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Nuevos
Debates, 2006
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Carmen Bernand
De lo étnico a lo popular :
circulaciones, mezclas, rupturas
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Referencia electrónica
Carmen Bernand, « De lo étnico a lo popular : circulaciones, mezclas, rupturas », Nuevo Mundo Mundos Nuevos
[En línea], Debates, 2006, Puesto en línea el 18 enero 2006. URL : http://nuevomundo.revues.org/1318
DOI : en cours d'attribution
Éditeur : EHESS
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Carmen Bernand
Lo criollo
5 Uno de estos puntos de reunión de diferentes estatus es lo criollo, como categoría que
difícilmente puede ser reducida a la etnicidad. Los historiadores han analizado el papel de
los criollos en la gestación de las independencias nacionales, pero los antropólogos no se han
interesado en las representaciones vinculadas con este concepto, y que son importantes si
queremos pensar qué » es « lo popular ». Desde los primeros decenios de la era colonial los
cosmógrafos se plantean el problema de la relación de la fauna, de la flora y los pueblos con la
tierra en la que nacen o en la que viven. Las plantas y los animales americanos, contrariamente
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a los europeos, son « rústicos y agrestes, duros y rezios » . Cárdenas no es el único médico u
hombre de ciencia que señala la fertilidad excepcional de los frutos y productos de la tierra.
Esa potencia genésica se debe a la fuerza contenida en la naturaleza sin domesticar, « viciosa ».
Una naturaleza tan prolífica puede darse el lujo de contener espacios « inútiles » : charcas,
lagos, pantanos, selvas, cerros, espacios que los campesinos indígenas de los Andes ven como
una reserva natural de esa fuerza fecundante. Los mitos actuales están en armonía con las
creencias coloniales de los españoles.
6 Esas características vegetales y animales también se transmiten a los hombres nacidos en
tierras americanas. No tanto a los indígenas, diezmados por las enfermedades, sino a esa
humanidad renovada que son los mestizos y los criollos. Efectivamente en un sentido amplio
son criollos todos los nacidos en América : los negros, que ya no tienen que ver con los bozales
africanos (créoles en las Antillas franceses son justamente los mulatos), los mestizos y los
mismos españoles. Los Españoles nacidos en las Indias según el mismo Juan de Cárdenas,
(que escribió en 1591 un tratado sobre las plantas y las enfermedades de Nueva España), han
perdido la complexión colérica típica de los de la península. En muchas fuentes los criollos
son considerados como mas ingeniosos que los gachupines o los chapetones, aunque desde el
punto de vista del peninsular – sobre todo si es funcionario de la corona – los criollos tienden
a ser desleales porque olvidan el vínculo de vasallaje que los une al soberano, el cual, de este
lado del océano, es mas bien una entelequia. Peor aún : desde fines del XVI, se afirma que esos
criollos podrían descargar violencia y odio en virtud de la antipatía natural que todo pueblo
siente hacia el dominio extranjero. El geógrafo López de Velasco resume la situación de este
modo:
« Los españoles que pasan a aquellas partes y están en ellas mucho tiempo, con la mutación del
cielo y del temperamento de las regiones, aún no dejan de recibir alguna diferencia en la color y
calidad de sus personas ; pero los que nacen dellos, que se llaman criollos y en todo son tenidos
y habidos por españoles, conocidamente salen ya diferenciados en la color y tamaño, porque
todos son grandes y la color algo baja declinando a la disposición de la tierra ; de donde se toma
argumento que en muchos años aunque los españoles no se hubiesen mezclado con los naturales,
volverían a ser como son ellos ; y no solamente en las calidades corporales se mudan, pero en las
del ánimo suelen seguir las del cuerpo y mudando él se alteran también ».
7 Este comentario es fundamental para entender el proceso de fusión que se está dando a la
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sobre la integración de los indígenas en el siglo XIXe) son nociones que aparecen en una
época muy temprana : Bernabé Cobo, por ejemplo, en su descripción de Lima, habla del buen
gobierno del virrey marqués de Cañete, « el primero a quien debidamente da este reino el
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honorífico título de Padre de la patria » . ¿Qué significa « patria » en el siglo XVI ? En España
después de la Reconquista , la patria es un patrimonio común vinculado con la tierra natal y
con la lengua. Se valora la lengua materna impregnada de afectividad y el término de « amor »
aparece tempranamente en las crónicas para calificar el sentimiento que une a un individuo
con su patria. Generalmente en estas épocas mas antiguas, la patria suele ser la patria chica,
el pueblo, o la comarca vecina, pero también puede corresponder a un conjunto mas amplio
que tiene que ser rastreado en la documentación. Y aqui surge la gran contradicción americana
sobre la lengua materna, que es a la vez lo que da suy autenticidad al individuo (según los
criterios españoles) y lo que los desvaloriza, en el caso de los indígenas y de los mestizos, que
contraen los vicios de su raza « mamándolos en la leche ».
9 La patria tiene que ser defendida con amor contra los extranjeros. Este principio admitido
desde por lo menos el siglo XVI deja abierta la cuestión de la definición de éstos. ¿Quiénes
son ? Tema fundamental en la historia social de América latina hasta hoy. Un ejemplo sacado
de Buenos Aires a finales del XVIII (1791) puede servirnos para ilustrar esata cuestión : el
procurador síndico escribe al virrey para denunciar " la multitud de pobres pordioseros que
tiene observado hay en la ciudad, forasteros y venidos de las provincias de arriba y que la
mayor parte no son más que holgazanes, que han tomado este modo de vida para no trabajar
y ganan el sustento sin esta pensión pudiéndose con verdad decir de ellos que son "la polilla
de los pueblos"[...] que (el trabajo) sea freno de que de las Provincias de arriba no venga en
adelante ninguno a solicitarla a esta ciudad, que cada una cuide de la subsistencia y destino
de sus pobres, y que salgan a sus domicilios los muchos que en la actualidad hay quitando el
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otros diversos dellos pueden enfermar o enfermaron » . Tampoco es casual que justamente
en el campo global de la medicina (popular o no) se den esos núcleos de convergencia que he
mencionado previamente : ya desde los trabajos de Aguirre Beltrán sobre Mexico colonial y
confirmado por trabajos mas recientes sabemos que el tratamiento de las enfermedades y de
los daños en América latina requiere la participación de personas pertenecientes a diferentes
estratos de la sociedad. De ahi el interés que ofrece la antropología médica para la comprensión
de las relaciones sociales, y el hecho, que sólo podemos mencionar aqui, de la singularidad
que constituye toda forma de enfermedad o de mal para la víctima, singularidad que permite,
que requiere la movilización de todo tipo de individuos y de sistemas de interpretación.
12 Ya hemos mencionado el peso de la herencia materna para la valoración del mestizo por parte
de los españoles. Esta herencia negativa (tenida por tal) resulta de un acto sexual entre personas
de condición desigual. Solórzano califica esas uniones como la marca de la lujuria (porque
son uniones generalmente ilégítimas ) y sobre los descendientes, dice, pesa la mancha del
color vario , además de los vicios. Tenemos nuevamente pero expresado de otro modo esta
idea de la potencia genésica americana, del exceso. No en vano el licenciado Lope García de
Castro, presidente del tribunal de Lima, alerta el Consejo de Indias sobre los peligros de los
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mestizos, que nacen « de hora en hora » . Desde la tradición clásica se pensaba que los híbridos
eran degenerados. En América, las bubas parecen confirmar esas concepciones. Guamán, por
ejemplo, piensa que las indias contraen esa enfermedad en el vientre materno y la transmiten a
sus hijos, sobre todo si son mezclados. Las mujeres que tienen hijos mestizos « se hacen putas »
dice Guamán. El tema de la corrupción y de la lujuria impregna las categorías de "albarazado"
y "albino" inventadas para describir los grados de mestizaje y que evocan la lepra. Lo que
deseo simplemente recalcar aqui es la alusión reiterada a la sensualidad intrínseca, natural, de
los mestizos y por extensión, de los criollos, que vamos a encontrar en otro campo importante
de la cultura criolla : la música.
Ciudades
14 El mundo indígena es mayoritariamente rural. En ese contexto, la tierra tiene una significación
precisa y hasta hoy, en el mundo andino por ejemplo, se trata de un espacio en el que se
proyecta la ancestralidad, relación que ningún extirpador, como sabemos, pudo desarraigar
por entero. El mundo criollo (en el cual se mueven mestizos, pardos, negros, y otros) es el
de la ciudad, un espacio abierto y sujeto a constantes transformaciones. Recordemos que una
de las ciudades mas cosmopolitas de finales del siglo XVI fue justamente la villa de Potosi.
Desde una época temprana, la ciudad tendió a confundir los estamentos. Eso está muy claro
en Mexico del siglo XVI, pero también en Lima, como lo describe Bernabé Cobo. El jesuíta
explica como se construyó la traza de la ciudad y como ese proyecto no pudo « resistir a esta
tan propia condición del tiempo de mudar y alterar todas las cosas que están debajo de su
jurisdicción » : extensión de la ciudad a los arrabales, poblados primero por rancherías y luego
por españoles. El desorden urbanístico de estas zonas marginales es el espejo del desorden
social. Este es mayor en los mercados "donde se vende todo généro de frutas y viandas, todo
lo cual venden negras e indias, en tanto número que parece un hormiguero; y porque los días
de fiesta no se queden sin misa esta multitud de vulgo, desde un balcón o corredor de la
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iglesia mayor [...] se les dice una misa rezada » . El vulgo se esparce en lugares precisos : las
pulperías, calles, mercados, talleres, tiendas. Se caracteriza por el número, el movimiento, el
hormigueo. En cierto modo esta muchedumbre de « color » goza de mas libertad que la gente
decente, o parte de ella. Las mujeres son callejeras , mientras que las señoras están recluídas
en sus casas. Por último, además de la invasión de los arrabales y de la libertad de circulación
de la muchedumbre, factores que favorecen las confusiones y las mezclas, la vestimenta no
acata la reglamentación ibérica : « No se puede en un día de fiesta conocer por el pelo quien
es cada uno, porque todos, nobles y los que no lo son, visten costosa y ricamente ropas de
sedas y toda la suerte de galas, sin que en esta parte haya medida ni tasa, porque no llegan
acá las premáticas (sic) que se publican en España sobre los trajes ; antes los vestidos contra
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esta oposición pueda borrarse en determinadas circunstancias) y que lo que diferencia estas
dos nociones es el carácter de inclusión o de exclusión, relación que debe ser estudiada en
diferentes contextos espaciales y temporales. En el caso de Hispanoamérica no debe olvidarse
la fuerza de la tradición española comunera de soberanía popular, tradición temida por las
autoridades sobre todo en el último tercio del siglo XVIII. El impacto de esta herencia política
merece ser analizado detenidamente, con la complejidad del caso americano cuyo pueblo tiene
una composición muy distinta al de España y donde sobre todo se teme la inclusión de gentes
de origen servil como los pardos (la pardocracia que Bolívar temía tanto).
Vulgo
19 En el siglo XVIII, y sobre todo en la segunda mitad, las castas plebeyas dominan el espacio
urbano, y no sólo los arrabales, por donde se mueven con mas facilidad que la gente decente,
que depende de una serie de convenciones sociales estrictas. Estas gentes en determinadas
circunstancias pueden salirse del marco que les ha sido asignado y merecer el nombre de
« plebezuela ». La plebe es dependiente económicamente, puede endeudarse y perder la
libertad. Otra característica es la de carecer de memoria genealógica. Y este tema interesa
a todoslos antropólogos. El vulgo es el reverso del pueblo. Las dos acepciones, inclusiva e
exclusiva están siempre presentes y una de ellas puede reactivarse en detrimento de la otra.
20 El vulgo no es percibido como un grupo poseedor de una cultura específica sino como un
grupo anticultural, bárbaro, o grosero, ordinario. Entre el vulgo y el patriciado, a pesar del
antagonismo de clase, la comunicación es intensa : los esclavos domésticos, tan numerosos,
conviven con los señores. Además de esta proximidad cotidiana las diversiones plebeyas,
las danzas y las músicas, asi como los lugares en donde se reúne el populacho (tavernas,
pulperías) son frecuentados por los jóvenes de buena familia, por la « gente decente » atraída
por la libertad de movimientos de esas músicas y danzas. « El desorden que con el tiempo
de Carnavales se experimenta poco mas o menos en otros lugares, ha tomado por pocos años
a esta parte tal incremento en esta ciudad, que, especialmente en los tres últimos días de
Carnestolendas se hace fastidiosa su habitación, porque en ellos se apura la grosería [...] sin
distinción de estados ni de sexos ». Se denuncia « el concurso de la gente ruin que acompaña
a estas cuadrillas, roban y rompen los muebles después de dejar muy maltratadas y heridas
las personas de los dueños »12. Se trata de controlar las fiestas de las cofradías de negros y
de mulatos y se les impide de nombrar a un rey según la costumbre antigua. Tenemos aqui
nuevamente – como lo reflejan los documentos de la época – la sensualidad atribuída a lo
criollo, los « movimientos lascivos » de los negros y pardos en sus fandangos y tambores,
prohibidos reiteradamente por los bandos, que van a producir la música popular, música criolla
tan importante no sólo en Latinoamérica, como marca identitaria, sino en el siglo XX, con la
influencia de los Estados Unidos y la tecnología cultural que ayudarán a forjar una música
latina. Sin olvidar que la música no es sólo ritmo y movimiento sino también discurso, a través
de las letras de las canciones, sobre la sociedad y el destino del hombre, asi como un dispositivo
formidable de identificaciones diversas. Tratar este tema requeriría un tiempo considerable, y
me limitaré en insistir en la importancia social de la cultura musical como punto de encuentro
y de unión de diversos grupos.
tolerar semejante servidumbre » . José Atanasio tiene sólo 17 años pero conoce los recursos
que le brinda la ley y acude al Defensor de pobres para obtener carta de libertad, diciendo « mi
amo, en que contra los sentimientos más íntimos del derecho natural se opone a que yo compre
mi libertad y la adquiera por medio del dinero en que puedo ser vendido, cuando todos deben
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conspirar a abolir la esclavitud como repugnante a nuestra religión » . Estos testimonios fueron
inspirados probablemente por el Defensor, pero no puede excluirse tampoco que algunos
esclavos se hayan familiarizado con temas políticos discutidos en las casas de los amos. Cabe
recordar que una de las obras extranjeras que alcanzó mayor difusión en Hispanoamérica fue
el Contrato Social de Jean-Jacques Rousseau, publicado en 1763 pero difundido en los años
sucesivos en el continente.
24 La esfera institucional, el amparo que proporcionaban las leyes así como la posibilidad del
recurso fueron cauces para la integración de la gente de color en un contexto mas amplio que
podemos llamar protonacional. La jurisprudencia fue un instrumento importante para que un
esclavo lograra (como lo estipulaban desde tiempos antiguos las Siete Partidas que aún regían
las relaciones entre amos y esclavos) cambio de dominio, si se demostraba que había sido
maltratado, o papel de venta a un precio razonable. La proximidad física entre los esclavos y
los amos incitó a aquellos a amenazar a los señores con denuncias de toda índole: adulterio,
malas costumbres y traición a la patria. Este tipo de conducta se acentuó en los momentos mas
tensos del virreinato, hasta volverse frecuente a partir de 1810.
25 Durante las invasiones inglesas los esclavos negros ayudaron a defender la plaza contra los
extranjeros. Muchos de ellos ganaron la libertad y fueron considerados como héroes, por haber
servido a la patria « con fidelidad y amor ». Las luchas contra los ingleses brindaron a los
esclavos una gran oportunidad que se repitió durante las guerras de la independencia, en las
cuales muchos de ellos que integraron los batallones de cazadores del Ejército de los Andes
murieron (el octavo batallón fue formado de libertos). En 1815, para celebrar el aniversario de
la revolución de mayo, se erigieron en la plaza de la Victoria cuatro estatuas representando las
cuatro partes del mundo : "América libre, Europa admirando esa libertad ; Asia encadenada,
y Africa rescatada por la libertad de sus hijos de América : Africa hasta aquí lloró/ a sus
hijos en prisiones/ que la crueldad aprobó. Su amargo llanto cesó/ desde que el americano/
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con su libertad ufano, compasivo y generoso/ prodiga este don precioso/ al infeliz africano" .
Pasemos sobre la noción de libertad, como valor máximo, y de la importancia de la esclavitud
en las reivindicaciones políticas de la última mitad del siglo XVIII.
26 La esclavitud se identifica con el régimen colonial. Hubo algunos héroes negros, siendo el mas
conocido y legendario Antonio Ruiz, « Falucho », veterano de Chacabuco y Maipu, quien
se negó en Lima a saludar la bandera realista y fue fusilado por su propia gente, muriendo al
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grito de "Viva Buenos Aires" . Es muy probable que la verdad difiera de la leyenda, pero lo
que nos importa aqui es esa figura emblemática y patriótica de un hombre de color.
27 El problema político planteado por los esclavos y los negros es el de la inclusión en la nación.
El Indio puede encarnar el pasado prehispánico, anterior a la colonia, pero no los pardos
ni los negros. De ahi que su presencia se borrara de la memoria colectiva. Los negros, a
pesar de su actuación en esos momentos cruciales, no produjeron modelos de identificación.
Pocos años después la actuación de la muchedumbre de color fue revisada por Gervasio
Posadas (Director supremo de las Provincias Unidas en 1814) quien escribe en 1822 lo
siguiente, refiriéndose a la revolución de 1811 : « clases bajas en esta ciudad de Buenos
Aires siempre ha tomado un carácter alarmante a instigación de los que han capitaneado y
dirigido semejantes convulsiones por sus miras particulares y por tomarse el poder. En los
primeros momentos de cada convulsión, muchos de la ínfima plebe oían el trueno lejano con
una suerte de terror estúpido y otra su pequeña parte veían con un asombro pasivo la marcha
acelerada de los agentes principales del desorden[...] Se han visto salir de los arrabales y de
los barrios oscuros aquellos miembros degradados de la sociedad, cuyas labores mercenarias
no encuentran descanso sino en la francachela, grosera, invisibles las mas veces a las clases
mas respetables de la sociedad, pero que los hacen aparecer en los tiempos de agitación y de
calamidad pública para aumentar la confusión y el terror general. Aquellos seres oscuros se
reúnen en los momentos de peligro público a la simple reseña de un jefe revolucionario, y
los ciudadanos sensatos ven, con tanto disgusto como terror, unas fisionomías que les son tan
desconocidas como si aquellos seres hubieran salido de un país lejano y salvaje. Esto es lo
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Notas
1 Cárdenas, Juan de : Problemas y secretos maravillosos de las Indias, Madrid, Alianza
Editorial, 1988, pp. I-10, p. 65.
2 López de Velasco, Juan : Geografía y descripción universal de las Indias, Madrid, BAE,
n° 248, 1971, pp. 19-20.
3 Quijada, Mónica, Carmen Bernand y Arnd Schneider : Homogeneizacióin y nación con un
estudio de caso : Argentina, siglos XIX y XX, Madrid, CSIC, 2000, cap. 5, pp. 179-218.
4 Cobo, Bernabé : Descripción de Lima, in Obras Completas, Madrid, BAE, n°92, tomo II,
p. 305.
5 Archivo General de la Nación (Buenos Aires), IX-37-1-6, Tribunales, leg. 116, expediente
33.
6 Maravall, José Antonio : Estado moderno y mentalidad social, Madrid, Ed. de la Revista
de Occidente, 1972, tomo I, p. 476.
7 Ibid.
8 Carta del Licenciado Lope García de Castro al Consejo de Indias (1567), in R. Levillier,
Gobernantes del Perú, Buenos Aires, Publicaciónes del Congreso, 1924, III, p. 235.
9 Ares, Berta : « Mestizos en hábito de indios. ¿Estrategias transgresoras o identidades
difusas ? », in Rui Loureiro y Serge Gruzinski (coords.) : Passar as fronteiras, Centrro de
Estudos Gil Eanes, Lagos, 1999, pp. 133-146.
10 Cobo, op.cit., p. 309.
11 Ibid, p. 320.
12 AGN-A, Bandos, IX-8-10-4, 1778, fols. 31-32.
13 Carlos Aguirre: Agentes de su propia libertad. Los esclavos de Lima y la desintegración
de la esclavitud, 1820-1854. Lima, Pontificia Universidad Católica del Perú, Fondo Editorial,
1993.
14 AGN-A, IX-3-1-5, Gobierno, Solicitudes de esclavos, abril 1778.
15 AGN-A, IX-56-12, "Autos seguidos a instancia de Joseph Atanasio, esclavo de don
Antonio Vélez sobre querer le de este su libertad",Tribunales, 1777, fol. 15.
16 José Luis Lanuza, Morenada. Una historia de la raza africana en el Río de la Plata, Buenos
Aires, Ed. Schapire, 1967, p. 70.
17 Ibid, pp. 8-9.
18 Biblioteca Nacional (Buenos Aires) MS 213: Gervasio Posadas sobre las clases bajas
(1822).
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