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La Mala Fe

Enunciación: Para una mayor precisión es necesario entrar a estudiar la mala fe porque esta en íntima
relación con el dolo, pero ojo no hay que confundir.

Concepto El código civil no define la mala fe, sin embargo, en doctrina se conceptualiza como “La
convicción íntima de que los hechos o actos se ejecutan por medio de fraude o medios ilegítimos”.
Diferencias entre la mala fe y el dolo
1. La mala fe es un estado psicológico en que el sujeto cree valerse de algún tipo fraude. En
cambio, el dolo supone la ejecución de un hecho ilícito y que en esta materia consiste en no
cumplir la obligación.
2. La mala fe tiene por objeto el provecho propio, y no busca, por regla general, producir el
daño (al autor no le interesa producir o no daño). En cambio, el dolo exige o supone
necesariamente daño ajeno.
3. La mala fe puede revestir múltiples formas y la ley la sanciona de diversas maneras, por
ejemplo en la posesión la mala fe produce la perdida de los frutos o en los matrimonios nulos
produce el matrimonio putativo. En cambio, el dolo, en esta materia, agrava la
responsabilidad contractual.

Importancia de la distinción: Su importancia radica en los efectos probatorios, porque si bien


ambos no se presumen, la mala fe se prueba acreditando el conocimiento que se opone a la
buena fe, pero no es necesario acreditar ningún hecho ilícito positivo que cause daño. En
cambio en el dolo se exige probar la intención positiva de inferir injuria a la persona o
propiedad de otro.

Ejemplo: Como ejemplo de sanción para el que actúa de mala fe encontramos el artículo 1849
que establece que “el vendedor de mala fe será obligado aun al reembolso de lo que
importen las mejoras voluptuarias”, lo que se alegara, probando, el comprador, que el
vendedor conocía el vicio de la cosa vendida, para así anular el pacto que lo eximia de la
evicción, pero no de la indemnización.

Semejanzas y Diferencias entre las Obligaciones Solidarias e Indivisibles.

1) Semejanzas:

• En ambas tiene que haber pluralidad de pago.


• En ambas el pago hecho por uno de los deudores extingue la obligación respecto de todos.
• En ambas la culpa de cualquiera de los deudores no afecta a los demás.
• En ambas la interrupción de la prescripción de uno afecta a todos.
2) Diferencia:

• La indivisibilidad de las obligaciones indivisibles emana de la naturaleza de la cosa debida


porque en estos casos la prestación es indivisible. En cambio en la Solidaridad emana de la
ley, de la convención o del testamento, pues la prestación es divisible.
• La indivisibilidad natural no puede renunciarse porque emana de la naturaleza de la
prestación, en cambio, la solidaridad es renunciable.
• En las obligaciones indivisibles cada codeudor puede ser obligado en un plazo a entenderse
con los demás, esto porque el deudor se haya obligado al total en virtud de la naturaleza de
la prestación. En cambio, en la Solidaridad tal derecho no existe porque cada uno es obligado
a pagar el total en virtud de la ley, el testamento o la convención.
• La indivisibilidad activa se extingue por el pago hecho a uno de los acreedores, pero no por
los demás modos de extinguir pues por ellos solo se extingue la cuota. En cambio, en la
solidaridad cada acreedor puede extinguir toda la obligación a su arbitrio y por cualquier
modo.
• La indivisibilidad se transmite a los herederos. En cambio, la Solidaridad no se transmite,
sino que se extingue por la muerte. Y esta diferencia es la que permite, según algunos,
sostener que si se hiciera transmisible la solidaridad se podría eliminar del Código las
obligaciones indivisibles.

¿Hasta cuándo se puede aceptar o repudiar una asignación?

Para responder a esta interrogante es necesario distinguir si el asignatario ha sido o no requerido


judicialmente para que emita su pronunciamiento.

1) Si el asignatario ha sido requerido judicialmente para que se pronuncie sobre la asignación, deberá
pronunciarse en el plazo de cuarenta días contados desde la notificación de la demanda. Este término
legal, que es fatal y corrido, se denomina “plazo para deliberar” (artículos 1232, Código Civil). Si
transcurre el plazo y el asignatario nada dice, la ley interpreta su silencio entendiendo que
repudia (artículo 1233, Código Civil).
El juez puede ampliar este plazo, pero no por más de un año, en los siguientes casos: A) en
caso de ausencia del asignatario; B) si los bienes están situados en lugares distintos; o C) en
caso de otro motivo grave.
Durante este plazo, el asignatario puede hacer uso de diversas facultades que le concede la
ley. Dichas facultades son las siguientes:
- Inspeccionar el objeto asignado.
- Implorar las providencias conservativas que le conciernan.
- No será obligado al pago de ninguna deuda hereditaria o testamentaria, pero podrá serlo el
albacea o curador de la herencia yacente en sus casos.
- Inspeccionar las cuentas y papeles de la sucesión.

El mismo artículo 1232 del Código Civil, en su inciso final, se coloca en el caso de que el
asignatario requerido para pronunciarse respecto de su asignación se encuentre ausente. La
ley, al respecto, dispone que “si el asignatario ausente no compareciere por sí o por legítimo
representante en tiempo oportuno, se le nombrará curador de bienes que le represente, y
acepte por él con beneficio de inventario”.

2) Si el asignatario no ha sido requerido judicialmente, en dicho caso debemos distinguir


entre los herederos y legatarios.

a. Tratándose de los herederos, éstos podrán pronunciarse mientras un tercero no adquiera la


herencia por prescripción adquisitiva (artículo 2517, Código Civil).

b. Tratándose de los legatarios, será necesario distinguir entre el legatario de especie o


cuerpo cierto y el de género. En el primer caso, el legatario podrá hacerlo mientras otro no
adquiera la cosa por prescripción adquisitiva (artículo 2517, Código Civil); y en el segundo
caso, como el legatario sólo adquiere un crédito, podrá hacerlo hasta que prescriba la acción
personal de que dispone, esto es, de cinco años desde que la obligación se hizo exigible
(artículo 2515, Código Civil).

Diferencias entre la Responsabilidad Contractual y la Extracontractual

Ambas responsabilidades se diferencian:

1) En cuanto a su origen.

La Responsabilidad Extracontractual
En la responsabilidad contractual existe un vínculo jurídico previo entre las partes, cual es el contrato que
se ha incumplido.

En cambio en la responsabilidad extracontractual no existe vinculación previa.

2) En materia de capacidad.

Tratándose de la responsabilidad contractual, se tiene responsabilidad plena desde los 18 años.

En cambio, en la responsabilidad extracontractual existen reglas especiales, tratadas en los artículos 2317
y siguientes del Código Civil.

3) En cuanto a la graduación de la culpa.


Para que exista responsabilidad contractual se precisa que el incumplimiento sea con dolo o culpa, y esta
última puede ser leve, levísima o grave atendido que el grado de cuidado exigido es distinto de acuerdo a
la naturaleza del contrato de que se trate.

En cambio, en la responsabilidad extracontractual aun cuando también se requiere dolo o culpa, la


situación es distinta por cuanto cualquier descuido o negligencia constituye culpa; no existen distintos
grados de culpa.

4) En cuanto al efecto del dolo.

En la materia contractual la responsabilidad es distinta según exista dolo o culpa porque el dolo agrava la
responsabilidad del contratante incumplidor.
En cambio, en la responsabilidad extracontractual no tiene mayor importancia que se actúe con dolo o con
culpa porque ambos casos la responsabilidad es la misma.

5) En cuanto a la constitución en mora.

En la responsabilidad contractual, para que surja la responsabilidad se requiere que el deudor esté
constituido e mora.

En cambio, en la responsabilidad extracontractual la mora no es requisito.


6) En cuanto al peso de la prueba.

En la responsabilidad contractual se presume la culpa del deudor, luego, a él corresponderá probar que
empleo la debida diligencia y cuidado. Así surge del artículo 1547, conforme al cual “La prueba de la
diligencia o cuidado incumbe al que ha debido emplearlo; la prueba del caso fortuito al que lo alega.”

En cambio, en la responsabilidad extracontractual la culpa no se presume y, por lo tanto, debe probarse


por quien reclama la indemnización de perjuicios.

7) En cuanto a la extensión de los perjuicios.

Durante mucho tiempo se enseñó que existía una diferencia entre ambas pues en la responsabilidad
extracontractual, conforme al artículo 2329 todo perjuicio debe ser indemnizado, lo que incluye el daño
moral; mientras que en materia contractual solo corresponde indemnizar el daño material en cuanto la ley
se refiere tan solo al lucro cesante y daño emergente.

Hoy ello ya no se considera así; en conformidad a la Constitución Política de 1980, corresponde


indemnizar el daño moral sea que se trate de responsabilidad contractual o extracontractual.

8) En cuanto a la solidaridad.

En la responsabilidad contractual, si son varios los incumplidores, la responsabilidad de ellos es conjunta,


es decir, cada uno responde por su cuota de por ser la regla general según el artículo 1511.

En cambio, en materia extracontractual, si un hecho ilícito es cometido por dos o más personas, ellas
responden solidariamente según el artículo 2317 que señala : “si un delito o cuasidelito ha sido cometido
por dos o más personas, cada una de ellas será solidariamente responsable de todo perjuicio procedente
del mismo delito o cuasidelito salvas las excepciones de los artículos 2323 y 2328.”

9) En materia de prescripción.

En la responsabilidad extracontractual la regla es que la ella prescribe en 4 años contados desde la


perpetración del acto.

En cambio, en la responsabilidad contractual la acción para demandar perjuicios prescribe en el plazo de 5


años contados desde que la obligación se hizo exigible.

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