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LITIASIS COLEDOCIANA

Anatomia de la via biliar


El hepático común se forma por la unión de ambos hepáticos. Mide 1,5 a 2 cm de
longitud y su diámetro es de 4 mm. Está ubicado en el ligamento hepatoduodenal,
a la derecha de la arteria hepática y por delante de la vena porta. Se une con el
cístico para formar el colédoco. Los conductos hepáticos cuando salen del hilio se
ubican dentro de las dos capas serosas del ligamento hepatoduodenal. Esta vaina
de tejido fibroso une los conductos hepáticos con los vasos sanguíneos.

El colédoco mide aproximadamente 7 cm y transcurre entre las hojas del epiplón


menor ubicado por delante de la vena porta y a la derecha de la arteria hepática.
Su diámetro es de aproximadamente 5 mm. Se une al conducto pancreático
principal (Wirsung) para formar la ampolla de Vater. El abombamiento de la
mucosa producido por la ampolla en el duodeno da lugar a la papila duodenal. En
la tercera parte de los casos, sin embargo, el colédoco y el Wirsung desembocan
en forma separada. En el sitio por donde atraviesan la pared duodenal, el
colédoco y el Wirsung están revestidos por un engrasomiento de las capas
longitudinal y circular del músculo liso (esfínter de Oddi).

Esta estructura varía, pero en general está compuesta por:


1. El esfínter coledociano (fibras musculares circulares que rodean la porción
intramural del colédoco antes de la unión con el conducto pancreático).
2. El esfínter pancreático (presente sólo en la tercera parte de la población).
3. Fascículos longitudinales (abarcan porciones entre el colédoco y el conducto
pancreático; su contracción acorta los conductos y facilita la evacuación en el
duodeno).
4. Esfínter de la ampolla (fibras longitudinales y circulares).

Esfinter de oddi: válvula muscular de 4 a 10 mm que rodea la salida del conducto


biliar y del conducto pancreático al duodeno.
Su rol es regular el flujo biliar y la secreción exocrina pancreática y prevenir el
reflujo del duodeno al conducto biliar. El esfínter está normalmente cerrado y se
abre en respuesta a una comida para que los jugos digestivos biliares y
pancreáticos puedan entrar en el duodeno y mezclarse con los alimentos para que
se lleve a cabo la digestión.
Irrigación
Las arterias de los conductos biliares se anastomosan libremente dentro de las
paredes de los conductos. La superficiearteriolar está cubierta por un plexo
venoso fino. La arteria pancreaticoduodenal puede cruzar anteriormente sobre la
parte distal del colédoco (76 %). Las ramas arteriales del conducto biliar derivan
de la arteria cística y de la pancreaticoduodenal posterior y superior. Pueden
existir dos disposiciones: 1) de irrigación superior, y 2) con arterias ascendentes
de la pancreaticoduodenal. En un estudio realizado por Terblanche, el 60 % del
flujo provenía desde la porción inferior y el 38 % de la porción hiliar. La rama
supraduodenal de la gastroduodenal ocasionalmente puede enviar ramas a la
porción retroduodenal. En síntesis, la vía biliar distal tiene anastomosis más
seguras que la porción superior.

Linfáticos
Los linfáticos que drenan la vía biliar principal lo hacen primero en ganglios que se
ubican alrededor de ésta y finalmente en el grupo de ganglios peripancreáticos
(cerca del origen de la arteria mesentérica superior). Otros pueden alcanzar el
grupo celíaco.

Inervación

Los nervios son los mismos que los de la vesícula. Nervio frénico derecho, plexo
celiaco y Vago

Definición: Es la presencia de cálculos en el colédoco como consecuencia de su


migración desde la vesícula (litiasis coledociana secundaria) o de su formación en
la vía biliar extrahepática o intrahepática (litiasis coledociana primaria)

Epidemiología
La incidencia de litiasis coledociana en pacientes sometidos a colecistectomía por
litiasis vesicular es del 8 al 15 %, y aproximadamente entre el 1 y 2 % de todos los
pacientes colecistectomizados tienen una litiasis residual del colédoco que
requiere nuevas intervenciones. Con respecto a la litiasis primaria, su frecuencia
varía ampliamente de acuerdo con los criterios de inclusión. Si se acepta que para
poder hablar de litiasis coledociana primaria un paciente debe haber tenido un
período mínimo libre de síntomas de 2 años después de la colecistectomía, los
cálculos deben ser blandos, pigmentados y no tener un cístico remanente largo
con posibilidad de litiasis en su interior, la frecuencia rondaría entre el 4 y el 10 %
de todas las coledocolitiasis. En los países asiáticos la frecuencia de litiasis
primaria es muchísimo mayor y está asociada a dilataciones quísticas de la vía
biliar

Etiopatogenia
Los cálculos pueden pasar desde la vesícula hacia el colédoco o formarse
primariamente en este conducto.
En los países occidentales la mayor parte de los cálculos del colédoco son de
colesterol, secundarios a su migración desde la vesícula y generalmente alojados
en su extremo inferior.
Los cálculos de pigmentos negros que se ven en edades avanzadas o en
presencia de hemolisis, alcoholismo y cirrosis tienden a estar limitados a la
vesícula, pero algunas veces también pueden pasar hacia el colédoco o formarse
en ese conducto.

Todos los cálculos biliares de un paciente, que provengan de la vesícula o del


colédoco, son del mismo tipo, sea de colesterol o de pigmentos. Química y
visualmente los cálculos de colesterol del colédoco son idénticos a los de la
vesícula. El tamaño varía, y los más grandes pueden haber pasado a través de
una fístula biliobiliar (síndrome de Mirizzi tipo II).

Con mayor frecuencia que en la vesícula se observan cálculos pigmentarios


pardos, posiblemente como resultado de la acción bacteriana. En estos casos se
ha señalado que la presencia de estenosis o disfunciones del esfínter de Oddi
puede ser la causa de la estasis, la infección y la formación de cálculos pardos.
Estos están asociados frecuentemente a episodios de colangitis.
En los pacientes colecistectomizados es difícil saber, ante una litiasis coledociana,
si es el resultado de cálculos olvidados" en el acto operatorio o que se formaron
de novo en el colédoco, pero en general se acepta que en esta última
circunstancia los cálculos deben tener las características de los cálculos
pigmentarios, La presencia de bacterias en la bilis (bactebilia) de los pacientes con
litiasis coledociana es muy alta, y cercana al 100 % cuando se trata de una litiasis
coledociana primaria.
Alteraciones patológicas

En los pacientes de evolución prolongada, que presentan obstrucciones ductales


recurrentes (transitorias porque los cálculos se movilizan espontáneamente, con la
consiguientes desobstrucción), el colédoco sufre una dilatación que puede llegar a
ser considerable (hasta 15 mm, o superior), dependiendo del tiempo que se
mantengan esta situación hasta que se realiza la intervención quirúrgica. Así
mismo se produce dilatación e induración de la pared ductal, especialmente
cuando la bilis está infectada, como ocurre habitualmente

Cuando se produce una oclusión aguda y completa por incrustación de un calculo


en la porción distal del colédoco, hay una brusca elevación de la presión
intradcutal, y aparece la correspondiente ictéricia obstructiva, asi como una
colangitis aguda que puede llegar a ser purulenta, si no se resuelve urgentemente
esta situacion

Historia natural
Se dispone de poca información acerca de la historia natural de los cálculos
coledocianos asintomáticos.
Si bien está claro que en muchos pacientes permanecen sin manifestaciones
durante meses o años, las evidencias disponibles sugieren que la historia natural
de los cálculos coledocianos asintomáticos es menos benigna que la de los
cálculos vesiculares asintomáticos.
Algunos cálculos pequeños que han migrado desde la vesícula pueden pasar al
duodeno sin producir síntomas (especialmente los menores de 3 mm). Sin
embargo, en otras oportunidades su migración está relacionada con el inicio de
una pancreatitis

Cuadro clínico
La coledocolitiasis, como parte del conjunto de patologías que engloba la litiasis
biliar, puede producir obstrucción del colédoco con impedimento parcial o total del
paso normal de bilis desde hígado al duodeno, dando lugar al denominado
Síndrome de Ictericia Obstructiva.
La mayoría de estos pacientes tienen antecedentes biliares, ya sea de cólicos
biliares en reacción a ingestión de alimentos grasos, colelitiasis asociada o
demostrada antecedentes de colecistectomía.

Es característico, en el síndrome obstructivo por cálculos, la presencia de dolor


abdominal de tipo cólico ubicado en epigastrio o hipocondrio derecho, que precede
a la aparición de coluria e ictericia de piel y escleras. Posteriormente, puede
aparecer hipocolia. Se asocia a estado nauseoso y vómitos rebeldes. Puede
prolongarse durante varias horas, y si se alivia con antiespasmódicos tiende a
desaparecer precozmente. La ictericia es fluctante, debido al mecanismo valvular
que determina la obstrucción de la vía biliar por él o los cálculos flotantes que se
desplazan y eventualmente se impactan y se desimpactan sucesivamente dentro
de ella. Se le puede confundir con un cólico ureteral derecho; es útil tener presente
en este caso que el paciente se encuentra muy inquieto, mientras que si el dolor
es de origen biliar, tiende a permanecer postrado en la cama.
La coluria precede a la ictericia y el paciente ictérico orienta a etiología obstructiva
extrahepática, ya que esta se produce debido a que se elimina bilirrubina directa o
conjugada a través de la orina.
La ictericia puede ser fugaz o subclínica, manifestándose solo por una coluria
transitoria. En otros casos, el enclavamiento de un cálculo en la Ampolla de Vater
da origen a una ictericia prolongada, que en los enfermos ancianos puede
complicarse con una enfermedad tubular aguda.
A estos síntomas y signos se le agrega prurito, por depósitos de sales biliares en
la piel.
En los pacientes seniles, la coledocolitiasis suele ser causa de anorexia y pérdida
de peso. Conviene insistir en que muchos enfermos con cálculos en el colédoco
no tienen ningún síntoma que revele su presencia. Por ello es tan importante,
durante la colecistectomía electiva o de urgencia, la cuidadosa exploración
radiológica de la vía biliar.
Laboratorio
El diagnóstico se basa en la presencia de una historia compatible y cuadro clínico
sugerente: la existencia de ictericia asociada a dolor abdominal tipo cólico debe
hacer pensar, como primera posibilidad, en una obstrucción de la vía biliar.
Exámenes de laboratorio que permitan confirmar el diagnóstico:
a) Hemograma: en el contexto de un síndrome de obstrucción litiásica la
leucocitosis con desviación izquierda, se puede sospechar una infección de la
vía biliar; en casos de sepsis graves podemos encontrar leucopenia.
b) Sedimento de orina: aumento de excresión de urobilinógenos. El urobilinógeno
se incrementa en la orina (originando orinas colúricas y los pigmentos
biliaresdisminuyen o desaparecen en las heces (originando heces hipocólicas
oacólicas).
c) Pruebas de función hepática: Constituyen el examen de laboratorio
fundamentalen estos casos. Revelan patrón obstructivo que se caracteriza
por:hiperbilirrubinemia total (2 a 10 mg/dl en más del 90 %) con predominio de
bilirrubina directa o conjugada yaumento de las fosfatasas alcalinas. Las
transaminasas están normales o pocoaumentadas en casos de más larga
duración. Las fosfatasas alcalinas son un examen muy sensible y eficiente para
diagnosticar obstrucción de la vía biliar principal en forma precoz, ya que se
elevarán rápidamente en estos casos.
Complicaciones
 Colangitis
La colangitis aguda es una infección bacteriana ascendente vinculada con una
obstrucción parcial o total de los conductos biliares. La bilis hepática es estéril y la
que se encuentra en los conductos biliares se conserva también estéril por el flujo
continuo de la bilis y la presencia de sustancias antibacterianas en la misma, como
las inmunoglobulinas. El impedimento mecánico para el flujo biliar facilita la
contaminación bacteriana. Son comunes cultivos positivos de bilis cuando existen
cálculos en un conducto biliar y con otras causas de obstrucción. La
contaminación bacteriana biliar aislada no suscita colangitis clínica; para su
aparición se requiere una gran contaminación bacteriana y obstrucción biliar. Los
cálculos biliares son la causa más común de obstrucción en la colangitis; otros
factores son estenosis benignas y malignas, parásitos, instrumentación de los
conductos y prótesis permanentes y anastomosis bilioentéricas obstruidas de
forma parcial.
Los microorganismos que se cultivan más a menudo en la bilis de pacientes con
colangitis incluyen Escherichiacoli, Klebsiellapneumoniae, Streptococcusfaecalis,
Enterobacter y Bacteroidesfragilis
Presentación clínica. La colangitis puede asumir formas variables, desde una
afección discreta e intermitente, que remite de manera espontánea, hasta una
septicemia fulminante que puede poner en peligro la vida. De manera
característica, el sujeto con colangitis por un cálculo biliar es de edad avanzada y
sexo femenino. La presentación habitual incluye fiebre, dolor en el epigastrio o el
cuadrante superior derecho e ictericia (obstructiva). Estos síntomas comunes, que
se conocen bien como la tríada de Charcot, se identifican en casi dos tercios de
los enfermos. La afección puede progresar con rapidez con septicemia y
desorientación, que se conoce como pentalogía o Pentadade Reynolds (fiebre,
ictericia [obstructiva], dolor en el cuadrante superior derecho, hipotensión y cambio
del estado mental). Empeoro, el cuadro puede ser atípico, con escasa fiebre,
ictericia o dolor, si acaso se presentan. Esto se observa con más frecuencia en
personas de edad avanzada que tal vez no evidencian síntomas notables hasta
que se colapsan con septicemia.
Los individuos con prótesis permanente rara vez muestran ictericia. En la
exploración del abdomen, los hallazgos no se diferencian de los de la colecistitis
aguda.
 Pancreatitis
Los cálculos biliares en el colédoco se vinculan con pancreatitis aguda.
Laobstrucción del conducto pancreático por un cálculo impactado o la obstrucción
temporal por un cálculo que pasa a través de la ampolla pueden ocasionar
pancreatitis. Aún no se aclara el mecanismo exacto por el cual la obstrucción del
conducto pancreático causa pancreatitis. En personas con esta última es esencial
una ecografía del árbol biliar. Cuando existen cálculos biliares y la pancreatitis es
grave, una CPRE con esfinterotomía y extracción del cálculo puede suprimir el
episodio de pancreatitis. Una vez que ésta remite, debe extirparse la vesícula biliar
durante la misma hospitalización.
Cuando existen cálculos y la pancreatitis es leve y se cura de manera espontánea,
tal vez se eliminó el cálculo. En estos individuos están indicados una
colecistectomía y una colangiografíaintraoperatoria o una CPREpreoperatoria.
 Cirrosis biliar secundaria
En los pacientes de evolución prolongada, que presentan evoluciones de
obstrucciones ductales recurrentes (transitorias porque los cálculos se movilizan
espontáneamente, con la consiguientes desobstrucción), el colédoco sufre una
dilatación que puede llegar a ser considerable (hasta 15 mm, o superior),
dependiendo del tiempo que se mantengan esta situación hasta que se realiza la
intervención quirúrgica. Así mismo se produce dilatación e induración de la pared
ductal, especialmente cuando la bilis está infectada, como ocurre habitualmente.
En estos casos el hígado se afecta con la producción de un incremento del tejido
conjuntivo de los tractos portales perilobulillares, proliferación de los caniculos
biliares y la formación de acúmulos biliares que taponan los conductillos.
Finalmente se produce una cirrosis biliar secundaria irreversible, y la consiguiente
hipertensión portal, con las graves complicaciones relacionadas a las mismas

Diagnóstico
 Antecedentes
 Clínica
 Estudios de imagen:
a) Radiografía
La radiología simple es de poco valor ya que es excepcional que permita la
visualización de los cálculos, teniendo en cuenta que éstos sólo son
radiopacos cuando tienen calcio (cálculos pigmentarios), y la mayoría son
de colesterol.
b) Ecografía
La ecografía es menos sensible que para el diagnóstico de litiasis vesicular; se ha
referido una sensibilidad del 50 %, pero cuando existe dilatación de la vía biliar
ésta es muy superior.
Particularmente difícil es el diagnóstico de cálculos de la vía biliar no dilatada y de
ubicación distal, por el gas duodenalque evita su reconocimiento. Los cambios del
colédoco después de la migración de un cálculo han sido señalados como signos
indirectos de esta situación, pero requieren de un operador muy entrenado y de
estudios reiterados. De cualquier manera, el estudio ecográfico es de suma
importancia para la evaluación de una litiasis coledociana, ya que además aporta
otros datos que contribuyen al diagnóstico y al eventual tratamiento (dilatación del
a vía biliar en forma uniforme o sectorial, características de la vesícula, etc.). La
ecografía transendoscópica puede ser de utilidad en el diagnóstico diferencial con
tumores periampulares.
c) Colangiografía transhepática percutánea
Las técnicas radiológicas intervencionistas pueden utilizarse en la evaluación de la
anatomía biliar. De forma similar a la CPRE, la colangiografíatranshepática
percutánea (CTP) es un procedimiento invasivo utilizado para evaluar el árbol
biliar. Se introduce directamente una aguja hasta el hígado para acceder a una de
las raíces biliares y, después, se utiliza el árbol biliar para la inserción de catéteres
transhepáticos. De utilidad en pacientes con enfermedad biliar intrahepática o en
los que la CPRE no es técnicamente viable, la CTP puede descomprimir una
obstrucción biliar y obstrucciones por endoprótesis sin operación y proporciona
información anatómica para una posible reconstrucción biliar.
d) CPRE
La CPRE es muy sensible y específica en relación con la coledocolitiasis y
puede resultar terapéutica, al limpiarde cálculos el conducto en alrededor dcl
75% de los pacientesdurante el primer procedimiento y en aproximadamente el
90%en la repetición de la CPRE. Durante la endoscopia, se realizauna
esfinterotomía con barrido de balón y extracción del cálculo,todo lo cual tiene
un índice de complicaciones del 5 al 8 %. Lasindicaciones para la CPRE
preoperatoria antes de la colecistectomíason colangitis, pancreatitis biliar,
limitada experiencia del cirujanoen la exploración del colédoco y pacientes con
múltiples patologíasconcurrentes.
e) CPRM
Como alternativa, la colangiopancreatografía por resonancia magnética (CPRM)
resulta muy sensible (>90%), con casi un 100%de especificidad en el diagnóstico
de coledocolitiasis. La CPRM ofrece una imagen precisa del árbol biliar pero, en el
marco de la coledocolitiasis, no ofrece una solución terapéutica válida. Una
colangiografía clara mediante CPRM evita la necesidad de CPRE. Sin embargo, la
coledocolitiasis identificada mediante CPRM requiereintervención por algún otro
método. Al ser cada día mayor el número de cirujanos que practican la
exploraciónlaparoscópica del colédoco,es posible que haya disminuido la
relevancia clínica de la CPRM para la eliminación de la coledocolitiasis.

Tratamiento
A diferencia de la litiasis vesicular, el diagnóstico de litiasis coledociana obliga
siempre a su tratamiento, independientemente de que algunas sean asintomáticas
en el momento de su hallazgo; En los casos sintomáticos el objetivo es tratar
algunas de sus complicaciones (pancreatitis, colangitis, obstrucción biliar) y en los
asintornáticos prevenirlas.
 CPRE
Colangiopancreatografía endoscópica retrógrada La esfinterectomía endoscópica
con extracción de cálculo es eficaz en el tratamiento de la coledocolitiasis. Cuando
se utiliza en el preoperatorio, puede evitar una técnica abierta y, cuando no da
buen resultado en la eliminación de cálculos, modifica las decisiones
intraoperatorias. Entre las razones habituales del fracaso de la endoscopia se
incluyen cálculos de gran tamaño, cálculos intrahepáticos, múltiples cálculos,
anatomía gástrica o duodenal alterada, cálculos impactados y divertículos
duodenales.
La esfinterectomía con extracción del cálculo no elimina el riesgo de enfermedad
recurrente por cálculos biliares. Cuando se utilizan CPRE y esfinterectomía, casi el
50% de todos los pacientes presentan síntomas recurrentes de enfermedad de las
vías biliares, si no se trata también mediante colecistectomía.* Más de un tercio de
estos pacientes pueden requerir colecistectomía, lo cual sugiere que dicha técnica
ha de ser ofrecida a los pacientes que se presentan con coledocolitiasis.
Cabe señalar que los sujetos mayores (>70 años) presentan una tasa de apenas
un 15% de recidiva de síntomas, de modo que la colecistectomía puede ofrecerse
de forma selectiva a esta población de pacientes.
 Laparoscopia
Puede realizarse una exploración laparoscópica del colédoco con el fin de abordar
toda la enfermedad litiásica de las vías biliares, sin necesidad de recurrir a otra
técnica ni a anestesia adicional.
El acceso al colédoco con un colangioscopio de pequeño calibre se consigue a
través del conducto cístico o a través de una incisión en el propio colédoco. En el
abordaje transcístico, se procede a la dilatación del conducto cístico y a la
introducción de un colangioscopio flexible hasta el colédoco. Cuando se lleva a
cabo esta técnica en el marco de un conducto cístico estrecho, es posible dilatar el
conducto mediante un dilatador flexible introducido por encima de una guía de
alambre, aplicando la técnica de Seldinger. Dado el ángulo de inserción del
conducto cístico en el colédoco, los cálculos situados en el conducto hepático
común por encima de la inserción del conducto cístico no son accesibles por vía
transcística. Otras contraindicaciones a este abordaje son un conducto cístico
pequeño y friable, numerosos (más de ocho) cálculos en el colédoco y cálculos
grandes (> 1 cm), que resultarían de extracción difícil o imposible a través del
orificio del conducto cístico.En cualquiera de estos escenarios, puede realizarse
una incisión en elcolédoco; la única contraindicación es un colédoco pequeño que
pueda sufrir estrechamiento o cierre.
 Laparotomía.

Esta modalidad de exploración debe utilizarse cuando no sean aplicables los


métodos endoscópicos y laparoscópicos para coledocolitiasis documentadas, o
cuando sea necesario un drenaje biliar concomitante. La exploración abierta
supone unas tasas bajas de morbilidad (del 8 al 15%) y mortalidad (del 1 al 2%),
así como de cálculos retenidos (5%). Los cálculos impactados en la ampolla
plantean un problema para la CPRE y la exploración del colédoco. Si se producen
intentos infructuosos de eliminar un cálculo impactado en el marco de un árbol
biliar no dilatado, una esfinteroplastiatransduodenal puede permitir el drenaje. En
un contexto similar, pero con árbol biliar dilatado, el drenaje de ese árbol biliar
mediante coledocoenterostomía da buenosresultados. Las dos opciones de
drenaje son una coledocoduodenostomía y una coledocoyeyunostomía en Y de
Roux. La anastomosis al duodeno puede realizarse rápidamente con una sola
anastomosis. Esta disposición anatómica sigue permitiendo el acceso
endoscópico a todo el árbol biliar. El inconveniente de tal abordaje es que el
conducto biliar distal a la anastomosis no drena bien y puede almacenar detritos
que obstruyan la anastomosis o el conducto pancreático, proceso conocido como
síndrome del sumidero. La anastomosis con el yeyuno según la disposición en Y
de Roux ofrece un excelente drenaje del árbol biliar, sin riesgo de síndrome de
sumidero, pero no permite una posterior evaluación endoscópica del árbol biliar.
El empleo de la coledocoscopia en elmomento de la técnica de drenaje garantiza
la eliminación de todos los cálculos existentes. Este abordaje permite una tasa de
eliminación de cálculos mayor del 90%.
 Tubo de Kehr
Drenaje específico para la descompresión del colédoco tras la cirugía biliar.
Se trata de un tubo en forma de T de diferentes calibres. Sus extremos más cortos
sirven para canalizar la vía biliar, el extremo más largo sale al exterior a través de
la pared abdominal por medio de una incisión.
Permite el drenaje de la bilis al exterior, es un drenaje pasivo que actúa por
gravedad.
Se usa para:
 Disminuir el riesgo de filtración después de una exploración de vía biliar por
coledocotomia.
 Disminuir el riesgo de estenosis de la vía biliar.
 Permite realizar colangiografia postoperatoria.
 Drenaje de la bilis.
Se debe retirar alrededor de 10 días después de la operación y una vez hecho una
colangiografia y se evidencie que hay buen pasaje de la vía Biliar al duodeno y no
hay presencia de cálculos residuales.

CPRE (colangiopancreatografía retrógrada endoscópica)


Se le colocará una vía intravenosa (IV) en el brazo. Usted se acostará boca abajo
o sobre el lado izquierdo para el examen.

Se le administrarán medicamentos para relajarlo o sedarlo a través de la vía


intravenosa.
Algunas veces, también se utiliza un aerosol para insensibilizar la garganta. Se
colocará un protector bucal para proteger los dientes. Se deben retirar las prótesis
dentales.
Después de que el sedante haga efecto, el endoscopio se introducirá a través de
la boca y se pasará a través del esófago y el estómago hasta que llegue al
duodeno (la parte del intestino delgado que está más cerca del estómago).

Usted no deberá sentir ninguna molestia y tal vez no tenga recuerdos del examen.
Puede tener náuseas mientras la sonda baja por el esófago.
A medida que se ubique el endoscopio en su lugar, puede sentir estiramiento de
los conductos.
Se pasará una sonda delgada (catéter) a través del endoscopio y se introducirá en
los tubos (conductos) que van al páncreas y a la vesícula biliar. Se inyectará un
tinte especial en estos conductos y se tomarán radiografías. Esto le ayudará al
médico a ver cálculos, tumores y cualquier área que se haya estrechado.

Se pueden colocar instrumentos especiales a través del endoscopio dentro de los


conductos.

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