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DERECHO DE FAMILIA Y SUCESIONES

PARCIAL 3

Pregunta N° 1

1. ¿Se puede renunciar a la acción de exclusión del cónyuge? ¿Por qué?

Considero que sí podría renunciar, de la misma manera que se puede renunciar


unilateralmente a la calidad de heredero. Ella puede renunciar y ser los herederos quienes
cuestionen la exclusión de Mónica.
Para un sector importante de la doctrina autoral y judicial quien pretenda la exclusión de la
vocación sucesoria del cónyuge supérstite separado de hecho debe asumir la carga de la
prueba de su culpabilidad en dicha separación. Desde otro punto de vista, se sostiene que
probada la separación de hecho debe presumirse que la culpa de la misma es imputable a
ambos cónyuges con lo cual, quien debe asumir la carga de la prueba de su inocencia es
el supérstite demandado por exclusión, punto de vista que aparecería sustentado, luego
de la sanción de la ley 23.515, por la incorporación que ella hiciera de un segundo
párrafo al artículo 202 del C. Civil, conforme al cual si alguno de los cónyuges alega y
prueba no haber dado causa a la separación, la sentencia que la declare deja a salvo los
derechos acordados al cónyuge inocente.

Pregunta N° 2

2. ¿En qué grado de parentesco se ubican los hijos de las distintas esposas de J.J.?

En este caso en particular todos los hijos del Sr. Juan J. se ubican en el primer grado, es
decir que todos tienen el mismo derecho hereditario por su carácter de descendiente, sin
importar que provengan de distintas esposas.
Hay que tener en cuenta con respecto a los grados siempre se tiene preferencia por el
pariente más cercano al causante, en este caso hijos descendientes (primer grado),
también hay que considerar si son bienes propios o bienes gananciales.

Pregunta N° 3

3. Quienes tienen la vocación hereditaria y por qué atacan a la tercera esposa?


Fundamente su respuesta.

La vocación hereditaria es una condición para que se adopte la calidad de heredero, y es


concedida por la ley a ciertos parientes (en línea recta y colaterales hasta el cuarto grado)
y al cónyuge, en defecto de que esa vocación les sea concedida por la voluntad del
causante que se haya expresado en un testamento válido.
Tener vocación hereditaria es entonces, ser llamado a heredar por voluntad del testador o
por la ley.
Si Ágata no pudiera comprobar para lograr la nulidad del matrimonio con Mónica, ésta es
heredera natural así como todos los hijos de Juan; en el relato no figura que Juan y
Mónica se hayan separado o divorciado, por lo tanto actualmente ella es la esposa de
Juan y sus hijos menores de edad dependen aún económicamente de su padre, y ella
también si es que no tiene un ingreso (en el relato no figura ese dato).
Como principio el estado de separación de hecho produce la pérdida de la vocación
sucesoria recíproca entre cónyuges, Pero si producida la muerte de uno de éstos el
supérstite alega y prueba su inocencia en la separación de hecho conserva su vocación
sucesoria. Esta posición ha sido mantenida por la jurisprudencia (CNCiv., sala M,
14/06/12, elDial.com AA 7824, “El cónyuge sobreviviente, para heredar, deberá probar su
inocencia en la separación”).
En el nuevo Código la sola separación de hecho o el cese de convivencia decretado por
decisión judicial, producen la pérdida de la vocación hereditaria de ambos cónyuges, sin
analizar la culpabilidad de alguno de ellos y sea cual fuere la causa de la separación.
Lo que la ley tiene en cuenta para la exclusión hereditaria no es la separación de hecho
culpable, sino la falta de voluntad de volver a unirse, esta situación parece ser la de Ágata
que hace 32 años lleva separada de Juan (según manifiesta ella se hizo nunca la división
de bienes ni trámites de divorcio vincular). En el caso de Mónica, Ágata deberá comprobar
el abandono voluntario y malicioso del hogar y por su parte presentar documentación y
testigos de nunca se realizó una separación ante juez competente y que tenían
intenciones de mantener su relación debido a los hijos que son todos menores de edad.

Pregunta N° 4

4. ¿Qué valoración y análisis realizaría Usted ante el hecho de que el Tribunal designara
una audiencia de conciliación o mediación?

La ley 24573 de conciliación y mediación obliga a llevar a mediación todo conflicto previo
a que llegue a juicio. La norma enumera 10 casos que no pueden ser mediables (causas
en los que el Estado Nacional es parte, expedientes laborales, los divorcios, la patria
potestad, etc. Y el inciso octavo señala que tampoco podrá ir a mediación los juicios
sucesorios y voluntarios. Sin embargo, existe Jurisprudencia al respecto que se ha
utilizado la mediación en juicios sucesorios, en esa situación la resolución de la jueza
señaló “los juicios sucesorios son en tanto juicio voluntario, pero en la medida que se
generan incidentes dejan de serlo”, que las diferencias, los conflictos y la falta de un
acercamiento entre las partes son “hechos que ponen en evidencia las desavenencias
existentes entre algunos de los herederos, las que ya a esta altura exceden las
posibilidades de control del Tribunal”, el proceso perdía sentido porque ya se habían
celebrado siete u ocho audiencias, y por eso decidió que la sucesión debía resolverse por
fuera de la actuación judicial.

La muerte de un ser querido, que podría convertirse en un momento de


unidad y apoyo entre los miembros de la familia, marca muchas veces el
inicio de un calvario de enfrentamientos, acusaciones y rabias, por
conflictos relacionados con la sucesión del patrimonio. No es fácil evitar
estos problemas y, menos aún, si la herencia toca a varias personas,
puesto que basta con que una de ellas tome una actitud hostil para que
empiece la “tormenta”, y familiares pasen a acusarse mutuamente.
La mediación es un recurso indispensable en los conflictos de familia donde los choques
de intereses, potenciados u originados en alteraciones emocionales, suele llevar a las
partes a litigios costosos en dinero, en tiempo, y en dolor. En las sucesiones nos
encontramos también con una familia cuyos conflictos afectivos pueden llegar a
desencadenar reclamos judiciales que un mediador podría evitar o morigerar.
El objetivo del mediador es permitir que las partes en conflicto arriben a un acuerdo.
Si no se llega a un acuerdo puede resultar un alto costo en dinero para los ex cónyuges, y
en sufrimiento para los hijos.
Recurrir a la Justicia para hacer lo que las partes no pudieron hacer de común acuerdo,
es una última instancia luego de haber agotado y fracasado en todas las instancias de
negociación, de medidas judiciales que a veces son necesarias, y de mediación, que es
un recurso muy efectivo en estos casos.

5. Como abogado de Mónica, ¿Qué le aconsejaría con relación a la sociedad conyugal y


porqué?

El matrimonio debe reputarse válido, mientras no medie sentencia que decrete su


invalidez, produciendo el respectivo título de estado efectos “erga omnes” y por ende
vocación hereditaria de uno de los cónyuges en la sucesión del otro.-
Con respecto a la sociedad conyugal le aconsejaría a Mónica tener testigos de su
matrimonio con Juan, donde se compruebe que ella no hizo abandono voluntario ni
malicioso del hogar (como lo manifiesta Ágata) sino que Juan se fue del domicilio a
convivir con Ma. Del Carmen. Que no iniciaron separación vincular ni divorcio, quedando
todo de común acuerdo y a la espera de una reconciliación por los hijos que son todos
menores de edad (a los cuales Juan mantenía y veía con regularidad establecida entre
ambos)
Teniendo en cuenta que la separación de hecho de los cónyuges no disuelve el
matrimonio la disolución en el caso, se produjo por la muerte del causante, el proceso
sucesorio es el marco adecuado para dividir la sociedad conyugal y por ende es en éste y
no en otro proceso donde se debe declarar si los bienes adquiridos durante la vigencia del
matrimonio son propios del supérstite, máxime cuando sobre la naturaleza de los bienes
hay acuerdo de todas las partes.-
Según ley vigente, para establecer la ubicación del cónyuge en el rango sucesorio es
preciso distinguir los bienes propios de los gananciales, en los bienes propios (los
adquiridos antes del matrimonio o por herencia) el cónyuge concurre con ascendientes y
descendientes sean legítimos o extramatrimoniales y excluye a los colaterales. De los
bienes gananciales (los adquiridos durante el matrimonio) recibe una mitad a título de
socio, en la otra mitad, -única que entra en sucesión- el cónyuge es excluido por los
descendientes legítimos y concurre con los hijos extramatrimoniales, concurre con los
ascendientes (si fuere el caso) y excluye a los colaterales.-

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