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SALA DE CASACIÓN CIVIL

Exp. Nº AA20-C-2012-000656

Magistrado Ponente: LUÍS ANTONIO ORTÍZ HERNÁNDEZ

En el juicio por simulación de ventas, iniciado ante el Juzgado Cuarto de


Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción
Judicial del estado Táchira, por el ciudadano RAFAEL HARLEY RAMÍREZ ,
representado por los abogados Fran Reinaldo Rosales Zambrano, Luis Rondón
Contreras, Miguel Blanco Ambedkar y Carlos Julio Colmenares, contra los
ciudadanos VÍCTOR JOSÉ CHACÓN GUERRERO, ANA ELIDE DELGADO
DE CHACÓN, FREDDY ALEXANDER CHACÓN DELGADO y NUBIA EMIR
CHACÓN DELGADO, representados judicialmente por los abogados Jesús
Alberto Labrador Suárez, Juan Carlos Márquez Almea y María Trinidad Lara
Rincón, con excepción de Ana Elide Delgado de Chacón, cuya representación
judicial no se encuentra acreditada en autos; el Juzgado Superior Cuarto en lo
Civil, Mercantil, Tránsito y Agrario de la Circunscripción Judicial del estado
Táchira, dictó sentencia el 26 de septiembre de 2 012, en la que declaró sin lugar el
recurso de apelación ejercido por los co -demandados Víctor José Chacón Guerrero,
Freddy Alexander Chacón Delgado y Nubia Emir Chacón Delgado, contra la
sentencia dictada el 15 de mayo de 2012 por el tribunal de la causa, que había
declarado sin lugar la oposición a la medida de prohibición de enajenar y gravar
decretada, por lo que mantuvo en vigencia la misma y condenó en costas a los
recurrentes.

Contra la preindicada sentencia únicamente los co -demandados Víctor José


Chacón Guerrero, Freddy Alexander Chacón Delgado y Nubia Emir Chacón
Delgado ejercieron recurso extraordinario de casación, el cual fue admitido y
oportunamente formalizado. Hubo impugnación.

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Concluida la sustanciación del recurso y cumplidas las demás form alidades


de ley, pasa la Sala a dictar sentencia bajo la ponencia del Magistrado que con tal
carácter la suscribe, en los siguientes términos:

RECURSO POR DEFECTO DE ACTIVIDAD

Con fundamento en el ordinal 1° del artículo 313 del Código de


Procedimiento Civil, el formalizante delata la infracción por parte de la recurrida
del ordinal 4° del artículo 243 del Código de Procedimiento Civil, por haber
incurrido en el vicio de inmotivación.

Alega el formalizante:
…la Jueza de alzada esta (sic) incurriendo en e l vicio que la doctrina
denomina inmotivación, pues en su argumentación no se realiza el
juicio lógico necesario en el cual se subsume los hechos y el derecho,
es así como la Jueza de Alzada hace una referencia inicial en su
análisis a la normativa legal q ue establece los requisitos de
obligatorio cumplimiento para el dictamen de una medida cautelar, sin
embargo, no determina cuáles hechos son los que han quedado
establecidos para considerar como existentes los requisitos exigidos
por la norma jurídica ante s transcrita, específicamente el artículo 585
del Código de Procedimiento Civil, y mucho menos analiza y valora
los elementos probatorios que a su parecer y entender constituyen el
fundamento del decreto cautelar.

Con esto la sentencia recurrida esta (si c) dejando de lado la


jurisprudencia reiterada de la Sala de Casación Civil, que ha previsto
la necesidad de indicar los fundamentos de hecho y derecho de la
decisión, indicando con claridad como los hechos encuadran dentro de
la norma jurídica aplicable y el análisis de las pruebas de las cuales se
aprecien o a su decir se desprendan los hechos establecidos en la
sentencia. A este respecto la Sala ha señalado:
(…omissis…)

Este criterio ha sido ratificado constantemente en diversas decisiones


como las que ha continuación se señalan: Sentencia N° 2629 de fecha
18 de noviembre de 2004, emanada de la Sala Constitucional del
Tribunal Supremo de Justicia con ponencia del Magistrado Pedro
Rafael Rondón Haaz, expediente N° 04 -1796, que expreso (sic):

(…omissis…)

Este criterio fue adoptado y ratificado por Sentencia de la Sala de


Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia de fecha 19 de enero
de 2009, con ponencia de la Magistrado Yris Armenia Peña, la cual
expreso (sic):

(…omissis…)

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De igual forma la Sala constitucional (sic) del Tribunal Supremo de


Justicia ratifica su criterio mediante sentencia N° 141, expediente N°
08-1506 de fecha 25 de febrero de 2011, con ponencia de la
magistrado Gladys Gutiérres Alvarado en donde se expreso (sic):

(…omissis…)

Conjuntamente con su falta de expresión de motivos de hecho y


derecho y de su análisis de juicio lógico de valoración, cabe
mencionar igualmente que la Juez de Alzada (sic) menciona en la
sentencia un conjunto de documentos que fueron consign ados por la
parte actora, solicitante de la medida cautelar, pero al respecto la
Sentencia (sic) no indica qué elementos se desprenden de los referidos
documentos para establecer la existencia de los hechos que son
requeridos por la norma, a saber: la pres unción grave del riesgo
manifiesto de que quede ilusoria la ejecución del fallo y la presunción
grave del derecho que se reclama.

El sentenciador al respecto justifica esta situación con el argumento


de entrar a emitir un dictamen que afecte el juicio principal por cuya
causa se apertura la incidencia de medidas cautelares, dejando de lado
el criterio de la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de
Justicia, conforme al cual la explicación de la motivación de las
medidas cautelares no constituye un adelanto de opinión sobre el
juicio de la causa; pero su conducta reticente a motivar
suficientemente su fallo si constituye una violación del derecho
constitucional de mis mandantes a una tutela judicial efectiva y el
derecho al debido proceso dentro del cual se encuentra el derecho a la
defensa.

Para decidir, la Sala observa:

El formalizante asevera que la recurrida no determinó cuáles hechos


quedaron establecidos para considerar como existentes los requisitos exigidos por
el artículo 585 del Código de Procedimiento Civil, para el decreto de la medida
cautelar, omitiendo el análisis de los elementos probatorios que en su criterio
constituyen el fundamento del mismo, aduciendo que pudiera adelantarse opinión
sobre el fondo de la controversia, incurrien do de esta forma en el vicio de
inmotivación.

En materia de medidas preventivas, la tendencia jurisprudencial actual ha


dicho que el requisito de la motivación es insoslayable tanto en los decretos que
las acuerdan como en aquellos en los que las niegan, a sí, la Sala Constitucional de
este Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia N° 2629 de fecha 18 de noviembre
de 2004, expediente número 04 -1796, caso Luis Enrique Herrera Gamboa,
ratificada por esa misma Sala, entre otras, en sentencia N° 1201 del 25 de junio de
2007, expediente N° 05 -2024, caso Arnout de Melo y otros, estableció

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que “siempre es obligatoria la motivación de dicho decreto , lo cual significa


que el Juez debe exponer las razones de hecho y de derecho por las cuales
considera que procede o no la medida que se le requirió ya que, si no lo hace, es
imposible que su acto sea susceptible de control por las vías ordinarias
(oposición o tercería) y extraordinaria (casación), tanto, respecto de su legalidad
propiamente dicha (si se entiende que emana de una potestad reglada), como de lo
que se conoce como fundamento de legitimidad o legalidad material del acto
discrecional (si se entiende que proviene de una facultad discrecional), lo que
impediría el cabal ejercicio del derecho a la defensa de la par te o del tercero que
pueda verse afectado por dicho decreto” .
En esta misma línea de evolución jurisprudencial, esta Sala de Casación
Civil, en sentencia N° 407 de fecha 21 de junio de 2005, expediente N° 04 -805,
caso Operadora Colona C.A., dejó claro que “en el supuesto de que el
sentenciador considere que no están llenos los requisitos de procedibilidad
exigidos en el artículo 585 del Código de Procedimiento Civil, y por ende, niegue
o revoque la medida ya decretada, no le está permitido basar ese pronunc iamiento
en la potestad discrecional, pues para declarar la improcedencia de la cautela
debe expresar las razones por las cuales considera que no se encuentran
cumplidos los extremos exigidos por el legislador. En otras palabras, debe
justificar el por qué niega la medida que le fue solicitada por la parte
interesada”.
En el caso sub examine, la recurrida confirmó la sentencia de primera
instancia que decretó la medida cautelar de prohibición de enajenar y gravar
solicitada por el demandante, en los siguien tes términos:
III
MOTIVOS PARA DECIDIR

Planteado lo anterior, observa quien decide que el a quo mantuvo la


medida de prohibición de enajenar y gravar decretada por cuanto a su
parecer existe riesgo manifiesto de que quede ilusoria la ejecución del
fallo conforme a lo alegado y probado en las actas.

Por su parte la representación judicial de los apelantes manifiestan


(sic) que no están dados los requisitos de procedencia para decretar
dicha medida y que el fallo apelado es inmotivado y viola el derecho a
la defensa, debido proceso y tutela judicial efectiva de sus
representados. En efecto, en la oportunidad para presentar informes
alegaron:

(…omissis…)

Antes de analizar los supuestos de hecho en el caso sub examine, es


importante destacar que:

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El artículo 585 del Código de Procedimiento Civil estatuye:

(…omissis…)

El artículo 588 del Código de Procedimiento Civil establece:

(…omissis…)

Sobre la procedencia de las medidas cautelares y en especial la de


prohibición de enajenar y gravar, el Tri bunal Supremo de Justicia ha
señalado en reiteradas oportunidades que están estrictamente limitadas
al cumplimiento de los siguientes presupuestos: i) que exista
presunción grave del derecho deducido en la demanda (fomus bonis
iuris); y ii) que exista el p eligro de que la decisión que se vaya a
dictar en el fondo del juicio principal, quede ilusoria o se desmejore
por la tardanza del procedimiento (pericullum in mora).

En el caso bajo examen la parte actora funda su pretensión en la


simulación y por ende nulidad absoluta de las ventas celebradas sobre
el inmueble objeto de la medida, alegando en su escrito libelar que las
documentales presentadas eran pruebas suficientes para decretar la
medida peticionada.

Durante la articulación probatoria abierta ope legis con motivo de la


oposición a la medida presentada por los codemandados, las partes
aportaron:

El demandante:

.- Copia certificada del expediente N° 32.193 llevado por ante el


Juzgado Primero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del
Tránsito de la Circunscripción Judicial del estado Táchira, la cual
riela a los folios 78 al 112.

.- Copia certificada de la sentencia definitivamente firme dictada en


fecha 22 de junio de 2009 por el Tribunal de Primera Instancia en lo
Penal en Función de J uicio N° 2 del Circuito Judicial Penal del estado
Táchira, la cual riela a los folios 114 al 144 del presente cuaderno.

.- Copia de documento de venta acompañado con el libelo de la


demanda de fecha 29 de enero de 2007, inserto a los folios 151 al 154.
Estas documentales las aprecia esta juzgadora como elementos
presuntivos de la existencia del derecho reclamado en la demanda
principal de conformidad con los artículos 585, 507 y 509 del Código
de Procedimiento Civil.

Los demandados oponentes a la medida:

.- Promovieron el mérito favorable de la demanda, la reforma a la


demanda y del auto fechado 2 de noviembre de 2011.

Esta prueba se desecha en virtud de que las actuaciones de las partes y


los autos del tribunal no pueden ser consideradas como medios de

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prueba, ya que por sí solos constituyen las actas del proceso y el


operador de justicia debe analizarlos en su conjunto .

Analizado esto, observa esta juzgadora que el a quo decretó la medida


de prohibición de enajenar y gravar fundamentado en que estaban
llenos los extremos legales para su procedencia. En tal sentido, esta
juzgadora determina que tal aseveración está ajus tada a derecho y que
el Tribunal de la causa actuó dentro del límite de sus competencias, ya
que en ningún momento impidió o coartó el derecho de los
demandados a intervenir en la incidencia cautelar abierta ope legis.
Todo lo contrario, hubo oposición a l a medida, promovieron pruebas,
presentaron sus defensas y fueron resueltas en la sentencia que hoy se
estudia.

Esta situación evidencia que no hubo la violación constitucional


denunciada por los apelantes , sin embargo considera oportuno esta
juzgadora recordar lo que comprenden los mismos:

La tutela judicial efectiva , la cual es de amplísimo contenido y


comprende el derecho a ser oído por los órganos de administración de
justicia establecidos por el Estado, es decir, no sólo el derecho de
acceso sino también el derecho a que, cumplidos los requisitos
establecidos en las leyes adjetivas, los órganos judiciales conozcan el
fondo de las pretensiones de los particulares y, mediante una decisión
dictada en derecho, determinen el contenido y la extensión del d erecho
deducido (Sala Constitucional. S. n. 708 de10 -05-2000. Caso: Juan
Adolfo Guevara y otros. Exp. n. 00 -1683 fondo).

El debido proceso el cual se vulnera cuando se priva o coarta a alguna


de las partes la facultad procesal para efectuar en un acto de petición
que a ella privativamente le corresponda por su posición en el
proceso, cuando esa facultad resulte afectada de forma tal que se vea
reducida, teniendo por resultado la indebida restricción a las partes de
participar efectivamente en plano de igu aldad, en cualquier juicio en
que se ventilen cuestiones que les afecten (Sala Constitucional. S. n.
80 de 1-02-2001. Caso: Declaratoria de inconstitucionalidad parcial
art. 197 del C.P.C. Exp. N. 00 -1435).

El derecho a la defensa cuya violación se confi gura cuando los


interesados no conocen el procedimiento que pueda afectarlos, se les
impide su participación en él o el ejercicio de sus derechos, se les
prohíbe realizar actividades probatorias o no se les notifican los actos
que los afecten (Sala Constit ucional. S. n. 02 de 24 -01-01. Caso:
Germán Montilla y otros. Exp. n. 00 -1023).

En este orden de ideas, en lo relativo al vicio de inmotivación del


fallo denunciado por los apelantes, debemos recordar que ciertamente
el decreto de medidas cautelares a la luz de la doctrina del Tribunal
Supremo de Justicia debe ser motivado, así lo ha establecido en
reciente sentencia Nº 0032, fechada 8 de febrero de 2011, caso Banco
De Comercio Exterior (BANCOEX), contra C.A. Procesadora Propesca
y otras, expediente Nº 10 -269, donde la Sala de Casación Civil
estableció:

(…omissis…)

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Al analizar el fallo impugnado, constata esta juzgadora que la jueza


mantuvo la medida cautelar decretada por considerar que existía
riesgo manifiesto de que quedara ilusoria la ejecución del fallo, razón
suficiente conforme a lo alegado y probado en las actas para
considerar motivada la sentencia bajo estudio.

No debemos olvidar que la motivación del fallo garantiza el control de


la legalidad del mismo por las partes, por lo tanto en el cas o de marras
al ser una incidencia cautelar y dada la naturaleza de la acción de
simulación, el Juez debe cuidarse de no adelantar opinión al fondo del
asunto y limitarse a estudiar la concurrencia de los requisitos legales
para su procedencia tal y como oc urrió en autos.

En efecto, el Tribunal Supremo de Justicia ha señalado muchas veces


que el otorgamiento de una medida cautelar sin que se cumplan los
requisitos de procedencia violaría flagrantemente el derecho a la
tutela judicial efectiva a la contrapa rte de quien solicitó la medida y
no cumplió sus requisitos; y al contrario, la negación de la tutela
cautelar a quien cumple plenamente los requisitos implica una
violación a ese mismo derecho fundamental, uno de cuyos atributos
esenciales es el derecho a la eficaz ejecución del fallo, lo cual sólo
se consigue, en la mayoría de los casos, a través de la tutela
cautelar.

De manera tal, que en el presente caso quien aquí juzga considera que
el fallo cumplió con la motivación legal y no violó los derechos
denunciados.

En lo que toca a los requisitos de procedencia de la medida


peticionada , esta juzgadora al estudiar las actas del proceso evidencia
que sí están llenos, ya que como se señaló en la valoración probatoria,
las documentales promovidas demuestran l a presunción de buen
derecho y, en lo que respecta al periculum in mora, el mismo se
demuestra por la demora que se produce en todo proceso de ésta
índole, sea ordinario o especial y que todo justiciable conoce.

Por lo tanto, al constituir también las me didas cautelares un derecho


constitucional del actor en todo proceso, deviene necesariamente la
obligación para esta juzgadora como garante de la tutela judicial
efectiva y el debido proceso, declarar sin lugar la apelación
interpuesta y confirmar el fallo apelado, dados los razonamientos
antes expresados, Y ASÍ SE DECIDE .

Finalmente, estima prudente esta juzgadora señalar que las medidas


cautelares tienen por objeto limitar el derecho de propiedad de la parte
contra la cual obra, con el fin de asegurar y garantizar la efectividad
de la decisión de fondo y su decreto no debe tocar circunstancias de
mérito que inhiban al juzgador de seguir conociendo la causa.

De la decisión antes transcrita se desprende, que la juez de alzada, confirmó


el decreto de medida cautelar de prohibición de enajenar y gravar dictado por el
juzgado a quo, por considerar que su decisión estaba suficientemente motivada al

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haberse pronunciado sobre la existencia del riesgo manifiesto de que quedara


ilusoria la ejecución del fallo , “conforme a lo alegado y probado en las actas” .

Asimismo, la juez de la recurrida aseveró que “…al estudiar las actas del
proceso” se evidencia que están llenos los requisitos establecidos en el artículo
585 del Código de Procedimiento Civil, por cuanto “…las documentales
promovidas demuestran la presunción de buen derecho y, en lo que respecta al
periculum in mora, el mismo se demuestra por la demora que se produce en todo
proceso de ésta índole, sea ordinario o especial y que todo justiciable
conoce” (Resaltado añadido).

Por último, señaló que “las medidas cautelares tienen por objeto limitar el
derecho de propiedad de la parte contra la cual obra, con el fin de asegurar y
garantizar la efectividad de la decisión de fondo y su decreto no debe tocar
circunstancias de mérito que inhiban al juzgador de seguir conociendo la causa” .

De lo anterior se desprende, que la confirmación del decreto de prohibición


de enajenar y gravar se sustentó en unos motivos palmariamente vagos,
genéricos e imprecisos, lo que impide a esta Sala conocer a ciencia cierta cuáles
fueron las razones de hecho y de derecho por las cuales se consideró procedente la
solicitud de tutela cautelar.

En efecto, la juez consideró que “las documentales promovidas” ,


demostraban la existencia de la presunción del buen derecho, sin explicar en qué
consistían o cuál era su contenido, omitiendo señalar qué hechos consideró
acreditados con las mismas, derivando en una conclusión totalmente infundada en
cuanto a este aspecto.

Lo anterior demuestra que el fallo no se basta a sí mismo, porque para poder


juzgar sobre lo ajustado a derecho o no de la conclusión allí plasmada, habría que
acudir al auxilio de otras actas del expediente para desentrañar el contenido de los
medios de prueba escuetamente mencionad os, lo que atenta contra el principio de
autosuficiencia del fallo, según el cual la sentencia debe bastarse a sí misma, sin
que la prueba de su legalidad dependa de otros elementos extraños que la
complementen o perfeccionen.

Tal forma de decidir patentiz a el vicio de petición de principio, en tanto que


se dio por demostrado aquello que precisamente se debe probar, dando la
apariencia de haber llevado a cabo un razonamiento lógico que en realidad nunca
se hizo, infracción que reiteradamente ha censurado la Sala en las sentencias de
los jueces de instancia.

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Esta Sala, en múltiples sentencias ha establecido que si bien los jueces no


están obligados a expresar en su fallo “la razón de cada razón” , sin embargo, para
que los argumentos en que se apoya puedan fun damentar el dispositivo de la
sentencia, no podrán basarse puramente en afirmaciones sobre los hechos, pues es
necesario que se realice el debido análisis de las pruebas que puedan respaldar los
hechos alegados. (Vid. Sentencia N° 307 del 23 de mayo de 200 6, caso: Elba
Juliana Lugo de Córdova c/ Freddy Lugo Uzcátegui).

Igualmente, observa esta Sala que, en lo que atañe al periculum in mora , l a


recurrida se limitó a señalar de manera genérica que estaba acreditado “ por la
demora que se produce en todo proces o de ésta índole, sea ordinario o especial y
que todo justiciable conoce” , sin explicar, por qué en el caso concreto, se cumple
tal presupuesto, es decir, qué hechos y circunstancias en el caso particular
sometido a su examen le permiten presumir que la pr etensión deducida por el
demandante, pudiera devenir en ilusoria o inefectiva, más allá de la simple
tardanza implícita en todo juicio.
Lo anterior evidencia que en el presente caso es imposible saber con
claridad cuál fue el fundamento y la operación inte lectual que en definitiva utilizó
el sentenciador para llegar a la conclusión de que estaban acreditados los
presupuestos de ley para el decreto de la medida cautelar solicitada, por lo
genérico, vago e impreciso que fue su razonamiento jurídico, lo que im pide a la
parte interesada controlar su legalidad y patentiza la infracción de los artículos 12
y 15 del Código de Procedimiento Civil, según los cuales, los jueces tendrán por
norte de sus actos la verdad, y al decidir deben atenerse a lo alegado y probad o en
autos y así garantizar el derecho a la defensa de las partes.
Por último, la Sala observa que el riesgo de que se avance opinión sobre el
fondo del asunto no debe ser empleado por los jueces de instancia como argumento
para justificar la ausencia de m otivación de sus decisiones en sede cautelar, puesto
que de circunscribirse las mismas a los aspectos directamente vinculados con la
medida -requisitos de procedencia y demás aspectos relacionados exclusivamente
con los mismos, no existe razón para que se emita pronunciamiento alguno sobre el
mérito del asunto principal.

Por las razones que anteceden, la Sala juzga procedente la denuncia, por lo
que, se abstiene de conocer y decidir el resto de las delaciones formuladas
contenidas en el escrito de formaliza ción del recurso extraordinario de casación
presentado, de conformidad con lo establecido en el artículo 320 eiusdem.

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DECISIÓN

En fuerza de las anteriores consideraciones, este Tribunal Supremo de


Justicia de la República Bolivariana de Venezuela, en Sala de Casación Civil,
administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la ley,
declara CON LUGAR el recurso extraordinario de casación anunciado y
formalizado por los co -demandados Víctor José Chacón Guerrero, Freddy
Alexander Chacón Delgado y Nubia Emir Chacón Delgado, proferido por el
Juzgado Superior Cuarto en lo Civil, Mercantil, Tránsito y Agrario de la
Circunscripción Judicial del estado Táchira, el 26 de septiembre de 2012. En
consecuencia, se decreta LA NULIDAD del mismo y se ORDENA al Juez Superior
que resulte competente, dicte nueva sentencia corrigiendo el vicio referido.

Queda de esta manera CASADA la sentencia impugnada.

No hay condenatoria en costas, dada la naturaleza de la decisión.


Publíquese y Regístrese. Remítase el expediente al juzgado superior de
origen ya mencionado, de conformidad con lo previsto en el artículo 322 del
Código de Procedimiento Civil.

Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de


Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los dos (2)
días del mes de octubre de dos mil trece. Años: 203º de la Independencia y 154º de
la Federación.

Presidenta de la Sala,

__________________________
YRIS ARMENIA PEÑA ESPINOZA

Vicepresidenta,

______________________
ISBELIA PÉREZ VELÁSQUEZ

Magistrado Ponente,

____________________________
LUIS ANTONIO ORTÍZ HERNÁNDEZ

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Magistrada,

______________________
AUR IDES MERCEDES MORA

Magistrada,

__________________
YRAIMA ZAPATA LARA

Secretario,

_______________________
CARLOS WILFREDO FUENTES

Exp.: Nº AA20-C-2012-000656.-

Nota: Publicado en su fecha a las ( )

Secretario,

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