Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
e impunidad”
14-10-2019
Curso: Filosofía.
Ciclo: IV
10.-ReferenciasBibliograficas...……………………………………………………………….16
11.- Webgrafia………………………………………………………………………………...16
2
1.- Introducción
También llamada Gnoseología, es una rama de la filosofía que estudia la naturaleza, el origen y
el alcance del conocimiento. La gnoseología no estudia los conocimientos particulares, como
pueden ser el conocimiento de la física, de la matemática o de nuestros alrededores inmediatos,
sino el conocimiento en general, aunque puede hablar sobre los límites y el fundamento de otros
conocimientos particulares (por ejemplo, al dilucidar qué valor tiene una "medida" usada por la
física).
Muchas ciencias particulares tienen además su propia filosofía, como por ejemplo la filosofía de
la física, la filosofía de la matemática, la filosofía de la historia, etc.
Otras disciplinas también se ocupan del conocimiento en general, pero desde otros puntos de
vista.
La psicología estudia los aspectos de la vida mental implícitos en el conocer, la lógica estudia la
corrección o incorrección de los razonamientos que pueden implicar nuevos conocimientos, y
la ontología estudia la naturaleza de los objetos que se pueden conocer.
Los problemas en torno al conocimiento son centrales en la filosofía y su consideración se inicia
con la filosofía misma, especialmente en el Teeteto de Platón. Prácticamente todos los grandes
filósofos han contribuido a la gnoseología.
Otra distinción importante entre tipos de conocimiento es entre conocimiento a priori y
conocimiento a posteriori. El conocimiento a priori es aquel cuya justificación, en algún sentido
relevante, es independiente de la experiencia.12 Inversamente, el conocimiento a posteriori es
aquel cuya justificación, en algún sentido relevante, depende de la experiencia.
3
2.- Historia de la Gnoseología
Mientras que la ciencia se desarrolla de forma autónoma, el filósofo se pregunta cómo es posible
el conocimientos, y cómo justificar racionalmente el movimiento que permite acceder a lo real y
a un sujeto adueñarse de un objeto. De esta situación deriva el problema de la exigencia de una
adecuación de la representación mental, bajo sus diversas formas, -conceptos, intuiciones,
juicios, leyes, teorías, etc.- al “ser” de la cosa representada. En función de esto aparece el
problema de la verdad y su definición, lo cual conduce a una teoría del conocimiento…
5
4.- Pensamiento y Conocimiento
El acto de pensar y sus resultados, los pensamientos son aún un problema complejo para la
filosofía. De hecho pensar, es conocer. Pero, ¿qué es pensar? Platón afirma que es recordar.
Descartes que es dudar, afirmar, negar, querer, no querer, imaginar, sentir. Para Leibniz es
calcular. Mientras que Hegel afirma que es la realización para sí de la realidad efectiva de lo
absoluto a través del lenguaje humano.
No obstante la diversidad, podemos caracterizar el pensar como una actividad de orden
psicológico, como el acto que ocurre en la conciencia de un sujeto en un determinado período de
tiempo, que se puede realizar con total atención, distraimiento, con agrado o disgusto. El
resultado de esta actividad es el pensamiento que como tal es indiferente a quien lo piense, cómo
y cuándo lo piense, manteniendo su identidad consigo mismo. En este sentido, el pensamiento es
inespacial e intemporal; la máxima socrática “conócete a ti mismo”, en cuanto pensamiento
permanece inalterada , independientemente de que la haya pensado en condiciones muy
particulares Sócrates en el siglo V A.C., o que la piense yo ahora en un sentido diferente.
Por otro lado, el pensamiento suele ir acompañado de percepciones o imágenes, puedo ver algo o
imaginarlo; pero estos elementos no son esenciales al pensamiento, cada vez que leo un libro, no
imagino todo lo que voy leyendo. También aparece la expresión del pensamiento, los signos que
lo expresan como su significación o sentido. Aquí arribamos a un aspecto sumamente
interesante; el de las relaciones entre pensamiento y lenguaje.
Por último podemos señalar el objeto del pensamiento, la referencia. Todo pensamiento es
pensamiento de algo. No existen pensamientos meros, vacíos. No debemos confundir, sin
embargo, el pensamiento con su objeto, pues, los objetos en cuanto tales no se modifican porque
se piense acerca de ellos. Ahora bien, los objetos del pensamiento pueden ser de diversa índole,
pero antes de entrar en su clasificación, procederemos a definir lo que entendemos por objeto en
sentido amplio.
6
5.- Origen del Conocimiento
Cuando se trata el problema del origen del conocimiento queremos saber si todo conocimiento se
origina en la experiencia o en la razón; si el hombre viene de por sí dotado de ciertos
conocimientos o, por el contrario, requiere del concurso de las facultades sensibles e intelectivas
a la vez.
Para tratar de responder esta cuestión será necesario admitir que el ser humano tiene la capacidad
de conocer de alguna forma al objeto. Para explicar de qué forma se puede conocer han surgido
diferentes teorías sobre el origen del conocimiento.
5.1.-El racionalismo: Esta postura sostiene que es el pensamiento, la razón, la fuente principal
del conocimiento humano. Para los racionalistas el conocimiento sólo merece este nombre
cuando es lógicamente necesario y universalmente válido. Cuando juzgamos, a partir de la razón,
que una cosa tiene que ser precisamente como es y no podría ser de otro modo, y que así es
siempre y en todas partes, estamos entonces ante un verdadero conocimiento. Evidentemente,
una forma específica de conocimiento ha servido de modelo a la interpretación racionalista del
conocimiento y son las matemáticas, puesto que se trata de una forma de conocimiento
fundamentalmente conceptual y deductivo. En especial en la geometría, todos los conocimientos
se derivan de axiomas y conceptos supremos; de manera que el pensamiento se desarrolla con
absoluta independencia de la experiencia, siguiendo sus propias leyes.
Los planteamientos más antiguos del racionalismos los encontramos en Platón, quien estaba
profundamente convencido de que la experiencia no puede llevarnos a un saber autentico; lo que
proporcionan los sentidos no es una Episteme, sino una Doxa, no un saber, sino una mera
opinión.
5.2 El Empirismo: El empirismo a diferencia del racionalismo que propone la razón como
fuente de conocimiento, sostiene que el conocimiento procede de la experiencia, del contacto
directo con la realidad. Para el empirismo no existe un caudal de ideas situado a priori en el
pensamiento humano. La conciencia cognoscente no extrae sus contenidos de la razón, sino de la
experiencia. Así como vimos que los racionalistas se formaron principalmente en las
matemáticas, los empiristas se formaron en las ciencias naturales. Desde la antigüedad nos
encontramos con ideas empiristas primero con los sofistas y más tarde con los estoicos y los
epicúreos, pero no es sino hasta la época moderna en que John Locke en el siglo XVII combate
decididamente la teoría de las ideas innatas. John Locke dijo: “La noción que a través de los
sentidos adquirimos de las cosas exteriores, aunque no sea tan cierta como nuestro conocimiento
intuitivo, merece el nombre de conocimiento”. Y después afirmo: “Ningún conocimiento
humano puede ir más allá de su experiencia”.
7
5.3 El Intelectualismo: El intelectualismo surge como mediador entre el racionalismo y el
empirismo, sostiene que tanto el pensamiento como la experiencia intervienen en la producción
del conocimiento. Al igual que el racionalismo sostiene que existen juicios lógicamente
necesarios y universalmente válidos, que se establecen sobre las bases no solamente de objetos
ideales, lo que también es admitido por el empirismo, sino también sobre objetos reales.
En la edad media se desarrolló esta teoría principalmente por Santo Tomás de Aquino, cuya tesis
fundamental establece que “el conocimiento de nuestro entender es el producto de nuestros
sentidos”. Para Santo Tomás, se comienza por recibir imágenes concretas de las cosas sensibles;
a partir de esto existe un “entendimiento activo”, que extrae de las “imágenes esenciales”; el
“entendimiento potencial” recibe estas impresiones y procede a juzgar sobre las cosas. Formando
así los conceptos esenciales, por medio de otras operaciones del entendimiento, se obtienen
conceptos supremos y generales, como los que se contienen en las leyes lógicas del pensamiento.
De igual manera, los principios supremos del conocimiento radican originalmente en la
experiencia. Siguiendo a Aristóteles, Santo Tomás declara que “el conocimiento de los principios
se nos da por medio de la experiencia”.
El intelectualismo concibe el elemento racional como derivado del empírico: todos los conceptos
proceden de la experiencia; el apriorismo rechaza abiertamente esta derivación al considerar que
el elemento a priori no deviene de la experiencia, sino del pensamiento, es de naturaleza racional.
De cierta manera, esto identifica las formas a priori con los hechos mismos, con la materia
empírica, y los asimila al conocimiento. En el apriorismo el pensamiento no se considera como
una simple capacidad receptiva y pasiva frente a la experiencia, como en el intelectualismo, sino
como un proceso espontáneo y activo. Se considera a Emmanuel Kant como el fundador del
apriorismo, y dice: "No hay duda alguna de que nuestro conocimiento comienza con la
experiencia. (...) Mas, si bien, todo nuestro conocimiento comienza con la experiencia no por eso
originase todo él en la experiencia”.
8
6.- Esencia del Conocimiento
6.1.-El Objetivismo: Para esta corriente, el objeto es el elemento decisivo entre los dos
miembros de la relación cognoscitiva; entonces el objeto determina al sujeto; el sujeto asume de
cierta manera las propiedades del objeto, reproduciéndolas en sí mismo. Esto supone al objeto
como algo totalmente definido que se presenta a la conciencia cognoscente. En esto reside la idea
central del objetivismo; los objetos están dados como una estructura completa; la conciencia no
hace más que reconstruir esa estructura.
Para Husserl: “El reino de la verdad se divide, objetivamente, en distintas esferas. No está en
nuestro albedrío el modo y el punto de deslinde entre las esferas de la verdad.”
6.3.- El Realismo: Es aquella postura epistemológica que afirma que existen cosas reales,
independientes de la conciencia. Esta posición tiene diversas modalidades:
6.4.- Realismo ingenuo: Llamado así porque no se encuentra influido por ninguna reflexión
crítica acerca del conocimiento; el problema esencial del sujeto y el objeto no existe para él;
tampoco distingue entre la percepción, que es un objeto de la conciencia y el objeto percibido y
el objeto percibido, no entiende que las cosas no nos son dadas en sí mismas, en su corporeidad,
sino sólo como contenidos de la percepción con los objetos, atribuye a unos las propiedades de
los otros.. Así las cosas son exactamente tal y como las percibimos. Son propiedades de las cosas
en sí mismas, independientemente de la conciencia que las percibe.
6.5.- Realismo Natural: Esta influido por reflexiones críticas respecto del problema del
conocimiento, lo que se evidencia en que no se identifica el contenido de la percepción y el
objeto, sino que discrimina uno del otro: Sin embargo establece que los objetos responden
exactamente a los contenidos de la percepción.
9
6.6.- Realismo Crítico: Para esta forma de realismo no es conveniente que las cosas converjan
en los contenidos de la percepción; sino más bien al contrario, que las cualidades o propiedades
que percibimos sólo por uno de los sentidos, existen únicamente en nuestra conciencia y surgen
cuando determinados estímulos externos actúan sobre los órganos de nuestros sentidos y se
configuran como reacciones de la conciencia, dependiendo naturalmente de ella misma, por lo
que no tiene carácter objetivo, sino subjetivo; sin embargo, es conveniente suponer en las cosas
algunos elementos objetivos y causales que nos den la pauta para explicar la aparición de estas
cualidades.
De acuerdo con Hessen de que “la existencia del mundo real no descansa en el razonamiento
lógico, sino en la vivencia inmediata, en la experiencia que genera la voluntad”
El idealismo considera los objetos reales como objetos de la conciencia, o bien los mismos como
objetos ideales; de ahí resulta las dos formas del idealismo:
Idealismo subjetivo o psicológico: Considera que toda la realidad se encuentra encerrada
en la conciencia del sujeto; así que las cosas son solamente contenidos de nuestra
conciencia y por lo tanto al dejar de ser percibidas dejan de existir; puesto que no poseen
un ser independiente de nuestra conciencia, que es lo único real.
Idealismo objetivo o lógico: Parte de la conciencia objetiva de la ciencia, de acuerdo al
método de las obras científicas; así que el contenido de esta conciencia no es un complejo
de procesos psicológicos, sino la suma de pensamientos, de juicios. Dicho de otra
manera, no hay nada psicológicamente real, sino lógicamente ideal, como en un
encadenamiento de juicios.
6.8.- Fenomenalismo: En el tema del origen del conocimiento se encuentran frente a frente el
racionalismo y el empirismo y por lo que se refiere a su esencia se enfrentan el realismo y el
idealismo; pero tanto como al origen como a la esencia del conocimiento se han dado intentos
para reconciliar estas posiciones opuestas. Aquí nuevamente Kant, quien intentó mediar entre el
realismo y el idealismo, lo mismo que entre el racionalismo y el empirismo, donde su filosofía se
presenta como un apriorismo o trascendentalismo; pero como una mediación entre el idealismo y
el realismo, se presenta como un fenomenalismo.
Conforme a esta teoría no conocemos las cosas como realmente son, en sí mismas, sino como se
nos aparecen. Para el fenomenalismo existen cosas reales, pero su esencia permanece
desconocida para nosotros; sólo podemos saber qué son las cosas; pero no lo que son. De esta
manera coincide con el realismo al admitir la existencia de las cosas reales; pero también
coincide con el idealismo en tanto que limita el conocimiento a la conciencia, a todo lo que es
aparente, de donde se deduce la imposibilidad del conocimiento auténtico de la realidad.
10
7.- EL Problema Del Conocimiento
Los filósofos han discutido desde los inicios de la filosofía la naturaleza exacta de esta relación
entre sujeto y objeto que hemos denominado conocimiento. Aunque existen muchos problemas
asociados al conocer los tres principales son: ¿en el acto del conocimiento qué elemento tiene el
papel preponderante, el sujeto o el objeto?; ¿es posible un conocimiento cierto e indubitable en
algún grado?; y ¿con qué facultad conocemos la realidad prioritariamente, con el intelecto o con
los sentidos? Hoy en día estos mismos problemas preocupan a los epistemólogos o filósofos de
la ciencia que investigan el funcionamiento y la realidad del conocimiento científico.
Por cada uno de los tres problemas enunciados se han dado dos respuestas fundamentales que
han constituido, a su vez, a escuelas filosóficas confrontadas. Estas respuestas y las propuestas
de sus diversas escuelas es lo que veremos a continuación.
7.1.- ¿Objetividad o Subjetividad?
En la filosofía moderna se entiende por realismo aquella perspectiva filosófica que considera que las
cosas comunes son en mayor o menor grado “tal cual” se nos presentan a los sentidos y, además,
tienen la propiedad de existir fuera del acto de conocimiento. Para el realismo el sujeto actúa como
foco pasivo en el conocer pudiéndosele considerar incluso como un mero espejo que refleja la
realidad exterior a sí mismo con bastante fidelidad.
El idealismo, por el contrario, sostiene que la realidad de las cosas externas al sujeto depende del
sujeto mismo y que por lo tanto el polo positivo y activo del conocer es el sujeto mismo y no el
objeto. Un idealista tenderá a no considerar que los objetos existan fuera del acto cognitivo sino que
sólo adquieren realidad cuando son conocidos. Un idealista se preguntaría ¿cómo es posible conocer
un objeto que no está siendo conocido? La respuesta sería que esto no es posible por lo que no
podemos estar seguro que el objeto exista independientemente del sujeto que lo conoce; este rasgo de
“existir fuera del sujeto” no se percibe en ningún objeto por lo tanto es una propiedad que atribuimos
nosotros gratuitamente a la realidad.
Podemos ver lo que querían decir tanto idealistas como realistas gracias al famoso dibujo del Cubo
de Necker que aparece a continuación:
11
Intentemos ver este cubo con el cuadradito que está en el centro en la esquina izquierda posterior del
cubo; después veámoslo en la esquina izquierda superior como si la cara que antes estaba delante
ahora estuviese abajo sosteniendo el cubo. ¿Qué es lo que ha cambiado la posición del cuadradito?
Nuestra percepción es lo único que ha cambiado aunque pensemos que ha cambiado el objeto la
transformación es sólo fruto de nuestra mente. Este ejemplo mostraría para el idealista la importancia
del sujeto en el acto cognitivo: el individuo es el que impone categorías a una realidad amorfa y
designificada. El realista vería este hecho de modo distinto: lo único objetivo y real son rallas y
cuadrados en el papel, eso es “lo objetivo”, todo lo demás (el cubo de un lado o de otro, el cuadradito
etc.) son insignificantes juegos de nuestro intelecto. Estas elucubraciones sobre donde está el
cuadrado pueden tener mayor o menor importancia pero no se refieren a “lo real”.
Generalmente en los autores más relevantes se dan posiciones intermedias o muy matizadas; una
excepción a esta tendencia a la conciliación es el idealismo radical que tuvo bastante éxito en el
romanticismo alemán del XIX, conocido como solipsismo. Para el filósofo solipsista lo únicamente
real es la conciencia del propio sujeto entendiendo como “el propio sujeto” a sí mismo.
Comprobamos que la realidad del mundo externo es muy controvertida y que en innumerables
ocasiones lo que hemos creído más cierto se convirtió en falso; no podemos creer en la objetividad
del mundo que, por otra parte, sólo es percibido cuando es percibido por el sujeto (¿quién nos
garantiza que el mundo no es más que una mera recreación de la imaginación personal?). Pero
tampoco podemos creer en la realidad de las otras conciencias, nada nos garantiza que las otras
personas que vemos en el mundo posean pensamientos, sentimientos o sensaciones ¿por qué no
podrían ser meros autómatas o meros constructos de mi fantasía? Ante esto el filósofo solipsista
concluye que sólo sabe que existe el flujo de la conciencia que él denomina Yo pero que más allá de
ese Yo solipsista no existe nada más que la incertidumbre.
Pero, como ya se señaló, los autores no suelen ser tan radicales, de hecho Immanuel Kant (1724-
1804) propuso a finales del XVIII una reconciliación entre ambas escuelas. Según Kant está claro
que no podemos saber que existe fuera del sujeto y cuáles son las propiedades, si lo conociéramos
sería un acto del sujeto y por lo tanto ya no sería un saber desubjetivizado. Es imposible, concluía
Kant conocer lo externo al sujeto sin el sujeto por propia definición. Sin embargo, observamos que si
existe cierta objetividad que nos permite crear ciencia, literatura, filosofía, en definitiva:
comunicación ¿a qué objetividad hacía esto referencia? A la objetividad de nuestra subjetividad, diría
Kant. Efectivamente, aunque no conocemos el mundo externo objetivamente si lo conocemos
subjetivamente a través de nuestras estructuras de la sensación y de la razón; como hombres que
somos es posible el acuerdo y el diálogo en tanto que poseemos unas estructuras conformativas de la
realidad idénticas unos de otros. La objetividad es la objetividad de nuestros esquemas cognitivos
pero no la objetividad de lo real. De este modo Kant pretendió reconciliar subjetividad y objetividad.
7.2.- ¿Qué es la verdad?
El segundo problema del conocimiento que expusimos más arriba era el que se planteaba si era
posible establecer verdades ciertas sobre algo. Para el dogmatismo la respuesta es que sí, el
conocimiento cierto e indubitable es algo posible y alcanzable con mayor o menor dificultad. La
palabra “dogmático” tiene hoy en día un matiz peyorativo en el lenguaje vulgar que no tiene en la
filosofía. Un filósofo dogmático es aquel que cree que no absolutamente todo depende de la opinión
sino que existen verdades absolutas.
El dogmatismo ético es aquel, por ejemplo, que admite que ciertas afirmaciones éticas son
fundamentalmente ciertas como, por ejemplo: “la vida humana es valiosa”; “no debes dañar a alguien
por el placer de hacerlo”; etc. La creencia de que existen cosas justas y cosas injustas más allá de las
opiniones particulares es otro ejemplo de creencia dogmática. La gran mayoría de los filósofos han
12
sido dogmáticos es decir, han creído en la capacidad del hombre para descubrir la verdad.
En el polo contrario del dogmatismo está el escepticismo. Para el escéptico el conocimiento cierto e
indubitable de la realidad no es posible, nada de lo que conozcamos o podamos conocer es
absolutamente fiable sin ningún género de dudas. Desde los orígenes de la filosofía han existido
corrientes escépticas en su seno que, por lo general, han sido fuertemente criticadas desde las
posturas dogmáticas. Una crítica usual al escepticismo es que es auto contradictorio: si un escéptico
afirma que nada se puede conocer con certeza ¿no está admitiendo que, al menos, se puede conocer
que “no se puede conocer nada con certeza”? Por lo tanto, argumentan los dogmáticos, sólo hay dos
posibilidades: que el escéptico sea en realidad un dogmático sobre la imposibilidad de conocer o que
sencillamente se contradiga. La respuesta escéptica suele ser que ellos cuando afirman que nada se
puede conocer están diciendo que no se puede conocer ni siquiera que nada se pueda conocer, puede
que sí o puede que no pero no lo podemos saber.
Un argumento escéptico a favor de la imposibilidad es el conocido como el argumento de “la
regresión infinita”. Según este argumento para conocer la verdad sobre un objeto deberíamos
establecerla con un observador externo que comparase nuestro pensamiento y el objeto al que se
refiere nuestro pensamiento; si ambos coinciden el pensamiento sobre ese objeto es verdadero y si no
coincide, es falso. El problema es que ¿cómo sabemos que este segundo observador tiene en su
mente un pensamiento concordante con la realidad que pretende observar? Necesitaríamos a un tercer
observador que comparase el pensamiento del segundo observador y el acto del primer observador y
su objeto para corroborar que entre ese pensamiento y esos hechos existe una concordancia. Se
comprende que continuando así se necesitarían infinitos observadores. Como esto es obviamente
imposible podemos decir que no podremos conocer la verdad sobre algo por muchas corroboraciones
que hagamos. (Véase dibujo)
En el escepticismo radical, denominado nihilismo (del latín nihil = nada), se sostiene la imposibilidad
de conocer con certeza cualquier cosa. Como dijo Nagarjuna “Todo está vacío”, el bien, el mal, lo
bello o lo feo son sólo construcciones personales o sociales que nada tienen que ver con el mundo
real. Toda pretensión de conocer es fruto de la soberbia humana; los sistemas de valores, de códigos
o de verdades no tienen mayor solidez que la de un castillo de arena a la orilla de un mar mientras
sube la marea. La historia y la experiencia muestran que las ideas que creíamos más ciertas eran en
realidad quimeras y las verdades ciertas y firmes de hoy no serán mañana más que ruinas y olvido.
Como es obvio, los dogmáticos atacan ferozmente esta concepción nihilista y sobretodo sus
consecuencias prácticas.
De todos modos, no es usual un escepticismo radical sino más bien una postura intermedia entre el
dogmatismo y el escepticismo o sino, un escepticismo relativo. Ejemplo de esto es Carnéades (c.
214-129 a.C.), fundador de la Academia Nueva, que sostuvo que ningún conocimiento es totalmente
cierto pero que sí existen grados de probabilidad entre unos conocimientos y otros.
También en esta problemática intentó Kant mediar analizando los límites de nuestro conocimiento.
Como ya vimos para Kant podemos conocer el mundo de los fenómenos de la experiencia tal y como
se nos presentan pero no tal y como realmente son; igualmente sobre conceptos como Dios, el alma o
el Universo no podemos tener ningún conocimiento verdadero ya que no son objetos de nuestra
experiencia sino sólo de nuestra razón. Con esto no quiere decir Kant que Dios o el alma no existan
sino simplemente que no podemos conocer nada de ellos, ni siquiera su existencia o inexistencia.
Kant creyó en la posibilidad del conocimiento empírico (ciencias positivas) y en esto podría ser
considerado dogmático pero negó la posibilidad de un conocimiento que fuera más allá de esta
experiencia y en esto otro, puede ser considerado un escéptico.
13
7.3.- ¿Razón o experiencia?
Los rasgos esenciales del racionalismo corriente filosófica iniciada por Descartes son, en primer
lugar, una plena confianza en la razón humana lo que implica aceptar que la "razón" es la única
factura humana que puede conducir al hombre al conocimiento de la verdad. La confianza en la
razón es tal que su valor no admite críticas, es pues, como afirmará más tarde Kant, un razón
dogmática. Descartes hará revivir el postulado de Parménides: lo mismo es el pensar y el ser. En
segundo lugar, el racionalismo se caracterizará por la búsqueda de un método adecuado para
encausar el razonamiento. Y será el método matemático, el sistema elegido. Finalmente, la
tercera característica será la subjetividad. En efecto, mientras que el pensamiento medieval era
claramente objetivo y realista, el hombre no duda de la realidad, pero en el siglo XVII, aquel
subjetivismo incipiente del Renacimiento, el hombre se vuelve sobre sí mismo y ya no conoce
sino su propio pensamiento. Es posible incluso llegar a dudar de la propia existencia. Por tal
razón el problema gnoseológico es el problema central de la filosofía moderna.
Dogmatismo
El dogmatismo afirma que los objetos de la percepción y los del pensamiento se nos dan directamente: el
sujeto es puramente pasivo. Sus principales representantes son los presocráticos, que tenían plena confianza en
la razón, estaban volcados a la naturaleza y no sentían que el conocimiento fuera un problema.
Por lo tanto el dogmatismo es la tendencia a afirmar y creer sin discutir. Sus principales características del
dogmatismo son: -Casi no tiene en cuenta al sujeto. -No ve que el conocimiento es una relación de sujeto-
objeto por eso no ve problema con el conocimiento.
Escepticismo
El escepticismo niega la posibilidad del conocimiento. Se clasifica de la siguiente manera:
-Escepticismo total. Esta doctrina comenzó con los sofistas Protágoras y Gorgias y
posteriormente con Pirron. Según ellos no hay conocimiento en el sentido de una aprehensión
real del objeto.
-Escepticismo Metódico. Descartes es su principal representante; y nos dice que hay que dudar de todo
para llegar a la verdad. Lo único que podemos afirmar con certeza es el “yo pienso”
Dion Martínez Carlos, Curso de Lógica, México. Ed. Mac Graw Hill.
Marias Julian. Historia de la Filosofía, Editorial Alianza 2008.
Antología de Filosofía. UAEH.
11.- Webgrafia
https://www.ecured.cu/Gnoseolog%C3%ADa
http://www.lasangredelleonverde.com/el-problema-del-conocimiento/
https://www.uaeh.edu.mx/scige/boletin/prepa3/n7/m10.html