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PRESENTADO POR:
LUZ ENEIDA MARTINEZ MURILLO
TUTOR:
LIBIA ZULAY ARIZA PEREZ
ASIGNATURA:
SEMINARIO DE PROFUNDIZACIÓN II
TURBO - ANTIOQUIA
AÑO - 2019
Una mayor equidad es un factor fundamental para conseguir un mayor desarrollo y una cultura de la
paz basada en el respeto y valoración de las diferencias y en la tolerancia. Difícilmente se puede
aprender a respetar las diferencias si no se convive con ellas una cultura de paz tiene que ver con
equidad, justicia e igualdad la verdadera igualdad de oportunidades y cuando la calidad de la
educación sea para todos y no sólo para unos pocos.
Es difícil separar calidad de equidad si se considera que la equidad no es sólo igualdad de acceso,
sino también de derechos a recibir una educación de calidad, y que un criterio importante para
definir una educación de calidad es precisamente que ésta sea capaz de dar respuesta a la
diversidad. Un mayor nivel de equidad implica avanzar hacia la creación de escuelas que eduquen
en la diversidad y que entiendan ésta como una fuente de enriquecimiento y de mejora de la calidad
educativa.
El principio rector del Marco de Acción de la Conferencia Mundial sobre necesidades especiales
(Salamanca, 1994) es que todas las escuelas deben acoger a todos los niños independientemente de
sus condiciones personales, culturales o sociales. Niños discapacitados y bien dotados, niños de la
calle, de minorías étnicas, lingüísticas o culturales, de zonas desfavorecidas o marginales, lo cual
plantea un reto importante para los sistemas escolares. Las escuelas integradoras representan un
marco favorable para lograr la igualdad de oportunidades y la completa participación, contribuyen a
una educación más personalizada
Conseguir una cultura de la paz y la tolerancia sólo será posible, en gran medida, si se educa a los
futuros ciudadanos en la integración, el respeto y la valoración de las diferencias, si tienen la
oportunidad de conocer y convivir con personas que tienen dificultades, situaciones y modos de
vida distintos y se establecen lazos de cooperación y solidaridad que beneficien y enriquezcan a
todos.
Cuanto más flexible sea esta organización, más fácil será, por otro lado, la incorporación de los
profesores de apoyo a la dinámica del aula para facilitar el proceso de aprendizaje de todos los
alumnos. Aunque no se puede hablar del mejor estilo de enseñanza o del buen método en términos
absolutos, las evaluaciones realizadas1 demuestran que los profesores que tienen un estilo de
enseñanza flexible. Se adapta a las necesidades, conocimientos e intereses de los alumnos; utiliza
diversidad de estrategias; fomenta la autonomía de los alumnos y les da libertad; evalúa de forma
continua el progreso de los alumnos en función de su punto de partida y no en comparación con
otros.
La construcción de aprendizajes significativos implica que todos y cada uno de los alumnos tengan
una predisposición favorable para aprender, atribuyan un sentido personal a las experiencias de
aprendizaje y establezcan relaciones substantivas entre los nuevos aprendizajes y lo que ya saben.
Un significado personal al aprendizaje implica que comprendan no sólo lo que tienen que hacer,
sino también por qué y para qué; de esta manera será mucho más fácil que tengan una participación
activa en dicho proceso. Otro factor esencial es que todos los alumnos sientan que pueden tener
éxito en su aprendizaje, especialmente cuando tienen dificultades o una historia de fracaso, para lo
cual hay que plantear actividades que puedan resolver con las ayudas necesarias y reforzar el
esfuerzo y no sólo los resultados.
Los profesores necesitan apoyo para afrontar el desafío de una escuela inclusiva. La tendencia es
introducir cambios en el rol y las funciones de los servicios de apoyo hacia una intervención más
centrada en la escuela como globalidad, participando en la toma de decisiones curriculares de
carácter general, y orientando a los profesores y familias para que sean cada vez más capaces de
atender las necesidades de los niños.
Muchos lectores pensarán que el desarrollo de escuelas inclusivas es una utopía y están en lo cierto,
pero las utopías son necesarias para lograr un mundo mejor, y la educación es un instrumento
esencial para transformar la sociedad. Así lo señala Jacques Delors en el Informe de la UNESCO de
la Comisión Internacional sobre la Educación para el siglo XXI: “Frente a los numerosos desafíos
del porvenir, la educación constituye un instrumento indispensable para que la humanidad pueda
progresar hacia los ideales de paz, libertad y justicia social”.
BIBLIOGRAFIA
Blanco, R. (1999) Hacia una escuela para todos con todos. OREALC/UNESCO Santiago.
Recuperado de http://benu.edu.mx/wp-content/uploads/2015/03/Hacia_una_escuela_para-todos.pdf