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¿De qué manera las emociones influyen en el aprendizaje? El elemento esencial en todo
proceso de aprendizaje es la emoción, pero ¿Cómo funciona nuestro cerebro emocional
para lograr la apropiación de los conocimientos? ¿ Cómo los docentes podemos sacar
provecho de estos conocimientos que hoy las neurociencias sacan a la luz y
transformarlos en herramientas prácticas para crear clases más “amigables” o
compatibles con el cerebro?
Desde que nacemos y a lo largo de la vida aprendemos muchas cosas , nos enfrentamos
a diversas situaciones en la vida cotidiana pero lo cierto es que solo una pequeña parte
de ellas queda en nuestro banco de memoria, y no es casual que a la hora de buscar
en el baúl de los recuerdos solo encontremos aquellas vivencias que están ligadas a una
emoción. Recuerdo ir paseando por el parque con mi mama y mi hermano pequeño en
cochecito y en un momento preguntarle por que mi hermano miraba con tanta atención
los árboles y las cosas que se movían a su alrededor a lo cual mi madre respondió con
buen criterio científico .” Porque para él todo es nuevo y sorprendente – “ , evidentemente
para mi también esta vivencia dejo una huella emocional fuerte y hoy estoy invocando
para ustedes. Esta forma de aprender espontánea y natural del ser humano no cambia
cuando ingresamos al sistema educativo, el cerebro es el mismo pero las estrategias de
aprendizaje a veces no parecen respetar su naturaleza.
DE CABLE SOMOS
Cuando aprendemos algo nuevo las neuronas se comunican formando redes (redes
hebbianas). que se complejizan y consolidan a medida que se adquieren conocimientos.
Cuando el estrés y otras emociones negativas interfieren en el aula, las dendritas (parte
de la neurona que recibe los estímulos) se ven afectadas negativamente para la
construcción de estas redes, por lo tanto no hay consolidación de la información recibida.
Por otra parte cuando un estímulo nos resulta interesante y atractivo el cerebro lo
evaluará como un estímulo que va a favor de su supervivencia, las neuronas liberarán en
consecuencia neurotransmisores ( moléculas que actúan como mensajeros en la
comunicación entre las neuronas) relacionados con el placer tales como la dopamina,
endorfinas, oxitocina y serotonina, los cuales desencadenarán diferentes emociones
positivas, y en consecuencia se cementarán las redes hebbianas construidas.
Las emociones deben ser consideradas en el ámbito educativo pero debemos tener en
cuenta que estas no solo suceden en el interior de cada alumno sino que son parte de la
vida social. Educar emocional y socialmente a nuestros alumnos les brindara no solo
buenos resultados académicos sino que les aportará a corto y largo plazo herramientas
para llevar con éxito sus proyectos personales. Reconocer, gestionar y modular las
propias emociones y conductas, ser empáticos (ponerse en los zapatos del otro), construir
vínculos sanos con los demás, desarrollar el pensamiento crítico, tomar decisiones en
forma autónoma y responsable, reflexionar sobre el propio aprendizaje (metacognición),
trabajar en forma colaborativa, saber retrasar la gratificación y ser resilientes son las
competencias que debemos fortalecer en la escuela ya que constituyen la base del
desarrollo personal y social de toda comunidad.
Es por esto que uno de los objetivos más importantes de la educación debe ser la
creación de ambientes educativos emocionalmente positivos que promuevan un cambio
de paradigma pedagógico más humano y por qué no también más feliz.