Está en la página 1de 4

EL ALUMNO QUE QUEREMOS FORMAR

Si queremos construir con lógica y coherencia un proyecto educativo debemos


empezar por establecer claramente cuales son las finalidades que se persiguen ya
que serán los pilares que determinarán y condicionarán todo el edificio educativo
posterior. Se dice que toda educación debe tener unos fines claramente
establecidos que orienten el rumbo que deben seguir las instituciones educativas y
los agentes formadores ya que nos enfrentamos a la necesidad de construir un país
más libre, justo y próspero, que forman parte de un mundo cada vez más
interconectado, como complejo y desafiante, es por eso que entre las características
del currículo de la Nueva Escuela Mexicana nos menciona que esta será compacta
y accesible, así como flexible y viable a desarrollar en el tiempo escolar disponible,
atender equilibradamente los diferentes ámbitos de formación del ser humano
también contribuye a formar personas técnicamente competentes y socialmente
comprometidos y por último fortalecer la formación de los niños en las convicciones
a favor de la justicia, la libertad, la dignidad y otros valores fundamentes para su
formación y así ser personas que tengan la motivación y capacidad de lograr su
desarrollo personal, laboral y familiar, dispuestas a mejorar su entorno social y
natural, así como a continuar aprendiendo a lo largo de la vida en un mundo
complejo que vive cambios vertiginosos.

¿Cómo definir las nuevas habilidades y competencias que requieren los alumnos?

Si hoy nos preguntamos qué fines debe cumplir la educación porqué estamos
insatisfechos de cómo funciona, de los resultados que se obtiene, es necesario
plantearse ¿qué tipo de sociedad queremos?, ¿qué tipo de ciudadano deseamos?
Y cuando tengamos claro esas cuestiones podemos pasar a la siguiente: ¿qué tipo
de profesional se requiere para formar a esas estudiantes?, a esos ciudadanos del
futuro. Es por eso que para formar un buen alumno se requiere identificar los retos
y demandas del entorno esto quiere decir que debemos adaptarnos al ambiente en
el que el alumno vive y enseñarle de acuerdo a lo que hay en su alrededor pero no
olvidando que hay un más allá de su entorno por ejemplo: un niño de una comunidad
indígena no debemos olvidar sus tradiciones y costumbres y enseñarle de acuerdo
al lugar donde vive y de acuerdo a su economía pero también debemos enseñarle
como es el resto del mundo para que así en algún momento que llegue a ser un
ciudadano sepa como es y como comportarse fuera del lugar que lo vio crecer.
También se requiere conocer los paradigmas de la educación y al conocer estas
dos podemos determinar en como influyen en los requerimientos y características
del sistema educativo para definir las nuevas habilidades y competencias que tanto
el docente como los estudiantes requieren para así poder formar buenos alumnos y
a largo plazo buenos ciudadanos.

El mundo ha llegado a unos niveles de complejidad inimaginables, apareciendo


nuevos retos y desafíos. Para afrontar estos nuevos retos los alumnos no sólo
necesitaran una base considerable de conocimientos que durante toda la formación
básica que abarca desde preescolar, primaria, secundaria y ahora con la
implementación de la nueva escuela mexicana la educación media superior también
será de manera obligatoria si no tal vez, necesitaran una gran capacidad para
organizar y aplicar convenientemente todo este conocimiento. Los cambios son tan
veloces que ya no es suficiente, como en otros tiempos, aprender lo suficiente
durante la escolarización formal, para estar preparado para la vida, ahora se
requiere una educación continuada a lo largo de toda nuestra existencia. Consciente
de los cambios que se estaban produciendo en nuestro entorno, la UNESCO en
1991 planteaba que la educación debería estructurarse en cuatro ejes
fundamentales: Aprender a aprender esta es la parte estratégica ya que está
enfatizando la importancia de formar a los estudiantes en estrategia de aprendizaje,
más que en conocimientos; Aprender a hacer esta es la parte práctica ya que es
entendida como vinculo y transformación de la realidad, es decir, el desarrollo de
las habilidades; Aprender a ser esta es la parte filosófica ya que aquí se conoce
como conciencia de si mismo y el desarrollo de los valores, por último tenemos
Aprender a vivir y a convivir con los demás aquí es la parte social ya que se
refiere al desarrollo de la conciencia social y de la solidaridad que el individuo debe
ir adoptando durante toda su formación académica básica.
En esta Nueva Escuela Mexicana nosotros como docente queremos formar buenos
individuos que sean capaces de tener un pensamiento critico que incluye el
pensamiento consciente de dirigir y evaluar el propio pensamiento ya que como
menciona Covington (1985 ) y Halpern (1989) definen el pensamiento critico como
reflexivo y razonable centrado en decidir que creer o hacer, pues bien el trabajo de
un maestro para con sus alumnos es enseñar que este es un ser autónomo pero
que a la vez su toma de decisión debe tener una visión humanista que quiere decir
que debe ser histórico y que su acción social es capaz de transformar el mundo y
su propia naturaleza pues bien se menciona que “Los sujetos utilizan el
pensamiento critico cuando analizan argumentos y opiniones y tratan de
justificarlas, refutarlas y evaluarlas” (Crowl, Kaminsky y Podell, 1997)

En la Nueva Escuela Mexicana la labor del maestro consistirá en enseñar a los


estudiantes a manejar sus emociones para poder relacionarse positivamente con la
sociedad y tomar decisiones de manera asertiva, en esta nueva etapa de la NEM la
educación en las aulas tratará de colocar en el centro formativo a las personas,
relaciones humanas y el medio en el que habitamos. Sabemos bien que el proceso
de aprendizaje socioemocional conlleva la autoconciencia y autocontrol,
autoestima y empatía así como la resolución de conflictos. Todos sabemos por
experiencia propia que nuestras acciones y nuestras decisiones dependen tanto, o
incluso más de nuestra mente emocional o sentimientos que de nuestros
pensamientos, por ejemplo “Jason h}H., estudiante de segundo año del instituto
de Coral Springs (Florida) e indudablemente candidado a matricula de honor,
estaba en la idea de ingresar a una prestigiosa facultad de medicina como la
de Harvard, pero Pologruto (su profesor de fisíca) le había calificado con un
notable alto, una nota que le obligaba a arrojar por la borda todos sus sueños,
de modo que provisto de un cuchillo de carnicero, se dirigió al laboratorio de
física y, en el trascurso de una discusión con el profesor, no duduó en
clavárselo a la altura de la clavicula antes de que pudieran reducirle por la
fuerza” (Goleman, 1996, “La inteligencia emocional” p. 63) ¿Cómo puede una
persona con un nivel de inteligencia tan alto llegar a cometer un acto tan estúpido?.
La respuesta es que la inteligencia académica (fundamentalmente de tipo lógico-
matemática) tiene poco que ver con la vida emocional y con el éxito que vaya a
tener el estudiante en la vida, es por ello que con la implementación de la NEM el
maestro busca que sus alumnos regulen, controlen y manejen sus emociones para
que en su debido momento puedan convivir en un ambiente de paz con la sociedad.

A todo esto se puede decir que la NEM para este siglo XXI resulta ser de gran ayuda
tanto para alumnos como profesores ya que se saca a flote todo lo que un alumno
necesita adoptar y poner en práctica en su vida diaria ya que en definitiva, el
aprendizaje también debe ser un proceso consiente y reflexivo de nuestra forma de
aprender. Conocer cómo aprendemos y cómo enseñamos posibilitará que nos
superemos a nosotros mismos. Por lo tanto, desarrollar la metacognición del alumno
es también un reto que debe asumir la Nueva Escuela Mexicana pero también
nosotros como docentes

También podría gustarte