. 4; LG. 9),
Recuérdese además que Jesús, Mesías y Señor, está siempre presente en su Iglesia por
medio de su Espíritu (Cfr. J. 14, 26; 15,26; 16,13; Ap.. 2,7); El ministro de la palabra
por tanto . debe presentarlo no solo como objeto de estudio, sino también como el que
abre los corazones de los oyentes para recibir y comprender el mensaje que viene de
Dios (Cfr. Act. 16,14).
13. "Por eso los Apóstoles, al trasmitir lo que escribieron, avisan a los fieles que
conserven las tradiciones aprendidas de palabra o por carta. Lo que los apóstoles
trasmitieron comprende todo lo necesario para una vida santa y para una fe creciente del
pueblo de Dios; así la Iglesia con su enseñanza, su vida, su culto, conserva y ‘trasmite a
todas las edades lo que es y lo que cree" (DV. 8),
Esta tradición está vinculada a formulaciones, pero es más vasta y más profunda que
estas formulaciones. Es una tradición viva, porque en ella Dios continúa su diálogo con
nosotros: "Así Dios que habló en otros tiempos, sigue conversando siempre con la
Esposa de su Hijo amado; así el Espíritu Santo, por quien la voz viva del Evangelio
resuena en la Iglesia, y por ella en el mundo entero, va introduciendo a los fieles en la
verdad plena y hace que habite en ellos intensamente la Palabra de Cristo" (DV. 8).
Por una parte es necesario distinguir claramente la revelación divina que constituye el
objeto de la fe católica y que se cerró con el tiempo de los apóstoles, de la gracia del
Espíritu Santo, sin cuya inspiración e iluminación nadie puede creer. Por otra parte
Dios, que un tiempo había hablado a los hombres revelándose a sí mismo a través de los
acontecimientos salvíf1co y el mensaje de los profetas, de Cristo y de los Apóstoles,
todavía hoy guía misteriosamente la Iglesia, su esposa, y habla con ella, mediante el
Espíritu Santo, en la sagrada tradición, con la luz y el sentido de la fe, para que el
pueblo de Dios, bajo la dirección del magisterio, adquiera una comprensión siempre
más profunda de la revelación. -
LA SAGRADA ESCRITURA
14. La revelación divina, por especial inspiración del Espíritu Santo, ha sido expresada
también en forma escrita, es decir en los Libros Sagrados del Antiguo y Nuevo
Testamento, que contienen y presentan la verdad revelada por Dios (Cfr. DV. 11).
"En ella las Sagradas Escrituras son más profundamente comprendidas a la vez que más
constantemente activas" (DV. 8).
15. Con la fe el hombre acoge la revelación y por medio de ella participa del don de
Dios de manera consciente.
16. El ministerio de la Palabra, para decirlo brevemente, debe estar consciente del
cometido que se le ha confiado, es decir suscitar una fe viva que convierta la mente a
Dios, impulse a asentir a su acción y lleve a un vivo conocimiento de los contenidos de
la tradición y revele y manifieste el verdadero significado del mundo y de la existencia
humana.