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Las eclosiones de las nuevas diásporas mapuches

Los Resurgimientos Indígenas en esta


nueva aldea.

SEMINARIO:
Movimientos Sociales y Protesta Política

Profesor: Mario Garcés. D


Alumno: Miguel Llanca. G

Santiago, 17 de mayo de 2010.


Las eclosiones de las nuevas diásporas mapuches

Índice.

Páginas

Introducción 4

Planteamiento del Tema. “Los otros y nosotros, la herida ancestral del 6


espíritu indígena”.

La Mapu. “La madeja de hilo que sostiene Nguenechen creador de los hombres 9
y la naturaleza”.
El revestimiento de una nueva identidad. “La imposición de los nuevos 10
otros”
El marcaje en su frente. “La del salvaje, violento, pagano y vicioso” 16

Las antiguas lanzas gritan nuevamente Marriam Chiwew. “Diez veces 20


con el alma venceremos”.

¿Es posible que siendo Chile un Estado multicultural o Pluriétnico 25


otorgue autogobiernos al pueblo Mapuche?. “Reconocer al otro (as) en su
diferencia”.

Análisis conclusivo. “Los otros en todos nosotros”. 28

Bibliografía 36
Las eclosiones de las nuevas diásporas mapuches

Resumen.

El presente ensayo refiere al pueblo mapuche, encontrándose dividido en seis títulos


sugerentes que dan cuenta de un encadenamiento de un análisis global. En un primer
momento se da conocer el proceso de la llegada de los nuevos otros al continente de
América, el segundo titulo trata como es concebida la tierra para el mapuche, el tercer
momento da a conocer un revestimiento identitario forzado, como cuarto título refiere del sello
con que han sido rotulados, el quinto momento trata de los resurgimientos mapuches
reivindicando sus derechos y autonomía, el sexto título da a conocer sí este país es
multicultural, y por último se entrega un análisis conclusivo donde el autor trata de hacer un
cierre al análisis del tema abordado.
Las eclosiones de las nuevas diásporas mapuches

Introducción.

El presente análisis concierne a la temática del pueblo mapuche, el cual, se entrega desde una visión
socio histórico cultural amplia y compleja, donde es menester señalar al lector, que dicho ensayo se
ha complementado con trabajos ya realizados, tanto a nivel teórico como práctico, en los ramos de
maestría y doctorado, más incluyen trabajos realizados con organizaciones, comunidades y dirigentes
mapuches, tanto urbanos y rurales.

De modo que desde esta posición tomare algunos autores del Seminario: Movimientos Sociales y
Protesta Política del doctorado Procesos Sociales y Políticos en América Latina, que es necesario
tener en cuenta. Sin embargo, y como el tema reviste una complejidad mayor, se hace
imprescindible contar con la mirada de otros autores que a modo de análisis, enriquecen aún más tal
problemática.

El ensayo en si atraviesa varios umbrales y quizás he ahí su mayor vulnerabilidad, por cuanto aborda
muchos temas, no obstante, todos ellos se encuentran entretejidos en su conjunto, además estos
acontecimientos que se narran se hacen con el ánimo de hacer ver al lector (es) que cuenten con
una panorámica más amplia de comprender la situación que vivenció y vivencia este pueblo.

Desde esta óptica, se ha tratado de elaborar un análisis crítico a la situación que ha atravesado al
pueblo mapuche a lo largo de su historia, no tan sólo con la llegada de los españoles, sino, que a lo
largo de toda la relación que ha mantenido con la sociedad chilena y con el forjamiento del Estado
nacional. En este mismo sentido para contar con un mayor análisis contextual se trazó, que desde la
llegada de los nuevos otros (españoles), el mundo mapuche se fue gestando y entretejiendo un tipo
de relación basado en la dominación y sometimiento, que posteriormente se ramificó a todo el
proceso de colonización e integración de los Estados nacionales. Lo cual acarreo una serie de
consecuencias negativas y dolorosas para este pueblo, las cuales se tradujeron en el despojo
material (económico) y espiritual (religión), los asesinatos, tortura, esclavitud, humillación, negación
y discriminación. En este plano, la conquista, colonialización y el Estado – Nación fracturaron las
bases de la autonomía de la cultura mapuche
Frente a estos aspectos y, a manera de hipótesis, se sostiene que uno de las principales
problemáticas tal como se enuncian, tienen una larga data que va en directa relación a la situación
olvidada que hicieron sentir los Estados nacionales como algo que era del pasado, por tanto, olería a
añejo y que habría que olvidar y silenciar, por el revestimiento forzado de la aculturación de una
mayoría por sobre una minoría. Estos hechos impactaron negativamente en la situación de desnudes
en la que vive el pueblo mapuche hoy en día, sea esta en el ámbito rural o urbano. Tras ello, se
encendería una rabia antigua que cobijaría el mapuche debajo de sus ropas, que a lo largo de su

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historia lo han hecho sentirse un pueblo discriminado, humillado, apresado, desgajado y dominado
por otros que le han impuesto un solo hablar y una cultura homogenizante, de ello el malestar
generalizado que han hecho germinar las nuevas eclosiones, aquellos de los nuevos brotes o
diasporas que demandan reivindicaciones ancestrales, tanto de sus territorios, como la legitimización
de sus formas de vida que estarían emanadas en la autodeterminación, para tal efecto, se hace
necesario que el Estado chileno debería legitimar en todas sus dimensiones el reconocimiento
constitucional del pueblo mapuche.

Esto es esencial en la mayoría de los países que cuentan con pueblos originarios, de ahí, que hoy en
día se habla de que son Estados multiculturales, pluriculturales o pluriétnicos que en si llevan
alojados la semilla de la inclusión, tolerancia, reconocimiento y libertad en miras de sus propios
proyectos de vida colectivos, lo que guarda en si, es la concepción de que entre más pueblos
originarios cuente un país, mayor será la riqueza cultural que posea, la que sin duda profundizara la
democracia, en contraposición de los que sostienen que entre mayores pueblos originarios cuente un
país, mayor será la pobreza e inestabilidad para la gobernabilidad democrática.

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Las eclosiones de las nuevas diásporas mapuches

Planteamiento del Tema. “Los otros y nosotros, la herida ancestral del espíritu

indígena”.

La situación que han enfrentado los pueblos originarios con la conquista de América en 1492 ha sido
un proceso doloroso, triste y complejo donde no ha estado ausente la discriminación, el avasallaje, el
sometimiento y el desgaje de sus formas culturales ancestrales. Desde el inicio, a los pueblos
originarios de estas tierras de les observo con desdeño, se les tildo de ser seres de una categoría
inferior, muy parecidos a las bestias y de vivir en estado de barbarie, de allí su desnudes. Se les
tildaba que eran atrasados por no constituir civilización alguna como si lo hicieron los europeos y
otras civilizaciones.
En este plano lo retrata Todorov diciendo: “Los indios de América carecen de historia porque no han
desarrollado la escritura, no cultivan la tierra y sus monumentos desparecen rápidamente en la
selva: a consecuencia de esto, son eternamente jóvenes pero también, corren peligro de
desaparecer sin dejar huellas. En cambio, los griegos, los hebreos, los árabes y los egipcios son
pueblos que se confunden con la historia, con la civilización, con el conjunto de religiones, de las
artes y de las ciencias”1.
En este orden; valores, principios, conocimientos ensalzan lo que tiene raigambre europeo y
desvaloriza lo indígena; es bueno, civilizatorio, progresista, todo aquello que proviene de occidente,
en cambio, es malo, bárbaro, salvaje, pagano, diabólico, atrasado, defectuoso todo aquello que
proviene de lo indígena. “… Cristóbal Colón, cuando llegó a las tierras de América en 1492, traía en
su mente precisamente este imaginario del “otro” defectuoso… Porque al “otro” le faltaba uno de los
elementos claves para su definición correcta: la “verdad cristiana”. Esta carencia no sólo definía ser
diferente, sino ser cualitativamente inferior al europeo. (E. Ticona, 2005: 13-14).
De allí en adelante el tema central va a consistir en que los europeos van a clasificar categorías
mentales distintas, a ellos de superioridad y a los indígenas de salvajes y atrasados. Frente a esto, a
lo largo de esta relación es que se van configurando construcciones mentales eurocéntricas que
heredan y replican tanto los colonos, criollos, chilenos que luego lo retoman los Estados nacionales
que visualizan a los pueblos originarios como una suerte de lastre para las repúblicas nacientes.
Cabe detenerse un momento siquiera, para dar cuenta que es a través de estas fracturas que van
gatillando e incubándose los llamados resurgimientos indígenas en el continente, pero se postula de
entrada que no son de una época específica, sino más bien las han habido siempre, y más
específicamente con los resurgimientos de las voces del pueblo mapuche que a opinión personal, la

1
Léase: Todorov, Tzvetan.: Nosotros y los otros. Siglo XXI Editores, Argentina, 1991. Pág. 325 – 326.

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tierra (mapu) y territorios ancestrales (lofche) serían el eje medular de dichas irrupciones, las cuales
se incuban desde la fuente de su cosmovisión de vida.
A manera de hipótesis se puede sostener que uno de los principales problemas de larga data en
América, obedecen a la situación olvidada de los pueblos originarios, que han dejado de lado y su
suerte los Estados Nacionales, como si fueran una situación que correspondiera al pasado, que ya
con los años olería a putrefacto, caducado o raza vencida como postulan algunos autores para
legitimar el proyecto colonizador. Es en este sentido, haría implosión encendiendo la rabia cobijada
que llevan en sus ropas y espíritus, el cual, a lo largo del trayecto histórico así lo han hecho sentir
con las eclosiones de las nuevas diásporas, más bien conocidas como los resurgimientos indígenas
mapuches.
De allí, la resistencia de este pueblo, a los constantes conflictos, atropellos, estigmatizaciones y
dominación, harían que se incubase una rabia antigua, para que eclosionen con las irrupciones
indígenas en estos últimos tiempos, situación que no es bien visualizada para la profundización de
las democracias liberales o democracias de mercado que ven en ellos un desajuste social que pone
en riesgo su gobernabilidad democrática, de modo que estos estallidos se visualizan como
bifurcaciones, por lo que el Estado se inviste con su ropaje coaccionador aplicando la fuerza, a través
de la ley antiterrorista del Estado (18.314) y la ley de seguridad interior a muchos mapuches, los
cuales han deambulado por distintas cárceles chilenas.
Desde este panorama se trata de entretejer esta madeja, si bien no debe perderse de vista el hilo
conductor del análisis, se hace necesario tener en cuenta además, lo que significan los
resurgimientos o las eclosiones indígenas para los propios afectados, es decir para el pueblo
mapuche. En tal contexto, se concibe como una búsqueda permanente de dar coherencia,
pertinencia y de significado que ayuda al movimiento mapuche a encontrar significados en lo propio,
es decir, en su cosmovisión, cultura, lengua, espacios de vida, y en las diferentes expresiones
culturales de su legado histórico.
No obstante, hay que indicar que si bien hoy en día se miran otras experiencias de pueblos indígenas
del mundo, se deben rescatar principalmente ideas de los pueblos de América Latina, ya que existe
un vínculo conector y pertenencia más próximo a su situación que les ha tocado vivir como pueblos
originarios sean estas de México, Bolivia, Ecuador y Perú. En todos ellos, a mi modo de ver unos de
los núcleos centrales de tales irrupciones a sido la posesión de la tierra y, a ello no ha estado
ausente el pueblo mapuche, donde la tierra es el sustrato que ha formado sus vidas desde su
cimiente primigenia, de allí sus historias y del nombre que reciben como mapuche, el de ser gente
de la tierra, pero yo diría que la Mapu más el Che hace al mapuche.

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Las eclosiones de las nuevas diásporas mapuches

Desde diferentes flancos se han disparado estas balas, los que llevan en su matriz los atropellos, la
imposición, homogenización e integración de estas diferencias que poseen los pueblos originarios, así
muchas veces se revistieron sus formas culturales de un nuevo ropaje cultural, a través de
alteradores de mentes como la religión y el idioma. Por ello, no es menor que durante estas últimas
décadas estén irrumpiendo con fuerzas estas antiguas voces que hacen eco en la memoria de los
nuevos brotes indígenas.
Retomando los lineamientos arriba señalados, los Españoles van visualizando y estigmatizado al
indígena como un ser inferior, sin condición, lo visualizan como un otro ajeno, sin religión, educación
y sin derecho a darse sus propias formas de convivencia como indígenas. Sino más bien, los
conciben como incivilizados. “…He aquí trazada a grandes rasgos la política exterior de aquellas
hordas de ladrones corrompidos en infernales borracheras, sin más hábito de trabajo y de milicia que
los del vandalaje. Son profundamente desconfiados del cristiano o huinca, que para ellos quiere decir
también “enemigo”. (E. Zeballos, 2008: 250).
Por lo anterior se puede señalar que los españoles en este primer encuentro/ desencuentro, no
existió en ellos una racionalidad de comprender al otro, como un otro diferente en todas sus
dimensiones como humano, sino por el contrario, lo categoriza como un otro ajeno. Desde este
primer contacto se va produciendo la discriminación y explotación de un pequeño grupo (españoles)
en comparación con una mayoría (indígenas), el cual tuvo como característica central la imposición
forzada que atravesó a todo el continente.“… Posteriormente el sistema colonial dividió la población
en dos grupos radicalmente opuestos separados, por un lado los colonos y sus descendientes
criollos, conjunto minoritario que detentaba el poder; por el otro el resto de la población agrupada
en torno a la categoría de indios que constituía la mayoría que debía ser dominada”2.

La idea que cobra fuerza en todo este periodo de conquista, colonización y posteriormente con la
consolidación del Estado chileno, es la autopercepción de la superioridad racial de un grupo
minoritario, en contraposición de un grupo mayoritario, al que se debía dominar, lo que implica
esencialmente es la idea de inferioridad del indio, es decir, del mapuche, de hacerle creer y que
autorreproduzcan, que ellos desde su cuna como indígenas vienen defectuosos en definitiva es como
hacer la analogía a un espejo trizado, trizado en el sentido que el mapuche se refleje a si mismo
como distorsionado y poco claro, que se mire y sienta que su propio espejo distorsiona lo que
refleja. De modo, que desde estos derroteros el mapuche iría acumulando esta rabia o enojo
ancestral, primero con el español, criollo y la sociedad chilena y sus aparatos ideológicos. Así lo hace
ver Hernández refiriendo que; “… El etnocentrismo es un fenómeno social ancestral, activador de

2
Eliseo, Cañulef.: Educación intercultural bilingüe. Universidad de la Frontera, 1998. Temuco –Chile. Pág. 15.

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conductas xenofóbicas, prejuiciosas y descalificadoras del “otro” (extranjero, ajeno, diferente).


Paradójicamente, garantizar el reconocimiento de ese “otro”, es imprescindible para la consolidación
de las identidades, en todo modelo autentico de democracia. (I. Hernández, 2003: 265).
Esto nos demuestra, que la cultura europeizante desde un inicio fue una cultura avasalladora que se
inspiraba en negar lo ajeno, lo diverso, lo extraño, lo autóctono, es decir, negaba al otro en todas
sus dimensiones y en su humanidad. Esto les sucedió a las culturas de América, y obviamente la
cultura mapuche no fue la excepción a este mecanismo de dominación, de cómo ellos eran vistos a
los ojos de los europeos de no poder concebir como, los mapuches podían adorar a la naturaleza.
La Mapu. “La madeja de hilo que sostiene Nguenechen creador de los hombres y la
naturaleza”.
En cambio, para los mapuches el hábitat natural llamada Mapu, (naturaleza) corresponde a un
espacio cosmogónico indivisible, donde este Lof Mapu (territorio de origen de las familias mapuches)
no podía estar separado, así se concibe que el Che (personas) y la Mapu (tierra) son una sola
entidad indisoluble. Por esta razón, no es un simple dato más a considerar que estos dos conceptos
unidos hacen lo que significa ser y sentirse mapuche, aquí además se encuentra enlazado el
Kupalme (pertenecer a un linaje común), el Togun (pertenecer a un territorio ancestral Mapuche), y
esto lo encierra el Pellu (espíritu ancestral mapuche), así se concibe una identidad mapuche, donde
la tierra o el territorio para el mapuche pasa a ser un elemento tejedor y venerador de su cultura,
que todo este lazo social, cultural y espiritual está amarrado al Feyentün, es decir, la cosmovisión
mapuche.
De allí, que decían los Kuifikeche (gente ancestral) que toda la Mapu es una sola y que se encuentra
unida a todos los entes creados llámese; Ríos, árboles, lagos, volcanes, mar, peces, aves, animales,
insectos, nubes etc. Y que cualquier alteración en algunos de estos elementos sagrados
necesariamente alterará a los demás. En este marco, la naturaleza se presenta como un gran libro
abierto y para ello hay que saber interpretar sus señales, por ello no cualquiera lo puede leer.
Así lo vieron los ancianos mapuches, donde señalaban que cada cosa en la naturaleza y el universo
tenia su razón de ser y existir, donde todo se encuentra conectado con un finísimo hilo
concadenador. “Hilo sostenedor del universo mapuche, en tal sentido, era aludido como una gran
telaraña, si se tira de unos de los hilos se hace vibrar a toda la tela, si en cambio se corta, se
desequilibra todo el cosmos… Los antiguos supieron leer las señales de la naturaleza”3. Por ello, se
refieren que todo lo que existe en la Ñuke Mapu (madre tierra) esta preñado de significado.
De modo, que la usurpación de sus tierras es un hecho significativo que cambio drásticamente la
forma de vida y el equilibrio para el mapuche, donde la tierra no solamente es su sustento de

3
Inalef, Ricardo.: (2003). La Mapueducación Nuestra relación con la naturaleza, 2004, Santiago – Chile. Pág. 7.

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alimentación para su vida comunitaria y de uso común, sino que también representa su madre (Ñuke
Mapu), en este sentido la tierra simboliza su simiente cosmogónico para el mapuche. En cambio,
para el no mapuche o para; “… El mundo moderno, que en este caso está guiado por el modo de
producción capitalista, concibe la tierra desde el punto de vista de la renta y de la propiedad privada.
En la cultura originaria indígena, el concepto de propiedad privada, así como lo entiende la economía
capitalista, no existe”4. A su vez se traduce que la tierra para el pueblo mapuche representa un uso
comunitario y/o colectivo que representa solamente un tránsito en esta vida, tal como lo fue para
sus ancestros que dejaron plasmado su legado a sus descendientes, los cuales estos replicarán lo
mismo a las generaciones futuras. En tal sentido, la tierra representa algo cíclico, redondo tal como
lo muestra el instrumento musical del Kultrün, que en su figura representa la Meli Witran Mapu, es
decir, los cuatros lados de la tierra, allí se encuentra alojada la creencia de que la tierra siempre fue
redonda, cosa que los españoles llegaron a concebir en su momento que era cuadrada.
Desde esta forma de ver el mundo, los ancestros mapuches no podían transar la idea de que sus
tierras fueran despojadas, ya que en ella, se encuentra alojada la creencia de que si un hombre
mapuche no tenía tierra o que se la hayan quitado en esta vida, no podría ascender a la tierra de
arriba (Wenu Mapu) como hombre libre, donde Chaw Ngenechen (padre dios) le dará su porción de
acuerdo a la que haya cosechado en la tierra intermedia (Nag Mapu), es decir, donde viven los
hombres. Quizás esto nos permita apreciar y comprender en cierto sentido, el carácter de lucha que
tiene el pueblo mapuche por la tierra, fuente primogénita de su cultura.
Es por tanto, que el pueblo mapuche desde antes de la llegada de los españoles y luego con la
formación del Estado Chileno, poseía millones de hectáreas de tierra, que era de uso exclusivo, que
le brindaba su derecho natural de haber sido los primeros habitantes de estos territorios y que hoy el
pueblo mapuche se encuentra nadando en esta paradoja, encajonado en pequeñas porciones de su
propio hábitat natural.
El revestimiento de una nueva identidad. “La imposición de los nuevos otros”.

Antes del proyecto de someter a los indígenas, la sociedad chilena tiene que justificarlo, y para ello,
toma la matriz de sus antecesores españoles; el del desprecio y de la condición de barbarie, así se va
incubando la imagen del mapuche como un ser desprovisto de humanidad. “… Desde Santiago, a los
araucanos se los miraba con conmiseración. Eran seres primitivos, salvajes; a lo más, bárbaros. En
esas tierras del Sur de Chile no había llegado aún la civilización. Eso lo pensaba toda la sociedad
chilena de Santiago y sus alrededores. No había una voz discordante. Benjamín Vicuña Mackena, uno
de los intelectuales más destacados del siglo XIX, si no el más importante, construyo una imagen de

4
Armando, Curivil y Otros.: ¿Modernización o sabiduría en tierra Mapuche?. San Pablo. 1995, Santiago – Chile. (Pág.109).

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brutalidad y salvajismo en su libro La guerra a muerte. Allí describe a los caiques como feroces y
sanguinarios. (J. Bengoa, 2007: 43).
De modo, que lo que primó en esta concepción era que los mapuche son visualizados como una raza
vencida, y que precisamente el mito ercillano de valientes y heroicos araucanos que no fueron
sujetos a Inca ni a Dios ya no puede ser aplicado a las nuevas generaciones, sino que estas han
caído y tienen todos los males y vicios y, por tanto, ya no tienen nada que aportar a la nueva
república. “… El pensamiento ilustrado y civilizador que acompaño el nacimiento de las repúblicas
latinoamericana se fusionó en la comprensión de que había que someter al “otro”, indígena y/o
popular, porque se hacían daño, entorpecían al progreso y/o ponían en riesgo al conjunto de la
sociedad. De esta manera, postulados típicos de estas corrientes de pensamiento como “o te civilizo
o te mato” o “por la razón o la fuerza” fueron expresiones casi intercambiables. (A. Donoso, 2008:
147).
De modo, con la integración forzada del territorio nacional a finales del siglo XIX, específicamente en
1881, se lleva a cabo uno de los más ambiciosos proyectos que había resultado ser un dolor
constante al corazón de la patria, y era la situación en que estaban las tierras de sur de Chile a
manos de los mapuches, en tal sentido se procede a la mal llamada pacificación de la Araucania y,
con ello se inicia la homogenización definitiva del Estado chileno, quedando así el pueblo mapuche
en una suerte de arrinconamientos, desperdigados en pequeños islotes de lo que les quedo de su
propio territorio ancestral.
Esta situación reviste la dominación específicamente, así lo vislumbra muy bien Kymlicka; La historia
de ignorar las minorías nacionales en el nuevo mundo está inextricablemente ligadas a las creencias
europeas acerca de la inferioridad de los pueblos indígenas que habitaban el territorio antes de la
colonización europea. Hasta hace poco, eran considerados como “pupilos” o “razas sometidas”,
carentes de desarrollo político necesario para ser considerados nacionales, incapaces de
autogobernarse y necesitados por ello de la protección paternalista de los “superiores” blancos5.
Esto devela el verdadero rostro y sus diferentes matices que encarna la empresa de los blancos en
este nuevo continente, rostro que se impone por un color de piel que simboliza la limpieza o pureza,
en contraposición con los otros rostros nativos, matices que sin duda tienen diversos rostros que
resultaron en innumerables abusos, como por ejemplo; la codicia, dominación, explotación,
usurpación, torturas, muertes, entre otros.
El universo de la cultura mapuche de su ser y sentir como pueblo diverso se transforma y pasa a ser
integrado y homologado a la nación chilena, en este sentido, se ha revestido por encima de su

5
Kymlicka, Will.: Ciudadanía Multicultural. Una teoría liberal de los derechos de las minorías. Ediciones Paidós Ibérica. 1996.
Barcelona – España. Pág. 40.

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Las eclosiones de las nuevas diásporas mapuches

ropaje cultural, es decir, se le ha aculturado en todas sus formas de vida, entre ellas; su idioma que
ha sido ocultado bajo el velo cegador de un idioma hispano parlante dominante, por tanto su mundo
se tiñe de un sólo color y de un solo hablar, el castellano, del mismo modo como lo fue
anteriormente la religión cristiana, con la conquista de las almas indígenas.
Cabe anotar que desde esta óptica colonialista no solamente se ha discriminado a este pueblo, sino
lo más grave aún, es el hecho que se han usurpados sus tierras bajo el amparo del propio Estado
Chileno que ha dictado una serie de leyes indígenas, las cuales van en una sola dirección que
favorecen al Estado e intereses particulares.
Como marco de referencia a tener presente, hace 129 años atrás que ocurrió la mal llamada
pacificación de la Araucanía que se conoce en los anales de la historia de Chile, como una radicación
forzada, su función era precisamente dividir o parcelar la mayor cantidad de territorios en pequeños
lotes de tierras, que posteriormente se entregaban a familias, el cual en su mayoría de casos pararon
a manos de; colonos extranjeros, chilenos, militares, terratenientes, y en menor medida para sus
dueños originales que eran de los lof mapuche.
Tras la victoria del Estado chileno la situación del pueblo mapuche cambio radicalmente, se dictaron
nuevas leyes que no los beneficiaron, sino, muy al contrario estas radicaciones forzadas provocaron
sin duda, un rompimiento de las estructuras tradicionales de sus lof o comunidades de origen.
En este sentido se expresa que; “En lo económico, la radicación o reducción de los mapuches a
reservaciones, despojadas de sus bases productivas, transforman a las comunidades mapuches en
una sociedad agrícola empobrecida, como resultado de la política reduccional, los mapuches
perdieron el 95% de su territorio. Entre 1866 y 1929 se dio derechos a algunos linajes sobre un total
de 510.00 hectáreas de terrenos al sur del Bío Bío, quedando los otros 9.500.000 hectáreas de
territorio Mapuche a disposición de los colonos chilenos y extranjeros”6.
Por otra parte, el Estado con sus políticas indígenas, cuando vende o expropia tierras ancestrales sin
duda provoca un deterioro a la cultura mapuche. Por esto no es menor, que este pueblo lleve en sí o
sustente una rabia antigua hacia los otros, una rabia que lleva 474 años cobijada y que se ramifica
corriendo por sus venas, que luego se aloja en su conciencia o memoria histórica, que más que
desaparecer tiende a perpetuarse cada ves que se les avasalla como pueblo.
Esto se llevo a cabo bajo el pretexto que, estos vastos espacios territoriales eran propiedad de nadie
y que no se podía concebir desde la lógica del Estado como estos territorios podían estar en manos
de indios que, eran atrasados y que no cultivaban o sacaban provecho de estas tierras, así se
comienza a entregar lotes de tierras en aras del progreso de la nación.

6
Fundación ideas.: Manual de tolerancia y no discriminación. Editorial Low. 2003, Santiago – Chile. Pág. 27.

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Las eclosiones de las nuevas diásporas mapuches

Es bajo este diseño, que el Estado chileno no ha reconocido los derechos fundamentales que tiene
como pueblo, como el haber sido los verdaderos dueños y señores de sus territorios ancestrales. Lo
referido, nos dice que si bien desde un comienzo se les ha quitado las tierras a los mapuches, no es
así hasta la formación del Estado nación que se les quita legalmente a través de documentos
escritos, los cuales desde esta orientación pasan a tener un marco legal u oficial, donde las tierras
que estaban en manos de la costumbre ancestral de este pueblo, ahora pasan a formar parte de la
propiedad fiscal, las cuales se pueden enajenar, vender o permutar.

Así, bajo este marco prima un elemento tejedor, que no es otro que el de conciencia o memoria
histórica del pueblo mapuche, una memoria que ha sido anestesiada al sistema ancestral mapuche, a
través del proceso inquisidor de las pautas conquistadoras del modelo colonialista y de la formación
del Estado homogenizante. Se considera que el uso y la tenencia de la tierra se encuentra basado en
normas de uso colectivos dados en la cosmovisión del pueblo mapuche, por lo que se debe
comprender desde esta óptica y no desde otra, es así como, ha pasado que el derecho que reclama
el pueblo mapuche se encuentra ligado a un derecho consuetudinario que estaría enraizado en la
manifestación de las prácticas culturales de un pueblo a lo largo de su historia y que las han hecho
suyas, en otras palabras las han transformado en costumbres pasando a ser constitutivas de su
existencia como pueblo. En este trayecto, la reivindicación de sus tierras están ensambladas en
derechos de autonomía construidas y ejercidas en ellos mismos y que radican en ellos (a) en todo
momento.

Así, lo que cobra relevancia es una autovaloración del derecho de la costumbre que radica en la
memoria oral, una memoria colectiva de la pertenencia de sus tierras que muchas veces se
encuentran alojadas en; sus cuentos (Epeu), historias, cantos, bailes, comidas entre otros, allí
emergen sus voces ancestrales que indican a quienes pertenecen sus tierras, por todo, los reclamos
que hacen los mapuches sobre sus tierras son reclamos de derechos colectivos, esto nos indica que
tales derechos son preexistentes a los Estados Nacionales, ya que los mapuches vivían antes de la
llegada de los nuevos otros.
Así este proceso que se llevo a cabo representa un nuevo giro, así se pasa de la radicación,
reducción y la entrega de títulos de merced. En este marco, el Estado Chileno paso a dividir no
solamente las tierras mapuches, sino que más grave aún fue que provoco una crisis al interior de las
(Lof) comunidades de las familias, en definitiva de la cultura, ya que al entregar cierta cantidad de
hectáreas a las familias mapuches, estas no bastaban para toda la familia, ya que por tradición los
mapuches conformaban familias extensas de gran cantidad de hijos. Por lo que las disputas fueron
desintegrando sus Lof, en tal sentido señalaba un defensor de los indígenas en el año 1912.

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Las eclosiones de las nuevas diásporas mapuches

“El sistema de radicación provoco una crisis en la sociedad mapuche. La reducción a espacios
pequeños llevó a numerosísimas disputas internas. Junto a las usurpaciones por parte de particulares
no indígenas, se producían conflictos que no podían ya ser resueltos al interior de las comunidades,
por lo que debían recurrir a las autoridades de gobierno”7. En tal sentido, el Estado lleva a cabo una
empresa de estigmatización. Por un lado, no reconoció sus derechos sobre tierras ancestrales y les
entregó a su gusto un lote de tierra que en ningún caso correspondía a lo que el mapuche tenía
originalmente.
Por otro lado, impuso a la fuerza la reubicación de familias donde muchas veces no tenían nada que
ver con familias que vivían emparentados por un tronco común en las comunidades. Así da cuenta
Bengoa; “El estado Chileno en la sociedad mapuche, no sólo les quito las tierras, sino que los agrupo
en forma arbitraria y, así los obligo a convivir de un modo por completo artificial. Es por ello que se
rompió profundamente la sociedad mapuche. El estado chileno actuó de manera tal que partió en
pedazos las solidaridades y propugno la división al interior de las familias mapuches. La división
interna mapuche comienza allí”8.
No obstante estas mediadas, provoco un quiebre al interior de su cultura donde las tierras fueron
delimitadas y cercadas lo que provoco una pobreza jamás vista ya que anteriormente a estos
hechos, los mapuches nunca habían sido considerados pobres porque sus extensas tierras les daban
su sustento alimenticio, sin embargo, ahora las tierras se las encogieron a la fuerza por parte del
Estado chileno, pero también por los colonos que corrían sus cercas y límites para su propio
beneficio donde no es de extrañar que muchas veces se recurrió a la fuerza física quedando al
desamparo y al despojo de sus tierras.
Así una vez consolidada la pacificación y el proyecto país de integrar todos lo territorios de la
Araucanía al territorio nacional, pasan estos a concluirse con la colonización y la entrega de tierras,
tanto a extranjeros como nacionales, esto produjo un polvorín de estallidos de fuerte discriminación
hacía los mapuches, se los violentó, asesinó, violó, saqueó, despojó etc. Esto, lo expone Navarro
cuando relata que: “… Un cacique que escapó a una de estas infamias, fue interrogado y reprendido
por el Coronel Urrutia por haberse sublevado, a lo que respondió: “Vos no sabes, Coronel, lo que han
hecho tus paisanos, no tienes razón para reprenderme. Mira lo que han hecho sólo conmigo, violaron
y mataron a mis mujeres y también asesinaron a mis hijos; además dejaron ensartadas también a
mis mujeres. ¿Cómo quieres, entonces Coronel, que no me subleve cuando se me trata así?. Mira,
Coronel: preferimos morir todos con la lanza en la mano y no asesinados en nuestras casas por tus

7
Léase en: Bengoa, José.: Historia de un conflicto, el estado y los Mapuches en el siglo XX. Editorial Planeta, 1999. Santiago –
Chile. Pág. 53.
8
Ibidem, Pág.54.

14
Las eclosiones de las nuevas diásporas mapuches

paisanos. No tienes, pues razón coronel para reprenderme ni para castigarme”. (L. Navarro, 2008:
346).
Lo mencionado, muestra como estos episodios formaron parte del paisaje cotidiano, por lo que
tuvieron que pasar las diversas generaciones mapuches, donde se ha señalado que las corridas de
cercas y los linderos eran cosa común. Así lo descrito, nos habla del trato dado al pueblo mapuche
donde una vez más se comprueba la situación que vivenciaban, y de las bofetadas que se le daban
en su propia casa y rostro, es decir, en su propia tierra, que a todo esto ya no le era de uso propio,
sino que pasaba ahora manos del Estado con la llamada unificación e integración del Estado nacional
chileno.
Esto nos llama la atención de los reiterados abusos cometidos y que aún se siguen cometiendo, claro
que de distinta forma, ahora muchos mapuches saben leer y escribir pero esta vez, es otro el rostro
con que operan las usurpaciones de tierras, es una cara maquillada, es una nueva cirugía facial de
los mismos que llegaron hace más de 500 años donde esta vez, el Estado no se enfrenta con los
patriotas disfrazados, sino que se colude con ellos para quitarles sus tierras ancestrales, pero esta
vez con nuevos tinterillos, y lenguaraces que operan en mecanismos legales, ya que hay leyes para
eso, allí esta el caso de Ralco9 donde el Estado se ha coludió con intereses privados transnacionales
donde estos apresaron al Estado que en jerga política se conoce como la captura del Estado.
En tal sentido, los territorios que contaban y aún cuentan los mapuches no tienen títulos de dominios
occidentales, sino que muchos de sus títulos están basados en la tradición oral de sus comunidades
de origen, tal como se describió arriba. Por lo que la legitimación radica en ellos mismos, donde las
familias saben que estas tierras han pertenecido a sus antepasados y estas luego han pasado de
generación tras generación a sus descendientes. Por ello, este es el fundamento que cobra fuerza
que dice que; son ellos los herederos directos y legítimos de estas tierras.
No obstante, esto choca contra la ley del Estado que se basa en una legalidad de que todo
fundamento y derecho tiene que estar plasmado en la propiedad privada, que sea escrito lo que da
un aval ha dicho dominio, esto nos remite a códigos culturales totalmente opuestos donde por el
lado mapuche esto no tiene razón de ser, pero por el lado de la concepción occidental tiene
validación y legitimación.
En este marco lo retrata fielmente Escobar argumentando; “A diferencia nuestra que nos vinculamos
con la tierra a través del concepto de valor de cambio, los mapuches se vinculan a través del valor
de uso. Es por esto que para ellos la tierra no tiene precio y no se la puede sujetar a leyes de
mercado. La tierra es sagrada y en esta categoría lo que nos hace tan diferentes a las culturas

9
Para mayor analisis y comprensión, respecto de esta problemática lease en: Namuncura, domingo.: Ralco ¿Represa
o Pobreza?. Lom Ediciones, 1999. Santiago – Chile.

15
Las eclosiones de las nuevas diásporas mapuches

indígenas, nuestra cultura occidental vive en un espacio – tiempo caracterizado por la ausencia de lo
sagrado”10.
Siguiendo estos mismos lineamientos, la tierra para el mapuche, no sólo corresponde a un
mero espacio físico o geográfico (Nag Mapu), sino que lo más importante corresponde a un plano
espiritual. Por todo, el Estado chileno se visualiza en los lentes del pueblo mapuche como un agente
corrosivo, que no tan sólo ha carcomido su plano material, sino que también espiritual. En tanto el
Estado opera desde una “… Concepción maquiavélica, forjada por parte del Estado, militares,
sociedad y colonos, y no hace otra cosa que recortar a los mapuches, como tan fácil lo hace una
costurera/o con su tijera quedando retazos y desperdigándolos por todos lados, sea el campo o en
las ciudades, pues, el Estado zurciría estos retazos, pero al fin su traje sería una cruel pieza,
quedando los mapuches remendados por todas partes, porque el hilo que utilizó fue el de balas,
engaños y mentiras”. (M. Llanca, 2007: 56).
El marcaje en su frente. “Salvaje, violento, pagano y vicioso”.

El Estado va regando una actitud discriminatoria hacía los mapuches, que no hace otra cosa que
enajenarlos como sujetos culturales diversos, lo que al mismo tiempo se traduce en que no puedan
seguir cultivando sus propias formas de vida identitarias como pueblo, donde la tierra ha sido el
vehículo tejedor de su cultura que los ha sustentado, pero al mismo tiempo ha sido la fuente de
disputa por la cultura dominante. Por lo que el hecho de que al mapuche se le hayan usurpados
estos espacios, sus tierras, primero por los españoles, criollos luego por el Estado chileno,
posteriormente por los inmigrantes colonos, y hoy por las transnacionales representa no sólo una
pobreza cruda y alarmante como pueblo, sino que representa además un hecho más crudo todavía y
es el llamado desgaje cultural, es decir, un quitarle la piel para luego revestirlo de un nuevo ropaje
hispano – chileno.
Esto lo ilustra Mariman indicando que; “… El fenómeno colonial será –y hasta nuestros días- la
constante en la historia contemporánea mapuche, el que se ha edificado en tres vigas maestras: la
pauperización material del territorio (enajenándose a colonos, particulares y fundos); la imposición
de la gobernabilidad estado nacional (con un estado de derecho que legaliza el despojo); y la
negación de derechos como pueblo y de la condición de nación de los mapuche”. (P. Mariman y
Otros, 2006: 125).
En líneas generales, el desgaje cultural refiere que el mapuche es visto como un otro muy diferente
en relación a los otros que se consideran civilizados, la imagen del indio es bárbaro, pagano e

10
Escobar, Claudio.: Rabia antigua, los derechos humanos indígenas. Comisión ética contra la tortura. 2002. Santiago – Chile.
Pág. 10. En www.google.com.

16
Las eclosiones de las nuevas diásporas mapuches

incivilizado no posee buenas costumbres, sino por el contrario, todas estas imágenes que han dejado
los otros (Wingkas), no han hecho más que reafirmar en la conciencia de los chilenos una imagen
negativa y discriminatoria de los otros (mapuches), y que luego replican en los libros y en la
educación nacional como verdad universal.
Sin duda, todos estos derroteros van directamente conducidos hacia los prejuicios y la discriminación
que pasaron y pasan los mapuches en el diario vivir y el convivir con la sociedad chilena, sea esta
relación que se germine tanto en los espacios urbanos como rurales. Aquí lo medular que se ha
hecho latente son; las diferentes versiones despreciativas a lo largo de la historia en contra de
mapuches, uno de los primeros estereotipos que recalcarán los cronistas, poetas y soldados en la
época de invasión y colonización, fué el de guerreros indomables, no sujetados a monarca ni a Dios.
Luego aparecen los estereotipos de incivilizados, crueles, peor que las fieras, sanguinarios y
caníbales, más tarde aparecen los estereotipos de ser sujetos a las borracheras, traidores, tristes,
mañosos, posteriormente aparecen los estereotipos de que son, borrachos, sucios, cochinos,
asquerosos. Y actualmente se han ido configurando nuevos estereotipos, tales como, flojos, pillos,
pobres, violentos, peleadores, poco inteligentes, sin educación, analfabetos, que sólo sirven para
hacer pan, en el caso de los hombres y las mujeres sólo para ser nanas.
Remachando estos apelativos que en la actualidad emergió el estereotipo de rotularlos como
terroristas, mapuche quema bosques, mapuche quema camiones e incluso se los muestra
georreferencialmente donde esta la zona roja del conflicto, cosa más grave aún, porque pone el
acento en que los mapuches no poseen entendimiento, a través de la razón, del uso del diálogo y de
su palabra, si no lo es, a través de la coerción mediante el uso de la fuerza y atentados.
Todos estos apelativos esconden en su matriz una relación de discriminación una propagación y
construcción de una imagen falsa casi caricaturesca del mapuche de cómo este es percibido
actualmente por parte de la sociedad chilena, por ejemplo; si el mapuche que vive en la ciudad lo
tildan que es; panadero, jardinero, albañil o jornal de construcción, pero si es mujer las señalan que
todas son nanas o empleadas domésticas de las comunas más acomodadas de Santiago, en cambio
si es un mapuche que vive en el sur, en las comunidades lo rotulan como un campesino pobre o un
simple peón, o en sentido contrario lo rotulan como terrorista de fundos de las forestales. De modo
que esto nos da luces que el ser mapuche viva donde viva es cargar o llevar alojado un fuerte
estigma en sus espaldas y, que obviamente tienen que ver con los prejuicios.

Frente a esto, muchas personas que no conocen la cultura (sociedad chilena) van incubando o caen
bajo en estos mismas categorías de; desprecio, descalificación, rotulación o eufemismos hacía su
imagen que al final terminan por legitimarse como una práctica naturalizante, pero que sin duda
provoca menoscabo a su auto imagen como mapuche.

17
Las eclosiones de las nuevas diásporas mapuches

Frente a lo expuesto, en la sociedad chilena se producen muchos escenarios de fuerte discriminación


que experimenta este pueblo, que muchas veces la sociedad chilena pareciera o no quisiera darse
cuenta que los tiempos evolucionan y que muchos (a) de la población de este pueblo ha dejado de
ser lo que ellos creían ser, se han educado para no sufrir lo que sufrieron sus abuelos y padres. “…La
vida que dejaron, en la primera mitad del siglo XX, era extremadamente dura. La mayoría de ellos no
tenían ningún grado de especialización al llegar a un centro urbano, debiendo insertarse en los
trabajos más mal remunerados, los que tenían suerte rápidamente comenzaban a surgir, mientras
que los otros cayeron en la desgracia más absoluta, llegando a la periferia de Santiago y asumiendo
de manera crónica la marginación social que van a heredar más tarde a sus hijos y nietos. (P.
Mariman y Otros, 2006: 183).
No obstante, en la actualidad, las nuevas generaciones mucho (as) son; poetas, docentes,
periodistas, trabajadores sociales, psicólogos, abogados, ingenieros, entre otras profesiones, sin
embargo, a pesar de contar con educación muchos no encuentran trabajo especialmente por la
discriminación que se sigue patentando por parte de la sociedad, podría decirse que, esto es como
una película que tiende a reproducirse todo el tiempo.
Los tiempos actuales parecieran que agravan su condición de indígena y que a la vez estas
condiciones presentan un amplio mosaico complejo para sus formas de vida. Así se tiene, una fuerte
migración mapuche a los centros urbanos donde la ciudad se encarga por succionar la savia de sus
espíritus y la fuerza de sus manos, quedando muchas veces a la intemperie casi desnudos, tratando
muchas veces de arroparse con las frazadas rotas de la ciudad. Aquí se encuentran con un mayor
desempleo, tiende a aumentar la pauperización de su pobreza, existe una mayor inseguridad en sus
comunidades de origen, cuentan con menor acceso a la educación, salud, vivienda, tecnología, etc.
En definitiva, la opción que proyecta el mapuche en la sociedad es lograr mimetizarse o simplemente
cambiar su forma de presentarse y actuar según su contexto o entorno cultural. Esto último reviste
en sí la idea de enajenación, de sentirse fuera de sí, de su propio marco autoreferencial como si
fuera un extraño alojado dentro de sí, es decir, se siente aniquilado desde su cimiente, desde su
origen, desde su propia cultura y desde el abrigo y leños de su propio hogar que al final termina por
sentirse extraño en su propia tierra.
Frente a este panorama, es como sale a relucir la rabia antigua que cobija bajo su makun (manta),
donde los otros le han arrebatado su propio mundo, su propia identidad, su propia tierra que luego
los expulsa como un fuerte torbellino, llegando a la Futa Waria (gran ciudad), allí muchos de ellos se
encuentran ocultos en las grandes urbes o polos de desarrollo, dormitando en las periferias de la
gran ciudad, arrastrados por los vientos de cambio que danzan de lo rural a lo urbano, es allí donde
muchas veces se sumergen ocultos ante nuestra retina, pero es allí donde se cobijan durmiendo bajo

18
Las eclosiones de las nuevas diásporas mapuches

las frazadas rotas o zurcidas de los suburbios, de los barrios marginales, donde además de la
segregación racial, el estigmatismo y el rechazo impuesto por la sociedad chilena termina por
alienarlos totalmente convirtiéndolos en excluidos de los excluidos, de los más pobres entre los
pobres.

En tal sentido todas estas fuerzas opresoras coalicionan e impactan en el sentirse mapuche, así se
cree que esta ruptura o desgaje identitario en las familias mapuches obedece a una relación que se
ha venido gestando de siglos atrás y, que tiene consecuencias en el presente traduciéndose en el
deterioro de su identidad cosmogónica. Es por ello, que se argumenta que este desgaje y eclosión
de las nuevas diásporas no sea de ahora solamente, sino que como se ha mencionado en las páginas
anteriores, se ha dado durante todo el transcurso histórico, claro, hay que hacer la salvedad que
estos han sido procesos que han tenido distintos matices, pero la mayor de las veces han sido
coloreados con tonalidades grises y oscuras.

Todas estas aristas sin duda, llevan a que se petrifique una rabia antigua que se ha acumulado a lo
largo de los años, la que se manifiesta en que hoy en día padecen una desventajosa situación que
pareciese legitimarse como único curso natural a seguir. Los rápidos procesos de transformación
social y migración que se encuentran relacionados con la pobreza afectan a la vida comunitaria y
debilitan sus redes de apoyo social y acoplan nuevos estilos de vida que nunca han tenido que ver
con sus vivencias como gente de tierra.

En este sentido, los mapuches son afectados por estas condiciones de orden coyuntural de la
sociedad y que se han estimados en cifras oficiales que ellos se encuentran entre lo más pobres de
los pobres del país. Lo anterior resulta relevante para tener presente, ya que el desplazarse desde el
sur (comunidades) a Santiago tiene que ver con; el huir de la pobreza, del deterioro de las
economías campesinas, la escasez de la tierra y la falta de oportunidades laborales y educativas. En
tal sentido lo expone Salazar refiriendo; “… Los espacios se han estrechado y no ha quedado más
que emigrar. En las ciudades les ha sido muy difícil mantener los vínculos heredados de pasadas
generaciones. Aunque se han creado organizaciones destinadas a reservar y difundir su cultura, lo
común es que ella se pierda en el espacio urbano y mestizado”. (G. Salazar, 1999: 144).

Todos estos factores serían las principales causas que explicarían esta creciente migración y la
consecuente desestructuración de su cultura ancestral. Esto se diría, que a partir de un hecho
concreto (usurpaciones de tierras) ha incidido en que hoy el pueblo mapuche sea el más pobre de
entre los pobres, sea un pueblo oprimido, sea un pueblo con una rabia enquistada, que se entreteje
en todas sus dimensiones que no sólo se refleja en sus rostros, sino que también en su sentir y en
su pensar, y por ello, no es menor el término que se les ha enrostrados a los españoles y chilenos,

19
Las eclosiones de las nuevas diásporas mapuches

llamándolos de Wingkas, el cual se traduce al Mapuzungun lleva una pesada carga de enojo
(mañosos, usurpadores, ladrones, extranjeros, etc.).

En este marco, se presenta el descontento de un pueblo tal como se ha mencionado, estaría


asociado a una Rabia Antigua que emerge a la luz de su accionar, ya que es tanto lo que ha cobijado
dentro suyo que cada cierto tiempo tiene que liberar estas tensiones, pero estas, el Estado de Chile
las encausado a enjaularlas y apresarlas, más que tomarlas en cuenta, muchos dirigentes mapuches
han demandado sus reclamos y diferentes abusos que se han cometido en contra de ellos, pero nada
han conseguido, han habido asesinatos, hostigamiento de parte de la fuerza policial, atropellos a sus
familias, heridos en sus propios hogares, niños mapuches dañados emocionalmente, y muchos de las
autoridades ancestrales se encuentran desperdigados en distintas cárceles del país.

Todos estos elementos ofactores obstaculizadores se han ejercido durante siglos en contra del
pueblo mapuche, allí están cobijadas en sus cimiente o raíces históricas que se han ido
codificando/configurando durante el primer encuentro- desencuentro entre dos concepciones de
mundo diferentes, así, desde este momento la rabia antigua se va depositando y germinando en el
mapuche como un agente corrosivo que cada vez más se encarga de desarticular su cultura e
imagen identitaría, por esto, es como hacer la analogía a un espejo trizado.

Por lo referido, se puede deducir que uno de los vehículos que llevaría preñado el descontento
mapuche, sería una rabia antigua acumulada que al cabo ha tomado diferentes derroteros como lo
han sido; la discriminación, racismo, atropellos a sus derechos ancestrales, usurpación de sus tierras,
corridas de cercos, torturas, asesinatos, intervención de sus comunidades por la fuerza policial, etc.
Todas estas formas violentas se han alojados en esta rabia antigua que padecen los mapuches, sean
urbanos como rurales.

Las antiguas lanzas gritan nuevamente Marriam Chiwew. “Diez veces con el
alma venceremos”.

Como se ha referido en los párrafos anteriores, los resurgimientos indígenas mapuches han puesto el
acento en la tierra donde la situación histórica que acarrean en sus espaldas, es una pesada carga
que ha violentado su identidad, donde los Estados y la sociedad han querido hacerles invisibles o
acallar sus demandas. De este modo, se han producido los resurgimientos indígenas que van en
dirección de hacer visible este aislamiento impuesto, así han levantado sus luchas por la
recuperación de sus espacios territoriales ancestrales, se han producido diversos conflictos, tanto
contra el Estado como contra los grupos económicos transnacionales.
Retomado lo anterior, los levantamientos mapuches se han dado a lo largo de la historia desde el
primer encuentro-desencuentro de allí su paradoja, desde 1536 hasta la fecha, donde en la memoria

20
Las eclosiones de las nuevas diásporas mapuches

colectiva se recrean distintos episodios tanto de victorias como de derrotas, de allí surgen sus héroes
y villanos, pero también existe una historia que corre paralela, la historia escrita, que muchas veces
a impactado violentamente en su cultura.
Se han dado innumerables episodios negativos que han llevado alojado esta rabia al desgaje del
espíritu indígena y que han provocado en el proceso histórico varios explosiones, entre ellas los
continuos conflictos y los nuevos resurgimientos que tienen por objetivo las reivindicaciones
ancestrales de sus tierras y el derecho de que se les legitime constitucionalmente como un pueblo
con derecho a la libre autodeterminación, que por medio del cual, vivencien su propia historia y se
den para sí sus propios modos de vida, proyectados desde su cimiente originaria.

Además, se les reconozca y legitime su dignidad como pueblo ancestral diferente, que al cabo se
encamine al fin del atropello de una falsa imagen que ha sido impuesta por los otros extraños a su
cultura. Por todo, existe una deuda histórica de parte del Estado y de la sociedad chilena que tiene
que ser saldada rápidamente y que no quede ahogada solamente como, lo es el lápiz en la laguna
del tintero.

Por esto mismo, en líneas generales se piensa que lo que se le impuso al pueblo mapuche de parte
de los Estados y su sociedad es vislumbrada como; un desgarramiento, un destape a la fuerza, un
quitarse la ropa que fracciona su espiritualidad, en definitiva que rompe su molde cosmogónico
donde se fundamenta su concepción de mundo. Aquí estaría depositada y alojada esta rabia antigua
que gatilla nuevos resurgimientos. De allí, de las eclosiones de los nuevos brotes indígenas que
demandan al Estado derechos que han sido ratificados anteriormente, como lo fue la nación
mapuche (Wall Mapu) en el parlamento de Quillim el 6 de enero de 1641, de allí que las nuevas
diásporas (movimientos mapuches) de hoy reclaman autodeterminación.

Desde esta perspectiva, tanto el abuso físico, emocional, espiritual, y psicológico producidos a los
mapuches han transformando su mundo interno y externo, de ahí que los resurgimientos mapuches
más bien estarían asociados a una rabia antigua, que con el transcurso del tiempo se fue incubando
o tejiendo en esta malla socio histórica cultural, desde el primer encuentro, entre nosotros y los
otros.
Por ello, se sostiene que dicha situación no es reciente, sino que desde muy antaño, claro que
obviamente en estas últimas décadas y comienzos del siglo XXI, muchos actores han ayudado al
movimiento mapuche a tener una mayor connotación y presencia mediática, tanto a nivel nacional
como internacional, estos actores han venido principalmente desde sectores de iglesia, ONGs,
movimientos de derechos humanos, movimientos ecologistas, partidos políticos de izquierda, entre
otros.

21
Las eclosiones de las nuevas diásporas mapuches

Desde este escenario se va construyendo un discurso político/étnico sin abandonar su legado


histórico como pueblo, donde la tierra es el eje céntrico de dicha construcción. Tal como lo decía
Toledo: “A partir del reconocimiento de este vínculo primordial con la tierra, se construye un discurso
etnopolítico que afirma la condición de pueblo, con unidad, historia, lengua, cultura e identidad
étnica propia, reconociendo sus estatus de pueblo sometido por un Estado opresor, y trazando una
perspectiva de autonomía”11.
Cabe hacer un alto en lo que se desea plantear, ya que suele ser muy complejo abordar esta
temática ya que existen muchos elementos que se debieran considerar, pero para esta teorización se
abordar solamente algunos de ellos, sin embargo, se ha hipotetizado durante este ensayo que los
resurgimiento mapuches ponen el acento en la tierra y, esto es uno de los principales problemas que
ya tiene una larga data, donde la situación ha quedado olvidada por parte del Estado nacional, como
si fuera una condición totalmente del pasado, que ya después de tanto tiempo huele mal. En este
sentido se encendería la rabia cobijada debajo de sus ropas de este pueblo y tras la historia, así lo
han hecho sentir con los innumerables estallidos de los nuevos brotes.
En este punto cabe hacer un alto, con el propósito de contar con un escenario global en que se
encuentra posicionado Chile, esto se refiere que el hecho de haber adoptar un modelo económico
neoliberal y un régimen de democracia representativa. No ha dado los frutos para este pueblo en
materia de salvaguardar sus derechos y reconocimiento que este pueblo debiera contar, por tanto la
democracia liberal no ha garantizado un mejor trato, todo lo contrario, ha mostrado la peor faceta,
aquella netamente económica y más sobre todo, que durante la experiencia de 20 años de la
concertación de partidos por la democracia, se instaló la primera falacia del primer gobierno de turno
(Aylwin) con el famoso Pacto de Nueva Imperial un año antes (el 01 de diciembre de 1989), donde
se suponía que las condiciones de existencia de vida para los pueblos originarios cambiarían
positivamente a favor de un marco jurídico tanto nacional como internacional.
La historia se sabe porque es muy reciente que bajo la administración de Eduardo Frei se encuentra
el despojo de las familias pehuenches en el alto Bío Bío con Ralco, y que luego Ricardo Lagos
profundiza las mega obras en territorio mapuche, para lo cual aplica la ley antiterrorista de Estado a
los mapuches, y que últimamente durante el mandato de la señora Bachelet, son asesinados dos
jóvenes mapuches por carabineros de Chile quedando sus crímenes impunes ante la justicia chilena.
Sin duda este modelo, ha provocado fuertes fracturas económicas, sociales, culturales, políticas, etc.
No sólo para el país y la sociedad en general, sino que para los pueblos originarios que han visto
como su mundo (interno y externo) se fue transformando radicalmente, allí en sus territorios de

11
Toledo, Victor.: Pueblo Mapuche derechos colectivos y territorio. Desafíos para la sustentabilidad democrática. Programa Chile
sustentable, Low Ediciones, 2005, Santiago – Chile. Pág. 85.

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Las eclosiones de las nuevas diásporas mapuches

origen han construido grande mega proyectos como, represas y forestales donde ellos han buscado
estrategias de subsistencia, en lo que ellos mismo se han opuestos, así se produce una rabia como
por ejemplo; las forestales por estar en medio de las comunidades son al mismo tiempo enemigos y
vecinos que situación paradojal.
No es para nada sorprendente entonces de la conflictualidad que se produce en estos sectores, pero
que se observan de modo negativo en contra del pueblo mapuche por parte del Estado, los grupos
económicos, los medios de comunicación quienes proyectan la imagen de un Chiapas chilensis donde
no existe ni orden ni ley, entonces el Estado con su poder pone en marcha la supuesta
gobernabilidad que tuvieron los buenos gobiernos de la concertación de partidos políticos, donde se
les escuchaba decir en reiteradas ocasiones que ningún grupo esta por encima de un Estado de
derecho y esto lo hace ver al resto de la sociedad, que sus instituciones funcionan, pero cabe
preguntarse en este caso ¿hacía que grupos funciona la llamada gobernabilidad en un Estado
neoliberal? que impone sus normas y leyes.
Por tanto, sostengo que tampoco el problema lo resolvería el reconocimiento constitucional, porque
aún aprobada, carabineros de Chile bajo el amparo de los gobiernos de la concertación y bajo el
mando de la señora Bachelet, han sido asesinados tres jóvenes mapuches (Alex Lemun, Matias
Catrileo, Jaime Mendoza Collio), por estar defendiendo sus territorios, en la que la protesta social se
ha criminalizado cada vez más por parte del Estado. “… Ya los procesos no son por la ley de
seguridad Interior del Estado, sino que se comienza a utilizar la Ley Antiterrorista, la presencia de
efectivo de carabineros en las comunidades se torna permanente, las carceles chilenas comienzan a
observar cómo ingresan cientos de mapuches, y la respuesta a su protesta es la judicialización del
proceso”. (E. Mella, 2007: 100).

Por esto, es lamentable como el Estado chileno ha usado y abusado de su poder coercitivo, y no
solamente con los mapuches que están en la protesta, sino que lo más terrible, cuando carabineros
allana las comunidades y ejerce la fuerza con las mujeres y niños, cuando carabineros debería velar
por los intereses de todos los chilenos. Pero aquí hay que hacer la salvedad, que en estos actos no
opera que los mapuches son chilenos, sino ordas de incivilizados, seres de segunda o tercera
categoria que hay que aplacar, por esto se piensa que esta es la Nueva Pacificación de la Araucanía,
pacificar a los mapuches para que así las transnacionales o grupos de poder económicos chilenos
puedan tranquilamente esquilmar la riqueza del territorio mapuche.

Esta relación la expresa certeramente el poeta mapuche Elicura Chihuailaf. “… El problema le


compete resolverlo al Estado. Este problema es una relación que hay entre el Estado y la sociedad
chilena con esa minoría que fue derrotada en la guerra. Se les discrimina. Y estos cien años de

23
Las eclosiones de las nuevas diásporas mapuches

sufrimiento del Pueblo mapuche, de desconfianza, de atropellos. Los mapuche ven a carabineros,
ven a la injusticia y sienten absoluta desconfianza, porque siempre han salido de perdedores. Nunca
han ganado en su relación con el Estado y la sociedad”. (E. Chihuailaf, 1999: 126 – 127).

De modo que estos estallidos se visualizan como bifurcaciones que ponen en riesgo a tal democracia,
de ahí, que el Estado ha aplicado la ley antiterrorista del Estado (18.314) y la ley de Seguridad
interior del Estado a innumerables mapuches y que se encuentran en las distintas cárceles de Chile
desperdigados y arrancados de su tierra y núcleos familiares, no contando con un juicio justo.
Gran cantidad de su gente mapuche son condenados por testigos encubiertos, se criminaliza la
protesta social, porque son sindicalizados como violentos, agresores y terroristas, el Estado por
medio de carabineros exacerba su potestad punitiva para reestablecer el buen orden social. Así lo
hace ver Boaventura. “… Hay por otro lado, una criminalización de la protesta social: ustedes saben
que, siguiendo una decisión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, los países fueron
obligados a aplicar nuevas leyes antiterroristas. Yo vengo de Perú y de Chile donde 800 líderes
indígenas están incriminados por leyes antiterroristas, es decir que fueron considerados terroristas.
¿Por qué? Porque bloquearon carreteras, y en Chile y en el Perú bloquear una carretera es un acto
terrorista”. (B. De Sousa, 2008: 17).
Desde esta panorámica a los movimientos mapuches y sus dirigentes se les aplicado todo el peso de
la ley por actos de conductas terroristas que supuestamente ponen en peligro la gobernabilidad que
ostenta el Estado nacional, pero a la vez a resguardado los intereses de estos grupos con la misma
policía de todos los Chilenos, allí es frecuente ver como carabineros de Chile resguarda los camiones
de las forestales y su patrimonio. Entonces, ¿quién acaso debería resguardar los intereses de las
familias mapuches? cuando piden justicias por el atropello de sus derechos, esto involucra una
respuesta que debiera dar el Estado, pero al parecer es mejor argumentar y mostrar en sus
imágenes (diarios y televisión), que son los mapuches los violentos y, son ellos que ponen en riesgo
la gobernabilidad que posee el país en una consolidada democracia.
Como tal se podría argumentar de qué “retirada del estado”12 estamos hablando, obviamente existe
un aplanamiento del Estado de cómo se había concebido al servicio de la sociedad y que de eso no
se discute, pero si se discute desde un enfoque étnico que el Estado no se ha retirado en lo que
concierne al pueblo mapuche y muestra de ello se ha referido en muchos pasajes de este análisis.
“… Desde antaño las organizaciones y comunidades mapuches han planteado su demanda frente al
despojo territorial del que han sido objeto, despojo que se ha ido materializando a través del tiempo

12Para mayor información léase en: Cavarozzi, Marcelo y Abal Juan (compiladores): El asedio de la política. Los partidos
Latinoamericanos en la era neoliberal. Buenos Aires – Argentina. Pág. 28.

24
Las eclosiones de las nuevas diásporas mapuches

de múltiples formas pero en el que ha existido una constante: la opción del Estado chileno por
ocupar o propiciarla ocupación de sus tierras a fin de llevar a cabo diversos proyectos de desarrollo,
desarrollo que permanentemente ha excluido de sus beneficios a los propios mapuche, los que a su
vez siempre han a sumido sus costos. (M. Correa y E. Mella, 2010: 295).
En esto mismo, la situación mapuche ha empeorado en las comunidades rurales, su situación no
deja de ser negativa, ya que como se ha argumento se han producido constantes conflictos con
forestales, celulosas, debido a que muchas de ellas han dividido a las comunidades, estos hechos
tiene su cimiente en lo que se ha expuesto anteriormente, pero también bajo el régimen dictatorial
que levanto la plataforma del Estado, como CONAF para impulsar el desarrollo de las empresas
forestales en las regiones del sur.
Muchas de los dueños de estas forestales están en manos de algunos grupos económicos que
dominan todo el espectro nacional, así lo reseña Toledo. La mayor parte de los beneficios y apoyo
otorgados por el gobierno al sector forestal durante las décadas de 1970 y 1980 fueron
aprovechados sólo por unas pocas empresas, y actualmente sólo tres grupos económicos (Angelini,
Matte y Schmidheiny) concentran la mayor parte de la propiedad de las plantaciones forestales de
chile13.
De esto, es sabido ya del gran deterioro medio ambiental que han provocado a la tierra y a su vez a
las comunidades de origen mapuche, la tierra se ha degradado con la tala indiscriminada de árboles
nativos, los cuales han sido suplantados por plantaciones de monocultivos especialmente de pino
insigne y eucaliptos, estos han secado y contaminados las napas de aguas subterráneas, de modo
que ya, todo se transforma si antes era su paisaje natural, hoy este lugar, pasa a transformarse en
un paisaje artificial. Como antecedente a tener en cuenta, me ha tocado observar que cuando se le
pide a un niño que dibuje un bosque lo más sorprendente que este niño lo retrata dibujando corridas
de pinos o eucaliptos bien alineadas unas de otras.

¿Es posible que siendo Chile un Estado multicultural o Pluriétnico otorgue


autogobiernos al pueblo mapuche?. “Reconocer al otro en su diferencia”.

Cabe hacerse además otros cuestionamiento, ¿Cómo es posible que el pueblo mapuche pueda contar
con una plataforma de autogobiernos si el Estado, aún no les da legitimación constitucional como
pueblo diverso?, ¿Cómo puede explicarse este achatamiento (reducción del Estado) del Estado que
vocifera ser Multicultural o Pluriétnico?. Esto implicaría aún mayores demandas en este caso, de
reivindicaciones de los movimientos mapuches, por lo que desde mi posición no convence que el
Estado este dispuesto a ceder más de su poder.

13
Op. Cit, Toledo. Pág. 61.

25
Las eclosiones de las nuevas diásporas mapuches

A través de estas interrogantes se tratara de enhebrar el análisis que se ha llevado en estos


planteamientos. Las razones que se ha citado dan cuenta que la situación por la que atravesado el
pueblo mapuche no ha sido beneficiosa, sino todo lo contrario. No obstante, hoy en día el país se
arroja para sí que es un país multicultural, pluriétnico, creo que desde siempre lo ha sido ya que han
habido innumerables pueblos antes y después de la conformación del Estado, pero también hay que
hacer la salvedad, que fue bajo el Estado nacional que se han exterminados pueblos originarios
completos, como lo fueron los Selknam, Aonikenk, Tehuelches, todos ellos pueblos originarios
Australes
Entonces, cabe cuestionarse al respecto ¿De qué Estado multicultural estamos hablando?, porque tal
como se ha planteado, el Estado de Chile no ha contribuido a la proyección y mantención de los
pueblos originarios y de hacer de Chile un país con mayor riqueza cultural, muchos de estos pueblos
se sienten apresados en sus propios espacios territoriales, tal como lo expresa Kymlicka; Estas
minorías a menudo se perciben a sí mismas como “naciones atrapadas” y se conducen de acuerdo a
líneas nacionalistas para obtener o recuperar derechos de autogobierno.14
Por cuanto un Estado multicultural, valora y pone su acento en la tolerancia, lo diverso, en sus
múltiples formas, sean estos; pueblos indígenas, inmigrantes, minorías sexuales, gitanos, etc.
Además, un Estado multiétnico abandona su pasado arrogante, discriminador, dominador y
usurpador. Por lo tanto, debe aprender y extraer lecciones de su pasado, las cimenta en el presente
y las proyecta en un futuro para no volverlas a cometer. Al fin de cuentas, es un Estado que se
piensa así mismo (autorreproduce) la mayor de las veces, con el propósito de reconstruir un nuevo
tipo de relación con la sociedad en general, basado en los principios de respetar las diferencias.
Lo importante es que aquí germine la idea que nos podamos reconocer que tenemos diferentes
creencias y que son tan válidas como las de los otros grupos, y por tal, se necesita luchar por ellas y
así lo demostrado el pueblo mapuche durante siglos. En esta misma línea de argumentación lo
refiere Boaventura: Los caminos del cosmopolitismo multicultural, trata de las luchas y de las
políticas de reconocimiento de la diferencia que en las últimas dos décadas han confrontado las
identidades imperiales, los falsos universalismos y el coloniaje del poder, los cuales son tan
intrínsicos al capitalismo histórico como la explotación del trabajo asalariado… Se analizan las luchas
y los movimientos de los pueblos indígenas por la autodeterminación, las luchas y los movimientos

14
Kymlicka, Will y Christine, Straechle.: Cosmopolitismo, Estado Nación y Nacionalismo de las minorías: Un análisis Crítico de
la literatura reciente. Traducido por: Torbisco Neus y Pérez, Karla. (IIJ – UNAM), documento PDF. Pág. 14. (On line); disponible
en: www. Google.com.

26
Las eclosiones de las nuevas diásporas mapuches

feministas, de los homosexuales, por la autonomía local, por la justicia y por los derechos humanos
multiculturales15.

Desde este enfoque, las reivindicaciones mapuches cobran sentido, reivindicaciones que obviamente
tienen un sustrato alojado en su concepción de vida y en la necesidad de contar con la anhelada
autodeterminación. Y no se trata como reza el refrán popular de hacer “mucho ruido y pocas
nueces”, no solamente se trata de construir un país pluriétnico y de festejar el Wiñol Tripantu (año
nuevo mapuche), u otras manifestaciones culturales de los pueblos originarios por parte de las
autoridades estatales y colgar de los edificios públicos inmensos lienzos que digan que Chile es un
país multicultural, tampoco se trata como refiere el Estado. “Un paso más hacía la integración, la
celebración del día nacional de los pueblos indígenas es la expresión de un territorio abierto a la
diversidad, que reconoce en sus indígenas la raíz de una sociedad cultural. El 24 de junio es una
invitación a mirar hacía el interior para reconciliarnos con nuestros orígenes”16.

Para llegar a ser un país multicultural hay que empezar por dar pequeños pasos un ejemplo es; que
se saca por hacer de esto un día nacional (24 de junio) si muchas personas de la sociedad nacional
desconocen de esta celebración, no sería mejor colorear de rojo el calendario definitivamente, para
hacer un gesto concreto de reconocer que existe un año nuevo diferente al occidental, esto se cree
que contribuiría a dar un paso de integración, mucho se sabe en Chile de muchos santos y demás
fiestas, pero ninguna que beneficie a los pueblos originarios y la única que se celebra (12 de
octubre), es una fiesta de humillación que dice del trato que les dieron y en la situación desventajosa
en que hoy sus descendientes se encuentran. Por ello se piensa que aún hay mucho trecho por
recorrer para hacer de Chile un país multicultural.

Se necesita de un cambio de mentalidad, el cual estaría orientado a tejer un nuevo tipo de relación,
no tan sólo con el Estado, sino que también con la sociedad chilena, los cuales por así decirlo se
eduquen bajo el paraguas de la pedagogía de valorar la diversidad. Siguiendo a Elicura nos dice: A
los chilenos les decimos que deben aceptar que este es un país pluricultural, que nosotros tenemos
una cultura distinta a la chilena, y que consideramos que es legítimo que los mapuches sigamos
siendo tal cual somos. Que nosotros queremos seguir existiendo como pueblo. Queremos que siga
nuestro idioma. Que siga existiendo el Lonco y la Machi. Queremos recuperar nuestros derechos
como pueblo. Queremos ser nosotros los que diseñamos y controlemos nuestro proyecto de vida. Y

15 De Sousa Santos, Boaventura.: Democratizar la Democracia. Los caminos de la democracia participativa. Editorial Fondo
de Cultura Económica. 2004, Pág. 32.
16
Gobierno de Chile - Programa Orígenes – Conadi.: 24 de Junio día nacional de los pueblos indígenas. El día que el sol esta de
vuelta. 2006. (revista). Para mayor análisis ver en: www.origenes.cl.

27
Las eclosiones de las nuevas diásporas mapuches

queremos que la sociedad tenga claro que las condiciones en que hoy día estamos los mapuches nos
ha transformado en los más pobres entre los pobres17.
También se encuentran los casos de las violaciones de derechos humanos como; torturas,
detenciones, desapariciones y asesinatos, en muchas de las comunidades de origen se persiguió a
sus dirigentes debido al fuerte componente ideológico que tenían, especialmente con los temas de
reivindicaciones territoriales y del atropello incesante que se les cometía.
Se postula, que fuese quien fuese de los gobiernos de turnos que han habido, la situación del pueblo
mapuche no ha mejorado significativamente y, se cree que esta situación no va a mejorar con un
gobierno de derecha (Piñera). Ahora, si bien es cierto que no es lo mismo estar en un régimen
militar que en uno democrático, pero en materia de derechos humanos e indígenas, estos no varían
mucho, porque así se ha podido constatar, con la llegada de los gobiernos de la concertación, las
condiciones materiales de vida no han mejorado para los mapuches.
Análisis conclusivo. “Los otros en todos nosotros”.

En el presente ensayo, se ha tratado en particular de levantar la polvareda que se encuentra alojado


en nosotros, en nuestra retina y conciencia como sociedad, en la cual hemos sido los herederos de
un pasado inquisidor y por ende, como hijos de esta llamada patria hemos forjado en los braseros de
Hefestos un Estado a imagen y semejanza nuestra, el cual no ha valorado lo auténtico y lo diverso
como lo han sido los pueblos originarios de este territorio, sino todo lo contrario, los ha enjaulado
tras los barrotes de hierro del silencio, de la imposición, homogenización, en fin de cuenta, esto nos
enrostra la amnesia histórica que se ha llevado a cabo. Esto merece una cuidada atención que se
debiera reflexionar, más aún, cuando desde algún tiempo hasta esta parte, se han producido
innumerables demandas indígenas de reivindicación que tiene este pueblo, tal como se ha visto en
las páginas anteriores. Por ello, no ha de extrañar que al haber trazado estas líneas, nos dan luces
y/o pistas de cómo se gestó el sometimiento de este pueblo, primero por parte de los conquistadores
y posteriormente con el nacimiento del Estado nacional y su sociedad.

Sin embargo, no se ha tratado de entregar una argumentación completa, ya que dicha situación que
ha vivenciado y vivencia el pueblo mapuche es compleja. No obstante, se cree que de algún modo u
otro se han entregado algunos atisbos que pudieran enriquecer y contar con una perspectiva más
amplia de lo que ha significado que, el pueblo mapuche este reivindicado sus derechos como un
pueblo diverso y que continué manifestando sus propias formas de vida en un territorio que
históricamente fue suyo, pero que a lo largo de todo este proceso de relación con el Estado y la
sociedad civil chilena, se gestaron procesos que impactaron hondamente en sus forma de vida, como

17
Op. cit. Chihuailaf. Pág. 170.

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Las eclosiones de las nuevas diásporas mapuches

se mencionó arriba, todos estos procesos desestructuraron su accionar como pueblo diverso bajo la
imposición del Estado Chileno.

En consecuencia, el Estado nación debe necesariamente dar un salto a la vez que sea cuantitativo y
cualitativo, que beneficie a los pueblos originarios, en este caso al pueblo mapuche y que indique
que no vaya a ser una ley más solamente, ya que leyes indígenas han habido muchas, pero todas
ellas han terminado por derogarse y revestirse con otros ropajes. Estas han demostrado que no han
sido el camino más indicado para resolver la situación en la que se encuentran los pueblos
originarios de este Chile.

Se postula que tampoco el problema lo va a resolver el reconocimiento constitucional ya aprobado,


pero no cabe duda que esto sería un gran logro. En este punto creo que merece hacer una
aclaración y no indica querer vendarse los ojos, pero tal reconocimiento constitucional no significa
que el Estado de Chile quiera reconocer que exista dentro de su Estado un Estado diferente, el que
durante siglos los mapuches están reclamando, por cuanto estas son las aspiraciones del movimiento
mapuche más radical que reivindican la nación mapuche (Wall Mapu), en los principios de Justicia,
libertad, territorio y autodeterminación, que anteriormente sus ancestros suscribieron con la corona
Española y luego ratificado en los parlamentos de la incipiente república chilena.

Actualmente las reivindicaciones mapuches, no sólo ponen el acento en las condiciones materiales de
su existencia, sino que acentúan como la dinámica de colonización en la que se han envuelto los ha
transformado en una sociedad marginada en todas sus dimensiones, sean estas culturales, sociales,
políticas, económicas, etc. Esto mismo lo expone Bengoa señalando que; “… La “demanda indígena”,
sin embargo, no se contenta solamente con reivindicar beneficios para quienes pertenecen a las
comunidades indígenas, sino que propone crecientemente cambios que afectan al conjunto de la
sociedad nacional y al Estado. Si proponer una sociedad multiétnica y multicutural los indígenas no
sólo han cuestionado su propia situación de pobreza y marginalidad, sino que han cuestionado
también las relaciones de dominación de la sociedad latinoamericana basadas en la discriminación
racial, en la intolerancia étnica y en la dominación de una cultura sobre otras. Los indígenas han
cuestionado las bases del Estado Republicano Latinoamericano, construido sobre la idea de “un solo
pueblo, una sola Nación, un solo Estado”. (J. Bengoa, 2007: 41-42).
Creo que esto no va a pasar, por lo menos en muchos años más ya que como se ha indicado a lo
largo de su historia, el Estado de Chile y su sociedad, han dado muestras muy fehacientes de no
aceptarlo, por ello, se dice que Chile es uno de los Estados más retrógrados e intolerantes del mundo
en materia indígena, soy de la creencia que para solucionar muchos de los problemas enunciados se
deben dar primero otros pasos que son fundamentales y, que van en directa relación con un cambio

29
Las eclosiones de las nuevas diásporas mapuches

de mentalidad, de hacerse un mea culpa de reconocer que Chile sostiene una deuda histórica con
este pueblo, y de allí su reparación de hacer visible la historia oculta, de enunciar todos los atropellos
e injusticias que ha cometido, aunque por más cruel que resulte. De esto nos habla el profesor Mario
Garcés cuando refiere que, la memoria debe de reconocer una historia de atropellos, porque la
memoria no habla por sí sola, esta necesita de ser pensaba y re-pensada, construida y conversada,
para que al fin esta se pueda mantener, de modo que se hace urgente y necesario contarla, y esto
no significa solamente de mirar el pasado como lejano y de querer dar la vuelta la hoja “no”, sino
que significa tráerlo al presente y contarlo a sus descendientes, para que de algún modo u otro se
construya un mejor mañana.

Quizás no sea aventurado mencionar que la situación que vivencia el pueblo mapuche estaría mejor
bajo una democracia directa, que el de una democracia de mercado o representativa. Donde La
primera ponga el énfasis en lo local, comunitario o regional del pueblo mapuche ya que se encuentra
más cercano a las personas, y son ellas la que ejercen un mayor control. Tal como lo plantea Nun:
Además, junto con estos modos (democracia directa) de democratización que relacionan al
ciudadano con el gobierno, deben fomentarse otros de índole horizontal y descentralizada entre los
ciudadanos mismos, a nivel de las organizaciones de a sociedad civil y de los movimientos sociales
que en ella germinan18.
Esto significa un cambio que va en dirección de contar con mayor niveles de participación ciudadana,
autonomía, mayor control y por tanto de mayor empoderamiento del movimiento mapuche en hacer
valer sus derechos, significaría además de construir relaciones más horizontales con el Estado de
Chile y su sociedad.
Significa además dar un gran salto de poder cimentar una plataforma de la diversidad, por lo que se
cree que el actual Estado sus instituciones, dirigentes y el resto de la sociedad no están preparado
para asumir este desafío de pasar de ser un Estado monocultural a un país multicultural verdadero,
donde todos tengan cabida, en esto, se necesita de mucho camino por recorrer. Tal como lo decía
Kymlicka: La mayoría de los países americanos son multinacionales y pluriétnicos, como la mayoría
de los países del mundo. Sin embargo, muy pocos países están preparados para admitir esta
realidad19.
No se trata de que esto indique necesariamente de poner fin a todo el conflicto dado entre el pueblo
mapuche y el Estado y su sociedad, sino que esto nos indica que se pueden ir construyendo

18
Nun, José.: Democracia ¿Gobierno del pueblo o gobierno de os políticos?. Fondo de Cultura Económica. 2000. Argentina. Pág.
172.
19 Op. Cit. (Kymlicka), 1996. Pág. 40.

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Las eclosiones de las nuevas diásporas mapuches

relaciones más nutrientes de reconocer al otro en sus diferencias y alteridad. De tal forma, se trata
de pasar de un Estado homogenizante a un verdadero Estado multicultural, esto quebraría las lógicas
de operar no sólo del Estado, sino que también de los ciudadanos multiculturales, que se guiarían
ambos ha aprender nuevas formas de vida de los nuevos otros, y de ser capaces de observar su
mundo desde el lente de los otros, allí creo que estaría la legitimación y el reconocimiento de la
diferencia.
Es claro desde la perspectiva de la multiculturalidad que se construirán relaciones más horizontales,
basadas en los principios del reconocimiento de las diferencias y tolerancia, que la aceptación y
reparación histórica conllevarían a un legitimación constitucional por parte del Estado al pueblo
mapuche, donde ellos, podrán contar con mayores libertades de autogobiernos locales y
comunitarios, basados en los principios orientadores de su cultura como lo han sido desde siglos, las
autoridades del Longko (cabeza, autoridad de la comunidad) la Machi (Guía espiritual de la
comunidad, agente de salud), Kinmche (es el agente sabio de la comunidad, consejero) Lawenche,
(persona que sana a través de remedios medicinales, conoce las yerbas y sus propiedades), Werken
(es el mensajero del Longko), Wueipife (persona que tiene todo el conocimientos de las familias de
origen de los Lof-comunidad), Nguienpín (es el dueño de la palabra y hace las rogativas en las
ceremonias espirituales), entre otros.
Esto también nos dice, aparte del reconocimiento de las autoridades, que los sistemas que guían la
cosmovisión, es decir; idioma (mapuzungün), religión, bailes, cantos, leyendas, comidas, juegos,
sistemas médicos (remedios naturales), también significan la recuperación de territorios ancestrales
que han dividido a las comunidades (lof), en definitiva, significa más allá de ser una reparación
histórica, le da valor nuevamente poner en movimiento todo su mundo en legitimación, significa de
parte del mundo mapuche la vuelta de los espíritus del Wenu Mapu al Nag Mapu20.
Dada la importancia y especificidad, que tiene el Estado en la legitimidad constitucional, de haber
sido aprobado el convenio 169 de la OIT significaría notables fracturas con el pasado, de allí, que
hoy con su aprobación, habría que trabajar ahora por su legitimación en todas sus dimensiones y
asegurarse que no sea cercenado como paso con la ley indígena original (19.253), de allí se podría
dar pie para hablar de un esquema de Estado multicultural, antes no, tal como se ha sostenido en
los pasajes anteriores. De todo esto, se puede concluir que, mientras el Estado y la sociedad chilena
no reconozcan gestos hacía este pueblo, no se avanzaría a un diálogo multicultural pleno.
En este mismo ámbito de la deuda histórica que tienen que saldar los gobiernos de este país, el
poeta Elicura Chihuailaf lo ha planteado así; Esperamos lograr con este gesto un verdadero

20
El Wenu Mapu, dentro de la cosmovisión Mapuche corresponde al espacio de arriba, donde moran los dioses y los espíritus
ancestrales, en cambio el Naj Mapu, corresponde a la tierra donde moran los hombres, los animales, aves, peces, es decir, la
naturaleza, véase en:. Informe de la comisión de trabajo autónoma Mapuche (COTAM). Pág. 606.

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Las eclosiones de las nuevas diásporas mapuches

reencuentro nacional con su pasado, con sus raíces y con todos aquellos que lo han mantenido en el
olvido, ya que no se puede continuar en este país con heridas abiertas que impiden reconciliarnos
con la historia y entre nosotros mismos21.
No obstante, hoy pasa lo contrario donde es posible percibir que existe una confianza desconfiada
hacia los chilenos y hacía el Estado. De modo que este sentir, se hace latente cuando se escucha a
los mapuches hablar de las instituciones del Estado que han amparado a los intereses privados por
siglos, en desmedro de sus derechos que son preexistentes de ser los primeros pueblos de este
territorio, por lo que sus derechos de reivindicaciones pasan a ser derechos basados en su
costumbre.
Desde estos mismos lineamientos, algunos sectores radicales mapuches señalan que el “diálogo con
el Estado de chile no conduce a nada”, y así lo ha demostrado el proceso histórico vivido, donde
llevan siglos parlamentando para poder resolver sus conflictos, pero estos se resuelven en una sola
dirección, es por esta vía, que dicen que “no queremos más diálogo, ya mucha saliva hemos
gastado”.
Hoy creo que todo queda en buenas intenciones y en meras palabras y no acciones concretas de
parte del Estado en reconocer que los pueblos originarios se merecen un mejor trato, una reparación
histórica, lo que llevaría a un mejor entendimiento de construir un mejor país, el cual reconozca que
existen otros pueblos que merecen seguir sus propias directrices en el mantenimiento de sus formas
culturales. Muchos Longkos de diferentes territorios llevan lanzando sus puntas de lanzas antiguas
que habían estado guardadas bajo el polvo de su memoria y las han clavado en el cráneo del Estado
y sus gobiernos, refiriendo que se deben tomar en cuenta la palabra que danza desde su propio sello
arquitectónico, que tienen que considerar y valorar su cultura. Y que mejor que ellos debieran
forjarlo, ya que son ellos mismos los que vivencian y actúan día a día desde su propio mundo, desde
su propio marco autorreferencial, son ellos los ejes fundadores y constructores de su propio saber y
entendimiento. Por tanto, se debieran tomar en cuenta lo que sienten y expresan desde el fogón de
su hogar.
Los problemas que ha tenido este pueblo con el Estado, tampoco lo resuelven los partidos políticos
tanto de derecha como de izquierda. Esto pareciera ser una tendencia mundial, donde los partidos
políticos no han sabido identificarse con la explosión de diversos actores sociales. “Los movimientos
sociales que han emergido, incluyendo organizaciones de mujeres, comunitarias, de derechos

21
Op. Cit. Chihuailaf. Pág. 190.

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Las eclosiones de las nuevas diásporas mapuches

humanos, ecologistas e indígenas, los partidos han tenido dificultades para articular estas nuevas
formas de expresión política en un proyecto político común”22.
Prueba de ello, ha sido el movimiento mapuche ya no desea autoidentificarse con los proyectos
políticos de izquierda, ya que han agravado su situación, el moviendo mapuche no esta mirando los
partidos políticos y movimiento sociales como lo había hecho anteriormente. Esto lo expone Moulian
en la entrevista de la revista Clacso; “… Hace tiempo que el centro de la movilización social no son
los trabajadores. Lo son solamente cuando se trata de trabajadores del cobre o los portuarios. Esos
son los dos grandes sindicatos capaces de mover y de centrar en su entorno a otros sectores. Pero
incluso ellos no despiertan el interés público, parece que hubiere en ellos algo de trasnochados que
hace que no consigan lo que consiguen los estudiantes o lo que consiguen los mapuches. La lucha
de los mapuches está todos los días en la televisión. Tergiversada y todo, pero está presente. Pero
esta lucha de los mapuches, los partidos políticos chilenos no la toman, nosotros, los profesionales,
tampoco la tomamos. (T. Moulian, 2008: 171).
En este sentido, el haberse identificado el movimiento mapuche con los partidos de izquierda le
significo una experiencia amarga en todo su mundo, donde muchos dirigentes fueron perseguidos,
torturados y asesinados por el régimen militar. Asimismo, Contreras agrega; En Chile, en febrero de
1984, el movimiento mapuche era fuerte; mucho más que cualquier agrupación política de oposición
al régimen de Pinochet. Lamentablemente, la izquierda hegemonista se infiltra en el movimiento y lo
destruye todo al intentar llevar a los mapuches a una guerra contra Pinochet. La izquierda chilena no
comprendió que la resistencia mapuche ante el estado chileno es varias veces centenaria23.
De este modo, hoy en día se extraen lecciones de lo ocurrido y sus aspiraciones apuntan al eje
céntrico que desde siempre debieron apuntar, es decir, se autoidentifican con su sustrato cultural
primogénico, desde aquí están reivindicando su cultura, territorios, sus autogobiernos
(autodeterminación), desde aquí están eclosionando sus nuevas esporas que tienen un mayor
entendimiento y conciencia de lo que significa la recuperación de tierras.
El movimiento mapuche hoy en día está siendo autónomo, hay una mayor reflexión de las
comunidades, donde ya no se encuentra el experto de un partido político que les diga que hacer y
que no. Hoy el movimiento mapuche se encuentra recuperando el Feyentun (cosmovisión), Kimun
(sabiduría ancestral) de la realidad en que se encuentra este pueblo y necesariamente recuperar

22 Roberts, Kenneth.: El sistema de partidos y la trasformación de la representación política en la era neoliberal


Latinoamericana. En: En Dossier. Democracia y gobernabilidad ESPO XI, 2006. Universidad Alberto Hurtado – Chile. Pág.
71.
23Contreras, Jesús (compilador).: La cara india, la cruz del 92. Identidad étnica y movimientos indios. Talasa Ediciones,
1992. Madrid – España. Pág. 191.

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Las eclosiones de las nuevas diásporas mapuches

Feyentun y Kimun significa recuperar tierra y territorio, ya que aquí se encuentra el nido embrionario
de lo que sustenta lo que significa ser mapuche. En definitiva se está mirando su propio sustrato
cultural y desde allí, se encuentra construyendo sus propios proyectos que van encauzados a formar
sus autogobiernos y a opinión personal esto sería el eje fundante del pueblo mapuche, proyectar su
futuro desde su origen.
En Chile han germinado o florecido nuevas diásporas, pero estas deben ser entendidas que llevan
alojadas en su cimiente una conciencia de memoria histórica como pueblo, es decir, al emerger estos
nuevos brotes tienen en sus cimientes un pasado que se eterniza. Las aspiraciones de reivindicación
mapuches no son quimeras son una realidad que afecta a este pueblo y, que ha estado marcada por
diferentes procesos violentos que han trizado los modos culturales de su cultura.
En tal sentido, el pueblo mapuche a mi entender, no va a ceder a una legitimación del
reconocimiento constitucional plena como pueblo, esta libertad o autonomía no es más ni menos que
la autodeterminación que como pueblo tiene derecho a restituir los códigos ancestrales, donde los
demás no indígenas legitimen las formas de vida como un pueblo diferente al de los chilenos, desde
este sustrato se piensa que se construirá relaciones de alteridad basadas en el respeto, tolerancia y
reconocimiento de las diferencias.

Desde este momento, quizás por ser muy autocrítico y un tanto pesimista, me resulta imposible de
pensar que se pueda alcanzar a un corto plazo la legitimación constitucional de parte del Estado
chileno, donde el pueblo mapuche tenga como propósito darse sus propias formas de legitimación
ancestral, es decir, aplicar sus diseños autónomos a su propia realidad, de poder restituir sus formas
de autogobierno basados en las comunidades territoriales. Por ello, una de las formas de dar
sustento a su cultura sería despertar la oralidad para restituir nuevamente los territorios en sus
comunidades de origen.

Por el momento, cabe suponer que mientras el Estado no legitime que existen demás pueblos
originarios, pensaré que es un Estado, (al igual que sus instituciones y gran parte de la sociedad
chilena) rutinario como una entidad pegada como estructura Estatocéntrica, donde continúa
danzando en su misma danza, con su mismo ritmo cayendo en su misma inercia somnolienta que al
fin de cuentas quiéralo o no, se precipita al del Status Quo.
Por otra parte, el pueblo mapuche quiere dejar de ser considerado una minoría minorizada el interior
del Estado nación, donde se desea que haya un cambio sustancial en la actual política hacía este
pueblo. Lo otro dice, que el pueblo mapuche no es un grupo étnico reducido, como se les ha hecho
pensar, ver y tildar por los mecanismos del Estado, que abandonen sus falsas y añejas imágenes de
antaño, ya que estas no contribuyen a la tolerancia y alteridad de vernos como legítimos otros en

34
Las eclosiones de las nuevas diásporas mapuches

nuestros mundos compartidos, al cual al relacionarnos en el reconocimiento del otro (a) nos
entenderemos en un mismo mundo.
No obstante, se cree que bajo un verdadero Estado pluriético se cree que germinarán ciudadanos
multiculturales, los cuales estarán más abiertos aprender nuevas formas de vida basados en la
legitimidad de comprender al otro (s) en sus diferencias. Se trataría de navegar hoy en el mar del
reconocimiento de la diversidad, se trataría también de expandir y flexibilizar nuestros horizontes
atornillados de creer que nuestros modos de vida culturales no son perfectos a los demás, no se
trata tampoco de mirar a los otros con ojos ajenos, sino que se trata de reconocer al otro que
duerme en nosotros.

FEIKAY MÜTEN. TAÑI WUEIPIFE PROFESOR.

ES TODO LO QUE PUEDO DECIR PROFESOR.

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Las eclosiones de las nuevas diásporas mapuches

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