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SEMANA 1

EL HOMICIDIO SIMPLE

1. DESCRIPCIÓN TÍPICA

Articulo 106°.- El que mata a otro será reprimido con pena privativa de libertad no
menor de seis ni mayor de veinte años.

2. CONSIDERACIONES GENERALES

El homicidio es la muerte que una persona ocasiona a otra sin que medie
ninguna circunstancia específica de agravación o atenuación. Homicidio es la
muerte de un hombre (mujer) realizada injustamente por otro hombre (mujer).

3. TIPICIDAD OBJETIVA

La conducta típica del homicidio consiste en quitar la vida dolosamente a


una persona, sin la concurrencia de alguna circunstancia atenuante o agravante
debidamente establecida en el Código penal como constitutivo de otra figura
delictiva. Para calificar el delito de homicidio simple resulta irrelevante determinar
la modalidad empleada por el agente, así como los medios utilizados (revólver,
cuchillo, golpe de puño, etc.).

3.1. BIEN JURÍDICO PROTEGIDO

Es la vida humana, dado que el derecho protege la vida


independiente desde que comienza hasta que se extingue, y que el objeto
material es la entidad existencial en que encarna el bien jurídico y sobre el
que recae la acción. El derecho a la vida que se tutela en el tipo bajo estudio
no es otro que el de la vida humana, tomando la expresión en su significado
más amplio, es decir, sin consideración a que el titular de ese supremo
interés sea varón, o mujer, de una u otra raza, de cualquier credo o edad y
de una u otra condición social o casta: Ario, judío, polisiensie o zulú, santo o
bandido, hombre de genio o idiota, todas representan vidas humanas.

3.2. EL SUJETO ACTIVO

El sujeto activo del homicidio simple puede ser cualquier persona,


siempre y cuando sea jurídicamente responsable y no tenga vínculos de
parentesco con el sujeto pasivo exigidos en el parricidio (ascendiente,
descendiente cónyuge o concubino).

3.3. EL SUJETO PASIVO

El sujeto pasivo puede ser cualquiera que no tenga vínculos de


parentesco con el sujeto activo.

4. TIPICIDAD SUBJETIVA

La imputación subjetiva precisa del “dolo” consistente en el conocimiento y


voluntad de lo que se hace, es decir, decisión de actuar, que para el tipo simple no
es otra cosa que saber que se mata y querer matar, formula conocida como
“animus necandi”.

La ausencia de dolo se dará, cuando medie o exista error de tipo (vencible o


invencible), aunque tratándose del error vencible el acto será tratado como
homicidio culposo.
5. ANTIJURIDICIDAD

Es necesario determinar si la conducta es contrario al ordenamiento jurídico o,


en su caso, concurre alguna causa de justificación de las previstas y sancionadas en
el artículo 20 del Código penal. De este modo, el operador jurídico analizará si en el
homicidio concreto concurre la legítima defensa o el estado de necesidad justificante o
el agente actuó por una fuerza física irresistible o impulsado por un miedo insuperable
o en cumplimiento de un deber.

Si se concluye que en el homicidio concurre alguna causa de justificación la


conducta homicida será típica pero no antijurídica y, por tanto, será irrelevante pasar a
analizar el tercer elemento del delito conocido como culpabilidad.

6. CULPABILIDAD

Consiste en analizar si la persona a quien se le atribuye la conducta típica y


antijurídica es imputable penalmente, es decir, goza de capacidad penal, para
responder por un acto homicida, por ejemplo se tendrá que determinar la edad
biológica del autor del homicidio o si tenía conocimiento que su actuar homicida era
contrario a todo el ordenamiento jurídico.

7. CONSUMACIÓN

El homicidio se consuma con la muerte de la víctima, y cualquiera puede ser


autor menos la propia víctima, porque se trataría entonces de suicidio, que nuestra
ley no castiga.

8. TENTATIVA

La tentativa es posible en todas sus formas. Factor determinante es el dolo


(intención), con que actúa el agente. Si el agente produce lesiones, pero actúa con
animus necandi, no será reprimido solo por lesiones sino por tentativa de
homicidio. Salvo que se den las condiciones para aceptar el desistimiento activo.

9. AUTORIA Y PARTICIPACIÓN

Respecto a la autoría y participación debemos señalar, siguiendo la teoría


del dominio del hecho, que el actor directo es el que realiza de mano propia el tipo
penal. Es autor mediato quien instrumentaliza a un tercero, que no controla la
situación, para afectar el bien jurídico. Serán coautores, los que de manera
mediata o inmediata, realizan en concierto el injusto.

10. PENALIDAD

El artículo 106° del Código Penal, sanciona la realización del tipo con una
pena privativa de libertad no menor de seis ni mayor de veinte años.
EL PARRICIDIO

1. DESCRIPCION TÍPICA

Artículo 107° El que, a sabiendas, mata a su ascendiente, descendiente, natural o


adoptivo, o a una persona con quien sostiene o haya sostenido una relación
conyugal o de convivencia, será reprimido con pena privativa de libertad no menor
de quince años.

La pena privativa de libertad será no menor de veinticinco años, cuando


concurra cualquiera de las circunstancias agravantes como son por ferocidad,
codicia, por lucro o por placer; para facilitar u ocultar otro delito; con crueldad o
alevosía; y por fuego, explosión o por cualquier otro medio capaz de poner en
peligro la vida o salud de otras personas.

En caso de que el agente tenga hijos con la víctima, además será reprimido
con la pena de inhabilitación prevista en el inciso 5 del artículo 36, como es la
incapacidad para el ejercicio de la patria potestad, tutela o curatela.

2. CONSIDERACIONES GENERALES

Se llama parricidio al homicidio cometido en la persona de un ascendiente,


descendiente o cónyuge, conociendo esa calidad de la víctima. En el derecho
antiguo y moderno, se da el nombre de parricidio a la muerte del padre, del hijo, del
cónyuge, del hermano o del pariente comprendido en determinado grado de
parentesco. El Derecho moderno da a esta denominación el alcance de homicidio
cometido en la persona de determinados parientes.
3. LAS AGRAVANTES

Las agravantes del homicidio, por razón del parentesco, se fundan en la


mayor peligrosidad exteriorizada por el agente quien además de violar la ley
escrita, atenta contra las propias leyes de la naturaleza, evidenciando la carencia
de sentimientos primarios. El agravamiento del homicidio por el matrimonio se
funda en el menosprecio del respeto que se deben mutuamente los esposos. El
parricidio se reprime con pena más grave porque viola un vínculo moral inherente a
la naturaleza humana. Para su configuración es necesario tanto el elemento
objetivo (existencia del vínculo) como el subjetivo (conocimiento de dicho vínculo).
Es necesario, como requisito positivo, que el autor conozca esa relación en el
momento del hecho y con referencia a la persona que mata. Es necesaria la
coincidencia objetiva y subjetiva de la agravación, quien dispara contra el pariente y
mata a un tercero, no comete parricidio, salvo que el tercero a su vez sea pariente.

4. EL PARENTESCO

El Código Penal Peruano se limita a los ascendientes, a los descendientes,


natural o adoptivo o a su cónyuge o a su concubino. En lo que respecta a todos los
ascendientes y descendientes ha de tenerse en cuenta los vínculos de sangre.
Cuando se trata de una cuestión procesal, la mayoría de los autores y la
jurisprudencia, han sostenido que el vínculo debe ser probado legalmente. En
cuanto a lo que se refiere al vínculo matrimonial, este punto de vista no parece que
admita objeciones. En cuanto a la filiación, la exigencia limita la agravante a los
descendientes legalmente reconocidos.

5. TIPICIDAD OBJETIVA

El texto legal determina claramente los nexos familiares que deben existir
entre la víctima y victimario, para subsumir la conducta de matar en el tipo penal
del parricidio, por lo que tanto el sujeto pasivo como el sujeto activo deben tener
vinculo de parentesco.
5.1. PARRICIDIO SIMPLE

El parricidio simple se configura objetivamente cuando el agente o


sujeto activo da muerte a su ascendiente o descendiente, natural o adoptivo,
o a una persona con quien sostiene o haya sostenido una relación conyugal o
de convivencia, sabiendo o conociendo muy bien que tiene tales cualidades
respecto de su vida. En otras palabras, el parricidio aparece o se evidencia
cuando el agente con pleno conocimiento de sus vínculos consanguíneos
(padre, hijo natural, etc.) o jurídicos (hijo adoptivo, cónyuge, concubino,
conviviente, ex cónyuge y ex conviviente) con su víctima, dolosamente le da
muerte.

5.1.1. BIEN JURIDICO PROTEGIDO

Es la vida humana independiente comprendida desde el instante


del parto hasta la muerte natural de la persona humana.

5.1.2. SUJETO ACTIVO

El sujeto activo está señalado en el tipo penal, solo está limitado


a quien ostenta las cualidades de parentesco consanguíneo, jurídico o
sentimental con el objeto pasivo de la acción, nadie más puede ser
autor de este delito.

5.1.3. SUJETO PASIVO

La situación de víctima en el injusto penal de parricidio también


se encuentra limitada para determinadas personas que ostentan
cualidades especiales que le une con el agente. Sujeto pasivo no
puede ser cualquier persona, sino aquellas que tienen relación parental
o sentimental con su verdugo. En ese sentido, el tipo penal se
desprende que víctima del delito de parricidio únicamente pueden ser
los ascendientes y descendientes en línea recta del parricida. También
su cónyuge y el hijo adoptivo de acuerdo con el artículo 377 del Código
Civil y, finalmente, actual o pasado, el cónyuge y conviviente del sujeto
activo.

5.2. PARRICIDIO AGRAVADO

Estaremos ante un parricidio agravado cuando en la muerte de la


víctima (mujer o varón) concurran cualquiera de las siguientes circunstancias
previstas en los incisos 1, 2, 3 y 4 del artículo 108 del Código Penal

5.2.1. PARRICIDIO POR FEROCIDAD

Cuando el parricidio es realizado con absoluto desprecio y


desdén por la vida humana de su ascendiente, descendiente, natural o
adoptivo, o ha sido o es su cónyuge o su conviviente. Puede haber dos
modalidades: cuando el sujeto activo concluye con la vida del sujeto
pasivo sin motivo ni móvil explicable; y cuando el agente actúa con
ferocidad brutal en la determinación del agente, es decir, inhumanidad
en el móvil, es este caso cuando se evidencia en la determinación del
agente para poner fin a la vida de la víctima con quien tiene vínculos
consanguíneos, jurídicos o sentimentales o también los ha tenido.

5.2.2. POR CODICIA

Se configura por el apetito desmesurado de riqueza, esto es


cuando el agente obra por el deseo inmoderado de obtener a través del
homicidio de la víctima dinero, bienes o distinciones que en vida
hubieran correspondido a la víctima. La codicia no debe confundirse
con la simple finalidad lucrativa porque esta se da siempre que el
homicida pretendía obtener una ganancia o provecho de su crimen. En
cambio, la codicia se refiere a una característica espiritual del autor,
vale decir, su inclinación exagerada al lucro.
5.2.3. POR LUCRO

Cuando el agente produce la muerte de su víctima con el firme


propósito y objetivo de obtener un provecho o ganancia patrimonial.
Esto es, el sujeto activo actúa porque recibió o recibirá en un futuro,
dinero de un tercero para poner fin a la vida de su víctima, o porque
espera obtener una ganancia o provecho económico con su actuar
ilícito al heredar los bienes del sujeto pasivo o cobrar un seguro de vida
por ejemplo.

5.2.4. POR PLACER

Se configura cuando la o el parricida mata por el solo placer


de hacerlo, es decir, el agente experimenta una sensación agradable,
un contento de ánimo o un regocijo perverso al poner fin a la vida de su
víctima. El único motivo que mueve al agente es el deleite,
complacencia o satisfacción de dar muerte a la víctima ya sea por
lujuria o vanidad. Aparece un gozo inexplicable en el asesino al
ocasionar la muerte de su víctima quien puede ser su ascendiente,
descendiente, natural o adoptivo, o ha sido o es su cónyuge o su
conviviente. Sin duda, el sujeto que llega a esos extremos, no tiene
frenos inhibitorios para respetar siquiera la vida de sus familiares y, por
ende, se constituye en un peligro constante para cualquier persona.

5.2.5. PARA FACILITAR OTRO DELITO

Esta modalidad se configura cuando la o el parricida pone fin a


la vida de su ascendiente, descendiente, natural o adoptivo, o ha sido o
es su cónyuge o su conviviente, para facilitar o favorecer la comisión de
otro delito independiente. Fácilmente se identifica la existencia de un
delito – medio (parricidio) y un delito – fin (cualquier otro delito).
5.2.6. PARA OCULTAR OTRO DELITO

Cuando la o el agente da muerte a una persona con quien


tiene una relación de ascendencia, descendencia, natural o adoptiva, o
ha sido o es cónyuge, conviviente o con quien esté sosteniendo o haya
sostenido una relación análoga con la finalidad o propósito de ocular la
comisión de otro delito, que le interesa no sea descubierto o
esclarecido.

5.2.7. CON GRAN CRUELDAD

Cuando el sujeto activo produce la muerte de su víctima


haciéndole sufrir en forma inexplicable o innecesaria. Esta modalidad
consiste en acrecentar deliberada e inhumanamente el sufrimiento de
la persona a la que se quiere exterminar, causándole un dolor físico
que es innecesario para la comisión del homicidio. Resulta
indispensable la presencia de dos condiciones importantes que
caracterizan al parricidio con gran crueldad. Que el padecimiento, ya
sea físico o psíquico, haya sido aumentado deliberadamente por el
agente, es decir, este debe actuar con la intención de hacer sufrir a la
víctima. El agente lo hace con la sola intención de hacerle padecer
antes que se produzca la muerte de su víctima, quien puede ser su
ascendiente, descendiente, natural o adoptivo, o quien es o ha sido su
cónyuge o su conviviente, demostrando con ello ensañamiento e
insensibilidad ante el dolor humano.

5.2.8. CON ALEVOSÍA

Se configura cuando el agente actúa a traición, vulnerando la


gratitud y confianza que le tiene su víctima, quien puede ser su
ascendiente, descendiente, natural o adoptivo, etc., y a la vez,
aprovechándola indefensión de esta al no advertir, ni siquiera
sospechar, el riesgo que corre su vida al brindar confianza a su
verdugo creyéndole leal.

5.2.9. POR FUEGO

Se configura cuando el agente de forma intencional prende


fuego al ambiente donde sabe se encuentra su víctima quien puede ser
su ascendiente, descendiente, etc., a la que ha decidido dar muerte,
poniendo en peligro la vida o salud de otras personas que allí se
encuentran. En el tipo penal, la frase “capaz de poner en peligro la vida
o salud de otras personas” orienta que esta modalidad de parricidio no
se refiere a dar muerte a la víctima prendiéndole fuego de forma directa
o en un lugar en que las circunstancias hacen presumir que no pone en
peligro a nadie, pues allí aparecería otra modalidad del parricidio, como
puede ser el matar con crueldad; sino por el contrario, se refiere, a que
el uso del fuego, aparte de buscar eliminar a la víctima debe poner en
peligro o riesgo la integridad de otras personas. No se necesita que el
fuego lesione la vida o salud de terceras personas, es suficiente que el
curso del acto homicida origine un peligro concreto para aquellas.

5.2.10. POR EXPLOSIÓN

Cuando el agente haciendo uso de medios o elementos


explosivos que ponen en riesgo la vida o la salud de terceras personas,
logra dar muerte a su víctima quien puede ser su ascendiente,
descendiente, etc.. El Sujeto activo logra su fin creando un peligro
concreto de muerte o lesiones para dos o más personas.

5.2.11. OTROS MEDIOS CAPACES DE PONER EN PELIGRO LA VIDA O


LA SALUD DE OTRAS PERSONAS

El legislador ha dejado abierta la posibilidad para que el


operador del derecho encuadre otras circunstancias que la realidad
presenta a la figura de parricidio. Ello, mediante la interpretación
analógica habilitada en nuestro sistema jurídico, puede presentarse
cuando el agente dolosamente y sin importarle el peligro concreto que
crea para terceras personas, desvía las aguas de un rio a un fin de
que inunde la vivienda de la persona que pretende dar muerte, con
quien tiene vínculos consanguíneos, jurídicos etc.

6. TIPICIDAD SUBJETIVA

El Código contiene una exigencia subjetiva: el conocimiento del vínculo por


parte del autor; quien mata a su ascendiente, descendiente o cónyuge debe saber
que lo son para que el hecho encuadre en la figura, no es suficiente que lo
sospeche. Se precisa que la víctima sea ascendiente, descendiente o cónyuge y
que el autor lo sepa, pues faltando el vínculo el autor podrá creer que es su padre
o su hijo aquel a quien mata, pero no saberlo. El tipo penal del parricidio se realizó
con dolo directo (primer y segundo grado), y cabe su realización por dolo eventual
en la hipótesis que el autor considere seriamente como posible el resultado letal
del pariente, cuyo vínculo parental conoce, basta el dolo eventual.

7. ANTIJURIDICIDAD

Acá se determinará si la conducta es contraria al ordenamiento jurídico o en


su caso, concurre alguna causa de justificación de la previstas y sancionadas en el
artículo 20 del Código penal. De ese modo, el operador jurídico si en el homicidio
concreto concurre la legítima defensa o el estado de necesidad justificante o el
agente actuó en cumplimiento de un deber.
8. CULPABILIDAD

Tendrá que determinarse la edad biológica del parricida o si el agente no


sufre de alguna causa que le torne inimputable jurídicamente.

9. CONSUMACIÓN

El delito se perfecciona cuando el agente agota los elementos objetivos y


sub objetivos constitutivos del tipo penal, es decir, da efectiva muerte a su víctima
de quien conocía tener parientes consanguíneo, jurídico o existe al tiempo de los
hechos una relación sentimental basada en el amor o la intimidad.

10. TENTATIVA Y PARTICIPACION

El parricidio admite tentativa y todas las formas de participación, es partícipe


en parricidio sólo para quienes conocen la existencia del vínculo, debiendo al
partícipe atribuírsele ser autor de homicidio simple.

11. PENALIDAD

El Código Penal Peruano sanciona este tipo penal con pena privativa de
libertad no menor de quince años en el caso del Parricidio Simple y con veinticinco
años en el caso del Parricidio con alguna de las agravantes.
HOMICIDIO AGRAVADO-ASESINATO

1. DESCRIPCIÓN TIPICA

Artículo 108° Será reprimido con pena privativa de la libertad no menor de quince
años, el que mate a otro concurriendo cualquiera de las circunstancias siguientes:
1.- Por ferocidad, codicia, por lucro o por placer. 2.- Para facilitar u ocultar otro
delito. 3.- Con gran crueldad o alevosía. 4.- Por fuego, explosión, o por cualquier
otro medio capaz de poner en peligro la vida o la salud de otras personas.

2. CONSIDERACIONES GENERALES

El vocablo Árabe primigenio contiene los elementos básicos de


significación del nomen iuris, a saber: Muerte sanguinaria y ataque a traición.
Asesinato en suma se le define de común, como la muerte de una persona
perpetrada, ejecutada, actuada o cometida por medios peligrosos o revelando su
autor una maldad o peligrosidad especiales, circunstancias estas que la Ley prevé.

3. BIEN JURIDICO PROTEGIDO

En el tipo legal de asesinato el bien jurídico tutelado que es la vida humana


solo sirve para fundamentar el núcleo básico y el ámbito de su tipificación, pues
para diferenciar el homicidio del asesinato concurren una serie de otras
valoraciones que concretan el ámbito situacional. En el caso del asesinato la
diferencia radical que encontramos como fundamento es la mayor culpabilidad
reflejada en sus circunstancias porque la peligrosidad en si no es presupuesto de
pena.
4. TIPICIDAD OBJETIVA

El asesinato tiene como objeto de la tutela jurídica, la vida. El objeto


material sobre el que recae la acción típica es el ser humano, es decir el hombre
vivo desde su nacimiento hasta su muerte. Sujeto activo puede ser cualquier
persona igual que el sujeto pasivo, pues la Ley no exige calidades especiales.

5. TIPICIDAD SUBJETIVA

Para cualquiera de las circunstancias de este tipo penal se refiere dolo


directo, el dolo además se adecuará a cada circunstancia, pues el asesinato
contempla circunstancias de tendencia, que el autor debe conocer como presentes
en el acto.

6. AUTORIA Y PARTICIPACION

Respecto al autor de este delito no existe mayor dificultad, en relación a la


penalidad a aplicarse, respecto de los partícipes (instigador y cómplices) es
necesario que éstas hagan suyas y conozcan los elementos subjetivos del actor
principal pues si el participe desconoce la naturaleza de estos elementos subjetivos
se rompe el título de imputación para él y así cada uno de los intervinientes en el
hecho responderá al título que corresponda según su responsabilidad.

7. PENALIDAD

Corresponde una pena privativa de libertad no menor de quince años. El


máximo será de treinta y cinco años en aplicación del Art. 29° del Código Penal.
EL FEMINICIDIO

1. TIPO PENAL

El artículo 2 de la Ley N° 30068 incorporó en el Código Penal el artículo 108-B y


allí tipificó por separado y en forma independiente el delito de feminicidio. No
obstante lo que allí se precisó ha sido objeto de modificación por la Ley N°
30323 del 7 de mayo de 2015. En consecuencia, actualmente el tipo penal 108-
B del CP tiene el siguiente contenido:

Artículo 108-B.- Será reprimido con pena privativa de libertad no menor de veinte
años el que mata a una mujer por su condición de tal, en cualquiera de los
siguientes contextos:

1. Violencia familiar;
2. Coacción, hostigamiento o acoso sexual;
3. Abuso de poder, confianza o de cualquier otra posición o relación que le
confiera autoridad al agente;
4. Cualquier forma de discriminación contra la mujer, independientemente de
que exista o haya existido una relación conyugal o de convivencia con el agente.
La pena privativa de libertad será no menor de treinta años, cuando concurra
cualquiera de las siguientes circunstancias agravantes:
1. Si la víctima era menor de edad o adulta mayor;
2. Si la víctima se encontraba en estado de gestación;
3. Si la víctima se encontraba bajo cuidado o responsabilidad del agente;
4. Si la víctima fue sometida previamente a violación sexual o actos de
mutilación;
5. Si al momento de cometerse el delito, la víctima tiene cualquier tipo de
discapacidad;
6. Si la víctima fue sometida para fines de trata de personas o cualquier tipo de
explotación humana;
7. Cuando hubiera concurrido cualquiera de las circunstancias agravantes
establecidas en el artículo 108.
8. Si en el momento de cometerse el delito, estuviera presente cualquier niña,
niño o adolescente.
9. Si el agente actúa en estado de ebriedad, con presencia de alcohol den la
sangre en proporción mayor de 0.25 gramos – litro, o bajo efecto de drogas
tóxicas , estupefacientes, sustancias sicotrópicas o sintéticas.

La pena será de cadena perpetua cuando concurran dos o más circunstancias


agravantes. En todas las circuntancias previstas en el presente artículo, se
impondrá la pena de inhabilitación conforme a los numerales 5 y 11 del artículo
36 del presente Código y los artículo 75 y 77 del Código de los Niños y
Adolescentes según corresponda.

2. CUESTION PREVIA

En nuestro sistema jurídico, por Ley N° 29819 del 27 de diciembre de


2011, el artículo 107 del Código Penal que regula el parricidio, fue modificado
para incluir en su contenido entre otros aspectos la figura denominada
"feminicidio"' '. En efecto, luego de aquella modificatoria, en el Perú, se habla
de feminicidio que recibe tal nombre el homicidio por la sola calidad de la
víctima mujer respecto del autor varón.

Cuando comentábamos la Ley antes indicada, se argumentaba que


como se había construido la fórmula legislativa modificada, se advertía que el
legislador optó por tal técnica legislativa con la única finalidad de calmar o
satisfacer las expectativas de los movimientos feministas de nuestra patria. En
tal sentido, se verificaba que se limitaron a señalar que si la víctima - mujer
había tenido o tiene una relación basada en sentimientos amorosos con el
autor - varón del homicidio se denominaba feminicidio. Contrario sensu, si la
víctima - varón ha tenido o tiene una relación basada en sentimientos
amorosos con la autora - mujer del homicidio se denominaba parricidio. No
obstante, en ambos supuestos, el agente, ya sea hombre o mujer, tendría la
misma consecuencia jurídica una vez encontrado culpable en un debido
proceso penal. De modo que si no había diferencia en la pena a recibir por el
autor del homicidio, no veíamos razonable ni racional la necesidad de hacer
distinciones en la nomenclatura del ilícito penal.
De esta advertencia, los movimientos feministas, al parecer tomaron
cuenta y volvieron a insistir en que se legisle sobre el delito de feminicidio. Ante
tal perseverancia, lograron que el Congreso de la República apruebe la Ley N°
30068, publicada en El Peruano el 18 de julio de 2013. Con esta Ley, se ha
incorporado en el Código Penal el artículo 108-B, cuyo contenido viene a
instituir el delito de feminicidio con características muy diferentes al delito de
parricidio. Considero que recién con la Ley citada, los movimientos feministas
lograron su objetivo.

3. TIPICIDAD OBJETIVA

Los autores de estos crímenes tampoco tienen calidades específicas,


pues pueden ser personas con quienes la víctima mantiene un vínculo afectivo,
amical o social, como por ejemplo familiares, parejas, enamorados, novios,
convivientes, cónyuges, ex convivientes, ex cónyuges o amigos. También
pueden ser personas conocidas, como vecinos, compañeros de trabajo y de
estudio; de igual forma, desconocidos para la víctima. Asimismo, los homicidios
pueden ser realizados de manera individual o colectiva, e incluso por
organizaciones criminales.

La categoría jurídica de feminicidio abarca muchos supuestos al punto


que se habla de tipos o clases de feminicidio. Así tenemos, el íntimo que se
produce cuando la víctima tiene o tenía una relación íntima, familiar, de
convivencia o afines actual o pasada con el homicida; se incluyen los casos de
muerte de mujeres a manos de un miembro de la familia, como el padre,
padrastro, hermano o primo. El feminicidio no íntimo que se da cuando la
víctima no tiene o no tenía algún tipo de relación de pareja o familiar con el
agresor; y, el feminicidio por conexión, se produce cuando la mujer muere en la
"línea de fuego" de un hombre que pretendía dar muerte o lesionar a otra
mujer. Por lo general, se trata de mujeres parientes que intervienen para evitar
el homicidio o la agresión, o que simplemente se encontraban coyunturalmente
en lugar de los hechos.
3.1. FEMINICIDIO AGRAVADO

El segundo párrafo del artículo 108-B del Código Penal prevé


las circunstancias que de concurrir en un feminicidio, el autor será
merecedor de mayor sanción penal. Entre las calificantes que se han
previsto tenemos:

3.1.1. Víctima era menor de edad. La circunstancia agravante se verifica


cuando la víctima del homicidio producido en un contexto de violencia
familiar, coacción, hostigamiento, acoso sexual, abuso de poder,
confianza o de cualquier otra posición o relación que le confiera autoridad
al agente o cualquier forma de discriminación contra la mujer, es una
persona menor de 18 años. En nuestro sistema jurídico, recién a los 18
años se adquiere la mayoría de edad, antes de esa edad se considera a
una persona como menor o adolescente. La agravante se justifica debido
a que es deber del Estado proteger a los menores de edad. Es más
reprochable la conducta de una persona que ataca la vida de una menor
de edad. Por supuesto para que se verifique la agravante, el agente debe
conocer de la minoría de edad de la víctima. Ello ocurrirá cuando el
agente conozca realmente la edad de la víctima o esa mi¬noría sea
evidente por la contextura o vestimenta de la víctima. Por ejemplo, si la
víctima al momento del hecho luctuoso está vestida con uniforme escolar
y con los cuadernos escolares bajo el brazo, cualquier persona cae en la
cuenta que se trata de una menor de 18 años. Nadie podrá alegar
razonablemente en tales circunstancias que creía que se trataba de una
mujer mayor de edad.

3.1.2. En estado de gestación. La calificante se materializa cuando la


víctima del homicidio ocurrido en un contexto de violencia familiar,
coacción, hostigamiento, acoso sexual, abuso de poder, confianza o de
cualquier otra posición o relación que le confiera autoridad al agente o
cualquier forma de discriminación contra la mujer, es una mujer en pleno
estado de embarazo. Aquí pueden presentarse dos circunstancias: la
primera, cuando el agente sabe porque así lo han informado que la mujer
está gestando y segundo, cuando por lo voluminoso del vientre cualquier
persona cae en la cuenta que la mujer a la que ataca se encuentra en
estado de gestación. La agravante se justifica debido a que es más
reprochable la conducta de aquel que ataca a una mujer que sabe bien
está portando en su vientre un nuevo ser humano.

3.1.3. Bajo cuidado o responsabilidad del agente. La agravante se


materializa cuando la víctima del homicidio ocurrido en un contexto de
violencia familiar, coacción, hostigamiento, acoso sexual, abuso de poder,
confianza o de cualquier otra posición o relación que le confiera autoridad
al agente o cualquier forma de discriminación contra la mujer, es una
mujer que se encuentra bajo el cuidado o responsabilidad del autor del
hecho luctuoso. La agravante se verifica cuando el agente es curador de
la víctima mujer. Es decir, la víctima se encuentra bajo el cuidado y
protección del sujeto activo, situación que aprovecha para atentar contra
su vida.

3.1.4. Sometimiento previo a violación sexual o actos de mutilación.


La agravante aparece cuando la víctima del homicidio ocurrido en un
contexto de violencia familiar, coacción, hostigamiento, acoso sexual,
abuso de poder, confianza o de cualquier otra posición o relación que le
confiera autoridad al agente o cualquier forma de discriminación contra la
mujer, es una mujer a la que previamente el agente le ha sometido a los
denigrantes actos de violación sexual o actos de muti¬lación. La
agravante se verifica cuando el agente dolosamente antes de dar muerte
a la mujer, le ha impuesto el acto sexual en contra de su voluntad, o en su
caso, le ha mutilado alguno de sus miembros. La agravante se justifica
plenamente debido a que la conducta del agente es más reprochable
porque antes de dar muerte a su víctima ha cometido un grave delito
como es la violación sexual o la mutilación de algún miembro.

3.1.5. Padecimiento de cualquier tipo de discapacidad. La agravante


se verifica cuando la víctima del homicidio ocurrido en un contexto de
violencia familiar, coacción, hostigamiento, acoso sexual, abuso de poder,
confianza o de cualquier otra posición o relación que le confiera autoridad
al agente o cualquier forma de discriminación contra la mujer, es una
mujer que sufre de discapacidad física o psicológica. La agravante se
verifica cuando la víctima mujer sufre o padece cualquier tipo de
discapacidad. Por supuesto, el agente debe conocer tal padecimiento. El
conocimiento puede darse porque el agente ha tomado real conocimiento
de la discapacidad que sufre la víctima o en su caso, la discapacidad de
la víctima es evidente ante los ojos de todos. Por ejemplo, si la víctima
mujer del homicidio estaba en silla de ruedas, el agente no puede alegar
razonablemente que no sabía que su víctima era incapacitada. De modo
que el certificado de CONADIS, en algunos casos será de mucha utilidad
y en tanto que en otros, será de escasa utilidad.

3.1.6. Sometimiento para fines de trata de personas. La agravante


aparece cuando la víctima del homicidio ocurrido en un contexto de
violencia familiar, coacción, hostigamiento, acoso sexual, abuso de poder,
confianza o de cualquier otra posición o relación que le confiera autoridad
al agente o cualquier forma de discriminación contra la mujer, es una
mujer que se encontraba sometida para fines de trata de personas.
Sometida significa cautiva o limitada en su libertad. De modo que el
feminicidio agravado se materializa cuando el agente conociendo o
sabiendo que la mujer se encuentra cautiva o limitada en su libertad por
fines de trata de personas, le da muerte. La agravante se verifica así la
víctima mujer todavía no haya sido sometida al denigrante delito de trata
de personas. Aquí basta verificar que la víctima mujer se encuentra
privada de su libertad con el propósito de materializarse el delito de trata
de personas. La justificación de la agravante es evidente.

3.1.7. Cuando hubiera concurrido cualquiera de las circunstancias


agravantes establecidas en el artículo 108. La agravante aparece cuando
el homicidio ocurrido en un contexto de violencia familiar, coacción,
hostigamiento, acoso sexual, abuso de poder, confianza o de cualquier
otra posición o relación que le confiera autoridad al agente o cualquier
forma de discriminación contra la mujer, sobre una mujer, se verifica que
el agente ha actuado por ferocidad, por lucro o por placer; para facilitar u
ocultar otro delito; con gran crueldad o alevosía o por fuego, explosión,
veneno o por cualquier otro medio capaz de poner en peligro la vida o
salud de otras personas.

3.1.8. Concurrencia dos o más circunstancias agravantes. La conducta de


homicidio es más reprochable debido a que en el feminicidio concurren
dos o más de las agravantes antes citadas. Se verificará esta gravante
cuando la víctima del homicidio se trate de una mujer discapacitada que
se encontraba en plena gestación. El agente, en estos casos, será
merecedor de la pena privativa de la libertad intemporal de cadena
perpetua.

3.2. BIEN JURÍDICO PROTEGIDO

La vida humana independiente comprendida desde el instante del parto.


hasta la muerte natural de la persona humana, cesación definitiva de la
actividad cerebral. Ello es importante tenerlo en cuenta -puesto que muy
bien puede verificarse el delito de feminicidio cuando un padre que tenía
la firme esperanza de tener como hijo a un varón, da muerte a su hija a
quien no quiere por ser mujer, en circunstancias que se encuentra siendo
expulsada por la madre de su vientre, es decir, en la etapa del nacimiento.
Por supuesto en este caso, se tratará de un feminicidio agravado, por la
edad de la víctima.

3.3. SUJETO ACTIVO

Cualquiera puede ser autor de este grave delito, aun cuando en


sus orígenes se entendía que solo podría ser autor un varón. No obstante,
el legislador ha utilizado la construcción de los delitos comunes, los
mismos que no requieran que el autor tenga alguna cualidad o condición
especial. La frase "el que" significa que cualquier persona puede
constituirse en autor del delito. Sea hombre o mujer. La explicación radica
en que en la realidad se presentan casos en los cuales las mujeres matan
a otras mujeres por el solo hecho de tener la condición de mujer. Hay
mujeres que odian a otras mujeres por tener tal condición.
3.4. SUJETO PASIVO

Sujeto pasivo no puede ser cualquier persona, sino aquella que


tiene la condición de mujer, independientemente de que tenga o haya
tenido o no relación convivencial o conyugal con el verdugo.

4. TIPICIDAD SUBJETIVA

El delito de feminicidio es de carácter doloso. No cabe la comisión por


culpa.

5. ANTIJURIDICIDAD

Se debe determinar si la conducta es contraria al ordenamiento


jurídico o en su caso, concurre alguna causa de justificación de las previstas y
sancionadas en el artículo 20 del Código Penal. De ese modo, el operador
jurídico analizará si en el feminicidio concreto concurre alguna causa de
legítima defensa o el estado de necesidad justificante.

6. CULPABILIDAD

Deberá analizarse si la persona a quien se le atribuye la conducta típica y


antijurídica es imputable penalmente, es decir, goza de capacidad penal para
responder por su acto feminicida.

7. CONSUMACIÓN

El delito se perfecciona cuando el agente agota los elementos


objetivos y subjetivos constitutivos del tipo penal, es decir, da efectiva muerte a
su víctima mujer independientemente de que haya tenido o tenga una relación
conyugal o convivencial. Resulta trascendente indicar que el provecho que
pueda sacar el agente (la mayor de las veces herencia o soltería) con la muerte
de su mujer, por ejemplo, es irrelevante para la consumación del feminicidio.

8. TENTATIVA

Al tratarse el feminicidio de un hecho punible factible de ser


desarrollado por comisión y de resultado necesariamente lesivo contra el bien
jurídico vida, es perfectamente posible que la conducta delictiva se quede en el
grado de tentativa, esto es, por ser un delito de resultado lesivo al bien jurídico
vida, es posible que la conducta del autor se quede en realización imperfecta.

8. PENALIDAD

Luego del debido proceso, el autor de ser encontrado responsable de


los supuestos del primer párrafo del artículo 108-B será reprimido con pena
privativa de libertad no menor de quince ni mayor de 35 años. En tanto que de
encontrarse responsable penalmente de los supuestos previstos en el segundo
párrafo, la pena privativa de libertad será no menor de veinticinco ni mayor de
treinta y cinco años. Finalmente, si concurren dos o más agravantes en el
feminicidio juzgado la pena será de cadena perpetua.

Finalmente, según la Ley N° 30323, en caso de que el agente tenga


hijos con la víctima, además será reprimido con la pena de inhabilitación
prevista en el inciso 5 del artículo 36. Esto es, se declarará la incapacidad para
el ejercicio de la patria potestad, tutela o cúratela, según sea el caso.
EL ASESINATO POR SUELDO: SICARIATO

1. TIPO PENAL

El artículo 1 del Decreto Legislativo N° 1181 dispuso la incorporación del


artículo 108-C al Código Penal de 1991. En efecto, allí se regula el delito de
sicariato con el contenido siguiente:

Artículo 108-C.- El que mata a otro por orden, encargo o acuerdo, con el
propósito de obtener para sí o para otro un beneficio económico o de cualquier
otra índole, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de veinticinco
años y con inhabilitación establecida en el numeral 6 del artículo 36, según
corresponda.

Las mismas penas se imponen a quien ordena, encarga, acuerda el sicariato o


actúa como intermediario.

Será reprimido con pena privativa de libertad de cadena perpetua, si la conducta


descrita en el primer párrafo se realiza.

1. Valiéndose de un menor de edad o de otro inimputable para ejecutar la


conducta
2. Para dar cumplimiento a la orden de una organización criminal
3. Cuando en la ejecución intervienen dos o más personas
4. Cuando las víctimas sean dos o más personas
5. Cuando las víctimas estén comprendidas en los artículos 107 primer párrafo,
I08-Ay 108-B primer párrafo.
6. Cuando se utilice armas de guerra.
2. CUESTIÓN PREVIA

El gobierno, a consecuencia de las facultades otorgadas por el Congreso


de la República para dictar alguna legislación, entre otros, sobre el serio problema
de la inseguridad ciudadana que afronta nuestro país, nos volvió a sorprender con
la publicación, en el diario oficial El Peruano, del Decreto Legislativo N° 1181. El
citado Decreto incorpora en nuestro Código Penal en forma burda, inesperada e
incoherente el mal denominado delito de sicariato. Como luego explicaremos
ampliamente, es burda debido a que la fórmula legislativa en lugar de establecer en
forma clara cuál es el contenido del delito que se pretende establecer, genera
confusión con el delito de asesinato por lucro.

Es incoherente, debido a que el contenido del denominado "delito de


sicariato", ya está regulado en el inciso 1, artículo 108 del Código Penal de 1991,
modificado por el numeral 1 de la Ley N° 30253 del 24 de octubre de 2014. Los
sicarios o asesinos a sueldo y los que les contratan, a quienes la Policía Nacional
ha individualizado y puesto a disposición de la Fiscalía, y ésta al Poder Judicial,
siempre han sido procesados y sancionados con drásticas penas privativas de
libertad luego del debido proceso penal. De modo que con la dación del citado
Decreto Legislativo, actualmente en nuestro sistema jurídico, tenemos dos artículos
del Código Penal que regulan y sancionan con penas diferentes una misma
conducta delictiva. Circunstancia lamentable que va a ocasionar que el buen
operador jurídico aplicando el principio de favorabilidad, sin mayor explicación
seguirá invocando la fórmula del artículo 108, esto es, el asesinato por lucro por
cuanto la pena es menor. En consecuencia, el Decreto Legislativo N° 1181,
respecto del delito de sicariato no conseguirá los fines por los cuales ha sido dado.

3. HERMENÉUTICA JURÍDICA

3.1. FINALIDAD DEL DERECHO LEGISLATIVO N° 1181

Para entender las razones que ha tenido el legislador para promulgar


y publicar el Decreto Legislativo que prevé el delito de asesinato por sueldo o
contraprestación, resulta conveniente efectuar un resumen de la exposición
de motivos de todos los proyectos legislativos propuestos por los congresistas
para legislar sobre el sicariato.

En efecto, en el Proyecto de Ley N° 1912/2012-CR se señala que el


sicariato ha generado toda una avalancha de violencia y muerte, empezando
por el norte en la ciudad de Trujillo para ahora ser padecida en Lima y
diversas ciudades del Perú. En ese sentido, se requiere que el Estado, en el
ejercicio de su iuspuniendi, pueda frenar esta situación de violencia y muerte.
Luego en el mismo proyecto se sigue afirmando que es necesario definir el
tipo legal del sicariato, como delito individualizado del homicidio calificado,
pues posee características distintas que le hacen necesario para poder
combatirlo y reconocerle la gravedad que tiene.

3.2. CRÍTICA A LA FINALIDAD INVOCADA POR LOS PROYECTOS DE LEY

Como se advierte, tres son las ideas centrales que han manejado los
congresistas de la República para presentar sus respectivos proyectos de ley
para legislar sobre el asesinato a cambio de una contraprestación o el
asesinato por salario. Primero, la creencia errónea de que tal delito no está
previsto en nuestro sistema jurídico penal; segundo, que al no estar previsto
en nuestro catálogo penal se genera impunidad para los sicarios y los autores
intelectuales y, por ello, el aumento de los asesinatos en nuestro país; y,
tercero, se considera que las penas para el asesinato por lucro son muy bajas
y, en consecuencia, deben incrementarse en la creencia también errónea de
que las penas ejemplares o altas tienen efectos disuasivos.

3.3. EL HOMICIDIO POR LUCRO

Como ya se expresó, actualmente en nuestro sistema jurídico penal tenemos


dos normas penales que regulan el mismo hecho homicida: el asesinato por
lucro y el asesinato por sueldo. En consecuencia, corresponde analizar por
separado tales normas jurídicas para saber al detalle cuál es su contenido de
una y otra, y encontrar, de ser posible, alguna diferencia en cuanto a sus
elementos objetivos y subjetivos, pues la diferencia sobre el cuantum de la
pena es evidente y ello se soluciona simplemente aplicando el principio
constitucional penal de favorabilidad.

En tal sentido, el homicidio por lucro se configura cuando el agente produce la


muerte de su víctima con el firme propósito y objetivo de obtener un provecho
o ganancia patrimonial. Esto es, el sujeto activo actúa porque recibió o
recibirá en un futuro, dinero de un tercero para poner fin a la vida de su
víctima, o porque espera obtener una ganancia o provecho económico con su
actuar ilícito al heredar los bienes del sujeto pasivo o cobrar un seguro de
vida, por ejemplo.

Así interpretado el inciso 1, artículo 108 del CP, tenemos que para nuestro
sistema jurídico aparecen perfectamente hasta dos formas de verificarse el
asesinato por lucro:
a. Cuando una persona, actuando por una compensación económica y a
pedido de un mandante, da muerte a su víctima. Aquí aparece el mandante y
el ejecutor, quien actúa guiado por la codicia de la recompensa. El pacto o
acuerdo criminal deber ser expreso, pudiendo ser verbal o escrito, pero nunca
tácito o presumido. El precio o la promesa remunerativa deben ser efectivos,
no presuntos o esperados por el sicario. Sin duda, al mandante o inductor, al
tener desde el inicio del acto homicida el dominio del hecho, se le aplicará la
misma pena que al sicario, pues ambos son autores del asesinato.

En este supuesto, calzan los supuestos fácticos de sicariato. Aquí el ejecutor


es el que da muerte a la víctima en forma directa por orden, encargo o
acuerdo con otro quien viene a constituirse en el mandante. El propósito que
guía o mueve al ejecutor es el obtener para sí o para otro un beneficio
económico que le otorga el mandante. Según la realidad judicial puede haber
mandantes en cadena.
3.4. EL HOMICIDIO POR SUELDO: SICARIATO

El origen de la palabra "sicario" se remonta a la ocupación romana de


Palestina. La secta judía de los "sicarios" también conocidos como "celotas"
fueron los primeros en utilizarlo durante la ocupación romana a Palestina, el
sicario era la persona que escondía un puñal llamado "sica" entre sus ropas y
apuñalaba a romanos o simpatizantes de los mismos durante las asambleas
públicas. Tiempo después, el término "sicariato" es usado en el imperio
romano. Aquí se desarrolla una afilada daga llamada en latín "sica", provista
de un tamaño ideal, que fácilmente pasaba desapercibida al interior de la
manga del vestido de quien debía dar muerte a una persona por encargo.
Esta daga dio por llamar "sicarius" al oficio y "sicarium" a la persona
encargada de ejecutar a un ciudadano romano por orden o contrato. El
"sicarium" solía dirigir estos encargos, en contra de los enemigos políticos de
su amo; más, el término sicario fue acuñado inicialmente en la lengua italiana
del siglo XIV, mientras que el vocablo castellano fue incorporado en el habla
latinoamericana apenas en la segunda mitad del siglo XX, a través del uso
inicial de crónicas periodísticas, caracterizadas por la marcada intención de
separar al asesino común y corriente del asesino por sueldo o sicario.

El Decreto Legislativo N° 1181, ha incorporado en el Código Penal, el


delito mal denominado de sicariato como un delito autónomo, que contempla
una pena específica dirigida a un sujeto o sujetos activos indeterminados que
realicen las conductas típicas y antijurídicas allí descritas, que consisten en
dar muerte a alguna persona, en circunstancias claramente diferenciadas: por
encargo o cumpliendo órdenes de un miembro de una organización criminal o
de personas particulares.

El sicario es la persona que asesina por encargo, orden o acuerdo, a


cambio de una compensación económica y se constituye por lo general sobre
la base de un conjunto organizado de al menos cuatro actores explícitos: el
contratante, el intermediario, el ejecutor y la víctima. La ejecución en estos
casos puede estar a cargo de una o varias personas, que en muchos casos ni
se conocen. Se precisa que cuando hay intermediario, el ejecutor en la
mayoría de casos, no conoce al contratante quien puede ser el jefe de una
organización criminal o un particular que le interesa deshacerse de la víctima
o víctimas.

3.5. HERMENÉUTICA DEL TIPO PENAL 108-C

Efectuando hermenéutica de la fórmula legislativa introducida en el


Código Penal por el Decreto Legislativo N° 1181, tenemos que se configura el
delito de sicariato cuando el agente o sujeto activo, con el propósito de
obtener para sí o para otro un beneficio económico o de cualquier otra índole,
dolosamente da muerte o mata a otra persona por orden, encargo o acuerdo
con otra persona.

Es un delito común toda vez que cualquier persona puede ser autor.
Según la fórmula legislativa, el agente no necesita reunir alguna cualidad o
requisito o condición personal especial. De igual modo, el mandante o
contratante puede ser cualquier persona, el mismo que dependiendo del
verbo rector materializado será calificado como instigador o como coautor del
asesinato. En efecto, si el sicario ha actuado por disposición, orden o encargo
del mandante o contratante, este último será sancionado como instigador del
delito toda vez que dolosamente habría determinado al sicario a cometer el
asesinato de la víctima. Igual sucede en el supuesto en el cual participa un
intermediario. Este también será un instigador. Siendo instigador, en
aplicación estricta del artículo 24 de nuestro Código Penal, la pena a
imponerse será la misma que se le impondrá al sicario o autor directo del
crimen.

El elemento objetivo que lo diferencia de los otros tipos de asesinato es la


contraprestación que logra o espera lograr el sicario a consecuencia de quitar
la vida de la víctima. El agente actúa en todo momento con el propósito de
obtener para sí o para otro un beneficio económico o de cualquier otra índole.
La fórmula legislativa permite abarcar un amplio espectro de medios típicos
que precisamente no se circunscriben a móviles económicos, sino que abarca
también cualquier otra forma de ventaja indebida.
3.6. BIEN JURÍDICO PROTEGIDO

El tipo penal que prevé el delito de homicidio por encargo o sueldo


pretende proteger y cautelar el bien jurídico vida independiente. Sin duda,
también con el acto homicida se lesionan otros bienes jurídicos como la
dignidad humana, al ponerse un precio a la vida de las personas demostrando
con ello con desprecio absoluto a este bien jurídico protegido. No obstante, al
ser una figura de asesinato, según nuestro sistema jurídico penal, el bien
jurídico central que se cautela es la vida de la persona.

3.7. SICARIATO AGRAVADO

El último párrafo del artículo 108-C prevé una serie de circunstancias


que de concurrir alguna de ellas en el asesinato de la víctima, la conducta se
agrava y por tanto, el sicario así como el mandante e intermediario serán
sancionados con la pena de cadena perpetua. En efecto, aparece la primera
agravante cuando el mandante o intermediario hace uso de un menor de edad
o de otro inimputable para ejecutar la conducta homicida. Aquí el agente
contrata los servicios de un inimputable para realizar el homicidio de la
víctima. El inimputable puede ser un menor de 18 años o una persona que
sufre de cualquier anomalía psíquica que le convierte en inimputable para
nuestro sistema jurídico. Otra agravante se configura cuando el sicario da
muerte a la víctima en cumplimiento a la orden o disposición del jefe, líder o
algún miembro importante de una organización criminal. Para saber a qué tipo
de organización se refiere el tipo penal, el operador jurídico no tiene otra
alternativa que recurrir al contenido de la Ley N° 30077.

La tercera circunstancia agravante del sicariato se verifica cuando en


la ejecución del asesinato intervienen dos o más personas, dos o más
sicarios. Se entiende que los intervinientes deben ser coautores. No alcanza a
los cómplices. Los cómplices no planifican ni intervienen directamente en el
homicidio por sueldo o lucro, sólo ayudan o colaboran ocasionalmente en el
evento delictivo, por lo tanto, no les alcanza la agravante. La agravante se
justifica plenamente toda vez que la concurrencia de dos o más sicarios
reviste un mayor nivel de peligrosidad objetiva y por tanto, se incrementa de
sobremanera las posibilidades de éxito del plan criminal* '.

También cuando las víctimas son dos o más personas, el sicario, el


intermediario o mandante serán sancionados con cadena perpetua.
Finalmente, aparece la agravante cuando el sicario hace uso de armas de
guerra. Esto significa que el sicario da muerte a su víctima con un revolver o
un cuchillo, por ejemplo, la circunstancia agravante no se verifica.

3.8. PENALIDAD

Al sicario se le condenará a pena privativa de libertad no menor de


25 años y con inhabilitación establecida en el numeral 6 del artículo 36,
según corresponda. Las mismas penas se impondrán a quien ordena,
encarga, acuerda el asesinato por sueldo o actúa como intermediario.

En caso de concurrir alguna de las agravantes del sicariato, el


agente será reprimido con pena privativa de libertad de cadena perpetua.

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