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formación continuada

Introducción a la tomografía computarizada


S. HERNÁNDEZ MUÑIZa Y M. MITJAVILA CASANOVASb
a
Radiología. bMedicina Nuclear. Área de Diagnóstico por Imagen. Fundación Hospital Alcorcón. Madrid. España.

INTRODUCCIÓN Los cortes de la TAC están orientados perpendicu-


larmente al eje corporal, y se denominan cortes axia-
La tomografía axial computarizada (TAC) fue di- les o transversales (fig. 1). Cada uno de estos cortes
señada y puesta en funcionamiento por el ingeniero tomográficos es como una “rebanada” más o menos
británico Hounsfield. Desde su presentación, en delgada, compuesta de un número determinado de
1972, esta técnica se ha convertido en un método in- elementos volumétricos. En el monitor se representan
sustituible para el estudio de múltiples procesos pato- imágenes bidimensionales (píxels) de estos elemen-
lógicos, y prueba de ello fue la concesión del premio tos de volumen (voxels). Es decir, cada píxel es la re-
Nobel a su descubridor (1979). presentación de un volumen tridimensional.
La tecnología en el diseño de los equipos de TC
ha evolucionado rápidamente desde sus comienzos.
BASES FÍSICAS Las innovaciones introducidas han conseguido acor-
tar el tiempo de exploración y mejorar la calidad de la
En esencia un tomógrafo computarizado (TC) es imagen.
un aparato de rayos X (Rx) en el cual la placa radio- En la TAC convencional se adquieren secuencial-
gráfica ha sido sustituida por detectores. El tubo de mente una serie de imágenes, separadas por espacios
Rx emite un haz colimado que atraviesa al paciente. iguales, a través de una región específica. Tras cada
De dicho tubo emerge el haz atenuado remanente, corte hay una breve pausa, que permite el avance de
que es recibido por el detector mientras el sistema
efectúa un movimiento circular. La información reco-
gida en los detectores es analizada por un ordenador,
Tubo de
que reconstruye la imagen (digital) y la muestra en un rayos X
0o
monitor.
Los elementos fundamentales del equipo de TC
son:
90o

– El tubo de Rx.
– El sistema de detectores.
– El ordenador o sistema informático.
270o
El conjunto de tubo y detectores, situados en posi-
ciones opuestas entre sí, se encuentra dentro de una
carcasa circular cuyo centro es hueco, denominada
gantry.

Correspondencia:
180o
M. MITJAVILA CASANOVAS Movimiento
Medicina Nuclear. Área de Diagnóstico por Imagen Detector
de la mesa
Fundación Hospital Alcorcón
Budapest, 1. 28922 Alcorcón. Madrid. España
Correo electrónico: mmitjavila@fhalcorcon.es FIG. 1.—Orientación del tubo de rayos X respecto al eje corporal.

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Tubo de rayos x Tubo de rayos x


Gantry
Gantry Volumen
e imagen

Rotación Rotación

Movimiento
escalonado
de la mesa

3er nivel de corte Movimiento


2o nivel de corte continuo
de la mesa
1er nivel de corte

FIG. 2.—Tomografía axial computarizada convencional. FIG. 3.—Tomografía axial computarizada helicoidal.

la mesa, hasta la siguiente posición preestablecida


Desplazamiento = 1 Desplazamiento = 2
(fig. 2).
En la tomografía computarizada helicoidal (TCH)
se produce el movimiento simultáneo del tubo de Rx
y la mesa de exploración, de modo que el haz de
radiación describe una trayectoria helicoidal, elimi-
nándose las pausas. Es decir, se combinan el movi-
miento rotatorio ininterrumpido del gantry y el des-
plazamiento de la mesa durante el barrido, con lo que FIG. 4.—Si se mantiene el mismo grosor de corte y velocidad de ro-
se consigue una adquisición volumétrica (fig. 3). tación, pero aumenta el desplazamiento de la mesa, el barrido se
Por ejemplo, un estudio helicoidal de tórax o abdo- extiende.

men puede realizarse en un único período de apnea, y


la duración de la adquisición es inferior a 1 minuto. – Evita discontinuidad entre cortes.
Entre los parámetros técnicos de la TCH destaca el – Reduce el tiempo de exploración.
factor de desplazamiento o pitch, que describe la re- – Posibilita exploraciones con menor cantidad de
lación entre el desplazamiento de la mesa en mm por contraste intravenoso.
cada rotación del tubo de Rx, y el grosor del corte en – Mejora la calidad de las reconstrucciones multi-
mm. Es una variable adimensional. planares y tridimensionales.

desplazamiento/rotación Estas ventajas han hecho posible la realización de


Pitch = 
colimación estudios de angio-TC.
El TC multidetector (TCMD) es un tipo de TCH
Cuanto mayor es el valor del pitch más estirada en el que el sistema de detectores consta de varias hi-
estaría la espiral descrita por el haz de Rx, mayor se- leras o filas de detectores (2, 4, 8, 16...) en lugar de
ría su cobertura y menor la radiación del paciente, una. Estos equipos consiguen mejorar aún más la re-
pero también sería menor la calidad de las imágenes solución espacial y temporal.
obtenidas (fig. 4). La reconstrucción de las imágenes se realiza me-
Las ventajas de la TCH respecto a la TAC conven- diante complicados cálculos matemáticos, en los que
cional son: se tiene en cuenta la radiación inicial y los datos de

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la radiación recibida por los detectores. Estos cálcu- El grosor de la imagen se determina de forma pre-
los nos darán el coeficiente de atenuación de la ra- via a la adquisición del estudio. En exploraciones
diación en cada voxel, asignando a cada uno de ellos torácicas o abdominales se escoge generalmente
un valor numérico o número CT. 8-10 mm, y 2-5 mm para estudios de columna, de
Para la medición de diferentes densidades, represen- cráneo, órbitas o peñasco, dependiendo del aparato y
tación de los grados de atenuación del haz de radiación de la patología a estudiar. Por ello una estructura puede
al atravesar las diferentes estructuras, se emplean las estar incluida en todo el grosor de un corte o sólo en
unidades Hounsfield (uH), en honor al descubridor de una parte de él. El valor de la escala de grises de
la TC. A estas unidades se les asigna un valor arbitra- un voxel depende de la atenuación media de todas
rio, siendo 0 la densidad del agua. La grasa posee valo- las estructuras que están dentro de él. Los efectos de
res negativos (en torno a –70 o –90 uH) y los tejidos volumen parcial aparecen cuando las estructuras no
blandos valores positivos (+ 30, + 70 uH). En los ex- ocupan todo el grosor del corte, produciéndose una
tremos de la escala se sitúan la densidad de hueso mala definición de la anatomía. Esto ocurre igual-
(+ 500 uH) y del aire (–1.000 uH). mente si un órgano disminuye de tamaño dentro de
En el monitor se pueden representar como máximo un corte. También es la razón de la mala definición
256 tonos de gris, mientras que el ojo humano sólo es de los polos renales, de los límites de la vesícula o de
capaz de discriminar aproximadamente 20 tonos. Se la vejiga urinaria.
denomina “ventana” al conjunto de valores de ate- Es esencial la distinción entre los ganglios aumen-
nuación que se muestra en la pantalla del monitor. El tados o afectados y vasos o músculos cortados en sec-
nivel de densidad medio o “centro de la ventana” se ciones transversales. Se deben analizar siempre los
debe situar lo más cerca posible del nivel de densi- cortes adyacentes craneales o caudales, y comparar
dad del tejido que se desea examinar. Por ejemplo, el las estructuras en cuestión para determinar si son
pulmón, por su elevado contenido en aire, se estudia- abultamientos nodulares o si se continúan como for-
rá mejor ajustando la ventana en un nivel bajo de uH, mas más o menos tubulares; un ganglio aparecerá
mientras que el hueso requiere un ajuste en niveles sólo en uno o dos cortes y no podrá seguirse en imá-
altos. La anchura de ventana (gama de valores de ate- genes adyacentes. Este procedimiento permitirá tam-
nuación o números CT representados) influye sobre bién una rápida identificación de los efectos de volu-
el contraste de las imágenes: cuanto más estrecha sea, men parcial.
mayor será el contraste.
Los niveles de densidad de la práctica totalidad de
los órganos de tejido blando se sitúan en un estrecho REALIZACIÓN DEL ESTUDIO
rango entre 10 y 90 uH. Este solapamiento entre den- DE TOMOGRAFÍA COMPUTARIZADA
sidades hace que no podamos deducir ante qué tejido
o sustancia estamos basándonos sólo en su nivel de Preparación del paciente
densidad. Antes de la realización de cualquier exploración de
Los valores de densidad estándar también fluctúan TAC deben valorarse la historia clínica y estudios
entre distinos individuos, y dependiendo de la pre- de laboratorio del paciente. Es fundamental tener in-
sencia y la cantidad de medio de contraste en la san- formación sobre cirugía y/o radioterapia efectuada
gre circulante y/o en las vísceras. sobre la región a explorar. Si se disponen de estudios
La ventana de partes blandas se centra en 50 uH de TAC previos conviene comparar las imágenes.
con una anchura de más o menos 350 uH. Si se va a Previa a la realización de una TAC deben retirarse
examinar el parénquima pulmonar, el centro de la ven- todos los objetos metálicos (joyas, cremalleras o cor-
tana deberá ser más bajo, aproximadamente –500 uH, chetes metálicos, etc.) con el fin de evitar artefactos.
y la anchura mayor (1500-2000 uH). La ventana de
cerebro debe ser muy estrecha (80-100 uH) y el centro
Medios de contraste
debe situarse próximo a la densidad media del tejido
cerebral (35 uH). La ventana de hueso deberá tener un 1. En condiciones normales el intestino y el colon
centro mucho más alto, sobre + 300 uH y una anchu- contienen poco aire, pudiendo aparecer en la TAC
ra de más o menos 1500 uH. como estructuras de densidad sólida, más o menos no-

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dulares, en contacto con otras vísceras, y confundirse visceral, la administración de contraste ev incremen-
con lesiones tumorales. Por ello, en los estudios de ab- ta la diferencia entre los valores de atenuación del te-
domen se administra habitualmente contraste por vía jido sano y del tejido patológico. De este modo se fa-
oral, tras un ayuno de 4-6 horas. Se emplea gastrogra- cilita la detección y caracterización de muchos
fín diluido en agua durante un período de 30-60 minu- procesos patológicos (absceso, tumor, etc.).
tos antes de comenzar la exploración para permitir la La administración del medio de contraste por vía ev
opacificación del tracto gastrointestinal. en bolo puede generar artefactos por la mezcla de san-
2. Muchos de los estudios requieren la administra- gre con y sin contraste (fenómeno de entrada de flujo).
ción de medios de contraste endovenoso (ev), por lo Su reconocimiento evitará el diagnóstico de falsos po-
que debe valorarse la función renal del paciente. Los sitivos de trombosis venosa. Se puede observar este
pacientes diabéticos en tratamiento con biguanida fenómeno en la vena cava superior y vena cava infe-
requieren especial atención. Los medios de contraste rior a la altura de las venas renales.
pueden causar acidosis láctica, inducir una reducción
crónica de la función renal o agravar una insuficien-
Tomografía axial computarizada torácica
cia renal.
Antes de la realización de una TAC torácica debe
En un paciente con sospecha clínica de hipertiroi- disponerse de una radiografía convencional de tórax.
dismo, antes de la administración de un medio de La exploración se realiza en decúbito supino. El
contraste debe excluirse la existencia de hiperactivi- enfermo debe mantener la respiración en inspiración
dad tiroidea o de un nódulo autónomo. Si se plantea máxima y procurar repetir esta maniobra en cada
un tratamiento con yodo radiactivo del hipertiroidis- corte en inspiración máxima y procurar repetir esta
mo debe retrasarse la realización de una TAC con maniobra en cada corte si es una TAC convencinal,
contraste. o durante la hélice en la TCH.
Desde la introducción de los medios de contraste El área de interés incluye desde el ápex pulmonar
no iónicos las reacciones adversas son poco frecuen- hasta el seno costofrénico posterior.
tes. De todas formas deben investigarse los antece- Como regla general los cortes del tórax se realizan
dentes de reacciones adversas previas a los contras- en el plano axial, con grosores y desplazamientos
tes yodados y la severidad de las mismas. comprendidos entre 8 y 10 mm, dependiendo del
En el caso de antecedentes de reacciones adversas equipo y la patología que se quiera investigar.
leves, la premedicación se realiza con antagonistas de Con el fin de no obviar ningún hallazgo patológico
los receptores H1 y H2, posiblemente asociados con en el pulmón las imágenes se deben valorar tanto en
una dosis baja de corticoides de acción rápida. Hay la ventana de partes blandas como de pulmón. Dado
que prestar especial atención a los pacientes con glau- que el examen de mediastino y pulmón se conside-
coma o con hipertrofia prostática benigna. ran de mayor importancia, con frecuencia se pasa por
La dosis de contraste que se administra se calcula alto la valoración de partes blandas de la pared torá-
en función del peso corporal. cica, donde pueden encontrarse anomalías en las
El aumento de densidad de los vasos sanguíneos mamas y en la grasa axilar. El parénquima de la glán-
provocado por el contraste ev no sólo permite su mejor dula tiroides debe ser homogéneo y estar bien delimi-
definición respecto de los músculos y diferentes órga- tado respecto a la grasa que lo rodea. La asimetría en
nos, sino que también proporciona información acerca el diámetro de la vena yugular se ve con frecuencia y
del grado de perfusión (captación de medio de con- carece de valor patológico. No deben confundirse los
traste) en los tejidos patológicos: por ejemplo las alte- ganglios axilares con las ramas de los vasos axilares
raciones de la barrera hematoencefálica, los contornos cortadas ortogonalmente. El tejido glandular en la
de los abscesos o la captación en las lesiones tumorales. grasa mamaria de la pared torácica anterior se dife-
Este fenómeno se denomina realce del contraste. rencia con facilidad de los tumores cutáneos por su
Según la naturaleza del proceso que se investiga simetría. Tras la valoración de las partes blandas de la
conviene realizar primero un estudio sin contraste pared torácica, y empleando la misma ventana, se ini-
para poder comparar las imágenes sin y con medio de cia la búsqueda de masas en mediastino. El método
contraste. En el caso de lesiones focales intraparen- más sencillo es tomar como orientación el cayado
quimatosas, que muchas veces no alteran el contorno aórtico (fig. 5). En dirección craneal desde este pun-

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1 6

FIG. 5.—1: Cayado aórtico. FIG. 8.—6: Vena cava superior; 9: cayado de la ácigos.

to se identifican el tronco braquiocefálico, la arteria


carótida común izquierda, la arteria subclavia, venas
braquiocefálicas, la vena cava superior, la tráquea y el
5 esófago (fig. 6). La vena ácigos se sitúa dorsal a la
2
6 3 tráquea al lado del esófago (fig. 7). Inmediatamente
4 por encima del bronquio principal derecho describe
7
8 un arco en dirección anterior hacia la vena cava su-
perior (fig. 8). No debemos confundir la vena ácigos
con ganglios paraaórticos. Por debajo del cayado aór-
tico se encuentra el tronco de la arteria pulmonar que
se divide en las arterias pulmonares derecha e iz-
quierda (fig. 9). Caudalmente, las localizaciones más
frecuentes de adenopatías son: la ventana aortopul-
monar, inmediatamente debajo de la bifurcación de la
Fig. 6.—2: Tronco braquiocefálico; 3: arteria carótida común iz- tráquea, en el tejido perihiliar y retrocrurales al lado
quierda; 4: arteria subclavia; 5: venas braquicefálicas; 6: vena cava de la aorta descendente (figs. 9 y 10). La presencia de
superior; 7: tráquea; 8: esófago.
algunos ganglios de diámetro inferior a 1,5 cm en la
ventana aortopulmonar puede considerarse normal.
En la TAC por delante del cayado aórtico no suelen
observarse ganglios de tamaño normal. Posterior-
mente se realiza la revisión del corazón y de los hilios
pulmonares y finalmente se pasa a valorar con la ven-
tana de pulmón (fig. 11).
La gran amplitud de la ventana de pulmón permite
9 7 el examen tanto de la médula ósea de la columna ver-
8
tebral como del parénquima pulmonar, pudiéndose
valorar tanto las estructuras óseas como la vasculari-
zación pulmonar. Al estudiar los vasos del pulmón
debe observarse una reducción gradual de su diáme-
tro a medida que progresan del hilio a la periferia. Es
esencial diferenciar entre cortes transversales de los
vasos y masas sólidas mediante la comparación con
FIG. 7.—7: Tráquea; 8: esófago; 9: vena ácigos. los niveles adyacentes.

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1a 10 1a 10

d 6 10d
i 11 11 10i
1d 9 1d

FIG. 9.—1a: Aorta ascendente; 1d: aorta descendente; 10: arteria FIG. 10.—1a: Aorta ascendente; 1d: aorta descendente; 6: vena cava
pulmonar principal; d: derecha; i: izquierda. superior; 9: vena ácigos; 10: arteria pulmonar principal; 11: bron-
quios principales.

Sistemática para la lectura de tórax:

1. Ventana de partes blandas:

a) Tejidos blandos, sobre todo: ganglios axilares y


mamas.
b) Mediastino en 4 regiones:

– En dirección craneal desde cayado aórtico (gan-


glios/timo).
– Región hiliar: configuración y tamaño de vasos,
lobulaciones, engrosamientos.
– Corazón.
– Localizaciones típicas de ganglios (gl): delante
cayado aórtico (normal: ninguno o < 6 mm); ventana
aortopulmonar (normal: < 4 gl < 15 mm); subcarinal
(normal: < 10 mm; DD esófago); próximos aorta des-
cendente (normal: < 7 mm; DD ácigos).

2. En ventana de pulmón: FIG. 11.—Corte con ventana de pulmón.

a) Parénquima pulmonar: ¿es normal patrón de ra-


Tomografía axial computarizada abdominal
mificación y calibre de los vasos?, ¿existe oligohemia
vascular sólo en cisuras interlobares?, ¿hay bullas?, En general, todos los órganos deben presentar un
¿se ve alguna lesión sospechosa en el pulmón?, ¿in- aspecto uniforme y estar bien definidos, excepto
filtrados inflamatorios? cuando se produzcan efectos de volumen parcial, o
b) Pleura: ¿hay placas, calcificaciones, derrame bien durante fase arterial precoz del realce post medio
pleural o neumotórax? de contraste en un estudio helicoidal. Estructuras
c) Huesos (vértebras, escápula, costillas): ¿la mé- como los vasos sanguíneos y las asas intestinales de-
dula ósea tiene una estructura normal?, ¿existen os- ben delimitarse con claridad dentro de la grasa in-
teofitos?, ¿alguna lesión lítica o esclerosa?, ¿se ob- traabdominal, y lo mismo puede decirse de la grasa
serva estenosis del canal espinal? de los músculos. Una mala definición de los espacios

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Para realizar una lectura sistemática puede reali-


zarse una evaluación exhaustiva de craneal a caudal
siguiendo el siguiente esquema:
16
1. Pared abdominal: ¿existen hernias o vasos lin-
15 fáticos engrosados?
13 2. Hígado y bazo: ¿es homogéneo el parénquima?
¿Existen lesiones focales? ¿Están bien definidas sus
superficies?
14 3. Páncreas y suprarrenales: ¿están bien defini-
dos? ¿Es normal su tamaño?
12
12 4. Riñones, uréteres y vejiga: ¿es simétrica la ex-
creción del medio de contraste? ¿Existe obstrucción,
atrofia, etc.? ¿Cómo es la pared vesical?
5. Órganos reproductores.
6. Tracto gastrointestinal: ¿cómo son sus paredes?
¿Hay estenosis o dilataciones?
7. Retroperitoneo: vasos ¿aneurismas/trombosis?
FIG. 12.—12: Senos costofrénicos; 13: parénquima hepático; 14: pa- ¿Existen ganglios linfáticos engrosados?: Mesentéricos,
rénquima esplénico; 15: ramas de la vena porta; 16: ligamento fal- retrocrurales, paraaórticos, parailíacos, parainguinales.
ciforme.
8. Ventana ósea: pelvis y columna: ¿lesiones de-
generativas, esclerosas o líticas? ¿Estenosis espinales?

Las imágenes de los órganos abdominales incluyen


los senos costofrénicos de ambos pulmones, que se
extienden ampliamente en dirección caudal, lateral y
dorsal. El parénquima hepático y esplénico habitual-
mente son homogéneos, sin lesiones focales en la
fase venosa del realce por el medio de contraste
(MC): se distinguen las ramas de la vena porta y el
13
ligamento falciforme (fig. 12). El diafragma, entre la
cavidad torácica y abdominal queda delimitado por
21 19
14 grasa retroperitoneal, tiene un valor de atenuación si-
17 17 20 milar al parénquima hepático y esplénico, no pudien-
do ser diferenciado de estos órganos si se secciona
su fina cúpula de forma oblicua (fig. 13). En los pun-
tos de contacto con el hígado y el bazo no se aprecia
como estructura individual. Los pilares diafragmáti-
cos pueden presentar estructuras nodulares. La glán-
dula suprarrenal derecha normalmente se encuentra
FIG. 13.—17: Diafragma; 19: glándula suprarrenal izquierda; 20: ri- por encima del polo superior del riñón, mientras que
ñón izquierdo; 21: estructuras nodulares en los pilares diafragmáticos. la izquierda se sitúa ventral respecto al polo superior
renal. Como norma general, las dos glándulas suprarre-
nales se ven en los mismos cortes, la izquierda con
de tejido conectivo puede indicar la presencia de ede- frecuencia tiene forma de Y, mientras que la derecha
ma o una infiltración maligna o inflamatoria. Si no puede parecerse a una flecha o a una coma (fig. 14).
es posible apreciar la anatomía con nitidez, puede ob- El páncreas típicamente posee un parénquima bien
tenerse información adicional midiendo la densidad definido con un contorno irregular, con considerable
de áreas concretas o comparando los cortes realizados extensión caudal de su cabeza y proceso uncinado.
sin y con medio de contraste. La vena esplénica sigue un curso recto por el dorso

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30 29
28 23
31 27
18 19 18 19

21 20

FIG. 14.—18: Glándula suprarrenal derecha; 19: glándula suprarre- FIG. 16.—18: Suprarrenal derecha; 19: suprarrenal izquierda; 23: pán-
nal izquierda; 21: riñón derecho; 20: riñón izquierdo. creas; 27: aorta; 28: tronco celíaco; 29: arteria esplénica; 30: arteria
hepática; 31: vena cava inferior.

23
25 23 25
24 31 24

27

FIG. 15.—23: Páncreas; 24: vena esplénica; 25: vena mesentérica FIG. 17.—23: Páncreas; 24: vena esplénica; 25: vena mesentérica
superior. superior; 27: aorta; 31: arteria mesentérica superior.

pancreático desde el hilio esplénico hasta unirse con la superior hacia la vena cava inferior. Las variantes ana-
vena mesentérica superior inmediatamente por detrás tómicas son frecuentes. A menudo se observan quistes
del cuello pancreático, y formar la vena porta (fig. 15). benignos en la pelvis renal adyacente al uréter o en el
La arteria esplénica sigue un curso ondulante a lo lar- parénquima renal, que no realzan tras la administra-
go del páncreas desde el tronco celíaco hasta el bazo ción de contraste. El duodeno (fig. 20) sólo puede di-
(fig. 16). La arteria mesentérica superior se origina en ferenciarse de las otras asas intestinales por su posi-
la aorta, por detrás del páncreas y sigue un curso cau- ción. A este nivel deben inspeccionarse también los
dal (figs. 17 y 18). Con frecuencia se encuentran ade- riñones. La porción proximal de los uréteres tiene una
nopatías en el origen del tronco celíaco y la arteria me- posición típica, medial a los polos inferiores renales y
sentérica superior. Deben buscarse calcificaciones anterior al músculo psoas. En la bifurcación aórtica
arteriales en los orígenes de las arterias renales, a nivel (normalmente a la altura del cuerpo vertebral de L4),
de las venas renales. La vena renal izquierda (fig. 19) las arterias ilíacas comunes son anteriores a las corres-
no siempre pasa entre la aorta y la arteria mesentérica pondientes venas (fig. 21), y los dos uréteres tienen

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35
15
24
31 34
27 31 27

FIG. 18.—15: Vena porta; 24: vena esplénica; 27: aorta; 31: vena FIG. 20.—27, aorta; 31: vena cava inferior; 34: duodeno; 35: vesícu-
cava inferior. la biliar.

36 35
32
31 33 37 37
27

FIG. 19.—27: aorta; 31: vena cava inferior; 32: arteria mesentérica FIG. 21.—35: arterias iliacas comunes; 36: venas ilíacas comunes;
superior; 33: vena renal izquierda. 37: psoas.

una posición más lateral, por delante de los músculos BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
psoas. Existe una localización típica de adenopatías en
la bifurcación de los vasos ilíacos en la arteria y vena Hofer M. Manual práctico de TC. Introducción a la TC. Madrid: Edi-
externas, que pasan por delante, y la arteria y vena ilía- torial Médica Panamericana; 2005.
Möller TB, Reif E. Imágenes normales de TC y RM. Madrid: Edito-
ca internas de situación más posterior. A este nivel rial Médica Panamericana; 2001.
también se encuentra la transición entre la columna Webb WR, Brant WE, Helms CA. Fundamentos de TAC body. Ma-
lumbar y el sacro. drid: Editorial Marban; 1993.

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