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SIGLO XVIII

El plato más común era la escudella (Conocido el plato catalán, similar al cocido), pero
dependiendo de la clase social llevaba más carne o más verdura y legumbres
Además de esto otros productos como los huevos y fréjoles eran muy importante para la clase
baja. La carne, fuera blanca o roja, era consumida, principalmente, por las clases altas.
La carne no era un producto de consumo habitual y generalizado en el siglo XVIII y
estaba reservada tan solo a las clases pudientes. Los ricos ingerían carne en grandes
cantidades
Consideraban básicos en la alimentación humana eran el pan, el vino y la carne.
El pescado, pese que «había gran variedad» su consumo no era muy valorado y se reservaba
para los días de abstinencia

SIGLO XIX
Los buenos platos de carne eran la base de la alimentación de la época. Carnes guisadas,
piernas de cabrito y manitas de cerdo “emborrizadas”, entre otros platos. En cuanto a la cena,
los pescados protagonizaban el menú: pescados escabechados, bacalao y calamares rellenos
(la mayoría de Valencia).
Para el postre se servían hojaldres, mantecados, natillas, flanes o torrijas.
La bebida casi siempre se basaba en vino, También se bebía cerveza y cerveza “clara”, con
limón. También tiene su origen en este siglo el concepto de “merienda”. Un momento
dedicado a la comida a media tarde, para conversar, descansar y divertirse.
Entre las clases altas, las bebidas frías eran las más demandadas y se convirtieron en la moda
de entonces: sorbetes, granizados y horchatas de Valencia.
Sin embargo, el menú de las clases bajas de la población casi siempre era el mismo: sopa,
legumbres y pan. La comida más sustanciosa se realizaba por la noche, al terminar la jornada
de trabajo.

SIGLO XX
Se caracterizaba por un alto consume de vegetales con una aportación de proteína vegetal
que procedía del consumo de legumbres y frutos secos.
Era una alimentación bastante escasa en proteína animal y se podría afirmar que era muy
monótona pero rica en fibra.
SIGLO XXI
Es elevada en proteína, sobre todo animal, alta en grasas y rica en azúcar.
El consumo de pescado, frutos secos, verduras y frutas al igual que sentarnos en familia para
poder comer es cada vez más inusual.
Cada vez es más habitual consumir alimentos preparados o precocinados, ya sea por el escaso
tiempo que tenemos para dedicarlo a los fogones, o bien, por la limitada práctica de cocinar.
La alimentación de los más pequeños se basa en consumir con mucha frecuencia algún
alimento precocinado, rico en azúcares o bien en grasas.
Los principales alimentos que se comían en la edad contemporánea era: la harina, el pan,
pescado, carnes rojas, huevos, quesos y todo producto hecho a base de lácteos, fréjoles y
otros.

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