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PROYECTO
TEMA:
QUISTES PANCREATICOS
TUMORES NEUROENDOCRINOS
AUTORA:
CATEDRÁTICO:
DR. FREDDY HINOSTROZA
DIGESTIVO “A”
PORTOVIEJO – MANABI
ABRIL 2018-AGOSTO 2018
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UNIVERSIDAD TÉCNICA DE MANABÍ
MISIÓN
VISIÓN
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FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD
MISIÓN
VISIÓN
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INTRODUCCION
Cada día se identifican con mayor frecuencia y de forma incidental neoplasias quísticas
del páncreas. Debido a la mayor utilización de estudios de imagen abdominal. La exacta
prevalencia es difícil de calcular debido a que mucho pacientes se encuentran
completamente asintomáticos. Se ha estimado una prevalencia del 20% en pacientes que
se someten a estudios radiológicos no relacionados con afecciones pancreáticas. A pesar
de un incremento en su reconocimiento, las neoplasias quísticas representan un 10% -
15% de las masas primarias quísticas del páncreas.
Los quistes del páncreas pueden ser benignos, potencialmente malignos o malignos. Son
poco habituales. El más frecuente (90%) es el pseudoquiste pancreático, una acumulación
localizada de líquido segregado por el páncreas, rodeada de una pared fibrosa, sin
revestimiento, generalmente como complicación de una pancreatitis aguda o crónica, o
tras un traumatismo. Menos frecuentes (10%) son los verdaderos tumores quísticos
pancreáticos.
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OBJETIVOS
GENERAL
ESPECIFICOS
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JUSTIFICACION
Ambas patología, tanto los quistes pancreáticos como los tumores neuroendocrinos
representan un grupo de patologías con una incidencia y una prevalencia bajas; el dilema
está en que en los últimos años se han ido incrementando, quizás a expensas del uso de
inmunohistoquímica para el diagnóstico o a la mayor utilización de estudios de imagen
abdominal
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MARCO TEÓRICO
QUISTES PANCREATICOS
Las neoplasias quísticas del páncreas son poco frecuentes, las formas benignas son dos
veces más frecuentes que las malignas y ambas predominan en mujeres.
Un quiste es una cavidad cerrada y rellena de líquido, habitualmente rodeada por una
membrana o cápsula. Los quistes del páncreas pueden ser benignos, potencialmente
malignos o malignos. Son poco habituales. El más frecuente (90%) es el pseudoquiste
pancreático, una acumulación localizada de líquido segregado por el páncreas, rodeada
de una pared fibrosa, sin revestimiento, generalmente como complicación de una
pancreatitis aguda o crónica, o tras un traumatismo. Menos frecuentes (10%) son los
verdaderos tumores quísticos pancreáticos. Los principales son el cistoadenoma seroso
(siempre benigno), el cistoadenoma mucinoso (potencialmente maligno), el
cistoadenocarcinoma mucinoso (maligno) y el tumor mucinoso papilar intraductal
(TPMI) (con distinta capacidad de malignización según su localización).
PREVALENCIA E INCIDENCIA
ETIOLOGIA Y ETIOPATOGENIA
Existen dos tipos de quistes pancreáticos que según su etiología pueden considerarse
verdaderos o falsos. Los quistes verdaderos son aquellos que contienen una capsula
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verdadera de un epitelio escamosos aislando el contenido líquido. Existen varios tipos de
quiste verdadero y etiopatogenia diferente:
CUADRO CLÍNICO
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heces blancas. Los del cuerpo y cola pancreáticos, si crecen, suelen tardar más en dar
síntomas. Presentaciones más atípicas son como episodios de pancreatitis aguda. En
estados más avanzados puede aparecer malabsorción de alimentos, diabetes o pérdida de
peso.
Los primeros síntomas pueden ser resultado de una complicación, más adelante los
quistes pequeños suelen ser asintomáticos. A las 6-12 semanas tras la pancreatitis aguda
se reabsorben hasta el 80 % de las colecciones posinflamatorias de forma espontánea. La
probabilidad de resolución es menor en caso de colecciones múltiples, de gran tamaño
(≥4 cm, localizadas en la cola pancreática, de pared gruesa, comunicadas con el conducto
pancreático, de crecimiento progresivo, asociadas a estenosis proximal del conducto
pancreático, o algunos cuadros graves de pancreatitis aguda biliar, pancreatitis crónica
alcohólica y las posquirúrgicas.
CLASIFICACIÓN
Entre los quistes pancreáticos se incluyen un grupo heterogéneo de lesiones con origen
congénito, inflamatorio, infeccioso o tumoral. Entre los tumores quísticos existen
verdaderos quistes como el cistoadenoma seroso y el mucinoso, dilataciones quísticas de
los conductos pancreáticos como el tumor mucinoso papilar intraductal (TMPI) o áreas
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quísticas de necrosis en el interior de tumores sólidos como en el tumor sólido
pseudopapilar, el tumor neuroendocrino quístico o en ocasiones el adenocarcinoma
ductal. El objetivo fundamental en el diagnóstico de estas lesiones será la distinción entre
tumores quísticos de las lesiones no tumorales y en los tumores la diferenciación entre
lesiones benignas y malignas o potencialmente malignas.
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producen lesiones de gran tamaño. El principal interés de identificar estos tumores radica
en que se trata de una lesión potencialmente maligna en la que pueden coexistir distintos
grados de displasia, carcinoma in situ o carcinoma invasivo. La presencia de carcinoma
invasivo varía según las series del 5 al 30%. Se debe tener en cuenta que el componente
invasivo puede encontrase en una pequeña parte de la lesión por lo que se recomienda la
revisión histológica de toda la pieza operatoria.
La mayoría de los pacientes presenta dolor abdominal y/o se presentan como pancreatitis
aguda, recurrente o más frecuentemente crónica con esteatorrea, pérdida de peso y/o
diabetes mellitus. Puede afectar a cualquier parte del conducto pancreático; si bien, con
mayor frecuencia asienta en cabeza, pero en ocasiones puede existir una afectación difusa
de todo el conducto pancreático siendo difícil establecer el origen primario. Se trata de
una lesión potencialmente maligna donde pueden coexistir distintos grados de displasia,
carcinoma insitu o invasivo. El carcinoma invasivo aparece en el 15-40% de los casos.
La distinción con otro tipo de lesiones quísticas mucinosas será de gran importancia pues
en estos casos puede existir una afectación difusa del conducto pancreático y el paciente
precisará una pancreatectomía total.
DIAGNOSTICO
Los quistes pancreáticos se diagnostican con mayor frecuencia que en el pasado porque
las tecnologías de imágenes mejoradas los detectan más fácilmente. Muchos quistes
pancreáticos se detectan durante exploraciones abdominales por otros problemas.
El punto clave para llegar al diagnóstico correcto de un quiste pancreático son las
diferentes pruebas de imagen. La ecografía abdominal, la tomografía computarizada
(TAC) abdominal, la resonancia magnética (RM), la colangiopancreatografía por
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resonancia magnética (CPRM), la colangiopancreatografía retrógrada endoscópica
(CPRE) y la ultrasonografía endoscópica (USE), son las técnicas habitualmente
empleadas para su diagnóstico.
Pruebas de laboratorio
Pruebas de imagen:
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calcificación de la pared quística dando un aspecto en “cáscara de huevo”. Estos datos
serán sugestivos de degeneración maligna.
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El aspecto ecoendoscopico de las lesiones mucinosas es tipicamente macroquístico y
uniloculado con septos que lo dividen en compartimentos. La presencia de múltiples
invaginaciones papilares e irregularidades parietales sugiere la degeneración maligna de
la lesión.
CPRM: el mejor método para evidenciar si existe conexión del quiste con el conducto
pancreático. CPRE: se realiza cuando se planea un tratamiento endoscópico (p. ej.
implantación de prótesis en el conducto pancreático). Angiografía visceral selectiva: en
caso de sospecha de pseudoaneurisma, permite la embolización.
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DIAGNOSTICO DIFERENCIAL DE QUISTES PANCREATICOS
– alta viscosidad
Neoplasia 50-70 1:1 Células del epitelio
– Quistes de varias
intraductal cilíndrico ± atipia
papilar
cámaras – CEA ↑ (en un
mucinosa 75 % de casos
– IPMN de rama >200 ng/ml)
(IPMN) principal: dilatación de
rama principal pancreática – amilasa ↑
difusa o fragmentada
– IPMN de rama
secundaria: quiste
comunicado con la rama
– amilasa ↑
– baja
Quistes Variad 1:1 Quiste de una cámara con Células
viscosidad
inflamatorios a saco grueso y fibroso; inflamatorias, sin
(pseudoquistes) historia de pancreatitis células del epitelio
– CEA ↓ (<5 con mucina
ng/ml)
– amilasa ↑
↓ — concentración/actividad baja, ↑ — concentración/actividad alta, CEA — antígeno carcinoembrionario
alto
A base de: Semin. Oncol., 2015, 42: 70-85, modificado.
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TRATAMIENTO
Los cistoadenomas serosos deben considerarse lesiones benignas y manejarse como tales.
La resección de los cistoadenomas serosos se reserva para aquellos pacientes sintomáticos
o en los casos en que la diferenciación con lesiones mucinosas no es posible. Los tumores
mucinosos deben considerarse lesiones premalignas o claramente malignas y serán
siempre potenciales candidatos quirúrgicos. En ausencia de un componente invasivo la
resección será curativa. Mientras que, tras la resección en aquellos pacientes con lesiones
invasivas deberá hacerse un seguimiento estrecho por el riego de recidiva tumoral (las
tasas de supervivencia los cinco años postcirugía parecen ser mejor en este tipo de
tumores que en el adenocarcinoma ductal). Un aspecto importante a la hora de valorar el
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tratamiento quirúrgico del TMPI será determinar la afectación segmentaria o global del
conducto pancreático. En los casos en que todo el conducto pancreático se encuentre
dilatado se sospechará una afectación de la cabeza pancreática, por lo que se recomienda
la duodenopancreatectomía cefálica y toma de biopsias en los márgenes y si están
afectados completar con una pancreatectomía total.
2. Tratamiento quirúrgico:
Complicaciones
- Ruptura del quiste hacia la cavidad peritoneal: reacción peritoneal y ascitis.
- Colestasis extrahepática u obstrucción del duodeno causada por compresión
externa por el quiste. En el caso de colestasis realizar CPRM o eventualmente por
CPRE colocando una prótesis de vías biliares (cuando está indicado el tratamiento
endoscópico)
- Sangrado de varices del fondo gástrico o esofágicas. Ambas causadas por la
presión del quiste sobre la vena porta, que puede identificarse mediante ecografía
Doppler.
- Hemorragia quística procedente de los vasos adyacentes. En la ecografía aparece
un contenido quístico hiperecogénico.
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TUMORES NEUROENDOCRINOS
Los tumores neuroendocrinos (NET) son bultos anormales que crecen en células
especializadas llamadas neuroendocrinas, pueden originarse difusamente en la mayoría
de los órganos, con presentaciones clínicas variables. Las células neuroendocrinas son
parecidas a las células nerviosas y a las células que producen hormonas.
Son relativamente poco frecuentes, con una incidencia anual ajustada por edad de 5.25
casos por 100.000 habitantes. Se ha observado un aumento en su incidencia en los últimos
30 años debido a varios motivos, principalmente a la mejoría de las técnicas diagnósticas
y a la mejor identificación de los casos. Ocurren más comúnmente en el tubo digestivo
(70%) y en el sistema broncopulmonar (25%)
Factores de riesgo
La mayoría de NET son esporádicos y no presentan una causa ni unos factores de riesgo
concretos conocidos. Sin embargo, en algunos casos pueden aparecer agregados en
familias, dando lugar a síndromes hereditarios, cuando existen ciertas mutaciones
germinales que pueden ser transmitidas en las sucesivas generaciones. Entre los
síndromes hereditarios destacan las neoplasias endocrinas múltiples; se distinguen dos
formas:
Existen tres formas, el MEN 2a, el MEN 2b y el carcinoma medular de tiroides familiar
(CMTf). En el MEN 2a, el carcinoma medular de tiroides puede asociarse a
feocromocitoma (un tipo de tumor maligno de la glándula suprarrenal) y a la hiperplasia
de paratiroides. En el MEN 2b, el carcinoma medular de tiroides se asocia a hábito
marfanoide y neuromas. Puede asociarse también a feocromocitomas. Se han encontrado
mutaciones del gen RET tanto en el MEN 2a como en el MEN2b.
2. Síndrome del feocromocitoma: Debido a las mutaciones germinales en los genes SDH.
CLASIFICACIÓN
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medular de tiroides, los tumores adenohipofisarios, tumores neuroendocrinos
pulmonares, carcinomas neuroendocrinos y el tumor de células de Merkel.
1.1.1 Esófago
1.1.2 Estomago
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1.1.3 Duodeno
Los tumores neuroendocrinos de las vías biliares se manifiestan con dolor, ictericia y
prurito. El conducto colédoco es el sitio de afección más común. En la vesícula biliar
estos tumores son muy raros, aproximadamente un 0.2% del total de TNEG. Los síntomas
son casi indistinguibles de aquellos de la colecistitis aguda, por ello el diagnóstico se hace
generalmente de forma incidental luego de realizar la colecistectomía por sospecha de
colecistitis.
1.1.5 Yeyuno-ileon
Los tumores neuroendocrinos de esta zona suelen ser múltiples en el 25-30% de los casos.
Forman nódulos que protruyen desde la submucosa a la mucosa y con frecuencia invaden
muscular y peritoneo, causando fibrosis y cuadros obstructivos.
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otras taquiquininas, como la neurokinina A; encefalina, somatostatina, etc. Pero su
apariencia microscópica no se correlaciona con el pronóstico, que parece depender de su
capacidad metastásica. Los tumores de menos de 1 cm que no invaden vasos, se localizan
en mucosa y submucosa y no son funcionantes, se curan con resección completa. La
agresividad está marcada por invasión más allá de la submucosa o las metástasis.
1.1.6 Apéndice
La mayor parte de los carcinoides de apéndice son un hallazgo incidental. Suelen ser
asintomáticos en el ápex y sólo en algunos casos los localizados en otras porciones del
apéndice dan síntomas de apendicitis, pero rara vez dan síndrome carcinoide, que cuando
está presente, suele asociarse a formas avanzadas de la enfermedad. Las formas de
carcinoides de células caliciformes tienen la peculiaridad de infiltrar con células
dispersas, como los carcinomas difusos gástricos, por lo que son difíciles de sospechar
macroscópicamente. De forma similar, el carcinoide tubular tiene un patrón diferente del
carcinoide clásico, por lo que suele ser mal diagnosticado: forma cordones y glándulas
dispersas, que pueden contener mucina en su luz. Junto con los caliciformes, se agrupa
como formas mixtas adeno-carcinoides.
El factor de riesgo más importante es el tamaño del tumor y la invasión del meso apéndice.
La OMS los sublcasifica según su producción hormonal, atendiendo especialmente a las
formas productoras de serotonina, glucagon y péptido Y.
Los tumores endocrinos de esta localización son más frecuentes en el recto (54%) seguido
del ciego (20%) y sigma (7,5%). Menos del 5% presentan síndrome carcinoide. Los
tumores de recto suelen formar masas polipoideas submucosas, de pequeño tamaño y
únicas, aunque hay formas mayores y adheridad a capas profundas. En el colon derecho
suelen ser mayores.
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gastrointestinal y probablemente en relación con el origen embrionario común con el
epitelio prostático.
1.1.8 Páncreas
Los tumores endocrinos del páncreas pueden presentarse como síndromes típicos
provocados por la hipersecreción hormonal (insulinoma, gastrinoma, VIP-oma (VIP:
polipéptido vasointestinal, glucagonoma y somatostatinoma). El 40-50% de ellos son no
funcionantes o segregan péptidos de bajo impacto biológico, como el polipéptido
pancreático y la neurotensina. Aproximadamente el 50% de los casos ya tiene metástasis
en la etapa diagnóstica. El insulinoma y el gastrinoma son los TNE pancreáticos más
frecuentes.
2. POR SU FUNCIONALIDAD
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que se conoce como síndrome carcinoide, resultado de los efectos de diferentes
sustancias.
Gastrinoma
Insulinoma
Los insulinomas tienen mayores probabilidades de ser benignos que malignos. Solo 10 %
son múltiples y solo 10 % son malignos. De 5 a 8 % están relacionados con el síndrome
de NEM-1. Las manifestaciones clínicas son de hipoglucemia, que se produce por
secreción inadecuada de insulina por el tumor. La hipoglucemia en ayunas (<40 mg/dl)
relacionada con una concentración elevada de insulina (en ausencia de administración
exógena de insulina) es patognomónica. La medida de la proinsulina del plasma puede
ser útil para diagnosticar carcinomas que segregan insulina. Estos son por lo general
tumores que crecen lentamente y, cuando se sitúan en el páncreas o en los ganglios
linfáticos regionales, pueden curarse con resección pancreática.
VIPoma
Somatostatinoma.
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Estos tumores son especialmente infrecuentes. Suelen manifestarse con diarrea,
esteatorrea, diabetes y cálculos biliares. La disminución en la secreción pancreática de
enzimas y bicarbonato explica la diarrea y la esteatorrea. La inhibición mediada por la
somatostatina de la colecistoquinina lleva a la formación de cálculos biliares. La
somatostatina también inhibe la insulina y produce hiperglucemia. El diagnóstico se
establece mediante una concentración de somatostatina sérica en ayunas superior a 100
pg/ml. Las exploraciones por TC, IRM y ecografía endoscópica pueden, por lo general,
ayudar a localizar y estadificar el tumor.
Síndrome Carcinoide
El síndrome carcinoide se desarrolla en un 10% a 15% de los pacientes con TNEG. Los
síntomas característicos son diarrea, enrojecimiento facial y falla cardiaca derecha,
conocida como la "triada clásica" del síndrome carcinoide, ya que se presenta en más del
85% de los pacientes con este síndrome. Otros síntomas son broncoespasmo y pelagra
(deficiencia de niacina o vitamina B3). El enrojecimiento o flushing cutáneo es el primer
síntoma discernible. Se observa en 90% de los pacientes, siendo la característica más
frecuente de este síndrome. El Flushing tarda de 2-5 minutos inicialmente, luego se
prolonga por horas. Se observa comúnmente en neoplasias ileoyeyunales. El prurito
acompaña al enrojecimiento cutáneo debido a la liberación de histamina por las
células enterocromafines. Su tratamiento se basa en el uso de análogos de la
somatostatina.
Neurotensina.
Subunidad α de la gonadotropina coriónica humana (GCH-α).
Enolasa neuronal específica.
Polipéptido pancreático.
Cromogranina A.
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3. POR SU DIFERENCIACIÓN HISTOLÓGICA
Bajo grado G1: son tumores bien diferenciados (las células del tumor son semejantes a
las células del tejido), de lento crecimiento, buen pronóstico y con un porcentaje bajo de
expresión de los llamados marcadores de proliferación. Los marcadores de proliferación
son aquellos que miden cuánto aumenta el número de células a partir de la división
celular. Así, es una medida de la velocidad de crecimiento del tumor, es decir, cuanto más
elevado es el marcador de proliferación más rápidamente se dividen las células y el tumor
crece con más velocidad. Los marcadores de proliferación que se usan son el índice
mitótico y el índice proliferativo Ki67.
Grado intermedio G2: moderadamente diferenciados (las células del tumor son
moderadamente semejantes a las células sanas del tejido) y pronóstico intermedio.
Además, los marcadores de proliferación (como el índice mitótico y el índice proliferativo
Ki67) se expresan con un porcentaje intermedio.
Alto grado G3: mal diferenciados o indiferenciados (las células del tumor no son
semejantes a las células normales del tejido), mal pronóstico y los marcadores de
proliferación son elevados (la velocidad de crecimiento del tumor es elevada).
4. ESTATIFICACIÓN TUMORAL
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DIAGNOSTICO
1. Hormonales
2. Imagen
La prueba más específica para los TNE es la gammagrafía con octreotide (octreoscan),
que utiliza hormonas marcadas radiactivamente para detectar las células tumorales que
tienen una fuerte afinidad por estas hormonas marcadas, por lo que resulta fácil poder
detectar las células tumorales. Con esta prueba se puede hacer el diagnóstico y se pueden
localizar los tumores y saber su extensión para poder decidir el tratamiento más adecuado.
La tomografía por emisión de positrones (PET, por sus siglas en inglés) no suele ser útil
en TNE de bajo grado o bien diferenciado.
Las pruebas de imagen que pueden ayudar a localizar tumores en estómago, páncreas,
apéndice y colon son la tomografía axial computada (TC) y la resonancia magnética
nuclear (RM). Para lesiones de intestino medio se recurre a la enteroscopia mediante
videocápsula o TC por enteroclisis La endoscopia con videocápsula es un método
altamente sensible para la evaluación del intestino delgado.
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detección de enfermedad neoplásica hepática, pero no ayuda en la diferenciación del
tumor primario
La TAC de alta definición: Puede ser útil como prueba principal en los casos con
gamagrafías negativas, y como estudio complementario en los casos con gammagrafías
positivas al proporcionar imágenes mucho más precisas anatómicamente. El TAC es
esencial para el seguimiento de la enfermedad metastásica y para seguir la respuesta a los
tratamientos. Debido a las características especiales de los TNEGEPs el TAC debe ser
trifásico para obtener las mejores imágenes posibles.
4. Análisis histológico
Para hacer el análisis histológico, el primer paso es obtener una muestra de tejido, ya sea
del tumor primario o de una metástasis. Para ello, se realiza una pequeña intervención
para obtener la muestra, lo que se conoce como biopsia guiada por imagen o endoscopia.
El estándar de oro para diagnóstico de NET-GEP es el estudio histopatológico realizado
en tejido obtenido mediante biopsia endoscópica. En la gran mayoría de casos, el
diagnóstico es sencillo con microscopio de luz. Se recomienda hacer un panel de
inmunohistoquímica en las muestras de biopsia con duda diagnóstica de la naturaleza de
la lesión (cromogranina A -CgA- y sinaptofisina) o cuando se necesite hacer el
diagnóstico diferencial entre tumor neuroendócrino de bajo grado vs alto grado (Ki67).
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TRATAMIENTO
Únicamente son candidatos a una resección quirúrgica completa entre el 10-20% de los
pacientes con metástasis hepáticas. La realización de resecciones que supongan una
extirpación de al menos el 90% del volumen tumoral (cirugía citorreductora) supone
también un beneficio tanto clínico como en supervivencia, en particular en el caso de los
tumores funcionantes.
Existen otras técnicas en el tratamiento de las metástasis hepáticas que tienen como
objetivo disminuir la masa tumoral ya sea para intentar posteriormente una cirugía o bien
paliar los síntomas derivados de la enfermedad. Estas son la embolización o
quimioembolización.
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En la enfermedad diseminada a múltiples órganos, tanto la cirugía como los tratamientos
ablativos locales antes comentados tienen un destacado papel en prevenir complicaciones,
mejorar síntomas y aumentar la supervivencia.
Además, el abanico terapéutico es cada vez más amplio con tratamientos biológicos,
quimioterapia, radionúclidos y fármacos de nueva generación.
3. Tratamientos biológicos
Más del 80% de los TNEGEP expresan receptores de somatostatina. Por ello, se han
utilizado análogos de la somatostatina (octreotide, lanreotide) con fines terapéuticos.
En los últimos años, otros análogos de la somatostatina con más potencia que octreótide
o lanreótide, como pasireótide, se están investigando en los pacientes con TNEGEPs y es
probable que demuestren su actividad en un futuro próximo.
También se ha estudiado el uso de interferón, que al igual que en el caso de los análogos,
presenta su mayor beneficio en la consecución de estabilizaciones y de control
sintomático, pero con una toxicidad bastante superior que limita su uso en la práctica
clínica diaria.
4. Radionúclidos
En este año 2017 se han publicado los resultados de un estudio clínico fase III (NETTER-
1) en el que se testaba la eficacia de un radionúclido, Lu-Dotatate, en pacientes con
tumores neuroendocrinos de intestino delgado bien diferenciado avanzados, que hubieran
presentado progresión a análogos de la somatostatina y con positividad para los receptores
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de la somatostatina mediante prueba de imagen, demostranto un beneficio significativo y
clínicamente relevante en este grupo de pacientes. La implementación de este tipo de
terapia se esta llevando a cabo en los diferentes hospitales españoles.
5. Quimioterapia
Los tumores de intestino delgado (carcinoides clásicos) muestran tasas de respuesta más
que modestas a la quimioterapia. De hecho, la propia quimioterapia no se considera una
opción ni de primera ni de segunda elección en este grupo de pacientes, reservándola para
aquellos pacientes con tumores más agresivos (grado 2) o cuando fracasan todas otras
opciones terapéuticas.
Los TNE del páncreas han sido clásicamente definidos como tumores más sensibles a la
quimioterapia, con tasas de respuestas superiores, que en las series más recientes oscilan
entre el 15-25%. Actualmente los esquemas de quimioterapia más ampliamente utilizados
son los dobletes de estreptozocina con 5-fluoracilo o con adriamicina. En los últimos años
han emergido nuevos tratamientos de quimioterapia que parece que puedan tener más
actividad en un subgrupo de pacientes con TNE de origen pancreático, como la
temozolamida, aunque parece condicionada a un déficit enzimático conocido como
MGMT.
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Los fármacos inhibidores de receptores con actividad tirosina cinasa y efecto
antiangiogénico, así como los inhibidores de la proteína mTOR han logrado demostrar su
actividad en TNE de origen pancreático.
PRONÓSTICO
El pronóstico depende del sitio y la extensión del tumor. Desde el punto de vista clínico
la presencia del síndrome carcinoide es manifestación de una fase avanzada de la
enfermedad. La supervivencia en tumores resecables es 6 del 50-65 % a los 5 años. Si
existen metástasis hepáticas la supervivencia se reduce a un 33-36 %. Diferentes aspectos
se relacionan con un pronóstico más malo, si estos son un tamaño mayor de 2 cm, la
presencia de invasión vascular o perineural, infiltración de la cápsula pancreática, el
número de mitosis, la atipia celular, el índice Ki-67 alto y la presencia de metástasis
hepáticas o linfáticas. Otros factores relacionados con un peor pronóstico son la ausencia
de proteínas receptoras de progesterona, la actividad proliferativa tumoral detectada por
MIB-1
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METODOLOGÍA
Inductivo – Deductivo: Es la estrategia general orientadora de la actividad científica,
integra todas las etapas del proceso investigativo y permite acceder a los objetivos finales
del proceso.
Análisis – síntesis: Son dos procedimientos teóricos que cumplen funciones importantes
en la investigación. Análisis, es un proceso complejo que tiene diversas partes y
cualidades. Síntesis, establece la unión entre las partes previamente analizadas y posibilita
descubrir las relaciones esenciales y características generales entre ellas.
TIPO DE INVESTIGACIÓN
Descriptiva: Los hechos se analizaron tal como suceden en la realidad, y a partir de estos
se realizaron interpretaciones que conllevaron a la posibilidad de emitir conclusiones y
recomendaciones al tema de la investigación.
TÉCNICAS
Revisión bibliográfica: para la obtención de datos teóricos y estadísticos que nos ayuden
a desarrollar el tema en investigación.
RECURSOS TECNOLÓGICOS
- Computadora
- Flash Memory 19
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- Impresora
- Microsoft Office Word: utilizado para la adjuntar la documentación del proyecto.
- Servicio de internet.
RECURSOS MATERIALES
- Carpeta
- Esferos gráficos.
- Hojas Bond
- Lápices
- Libros
- Textos
- Impresora
RECURSOS ECONÓMICOS
Detalles costo:
Carpeta $ 1,00
Internet $ 5,00
TOTAL $ 9,00
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CONCLUSIONES
La incidencia tanto de los quistes pancreáticos como de los tumores
neuroendocrinos en nuestro medio es poca, es decir, son patologías infrecuentes,
de hecho la mayoría son esporádicos y no presentan una causa ni unos factores de
riesgo concretos conocidos, aunque a la mayoría de tumores neuroendocrinos se
le asocia síndromes hereditarios como la Neurofibromatosis tipo 1, la enfermedad
de Von Hippel Lindau o el síndrome del feocromocitoma.
El cuadro clínico es muy heterogéneo, ya que tanto los tumores como los quistes
pueden permanecer asintomáticos durante años o presentar síntomas obstructivos
(dolor abdominal, náuseas, vómitos, colestasis) o metástasis, las cuales son
halladas accidentalmente o se manifiestan mediante síndromes típicos debido a la
hipersecreción hormonal. Los quistes pancreáticos se pueden clasificar en
pseudoquistes, quistes con epitelio mucinoso, con epitelio escamoso, tumores
quísticos serosos, y delimitados por células acinares. Mientras que los TNE se
clasificación más bien de acuerdo a su localización, histología, diferenciación y
estadificación.
El punto clave para llegar al diagnóstico correcto de un quiste pancreático son las
diferentes pruebas de imagen: la ecografía abdominal, la TAC abdominal, la RM,
la CPRM, la CPRE USE. Y en los tumores neuroendocrinos también son
relevantes las pruebas de imagen pero de igual manera se le puede incluir el
estudio de hormonas y el análisis histológico. El tratamiento varía en ambas
patologías, en los quistes lo más recomendable es la resección quirúrgica en los
casos de malignidad o molestias sintomatológicas, y para los tumores aparte de la
cirugías se recomienda ribonucleotidos, quimioterapia y tratamientos biológicos.
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RECOMENDACIONES
Aunque tanto la incidencia como la prevalencia de los quistes pancreáticos y los
tumores neuroendocrinos es poca, no se le debe restar importancia a estas
patologías. Debido al hecho de que estas patologías en la mayoría de las ocasiones
se las diagnóstica como un incidentaloma lo más recomendable es alertar a la
población de que hay este tipo de patologías que se dan de manera asintomática
por lo que la prevención es vital.
Como ya se mencionó estas patologías pueden ser asintomáticas, sin embargo, en
un pequeño porcentaje de pacientes se dan manifestaciones, éstas –aunque
inespecíficas en muchas ocasiones– deben alertar al paciente de una patologia
subyacente, por lo que se recomienda un estudio periódico y si hay sospecha
clínica, la realización de pruebas imagenológicas.
Se recomienda tambien utilizar las técnicas de imagen más específica y sensibles
en los pacientes con tumores neuroendocrinos, para poder visualizar el grado de
invasión del mismo y que decisión tomar frente a ello. Y para el tratamiento de
ambas patologías es imprescindible estadificar al paciente, y buscar el beneficio
para el mismo, siempre y cuando existan mayores ventajas la cirugía que el riesgo.
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BIBLIOGRAFIA
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diagnóstico y evaluación por ultrasonidoendoscópico. Obtenido de Elsevir:
http://www.elsevier.es/es-revista-endoscopia-335-articulo-tumores-
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S0188989316300331
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