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EL MONETARISMO

Las dificultades de las economías de los países


avanzados, como Estado Unidos en los años
setenta, permiten aparecer propuestas de políticas
económicas que se derivan de nuevas
consideraciones teóricas que recusan el
keynesianismo y en la práctica, la intervención
del Estado en la economía.

Esta corriente que surge en la Universidad de


Chicago, es muy escéptica sobre la intervención
gubernamental en la economía y considera la
cantidad de dinero como elemento determinante
para la aparición de la inflación.

Se pueden distinguir dos vertientes:

. Una dedicada al estudio de la economía de


mercado cerrada, a fin de dar respuesta a los
problemas de inflación y desempleo, es decir, el
desequilibrio interno.

. Otra, estudia una economía abierta al comercio


y las finazas internacionales.

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El representante más destacado es el economista
Milton Friedman, y es el promotor de la
rehabilitación de la teoría cuantitativa clásica,
formulando la teoría moderna del dinero.

Más cerca en el tiempo, dentro de la Escuela de


Chicago, R. Lucas ha estudiado la teoría
cuantitativa moderna de Friedman con el enfoque
de las expectativas racionales con el resultado de
construir un modelo monetarista extremo,
bautizado por Tobin, como la “Nueva
macroeconomía clásica”.

Rehabilitación de la teoría cuantitativa clásica.

Como la teoría cuantitativa no es adecuado para


entender la macroeconomía de la economía
capitalista de mercado, pero sí es muy útil para el
pensamiento monetarista, tanto en su naturaleza
de sus supuestas como para sus mecanismos de
transmisión.

Friedman en su trabajo “Un marco teórico para el


análisis monetario” de 1971, reconoce que para
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desarrollar el enfoque monetario ha reformulado
y rehabilitado la teoría cuantitativa.

La teoría cuantitativa del dinero.

Es la base del enfoque monetarista, cuya


formulación y análisis, deriva de la ecuación
clásica:

MV = PQ = Y

M: Oferta monetaria nominal.

V: Velocidad ingreso del dinero (número


promedio de veces por año que una unidad de
“dinero” es utilizada en la compra de bienes y
servicios representado en el PNB).

P: Índice general de precios (representado por el


deflactor implícito del PNB).

Q: Producto real (PNB aprecios constantes).

Y: Valor monetario de la producción (ingreso


nominal).
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La ecuación de cambio es una tautología. Los dos
lados de la ecuación son iguales por definición
(MV = PQ). Ya que el ingreso anual nominal (Y =
PQ) es igual a la tasa de gasto anual en bienes y
servicios (MV).

Mientras la ecuación de cambio es una tautología,


la teoría cuantitativa del dinero en que se basan
los monetaristas no lo es.

La teoría señala que el nivel de precios, P,


mantiene (las demás cosas constantes) una
relación proporcional fija con la cantidad de
dinero. Idea que proviene del sentido económico
común más elemental que sugiere que el valor de
cualquier bien está (las demás cosas constantes),
inversamente relacionado a sus oferta.

El problema del enfoque de la teoría cuantitativa


del dinero radica en el supuesto de “todas las
demás cosas constantes”.

La teoría cuantitativa requiere que V y Q


permanezcan constantes cuando M cambia.

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La teoría cuantitativa, en su versión moderna,
utiliza la misma ecuación de cambio antes
descrita, en términos de crecimiento porcentual
para cada una de las variables.

Así, m = M/M´, v = V/V´ , .....

Entonces: m + v = p + q = y

La proposición básica de la versión moderna


señala que un aumento en la tasa de crecimiento
de la oferta monetaria m, (todas las demás cosas
constantes), conduce a un incremento igual en la
tasa de crecimiento de los precios, esto es, en p.

De ello se deriva el “aforismo” de Friedman, de


que la inflación es, en todo lugar y en todo
momento, un fenómeno monetario. Básico para
esto es explicar los supuestos de que la velocidad
del dinero V, y la tasa de crecimiento del producto
real q, son constantes.

Los monetaristas suponen la existencia de una


relación funcional estable entre la demanda por
saldos monetarios reales y un número limitado de
variables. En consecuencia el problema teórico
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metodológico del supuesto de una V constante, o
de la estabilidad de la velocidad-ingreso del
dinero, se encuentra en el sector financiero y
monetario de la economía.

La tasa de crecimiento constante del producto


real, q, la intentan explicar bajo el supuesto de
pleno empleo en la economía, con
argumentación más complicada que la de los
clásicos, aunque en la práctica llegan a los
mismos resultados.

La base de la argumentación se encuentra en una


teoría del trabajo más elaborada, a través del
concepto de “la tasa natural de desempleo” y de
las expectativas racionales. Los argumentos de
estos dos aspectos son:

1. Teoría sobre la estabilidad de la demanda


de dinero: el supuesto de que la velocidad-
ingreso del dinero es “constante”.

Los monetaristas argumentan que existe una


relación funcional estable entre la demanda por
saldos monetarios reales y un número limitado de
variables. No indican que la velocidad sea
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constante, pero sí que es lo suficientemente
estable como para permitir predecir de una
manera satisfactoria la relación entre los cambios
en la oferta monetaria y los cambios en el ingreso
nominal.

Es decir, los cambios en la velocidad son


considerados de menor importancia relativa
respecto a los cambios en la oferta monetaria. Al
mismo tiempo, suponen que el cambio en la
velocidad es en tal dirección que refuerzan en vez
de compensar los cambios en la política
monetaria.

Por ello, el primer paso importante para


rehabilitar la teoría cuantitativa clásica es la
formulación de Friedman de una función estable
de la demanda de dinero.

De acuerdo a Friedman, la función de demanda


de dinero depende de las siguientes variables:
. El nivel de precios.

. La tasa de rendimientos de los bonos y acciones.

. La tasa esperada de la inflación.


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. La proporción de la riqueza humana sobre la no
humana.
. La riqueza total y

. Los gustos y preferencias de los individuos.

Entonces la teoría cuantitativa moderna es, en


primera instancia, una teoría de la demanda por
dinero.

Para convertir la teoría cuantitativa en un modelo


de determinación del ingreso, es necesarios
agregar al supuesto de una función estable de la
demanda de dinero una de la dos siguientes
hipótesis:

Primera: que la demanda de dinero es inelástica a


las variables que la determinan. Así, el cambio
porcentual en la cantidad demandada de dinero
debido a cambios porcentuales en las variables
que los determinan es muy pequeño, así que los
movimientos en la velocidad-ingreso del dinero
también son muy pequeños. En términos de la
ecuación cuantitativa moderna:

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m = p + q – v = y, pero dado que v = 0,
entonces

m=p+q=y

Lo que significa que todo incremento en la


cantidad de dinero se refleja directamente en un
incremento proporcional en el ingreso nominal.

Segunda: que las variables que afectan la


demanda de dinero están fijas o determinadas
fuera de las fuerzas monetarias. Los monetaristas
señalan que la tasa de interés real y el ingreso real
están determinados por fuerzas reales y no
monetarias.

Por ejemplo, si al incrementar la cantidad de


dinero la tasa de interés real del mercado en otro
activo permanece fija, entonces no habrá ningún
incentivo para que cambie la velocidad-ingreso
del dinero, por esta razón dicho incremento
monetario se manifestará en el ingreso nominal.

De esta manera, lo que convierte la ecuación


cuantitativa en la teoría cuantitativa es el supuesto
de que la velocidad es una especie de función
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estable (constante determinada
institucionalmente) y lo que subyace en el
enfoque monetarista es el mismo supuesto de que
la demanda de dinero es una función estable.

Se ha visto los efectos de los cambios en m sobre


v, y se llega a la conclusión de que los
incrementos en m, dada la estabilidad de V (y que
por lo tanto v es nula), se manifiesta en y.

Lo que interesa no es el efecto del incremento de


la cantidad de dinero sobre el ingreso nominal,
sino conocer su efecto en forma separada sobre
los precios, p, y sobre la producción real, q. Para
ello se analiza la teoría cuantitativa moderna en
relación al problema de la inflación y la
determinación de la producción real.

2. La teoría sobre la inflación y el


desempleo: el supuesto de “la tasa constante
de crecimiento del producto real”.

La teoría monetarista tiene como fundamento que


todo incremento en la tasa de crecimiento de la
oferta monetaria m, se manifiesta en un aumento

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en la tasa de inflación p, y en ningún aumento de
la tasa de crecimiento real del producto q.

La teoría cuantitativa clásica suponía que q era


una constante, dado que la economía se
encontraba en pleno empleo. Lo que a su vez
suponía que los salarios y los precios eran
perfectamente flexibles tanto al alza como a la
baja, de tal manera que en el corto y largo plazo
el mercado de trabajo siempre estaba en
equilibrio y no existía la posibilidad de
desempleo involuntario.

La teoría cuantitativa moderna introduce la


“Teoría de la tasa natural de desempleo” para
explicar que q es una constante.

La tasa natural de desempleo es el pivote sobre el


cual gira la tasa real de desempleo y está asociada
al equilibrio en el mercado de trabajo, y por lo
tanto, a la estructura de la tasa de salario real. En
esencia afirmar que la tasa natural no depende de
la tasa de inflación, sin embargo, cuando la
cantidad de desempleo es la correcta, la inflación
permanecerá estable.

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Friedman decía que “la tasa natural depende de
las características estructurales de los mercados
de bienes, incluyendo las imperfecciones del
mercado, la variabilidad aleatoria de demanda y
ofertas, el costo de recolectar información sobre
las vacantes y ofertas de empleos, los costos de
movilidad, etc.

Tobin agrega que en adición al desempleo


friccional, la tasa natural también depende de la
dispersión regional del desempleo, de tal manera
que aun cuando en el nivel agregado exista una
presión al alza en la tasa de salarios, en las
regiones atrasadas subsistirá el desempleo.

Para analizar la relación entre la tasa natural de


desempleo y la inflación en el enfoque
monetarista, es conveniente recurrir al análisis de
la curva de Phillips, que constituye el enfoque
moderno del mercado de trabajo para las
economías avanzadas.

Esta curva señala que existe una relación inversa


entre la tasa de desempleo y la tasa de cambio en
los salarios monetarios.

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Para relacionar los cambios en los salarios
monetarios con los cambios en el nivel de
precios, comúnmente se supone que la tasa de
cambio en los precios (esto es, la tasa de
inflación), es igual a la tasa de cambio en los
salarios monetarios, menos la tasa de crecimiento
en la productividad.

Si se supone que la tasa de crecimiento de la


productividad del trabajo es nula, entonces la tasa
de inflación será igual a la tasa de incremento en
los salarios. 1.

La curva de Phillips indica que el desempleo sólo


se puede reducir (o equivalentemente que la
producción sólo se puede aumentar) a costa de
una inflación mayor, dado que en el corto plazo
se supone que permanece fijo el nivel de
tecnología y capital.

Los neokeynesianos aceptan que tanto en el corto


como en el largo plazo la curva de Phillips tiene
una pendiente negativa, lo que significa que hay
un intercambio conflictivo (trade-off) entre el
desempleo y la inflación. A menor desempleo,
mayor inflación.
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Los monetaristas piensan que en el largo plazo la
curva de Phillips es perfectamente vertical. Esto
significa, que en su opinión existe una tasa
natural de desempleo que es “intrínseca” al
sistema de economía de mercado y que por ello
no se ve afectada por el nivel de demanda
agregada.

Que la curva de Phillips sea vertical se deriva de


los supuestos que los monetaristas hacen sobre las
expectativas de inflación y el ajuste de precios y
salarios en el mercado de bienes y servicios y en
el de trabajo.

Cuando se supone que las expectativas son


adaptativas (para formular las expectativas
futuras el individuo toma en cuenta su
experiencia y la divergencia encontrada entre los
valores esperados y los observados de la variable
en cuestión), se argumenta que en el corto plazo
la autoridad monetaria puede aumentar el nivel
de la demanda agregada y reducir el desempleo a
costa de una mayor inflación.

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Esto hará que aumente las expectativas de
inflación desplazando la curva de Phillips hacia
arriba. Así, al poco tiempo los trabajadores
tratarán de ajustar sus salarios a la nueva
inflación, lo que significa que la curva de Phillips
en el largo plazo “será” totalmente vertical y
entonces se tiene la misma tasa natural de
desempleo y una mayor inflación. 2.

Los monetaristas aceptan que en el corto plazo el


gobierno puede reducir el desempleo a costa de
una mayor inflación, pero en el largo plazo sólo
conseguirá provocar una mayor la inflación sin
aumentar el empleo, por lo cual no se justifica
una política activa del Estado para reducir el
desempleo.

3. La nueva macroeconomía clásica: la teoría


de las expectativas racionales.

Cuando se afirma que la curva de Phillips es


perfectamente vertical, incluso en el corto plazo,
los nuevos monetaristas reemplazan las
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expectativas adaptativas por un esquema de
expectativas racionales.

Ello supone que los agentes económicos conocen


perfectamente el efecto de cualquier política
monetaria o fiscal en la demanda agregada, sino
que además conocen sus relaciones económicas y
toman en cuenta los cambios de política.

Así por ejemplo, ante un incremento dado del


gasto agregado, los agentes saben que
corresponderá un aumento determinado de
inflación después de cierto tiempo. Como todos
los agentes económicos tienen las mismas
expectativas, el proceso de ajuste es automático,
aun en el corto plazo, tanto en el mercado de
trabajo (salarios) como en el mercado de bienes y
servicios y en el monetario.

El supuesto de expectativas racionales viene a


desempeñar para los nuevos monetaristas el papel
de un mercado con ajuste instantáneo, automático
y continuo.

Que la curva de Phillips sea vertical tanto en el


corto como en el largo plazo significa que el
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gobierno a través de una política económica
expansionista, no puede afectar el nivel de
desempleo ni estimular el crecimiento económico
ni siquiera en el corto plazo, y sólo provocará una
mayor inflación.

El modelo de expectativas racionales considera


que los modelos keynesianos adolecen de dos
fallas:

. Suponen expectativas irracionales. Los agentes


suponen que el futuro es continuidad del pasado,
las variables cambian lentamente y las
expectativas se vuelven equivalentes a las
expectativas irracionales, lo que no es un
comportamiento optimizador.

. Los modelos keynesianos son inconsistentes.


Las premisas del comportamiento agregado se
fundan en supuestos que resultan conflictivos con
el comportamiento individual. No se corresponde
con el comportamiento optimizador de los
individuos.

Esta teoría se presenta como una


contrarrevolución al neokeynesianismo al
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regresar a los principios clásicos, anteriormente
derribados por la revolución keynesiana.

Los supuestos fundamentales de la economía


clásica son que los agentes económicos optimizan
y que los mercados se ajustan, instantánea y
continuamente.

MONETARISMO EN UN ECONOMIA
ABIERTA

Este enfoque monetarista ha sido desarrollado por


R. Mundell y H. Johnson, de la escuela de
Chicago, conocido también como el enfoque
monetarista de la balanza de pagos. J. J. Polak,
del FMI, ideó la aplicación de políticas
consecuentes con este enfoque para los convenios
de asistencia financiera del Fondo Monetario
Internacional.

Es una extensión de Hume, que no sitúa el énfasis


en los cambios en los precios relativos sino en la
influencia directa del exceso ante la oferta o
demanda de dinero sobre el saldo de ingreso y
gasto; o, en forma más general, entre la
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adquisición total de fondos y la disposición de
éstos, ya sea por la vía de la producción y el
consumo, o por la vía de obtener y otorgar
préstamos debido a ellos, sobre la balanza de
pagos global o balanza de reservas.

El desequilibrio externo es visto, no en la balanza


de mercancía o de cuenta corriente, sino la de
reservas, es decir centra su atención en la cuenta
monetaria. Por ello el desequilibrio en la balanza
de pagos es un síntoma de desequilibrio
monetario y que se corregirá en forma automática
sin necesidad de intervención gubernamental.

Se tiene los mismos supuestos de la economía


cerrada y se añaden el de tipo de cambio fijo y
que los precios de bienes y activos domésticos
están determinados por los precios y tasa de
interés internacionales.

Significa que la demanda de dinero es


independiente de los precios de los bienes, de los
gastos y de la tecnología y de la oferta monetaria.
La propiedad de la “neutralidad del dinero”. Se
supone el pleno empleo.

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La tasa de crecimiento de los precios está dada
exógenamente por la tasa de inflación de la
economía mundial cuando se tiene un tipo de
cambio fijo.

El origen del desequilibrio se encuentra en un


exceso de oferta monetaria, ya que si la cantidad
dinero es mayor que la demanda se ejerce un
efecto directo sobre el gasto interno, cuyo efecto
se transfiere al exterior a través del proceso de
ajuste en el mercado monetario.

“Todos los desequilibrios en balanza de pagos


son, en esencia, un fenómeno monetario”.

La teoría cuantitativa en una economía abierta.

Para una economía abierta y con régimen de tasa


de cambio fija se tiene:

m+v=p+q

De acuerdo al enfoque monetarista q es constante


y v es nula y p está determinada de manera
exógena por los precios internacionales px.

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Entonces, si la oferta monetaria crece a una tasa
mayor que la inflación internacional px, más el
crecimiento del producto nacional q, menos el
cambio en la velocidad de circulación del dinero
v, esto es si:

m > p + q – v = p + q = px + q

habrá un “desajuste transitorio” a través de un


movimiento de salida de reservas internacionales.

Mientras que en una economía cerrada hay una


relación directa entre m y p, y todo exceso de m
se manifiesta en p, dado que v y q permanecen
constantes, en una economía abierta, como p está
determinada por px, los precios mundiales, ¿a
dónde va el exceso de m?

Los monetaristas responden que se canaliza a la


compra de bienes, servicios y/o activos
internacionales. Como para ello se requiere de
divisas por el equivalente del exceso de m, y para
mantener la tasa de cambio fija, el banco central
venderá divisas, con lo que recoge el exceso de la
oferta monetaria doméstica.

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De lo anterior se desprende una regla monetaria
que establece lo siguiente:

Dada v = 0, si la tasa de inflación externa está


dada y es conocida (po) y la tasa de crecimiento
de la producción es estable y determinada (q o),
entonces la masa monetaria debe crecer a una tasa
igual a la suma de la tasa de inflación externa y
la producción interna, esto es:

m o = po + qo

Válido para una economía cerrada como para una


economía abierta.

***Síntesis de Caps. II, III y VII de “La


contrarrevolución monetarista” de
R. Villarreal. Fondo de Cultura Económica /Serie
de Economía. ***

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