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Según Antich (1987) “La lectura para los estudiantes es el principal

instrumento de aprendizaje, pues la mayoría de las actividades escolares


se basan en la lectura.
El buen lector trata siempre de tener a mano y consultar con frecuencia el
diccionario. Si el vocabulario es escaso habrá textos en los que
descartamos gran cantidad de palabras y expresiones que harán que
nuestra lectura sea lenta.
En un círculo cerrado, hasta que no se empiece a usar con regularidad el
diccionario no se amplía el vocabulario y la lectura no será todo lo eficaz
que debiera, por lo que hay que formar hábitos en el uso del diccionario
bilingüe.
Comprender es entender el significado de algo. Es decir, los estudiantes
deben entender tanto las ideas principales como las ideas secundarias de
un texto. Por lo tanto, deben entender el significado explícito y el mensaje
de fondo que el autor quiere comunicar.

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La lectura como el principal
instrumento de aprendizaje
16/12/2011 05:20 0 Comentarios Lectura: 2 min (527 palabras)

La lectura para los estudiantes es el principal instrumento


de aprendizaje, pues la mayoría de las actividades escolares se basan en este
proceso. Leer es uno de los mecanismos más complejos a los que puede llegar una
persona a que implica decodificar un sistema de señales y símbolos abstractos.

Tipos de lectura

1. Mecánica: Se limita a identificar palabras prescindiendo del significado de las


mismas. Prácticamente no hay comprensión.

2. Literal: Comprensión superficial del contenido.

3. Oral: Se produce cuando leemos en voz alta.

4. Silenciosa: Se capta mentalmente el mensaje escrito sin pronunciar palabras. El


lector puede captar ideas principales.

5. Reflexiva: Máximo nivel de comprensión. Se vuelve una y otra vez sobre los
contenidos, tratando de interpretarlos. Es la más lenta.

6. Rápida: Sigue la técnica del "salteo" que consiste en leer a saltos fijándose en lo
más relevante. Es una lectura selectiva.

Malos hábitos en la lectura

1. La regresión: Consiste en volver atrás sobre lo leído, antes de terminar el


párrafo, a veces de forma inconsciente.

2. La vocalización: Cuando la lectura se acompaña con movimientos labiales,


aunque no emita sonidos, un impedimento para la comprensión porque se distrae
la atención de lo fundamental.

3. Movimientos corporales: La lectura es una actividad mental y todo


movimiento físico es innecesario, salvo el de los ojos; mientras el cuerpo debería
estar relajado.
4. Vocabulario deficiente: El buen lector tiene a mano y consulta con frecuencia
el diccionario; de otra forma no se ampliará el vocabulario y la lectura no será todo
lo eficaz que debiera.

A la hora de evaluar la capacidad lectora de una persona, se pueden diferenciar dos


aspectos importantes que hay que tener en cuenta en la misma medida a la hora de
valorar la forma de leer: velocidad lectora y comprensión lectora.

Velocidad lectora: En nuestra cultura, la lectura se realiza de izquierda a derecha.


En este proceso, el principal órgano lector es el ojo. Sin embargo, el ojo no se
desliza de forma continua, sino que se mueve dando breves saltos. Estas breves
detenciones de denominan ‘fijaciones’. Asimismo el buen lector hace fijaciones
amplias donde capta con claridad cuatro o cinco letras y percibe otras palabras no
tan claras, pero que nuestro cerebro sí reconoce. Se trata de conseguir, por tanto,
que el ojo capte, en una sola fijación, el mayor número posible de palabras.

Para ello se utilizan diversas técnicas:

 Ampliación del campo de percepción visual.


 Deslizamiento de la vista por la parte superior de las palabras.
 Supresión de la percepción de espacios.

Comprensión lectora: Entender el significado; es decir, tanto las ideas principales


como las secundarias de un texto, el mensaje de fondo del autor. Para ello hay que
prestar mucha atención a la palabra clave que más se repite y a sus sinónimos, que
a menudo se reúnen bajo el mismo concepto semántico. La idea principal es
imprescindible; si se suprime, el sentido global del párrafo queda incompleto.

Técnicas para mejorar la comprensión lectora

 Leer las ideas, captando el sentido del texto; no leer las palabras.
 Aumentar el vocabulario usando el diccionario.
 Archivar el conocimiento previo sobre el tema que aborda el texto.
La lectura como instrumento esencial del aprendizaje
Publicado el 22 marzo, 2016
Proceos relacionados con la lectura
Intención
Para leer, como para cualquier otra actividad, hay que querer hacerlo. La
motivación es un aspecto esencia para que la lectura sea realmente
eficaz. Si no se tienen ganas, difícilmente se podrá identificar los signos,
y mucho menos comprender lo que se lee. El alumno tiene que estar
interesado; saber que lo que hace le ofrecerá recompensa.
Atención
Leer con eficacia significa hacer solamente eso, leer Hay que dejar de
lado otros factores que puedan distraer de la lectura y enfrascarse
totalmente en ella. Tener a mano una cuartilla y un bolígrafo para ir
apuntando las ideas más destacadas, los datos más relevantes, los
vacablos desconocidos, etc. es una gran ayuda para mantener la
atención.
Comprensión
Hay muchos elementos que permiten comprender mejor el texto. Las
dificultades del lenguaje se pueden ir subsanando si se tiene junto al
libro de estudio un diccionario. Una pequeña libreta en la que se vaya
haciendo un diccionario propio es otra buena manera de ir ampliando el
vocabulario.
El buen lector es aquel que es capaz de fijarse unos objetivos de lectura
atendiendo al texto que tiene entre manos. Así, no es lo mismo leer una
novela al acostarse, que estudiar un tema de historia para examinarse
después.
Asimilación
La comprensión es la clave para poder retener luego una serie de ideas.
No se trata de memorizar nada, sino de incorporar un nuevo
conocimiento a lo que ya se tenía.
Expresión
La mejor manera de comprobar si se ha entendido la lectura es expresar
lo que dice con las propias palabras. El alumno puede tener muy claro en
la mente de qué va el texto pero, si no es capaz de expresarlo a partir de
su lenguaje, nada habrá conseguido. Después de leer, es recomendable
dedicar un tiempo para hablar de lo leído, contárselo a alguien o
escribirlo; así se verá si se ha entendido.
Velocidad lectora
Un lector rápido no comprende necesariamente lo que lee. La velocidad
eficaz es aquella que siendo límite, es decir, la más alta posible, permite
una comprensión adecuada del texto. Un ritmo de lectura
excesivamente lento tampoco es recomendable pues no permite la
conexión entre elementos e ideas y, además, produce fatiga,
aburrimiento y pérdida de atención con más rapidez.
La velocidad lectora se mide por el número de palabras leídas por
minuto. Para ello habrá que tener en cuenta el número de palabras que
tiene el texto leído y el tiempo empleado en terminarlo. Aunque la
velocidad lectora depende de muchas variables, hay datos que ayudan a
evaluar en qué lugar se encuentra uno y qué metas puede marcase a
corto o largo plazo. En términos generales, la velocidad de lectura de
jóvenes y adultos es:
Buenos lectores, entre 300 y 450 ppm.
Lectores normales, entre 250 y 350 ppm.
Malos lectores, entre 150 y 250 ppm.
Mecanismos implicados en la lectura
Las fijaciones
Esas paradas que la vista realiza se denominan fijaciones y están
íntimamente asociadas a la velocidad lectora alcanzada. Existe una
relación inversamente proporcional entre el número de fijaciones y la
velocidad lectora. Si un lector tienen tantas fijaciones como palabras
tiene una línea, va a tardar mucho más en leerlas que otro que sólo
necesita dos o tres fijaciones para leer lo mismo.
Lo realmente interesante es reducir el número de fijaciones, y para ello
se usan ejercicios de ampliación del campo de visión. Estos ejercicios
consisten en intentar leer lo más rápidamente posible una determinada
información (letras o números), fijando la vista en un punto
determinado que al principio tiene que venir marcado en el texto y que
más tarde se puede suprimir.
El conocimiento de las palabras
Conocer las palabras permite leer más rápido y entender lo que se lee. Es
probable que una persona no tenga nunca que leer textos con los que no
esté familiarizada, pero también es cierto que muchas veces se leen
palabras que no se entienden. La riqueza de vocabulario se presenta de
nuevo como un elemento imprescindible para que la lectura sea eficaz,
tanto en lo que respecta a la comprensión como a la velocidad.
La comprensión lectora
Comprender lo que se lee es entender, asimilar y resumir lo que se ha
leído. Normalmente el texto está dividido en párrafos que contienen una
idea principal y, en algunos casos, varias ideas secundarias. El objetivo
de una buena lectura es identificar estas ideas para tener muy claro el
contenido del texto.
Niveles de comprensión
Los niveles de comprensión pueden ser variados. En un principio, los
estudiantes intentarán referir lo que han leído siguiendo el mismo orden
y utilizando, siempre que puedan, las mismas palabras. Poco a poco se
van alcanzando mayores niveles de abstracción y se empieza contando
una idea general, o incluso haciendo una valoración de lo que se ha
leído, para luego dar paso a detalles más concretos del texto.
Preguntas de reconocimiento
Una de las formas más sencillas de evaluar la comprensión lectora es
utilizar preguntas de reconocimiento. Con un ejercicios de varias
opciones de respuesta, de las cuales una sola es correcta, se consigue
evaluar una la memorización y averiguar si se ha estado atento o no a la
lectura.
Otra forma de evaluar la comprensión lectora es mediante preguntas
donde sola puedan responder con una sola palabra. En este caso, se
puede permitir al alumno que utilice el texto, es decir, no se le exige que
memorice nada. Lo importante es que se vaya entresacando los
elementos más importantes, analizando cuidadosamente la obra.
Estas preguntas se las debe ir haciendo el estudiante, tomando las notas
necesarias para luego utilizarlas en la tarea que vaya a llevar a cabo.
Capacidad de análisis
La capacidad de análisis es el resultado de una lectura rápida y atenta, y
se puede desarrollar haciendo preguntas dirigidas a entresacar el fondo
del texto. En análisis engloba todo tipo de preguntas como las
formuladas anteriormente.
Entender lo que se lee de manera rápida
El objetivo es conseguir entender lo que se lee y hacerlo lo más
rápidamente posible. La forma de practicar la comprensión y la
velocidad lectora no tiene por qué convertirse en algo que suponga
demasiado esfuerzo. En muchas ocasiones no hace falta ni construir ni
buscar un nuevo material. El mismo tema que se ha tratado esa mañana
en clase puede servir para ensaya la lectura y, al plantear preguntas
acerca del mismo, se practica la comprensión lectora además de trabajar
el tema con vistas a un posterior aprendizaje. Lo ideas es llevar a cabo
ejercicios en los que se valore conjuntamente velocidad y comprensión
lectora.
PARA QUE NOS SIRVE LA LETURA
La lectura nos sirve satisfactoriamente para el desarrollo humano, todo aquel
que este en un proceso de lectura, desarrolla habilidades mentales, alimenta al
cerebro con información y
De la lectura aprendemos a saber cuando un texto es: Narrativo, Informativo,
Explicativo, Etc. También a las respuestas y formulación de preguntas de un
texto, a un buen uso de la escritura, como saber leer un texto a saber y en donde
utilizar los nexos gramaticales u argumentativos.

La lectura no solo proporciona información sino que forma (educa)


creando hábitos de reflexión, análisis, esfuerzo, concentración... y
recrea, hace gozar, entretiene y distrae. Una persona con hábito de
lectura posee autonomía cognitiva, es decir, está preparada para
aprender por sí mismo durante toda la vida.

La importancia de la lectura para los niños


La importancia de la lectura para los niños. Enriquece su cultura, mejora su lenguaje, desarrolla
la capacidad de concentración y la memoria, estimula la imaginación… son algunos de los
muchos beneficios de fomentar el hábito de la lectura en los más pequeños.
por Leticia Galende, il 24 Octubre 2011

La importancia de la lectura para los niños. Desde que son pequeños es


imprescindible fomentar en nuestros hijos el amor por la lectura. Una tarea
que a veces no resulta nada fácil debido a la gran avalancha de otras
actividades de ocio tecnológico que pueden gustarles más. Sin embargo, es
fundamental concienciarnos de los beneficios que tendrá para el futuro de
los niños el hecho de que desde que aprenden a leer, comiencen a saber
disfrutar y divertirse con un buen libro y fomenten así este provechoso
hábito.
Leer aporta grandes beneficios a todas las personas independientemente de
su edad. Por este motivo es muy importante que desde que son pequeños y
comienzan a aprender a leer, intentemos inculcar en ellos el hábito de la
lectura, ya que además conseguiremos que se familiaricen con
el lenguaje más rápidamente.
Leer un libro ayuda a que los niños estimulen su imaginación y
su creatividad haciendo que sientan más interés por las cosas que les rodean
y aumenten su cultura. Asimismo, el hecho que diariamente lean unas
páginas de un libro o un cuento adecuado para su edad hará que mejore
su vocabulario, aprendiendo nuevas palabras y desarrollen su agilidad
mental.
No obstante, para concienciar a tu hijo es imprescindible que en casa vea que
los mayores también leen. Así, que si no eres una gran lectora es un buen
momento para iniciarte también la lectura y que comiences a disfrutar del
placer de leer. Al igual que pasa con los mayores, para conseguir que los
niños se habitúen a leer y comience a gustarles es necesario encontrar un
libro que les ‘enganche’. Escoge libros adecuados a su edad pero ten en
cuenta sus gustos y aficiones.
Acostúmbrale a leer todas las noches unas páginas motivándolo pero nunca
haciendo que lo sienta como una obligación. Una rutina que puedes
comenzar incluso antes de que aprenda a leer, leyéndole tú un cuento, para
que desde niño empiece a entrarle el gusanillo por la lectura.
Un hábito con el que además conseguirás que mejore su rendimiento en el
colegio y aprenda a expresar con mayor exactitud lo que piensa y lo que
siente, mientras desarrolla su memoria y su concentración.
aADICIONAL
Las sociedades democráticas en que vivimos exigen cada vez más ciudadanos
pensantes y libres de ideas arcaicas y peligrosas que podrían perjudicar su buen
funcionamiento.
Debemos hacer de la lectura un hábito permanente, convertir el acto de leer en un momento
placentero, gratificante y compartido.
Indiscutiblemente no saber leer en la sociedad tecnologizada en que vivimos solo puede
conducirnos a una exclusión social, cultural, política y económica; o lo que es peor, a un
destierro absoluto de los principales ámbitos en que se mueven la mayoría de los miembros
de la sociedad de la que formamos parte.
Si queremos ser los dueños de las Nuevas Tecnologías y no solo sus esclavos, solo nos queda
un camino: Aprender a leer y a comprender aquello que hemos leído.

La lectura ha sido importante para el hombre desde hace 3000 años. Los sumerios en Babilonia
y los fenicios en la Península Ibérica inventaron y utilizaron códigos para leer y escribir. A partir
de entonces, gozamos del privilegio de la lectura, ya sea en un formato impreso o bien en un
formato virtual de Internet.

La lectura y el gusto por leer están estrechamente ligados a la vida porque permiten el
intercambio de información, el desarrollo del conocimiento, el crecimiento personal y la
interacción en la sociedad. Desde la infancia hemos escuchado acerca de la importancia de la
lectura, de los conocimientos que por medio de ella se adquieren, así como de la necesidad de
leer para conocer, apreciar, cuestionar la palabra escrita y adquirir una capacidad crítica.

La lectura es imprescindible para ser buenos ciudadanos, participar críticamente e


incorporarnos activamente en la sociedad; contribuye al desarrollo de todas nuestras
capacidades: adquirir conocimientos, descubrir valores estéticos y éticos, acceder a diversos
espacios y tiempos, conocer obligaciones y derechos. Leer es una puerta abierta al empleo, la
ciencia, la política, el teatro, la música, la aventura, la cultura, la comunicación con la sociedad.

No obstante, no todas las personas saben leer, y otras no comprenden lo que leen.
 EL APRENDIZAJE EN LA SOCIEDAD
DEL CONOCIMIENTO: LOS
DESAFÍOS DE UNA NUEVA
EDUCACIÓN
 COLUMNAS | 17.04.15

 Nuestra sociedad está viviendo cambios, los cuales están influenciando la forma en
que los estudiantes están aprendiendo y la manera en que los docentes están
enseñando. Estas transformaciones tienen asidero en la globalización de la
información, que posiciona los diferentes contenidos y conocimientos como un
insumo que está al alcance de todos.

 Esta situación obliga a los docentes a cambiar su rol, ya que los estudiantes del
siglo XXI no los validarán por el dominio de los contenidos, sino por lo que hacen con
ellos en las salas de clases. Marcelo (2001), describió esta mutación de la siguiente
manera:

 El papel del profesor debería de cambiar desde una autoridad que distribuye
conocimientos, hacia un sujeto que crea y orquesta ambientes de aprendizaje
complejos, implicando a los alumnos en actividades apropiadas, de manera que éstos
puedan construir su propia comprensión del material a estudiar, trabajando como
compañeros en el proceso de aprendizaje (p. 552).

 Esto sitúa el foco en las metodologías de aula y en los objetivos de aprendizaje que
tengan los profesores en sus disciplinas. Los docentes de este siglo deben ser
los nuevos aprendices de la innovación, del desarrollo de competencias que
apunten a “aprender a aprender”, y de la actualización académica.

 La formación escolar debe adaptarse a estas transformaciones para poder responder


a estas diferentes demandas. La escuela es considerada como el lugar donde se
entregan conocimientos, pero el problema está en que ya no es el único: el
conocimiento está en todas partes. Existen varias posturas de cómo debieran
presentarse estas instituciones frente al escenario actual: flexibilidad en los
currículos, integración de las tecnologías en las salas de clases, lograr una
vinculación más explícita entre la teoría y la práctica, construir con los estudiantes un
mínimo de conocimientos y dedicar la mayoría del tiempo al desarrollo de
habilidades, etc. Lo que es indiscutible y transversal a todas estas ideas, es que es
necesario “aprender a aprender”, porque es el único conocimiento que no
tiene fecha de vencimiento. Zabalza (2000) exponía que hemos cambiado la
forma de entender el aprendizaje: “la agradable experiencia de aprender algo nuevo
cada día, es un inexcusable principio de supervivencia” (p. 165).

 De esta forma, los espacios tradicionales donde el estudiante aprendía, tomando la


“materia” que le entregaba el profesor, ya no es factible de imaginar en estos
tiempos. La creación de nuevos ambientes de aprendizaje, donde el docente juega
el rol de facilitador y acompaña a sus estudiantes en el progreso de su
trayectoria académica, entregándole herramientas para el desarrollo de
competencias que les serán útiles para toda la vida y que les permitirán ajustarse a
los cambios que se están experimentando, es a lo que se debe enfocar hoy la
educación, en cualquier nivel que se esté vivenciando.

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