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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL


PERÚ
ESTUDIOS GENERALES LETRAS

TRABAJO INDIVIDUAL

Título: Informe de lectura de “El motoseo y la racialización del


estudiante bilingüe” escrito por Virginia Zavala y Gavina
Córdova

Nombre: Luz Andrea Caycho Cáceres

Tipo de evaluación: Informe de lectura 2

Curso: Argumentación

Horario: 805

Comisión: 2

Profesor: Magdalena Zegarra

Jefe de Práctica: Maricarmen Astete


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SEMESTRE 2014-1
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ZAVALA, Virginia y Gavina CÓRDOVA


2010 “El motoseo y la racialización del estudiante bilingüe” en Decir y callar. Lenguaje,
equidad y poder en la Universidad peruana. Lima: Fondo Editorial de la Pontificia
Universidad Católica del Perú, pp. 49-73.

“El motoseo y la racialización del estudiante bilingüe” es el segundo capítulo del libro Decir y callar
publicado en 2010 por el Fondo Editorial de la PUCP y escrito por Virginia Zavala y Gavina Córdova.
Zavala es doctora en Sociolingüística de la Universidad Georgetown, en Estados Unidos, y trabaja los
temas de educación intercultural en el Perú, el bilingüismo, EIB 1 e identidad en la educación superior.
Actualmente es docente principal del departamento de Humanidades en la PUCP y sus contribuciones
académicas están vinculadas a los temas sociolingüísticos, la revalorización del bilingüismo y las
lenguas nativas en el país y educación superior. Córdova, educadora quechuahablante, es natural de la
comunidad de Omunpampa, ubicado en el distrito de Ongoy (Chincheros, Apurímac) y estudió en el
Instituto Superior Pedagógico José María Arguedas. Es también máster en Antropología de la PUCP,
estudios a los que pudo acceder gracias a una beca otorgada por la Fundación Ford. Actualmente es
consultora en temas sociolingüísticos e impulsa proyectos de EIB como el PEBIACH 2 con el apoyo de
la Dirección Nacional de Educación. Este año recibió el título de Personalidad Meritoria entregado por
el Ministerio de Cultura debido a sus aportes en el campo de la investigación.

El texto trata el tema del motoseo desde una perspectiva sociolingüística y examina su valorización en
la educación superior. Zavala y Córdova argumentan que las actitudes hacia el motoseo son un
encubrimiento del orden social discriminatorio pues se asume como un defecto en los propios
hablantes y no como una muestra de los prejuicios existentes en el país. El segundo capítulo está
dividido en cuatro partes, la primera y la última destinadas a la introducción y las reflexiones finales
del tema, respectivamente. Se distinguen cinco argumentos entre la segunda y la tercera parte del
texto. Se nos presenta en la introducción el fenómeno del motoseo, otra palabra para una forma de
castellano andino con alternancias vocálicas entre la i-e y la o-u. Este fenómeno, señalan las autoras,
ha cobrado una estigmatización hegemónica debido a que se le asocia con estereotipos lingüísticos de
estratos excluidos de la sociedad. La práctica discriminatoria afecta las vidas universitarias de los
alumnos de gran manera y reproduce un orden social inequitativo.

El primer argumento señala a la censura del motoseo como una práctica de higiene verbal (Cameron
citado por Zavala y Córdova 2010: 52), contenido todavía en una más amplia práctica de higienización
cultural. Existe, pues, una profunda connotación sociolingüística del fenómeno, criticado desde un
estereotipo que "[se] puede explicar a partir de un prejuicio que radica fundamentalmente en la

1
Educación Intercultural Bilingüe.
2
Proyecto de Educación Bilingüe Intercultural de Andahuaylas y Chincheros.
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percepción defectuosa del hablante monolingüe castellano […] [pues] el quechua tiene tres vocales y
el castellano cinco desde el punto de vista funcional” (2010: 51). De esta manera, el motoseo es
concebido como un error del hablante y es estigmatizado por la sociedad ya que el uso de la lengua
social permite que en el habla se puedan desarrollar materias de debate y comentarios explícitos. Así,
las críticas a las formas de hablar constituyen un impulso de la sociedad por mejorar la lengua:
"responden a ciertas dinámicas sociales y simbolizan el control social que ejercen ciertos grupos sobre
otros en torno a asuntos morales, raciales y políticos" (2010:52). La "civilización" que encubriría la
higiene verbal es el intento de eliminar rasgos culturales propios de la tradición de los hablantes y
legitimar la discriminación lingüística. Las autoras consideran importante el hecho de que los
hablantes consideren “natural” la diferenciación sociolingüística y “justifiquen prácticas excluyentes
que perpetúen la normalización de ser urbano, hablante nativo del español, no motoso y blanco”
(2010: 54). El campo de la educación superior no se encuentra exento a estos discursos y prácticas
discriminatorias, pues también se basa en el mismo imaginario social.

En este sentido, el ser motoso significa ser excluido, pues se suele asociar esta característica a gente
proveniente de la zona rural, falta de educación e ignorante. Para sustentar este segundo argumento
recurren al testimonio de dos estudiantes de la UNSAAC y la UNSCH. Este último cuenta lo que un
compañero le comentó ante la intervención de una compañera con mote: “Mira, no sabe hablar bien,
qué ignorante” [Las cursivas son propias] (2010: 55). Se atribuye esta última característica como
inherente a los hablantes con mote: sin embargo, es solo un constructo social con fines ideológicos de
legitimar la discriminación pues la interferencia vocálica en el habla de una persona no dice
absolutamente nada sobre sus capacidades cognitivas o su capacidad de rendimiento de la universidad
(2010: 56). Se demuestra esto al intervenir a una estudiante de la UNSAAC para cuestionar esta
asociación, quien finalmente reconoce que no existen incoherencias en los discursos de una compañera
con mote, sino que solo confunde las vocales.

El tercer argumento trata la concepción social del motoseo: es visto como un problema individual
capaz de ser solucionado por el sujeto. Esto empuja al estudiante bilingüe a debatirse entre “eliminar”
sus errores para poder hablar un español sin interferencias o criticar al entorno excluyente. A pesar de
esto, el rasgo de la autoculpabilidad es tan fuerte que, en ocasiones, se deja en un segundo plano al
discriminador. Como indican Zavala y Córdova: “El creer que este "problema" se supera solamente
con la voluntad del sujeto tiene como consecuencia que los estudiantes quieran controlar este
fenómeno” (2010: 60). Sin embargo, es difícil tras cierta edad de la infancia desempeñarse como un
hablante de castellano estándar. De esta forma, considerar que si se deja de ser motoso se eliminará la
discriminación es solo caer e integrarse en la ideología hegemónica.
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“Todo lo descrito tiene consecuencias importantes en el desenvolvimiento de los estudiantes


provenientes del campo en la educación” (2010: 61), dicen Zavala y Córdova al inicio del cuarto
argumento. La cohibición de los estudiantes indígenas, una de estas consecuencias, se atribuye a
variables exclusivamente internas de los sujetos y las expectativas de solución son colocadas en la
lectura "como si la timidez no fuera simplemente una reacción generada a partir de un otro que
discrimina" (2010: 62). Los estudiantes indígenas sienten vergüenza ante las intervenciones orales, ya
que temen que “se les salga” el mote y las evitan para no ser objeto de burlas del ambiente
universitario, ya que tal como lo propone la noción de imagen de Goffman, el concepto del propio
individuo trazado por la opinión popular. Mientras que el habla estándar reproduce y construye una
identidad de "civilizado", el habla motosa construye una identidad de "salvaje" que se contrapone
completamente con la identidad esperada en la educación superior (2010: 65).

Otro de los efectos de este rechazo social al mote es la reticencia de los estudiantes bilingües a utilizar
su idioma nativo, tal como lo indican Zavala y Córdova en su quinto argumento. El quechua interfiere
con el castellano en los estudios superiores y es solo un impedimento para lograr la profesionalización
pues, tal como lo concibe el orden social racista, el motoseo constituye una diferenciación social y un
rasgo para la jerarquización de las personas. Quienes cometan ese "error" están condenados a la
exclusión social (2010: 67). Esto lo refleja claramente el testimonio de un estudiante de la UNSAAC:
"[…] prefiero no hablar quechua por mucho tiempo porque un término puede significar mucho para
mis compañeros. Yo mismo he tomado distancia […] porque es una desventaja saber quechua" [Las
cursivas son propias] (2010: 67).

El sexto argumento explica de qué forma se entiende o percibe a la identidad del bilingüe en la
educación superior. Para ello se le pregunta a tres docentes sobre su percepción y definición del
alumno bilingüe. Los resultados demuestran que la denominación de “bilingüe” se aplica a los
estudiantes con quechua como primera lengua y provenientes de comunidades campesinas. Están en
clara oposición a los citadinos y poseen un mote que los caracteriza. Como lo indican las autoras su
definición hace una distinción de carácter ideológico: “Vemos, entonces, que la racialización
constituye una práctica discursiva sutil que se encuentra inserta en la manera en que hablamos y que, a
partir de ella, se ha creado una dicotomía entre bilingüe y no bilingüe” (2010: 70).

Las reflexiones finales que hacen Virginia Zavala y Gavina Córdova en la última parte del capítulo
constatan su postura: el motoseo es concebido socialmente como una práctica de higiene verbal, pero
en realidad encierra una práctica discriminatoria que estigma a la condición del indio. De esta forma
los estudiantes bilingües intentan evitarlo y recurren a métodos no-convencionales para su
eliminación, reforzando así el statu quo o el orden “natural” erróneo de las cosas. Esto termina siendo
perjudicial para su vida universitaria y formación de valores democráticos.
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El libro fue publicado en el 2010, año en el que se emprendió una investigación del Programa HATUN
ÑAN en la Universidad de San Cristóbal de Huamanga y la Universidad San Antonio de Abad del
Cusco. El proyecto fue asesorado por la PUCP y las responsables de la investigación fueron las autoras
del texto. En este sentido, es posible advertir que la crítica hacia la concepción social común de los
idiomas nativos y el bilingüismo están dirigidos a la concientización en la sociedad peruana y la
educación superior universitaria. Las circunstancias que motivaron su publicación se mantienen aún
vigentes pues no se ha visto un proyecto mayor de políticas educativas destinadas a generar equidad y
erradicar la discriminación sociolingüística. De esta manera las autoras no buscan solo “visibilizar los
problemas” sino también “evidenciar sus raíces” y “repensar las líneas de trabajo que se vienen
aplicando para proponer otras posibles líneas a trabajar y, finalmente, para dar pie a investigaciones
futuras” (2010: 18).

Los testimonios de los alumnos y profesores de la UNSCH y la UNSAAC en el marco de la


investigación académica del proyecto gubernamental del HATUN ÑAN sirven como muestra de las
concepciones comunes del bilingüismo. Estos testimonios son acompañados por nociones
antropológicas y sociales de la lingüística como las investigaciones nacionales realizadas por Rodolfo
Cerrón-Palomino en Aspectos sociolingüísticos y pedagógicos de la motosidad en el Perú o
extranjeras como Language, ideology and linguistic differentiation de Irvine y Gal. Ambos recursos –
los testimonios y el uso de investigaciones sociolingüísticas – confieren al texto credibilidad y solidez
pues hacen un efectivo vínculo entre las críticas al motoseo y las prácticas discriminatorias en el país.
La división del texto y su esquema argumentativo, con ideas y premisas claras presentadas de forma
ordenada, hacen que logre rotundidad en el lector. Sin embargo, no se presenta en el capítulo
declaraciones de los dirigentes de las instituciones educativas, información que hubiese podido ser útil
para observar al problema desde todos los ámbitos.

El texto parece estar dirigido a la comunidad universitaria general: la institución, los docentes y el
alumnado deben emprender proyectos de equidad social para evitar que los estudiantes bilingües se
perjudiquen debido a la estigmatización del mote. Es posible advertir cómo se esbozan ideas en contra
de la discriminación y a favor de las libertades individuales en el ámbito educativo., tal como lo
muestra el Anexo 1: “[la discriminación del motoseo] inhibe a todas las personas de origen quechua a
hablar en público y se convierte en un factor discriminante, en nuestro medio es elevado el nivel de no
aceptarlos” (2010: 182). Las autoras interpelan al lector de forma indirecta para lograr un compromiso
educativo, como lo muestran las reflexiones finales del capítulo pues “todavía hay muchas estructuras
que romper para hablar de equidad en la educación superior” (2010: 73). Estas estructuras
discriminatorias solo se lograrán romper cuando el trabajo en las universidades considere a la
emancipación social y los valores de equidad educativa entre sus planes.
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BIBLIOGRAFÍA

CÓRDOVA, Gavina

2004 “No le Enseñan Las Cosas Para Pasar La Vida, Sólo le Enseñan a Leer y a Escribir:
Reflexiones sobre la escuela” en Red de Trabajo de CLASPO. Universidad de Texas.
Consulta: 22 de junio de 2014.
<http://www.lanic.utexas.edu/project/etext/llilas/claspo/rtc/0059.pdf>

EL PERUANO

2004 “Reconocen aportes de la mujer a la cultura”. El Peruano.


<http://www.elperuano.com.pe/edicion/noticia-reconocen-aportes-de-mujer-a-cultura-
16222.aspx >

UNIVERSIDAD DE CALIFORNIA

2010 “Academic Literacy and Inequality: Quechua-speaking Students in Higher Education


in Perú”. Ponencia presentada en la Universidad de California en Davis. Consulta: 20
de junio de 2014.
< http://dhi.ucdavis.edu/?p=3151>

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