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ARTES PLASTICAS

SIGLO XIX - XX
Pintura Romanticista
Características
• Recuperación de la potencia del color

• Luces vibrantes

• Composiciones románticas

• Culto al paisaje

• Temas preferidos: revoluciones políticas o


naturaleza sublime

Los pioneros del Romanticismo se han formado en los talleres de David y sus discípulos. La pintura romántica rechaza las convecciones neoclásicas y saltando sobre
ellas enlaza con los valores de la pintura barroca. Podemos destacar como signos característicos:

a) La recuperación de la potencia sugestiva del color en detrimento del dibujo neoclásico, así se liberan las formas, los limites excesivamente definidos y se divorcia el
arte pictórico y el escultórico. Goya, que ha demostrado que un pintor no puede desertar nunca del color, se convierte en paradigma técnico

b) Con el cromatismo resucitan las luces vibrantes, que refuerzan a las manchas en su tarea de estructuras de las formas escultóricas

c) Las composiciones dinámicas, cuyas líneas directrices están marcadas por las posiciones convulsas y los gestos dramáticos, que contrastan con las figuras quietas,
verticales o sentadas del Neoclasicismo.

d) El culto al paisaje no es solo una inclinación del pathos romántico sino también un recurso para desplegar colores luminosos y para encuadrar entre nubes eléctricas y
oleajes furiosos los grupos humanos, con lo cual los objetos pierden su aspecto convencional para traducir, mas allá de su dimensión visual, los estados de animo

e) Los temas de las revoluciones políticas o los desastres que señalan un enfrentamiento fatalista con la naturaleza (como en la balsa de medusa, de Gericault) definen la
postura de los pintores, al lado también de escritores, políticos y filósofos en la edificación de un mundo nuevo.

Romanticismo Francés
Theodore Gericault
(1791 - 1824)
Es el símbolo más claro del nuevo estilo,
cuya esencia encarno en su corta vida
llena de aventuras.
Tras algunas obras en las que va
marcando sus diferencias con los
modelos o;iciales, especialmente por su
tendencia colorista, en 1819 presento su
hermosísima pintura La balsa de
Medusa, en la que abandona la calma
clásica y se entrega al contacto directo
con la rabiosa actualidad de un suceso
que emociono a la opinión publica.
Es sencillamente un cuadro - mani;iesto,
en el que subraya vigorosamente el
movimiento como cualidad pictórica.
Oficial de Húsares
ordenando una carga
1812

Este cuadro anuncia la ruptura con el Neoclásico y la nueva sensibilidad romántica: frente a estatismo, brío y movimiento; frente a dibujo escultórico, color en pinceladas
audaces; frente a luminosidades artificiales. la luz vibrante de las atmósferas de tormenta.

La balsa de medusa, 1818.

En Julio de 1814 naufrago la fragata "Medusa" dejando a 149 pasajeros en una balsa en el mar embravecido. Solo 15 supervivientes fueron rescatados días después.
Gericault interrogo al carpintero que había construido la balsa y examino los cadáveres recuperados en el deposito, para pintar una tela majestuosa, llena de
dramatismo. Los contrastes de luz recuerdan a Caravaggio y las figuras fornidas a Miguel Ángel, dos artistas estudiados en Roma por el pintor francés. Movimiento,
luminosidad, dramatismo: todo un anuncio del Romanticismo

El cleptómano, 1822 La loca, 1822

Esta relacionado con la serie de retratos que Gericault pinto en colaboración con el psiquiatra E. Georget. En esta serie, es pintor francés intento penetrar en zonas
escondidas del sufrimiento y la irracionalidad, continuando las investigaciones que hizo sobre la psiquis de los supervivientes de "la balsa"

Eugene Delacroix
(1798 - 1863)
Durante treinta años fue el maestro
indiscutible del Romanticismo

Desde el punto de vista técnico, su paleta


evoluciona constantemente; antes de
1820 ha abandonado los colores terrosos
y los sustituye por los intensos y puros,
para desembocar en una exaltación de
los mas potentes -amarillo, rojo, naranja,
azul, verde, amarillo verdoso-. Pero el
color es para el solamente una forma de
elocuencia, una manera de subrayar los
gestos de arenga y las composiciones
exultantes.

Es sin duda el centro del movimiento romántico francés. Se formo en el taller del neoclasicista Guerin, siendo allí compañero de Gericault. Desde muy joven, empero, sus
preferencias apuntaban a Rubens y los venecianos. En 1822 el Salón acepto su obra La barca de dante, provocando esta decisión oficial una aguda controversia.
Escritores y periodistas salieron en su defensa. Un fenómeno parecido se repite en 1824 cuando presento La matanza de Quios, inspirada en la guerra de independencia
griega frente al poderío turco. El movimiento y el color dramáticos son notas descollantes de esta y del resto de sus obras, compartiendo así el modo de pintar de los
paisajistas ingleses.

Durante treinta años fue el maestro indiscutible del Romanticismo. Su éxito se repitió con la Muerte de Sardanápalo (1827) y sobre todo con La libertad guiando al
pueblo (1830) obra de patriótico y emotivo argumento. En su biografía, a partir de 1832, se destaca una etapa de temática oriental y musulmana, tras un viaje realizado
por el pintor a Maruecos.

Desde el punto de vista técnico, su paleta evoluciona constantemente; antes de 1820 ha abandonado los colores terrosos y los sustituye por los intensos y puros, para
desembocar en una exaltación de los mas potentes -amarillo, rojo, naranja, azul, verde, amarillo verdoso-. Pero el color es para el solamente una forma de elocuencia,
una manera de subrayar los gestos de arenga y las composiciones exultantes.

La barca de Dante, 1819


La matanza de Quios
1824

Con esta tela, el pintor toma partido por la causa de la independencia griega, lo mismo que Lord Byron, al plasmar la masacre de patriotas helenos a manos de los
turcos. Crueldad y sufrimiento recorren el primer plano de la escena, convirtiendo al espectador en testigo
La muerte de Sardanápalo, 1827

Recuerda a Rubens pro su exaltación del color cálido y del movimiento


La libertad guiando al pueblo, 1830

La libertad guiando al pueblo

Bandera. Al colocar el rojo de la tricolore sobre un pequeño claro azul del cielo, Delacroix hace que destaque sobre el resto. Los colores de la bandera se repiten en las
vestiduras del trabajador con la camisa azul situado a los pies de la libertad. Delacroix tenia una gran experiencia técnica y tenia tendencia a colocar ciertos tonos al lado
de otros o a repetir los mismos tonos en lugares diferentes de sus pinturas con tal de amplificar un ambiente o un mensaje

Cielo expresivo. El tratamiento que hace Delacroix del cielo capta el caos de las contiendas, una luminosa estratificación del cielo natural, la bruma provocada por el
humo y el resplandor de los disparos de la batalla. La tecnica de D. combina la expresividad del Romanticismo con los detalles mas realistas, consiguiendo así transmitir
emoción y a la vez mantenerse fiel a los hechos históricos. Con el tiempo sus pinceladas se irían volviendo mucho mas sueltas y densas

Pie de la libertad. La posición del pie de la libertad mientras avanza sobre las barricadas resume un momento trascendental de la batalla. La parte inferior de su vestido,
hinchada por el viento, también contribuye a crear movimiento y establece este acontecimiento como un momento histórico.

D. dominaba la técnica del claroscuro. Tuvieron mucho que ver con ello Gros y Gericault. Los fuertes contrastes entre las sombras y las partes iluminadas, y la intensidad
de los colores, aumentan el dramatismo de la escena y resaltan las figuras principales

Colon y su hijo en La Rábida, 1838


Romanticismo Alemán

• La época de esplendor romántica coincide con un extraordinario esplendor de la


cultura alemana, del que son cumbres Beethoven, Goethe, Schiller.
• A pesar de ello, el arte romántico alemán paso desapercibido hasta época reciente.
Dos procesos lo enmarcaron: nacionalismo y religiosidad.
• Nación dividida tras los acuerdos del Congreso de Viena, el sentimiento nacional
inspiro a poetas y pintores; patria de la reforma luterana, los artistas protestantes o
católicos insu;laron un renovado fervor a su creación en los albores del siglo XIX.
Casper David Friedrich
(1774 - 1840)

Cultiva una  metafísica  de la  luz, propia


del  cristianismo  neoplatónico. Aparece
en sus paisajes la dualidad: el cuerpo y
el alma, lo terrenal y lo espiritual,
generalmente representados por el
primer plano donde están las personas
(lo humano) y los planos posteriores, en
los que aparece el paisaje en toda su
grandeza (lo divino).

Entre los pintores románticos germánicos, destaca la personalidad enigmática de Casper David Friedrich. Desde su primer paisaje religioso, La Cruz en la Montaña, el
pintor intento representar sentimientos místicos antes que lugares concretos.

Su concepción del arte como expresión de visiones interiores quedo recogida en sus aforismos "Cierra el ojo físico para ver primero tu cuadro con el ojo espiritual". Y
con no menor claridad en sus pinturas, en las cuales situaba de espaldas a un personaje minúsculo, enfrentado a la grandeza del mar o de las montañas, como hombre
solitario inerme ante las fuerzas inexorables del destino. En Monje a orillas del mar, la soledad y la indefension asumen una intensidad agobiante. Por su tendencia a
representar espacios opresivos se convirtió en un ídolo para los surrealistas del siglo XX.

La cruz en la Montaña
1807

- La cruz en la montaña. Es una tinta sepia prodigiosa. COn una sola tonalidad, en la que introduce tonos mas o menos intensos para conseguir claros y oscuros, una
cruz recibe por detrás los rayos del sol naciente. Religiosidad y misterio, los dos valores del romanticismo germano, se funden aquí.

Abadía en el robledal, 1809


Monje a orillas del mar, 1809
Viajero en un mar de
niebla
1818

Viajero en un mar de niebla. Condensa los valores del arte de Friedrich: el hombre solitario ante el destino, la visión interior que se asoma a los misterio de la naturaleza,
las lejanías vaporosas que envuelven valles y montañas en una atmosfera religiosa.

Algunos elementos que se repiten en sus obras tienen un claro simbolismo religioso:

• El color violeta (y, en general, el contraste entre la oscuridad de la parte inferior de la pintura o primer
plano, y la claridad en la parte superior representando el fondo) era, y no sólo para Friedrich, el color del
duelo y la melancolía. Se sospecha que la base de semejantes obras sea la condición depresiva de
Friedrich.

• La experiencia de la naturaleza en el mundo germánico. Para Friedrich era un acontecimiento religioso


místico muy personal.

• El camino de la vida de los humanos está representado a través de barcos que aún están en el mar, pero
que se acercan al puerto, que se iguala con el logro o la muerte.

• La base sobre la que se asientan los humanos es, frecuentemente, una roca de gran tamaño. Según
Friedrich representa la fe, imperturbable y firme.

• La nieve aparece en numerosos cuadros de Friedrich. A diferencia de la pintura rococó, de la del siglo


XVI y XVII, no es una helada temporal, sino como algo cercano a la muerte. El invierno, por preceder al
renacimiento de la naturaleza, simboliza la idea cristiana de la resurrección.

• Los abetos, perennes y resistentes al paso del tiempo, eran entendidos, tanto por Friedrich como por sus
contemporáneos, como una referencia a la eternidad, siendo así un símbolo de esperanza cristiana.
Los nazarenos

• Dirigida por Overbeck, y con la participación posterior de Peter Von Cornelius, la


escuela, organizada en Hermandad con sede en Roma (Hermandad de San
Lucas), proporciono escenas de la vida de Jesús inspiradas en los grandes
artistas del Renacimiento, Fran Angélico en una primera etapa, Rafael
posteriormente, antes de incorporar por decisión de Cornelius el estudio de los
grabados de Durero.
• El enlace del Romanticismo con el Renacimiento fue muy estrecho en los
nazarenos. incluso en su respeto por el dibujo y las composiciones serenas de
cuño rafaelesco.
Johann Friedrich Overbeck
(1789 - 1869)
• Pintor muy representativo de
la ideología de la hermandad
de San Lucas

• Se dedica principalmente a
temas religiosos, siendo su
intención renovar el genero

• Todas sus obras están


marcadas por el fervor
religioso, estudio cuidado y
ejecución seca, severa

• Colores poco intensos


Retrato de Franz Pforr
1810
María e Isabel con Jesús y
Bautista niños
1825
Overbeck, 1825 Rafael, 1506
Italia y
Germania
1828
El triunfo de
la religión
en las artes
1840
Overbeck, 1840 Rafael, 1510
Peter von Cornelius (1783 - 1867)

José interpreta el sueño del faraón, 1811


Los paisajistas Ingleses

• La labor de los paisajistas ingleses, Constable y Turner, exhibe el empirismo ingles, tan cercano a
la naturaleza, y una sensibilidad que se encuentra en la escuela de escritores de los lakistas
escoceses, de ;inales del siglo XVIII
• A diferencia de los románticos franceses no les atraen los temas políticos, quizás porque el
sistema parlamentario británico les tenia habituados a un marco de libertad y la isla escapa a los
coletazos de las revoluciones de 1830 y 1848
John Constable
(1776 - 1838)

• El primer paisajista moderno

• La luz y sus reflejos es su


constante preocupación

• Gozó de escasa estima en


Inglaterra por sus cuadros
“descuidados”

Es uno de los primeros paisajistas modernos; acude a pintar al aire libre y huye del taller, actitud que hace presentir el Impresionismo. El tratamiento de la luz, de sus
reflejos y movimientos, es constante preocupación. Su obra El carro de Heno, expuesta en Paris en 1824, entusiasmo a los románticos e irrito a los neoclásicos por su
falta de idealismo. En Inglaterra gozo de escasa estima, pues se tachaba a sus cuadros de "descuidados" y se censuraba su afirmación de que "la línea no existe en la
naturaleza". Varias veces explico el pintor que su preocupación era captar la luz en lo grande (la tela debe estar llena de luz, de chorros que descienden del cielo sobre
prados y colinas) y en lo pequeño (ha de vibrar en los objetos e incluso en las sombras).

A Delacroix le confeso que la viveza de sus verdes se debía a que cada pincelada era la superposición de una serie de tonos verdosos diferentes. Esas pinceladas,
"bardas y rudas, que ofenden al tacto", decía el critico Nodier, admirado de que a cierta distancia el cuadro tuviese tanta vitalidad, sirvieron al maestro ingles para captar
el viento, la lluvia, la tempestad.

El carro de Heno, 1824


La catedral de Salisbury, 1828

La catedral de Salisbury. Los efectos de luz, la carga emotiva con que se contempla el paisaje y sobre todo la técnica de apliques sueltos de color con la espátula
anticipan valores del Impresionismo. La luminosidad se enseñorea del cuadro y estalla victoriosa en torno a la desafiante aguja gótica de la catedral.

Joseph Mallord William Turner


(1775 - 1851)

• Uso libre y provocativo del


color

• Experimentador constante

De carácter extravagante, llevo todavía mas lejos el libre uso y el valor provocativo del color, utilizado de forma exuberante. Dejo una abundantísimo obra en la que no es
fácil seguir la evolución de su técnica por su habito de realizar constantes experimentaciones, tal y como vemos en sus cuadros La décima plaga de Egipto (1802), El
ultimo viaje del buque de guerra Temerario (18339) o el Camposanto de Venecia (1840); en todos ellos atiende de modo especial a los fenómenos atmosféricos. La luz y
el color no son realidades visuales, como en Constable, sino visiones imaginarias que nos distancias de los datos de los sentidos para introducirnos en evocaciones
oníricas.

La decima plaga de Egipto, 1802


El último viaje del buque de Guerra “El temerario”, 1839
El camposanto de Venecia, 1840
Tormenta de nieve, 1842
Lluvia, vapor y velocidad, 1844

- Lluvia, vapor y velocidad, 1844. Mas alejado de la realidad que Constable. Turner, al diluir las formas, da rienda suelta a emanaciones de su imaginación. La lluvia mas
parece sueño que observación.

Richard Parkes Bonington


(1802 - 1828)

Dentro de la línea paisajística y de gran


valoración del color
Pintor excelente, de vida muy corta y que
trabajo en Paris.
Pudo ser una gran ;igura por su dominio
de la acuarela y la pincelada, en las que
anuncia a los pintores de Barbizon
William Blake
(1757 - 1827)

Artista extraño y visionario, pero de


notable peso en la pintura del siglo XX,
pues es considerado un efectivo
precursor del surrealismo

Artista extraño y visionario, pero de notable peso en la pintura del siglo XX, pues es considerado un efectivo precursor del surrealismo. Se formo en el grabado y aunque
cultivo especialmente la acuarela, le preocuparon otras muchas parcelas del arte (en particular la poesía). Un habito simbolista inspira sus numerosas obras de tema
bíblico, tanto pintadas como grabadas, para ilustrar la edición de los libros sagrados; citemos entre ellas La conversión de Saulo o El descanso de la Sagrada familia
durante la huida a Egipto

El gran dragón rojo


y la mujer vestida de sol
Ilustración, 1805
El anciano de los días
Newton
La ascensión, 1805

- La ascensión. El espíritu visionario convierte las imágenes en comunicaciones del mundo interior; y desde el punto de vista formal, los colores intensos y las posturas
convulsas marcan los inicios del Romanticismo en Inglaterra.

Escuela de Barbizón

• Entre el Romanticismo y el Realismo, el núcleo de


Barbizón se esfuerza por observar la naturaleza
pero no con la intención de idealizarla, sino con el
compromiso de copiarla fielmente hasta el último
detalle
Camille Corot
(1796 - 1875)

Aunque recibe una formación clásica se forja


como paisajista en sus estancias en Italia, en
donde practica la pintura directamente de la
naturaleza.
Considerado un puente entre los serenos
paisajes de Lorena y de los impresionistas, su
pincel es de colores suaves, íntimos y sin
estridencias; su estudio de la luz es
constante y su experiencia visual esta abierta
a una incesante renovación.
La danza de las ninfas
El puente de Narni, 1826
Estas características, que afloran en obras tan descollantes como La danza de las ninfas, El palacio de los papas de Avignon o la Catedral de Chartres (1830), le hacen
figurar como el primero de la larga serie de paisajistas franceses, que sin ser catalogables como románticos hacen sin embargo de la naturaleza serena su marco
pictórico y vital.

Vista del foro, 1826


La piazzetta, 1835
Niña peinándose

- Niña peinándose. Lo mismo que en sus paisajes, Corot consigue en sus retratos una atmosfera suave de luces y posturas, en las que resplandecen todas las armonías
de la Escuela de Barbizon.

Théodore Rousseau
(1812 - 1867)

• Jefe indiscutible de la Escuela


de Barbizón

Si Corot es un personaje que, aunque no niega la influencia inglesa, preserva su independencia de los estilos y escuelas de su entorno y en ese camino solitario entra en
comunión con la naturaleza, el descubrimiento y disfrute colectivo del paisaje se va a hacer en Francia en el seno de la Escuela de Barbizon. Su jefe indiscutible es
Theodore Rousseau (1812 - 1867) y dicho colectivo va a protagonizar una etapa necesaria entre el Romanticismo y el Impresionismo.

Entre estos dos movimientos, el núcleo de Barbizon se esfuerza por observar la naturaleza pero no con intención de idealizarla sino con el compromiso de copiarla
fielmente hasta el detalle. Buen ejemplo son la obras de Rousseau, Linde del bosque en Fointenebleau y EL roble de la rocas, pintadas en campo abierto y que caen
incluso en cierto fotografismo. Su oposición radical al arte oficial fue la causa de que sus obras fueran constantemente rechazadas por los jurados del Salón, al que solo
conseguirían acceder después de 1848.

Bosque de
Fointenebleau
Encinas, 1852
Los grandes robles del viejo Bas Breau, 1864
Otro miembro de Barbizón, Daubigny (1817 - 1878)

La cosecha, 1851
El estanque de Gylieu, 1853
Barcos en la costa de Etaples, 1871
El romanticismo español
Federico de Madrazo
(Roma, 1815 - Madrid 1894)

• Aunque consigue sus


mayores éxitos en el retrato,
su pertenencia al movimiento
queda atestiguada en
cuadros de historia

Fue director del museo del prado de 1860 a 1868 y de 1881 a 1894
El gran capitán contemplando el cadaver del duque de Nemours

Este lienzo es una de las obras fundamentales de la pintura del Romanticismo español, así como el primer cuadro importante de este género realizado por Federico de
Madrazo a lo largo de su fecundísima carrera, que dedicaría después de forma prácticamente exclusiva a la pintura de retratos. Así, realizado en tamaño poussinesco es
decir, a un tercio del natural, siguiendo la moda académica de esos años, el lienzo representa el episodio en que Luis de Armagnac, duque de Nemours, conde de Guisa
y virrey de Nápoles, cayó muerto de un tiro de arcabuz durante la batalla que el 28 de abril de 1503 sostuvieron tropas francesas a su mando en la pequeña localidad
italiana de Ceriñola, defendida por el ejército español a las órdenes de Gonzalo Fernández de Córdoba (1453-1515), en una de las victorias más celebradas de las tropas
enviadas a Italia por los Reyes Católicos para recuperar el reino de Nápoles, arrebatado por los franceses a la Corona de España. Al día siguiente del combate, con las
primeras luces del alba, el Gran Capitán recorrió con sus oficiales el escenario de la lucha, sembrado con cerca de tres mil muertos y heridos, entre los que halló el
cadáver del joven noble. Lleno de pesadumbre y dolor, el general español mandó trasladar el cuerpo del duque de Nemours a la Iglesia de San Francesco de Barletta,
donde fue sepultado con todos los honores de su rango. En la mitad izquierda de la escena aparece el cortejo de lanceros y oficiales armados que acompañan al Gran
Capitán, distinguiéndose entre ellos la figura de un noble con barba cana y collar de oro, que representa al príncipe Marco Antonio Colonna. Un jinete con armadura y el
paje de Fernández de Córdoba, situados en primer término, de espaldas al espectador, cierran la composición por este flanco, viéndose tras la grupa de la cabalgadura
los rostros de otros dos lanceros, sin duda también retratos del natural.

Como sucedería a lo largo del siglo con otras grandes obras del género, en este ambicioso lienzo histórico Federico de Madrazo no se resistió a tomar como modelo Las
Lanzas de Velázquez, no sólo en su disposición escénica, sino además en la interpretación misma del acontecimiento histórico, subrayándose, como en el cuadro
velazqueño, la nobleza del carácter español, que se compadece caballerosamente del enemigo vencido. Formalmente, la situación de los cuartos traseros del caballo
del extremo izquierdo para dar profundidad a la composición, el grupo de las cabezas de los soldados y las lanzas enhiestas recortándose en el cielo plomizo son
recursos extraídos directamente por Madrazo del lienzo de Velázquez, así como el detalle de autorretratarse en el extremo derecho de la composición, justo encima de
su firma, exactamente en el mismo lugar en que aparece el considerado tradicionalmente como autorretrato del sevillano en La rendición de Breda, a la misma altura que
el papel destinado a la signatura, pudiendo rastrearse además un claro recuerdo del Entierro del conde de Orgaz del Greco en el grupo que sostiene el cuerpo inerte del
Antonio Esquivel
(Sevilla, 1806 - Madrid, 1857)

Venus Anadiomede, 1838


Retrato equestre
de Prim
1850
Los poetas contemporáneos. Una lectura de Zorrilla en el Salón del Pintor, 1846

El cuadro más famoso de Esquivel y pieza capital del Romanticismo español. Considerado como máximo testimonio gráfico del ambiente intelectual bajo el reinado de
Isabel II (1830-1904), este lienzo reúne de forma ficticia a las personalidades culturales más relevantes contemporáneas a Esquivel. En su composición se aúna la
complejidad del retrato colectivo junto al esquema de gabinete del barroco flamenco, al detenerse en cada detalle del taller del pintor, pudiéndose identificar y analizar
las obras y gustos del artista.

Según el orden de la cartela grabada que acompaña a este cuadro, de izquierda a derecha, pueden identificarse los siguientes personajes: Antonio Ferrer del Río
(1814-1872), Juan Eugenio Hartzenbusch (1806-1880), Juan Nicasio Gallego (1777-1853), Antonio Gil y Zárate (1793-1861), Tomás Rodríguez Rubí (1817-1890), Isidoro
Gil y Baus (1814-1866), Cayetano Rosell y López (1817-1883), Antonio Flores (1818-1866), Manuel Bretón de los Herreros (1796-1873), Francisco González Elipe, Patricio
de la Escosura (1807-1878), José María Queipo de Llano, conde de Toreno (1786-1843), Antonio Ros de Olano (1808-1887), Joaquín Francisco Pacheco (1808-1865),
Mariano Roca de Togores (1812-1889), Juan González de la Pezuela (1809-1906), Ángel de Saavedra, duque de Rivas (1791-1865), Gabino Tejado (1819-1891),
Francisco Javier de Burgos (1824-1902), José Amador de los Ríos (1818-1878), Francisco Martínez de la Rosa (1787-1862), Carlos Doncel, José Zorrilla (1817-1893),
José Güell y Renté (1818-1884), José Fernández de la Vega, Ventura de la Vega (1807-1865), Luis de Olona (1823-1863), Antonio María Esquivel, Julián Romea
(1818-1863), Manuel José Quintana (1772-1857), José de Espronceda (1808-1842), José María Díaz ( 1888), Ramón de Campoamor (1817-1901), Manuel Cañete
(1822-1891), Pedro de Madrazo y Kuntz (1816-1898), Aureliano Fernández Guerra (1816-1891), Ramón de Mesonero Romanos (1803-1882), Cándido Nocedal
(1821-1885), Gregorio Romero Larrañaga (1814-1872), Bernardino Fernández de Velasco y Pimentel, duque de Frías (1873-1851), Eusebio Asquerino (h.1822-1892),
Manuel Juan Diana (1814-1881), Agustín Durán (1793-1862).

Esta obra se presentó por primera vez en la exposición anual de la Real Academia de San Fernando de 1846. Procede del Ministerio de Fomento, desde donde pasó al
Museo del Prado por Real Orden de 17 de abril de 1886. En 1896 pasó a formar parte del desaparecido Museo de Arte Moderno
Don Manuel José de Guerrico Espronceda
Joaquim Espalter
(Sitges, 1809 - Madrid, 1880)

Moises transportado al cielo, 1840


La familia Flaquer, 1840 - 1845
Valeriano Domínguez Becquer
(Sevilla, 1833 - Madrid 1870)

La corrida de Toros, 1868


Leonardo Alenza y Nieto
(Madrid, 1807 - 1845)

Un guiñol ambulante, 1835


Eugenio Lucas
(Madrid, 1817 - 1870)

• Junto con Alenza el costumbrismo romántico toma


una dirección distinta en la llamada “veta brava”

• Indiscutible aliento goyesco

• Temática: personajes populares, toreros,


manoplas, bandoleros, corridas de toros, procesos
inquisitoriales y aquelarres
Dos majos y dos majas
2º tercio XIX
La lavativa
Condenada por la inquisición
1860
Aquejare. 1855
Oleo sobre hojalata
Revolución en la puerta del sol, 1854

En el arte de Lucas se unen admirablemente la influencia de Goya y la atmósfera y rasgos del Romanticismo. La escena se concibe en la estela de Goya, de su cuadro
sobre la carga de los mamelucos el dos de mayo, pero las luces y el movimiento conectan mucho con Delacroix
Jenaro Pérez de Villaamil
(Ferrol, 1807 - Madrid, 1854)

Vista de la ciudad de Fraga y su puente colgante


Carlos de Haes
(Bruselas, 1829 - Madrid, 1898)

• El canal de
Pancorbo en Picos
de Europa, 1876
El Realismo Pictórico
Características
• Definitiva implantación de la burguesía

• Positivismo filosófico de Auguste Comte, quien


considera la observación y la experiencia como
única fuente de conocimiento

• Conciencia social de los artistas

• Desencanto por los fracasos revolucionarios

En las decadas centrales del siglo XIX, el Romanticismo y su idealizacion de la Historia, de la sociedad y sobre todo de la naturaleza, cuyo tratamiento era un motivo de
pura evasion, deja paso a una corriente de interes por la realidad concreta. A este cambio contribuyen procesos diversos:

a) La definitiva implantacion de la burguesia, que ahora olvida los principios solemnes que enarbolo en 1789 y prefiere saborear los placeres de la vida; para los artistas
constituye una clientela poco propicia a aplaudir los temas intimos o de evasion

b) El positivismo filosofico de Auguste Comte, quien consideraba la observacion y la experiencia como unicas fuentes de conocimiento. La postura de analisis de la
realidad gana tambien a los escritores: Zola describe el sistema de recogida de materiales que debe seguir el novelista; "lo que yo quiero son hechos", exclama un
personaje de Dickens

c) La conciencia en los artistas de los terrribles problemas sociales de la industrializacion: trabajo de niños y mujeres, horarios extenuantes, viviendas insalubres. Dickens
coincide con Courbet, por poner solo dos ejemplos, en estimar que la mision del artista, descendiendo de los olimpos de las ideas abstractas y de las evasiones
esteticas, estriba en la denuncia de estas lacras.

d) El desencanto por los fracasos revolucionarios de 1848 es el estimulo inmediato; el arte abandona los temas politicos, del tipo de La libertad guiando al pueblo de
Delacroix o La Marsellesa de Rude, y se econcentra en los temas sociales.

El realismo se niega a idealizar las imagines; hombres y mujeres son representados en sus tareas normales y el tema de la fatiga se convierte en motivo fecundo de
inspiracion. La serie la inicia Millet en el año 1848, al nviar al Salon una pintura que representa a un aldeano cribando trigo.

Jean - François Millet


(1814 - 1875)

Es un pintor ;irmemente ligado a la tierra, en


la que trabajaba para obtener un sustento
complementario. Infunde en sus cuadros una
sencillez y calma que el propio pintor a;irma
encontrar tan solo en los bosques y en los
campos.
Un espíritu de fraternidad humana inspira
sus temas, incluso cuando re;lejan el
esfuerzo del trabajo, por lo que se aleja
claramente del efectismo y de la teatralidad
de los románticos.
Todas estas características pueden
observarse en obras como Los leñadores,Los
canteros, La colada, El sembrador y sobre
todo, El Ángelus.
Los leñadores, 1850
El sembrador, 1850
El ángelus, 1857

- El Angelus. Los personajes de Millet son seres dignos en un ambiente de sencillez y calma, que resaltan sus masas sobre los fondos y las luces doradas de los
cuadros.

Las espigadoras, 1857

Las espigadoras

1. Paisaje. Millet era un verdadero maestro de la pintura de paisajes y destacaba por su representacion naturalista de escenas campestres. EN las espigadoras Millet
pinta un paisaje pastoral idilico bañado por la calida luz del atardecer. El paisaje contrasta notablemente con el extenuante trabajo de las tres espigadoras

2. Terrateniente. La figura monatda a caballo que puede verse al fondo , corresponde al terrateniente, que supervisa la cosecha de los campesinos. Millet representa al
duaño de las tierras como una figura borrosa e inactiva en las distancia, algo que subraya la dificil situacion de las espigadoras

-3. Espigar. El verbo espigar hace referencia a la actividad que consiste en recoger las espigas que no han recojido los grajeros durante la cosecha. Las tres mujeres
representan las tres fases del proceso de espigar: buscar las espigas, recogerlas y atarlas para formar fajos. En aquella epoca, era una de las principales actividades de
los campesionos franceses. Millet dirige la mirada del observador a la labor de los campesinos y la aleja de la cosecha del terrateniente.

-4. Sombreros rojos y azules. Los colores intensos de los sombreros de las campesinas destacan sobre el suave paisaje dorado. El tono de los colores se intensifica
gracias a la luz del ocaso y dirigen la mirada hacia las mujeres agachadas, lo que acentua su dedicación a la tierra. Los sombreros de color rojo y azul y las mangas
blacas de la mujer del centro recuerdan a los colores de la bandera francesa, un importante simbolo en el clima de agitacion politica que vivio francia durante el siglo
XIX.
Pastora con su rebaño, 1864
Honoré Daumier
(1808 - 1879)

Es uno de los mayores dibujante sde su


generación (La sopa; Escenas de Don
Quijote, etc), que pueden ser considerados
como las únicas concesiones románticas.
Su realismo esta al servicio de la causa
republicana y en pugna con el orden
establecido. Sus temas evocan el mundo de
la marginación (Los presos, Los mendigos)
y de los gestos reivindicativos (El motín)
La sopa
Ilustraciones de El Quijote
Los presos, 1860
Crispín y Scapin, 1860
- Crispin y Scapin. El dibujo caricaturesco serpenteante entre manchas onduladas y la luz de las candilejas llevan el realismo al limite del naturalismo.

Vagón de tercera
Vagón de tercera
Gustave Courbet
(1819 - 1877)

Destaca por tratar, con sincera ternura, los


temas cotidianos de las gentes sencillas,
hombres silenciosos concentrados en su
trabajo, mujeres que echan la harina,
colocados en un primer plano para resaltar
su tristeza o su comunicabilidad con el
espectador.

Hubo de esperar a la Revolución de 1848 y la suspensión del sistema de jurados para ser admitido en el Salón; incluso después su pintura siguió provocando enormes
polémicas por los temas elegidos (personajes vulgares como los de Un entierro de Ornans, 1849) y por sus ideas programáticas sobre are. Llego a montar una muestra
paralela a la Exposición Universal de 1855, destacando entre sus obras allí reunidas su cuadro El taller. Su trayectoria artística se confunde con una febril actividad
politica, llegando a ser director de Bellas Artes durante La Commune de 1871. Al termino de esta experiencia revolucionaria tuvo que exiliarse en Suiza, donde falleció en
1877. SU activismo revolucionario se remanso al tratar, con sincera ternura, los temas cotidianos de las gentes sencillas, hombres silenciosos concentrados en su
trabajo, mujeres que echan la harina, colocados en un primer plano para resaltar su tristeza o su comunicabilidad con el espectador.

Un entierro en Ornans, 1849 - 1850


El taller, 1855

El taller, que enfurecio a los moralismtas y concito la admiracion del rebelde estudiantado, resume su mundo social. A la derecha, sus amigos, los artistas; en el centro, el
pintor con su musa, la Realidad; a la izquierda, los miserables y quiens viven explotando su miseria. En este ultimo grupo, de colores oscuros y textura suelta, donde se
expooenen de forma mas directa los objetivos del Realismo.
Autorretrato con perro negro, 1842
Los canteros, 1849
Retrato de Proudhon y sus hijas, 1865
El sueño, 1866

Oleo sobre lienzo

Museo de bellas artes de Paris

Al no estar previsto su exposición al público, el artista se tomo mayor libertad para abarcar el tema

El sentido de la expresión, el movimiento y la presencia que el artista confiere a las figuras pone de relieve su compromiso de pintar realmente lo que veía

Courbet escandalizó a sus contemporáneos erotizando el desnudo y transgrediendo su tratamiento clásico.

El jarrón con flores. Como la pintura de Manet, Olimpia, esta obra incluye un ramo de flores en su composición. Aunque aparece como un elemento decorativo, situado
en una esquina de la pintura, el jarrón esmaltado también simboliza la sexualidad femenina, el tema central de la obra. Aquí las flores están contenidas en un jarrón con
forma de matriz, algo que contrasta con la aparente despreocupación sexual de las durmientes mujeres desnudas.

Las joyas. Dispuestas sobre la mesilla y los adornos desperdigados son los indicios de la lujosa decadencia que domina la pintura. El rico esquema cromático
compuesto por las cortinas azules, las sabanas rosadas y las perlas blancas muestra una escena llena de lujo e indulgencia

Pieza de Cristal. Una de las principales preocupaciones de los realistas era transmitir la realidad de su entorno y centrarse en la visualización de lo que el ojo veía. El
ornamento de cristal pintado que puede verse sobre la mesilla de noche pone de manifiesto esta preocupación. Los pintores realistas solían visualizar la transparencia
de cristal. Este tipo de objetos no son elementos clave de esta composición; aun así, el artista los representa con gran fidelidad.
El origen del mundo, 1866
La trucha
Hombre sorprendido
El realismo Inglés
• Aquí el realismo se manifiesta de un modo muy peculiar y contradictorio. Se va a crear una
asociación de pintores llamada “Hermandad prerrafaelista” que criticará al retórico arte oficial y el
modo de vida burgués.

• Es un movimiento místico-religioso y pictórico, contemporáneo del realismo que surge en Inglaterra


hacia 1848 y cuyo principal teórico fue el crítico John Ruskin.

• Defendían la vuelta a un arte primitivo, sin convencionalismos, simple imitación de la naturaleza,


como el que habían realizado los maestros italianos anteriores a Rafael.

• Defienden también los valores religiosos medievales en oposición a la nueva mentalidad surgida con
la aparición de la sociedad industrial, acercándoles al romanticismo sentimental.

• Para ellos la pintura debe poseer un carácter trascendente, místico y religioso, que eleve moralmente
al espectador: se apartan de este modo de la concepción que de la pintura tenían los seguidores de la
tendencia realista. Su técnica es minuciosa y detallista, subordinando el color al dibujo y a la línea.

• Los temas serán muy variados: paisajes, retratos, religiosos, asuntos medievales, etc.
Dante Gabriel Rossetti
(1828 - 1882)

Es el fundador de la hermandad. Hace figuras muy


lánguidas, por su temperamento enfermizo. Su obra
define todo el refinamiento arcaizante y melancólico
del Prerrafaelismo

Admiraban el arte italiano y quería huir de las paletas cromáticas sombrías y las rígidas convenciones temáticas.

Pintaban con una asombrosa fidelidad a la naturaleza

Ya pintaban en exteriores, anticipándose a los impresionista.

Aplicaban primero una capa de pintura blanca al lienzo y después iban pintando con diferentes capas de color antes de que se secara por completo. Este fondo de
blanco húmedo confería a las pinturas prerrafaelistas una luminosidad que recordaba al renacimiento temprano

Venus venticordia
La anunciación, 1850
John Everett Millais
(1829 - 1896)

En el se aprecian las contradicciones del


Prerrafaelismo, como el realismo y el
detalle por un lado, frente a la concepción
general literaria, blanda y sensiblera.
Cristo en casa de sus parientes, 1850

Cristo en casa de sus padres, Millais

-1. Rebaño de ovejas. A través de la puerta abierta puede verse un rebaño que recuerda al observador que Jesús es el Cordero de Dios, en referencia al hecho de que va
a ser sacrificado para redimirle pecado humano. El interés que muestran los animales por la escena hace pensar en Cristo el Pastor y en su rebaño de fieles

-2. Taller de Carpintería. Millais encontró un taller de carpintería en Oxford Street y allí permaneció varias horas dibujando la escena,desde las herramientas de la pared
trasera hasta los tablones de madera que pueden verse en una esquina. En su esbozo preliminar, las herramientas de la pared formaban una cruz

-3. Hombre trabajando. El torso desnudo de José ofendió a la remilgada convención victoriana, furiosa por el hecho de que Millais hubiera representado a la sagrada
familia como una familia ordinaria. Decadas mas tarde, Millais seria considerado un maestro del realismo; pero en 1850 fue acusado de balsfemia

-4. Juan. Juan viste una piel de animal, una referencia a su posterio ascetismo. El cuenco con agua es tambien una referencia al bautizo de Jesus que llevaria a cabo
años mas tarde y al lavado de los pecados de lso hombres. Su actitud es humilde, como si fuera consciente de la verdadera naturaleza de Jesus.

-5. Mano herida. La pintura esta repleta de simbolos cristianos. La mano de Jesus sangra, como si estuviera marcada por los estigmans. En su mano puede verse el
corte, pero tambien dibuja un gesto9 de bendicion, un gesto muy habitual en las representaciones de Cristo adulto

Mariana, 1851
Ofelia, 1852
La paz ha concluido
1856
Ford Maddox Brown
(1821 - 1893)

Hace un cántico al poder del hombre


para transformar la realidad

Jesús lavando los pies de Pedro


LA dama de Shalott, 1888

John William Waterhouse (1849 - 1917)

“Y en la oscura extension rio abajo / - como audaz vidente en trance, / contemplando su infortunio - / con turbado semblante / miró hacia camelot”
Alemania

• Adolf Menzel , muy influido


por Constable. Es un gran
paisajista, siempre buscando
los efectos de luz

Cuarto del Balcón, 1845


Italia

• Giuseppe Palliza di Volpedo

El cuarto estado, 1901


El realismo en España

• Tuvo dos posturas o tendencias: El detallismo y la


pintura de historia
• EL DETALLISMO COSTUMBRISTA
Mariano Fortuny
(Reus,1838 - Venecia,1874)

• Anticipa el impresionismo.

• Hereda parte de la temática romántica, pero su lenguaje y técnica pictórica es minuciosa y


efectista.

• Fue un gran colorista: destaca en su pintura la brillantez y luz del color, consiguiendo efectos
de luz casi impresionistas en la pintura al aire libre.

• Aplica la materia mediante pinceladas menudas; al final de su vida predomina la luz y el


color aplicado a base de grandes manchas.

• Siempre trata de dar una visión poética e idealizada de la realidad.


• Trata temas de historia, costumbristas, retratos, etc., introduciendo el elemento exótico
La batalla de Wad - Ras, 1860
Batalla de Tetuán, 1862
Fantasía sobre Fausto, 1866
La vicaría, 1870

Es una tela costumbrista, muy al gusto de la época con la alcanzo una enorme fama y disfrutó de una desahogada posición económica.

Obra cumbre del realismo español, una de cuyas corrientes de el costumbrismo.

El autor observo tipos, vestidos y ambientes de las oficinas eclesiásticas cuando preparaba su boda con la hija de Madrazo.

Fortuny, empleando la tecnica goyesca de la mancha suelta, represento una escena encantadora, rebosante de tipos humanos
Ramón María Alsina
(Barcelona,1826 - 1894)

• Retrato en su
pintura la vida
cotidiana de las
clases bajas y el
pueblo trabajador

La siesta
• Pintura de historia

Los temas de historia son los más representativos del realismo español. Suelen ser cuadros de grandes proporciones con numerosas figuras y excesivos detalles
secundarios que llegan, en ocasiones, a desvirtuar el asunto principal. Interesa más la representación del tema que la calidad artística: gran erudición y documentación
en la preparación y ambientación del tema por lo que el cuadro de historia pierde la exaltación y el idealismo del romanticismo, y suelen ser más minuciosos y detallistas.
A este tipo de pintura se le suele llamar Realismo retrospectivo, por aplicar al pasado técnicas similares que otros artistas emplean par pintar tipos y acontecimientos del
presente.

Eduardo Rosales
(Madrid, 1836 - 1873)

• Sensación de atmósfera real en los cuadros.

• Pintor de gran calidad, cuya pincelada valiente y


entonación clara preludia el impresionismo
Testamento de Isabel la Católica, 1864

Los juegos de luces y la composición se concentran en un punto y eliminan los datos innecesarios y la retórica de otras obras históricas
Muerte de Lucrecia
José Casado del Alisal
(Villada, 1832 - Madrid 1886)
La rendición de Bailén

Casado del Alisal llegó con este lienzo pintado en París a su personal descubrimiento de la pintura de Velázquez y a la conquista de un nuevo realismo para la pintura
española de género histórico. Sin embargo, frente a la inspiración tradicional de los pintores de historia en el glorioso pasado español en torno al reinado de los Reyes
Católicos y los esplendores del imperio, Casado volvió los ojos en este caso hacia un pasaje mucho más cercano a la propia contemporaneidad del artista, al evocar uno
de los momentos cruciales de la entonces cercana guerra de la Independencia (1808-1814); episodio especialmente sensible todavía para la sociedad de su tiempo, y
que gozaría a partir de entonces de un destacado protagonismo entre los monumentales lienzos de historia.

En efecto, el cuadro representa la capitulación del ejército francés ante las tropas españolas tras consumarse la primera gran derrota sufrida por el invasor en las
cercanías de Bailén (Jaén), el 19 de julio de 1808. Concretamente, la escena inmortaliza la entrevista que celebraron pocos días después Francisco Javier Castaños
(1756-1852), capitán general de Andalucía y jefe de las tropas españolas, y el general Pierre-Antoine Dupont de l`Étang (1765-1840), comandante en jefe del Cuerpo de
Observación de la Gironda y uno de los más grandes estrategas de Napoleón, con el propósito de fijar las condiciones de la rendición. Castaños, al frente del ejército
español, compuesto por militares regulares y guerrilleros del pueblo, saluda respetuoso y con gesto afable al francés vencido, quitándose el bicornio mientras se inclina
en cortés reverencia. Por su parte, Dupont, con actitud seria y orgullosa, responde a este ademán abriendo sus brazos en señal de completa rendición, declarándose
prisionero tras entregar su espada -hasta entonces invicta- al general español.

A pesar de la apariencia de creíble veracidad histórica que Casado logró infundir a la narración compositiva de la escena, la rendición de Bailén no tuvo lugar en el
mismo campo de batalla ni ante los cuatro jefes de las divisiones españolas: Reding, Coupigny, Jones y Lapeña, sino que fue firmada en una casa de postas de Andújar
el 22 de julio, sin que estuvieran presentes los dos primeros generales españoles ni el francés Gobert, que había muerto pocos días antes en los enfrentamientos de
Mengíbar. Como resulta obvio, a la hora de componer la escena de esta famosa capitulación, José Casado del Alisal quiso rendir un claro homenaje a La rendición de
Breda de Velázquez distribuyendo de forma muy semejante los grupos de los dos ejércitos, tras los que también se despliega una visión panorámica del escenario del
combate, haciendo asimismo hincapié en el comportamiento respetuoso del representante español ante el enemigo vencido. Los mástiles de los banderines y enseñas
Antonio Gisbert (Alcoy, 1835 - París, 1902)
El fusilamiento de Torrijos

Obra maestra de toda la producción de Gisbert, este impresionante cuadro es también una de las indiscutibles y más bellas cumbres alcanzadas por el género histórico
en España durante el antepasado siglo. Constituye además uno de los grandes manifiestos políticos de toda la historia de la pintura española en defensa de la libertad
del hombre aplastada por el autoritarismo, siendo uno de los contados casos en que su claro mensaje propagandístico fue inspirado directamente por la oficialidad
gubernamental. En efecto, el cuadro no ingresó en el Prado tras su paso por las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, como era habitual, sino que fue encargado
directamente para el museo durante la regencia de María Cristina de Habsburgo- Lorena por el gobierno liberal de Práxedes Mateo Sagasta (1825-1903) al alicantino
Antonio Antonio Gisbert, ya entonces consagrado como artista abanderado de este partido desde que pintara muchos años antes su cuadro de Los Comuneros, en
pugna -más ideológica y estética que real- con Casado del Alisal, maestro representante de la oficialidad conservadora, publicándose la noticia del encargo en los
diarios madrileños incluso algunos días antes de su designación oficial.

Así, en un gesto excepcional en la política artística y museística de su tiempo, Gisbert fue designado a través de un real decreto de 21 de enero de 1886 por el entonces
ministro de Fomento, Eugenio Montero Ríos, para pintar un gran cuadro histórico que fuera ejemplo de la defensa de las libertades para las generaciones futuras,
inmortalizado en el fusilamiento del general Torrijos y sus más allegados e incondicionales seguidores, que fueron protagonistas destacados del régimen constitucional
durante el Trienio Liberal, al que pondría fin Fernando VII en 1823. Este monarca reinstauraría entonces el férreo absolutismo que caracterizó su reinado, ordenando la
persecución, encarcelamiento y ejecución de los cabecillas y colaboracionistas del anterior gobierno.

El militar José María Torrijos (1791-1831), que durante el Trienio Constitucional había sido capitán general de Valencia, mariscal de campo, e incluso llegaría a ser
nombrado ministro de la Guerra, hizo varios intentos desde su exilio en Inglaterra de sublevarse contra Fernando VII tras su vuelta al trono. Fue víctima de una
emboscada preparada por el gobernador Vicente González Moreno, quien le había asegurado el triunfo de la rebelión si embarcaba desde Gibraltar hacia Málaga
acompañado de unos sesenta hombres de su máxima confianza, a los que se sumarían las tropas de la ciudad. En su trayecto, su embarcación fue abordada por el
Neptuno, viéndose obligados los rebeldes a desembarcar en Fuengirola en la madrugada del 30 de noviembre al 1 de diciembre de 1831. Fueron apresados y fusilados
PINTURA EN ANDALUCÍA
SIGLO XIX
Pintura (características)
► Nueva clientela burguesa, adopción de nuevos
temas, retrato, nuevos estilos, realismo, y un
formato menor para los salones de la casa.
► Importancia del academicismo y de las
Exposiciones Nacionales en la orientación y
difusión de los nuevos estilos: Romanticismo,
Historicismo, Realismo.
Pintura (características)
► Éxito popular del costumbrismo y del
paisajismo románticos.
► Pervivencia de la tradición murillesca.
► Tardía adopción del Impresionismo.
► Mayor libertad del artista (disolución del
gremio, becas al extranjero)
Romanticismo (1830-1850 aprox)
ANTONIO ESQUIVEL (1806-57)

Adán y Eva, Museo Bellas Artes (Sevilla) La bailaora Josefa Vargas (Palacio Dueñas, Sevilla
ANTONIO ESQUIVEL (1806-57)

Los poetas Contemporáneos o Lectura de


José Zorrilla en el estudio del pintor.
Museo del Prado.
ANTONIO ESQUIVEL (1806-57)

Retrato del niño Carlos Pomar,


Museo de Bellas Artes (Sevilla)
JOSÉ GUTIERREZ DE LA VEGA (1791-1865)

Murillo presentando
su lienzo de la
Inmaculada, Museo
de Bellas Artes
(Sevilla)
JOSÉ GUTIERREZ DE LA VEGA (1791-1865)

San Jerónimo escribiendo la Vulgata,


Museo de Bellas Artes (Sevilla)
VALERIANO BÉCQUER (1833-70)

Retrato de Familia
VALERIANO
BÉCQUER
(1833-70)

Retrato de Gustavo Adolfo Becquer, Museo Bellas Artes (Sevilla)


VALERIANO BÉCQUER
(1833-70)

El Conspirador Carlista, Museo del


Romanticismo (Madrid)
MANUEL CABRAL BEJARANO (1827-91)

Procesión del Corpus en Sevilla

Su estilo de pintura se enmarca dentro del costumbrismo andaluz, uno de los diferentes estilos del romanticismo. Destacan en el costumbrismo dos escuelas: La madrileña, con unas escenas más oscuras y
con tintes de tragedia. Y la sevillana, más marcada por la visión de los extranjeros, que gustan de las tradiciones y forma de vida andaluzas. En el siglo XIX la visión de los viajeros románticos que emprendían
un viaje por España viviendo las escenas más costumbristas andaluzas, se plasma en este estilo de pintura. Las escenas de tipos populares, vida cotidiana o ferias es una moda entre los europeos que
llegan a conocer así el tipismo y el folclore andaluz. Sus obras de procesiones y romerías, alcanzaron gran éxito tanto en la capital andaluza como en Madrid. Buscó la juerga y el drama, pero también aporta
testimonios típicos, reforzados con la visión de ropajes, poses y edificios, dentro de la estética sevillana. Una importante muestra de sus obras encontramos en el museo Carmen Thyssen Málaga como el
cuadro de género Jugando en el parque realizada en 1882. Con gran realismo en detalles como los vestidos de las protagonistas que muestra la moda de la nobleza sevillana en los últimos años del siglo XIX
o el entorno paisajístico que da a la escena un carácter más distinguido. Un tema diferente a otras composiciones con personajes y atuendos más populares, como las habituales en una venta o la feria de
Abril.

Otros ejemplos de su extensa obra, podemos citar El Corpus en Sevilla, Galanteo, En la Feria de Sevilla o Fiesta en el cortijo dentro de una larga lista en la que también encontramos un gran número de
retratos.1 2
MANUEL CABRAL BEJARANO (1827-91)

La caída de Murillo
MANUEL CABRAL BEJARANO
(1827-91)

Baile en una caseta de feria, Museo de Bellas Artes (Sevilla)


MANUEL CABRAL
BEJARANO (1827-91)

Pareja Serrana, Museo del


Romanticismo (Madrid)
MANUEL RODRÍGUEZ DE GUZMÁN (1818-65)

Feria de Santiponce, Museo del Prado (Madrid)

Manuel Rodríguez de Guzmán, (Sevilla, 1818-Madrid, 1867).

Pintor español especializado en escenas costumbristas y folclóricas andaluzas, inició su formación artística en la Academia de Bellas Artes de Sevilla, donde fue discípulo de José Domínguez Bécquer.
Desde 1854 se estableció en Madrid, con intención de introducirse en la corte, lo que logró en parte, ya que consiguió el encargo de la reina de pintar las costumbres de todas las provincias de España. A
este proyecto corresponden, entre otros, los lienzos del Museo del Prado Baile en la Virgen del Puerto y La feria de Santiponce, su obra maestra, además de otros dos que pertenecen al Patrimonio Nacional
titulados La Feria de Sevilla y La procesión del Rocío. Amigo de Antonio María Esquivel, participó asiduamente en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, donde obtuvo mención honorífica en 1858 por
su cuadro de tema literario Rinconete y Cortadillo, inspirado en una de las célebres Novelas ejemplares de Cervantes. Considerado el mejor pintor de todo el costumbrismo romántico andaluz, su pintura se
caracteriza por un colorido brillante y una gran facilidad para captar los tipos populares y para componer escenas repletas de pequeñas figuras descritas minuciosamente
MANUEL RODRÍGUEZ DE GUZMÁN (1818-65)

Romería de la Virgen del Puerto, Museo del Prado (Madrid)


MANUEL BARRÓN (1814-84)

Lavanderas al pie de Ronda, Museo de Bellas Artes (Sevilla)


MANUEL BARRÓN (1814-84)

Contrabandistas en la Cueva del Gato, Museo de Bellas Artes (Sevilla)

us destacables paisajes le dieron notoria fama. Por ellos Barrón ostenta un importante reconocimiento, siendo considerado por tanto un excelente paisajista. Famosos son aquellos que dedica a los entornos
urbanos, paisajes en los que pinta figuras humanas dando a estas obras un toque escenográfico y costumbrista. Además de sus innumerables obras paisajísticas, Barrón cultivaría otros géneros, como
puede ser el bodegón.

Su obra se conserva en mayor o menor medida, sobre todo la que pertenece al periodo 1852-1869, época en la que incluso la reina de España, Isabel II, adquirió su lienzo Vista general de Sevilla,
conservado en el Palacio de Riofrío de Segovia.

Un buen número de obras se conservan en el Museo de Bellas Artes de Sevilla, el Museo Nacional del Romanticismo1 y el Museo del Prado, propietario de dos paisajes fluviales fechados en 1850.2 También
en el Museo Carmen Thyssen Málaga, dentro de los géneros de paisaje romántico y costumbrismo, como Puerto de Málaga (1847), donde plasma una panorámica de la ciudad de Málaga en la que se
aprecia el puerto, los monumentos y sus alrededores;3 Fiesta popular en los alrededores de Sevilla (c. 1845-1850);4 Vista del Guadalquivir (1854), un paisaje topográfico, urbano, descriptivo y monumental de
la ciudad hispalense con el Guadalquivir en primer plano, donde destacan por su luz, algo teatral, el convento de los Remedios, la Torre del Oro, el palacio de San Telmo y la catedral con la Giralda;5 Vista de
Cádiz (1854), con aire de veduta napolitana;6 Cruzando el Guadalquivir (1855), protagonista principal de sus vistas sevillanas, como ya hemos visto anteriormente;7 Vista del puerto de Miravete, camino
antiguo de Madrid (1869), uno de los lienzos más tardíos conocidos del autor;8 y Emboscada a unos bandoleros en la cueva del Gato (1869).9
REALISMO E HISTORICISMO (SEGUNDA MITAD SIGLO XIX)
Eduardo Cano de la Peña (1823-97)

Colón en la Rábida El regreso de la guerra


De África, Museo del
Romanticismo, Madrid
José Jiménez Aranda (1837-1903)

Sermón en el patio de los naranjos


José Jiménez Aranda
(1837-1903)

Tertulia en un patio sevillano


José Jiménez Aranda (1837-1903

Lance en la Plaza de Toros, (entre realismo y costumbrismo)


José García Ramos (1852-1912)

Baile por bulerías, Museo


De Bellas Artes, Sevilla
José García Ramos (1852-1912)

Pareja de Baile, Museo de


Bellas Artes, Sevilla.
José Villegas (1844-1921)

Puente en Venecia
José Villegas (1844-1921)

La muerte del maestro, Museo de Bellas Artes (Sevilla)


José Villegas
(1844-1921)
Retrato del Escultor
Monti, Museo de
Bellas Artes (Sevilla)
José Lafita (1855-1925)

Paisaje de Alcalá de
Guadaira, Museo de Bellas
Artes (Sevilla)
Emilio Sánchez Perrier
(1855-1907)

Triana, Museo de Bellas Artes (Sevilla)


Emilio Sánchez
Perrier
(1855-1907)

Orillas del río Guadaira


Salvador Viniegra (1862-1915)

Proclamación de la Constitución de 1812, Museo Municipal de Cádiz.


Carlos de Haes (1826-1898)

Paisajes

Los picos de Europa


Antonio Muñoz Degrain (1840-1924)

La conversión de Recaredo, Palacio del Senado de España (Madrid)


Antonio Muñoz Degrain (1840-1924)

Los amantes de Teruel, Museo del Prado (Madrid)


Enrique Simonet (1864-1927)

Y tenía corazón, 1890 Museo de Bellas Artes (Málaga)

Pintor valenciano vinculado al círculo malagueño, tanto por su origen familiar como por su actividad profesional continua. Pensionado en Roma, realiza obras de gran formato y de muy diferente temática.

Esta sobrecogedora obra recoge el momento en el que el forense realiza una autopsia a una joven que yace sobre una mesa. El tratamiento realista del tema y su crudeza han hecho que algunos autores
encasillen esta pintura dentro del realismo social; sin embargo, la obra también sobresale por su interés por los contrastes lumínicos, el detalle de la representación realista, la rigurosidad anatómica y la
experimentación con elementos tan arriesgados como la profundidad del cuadro sugerida por el escorzo de la joven, por lo que debería considerarse como parte de la corriente cientifista que domina el siglo
XIX.

Simonet no aporta grandes novedades a su pintura, más bien las integra en el cuadro, como el fondo neutro de la habitación, el contrapeso lumínico entre la pared y la ventana, el bodegón que conforman
las botellas de formol de distintos colores, rompiendo la monotonía cromática de las tonalidades empleadas en el resto de la pintura. El estudio anatómico del cuerpo de la chica es impecable, así como el
tratamiento de su cuerpo en ese escorzo. Pero si hay algo por lo que destaca esta obra es por los contrastes lumínicos de luces y sombras. Se trata en suma de uno de los cuadros más interesantes de este
artista, y uno de los más valorados en las colecciones del Museo de Málaga.
Enrique Simonet (1864-1927)

La decapitación de San Pablo, Catedral de Málaga


José Denis Belgrano (1844-1917)

Después de la corrida, Museo de Bellas Artes (Málaga)


John Singer Sargent, El jaleo. 1879
José Moreno Carbonero (1863-1942)

Conversión del Duque de Gandía, Museo del Prado (Madrid)


José Moreno Carbonero (1863-1942)

Entrada de Roger de Flor en Constantinopla, Palacio del Senado de España (Madrid)

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