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Art. 961 C.C. Restitución. “Si es vencido el poseedor, restituirá la cosa en el plazo fijado
por la ley o por el juez, de acuerdo con ella; y si la cosa fue secuestrada, pagará el actor al
secuestre los gastos de custodia y conservación, y tendrá derecho para que el poseedor de
mala fe se los reembolse”.
El art. 961 C.C. establece que debe hacerse en el plazo que la ley o el juez señale. Se trata de
un caso excepcional de plazo judicial. (Artículo 1551 C.C, 2° “No podrá el juez, sino en
casos especiales que las leyes designe, señalar plazo para el cumplimiento de una
obligación; solo podrá interpretar el concebido en términos vagos u oscuros, sobre cuya
inteligencia y aplicación discuerden las partes.”)
Art. 962 C.C. Cosas incluidas en la restitución. “En la restitución de una heredad se
comprenden las cosas que forman parte de ella, o que se reputan como inmuebles, por la
conexión con ella, según lo dicho en el título De las varias clases de bienes. Las otras no
serán comprendidas en la restitución, sino lo hubieren sido en la demanda y sentencia; pero
podrán reivindicarse separadamente.
En la restitución de una heredad se comprenden las cosas que forman parte de ella siempre y
cuando se identifiquen en la demanda reivindicatoria, o que se reputan como inmuebles, por
la conexión con ella conforme a las reglas del Código Civil.
El poseedor de buena fe sólo tiene que restituir el bien en el estado en que se encuentre al
momento de la reivindicación.
El poseedor de mala fe probada tiene que restituir el bien en el estado en que se encuentre y
responder por las indemnizaciones correspondientes.
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Pago de los gastos de secuestro del bien objeto de la acción reivindicatoria.
Si en la demanda se solicitó el secuestro del bien con base en el artículo 958 C.C. en la
restitución se genera según el artículo 961 C.C. las siguientes consecuencias: “ Si
reivindicándose una cosa corporal mueble, hubiere motivo de temer que se pierda o
deteriore en manos del poseedor, podrá el actor pedir su secuestro; y el poseedor será
obligado a consentir en él o a dar seguridad suficiente de restitución para el caso de ser
condenado a restituir”.
Esta situación no opera para los bienes inmuebles, porque el Art. 959 C.C. Establece lo
siguiente: “Si se demanda el dominio u otro derecho real constituido sobre un inmueble, el
poseedor seguirá gozando de él hasta la sentencia definitiva, pasada en autoridad de cosa
juzgada.
Pero el actor tendrá derecho de provocar las providencias necesarias para evitar todo
deterioro de la cosa y de los muebles y semovientes anexos a ella y comprendidos en la
reivindicación, si hubiere justo motivo de temerlo, o las facultades del demandado no
ofrecieren suficiente garantía”.
De acuerdo con al Artículo 963 C.C. “El poseedor de la mala fe es responsable de los
deterioros que por su hecho o culpa ha sufrido la cosa”. El poseedor de buena fe, mientras
permanece en ella, no es responsable de los deterioros, sino cuando se hubiere aprovechado
de ellos; Por ejemplo, destruyendo un bosque o arboleda y vendiendo la madera o la leña, o
empleándola en beneficio suyo”. En el hecho o culpa del poseedor vencido se comprende el
hecho o culpa de las personas por quien fuere responsable.
Buena fe presunta.
La Corte ha señalado en Sentencia C-1194/08 M.P. Rodrigo Escobar Gil. “la buena fe es un
principio que de conformidad con el artículo 83 de la Carta Política se presume y conforme
con este (i) las actuaciones de los particulares y de las autoridades públicas deben estar
gobernadas por el principio de buena fe y; (ii) ella se presume en las actuaciones que los
particulares adelanten ante las autoridades públicas, es decir en las relaciones jurídico
administrativas, pero dicha presunción solamente se desvirtúa con los mecanismos
consagrados por el ordenamiento jurídico vigente, luego es simplemente legal y por tanto
admite prueba en contrario”.
Art. 963 Inc. 2° C.C. “El poseedor de buena fe, mientras permanece en ella, no es
responsable de los deterioros, sino en cuanto se hubiere aprovechado de ellos; por ejemplo,
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destruyendo un bosque o arbolado y vendiendo la madera, o la leña, o empleándola en
beneficio suyo.”
Art. 769 C.C. “La buena fe se presume, excepto en los casos en que la ley establece la
presunción contraria. En todos los otros, la mala fe deberá probarse”.
Algunos casos en que la Ley presume mala fe. Según el artículo 769 C.C. La buena fe se
presume, excepto en los casos que la misma ley señala lo contrario. La norma general es la
presunción legal de buena fe. En varios artículos del Código Civil se excepciona la norma
general y la presunción se invierte, pues se presume legalmente la mala fe.
- Artículo 768 C.C. Al referirse al error de derecho, se presume la mala fe, pero es una
presunción no desvirtuarle. Es una presunción de derecho.
- Artículo 2531 C.C. Regla 3°. Si existe un título de mera tenencia y el poseedor se aprovecha
de esa situación, la existencia de ese título hace presumir la mala fe.
- Artículo 1548 C.C. Con respecto al tercero adquirente de un bien sobre el que recaía una
condición resolutoria, si esa condición constaba en el titulo respectivo, por ejemplo cuando
se vende un bien raíz con pacto de retroventa y en la escritura pública que se registra constaba
el pacto, se presume la mala fe del tercero adquirente.
- Art. 1025 C.C. “Son indignos de suceder al difunto como herederos o legatarios: "5.)
El que dolosamente ha detenido u ocultado un testamento del difunto, presumiéndose dolo
por el mero hecho de la detención u ocultación."
1. Deterioros culpables sobre el bien por el poseedor de buena fe de los cuales no obtuvo
ningún beneficio o provecho.
El poseedor de buena fe, es decir, aquel que cree sin culpa que el bien le pertenece porque
cree haberla adquirir por los medio legales con ausencia de fraude o de todo vicio , no tiene
el deber de conservación (al igual que el propietario sobre sus bienes, no tiene el deber de
custodia ni de conservación) y, por tanto, si por culpa suya o de alguna de las personas a su
cuidado se destruye o deteriora el bien, no estará obligado a indemnizarle los perjuicios al
reivindicador. Se presume legalmente la buena fe del poseedor.
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El poseedor de buena fe ha de poder influir libremente sobre la cosa , sin estar expuesto a
pretensiones de indemnización. Si procede con negligencia o si inclusive empeora la cosa
intencionalmente, semejante conducta sería en para él, ya que se cree propietario, una culpa
contra sí mismo (nadie comete culpa sobre sus propias cosas, nadie comete culpa contra sí
mismo) regla que se conserva en todos los ordenamientos jurídicos actuales en relación con
los poseedores de buena fe.
2. Deterioros culpables sobre el bien por el poseedor de buena fe de los cuales obtuvo
algún tipo de beneficio o provecho.
Para impedir o evitar un enriquecimiento sin justa causa, el poseedor de buena fe estará
obligado a indemnizarle los deterioros al reivindicador si ha obtenido algún provecho de
ellos. P.ej. posesión de una finca. El poseedor de buena fe corta y vende arboles de la finca
(deterioro la finca). En este caso, el poseedor se enriqueció y por lo tanto tendrá que
indemnizar al reivindicador.
El poseedor de buena fe sólo responde de los deterioros cuando se aprovechó de los mismos
(por ejemplo, taló los bosques y vendió la madera de un predio que después debió restituir).
No necesariamente el provecho tiene que ser de carácter económico, como el artículo 963
C.C. Lo indica, “destruyendo un bosque… empleándolo en beneficio suyo” puede ser
cualquier provecho no solo el beneficio económico.
El poseedor que obtuvo un provecho por el deterioro culpable del bien objeto de la
reivindicación, debe pagar por el deterioro y no por el beneficio que obtuvo del deterioro, no
puede pagar con el beneficio que obtuvo sino por el valor del daño o deterioro.
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3. Deterioros culpables sobre el bien por el poseedor de mala fe probada.
Según el artículo 963 C.C., el poseedor de mala fe probada por el reivindicante, es decir,
aquel que conoce que el bien no le pertenece porque no lo adquirió por los medios legales
exentos de todo vicio o de todo fraude, tiene el deber de conservación del bien, es decir, tiene
el deber de evitar que el bien se destruya o se deteriore, por su culpa o por culpa de alguna
de las personas bajo su cuidado (como por ejemplo los familiares o los amigos a quienes le
permiten la tenencia del bien).
Responsabilidad.
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Pero si se trata de un bien de especie o cuerpo cierto, aplicaríamos la regla del Art. 1736 C.C.
“Aunque por haber perecido la cosa se extinga la obligación del deudor, podrá exigir el
acreedor que se le cedan los derechos o acciones que tenga el deudor contra aquéllos por
cuyo hecho o culpa haya perecido la cosa.”
En el caso de reivindicar un bien de especie o cuerpo cierto que ha perecido por el hecho o
la culpa de un tercero durante la posesión, el poseedor de buen o de mala fe debe cederle los
derechos y las acciones que tiene en contra aquellos que por cuyo hecho o culpa haya
perecido la cosa. Todo esto justificado en la necesidad de corregir el enriquecimiento sin
justa causa.
Si Pedro esta de buena fe al momento del deterioro, no queda obligado a pagar indemnización
alguna a quien resulte verdadero dueño; pero si esta de mala fe al momento del presentarse
el deterioro, o se presenta luego de la notificación de la demanda debe indemnizar al dueño
el valor que tenía al automóvil el día que lo adquirió. Este efecto de la buena fe equivale a
una expropiación por causa de utilidad privada.
PRESTACIONES MUTUAS
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Calificación de la buena o mala fe para efecto de los frutos, expensa y mejoras.
Para calificar la buena o mala fe del poseedor, la buena fe posesoria especial descrita en el
Artículo 768 C.C. que solo sirve para efecto de prescribir. “La buena fe es la conciencia de
haberse adquirido el dominio de la cosa por medios legítimos exentos de fraudes y de todo
otro vicio. Así, en los títulos traslaticios de dominio, la buena fe supone la persuasión de
haberse recibido la cosa de quien tenía la facultad de enajenarla y de no haber habido fraude
ni otro vicio en el acto o contrato. Un justo error en materia de hecho, no se opone a la
buena fe. Pero el error, en materia de derecho, constituye una presunción de mala fe, que
no admite prueba en contrario.”
Para calificar la buena fe posesoria como requisito del posesión regular con la intención de
prescribir de manera ordinaria
La buena fe posesoria es inicial. Desde el artículo 764 C.C. S advierte que la buena fe es
inicial, interesa al momento de adquirir la posesión (Justo título / Entrega y tenencia del bien
objeto de la posesión). Aunque después de la entrega la buena fe se afecte, se dañe o se
deterioré para todos los efectos legales esa mutación no interesa. Sigue siendo considerada
buena fe, por haber tenido esa calidad al comienzo. De ahí el sentido de la expresión: “aunque
la buena fe no subsista después de adquirida la posesión”.
Lo contrario ocurre en el derecho canónico y en la legislación española Art. 435 Código Civil
español, “La posesión adquirida de buena fe no pierde esta carácter sino en el caso y desde
el momento en que existan actos que acrediten que el poseedor no ignora que posee la cosa
indebidamente”. El artículo declara que no basta que la buena fe exista en el momento de
empezar a poseer, sino que tan pronto existe la prueba de “que el poseedor no ignora que
posee la cosa indebidamente”.
En el tema de los frutos percibidos, expensas y mejoras realizadas en el bien existe una buena
o mala fe especial descrita en artículo 669 C.C. “La buena o mala fe del poseedor se refiere,
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relativamente a los frutos, al tiempo de la percepción, y relativamente a las expensas y
mejoras, al tiempo en que fueron hechas.”
Además, hay que tener presente además que después de la contestación de la demanda
(notificación de la demanda reivindicatoria o restitutoria) el poseedor de buen fe es
considerado de mala fe para asuntos reivindicatorios, porque ya conoce que su situación
jurídica sobre el bien es discutible y disputable. Todo acto realizado sobre el bien por el
poseedor luego de notificada la demanda al poseedor se entiende que lo realizó de mala fe y
se le da el tratamiento de poseedor de mala fe en el tema de la acción reivindicatoria.
Artículo 964 Inc. 3 y 4°. Restitución de frutos “El poseedor de buena fe no es obligado a la
restitución de los frutos percibidos antes de la contestación de la demanda; en cuanto a los
percibidos después, estará sujeto a las reglas de los dos incisos anteriores.
En toda restitución de frutos se abonarán al que la hace los gastos ordinarios que ha
invertido en producirlos”.
El poseedor de buena fe presunta no está obligado a restituir los frutos civiles y naturales
percibidos antes de la contestación de la demanda (notificación) Por los percibidos después
responde como el poseedor de mala fe.
El poseedor de buena fe hace suyos los frutos de la cosa poseída. Pero en caso de los que
percibió luego de la contestación (notificación) de la demanda, debe restituirlos de acuerdo
a las reglas del poseedor de mala fe y puede compensarlos con los gastos ordinarios para su
producción.
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Situación de los frutos civiles.
Se deben los frutos civiles percibidos por el poseedor de buena fe, para lo cual se presenta el
siguiente situación, para el artículo 717 Inc. 2° C.C. “Se llaman frutos civiles los precios,
pensiones o cánones de arrendamiento o censo, y los intereses de capitales exigibles, o
impuestos a fondo perdido. Los frutos civiles se llaman pendientes mientras se deben; y
percibidos desde que se cobran”.
Motivo por el cual, el poseedor de buena fe va a hacer suyos los frutos que efectiva y
realmente percibió durante la posesión sino también los que ha cobrado y no le han pagado
o aquellos que se paguen luego de la restitución del bien y se cobraron antes d e la
contestación de la demanda (notificación de la demanda).
Artículos 964 Inc. 1° y 2° C.C. Restitución de frutos. “El poseedor de mala fe es obligado a
restituir los frutos naturales y civiles de la cosa, y no solamente los percibidos sino los que
el dueño hubiera podido percibir con mediana inteligencia y actividad, teniendo la cosa en
su poder. Si no existen los frutos, deberá el valor que tenían o hubieran tenido al tiempo de
la percepción; se considerarán como no existentes lo que se hayan deteriorado en su poder”.
Si el poseedor de mala fe probada vencido aún tiene los frutos, debe restituirlos en el estado
en que se encuentren al momento de la acción reivindicatoria.
Si el poseedor de mala fe vencido ya no tiene estos frutos, bien sea porque los consumió o
porque se los enajenó a otra persona, el poseedor de mala fe vencido estará obligado a
indemnizarle al reivindicador por el valor que tuvieron los frutos al momento de su
percepción y no al momento de la acción reivindicatoria para que no se presente un
enriquecimiento sin justa causa en manos del reivindicante o reivindicador.
Pero puede ocurrir que durante la posesión el poseedor de mala fe no haya percibido ningún
fruto civil ni natural porque el bien no era apto para producir frutos, en ese caso, el poseedor
de mala fe no tiene que restituir ningún fruto.
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Frutos fictos.
Pero puede ocurrir que durante la posesión el poseedor de mala fe no haya percibido ningún
fruto civil ni natural porque el poseedor por negligencia, desinterés o malicia no coloco a
producir el bien de acuerdo a sus aptitud, finalidad y función.
El legislador dice que, en este caso, el poseedor de mala fe vencido estará obligado a pagarle
al reivindicador los frutos que hubiera podido percibir de haber explotado económicamente
el bien con mediana diligencia y cuidado durante el tiempo de la posesión. P.ej. el poseedor
de mala fe estaba poseyendo una finca apta para el cultivo de flores, y como el poseedor no
tenía idea del cultivo de flores, solo se dedicó a vivir en la finca. Viene la sentencia de
reivindicación en donde lo obligan a pagar por el valor de la cosecha que hubiera p odido
percibir si hubiera explotado el bien con mediana diligencia y mediana actividad.
Según el artículo 964 C.C, para efectos de los frutos percibidos, el poseedor de buena fe será
tratado como poseedor de mala fe a partir del momento de la contestación (notificación) de
la demanda de reivindicación, esto es, a partir de ese momento estará obligado a restituírselos
al reivindicador o a indemnizárselos.
Para efectos de prestaciones mutuas, el poseedor de buena fe será tratado como poseedor
de mala fe, no a partir del momento de la contestación de la demanda, sino a partir de la
notificación del auto admisorio de la demanda de reivindicación. Tendrá que ren dir cuentas
de todos los frutos que perciba de ahí en adelante.
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Sentencia No. C-544/94
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Debe restituir los frutos naturales y civiles de la cosa, incluso aquellos que pudo percibir el
dueño con mediana inteligencia y actividad. Si no existen los frutos, deberá el valor que
tenían al momento de la percepción.
El poseedor de mala fe que debe la restitución de los frutos puede oponerle al reivindicante
vencedor los gastos ordinarios que invertido en producirlos, generando una compensación
legal entre el valor de los frutos y el valor de los gastos ordinarios para producirlos.
Art. 964 4 Inc. 4° C.C. “En toda restitución de frutos se abonarán al que hace los gastos
ordinarios que ha invertido en producirlos”.
La demanda de restitución de la cosa hace cesar el derecho sobre los frutos. Es posible que
quien venía poseyendo de buena fe, siga creyendo en la legítima adquisición de la posesión,
y si esta convicción es real, será absuelto; más, si es vencido, indica que se trataba de una
convicción subjetiva que no alcanza a fundamentar la buena fe.
El poseedor de mala fe será condenado a restituir la cosa con los frutos que ella hay podido
producir entre el día que adquirió la posesión y el momento de la entrega; y no solo, dice el
artículo 964 C.C. Los que percibió, “sino los que el dueño hubiera podido percibir con
mediana inteligencia y actividad, teniendo la cosa en su poder”. Pero de igual manera podrá
compensarlos contra los gastos invertidos en la producción de esos frutos.
En caso del poseedor de buena fe vencido, sólo se le pueden reconocer los gastos ordinarios
realizados para producir los frutos luego de la contestación de la demanda.
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II. PAGO DE EXPENSAS Y MEJORAS.
Se entiende por mejora, toda obra o gasto ejecutado para la conservación de la cosa, para
aumentar su valor o para fines de ornato o de recreo. Se distinguen e ntonces tres clases de
mejoras: necesarias, útiles y voluptuarias. El concepto de las mejoras es un concepto relativo,
pues el valor y su calificación depende de varios factores, es decir se deben calificar en
consideración del uso del bien, de la destinación del bien y de la ubicación del bien.
Las normas sobre expensas y mejoras son normas supletivas dispositivas, por tanto a pesar
de que de la ley tenga una solución para algún tipo de mejora o expensa en especial, las partes
pueden pactar en contrario respetando el orden público y el interés general para dar una
solución diferente a la planteada por la ley.
Las normas sobre mejoras aunque en principio parecen descritas para los bienes inmuebles,
pueden ser objeto de aplicación en mejoras sobre bienes muebles.
Para el pago de las mejoras, se atenderá a dos factores: 1. Elemento objetivo. La calidad y
naturaleza de las mejora, su valor y contenido. 2. Elemento subjetivo. la buena o mala fe del
poseedor vencido al momento de realizar la mejora de acuerdo con el Artículo 969 C.C. y
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En caso de restitución de frutos por el poseedor vencido puede solicitar el reconocimiento
por compensación de los gastos ordinarios invertidos en la producción de los frutos
restituidos.
Como se podrá advertir más adelante, al poseedor le interesa probar que sus expensa y
mejoras son necesarias o útiles realizadas de buena fe y antes de la notificación de la demanda
en el proceso reivindicatorio. Mientras al reivindicante o reivindicador le interesa demostrar
que las expensa y mejoras son útiles realizadas de mala fe, de buena fe después da la
notificación de la demanda en el proceso reivindicatorio o mejoras voluptuarias.
Art. 965 C.C. “El copropietario constructor tiene derecho a que se le abonen los gastos
expensas necesarias invertidas en la conservación de la cosa, según las reglas siguientes: Si
estas expensas se invirtieren en obras permanentes, como una cerca para impedir las
depredaciones, o un dique para atajar las avenidas, o las re paraciones de un edificio
arruinado por un terremoto, se abonarán al copropietario constructor dichas expensas o
gastos, en cuanto hubieren sido realmente necesarias; pero reducidas a lo que valgan las
obras al tiempo de la restitución.
Y si las expensas o gastos se invirtieron en cosas que por su naturaleza no dejan un resultado
material permanente, como la defensa judicial de la finca, serán abonados al copropietario
en cuanto aprovecharen a los demás copropietarios y se hubieren ejecutado con mediana
inteligencia y economía”.
Gastos en favor del bien realizados por el poseedor vencido durante la posesión y que no
dejan huellas ni obras, son gastos en obras inmateriales, no pueden ser considerados mejoras
materiales. Artículo 965 C.C. Inc. 3º Como por ejemplo la defensa judicial de la finca.
Son gastos realizados por el poseedor vencido durante la posesión y traen un provecho
objetivo al reivindicante vencedor. son aquellos gastos que tienen por finalidad evitar que
perjudique la situación jurídica del bien.
En el caso de los impuestos, las normas de mejoras no traen ninguna solución sería adecuado
aplicar por analogía las normas del derecho real de usufructo, y asimilar al poseedor como
usufructuario sólo para dar respuesta a este evento. Art. 854 C.C. Expensas
ordinarias. “Corresponden al usufructuario todas las expensas ordinarias de conservación
y cultivo”. Y el Art. 855 Inc. 1° y 2° C.C. Cargas e impuestos periódicos. “Serán de cargo
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del usufructuario las pensiones, cánones y, en general, las cargas periódicas con que de
antemano haya sido gravada la cosa fructuaria, y que durante el usufructo se devenguen.
No es lícito al nudo propietario imponer nuevas cargas sobre ella en perjuicio del usufructo.
Gastos en favor del bien realizados por el poseedor vencido durante la posesión y que dejan
huellas u obras permanentes, son gastos en obras materiales, estas son realmente
consideradas mejoras materiales permanentes. Se trata de gastos en reparaciones de la cosa
objeto de la reivindicación, en conservación y mantenimiento de la cosa objeto de la
reivindicación para evitar un daño irremediable sobre el bien.
No se trata de gastos ordinarios invertidos para la producción del bien. Son gastos realizados
por el poseedor vencido durante la posesión y traen un provecho objetivo al reivindicante
vencedor, son aquellos gastos que tienen por finalidad reparar el bien o evitar que el bien se
destruya o se deteriore.
El Artículo 965 C.C. Inc.2º, trae algunos ejemplos: levantar una cerca para impedir las
depredaciones, o un dique para atajar las avenidas, o las reparaciones de un edificio
arruinado por un terremoto.
Las expensas necesarias no son los gastos ordinarios para la producción de los frutos del
bien, los cuales tienen otro tratamiento de acuerdo al Artículo 964 Inc. 4° C.C. Que permiten
su compensación contra el valor de la restitución de frutos. “En toda restitución de frutos se
abonarán al que hace los gastos ordinarios que ha invertido en producirlos”.
El poseedor de mala fe que debe la restitución de los frutos puede oponerle al reivindicante
vencedor los gastos ordinarios que invertido en producirlos, generando una compensación
legal entre el valor de los frutos y el valor de los gastos ordinarios para producirlos.
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Acreedor de las expensas y mejoras necesarias.
En cuanto a las expensas y mejoras necesarias, prevalece la calidad del gasto y la mejora
sobre la buena o mala fe del poseedor. Siempre el reivindicante debe abonar al poseedor
vencido estos gastos y mejoras necesarias.
Como se puede observar, en el caso de las expensa y mejoras necesarias, prima el elemento
objetivo (la naturaleza de la expensa o mejora necesaria) sobre el elemento subjetivo. (La
buena o mala fe del poseedor vencido). De tal manera, que tendrá igual tratamiento quien
realiza una expensa o mejora necesaria en un bien a sabiendas que es ajeno, que aquel que
realiza una expensa o mejora necesaria en un bien que cree de buena fe que le pertenece.
Los gastos que no dejan obras materiales permanentes en el bien se abonarán todo poseedor
vencido siempre que se cumplan dos requisitos
1. En cuanto ellas hayan aprovechado al reivindicador, es decir, que la situación jurídica del
bien no se hay desmejorado o perjudicado por efecto de esos gastos.
Los gastos que dejan obras materiales permanentes en el bien se abonarán a todo poseedor
vencido, siempre que hayan sido realmente necesarias, pero su valor será reducido a lo que
valga la obra realizada al tiempo de la restitución. Esto significa que el poseedor vencido
probablemente no obtendrá un reembolso completo de lo invertido, pues sus obras, con el
paso del tiempo se desgastan y valdrán menos que al tiempo en que fueron hechas o
realizadas, excepcionalmente podrá valer más y se les dio un mantenimiento oportuno.
La razón de reconocer el valor de la obra y no lo que valió hacerlas, ni lo que vale hacerlas
al momento de la reivindicación reside primero en que el paso del tiempo que implica un
desgaste y además porque durante el tiempo en posesión el poseedor vencido se benefició de
ellas con su uso.
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Exceso en las expensas y mejoras necesarias.
En cuanto al exceso en las mejoras necesarias que dejan obra material. El juez debe hacer
extensible para su pago la parte final del artículo 965 C.C. “se hubieren ejecutado con
mediana inteligencia y economía”
Art. 966. C.C. “El poseedor de buena fe, vencido, tiene asimismo derecho a que se le abonen
las mejoras útiles, hechas antes de contestarse la demanda.
Solo se entenderán por mejoras útiles las que hayan aumentado el valor venal de la cosa.
El reivindicador elegirá entre el pago de lo que valgan, al tiempo de la restitución, las obras
en qué consisten las mejoras, o el pago de lo que en virtud de dichas mejoras valiere más la
cosa en dicho tiempo.
El poseedor de mala fe no tendrá derecho a que se le abonen las mejoras útiles de que habla
este artículo.
Pero podrá llevarse los materiales de dichas mejoras, siempre que pueda separarlos sin
detrimento de la cosa reivindicada, y que el propietario rehúse pagarle el precio que
tendrían dichos materiales después de separados”.
La mejora útil es aquella obra material realizada por el poseedor vencido durante la posesión
que aumenta el valor venal o comercial del bien significativamente, porque hace que
proporcione mayores beneficios y utilidades de acuerdo al tipo de bien. Ejemplo, el corral
que se construye en una finca; que el poseedor le construya un segundo piso en una casa de
único piso.
Su carácter es relativo, para que una mejora sea considerada como útil y aumente
considerablemente el valor comercial del bien depende del tipo de bien, de la utilidad del
bien, de la ubicación del bien y de elementos propios de la oferta y la demanda, es decir, lo
que para un bien en particular puede ser una mejora útil para otro bien puede que no lo será.
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Acreedor de las expensas y mejoras útiles.
1. Elemento objetivo. Que la mejora sea útil, aumenta considerablemente el valor comercial
del bien.
2°. Elemento subjetivo. Poseedor de buena o mala fe. En este caso, se atiende, para considerar
al poseedor de buena o mala fe, al momento en que fueron hechas las mejoras. Y Si la mejora
fue realizada luego de la notificación de la demanda. (Artículo 966 C.C.)
3°. Será necesario conjuga el elemento objetivo (naturaleza de la mejora) con el elemento
subjetivo (la buena o mala fe del poseedor vencido).
Las expensas útiles deben ser indemnizadas por reivindicador, únicamente, al poseedor de
buena Fe y que las realizó antes de la notificación de la demanda reivindicatoria , es decir,
aquel que al momento de realizar la mejora útil creía sin culpa que el bien le pertenecía y por
eso pensaba que realizaba una mejora útil a su propio bien.
Por efecto de la indemnización a que tiene derecho el poseedor de buena fe sobre las mejoras
útiles se presenta una obligación alternativa para el reivindicante vencedor deudor de la
indemnización. El Artículo 966 C.C. Inc. 3º Da al reivindicante un derech o optativo, según
el cual puede elegir entre:
pagándole el mayor valor en el mercado que experimento el bien por efecto de la obra, la
valorización que el bien sufre como consecuencia de la obra.
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B. Mejora útil realizada por el poseedor de mala fe o por el poseedor de buena fe
después de notificada la demanda reivindicatoria.
Mejoras útiles del poseedor de mala fe que sabe y que conoce que construye sobre un bien
ajeno y las realizadas por el poseedor de buena fe presunta después de la notificación de la
demanda tienen el mismo tratamiento.
Si el poseedor estaba de mala fe al momento de realizar la obra, esto es, sabía que el bien no
le pertenecía o creía culposamente que sí le pertenecía o el poseedor de buena fe presunta
realiza la mejora luego de la notificación de la demanda, no tiene derecho a que le indemnicen
las obras.
c. Dejar el bien como estaba, no causar ningún deterioro en la separación y si lo causa a sus
expensas debe pagarlo.
Obsérvese que el artículo 966 In. 5° C.C. Dispone que el poseedor de mala fe al momento de
realizar la mejora útil o el poseedor de buena fe presunta que realiza una mejora útil luego de
la notificación de la demanda no tendrán derecho a que se le abonen las mejoras útiles, no
podrá obligar al reivinidcante o reivindicador vencedor a que le pague la obra. Tampoco
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puede obligar al reivindicante o reivindicador a que se quede con la mejora útil, solo puede
retirar sin detrimento y llevarse los materiales de dichas mejoras. Artículo 966 In. 6° C.C.
Si el reivindicante o reivindicador accede a quedarse con la mejora útil solo está obligado a
pagar el precio o valor que tendrían de los materiales al momento de la reivindicación.
El artículo 968 C.C. determina cuándo se puede efectuar esta separación de los materiales.
Se deduce de esta norma que si los materiales no pueden sacarse sin detrimento de la cosa,
el poseedor de mala fe o quien las hizo luego de la notificación de la demanda las pierde estas
mejoras y el reivindicante no se encuentra en ese caso en la obligación de pagar los
materiales, pero el poseedor en este caso puede llevarse los materiales y bajo su costo dejar
el bien exactamente como estaba.
Como puede observarse, el caso de las mejoras útiles realizadas por el poseedor de mala fe
al momento de realizar la mejora útil o el poseedor de buena fe presunta que realiza una
mejora útil luego de la notificación de la demanda tienen el tratamiento de mejoras
voluptuarias.
Elemento objetivo. Se entienden por mejoras voluptuarias las que sólo consisten en objetos
de lujo y recreo, como jardines, miradores, fuentes, cascadas artificiales y generalmente
aquellas que no fueron necesarias ni útiles porque aumentan considerablemente el valor venal
de la cosa, en el mercado general, o sólo lo aumentan en una proporción insignificante .
No siempre es fácil diferenciar una expensa útil de las expensas voluptuarias, esto depende
de la naturaleza del bien. Ejemplo, colocarle una piscina a una finca de cultivo; que el
poseedor le cambie las baldosas de cerámica a la casa por unas baldosas de mármol.
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Art. 967. C.C. “En cuanto a las mejoras voluptuarias, el propietario no será obligado a
pagarlas al poseedor de mala ni de buena fe, que sólo tendrán con respecto a ellas el derecho
que por el artículo precedente se concede al poseedor de mala fe, respecto de las mejoras
útiles.
Se entienden por mejoras voluptuarias las que sólo consisten en objetos de lujo y recreo,
como jardines, miradores, fuentes, cascadas artificiales y generalmente aquellas que no
aumentan el valor venal de la cosa, en el mercado general, o sólo lo aumentan en una
proporción insignificante”.
En cuanto a las mejoras voluptuarias, prevalece la calidad del gasto y la mejora sobre la buena
o mala fe del poseedor. El reivindicante nunca se encuentra obligado a abonar al poseedor
vencido estas mejoras voluptuarias.
Como se puede observar, en el caso de las mejoras voluptuarias, prima el elemento objetivo
(la naturaleza de la expensa o mejora voluptuaria) sobre el elemento subjetivo. (La buena o
mala fe del poseedor vencido). De tal manera, que tendrá igual tratamiento quien realiza una
mejora voluptuaria en un bien a sabiendas que es ajeno, que aquel que realiza una mejora
voluptuaria en un bien que cree de buena fe que le pertenece.
El poseedor vencido de buena o de mala fe podrá ejercer el ius tollendi llevándose los
materiales de dichas mejoras, siempre que cumplan los siguientes requisitos:
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c. Dejar el bien como estaba, no causar ningún deterioro en la separación y si lo causa a sus
expensas debe pagarlo.
El artículo 968 C.C. determina cuándo se puede efectuar esta separación de los materiales.
Se deduce de esta norma que si los materiales no pueden sacarse sin detrimento de la cosa,
el poseedor de buena o de mala fe de mejoras voluptuarias las pierde estas mejoras y el
reivindicante no se encuentra en ese caso en la obligación de pagar los materiales, pero el
poseedor en este caso puede llevarse los materiales y bajo su costo dejar el bien exactamente
como estaba.
Obsérvese que el artículo 966 In. 5° C.C. Dispone que el poseedor de buena o de mala fe al
momento de realizar la mejora voluptuaria no tendrán derecho a que se le abonen las mejoras
voluptuarias, no podrá obligar al reivinidcante o reivindicador vencedor a que le pague los
materiales. Tampoco puede obligar al reivindicante o reivindicador a que se quede con la
mejora voluptuaria, solo puede retirar sin detrimento y llevarse los materiales de dichas
mejoras. Artículo 966 In. 6° C.C.
El artículo 968 C.C. determina cuándo se puede efectuar esta separación de los materiales.
Se deduce de esta norma que si los materiales no pueden sacarse sin detrimento de la cosa,
el poseedor de mala fe o quien las hizo luego de la notificación de la demanda las pierde estas
mejoras y el reivindicante no se encuentra en ese caso en la obligación de pagar los
materiales, pero el poseedor en este caso puede llevarse los materiales y bajo su costo dejar
el bien exactamente como estaba.
Sin embargo, se pueda interpretar estas mejoras útiles como un daño o deterioro realizado
por el poseedor de mala fe al momento de realizar la mejora útil o el poseedor de buena fe
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presunta que realiza una mejora útil luego de la notificación de la demanda y sea obligado a
su indemnización por el Art. 963 Inc. 1° C.C. “El poseedor de mala fe es responsable de los
deterioros que por su hecho o culpa ha sufrido la cosa”.
Como puede observarse, el caso de las mejoras voluptuarias realizadas por el poseedor de
buena o mala fe tienen el tratamiento de mejoras útiles realizadas por el poseedor de mala fe
al momento de realizar la mejora útil o el poseedor de buena fe presunta que realiza una
mejora útil luego de la notificación de la demanda.
Artículo 970 C.C. Derecho de retención del poseedor vencido. “Cuando el poseedor vencido
tuviere un saldo que reclamar en razón de expensas y mejoras, podrá retener la cosa hasta
que se verifique el pago, o se le asegure a su satisfacción”.
Artículo 310 Código General del Proceso. Derecho de retención. “Cuando en la sentencia se
haya reconocido el derecho de retención, el interesado solo podrá solicitar la entrega si
presenta el comprobante de haber pagado el valor del crédito reconocido en aquella, o de
haber hecho la consignación respectiva. Esta se retendrá hasta cuando el obligado haya
cumplido cabalmente la entrega ordenada en la sentencia.
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Si en la diligencia de entrega no se encuentran las mejora s reconocidas en la sentencia, se
devolverá al interesado la consignación; si existieren parcialmente, se procederá a fijar su
valor por el trámite de un incidente para efectos de las restituciones pertinentes”.
Las normas sobre prestaciones mutuas operan como una manifestación del principio de la
reparación del enriquecimiento sin causa, se encuentra regulado en los artículo 961 al 971
C.C. se aplican a eventos en los cuales surge una restitución de un bien que a ha sido objeto
de deterioros, expensa y mejoras, salvo en caso de normas especiales.
2. Pago de lo no debido.
Remisión de las normas del poseedor de mala fe a las normas de quien recibe el pago de lo
no debido.
Artículo 2319 C.C. Recibo de Buena Fe. “El que ha recibido de buena fe no es responsable
de los deterioros o pérdidas de la especie que se le dio en el falso concepto de debérsele,
aunque hayan sobrevenido por negligencia suya; salvo en cuanto le hayan hecho más rico.
Pero desde que sabe que la cosa fue pagada indebidamente, contrae todas las obligaciones
del poseedor de mala fe”.
De acuerdo a este artículo, quien recibe el pago de lo no debido, desde que sabe de esa
situación tiene las mismas obligaciones de custodia, y de solicitar las mejoras
correspondientes al poseedor de mala fe.
Art.1321 C.C. “El que probare su derecho a una herencia, ocupada por otra persona en
calidad de heredero, tendrá acción para que se le adjudique la herencia, y se le restituyan
las cosas hereditarias, tanto corporales como incorporales; y aun aquellas de que el difunto
era mero tenedor, como depositario, comodatario, prendario*, arrendatario, etc., y que no
hubieren vuelto legítimamente a sus dueños”.
4. Acción de nulidad.
Aunque la acción de nulidad tiene sus propias normas en cuanto a la restitución del bien, las
normas generales sobre deterioros, expensas y mejoras descritas se aplican con alguna
especialidad en ciertos casos. Art. 1746 C.C. Efectos de la nulidad. “La nulidad pronunciada
en sentencia que tiene la fuerza de cosa juzgada, da a las partes derecho para ser restituidas
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al mismo estado en que se hallarían si no hubiese existido el acto o contrato nulo; sin
perjuicio de lo prevenido sobre el objeto o causa ilícita.
En las restituciones mutuas que hayan de hacerse los contratantes en virtud de este
pronunciamiento, será cada cual responsable de la pérdida de las especies o de su deterioro,
de los intereses y frutos, y del abono de las mejoras necesarias, útiles o voluptuarias,
tomándose en consideración los casos fortuitos, y la posesión de buena fe o mala fe de las
partes; todo ello según las reglas generales y sin perjuicio de lo dispuesto en el siguiente
artículo”.
5. Acción resolutoria.
Aunque la acción resolutoria y las demás resoluciones tienen sus propias normas en cuanto
a la restitución del bien, las normas generales sobre deterioros, expensas y mejoras de scritas
se aplican con alguna especialidad en ciertos casos. Art. 1546 C.C. “En los contratos
bilaterales va envuelta la condición resolutoria en caso de no cumplirse por uno de los
contratantes lo pactado. Pero en tal caso podrá el otro contratante pedir a su arbitrio, o la
resolución o el cumplimiento del contrato con indemnización de perjuicios.”
6. Acción divisoria.
Aunque la acción de divisoria tiene sus propias normas en cuanto a la restitución del bien,
las normas generales sobre deterioros, expensas y mejoras descritas se aplican con alguna
especialidad en ciertos casos. Art. 2334 C.C. Sustituido Art. 406 C.G.P. “todo comunero
puede pedir la división material de la cosa común o su venta para que se distribuya el
producto.
La demanda deberá dirigirse contra los demás comuneros y a ella se acompañará la prueba
de que demandante y demandado son condueños. Si se trata de bienes sujetos a registro se
presentará también certificado del respectivo registrador sobre la situación jurídica del bien
y su tradición, que comprenda un período de diez (10) años si fuere posible.”
Art. 2438 Núm. 2° C.C. “Cuando haya de dividirse un terreno común, el juez hará avaluarlo
por peritos, y el valor total se distribuirá entre todos los interesados en proporción de sus
derechos; verificado lo cual, se procederá a adjudicar a cada interesado una porción de
terreno del valor que le hubiere correspondido, observándose las reglas siguientes:
2a. Si hay habitaciones, labores u otras mejoras hechas en particular por alguno de los
comuneros, se procurará, en cuanto sea posible, adjudicar a estos las porciones en que se
hallen las habitaciones, labores o mejoras que les pertenezcan, sin subdividir la porción de
cada uno”.
7. Acción revocatoria
Art. 2491 C.C “En cuanto a los actos ejecutados antes de la cesión de bienes o a la apertura
del concurso, se observarán las disposiciones siguientes:
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1. Los acreedores tendrán derecho para que se rescindan los contratos onerosos, y las
hipotecas, prendas* y anticresis* que el deudor haya otorgado en perjuicio de ellos, siendo
de mala fe el otorgante y el adquirente, esto es, conociendo ambos el mal estado de los
negocios del primero.
3. Las acciones concedidas en este artículo a los acreedores, expiran en un año, contado
desde la fecha del acto o contrato.”
Al no existir norma sobre la reclamación del bien objeto de la acción revocatoria, se debe
aplicar las normas generales sobre deterioros, expensas y mejoras al momento de la
restitución del bien.
Art. 739 C.C. “El dueño del terreno en que otra persona, sin su conocimiento hubiere
edificado, plantado o sembrado, tendrá derecho de hacer suyo el edificio, plantación o
sementera, mediante las indemnizaciones prescritas a favor de los poseedores de buena o
mala fe en el título de la reivindicación, o de obligar al que edificó o plantó a pagarle el
justo precio del terreno con los intereses legales por todo el tiempo que lo haya tenido en su
poder, y al que sembró a pagarle la renta y a indemnizarle los perju icios.
Si se ha edificado, plantado o sembrado a ciencia y paciencia del dueño del terreno, será
este obligado, para recobrarlo, a pagar el valor del edificio, plantación o sementera.”
Al no existir norma sobre la restitución del objeto del contrato de arrendamiento, salvo en el
caso de las mejoras o reparaciones locativas (Artículo 1998 C.C.) se debe aplicar las normas
generales sobre deterioros, expensas y mejoras al momento de la restitución del bien.
Las normas generales sobre deterioros, expensas y mejoras no se aplican a la restitución del
bien objeto de derecho real de usufructo porque en ese caso el derecho real de usufructo tiene
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normas especiales y solo estas normas generales se aplicarán en caso de vació siempre y
cuando no sean contrarias a las normas especiales del Derecho real de usufructo.
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