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UNIVERSIDAD CATÓLICA SANTA MARÍA LA ANTIGUA

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES

ESCUELA DE PSICOLOGÍA

Psicología Dinámica II

Presentación del trabajo final:

Análisis de “y sereis como dioses”, de Erich Fromm

Presentado por:

Ángela Jiménez Rodríguez

8-934-1869

Presentado a la profesora Melva Palacios de Mon

Martes 27 de agosto de 2019

1
INTRODUCCIÓN
A lo largo de la historia humana, el ser humano siempre ha presentado una necesidad de identificar una
figura de autoridad que les permita sentirse protegidos, sanos y seguros. La mayoría de los casos, la figura
principal que se escoge es una deidad, Dios, cuyo nombre puede variar entre Yahveh, para los cristianos,
Buda, para los budistas, Brahman, para los hindúes, entre otras. Pero con el paso de los tiempos, se ha ido
abandonando esta idea de Dios como un padre protector que asegura protección y corrección sana para
apegarse más a una idea negativa del mismo, en donde se le define como un ser que apunta a la perfección
y que nos acepta incondicionalmente, como afirma que lo hace.

A mi siempre me ha llamado la atención la religión, principalmente la figura de Dios, y aunque soy católica
creyente hay diversos aspectos que me plantea mi religion que me provocan profunda curiosidad,
propiciando esto que busque distintas fuentes que me ayuden a encontrar aquellas respuestas que no he
podido encontrar. Siempre me ha llamado la atención la transición, demorada a mi parecer, que ha hecho
el Dios del Antiguo Testamento a aquel Dios benevolente que se nos presenta en el Nuevo Testamento,
como aquel gran ser que en un lado de la historia nos protege y sacrifica a su hijo por el bien común, en
otra parte de la misma historia es aquel que nos condena a morir ahogados… «...y todas las criaturas de la
Tierra murieron; sólo Noé y los que estaban con él en el arca sobrevivieron»1. Y es precisamente esto lo
que le despierta la curiosidad a Fromm en este libro cuando declara que “¿A qué realidad de la experiencia
humana se refiere el concepto de Dios? ¿Es el […] de Abraham el mismo que el […] de Moisés, Isaías,
de Maimónides, de Meister Eckhart, de Spinoza?” (Fromm, 2018).

Y a la duda existente sobre ¿ante qué Dios estamos presente?, se suma la nueva premisa, presentada por
Fromm en su libro, de que Dios ha muerto, y que por ende estos “actos de divinidad” son en realidad actos
humanos, orquestados por las clases dominantes, afirmando que el concepto de Dios ha sido una
expresión, históricamente condicionada, de una experiencia interna y propia. (Fromm, 2018).

Sin añadir más, son estos conflictos, y la propuesta de que “seremos como dioses”, que plantea Fromm,
que me motivaron a escoger este libro, que aunque se sale de los planteamientos teóricos que hemos visto,
se puede relacionar con ellos.

1
Génesis 7:20.

2
Aspectos biográficos del autor: Erich Fromm

Erich Seligmann Fromm (1900-1980) fue un psicoanalista, sociólogo y filosofo humanista alemán de
origen judío quien integró los postulados freudianos con filosofía humanista. Entre sus escritos más
famosos están: El Miedo a la Libertad (1940), La sociedad sana (1955), El Arte de Amar (1956), el hombre
por sí mismo (1947), Tener o Ser (1976) Y El Corazón del Hombre (1964).

Al nacer en una familia judía ortodoxa, creció conociendo las enseñanzas del Talmud y el Antiguo
Testamento. La relación con sus padres no fue perfecta, el recuerda a sus padres como “neuróticos”, su
padre teniendo mal carácter y su madre mostraba tendencias depresivas (Feist, J., Feist, G., & Roberts, T.,
2013). Además de esto, creció con la coexistencia de dos realidades muy distintas, el mundo judío
ortodoxo tradicional y el mundo capitalista moderno, creando en él tensiones, que a la larga le permitieron
tomar en cuenta varios puntos de vista.

Al crecer, Fromm tuvo interés en formarse en el psicoanálisis de Sigmund Freud y en la filosofía socialista
de Karl Marx, lo que le animó a doctorarse en sociología. A través de los años Fromm desarrollo
importantes postulaciones combinando el psicoanálisis con la filosofía humanista, haciendo hincapié en
la capacidad del hombre para llegar a ser libre y autónomo mediante el crecimiento personal.

El psicoanálisis abrió un enfoque más cercano a la filosofía, pero reflejaba mucho el poder de lo
inconsciente y se enfocaba en las explicaciones acerca de los traumas y trastornos mentales. Para entender
la psique humana hay que saber no solo la existencia de deseos inconscientes, sino también como le damos
sentido a la vida. “La vida esta irremediablemente ligada a los momentos de frustración, dolor y malestar,
pero nosotros podemos decidir cómo hacer que eso nos afecte” (Torres, 2019). El objetivo de cada uno
seria, según Fromm, hacer que esos momentos cuadren en la construcción de uno mismo, el desarrollo
personal (Torres, 2019). Así, se aleja un poco de las técnicas para reducir el sufrimiento de situaciones
específicas que generan malestar, y se centra en el desarrollo del potencial de las personas.

3
Presentación del libro

El libro está compuesto de una introducción, seis capítulos, un epílogo y un apéndice, que nos habla de la
relación entre el salmo 22 y la pasión. La introducción inicia bajo la proposición de que la Biblia, texto
universal, que acogido de manera completa o parcial, ha guiado a distintas religiones como la judía, la
católica, la luterana, la protestante, musulmana, está escrita totalmente por los hombres, pero no bajo la
guía de un ser superior que desea dejarnos algún tipo de manual de conducta sino por lo mismos hombres,
posiblemente líderes políticos, que buscan establecer un orden, algún tipo de ley del padre. Comenta que
actualmente “parecería difícil sostener que la biblia hebrea (Antiguo testamento) tiene aún significado”2
debido a que el hombre actualmente vislumbra esa parte de la biblia con prejuicios y prefiere enfocarse
en el nuevo testamento, en donde nos encontramos a un Dios que toma una figura de un padre presente,
cariñoso, que ha formado un vínculo de apego seguro con sus hijos, el pueblo hebreo; eso sí, hace énfasis
en que el antiguo testamento, a pesar de todo, es un libro revolucionario puesto que, planteándose desde
una perspectiva psicodinámica de corte Freudiano, relata cómo el hombre logra liberarse de los lazos
incestuosos que lo unían a la tierra hasta llegar a la libertad, es decir al máximo nivel de consciencia, que
le permite poder elegir y labrar su futuro, llegando a un balance perfecto en el yo humano total.

En el primer capítulo, Fromm discute el concepto de Dios, del cual opina que “el concepto de Dios ha
sido una expresión, históricamente condicionada, de una experiencia interna, de esta manera declarando
que a su percepción Dios es una imagen propia que el ser humano construye, categorizando como una
subjetividad que el hombre realiza, que provendría de la producción singular, única, del sujeto psíquico
(Schroeder, 2014) y es esa la razón por la cual, en el Antiguo Testamento y a lo largo de la Biblia, el
concepto de Dios varía, dependiendo del autor del capítulo y de la realidad que él mismo viviera. En este
capítulo incluye aspectos como las consecuencias de consumir del árbol del conocimiento e introduce
términos como el simbolismo y su correlación con Dios, algo que trataré posteriormente en el análisis. El
segundo capítulo, empieza con la afirmación más fundamental de la biblia sobre la naturaleza del hombre,
y esta es que el hombre ha sido hecho a imagen y semejanza de Dios. (Valera, 1960). Este capítulo se
divide en dos ejes principales: intentar entender el concepto de hombre, bajo la premisa de que el mismo
está hecho bajo la imagen de Dios, más ¿que imagen? ¿la física? ¿la intelectual? ¿ambas?, y las muchas
partes de la ley de Dios. El tercer capítulo trabaja con el concepto de historia, mencionando como es la

2 Fromm, E. “Y seréis como dioses”

4
caída de Abraham, el despertar de aquella ensoñación o rêverie, como diría Bion, lo que nos permite
aceptar aquella dicotomía que nos persigue, la del conocimiento y, además, es la que comienza la historia
humana. Además menciona como el hecho de que el hombre coma el fruto del conocimiento tiene como
fin que el mismo tenga que cortar los lazos incestuosos que lo unen a la madre, representada por el Edén.,
e incluso habla sobre la décima plaga de Egipto, aquella que condenaba a muerte a los primogénitos que
habitaron en Egipto.

El cuarto capítulo es aquel en el cual se discute el concepto de pecado y arrepentimiento y en este Fromm
nos comunica que la Biblia nunca peca de determinista, puesto que considera al hombre como dotado de
ambas tendencias, buenas y malas, pero a la vez, de manera muy contradictoria, se plantea la pregunta de
que si la libertad le otorga al hombre la oportunidad de escoger entre bueno y malo, y este escoge el mal,
¿no implicaría esto que el hombre, y apoyado por las escrituras bíblicas, es malo esencialmente,
naturalmente corrompido?. También habla sobre lo que implica el arrepentimiento, implicando que el
mismo sería un tipo de superyó infundido por nuestros superiores históricos, citando Isaías 65:1, en donde
se evidencia que la compasión de Dios es tan grande que “fuimos hallados por aquellos que no nos
buscaban”. El quinto capítulo, denominado Halajá, nos habla de el camino para pasar de el pecado al
arrepentimiento, lográndolo obedeciendo al padre, Dios, de manera ciega, siguiendo los valores que él nos
ha brindado, como los de amor, justicia, libertad. Adicional habla sobre el amor al extranjero, más que al
prójimo, y sobre las costumbres judías. El último libro se enfoca en los salmos y en la importancia de
estos para entender la transición de Dios en la biblia, en cómo de ser un ser castigador pasa a ser piadoso
y comprensivo de la naturaleza humana, orientada y dominada por los impulsos. Sobretodo habla de los
salmos dinámicos, los cuales empiezan elogiando a Dios, o viceversa, y terminan de manera opuesta a
como inician.

Ya para finalizar, en la conclusión/epílogo, Fromm se centra en el amor. En cómo el amor es aquel que
nos impulsa a comprender a los otros mejor de lo que ellos se comprenden a sí mismo, haciendo énfasis
en el gran amor humanista con el cual cuentan los psicólogos (psicoanalistas) y además, explora cómo el
concepto de Dios es, en realidad, una interiorización de un proceso secundario heredado que al internalizar
lo pasamos a proceso secundario y que por ende nos dificulta, en ocasiones, entender que es la realidad
humana la que está detrás de las palabras, explicando cómo la actitud religiosa sólo puede ser explicada
mediante símbolos, puesto que está compuesta totalmente en un lenguaje primario.

5
Análisis del contenido del libro

“Y seréis como dioses” es un libro, de alguna manera, un poco autobiográfico y personal para Fromm,
debido a que él, siendo judío, estudió profundamente el antiguo testamento, conocido como el Tanaj, a lo
largo de su infancia y juventud, aquel antiguo testamento en donde Dios es categorizado como un ser
todopoderoso, iracundo, tajante y sin compasión. Con el paso del tiempo, a pesar de haberse alejado de la
creencia religiosa del judaísmo y la aplicación de la misma, Fromm demostró la fuerte influencia que la
misma tuvo en él escribiendo varios libros que repasaban las escrituras bíblicas, y su posible aplicación o
relación con el psicoanálisis humanista, e incluso basando el inicio de su postura psicodinámica,
específicamente el tema de la libertad que el hombre tiene pero también la responsabilidad que esto
implica en Génesis 2:16-17, en donde Dios le dice a Adán y Eva que “De todo árbol del huerto podrás
comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comieres, de
cierto morirás”, puesto que para él aquí se encuentran varias de las principales dicotomías del hombre:
querer saber todo, mas no poder (como le pasa a Adán y Eva), el querer ser libre de toda norma más estar
atado a la mismas por siempre, incluso planteando que ni Dios se escapa de esto, citando el nuevo
testamento en donde Dios es ahora un ser que hace pactos con los humanos, que los ata a ambos de tener
que cumplirlo, perdiendo su esencia de todopoderoso unánime que se plantea en el nuevo testamento.

El libro cuenta con varios pilares relevantes, los cuales de alguna manera u otra, intentaré relacionar con
la teoría freudiana y con el escrito “Moisés y la religión monoteísta”, escrita por Sigmund Freud. Uno de
los primeros pilares se encuentra en Génesis 1:26, en donde Dios dice: “Hagamos al hombre a nuestra
imagen”, de esta manera otorgando, según Fromm, al hombre una condición divina, siendo nosotros el
único “tótem”, el cual Freud considera3 que ha desaparecido pero Fromm defiende, incluso afirmando que
actualmente no somos más que totems que posteriormente guiamos a otros, por así decirlo, que existe de
Dios y por eso la prohibición que él mismo da en Levíticos 26:1 de no hacer imágenes a quienes adorar,
y pedirle “milagros”, puesto que aquello capaz de cambiar su destinos se encuentra en el interior de ellos,
de esta manera, por así decirlo, fungiendo Dios un rol de yo maduro que, evita que ante una tentación del
ello, producto de un impulso que no puede contener. Se podría decir que Dios lo que está buscando es que
el hombre sea capaz de hacer una introspección profunda, que le permita encontrar respuestas en su

3
Freud, S., Tótem y Tabú, 1913.

6
interior e incluso planteando un método, la oración, la cual vendría siendo un método de cura por el habla,
con el cual pueda realizar o iniciar esta introspección que tanto quiere.

El segundo pilar que se encuentra en el libro es la interrogante ¿Quién es Dios?, en donde Fromm plantea,
al igual que Freud, que probablemente este ser mágico, encargado de fungir como padre, castigador pero
protector, ha sido creación humana. Lo que separaría a ambos autores es el motivo o la causa por la cual
ha surgido, puesto que mientras Fromm lo atribuye a la necesidad de la humanidad de pasar por un Edipo
colectivo que le permita encontrar la ley del padre y separarse de la relación incestuosa con la madre tierra
pero Freud ve el surgimiento de Dios como producto de una represión que al salir a la luz provoca que se
de una formación reactiva, atribuyéndole todo este proceso a la muerte de un Moisés totalmente egipcio,
el cual en vez de enseñarle a los hebreos sobre Dios, en realidad lo que desea es encaminarnos al
monoteísmo del faraón Akenatón. Fromm desfavorece tanto esta teoría que incluso afirmaba que la misma
fue creada como producto de un episodio psicótico de Freud4 en el cual el mismo se identifica con Moisés,
destinado a encaminar mas no a entrar a la tierra prometida, e identifica a Jung, su hijo perdido, como
Josué. También menciona Fromm el símbolo, el cual es solamente una expresión aproximada a la
experiencia, mencionando como nos es imposible entender a Dios totalmente, puesto que el mismo está
constituido por símbolos primarios, imposibles de entender para la consciencia humana, atribuyendo
aquellos casos de “encuentros con Dios” como productos de psicosis severas, e incluso casos de
esquizofrenia, mencionando también cómo se podría explicar los encuentros oníricos con Dios, en donde
hay entendimiento total de lo que él desea.

También se da una fuerte comparación entre la concepción del superyó freudiano y el concepto de superyó
para la psicología humanista, puesto que comentan que aquella persona con la “conciencia autoritaria”, es
decir superyó freudiano, considera su deber cumplir las órdenes de las autoridades a las cuales se somete,
independientemente de su contenido, mientras que la conciencia humanística es aquella voz totalitaria de
nuestra personalidad, consciente e inconsciente, que expresa nuestras exigencias de vida y crecimiento.
Para Fromm, aquel instinto de Thanatos del que habla Freud desaparece siendo reemplazado
totalitariamente por el Eros, no sexual sino orientado hacia la vida en general. Incluso se comparan los
conceptos del yo que tienen ambas perspectivas, afirmando Fromm que el yo ideal, es decir el que el
plantea, se guía por la responsabilidad, puesto que responde al mundo del cual forma parte, estableciendo

4 Fromm, Erich (1980). La misión de Sigmund Freud.

7
que aquel yo guiado por el deber, aquel que propone Freud, es un yo más guiado por un superyó rígido,
incapaz de guiarse equitativamente por el placer y el miedo como fuerzas impulsoras. Menciona la
experiencia x, la cual también puede ser llamada “experiencia de la trascendencia”, la cual para Freud
sería el insight, que consiste en desprenderse del yo propio para acercarse más a un yo grupal, en donde
Fromm introduce varias de lo que serían sus dicotomías existenciales tales como querer dejar la prisión,
tema el cual tocó en su obra “El miedo a la libertad”.

Fromm habla sobre el incesto de una manera muy singular, puesto que en vez de plantear a la madre y
padre propuesto por Freud, el relaciona a estas dos figuras con conceptos de la naturaleza, comentando
como el paraíso (Edén) representaría un símbolo del útero materno y, con un lenguaje no simbólico, de
corte primario, proclamará la necesidad de cortar los lazos que unen con el padre y la madre; estableciendo
como el amor entre el hombre y la mujer sólo es posible una vez cortada la vinculación incestuosa, lo cual
podría correlacionarse con la salida exitosa del Edipo propuesta por Freud. Incluso comenta que el Dios
humano, es decir creado por los humanos, y la obediencia al mismo y sus leyes fue creado en el proceso
de desarrollo de la raza humana para ayudar al hombre a liberarse de los lazos incestuosos con la naturaleza
y con el clan. Añade que históricamente la obediencia se refiere usualmente a la obediencia al padre, y
que la misma es un proceso totalmente consciente de someterse a la autoridad.

Es la caída de Adán lo que termina el Complejo de Edipo histórico y desata el período de Latencia, aquel
caracterizado por una gran represión de aquel inclinamiento edípico que existe, al querer estar relacionado
con el paraíso, que ya había mencionado que es la representación simbólica de la madre, que cambia la
catexia dirigida hacia este útero simbólico a una identificación con nuestro padre, siendo este Dios,
queriendo entonces ser como él, lo cual más adelante desataría que, al ser nuestro yo débil y contar con
pocos mecanismos de defensa, el ello tomará control, y aquí se puede citar a Génesis 6:5, “y vio Jehová
que la maldad de los hombre era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón
de ellos era de continuo solamente el mal”, por lo cual Dios, representando al superyó y al padre, debe
volver a aquel Edipo, que al parecer no se finalizó correctamente, y aplicar de manera rotunda la ley del
padre, ligando también con la angustia de castración, siendo esto reflejado en el diluvio, que mata a todo
aquel que no se someta a la ley del padre.

8
Fromm tambien toca brevemente el concepto de angustia, la cual entenderemos como “una señal de
alarma, advierte al sujeto que algo está aproximándose. Un peligro amenaza.” (Nominé, 2017). Y para
explicar esta angustia moral, en la cual la fuente de la amenaza es la conciencia del sistema superyoico
(Brenner, 1968), utiliza el ejemplo de Jonás, al cual se le había encomendado la misión de salvar a la
ciudad de Nínive pero en un acto propio del ello decide de huir de la palabra de Dios, del padre, y luego
se encuentra con consecuencias sumamente negativas, ante las cuales por pesar de su conciencia, decide
ofrecerse como sacrificio y echarse al mar, en donde, como castigo, ya Dios tenía a un gran pez que sería
el encargado de tragarse a Jonás, en donde esté preso de su angustia 5 clama al padre, pidiéndole que le
salve de la gran condena con la cual carga. El principal error de Jonás, que le provocaría su principal
angustia, es que a él no lo impulsan la compasión y la responsabilidad que caracteriza la nueva imagen de
Dios, sino que Jonás es más apegado a aquella ortodoxa imagen de la justicia de blanco y negro, no a la
misericordia.

Como último tema, Fromm habla sobre las tendencias del hombre, en el concepto de pecado, separándolo
del animal explicando como este tiene impulsos, tendencias, que los animales no tienen, como el de ser
bueno o malo. Y como la Biblia, en total consciencia de esto, nos plantea que a partir del pecado original
al hombre se le da la oportunidad de elegir, en base a sus tendencias, entre el bien y el mal pero que, en
general, somobenonim, es decir que estamos en el medio y que nuestras inclinaciones están balanceadas.

5 Como se cita en Jonás 2:2

9
Conclusiones y reflexión

La más fuerte impresión que me ha dejado el libro es que es maravilloso. Fromm a lo largo del mismo usa
una lectura cuidadosa de grandes fragmentos de la Biblia hebrea (Tanaj), también conocido como Antiguo
Testamento, para proponer formas menos alienadas y más fructíferas para que podamos orientar nuestras
vidas. Todo esto está respaldado por maravillosos comentarios y anécdotas principalmente de estudios
académicos talmúdicos, junto con algunas referencias clave a la teología cristiana. Para mí, al leerlo como
cristiana creyente y practicante, hizo nuevos y frescos muchos aspectos de la Biblia hebrea que se habían
vuelto inertes por la repetición. Brinda nuevas interpretaciones útiles del hebreo en ocasiones que abren
las cortinas de las habitaciones que habían estado oscuras.

Fromm termina el libro con una fascinante taxonomía de los salmos y un nuevo y poderoso ángulo sobre
las últimas palabras de Jesús (encontradas en Marcos 15:34) en la cruz: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me
has abandonado?". La desesperación en esas palabras ha presentado un duro rompecabezas teológico a
través de los siglos, puesto que si él es Dios hecho humano, ¿cómo puede sentir tanta desesperación?. Si
es hombre, ¿cuál es su singularidad?. Fromm no insiste en su interpretación, pero señala un hecho
importante sobre cómo funcionaba la literatura rabínica de la época: cuando se deseaba citar un texto
abundante, se indicaba la primera línea de la escritura en cuestión. Entonces, en su lectura, Jesús no estaba
sucumbiendo a la desesperación, sino que estaba citando, en su totalidad, un salmo que comienza con esas
palabras desesperadas y posteriormente muta hasta llegar a la fe y esperanza para el final, señalando como
esto es comparable al hombre, su búsqueda por la libertad, la cual es quejumbrosa y angustiante, pero que
finalmente al ser lograda, da paz y esperanza.

Y es con esta idea con la que me quedo. Da igual si Dios es una figura creada por el ser humano para que
el mismo tenga un rol de padre protector, que al llegar la civilización humano a su momento de edipo le
imponga la ley del padre, y por ende de formato y capacidad de posteriormente buscar la verdad y aquella
libertad que tanto añora… que tanto añoramos.

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Trabajos citados
 Brenner, C. (1968). Elementos fundamentales de Psicoanálisis. Buenos Aires: Libros Básicos.
 Feist, J., Feist, G., & Roberts, T. (2013). Erich Fromm: psicología humanista. En J. F. Feist,
Teorías de la personalidad. México: McGraw Hill Companies.
 Fromm, E. (2018). En E. Fromm, Y sereís como Dioses (pág. 29). México: Paidós.
 Nominé, B. (2017). Angustia neurótica, angustia psicótica. Asociación Psicoanalítica de Galicia.
 Schroeder, D. (2014). Subjetividad y Psicoanálisis. Serie: Orbe Freudiano (XXX) .
 Torres, A. (sábado 24 de agosto de 2019). Erich Fromm: biografía del padre del psicoanálisis
humanista. Obtenido de Psicología y Mente: https://psicologiaymente.com/biografias/erich-
fromm
 Valera, v. d. (1960). Biblia. México: Sociedad bíblica de América Latina.

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