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EL NEOLÍTICO EN LA COMUNIDAD VALENCIA: LOS YACIMIENTOS DE

LA COVA DE LES CENDRES, COVA DE LA SARSA, COVA DE L’OR Y LA


COVA FOSCA.
El proceso de neolitización del levante valenciano se puede ejemplificar en cuatro
yacimientos principales: el de la Cova Fosca, la Cova de la Sarsa, la Cova de les Cendres
y la Cova de l’Or (Fig.1). Durante el Neolítico la cueva se convertirá en un hábitat estable,
aunque no podemos asegurar que se emplearan de forma generalizada, ya que es seguro
que existían poblados al aire libre, aunque no se conservan restos (Gil-Mascarell et al.,
p.19). La sociedad neolítica valenciana se caracteriza por la profunda transformación que
representa pasar de una sociedad cazadora-recolectora a una agrícola-ganadera. El cultivo
de cereales, la ganadería, la caza y la recolección serán los elementos productivos básicos.
Junto al desarrollo intenso del sector primario aparecerá una gran innovación, la
producción cerámica, que supondrá, junto al perfeccionamiento de la industria lítica y
ósea las grandes revoluciones técnicas de este periodo (Gil-Mascarell et al., p.21).

Respecto al yacimiento de la Cova Fosca, su importancia reside principalmente en la


abundante presencia de restos del periodo mesolítico en sus sedimentos, convirtiéndolo
en un excelente candidato para ayudar a dilucidar cómo fue el paso de la caza y la
recolección a la neolitización de las economías en un transcurso gradual sin cambios
bruscos. Es, por tanto, un buen modelo de Neolítico antiguo.

Se ubica en el término municipal de Ares del Maestrat (Castellón), concretamente está


situado en la vertiente montañosa que se encuentra entre el Barranco de la Gasulla y les
Dogues. La cueva forma parte de un complejo neolítico conformado por múltiples
yacimientos (Racó Molero, Cova Remigia; Cingle de la Gasculla…) separados todos ellos
entre por alrededor de un kilómetro de distancia. Esta acumulación de hábitats se debe
sobre todo a su situación privilegiada, llena de recursos y rodeada de pequeños abrigos
que podían servir de refugio. Poseedora de una amplia zona boscosa que constituía una
gran fuente de caza y recursos y de múltiples manantiales de agua en las proximidades de
las aún existen hoy en día dos pozos y tres fuentes (Olaria, pp. 31-35).

Es destacable que en los niveles neolíticos exista una ausencia total de la típica cerámica
cardial (cerámica considerada rasgo definitorio del Neolítico Levantino), por lo que tal
vez en los inicios del Neolítico esta no fuera significativa en este asentamiento cediendo
el protagonismo a la acanalada, la más abundantemente registrada en sus dos fases
neolíticas. (Olaira et al., p.141). Una evidencia del carácter mixto de la cultura de Fosca
son sus restos líticos, ya que dos de sus niveles (tanto el mesolítico o Fosca III, como el
neolítico más antiguo o Fosca II) constituyen un conjunto homogéneo de, sobre todo,
muescas y denticulados. Así, aunque en los niveles neolíticos podemos observar la
evolución de la cerámica, no sucede lo mismo con la industria lítica, por lo que se puede
considerar que Fosca II representa el momento de transición entre el epipaleolítico final
de Fosca III y el mayor desarrollo de la cultura neolítica de Fosca I.

Es en este periodo de mayor desarrollo donde encontramos un aumento exponencial de


la producción de cerámica (Fig.2), además de una mayor diversificación en la producción
lítica con raspadores, laminitas, buriles y perforadores, entre otros objetos. El material
óseo es muy abundante, procedente de especies como los ovicápridos, bueyes o cerdos,
posiblemente de un origen mixto entre la incipiente domesticación y restos de caza.
(Olaira et al., p.136).

En lo respectivo a la Cova de la Sarsa, y a diferencia de la Cova Fosca, este yacimiento


nos permite investigar cómo era el Neolítico más evolucionado. Situada en la intersección
de dos valles (el del rio d'Agres, y el del rio Clariano) en la Sierra de Mariola, término
municipal de Bocairent (Valencia), es una gran cavidad abierta con un vestíbulo alargado
en pendiente que se comunica con el resto de la cueva mediante un escalón. El hecho de
estar situada entre dos valles fluviales le confiere una posición estratégica, ya que la gran
cantidad de recursos hídricos permitiría una mejor explotación de las tierras y un mayor
aprovechamiento de los recursos bióticos de la zona. El relieve suave de la zona permitía
a los grupos humanos asentarse al aire libre y emplear la cavidad no solo cómo hábitat
sino también para otras actividades socioeconómicas (Jover, p.1)

El conjunto de restos hallados sugiere que comenzó a ser habitada en un periodo avanzado
del Neolítico, por lo que, en contraste con el resto de los yacimientos aquí expuestos,
estuvo habitado relativamente poco tiempo. Los materiales hallados son típicamente
neolíticos: mucha cerámica, numerosa industria lítica y ósea y abundantes objetos de
adorno personal (Asquerino, p.71).

Destaca una cerámica cardial de gran calidad, especialmente en los niveles iniciales,
mientras que a medida que se avanza en el tiempo va predominando la cerámica sin
decorar, probablemente debido al imponerse el uso práctico de la misma. En la industria
lítica destaca la producción de piezas de tamaño pequeño a partir de láminas; y la industria
ósea, aunque es abundante, es poco variada, destacando punzones, espátulas o cucharas.
Los objetos de adorno están realizados sobre distintos materiales como huesos, conchas
o piedras

La domesticación de la cabra y la oveja está confirmada como medio de sustento junto a


la caza de animales salvajes como el conejo, al igual que el cultivo de cereales,
especialmente de trigos (López, p.308), pues se aprecia una deforestación derivada de la
creciente actividad agrícola (Asquerino, p.73). Para finalizar, hay que recordar que este
yacimiento es uno de los pocos ejemplos con enterramientos rituales en tierras
valencianas, conociéndose localizaciones de siete individuos, dos de los cuales con sus
respectivos ajuares (Fig. 2) (Gil-Mascarell et al., p.22).

La Cova de les Cendres, por su parte, ofrece una serie completa que se extiende desde los
primeros momentos del Neolítico hasta los inicios de la Edad del Bronce, y sería ocupada
durante aproximadamente 25.000 años. El yacimiento se emplaza en una cavidad abierta
en la Punta de Moraira, término municipal de Teulada-Moraira (Alicante). El potencial
económico del territorio de Cendres era muy elevado pues su proximidad a la línea costera
permitió a los grupos humanos explotar los recursos marítimos, además de que el
territorio más próximo estaba dominado por un marjal extenso que podía aprovecharse
tanto para pastos o caza. Una zona, llana en definitiva, con amplios recursos fluviales que
también estuvo con seguridad dedicada en parte al cultivo. (J. Bernabeu et.al. p.26).

Por encima de las capas pertenecientes al Paleolítico Superior encontramos la secuencia


neolítica, en la cual se hayan vestigios que indican la producción de alimentos y el
consumo de animales domésticos. Hay un gran número de restos ovicápridos, cerdos y
otros animales domésticos, combinados con restos de caza, especialmente, de nuevo, el
conejo (R. Roman et.al p.8). En las secuencias pertenecientes al Neolítico antiguo,
especialmente la correspondiente a los primeros 500-600 años, es donde se concentran la
mayor parte de materiales recuperados (J. Bernabeu et.al. p.214): una serie de
herramientas y materiales más abundantes y variados junto a las únicas estructuras de
ocupación documentadas: hogares y fosas (Fig.4).

Por lo que respecta a los útiles líticos destacan los raspadores, buriles o laminitas, siendo
de gran importancia las cerámicas halladas para el estudio del neolítico valenciano, pues
aproximadamente un 50% son muestra de la técnica decorativa propia del primer periodo
Neolítico de la zona mediterránea (VI-V milenio): hablamos de la cerámica cardial (Fig.5)
(J. Bernabeu et.al. p.215).

Por último, tenemos La Cova de l’Or, que domina el valle del rio Serpis y se encuentra
abierta a la ladera meridional de la Sierra del Benicadell, en el término municipal de la
Sierra de Beniarrés. Está formada por una gran sala alargada y gracias a su localización
y excelente luz natural presenta una condición de habitabilidad óptima (Martí, p.67). Al
igual que la Cova de la Sarsa, el hecho de estar situada en un valle le confiere una
situación de proximidad a la cuenca hidrográfica del Serpis, asegurándose con ello, como
ya hemos ido viendo en los otros asentamientos, no solo los recursos hídricos, sino
también los alimentarios que siempre los acompañan. Esta facilidad de acceso al agua,
junto a las propias del relieve convertían los terrenos próximos al hábitat en un excelente
territorio agrícola.

La secuencia estratigráfica del yacimiento nos permite conocer el Neolítico valenciano


desde sus inicios hasta aproximadamente el sexto milenio a.C. (Martí, p.67). La calidad
de la cerámica conservada nos permite analizar su desarrollo en el tiempo. Desde una
cerámica cardial profusamente decorada del Neolítico Antiguo, pasando por la cerámicas
incisas, acanaladas e impresas del Neolítico Medio, para acabar con la cerámica
esgrafiada del Neolítico Superior (Fig.6) (Martí, pp.184-185).

En cuanto a la industria lítica destacan las hojitas retocadas, especialmente las que tienen
forma de hoz, y las puntas de flecha. La industria ósea es muy variada: punzones, agujas,
y diversos objetos de adorno personal (Martí, p.68) (Fig.7). Los restos encontrados en el
yacimiento apuntan al consumo de trigos cultivados junto a la existencia de una ganadería
compleja y diversificada constituida fundamentalmente por ovejas, cabras, vacas y cerdos
(Gil-Mascarell et al., p.20).
Figura 2. Restos cerámicos pertenecientes a Fosca I. Se aprecia la
riqueza decorativa gracias al empleo de múltiples técnicas: decoración Figura 3. Conglomerado de huesos asociados a los
acanalada, con puntillados, con impresiones y con incisiones. enterramientos de la Cova de la Sarsa. También se observan
restos de cerámica cardial correspondientes al ajuar.

Figura 4. Material lítico retocado de la Cova de les


Cendres (taladro y trapecios). Diversos niveles. Figura 5. Ejemplos de materiales cerámicos decorados de la Cova de les
Cendres

Figura 6. Selección de vasos decorados de la Cova de l’Or Figura 7. Cucharas de hueso de la Cova de l´Or
BIBLIOGRAFÍA:

- Gil-Mascarell, M., F.Glick, T., Furió, A., Ardit, M. y García Monerris, C.


(1992). Història del País Valencià. Valencia: Papers Bàsics 3i4.
- Olaira, C. (1998). Cova Fosca: un asentamiento meso-neolítico de cazadores y pastores
en la serranía del Alto Maestrazgo. Castellón: Universidad Jaime I.
- Olaria C. y Gusi Jener, F. Avance preliminar del yacimiento Neolítico Antiguo de Cova
Fosca (Castellón). Cuadernos de prehistoria y arqueología castellonenses, 1981, núm.8.
- Jover Maestre, F.J. y García Atiénzar, G. (2014): Sobre la neolitización de los grupos
mesolíticos en el este de la Península Ibérica: la exclusión como posibilidad. Pyrenae 45.
- Asquerino, MªD. (2000), La cova de sarsa (Bocairent) en Aura Tortosa E. y Segura Martí
J.M (coords.) en Cátalogo de yacimientos. Alcoi: Ajuntament de Alcoi y Caja de ahorros
del Mediterráneo.
- López, P., Molero, G. (1984). Análisis de los restos vegetales, faunísticos y polínicos del
yacimiento de La Sarsa (Bocairente - València). Trabajos de Prehistoria, 41.
- Roman D., Villaverde V. (2013). La Cova de les Cendres (Teulada-Moraira): cambios
culturales y paisajísticos durante 25000 años de ocupación humana. SEDECK (Sociedad
Española de Espeleología y Ciencias del Karst), 9.
- Bernabeu Aubán, J. y Molina Balaguer, L. (2009). La Cova de les Cendres (Moraira-
Teulada, Alicante). Alicante: MARQ. Museo Arqueológico de Alicante. Serie Mayor,
núm. 6.
- Martí Oliver, B. (2011). La Cova de l’Or (Beniarrés, Alicante) en Bernabeu Aubán J.,
Rojo Guerra M. y Molina Balaguer L. (coords.), Las primeras producciones cerámicas:
el VI Milenio Cal A.C en la Península Ibérica. Valencia: Departament de Prehistòria i
d’Arqueologia de Facultat de Geografia i Història UV.
- Martí, Oliver, B. (2000) La Cova de l’Or (Beniarrés, Alicante) en Aura Tortosa E. y
Segura Martí J.M (coords.) en Cátalogo de yacimientos. Alcoi: Ajuntament de Alcoi y
Caja de ahorros del Mediterráneo.

FUENTE DE LAS IMÁGENES:

- Figura 2. Olaira, C. F. Avance preliminar del yacimiento Neolítico Antiguo de


Cova Fosca (Castellón). Cuadernos de prehistoria y arqueología castellonenses,
1981, núm.8. pp. 134-135.
- Figura 3. García Baroja, P., Pérez Fernández, Á., Salazar García, D. and Pardo
Gordó, S. (2011). El neolítico antiguo cardial y la Cova de la Sarsa (Bocairent,
Valencia). Nuevas perspectivas a partir de su registro funerario. San Sebastián:
MINUBE (Antropología-Arkeología). P.179
- Figura 4. Martí Oliver, B. (2011). La Cova de l’Or (Beniarrés, Alicante) en
Bernabeu Aubán J., Rojo Guerra M. y Molina Balaguer L. (coords.), Las primeras
producciones cerámicas: el VI Milenio Cal A.C en la Península Ibérica. Valencia:
Departament de Prehistòria i d’Arqueologia de Facultat de Geografia i Història
UV. P. 215
- Figura 5. Bernabeu Aubán, J. y Molina Balaguer, L. (2009). La Cova de les
Cendres (Moraira-Teulada, Alicante). Alicante: MARQ. Museo Arqueológico de
Alicante. Serie Mayor. P.227
- Figura 6. Martí Oliver, B. (2011). La Cova de l’Or (Beniarrés, Alicante) en
Bernabeu Aubán J., Rojo Guerra M. y Molina Balaguer L. (coords.), Las primeras
producciones cerámicas: el VI Milenio Cal A.C en la Península Ibérica. Valencia:
Departament de Prehistòria i d’Arqueologia de Facultat de Geografia i Història
UV. P.185

- Figura 7 http://www.dival.es/es/sala-prensa/content/el-museu-de-prehistoria-de-
valencia-colabora-con-el-museo-arqueologico-nacional-con-motivo-d

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