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Facultad de Humanidades

LOGICA

Licenciatura en Filosofía

Lógica

Tomás de Aquino, selección de textos sobre lógica

http://eljuegodefilosofar.blogspot.com.ar/2010/07/doctor-angelico-santo-tomas-de-aquino.html

1) “El hecho de que nuestro intelecto entienda discurriendo, así como también componiendo y
dividiendo, proviene de lo mismo: que no es capaz de penetrar, de un modo inmediato y en la
primera aprehensión de algo, en todo lo que se contiene en su virtud.” (S. Theol. I, 58, 4)

2) “La necesidad de la razón proviene de un defecto del intelecto, pues aquellos entes en los
cuales la potencia intelectiva se da en plenitud no han menester de la razón, sino que comprenden
la verdad por su simple intuición.” (S. Theol. II-II, 49, 5 ad 2)

3) “En el aprendizaje comenzamos por aquello que es más fácil, salvo que la necesidad requiera
otra cosa. Pues a veces es necesario al aprender no empezar por lo que es más fácil, sino por
aquello de cuyo conocimiento depende el conocimiento de lo que sigue. Y por tal razón es preciso
al aprender comenzar por la lógica, no porque sea más fácil que las demás ciencias, pues posee la
máxima dificultad ya que se refiere a las segundas intenciones, sino porque las otras ciencias
dependen de ella, en cuanto enseña el modo de proceder en todas las ciencias.” (In Boet. De Trin.
VI, 1, sol 2 ad 3)

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4) “El ente es de dos modos: de razón y de naturaleza. El ente de razón se dice en sentido propio
de aquellas intenciones que la razón elabora al considerar las cosas, como la intención del género,
de la especie y similares, que ciertamente no se encuentran en la realidad, sino que se siguen de la
consideración de la razón. Y tal, es decir, el ente de razón, es propiamente el sujeto de la lógica.”
(In Met. 4, n. 574)

5) “Lo primero entendido son las cosas que están fuera del alma, a cuyo entender es llevado
primeramente el intelecto. Lo segundo entendido son las llamadas intenciones que se siguen del
modo de entender: lo cual el intelecto entiende en cuanto reflexiona sobre sí mismo, entendiendo
que él entiende y el modo por el cual entiende.” (De Pot. 7, 9)

6) “Los nombres de primera intención se imponen a las cosas absolutamente por medio de la
concepción por la cual el intelecto es conducido a la cosa misma en sí, como hombre o piedra. Los
nombres de segunda intención, en cambio, son aquellos que se imponen a las cosas no en cuanto
que son en sí, sino en cuanto subyacen a la intención que el intelecto hace en ellas, como cuando
se dice que ‘el hombre es especie’ o que ‘el animal es género’.” (De Nat. Gen 5, n. 35)

7) “Aquello que se dice ordenado a algo sólo significa según su razón propia la relación a algo. La
cual relación a veces está en la realidad misma, como cuando ciertas cosas se ordenan
recíprocamente según su naturaleza y poseen inclinación mutua. Y es preciso que tales relaciones
sean reales. A veces, en cambio, el respecto significado por aquello que se dice ordenado a otra
cosa está sólo en la aprehensión misma de la razón que confiere lo uno a lo otro, y entonces se da
solamente una relación de razón, como cuando la razón compara al hombre con el animal, al
modo de especie a género.” (S. Theol. I, 28, 1)

8) “Así como la relación real consiste en el orden de cosa a cosa, así también la relación de razón
consiste en el orden entre cosas entendidas, lo cual puede acontecer de dos modos. En primer
lugar, según que ese orden sea producido por el intelecto y atribuido a aquello que se dice
relativamente. Y tales son las relaciones que son asignadas por el intelecto a las cosas entendidas
en cuanto son entendidas, como la relación de género y especie. Pues la razón produce estas
relaciones considerando la ordenación de lo que está en el intelecto con respecto a las cosas
exteriores, o también el orden recíproco de las cosas entendidas. En segundo lugar, según que
tales relaciones se siguen del modo de entender, es decir cuando el intelecto entiende algo en
orden a algo, aunque el intelecto no produzca dicho orden, sino más bien se siga en virtud de una
cierta necesidad del modo de entender.” (De Pot. 7,11)
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9) “Las cosas de que trata la lógica no se estudian para conocerlas en sí mismas, sino como un
cierto apoyo para las otras ciencias. Por eso la lógica no está contenida en la filosofía especulativa
como una parte principal, sino como un cierto reducto [= reductivamente] para la filosofía
especulativa, en cuanto proporciona a la especulación sus instrumentos, a saber, silogismos,
definiciones y cosas parecidas, de las cuales tenemos necesidad en las ciencias especulativas”. (In
Boet. De Trin, 5, 1, ad 2)

10) “Por eso [el hombre] debe aprender antes la lógica que las otras ciencias, porque la lógica
enseña el modo común de proceder en todas las otras ciencias.” (In II Met., lect. 5, n. 335)

11) “Que primero los jóvenes se instruyan en los asuntos lógicos, porque la lógica enseña el modo
[común de proceder] de toda la filosofía.” (In VI Ethic, lect. 7, n. 1.211)

12) “Habiendo sido inventadas más artes cuanto a la utilidad, algunas de ellas son para la
necesidad de la vida, como las mecánicas; pero algunas son para la introducción a otras ciencias,
como las ciencias lógicas.” (In I Met., 1, n. 32)

13) “[El arte] es un cierto hábito para hacer algo de modo inteligente. No hay arte alguna a la que
eso no convenga, a saber, que sea un hábito productivo de modo inteligente; ni tampoco se da un
hábito productivo tal, a saber, de modo inteligente, que no sea arte. Es, por tanto, manifiesto que
es lo mismo el arte y el hábito productivo de modo verdaderamente inteligente.” (In VI Ethic, lect.
3, n. 1.153)

14) “Por tanto, dado que el entendimiento especulativo realiza operaciones, como, por ejemplo,
silogismos, proposiciones y otras cosas por el estilo, en las que se procede por normas ciertas y
determinadas, respecto de ellas puede salvarse la razón de arte.” (S. Theol, II-II, 47, 2, ad 3)

15) “Toda aplicación recta a algo factible, pertenece al arte.” (S. Theol, II-II, 47, 2, ad 3)

16) “Sea por esto que la ciencia lógica y la ciencia matemática se llaman artes, porque no sólo
éstas tienen conocimiento sino cierta obra, que es inmediatamente de la misma razón, como
construir un silogismo o un discurso, numerar, medir, formar melodías y calcular el curso de los
astros. Pero las otras ciencias, o no tienen obra, sino sólo conocimiento, como la ciencia divina y la

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natural, por lo cual no pueden tener el nombre de arte… O tienen una obra corporal, como la
medicina, la alquimia, y otras semejantes.” (In Boet. De Trin., 5, 1, ad 3)

17) “La (ciencia) teórica, esto es, la especulativa, se diferencia de la práctica según el fin: pues el
fin de la especulativa es la verdad, ya que hacia esto es hacia lo que tiende: el conocimiento de la
verdad. Pero el fin de la práctica es la obra, porque si bien “los [actos] prácticos”, es decir, los
“operativos” pretenden conocer la verdad tal como se halla en algunas cosas, empero no la buscan
como último fin. Pues no consideran la causa de la verdad propiamente y por razón de sí misma,
sino en orden al fin de la operación, o sea, aplicándola a algún particular determinado y a un
determinado tiempo.” (In II Met, 2, n. 290)

18) “La prudencia y el arte son acerca de la parte práctica del alma que razona sobre las cosas
contingentes que nosotros podemos hacer. Y se diferencian porque la prudencia dirige en las
obras que no trascienden a la materia exterior, sino que son perfecciones del agente, por lo cual se
dice que la prudencia es recta ratio agibilium. El arte dirige en las acciones que pasan a la materia
exterior, como edificar y cortar; por eso se dice que el arte es recta ratio factibilium.” (In I Met, 1,
n. 34)

19) “Cuando se dice que unas artes son especulativas y otras prácticas, hay una referencia a
ciertos fines especiales de esas artes, como si decimos que la agricultura es arte práctica, mientras
que la dialéctica es teórica.” (In Boet. De Trin., 5, 1, ad 4)

20) “Pero el hacer puede tomarse en dos sentidos: uno propio y otro común. En sentido propio,
significa realizar algo en una materia exterior, como hacer una casa o algo semejante. En sentido
común, se aplica a cualquier acción, ya trascienda a una materia exterior, como el quemar y el
cortar, ya permanezca en el mismo agente, como el entender y el querer.” (S.Theol, II-II, 134, 2 c)

21) “Obrar (agere) y hacer (facere) se diferencian porque obrar es conforme a una operación que
permanece en el mismo agente, como elegir, entender y similares... Pero hacer es conforme a una
operación que pasa al exterior para la modificación de la materia, como cortar, quemar y
similares.” (In VI Met, 1, n. 1152)

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22) “Así como en los actos exteriores podemos distinguir la operación y la obra, por ejemplo, la
edificación y el edificio, así en las operaciones de la razón cabe distinguir también su acto, que
consiste en entender y discurrir, y lo producido por este acto. Hablando de la razón especulativa,
este producto es triple: primero, la definición; segundo, la enunciación; tercero, el silogismo o
argumentación.” (S. Theol, I-II, 90, 1, ad 2)

23) “También en el ámbito de la especulación se da algo a modo de obra, por ejemplo, la


construcción de un silogismo o de un discurso correcto o el trabajo de numerar o medir. Por eso
todos los hábitos especulativos que se ordenan a estas obras de la razón se llaman, por cierta
similitud, artes, aunque liberales, a diferencia de aquellas artes que se ordenan a las obras
realizadas mediante el cuerpo, que son, en cierto modo, serviles, en cuanto que el cuerpo está
sometido servilmente al alma, y el hombre es libre por razón del alma. En cambio, las ciencias que
no se ordenan a ninguna clase de estas obras se llaman simplemente ciencias, y no artes. Aparte
de que por el hecho de que las artes liberales sean más nobles, no se sigue que les convenga más
la razón de arte.” (S. Theol, I-II, 57, 3 ad 3)

24) “El orden se compara a la razón de cuatro modos. Hay un cierto orden que la razón no hace,
sino que sólo considera, como es el orden de las cosas naturales. Otro es el orden que la razón,
considerando, hace en su propio acto, por ejemplo, cuando ordena sus conceptos entre sí y los
signos de los conceptos que son las voces significativas. En tercer lugar, está el orden que la razón
considerando, hace en las operaciones de la voluntad. En cuarto lugar, está el orden que la razón,
considerando hace en las cosas exteriores de la que ella misma es causa, como en un cofre y una
casa. Y porque la consideración de la razón se perfecciona por los hábitos, según los diversos
órdenes que la razón considera particularmente, existen las diversas ciencias. A la filosofía natural
pertenece considerar el orden que la razón humana considera pero no hace; de tal manera que
bajo la filosofía natural incluyamos también a la metafísica. Pero, el orden que la razón,
considerando, hace en su propio acto, pertenece a la filosofía racional, a la que corresponde
considerar el orden de las partes del discurso entre sí y el orden de los principios entre sí y con
respecto a las conclusiones. El orden de las acciones voluntarias pertenece a la consideración de la
filosofía moral. Y el orden que la razón, considerando, hace en las cosas exteriores construidas por
la razón humana, pertenece a las artes mecánicas.” (In I Eth, 1, n. 1-2)

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25) “A la concepción de la inteligencia responde algo en la realidad, pero de dos maneras: primero,
de una manera inmediata, cuando la inteligencia concibe la esencia de una realidad existente
fuera del espíritu, por ejemplo, la esencia del hombre o de la piedra. Luego, de una manera
mediata, cuando alguna cosa resulta del acto mismo de la inteligencia, y la inteligencia,
reflexionando sobre ella misma, considera esto. La realidad responde a esta consideración de la
inteligencia, pero mediatamente, es decir, por intermedio de la intelección de esta realidad: por
ejemplo, la inteligencia concibe la naturaleza del animal en el hombre, en el caballo y en muchas
otras especies: de allí resulta que ella conciba esta naturaleza como un género. A este concepto,
por el cual la inteligencia piensa el género, nada en la realidad responde inmediatamente que
fuera género; por el contrario, una realidad [a saber, la naturaleza del animal] responde a la
intelección a partir de la cual se sigue esta segunda intención del espíritu.” (De pot, I, 1, ad. 10)

26) “Llamo intención entendida a lo que el intelecto concibe en sí mismo acerca de la cosa
entendida. 1 La cual no es en nosotros ni la cosa misma que se entiende, ni la sustancia misma del
intelecto, sino que es una cierta semejanza concebida en el entendimiento acerca de la cosa
entendida, que las voces exteriores significan. De donde también la intención misma se denomina
“verbo interior” que es significado por el “verbo exterior”. Que dicha intención no es en nosotros
la cosa entendida se revela por cuanto una cosa es entender algo y otra es entender la misma
intención entendida, lo cual el intelecto hace al reflexionar sobre su propia obra. De donde algunas
ciencias se ocupan de las cosas y otras de las intenciones entendidas. Por otra parte, que la
intención entendida no sea el intelecto mismo en nosotros es evidente porque el ser de la
intención entendida consiste en el mismo ser entendida, que no es el caso de nuestro intelecto,
cuyo ser no es su entender. Sin embargo, lo entendido en el que entiende es la intención
entendida y la palabra. Pues la palabra hombre no puede decirse simple y absolutamente hombre,
sino de modo relativo, a saber, ‘hombre entendido’. Luego, sería falsa la proposición ‘el hombre es
una palabra’, más podría ser verdadera esta otra: ‘el hombre entendido es una palabra’.
Corresponde a la razón del verbo interior, que es la intención entendida, que proceda del que
entiende según su entender, dado que es como el término de la operación intelectual: pues el
intelecto al entender concibe y forma la intención o razón entendida, que es el verbo interior. La
concepción y el parto inteligibles del verbo no se dan ni con movimiento ni con sucesión: de donde
a la vez que es concebido existe, y a la vez que es parido se distingue, como lo que es iluminado, a

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Entiéndase a la ‘intención entendida’ como el ‘concepto universal abstracto’.
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la vez que es iluminado ya está iluminado, puesto que en la iluminación no hay ninguna sucesión.”
(C.G. IV, 11)

27) “La Lógica es el arte de las artes, la ciencia de las ciencias, la disciplina de las disciplinas. Ella
nos da el método para enseñar y aprender; en ella se nos declara lo que es la razón, su valor, sus
aspiraciones y potencia. Nos da la seguridad y certeza de lo que sabemos.” (San Agustín, De ordine
II, 13)

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