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APPLE VS SAMSUNG

¿A quién quieres más, a papá o a mamá? Apple y Samsung, Samsung y Apple, los grandes de la
telefonía móvil, sin prácticamente rivales en el mercado. Ambas firmas, como es normal, tienen una
competencia y una rivalidad espectacular en cuanto a marketing, aunque no tanto en negocios, y es
que el mismísimo iPhone X tiene un panel creado por Samsung.

A pesar de los tratos comerciales, la venta es la venta, y Samsung no quiere que el iPhone X eclipse
a sus dispositivos Galaxy. Para ello, ha creado un anuncio

El anuncio empieza en el año 2007, fecha en la que se lanzó el primer iPhone al mercado. Tres años
después, podemos notar la poca evolución del producto, y los fallos recurrentes, algunos usuarios no
podían tomar ni siquiera una foto, por el poco almacenamiento interno que tenían estos móviles.

En 2013, Apple tenía el 5S, un dispositivo de 4 pulgadas que se veía ridículamente pequeño al lado
del Samsung Galaxy Note, un dispositivo con S-Pen y una pantalla bastante grande para la época.
Posteriormente, Samsung se hace eco de que sus terminales como el S6, eran ya resistentes al
agua, mientras que los iPhone de aquel momento no tenían ninguna capacidad para resistir al agua
o al polvo.

Por último, se nos muestra el iPhone 7, con el famoso adaptador para el 3.5mm, ya que no tiene jack
para nuestros auriculares. Acto seguido, podemos ver cómo los modelos de Samsung, además de
respetar el jack, ya tenían la famosa carga inalámbrica de la que Apple se enorgullece en pleno
2017.

En definitiva, nos muestran la realidad, Samsung -y los demás Android en general-, siempre han
estado un paso por delante en hardware respecto a Apple, que se mantiene tradicional y tarda
bastante en añadir todas las novedades a sus productos.

Como siempre, esta es otra estrategia de marketing, curiosa y que nos ha gustado. No por ello
debemos denostar el trabajo de Apple, que si bien no se ha mantenido a la vanguardia en
novedades como la carga rápida, inalámbrica o resistencia al agua, sí que cuenta con el mejor
hardware en procesadores, reconocimiento facial y la mayor optimización de software que se puede
encontrar en un smartphone, amén del soporte de actualizaciones y garantía.

En el sector de la telefonía móvil de alta gama hay una rivalidad constante entre la creación de Steve
Jobs y el dispositivo Android de Samsung Electronics, y ésta incluye aspectos tales como diseño,
pantalla y tecnología. La competencia feroz entre estas dos marcas ha tenido incluso varios capítulos
rodados en tribunales, en donde el ida y vuelta por infracciones de patentes de tecnología y utilidad
ha dejado al producto de Apple con la gran mayoría de las victorias. Sin embargo, ninguna de las
partes se rinde y la actual batalla en el mercado es entre el iPhone y el Samsung Galaxy.

Apple y Samsung no solo generan discordias entre los acérrimos seguidores de una marca u otra,
ambas compañías llevaban siete años resolviendo diferentes disputas que los llevó hasta los
tribunales.

El lío entre las empresas comenzó después de que Samsung fuera acusado de copiar la primera
versión que se conoció del iPhone en 2007. Fue Steve Jobs, fundador de la compañía de la
manzana, quien amenazó ese mismo año, el de su muerte, librar una “guerra termonuclear” si era
posible, para que se reconociera que, efectivamente, la compañía surcoreana había copiado a
Apple. Durante esta guerra hubo apelaciones de parte y parte, sobre todo reclamando más o menos
compensación económica por lo que finalmente un jurado de un tribunal de San José (California)
determinó que por ser una copia merecía una compensación.

En 2012 se solicitó indemnizar a Apple con 1.000 millones de dólares, justificados en los daños que
Samsung le causó por copiar su diseño y utilidad, que ya estaban patentados. Por su lado, los
surcoreanos ofrecían la suma de 28 millones de dólares.

Ya en 2015, Samsung le había pagado a la compañía de Steve Jobs un poco más de 548 millones
de dólares; no obstante, un jurado de un tribunal decidió en mayo de este año una nueva suma a
pagar de 539 millones de dólares, una orden que no cayó muy bien en la compañía de la serie
Galaxy S. Por esos días, mediante un comunicado de prensa Apple declaró: “Creemos
profundamente en el valor del diseño y nuestros equipos trabajan incansablemente para crear
productos innovadores que deleiten a nuestros clientes”. Por su parte, Samsung señaló:
“Consideraremos todas las opciones para obtener un resultado que no obstaculice la creatividad y la
competencia justa para todas las compañías y consumidores”.

El nuevo capítulo de esta guerra tecnológica se conoció esta semana cuando trascendió que
Samsung, en vez de apelar la compensación que le exigieron, prefirió llegar a un acuerdo con la
empresa de Cupertino (California) y pagó una suma, desconocida para los medios de comunicación,
que puso fin a la batalla legal de las dos empresas que venden más celulares en el mundo.

La guerra también incluyó a otras marcas de dispositivos que usan el sistema operativo Android,
pero se concentró en los dos gigantes tecnológicos y generó noticias en los últimos siete años, por
ejemplo, cuando uno de los abogados que litigó por Samsung calificó a Apple de “yihadista”.

Medios como Bloomberg calificaron el litigio como largo y agotador, y aseguraron que las dos
empresas gastaron cientos de millones de dólares con el fin de resolver esta disputa que encontró un
fin.

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