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Rosa Edith Meza Ortiz

27 de marzo de 2019

Discurso Primera Generación Ser Pilo Paga Colombia 2019


de la Universidad de los Andes

Me llamo Rosa Edith Meza Oritz. Nací en Sandoná (Nariño), vengo de la ciudad de Pasto. Cuando

ingresé a la Universidad, hacía 33 años que me había graduado de bachiller, entonces, me di cuenta, que

no solo había cambiado de ciudad, sino de época. Mis conocimientos de inglés y matemáticas eran

precarios y estas materias serían esenciales en mi pregrado de Gobierno y Asuntos Públicos. Así que, la

crisis inicial fue fuerte. Entonces tuve que recordar la razón que me había traído hasta aquí, y de esto

quiero hablarles inicialmente.

¿Se pueden imaginar una persona sin sueños? Hagan el ejercicio. Seguramente visualizarán a

alguien a quién algo le falta, una esperanza, un motivo. Los sueños le dan sabor a la vida, nos impulsan a

movernos con ilusión hacia adelante. Por esta razón, hace algunos años, cuando tuve que trabajar con unos

niños, les insistía sobre la importancia de soñar. ¡Y lo curioso es que no me había dado cuenta de que yo

misma había olvidado mis sueños!

Inventé juegos para estimular sus sueños, pero no lograba atrapar un interés genuino de su parte.

Intenté de todo, sin embargo, nada los animaba. Observé que estaban cansados de tanta insistencia, pero

no entendía por qué. ¿Qué estaba pasando?


Rosa Edith Meza Ortiz
27 de marzo de 2019
¿Creen que a los niños les gusta soñar? Estoy convencida de que es parte fundamental de la vida,

pero, sobre todo, de ese momento tan mágico al que llamamos infancia. Por eso no podía parar de insistir.

Y aun mas, porque antes de trabajar con estos niños estuve en Cali, allí fui misionera y acompañé a varias

adolescentes, durante algunos años, en su vida de fe. Desde que nos conocimos, hablamos de sus sueños.

Me impactó la forma tan hermosa en que terminaron por cumplirse al detalle ¡Era Dios quien dirigía sus

vidas a través de sus sueños! ¡Ellas le creyeron y caminaron con esperanza! … Por eso no podía dejar de

insistir a los niños.

Entonces, un día, David, un niño de 8 años, me tomó la lección.

Me preguntó: - ¿Cuál es su sueño?

Hizo esa pregunta tratando de indagar en mi corazón, con una mirada realmente interesada por

conocer. Lo pensé por un momento.

Entonces, le dije: - Estudiar.

Él replicó: - ¿Por qué no estudia?

Yo le respondí: -Sí, tienes razón, debo estudiar, ¿por qué no?

Ese día decidí estudiar y al poco tiempo presenté las pruebas del icfes ¡enhorabuena! Y por todas

“esas cosas” que se alinean milagrosamente, llegué a la Universidad de los Andes al obtener la beca Ser

Pilo Paga.

En mi pregrado entendí que estos niños necesitaban modelos a seguir, que alguien les muestre que

se puede soñar, porque en su contexto, sus padres perdieron la capacidad de creer, dado que, sumergidos

en la urgencia de conseguir para el día a día su sustento, no pueden creer en la posibilidad de que el mañana
Rosa Edith Meza Ortiz
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sea diferente. Yo también como ellos, al pertenecer a la generación que vivió el rigor de la guerra en

Colombia y vivir la quiebra de mi familia por la crisis de 1997, perdí la capacidad de soñar. Puedo entender

lo difícil que es levantarse, es casi imposible volver a creer, volver a soñar: yo lo viví. Y Precisamente por

eso, sé cuán importante es soñar y estar determinados a cumplir esos sueños. De esta manera, somos la

posibilidad de que otros (esos otros que por situaciones difíciles han dejado de hacerlo y que tanto lo

necesitan) se atrevan a soñar. Cuando ven que logramos nuestros sueños nos convertimos en el camino

que otros pueden seguir. Y después de recorrer ese camino, de cumplir mis sueños y ver cómo otros

soñadores lo han hecho también, puedo asegurarles que no hay nada imposible para los que se atreven a

creer.

Esto se conecta con el nombre del Programa Ser Pilo Paga. Cuando le hice una entrevista a Roberto

Zarama uno de los cerebros que lo creó, él hizo alusión a Angela Lee DuckWorth, quien inspiraría el

nombre. Ella dice, que un importante predictor del éxito, no es la inteligencia social, no es la buena

apariencia, no es la salud física y no es el resultado del ICFES, sino, es la “determinación”, que en la jerga

de nuestro país llamamos “pilera”. Ser Pilo, desde su perspectiva, tiene que ver con pasión y perseverancia

para alcanzar las metas muy a largo plazo, es tener resistencia, es aferrarse al futuro día tras día, no solo

por una semana, un mes, sino durante años y trabajar realmente duro, para hacer que ese futuro sea una

realidad. La determinación, “la pilera” es vivir la vida como si fuera un maratón, no una carrera a toda

velocidad. Así que, no se trata de nuestro talento, sino de nuestra mentalidad de crecimiento, que tiene

que ver con que entendimos que nuestra habilidad de aprender no es fija, que cambia con el esfuerzo, que

nuestros fallos no nos definen. Por eso, estuvimos dispuestos a fallar, a equivocarnos, pero eso sí, a

comenzar de nuevo con las lecciones. Estuvimos determinados a lograrlo, a pesar de todas nuestras

desventajas comparativas, que se hicieron evidentes al iniciar nuestro primer semestre. Quizás varios
Rosa Edith Meza Ortiz
27 de marzo de 2019
experimentaron, como yo, la terrible experiencia de sacar 1,8 cuando por lo general sacábamos 5; fue

espantoso, abrumador al principio. Pero, Ser Pilos es lo que nos caracteriza. Aprendimos en el proceso

que los errores no nos detendrían. Esto es lo que nos define ahora y nos seguirá definiendo en el futuro:

estamos determinados a lograr nuestros sueños porque sabemos que todavía falta todo por hacer.

La Universidad de los Andes fue consciente de nuestras desventajas, creó la materia de

Herramientas para la Vida Universitaria para ayudarnos a adaptar a la universidad y a los cambios que

estábamos viviendo, dispuso todos los servicios: académicos, psicológicos y económicos. Desde que

ingresamos nos dimos cuenta de que su organización era detallada y que su apoyo sería incondicional.

Pensaron en todo, fieles a sus fundadores quienes no solo querían crear una universidad sino hacer país.

Sabían que la educación es una de las herramientas más fundamentales para lograrlo. Por esto, el esfuerzo

de la Universidad fue determinado y constante. Y qué decir de nuestros profesores siempre nos exigieron

y nos dieron lo mejor.

Aquí también entendí lo que significa amar. Nuestra familia se esforzó para ayudarnos aun cuando

eso implicara sacrificar su propia comodidad. Nuestra familia creyó en nosotros cuando nosotros

dudábamos de que fueramos a lograrlo. Eso no tiene precio. Su amor levanta universidades como esta.

Aprendí en casa, que el amor siempre triunfa, que la manera de vencer el mal es el bien, porque, si usas

el mal para vencer el mal, el mal ya te venció. Así que, gracias por enseñarnos a amar antes que odiar,

cueste lo que cueste, sin desmayar, al final se obtienen los mejores frutos. Sin nuestra familia habría sido

imposible lograrlo.
Rosa Edith Meza Ortiz
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Ahora, quiero hacerles notar algo, era demasiado difícil, por no decir, imposible, que jóvenes de

apartados lugares de Colombia, de las periferias del país, de evidentes desventajas económicas, se

acercaran a una educación de alta calidad, a estudiar, en el mismo lugar, con jóvenes de considerables

ventajas económicas. También era poco probable que, aun estando en el mismo lugar, se rompieran las

barreras, poderosas barreras, que creaban una distancia entre unos y otros. Y estos e debe a que todos

tenemos una tendencia a vivir en una especie de segregación porque solemos convivir con personas que

comparten nuestro estilo de vida, o en otras palabras, nuestra misma condición socioeconómica. Esta

tendencia contruye barreras que nos aíslan de otras personas que no son como nosotros. Mover esos límites

es muy difícil. La pregunta es ¿Cuál es el procedimiento para lograr que una universidad, una ciudad, un

país sean incluyentes? Porque cuanto más nos alejamos los unos de los otros, es más difícil mover los

límites, es más dramático.

Glaezer, en su libro Ciudades, Aglomeración y Equilibrio espacial, al crear modelos para medir

los resultados de las interacciones sociales, habla sobre lo que él denomina multiplicadores sociales, que

son los que dinamizan las interacciones sociales y miden lo que ocurre, cuando, por ejemplo, una variable

como la Universidad de los Andes, se relaciona con otra variable, que no pertenecía a su sistema, como el

Programa Ser Pilo Paga y en esa interacción se rompen las barreras de segregación en el encuentro espacial

y se generan cambios sustanciales, que de otra manera, se demorarían mucho tiempo en ocurrir. Los

multiplicadores sociales, podría decir, son una especie de agentes que logran romper el esquema del

tiempo en esas interacciones y hacen que ocurran transformaciones sociales significativas e inesperadas.
Rosa Edith Meza Ortiz
27 de marzo de 2019
Tomaré prestado de Glaezer el término Multiplicador Social y quiero hacer un reconocimiento con

él a quienes fueron capaces de romper los limites que generaban segregación y se dieron cuenta que en la

Universidad estábamos viviendo una grandiosa oportunidad de hacer país. Porque, no se trató solo del

desempeño académico, sino de la realidad que estábamos impactando a través de nuestras interacciones.

Los amigos fueron ese puente que permitió el dialogo y la contribución entre realidades tan separadas.

Amigos como tú Francisco Escobar, compañero de estudio, ya que estás en medio de nosotros, no

fuiste indiferente, y en mi caso, no solo me ayudaste con las materias difíciles, sino, que me ayudaste a

relacionarme con otros mundos diferentes al mío. Fueron increíble los almuerzos que compartimos con tu

familia, los encuentros con tus amigos del colegio, los paseos por tu colegio, cuando atravesamos Bogotá

cantando. Fuiste mi paño de lágrimas en el amor y el desamor, en fin, esos momentos cuando hicimos

pizza, galletas con nuestros amigos, fueron grandiosos y significativos. Fueron acontecimientos que

cambiaron la perspectiva de mi vida, porque pude entender que detrás de todos los logros, hay disciplina,

estudio, coraje, fe y valor. Daniel Amorocho, amigo nuestro, siempre mostraste un genuino interés por

ayudarnos en todo, y más de lo que era necesario; Santiago Pérez, tu manera de organizar el tiempo, tu

capacidad para enseñar; Gabriela Vargas, el ánimo que siempre nos diste, Diego Rodríguez, tu mente

brillante, Natalia Ortiz tu admirable profundidad, Isabella, Marco, Tatiana, Lina, … la lista es

interminable... El asunto es que fue genial este encuentro en el que se desvanecieron las barreras. Pude

aprender cosas de todos ustedes, asi como pude enseñarles otras tantas. Estoy segura de que cada uno de

ustedes puede pensar en esos amigos que conocieron acá y que, como los míos, les abrieron las puertas a

otros mundos, los transformaron y les dejaron enseñanzas que los acompañarán siempre.
Rosa Edith Meza Ortiz
27 de marzo de 2019
La universidad creció con nuestra llegada, ahora es más diversa, abarca todas las regiones del país,

todos los estratos socioeconómicos, es más amplia. Creció y se acercó más al país.

Ahora bien, para quienes actuaron como multiplicadores sociales en este proceso, porque se

atrevieron a romper las barreras y no fueron indiferentes a vencer la desigualdad queremos darles la

siguiente distinción:

Al rector Pablo Navas Sanz de Santamaría; quien desde el principio creyó en el programa y en la

posibilidad de construir un país en el que todos tengamos las mismas oportunidades. Desde su lugar de

influencia hizo que nosotros pudiéramos llegar hasta aquí. Usted se va y deja marchando este programa,

esto no tiene precio. Muchísimas gracias.

A María Rengifo Fonnegra, Coordinadora del Equipo de Diversidad de la Decanatura de

Estudiantes. Quien en todo momento estuvo al tanto de lo que necesitáramos, y, que, con un genuino

interés, nos facilitó nuestra estadía en la Universidad.

Y a Francisco Escobar Onofre, nuestro amigo, quien se atrevió a acompañarnos en este trayecto y

nos hizo parte de su mundo.

Gracias a quienes hicieron posible esta Política Pública, nos cambiaron la vida; siempre estaremos

agradecidos.

Universidad de los Andes muchísimas gracias, lo lograron, sé que se va a notar que pasamos por

esta Universidad y lo que ella formó en nosotros.

Gracias Dios, qué fascinante es conocerte!!!

Qué vibrante aventura!!!

Lo logramos!!!

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