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RESUMEN DEL LIBRO:

CÓMO APRENDEN LOS NIÑOS


DE
DOROTHY H. COHEN
CAPÍTULOS VI A X

En este texto la autora describe las características, los intereses y las maneras de
aprender de los niños de seis y siete años, abarcando hasta la edad de once y
doce años. Este periodo corresponde al periodo de la Escuela Primaria. Estos
años forman parte de los años intermedios de la niñez más inclusivos, a partir de
ese momento, los niños se dirigen de forma continua hacia los modos de pensar y
de comportarse de los adultos. De los seis a los doce años se aprecian tres
impulsos generales: primero, hay una creciente facilidad de las capacidades
físicas y neurofisiológicas; segundo, una mayor independencia con respecto a los
padres y mayor influencia de los compañeros y tercero, hay un gran interés por
aprender, una enorme curiosidad y un enorme impulso hacia la aventura
independiente.

LOS AÑOS DE PRIMARIA


En este apartado, la autora describe detalladamente las características de los
niños de esta etapa. A continuación, se presenta, de manera resumida, los
principales rasgos de los infantes.
Estos años se caracterizan hacia esta nueva vida independiente y es por ello, que
los niños perciben los adultos de manera diferente, los padres ya no son una
autoridad indiscutible, así que ya empiezan a defender sus derechos como niños y
a discutir. Sin embargo, el niño de esta edad sigue identificándose con los padres,
a los que todavía necesita como modelos para imitar y como apoyo de su
creciente independencia, pues todavía no están listos para tener una
independencia completa. En esta etapa tratan de enfrentarse a la vida en
términos racionales y no por simple impulso. Un rígido compromiso con las reglas
que les parecen importantes es el principio de esa racionalidad. También
presentan resistencia a la ambigüedad.
En general son malos perdedores y ganar en los juegos es algo muy importante
para ellos, e incluso hacen trampa con tal de ganar.
Se empieza a operar lo que llamamos conciencia, y se desarrolla la culpa personal
por hacer mal las cosas y la satisfacción por hacerlas bien. Se puede decir que ya
saben diferenciar el bien del mal. Por ejemplo si un alumno ve que un compañero
viola las reglas no tendrá reparo en ir a delatarlo con su maestra, a pesar de que
en el mundo de los adultos la delación es una actitud mal vista, pero con este acto,
el niño está pidiendo el reconocimiento del adulto, mismo que todavía necesita.
Casi todos los niños entre los cinco y siete años, delatan en algún momento, cosa
que cambiará drásticamente cuando el niño esté en cuarto de primaria, donde la
delación será vista como algo reprobable. En este periodo de formación de la
conciencia, se llegan a producir mentiras y robos con perfecta conciencia de su
sentido social y en formas muy distintas de la mentira y el robo preescolares.
Todavía no hay relación entre la moral de esta etapa y la moral adulta que con el
tiempo asimilará.
También en esta fase aparece un interés en el sexo y los juegos sexuales, el niño
hace muchas preguntas a sus padres, sobre todo relacionadas con el nacimiento
de los niños y la formación de estos en el vientre materno. Para muchos padres es
complicado explicar estos procesos a los niños pequeños y a veces producen un
sinfín de explicaciones muy complicadas para el entendimiento del niño de esa
edad. Recordemos que el mejor aprendizaje en esta etapa de desarrollo es la
experiencia concreta, por lo mismo las palabras e imágenes que utilicemos
para responder a sus preguntas tienen que ser imaginables para un niño en
su propio y concreto estilo de pensar.
DE LA IDENTIDAD DEL EGO A LA DEL GRUPO
Por una parte, la vida familiar da un sentido básico a los niños de quienes son,
pero también los prepara para un concepto de grupo y de vida en grupo que les
permite, con el tiempo, hacerse miembros de una comunidad, un país, un mundo.
Los niños empiezan a percibirse, en esa edad, como miembros de grupos más allá
de la familia. Se identifican con grupos propios, iniciando y formando el proceso de
aprender cómo funcionan los grupos.
Muchos factores afectan el éxito o el fracaso en el ingreso del niño a la vida
grupal. El primero es el grado de dependencia que ha llevado desde que era
bebé. Un segundo factor que influye, es la sensación que se tenga de sí mismo.
Y un tercer factor, es la disposición para aprender habilidades que une a los
niños de esa edad.
Intelectualmente, los niños de los años de primaria caen en la etapa entre los
cinco y siete años, que el psicólogo suizo Piaget estudió intensivamente. Piaget
descubrió cosas acerca de esta etapa de desarrollo que son muy distintas de las
ideas convencionales que se tienen acerca de los niños de seis y siete años.
Generalmente, pensamos que el niño que ingresa al primer año de primaria ya es
grande y ha dejado de ser un bebé, sin embargo, el niño no se convierte
súbitamente en un adulto. Es verdad que ha iniciado la marcha hacia la edad
adulta pero le falta todavía mucho camino. Lo que mejor saben hacer es enfrentar
los desafíos inmediatos del aprendizaje formal con su propia y básica manera de
pensar y aprender. Su estilo de aprendizaje es activo, muy dependiente de la
experiencia personal y concreta, e incluye un modo de ver la realidad que es
completamente infantil. Los estudios de Piaget dejaron en claro que las escuelas
deben modificar sus programas para adaptarlos a los procesos mentales
característicos de los niños de esta edad. Los procesos de pensamiento no deben
confundirse con las calificaciones de los CI (cociente intelectual). Este cociente
representa una relación entre el número de respuestas correctas dadas a una
prueba especial y la edad en la que el niño ha acumulado la información necesaria
para las respuestas. Las puntuaciones del CI son útiles para evaluar a un niño,
pero a menos que se empleen junto con otros criterios, no serán los mejores
pronosticadores del aprendizaje, si pensamos que el aprendizaje incluye más
cosas que la memorización. Lo que interesa, no es lo mucho que un niño pueda
aprender sino las maneras en que el niño realiza el aprendizaje de forma que
signifique algo para él. Esto se relaciona más con lo que un niño puede
comprender que con lo que puede retener. El criterio de comprensión es de
mayor alcance, pues de la comprensión surgen nuevas investigaciones y nuevo
aprendizaje.
Según Piaget, el niño de esa edad todavía es egocéntrico lo que significa que
él y sus experiencias continúan siendo los puntos de partida de su
aprendizaje. Una prueba de este egocentrismo es que la noción de tiempo sigue
siendo muy personal. Para el niño es muy difícil concebir un tiempo antes del hoy,
piensan que siempre fueron como se ven en ese momento; también el futuro
parece remoto. La misma confusión impera con la noción de espacio. Los adultos
piensan que el conocimiento de la noción de tiempo y espacio es algo que siempre
ha existido y creen que también existe para los niños. Sin embargo, se necesita
adquirir cierta madurez para comprender esto. Por lo mismo, no se puede
pretender que los niños tengan una comprensión plena de la historia y geografía,
mientras que en matemáticas y ciencia es más fácil que los niños puedan ver las
relaciones directas.
Empieza a desarrollarse la capacidad de sistematizar con el reconocimiento de
que algunas cosas permanecen constantes en nuestro propio medio.
Las abstracciones adquieren vida propia cuando también adquieren sentido los
conceptos de cantidad, volumen, tamaño, peso, espacio y moral. Pero no todos
maduran al mismo tiempo en todas las áreas de abstracción.
A los seis años, los niños clasifican las cosas en función de sus propiedades
concretas pero ya empiezan a clasificar con aspectos menos concretos que son
perceptibles.
Es importante que los niños de seis y siete años descubran hechos, y
muestren interés en saber cómo ocurren las cosas y por qué. Pero es más
probable que sean cosas que ellos mismos pueden ver o imaginar en
términos sensoriales, aún dependen del contacto directo con las personas y
las cosas como medio de aprender.
A los niños les gusta explorar y experimentar por su cuenta y tienen dificultades
para permanecer sentados escuchando muchas explicaciones de su maestra.
Pueden profundizar más en las áreas que les interesan pues ha aumentado la
duración del tiempo de concentración. Ya aprecian el trabajo bien hecho. Les
gusta hacer cosas útiles y funcionales.
LA VIDA INTELECTUAL EN LOS AÑOS DE PRIMARIA
A pesar de lo que hoy en día se sabe sobre las capacidades de los niños, las
escuelas primarias siguen funcionando como si se esperara que todo lo
significativo para los niños cesara al entrar a Primaria. Se pide que olviden su
curiosidad, su interés y su propensión a una participación activa en su propia
enseñanza, para que durante los tres años siguientes solo aprendan: lectura,
escritura y matemáticas. Según Piaget:
“El principal objetivo de la educación es crear hombres que sean capaces de
hacer cosas nuevas, no solamente repetir lo que han hecho otras
generaciones: hombres que sean creadores, inventivos y descubridores. La
segunda meta de la educación es formar mentes que puedan ser críticas,
que puedan verificar y no aceptar todo lo que se les ofrece.”
Los niños son capaces de desarrollar actitudes hacia el aprendizaje, siempre y
cuando estas actitudes estén forjadas en torno de un contenido intelectualmente
válido y apropiado para el nivel de experiencia y potencial de comprensión de los
niños. Los alumnos de primaria están ávidos y tienen derecho a disfrutar de
habilidades con pretensiones intelectuales, sociales y físicas. La lectura, escritura
y matemáticas no son suficientes para ellos.
La primera realidad que hay que considerar es que los niños son aprendices
innatos y si se les da la oportunidad se convertirán en aprendices perpetuos.
La segunda, es que los niños aprenden de ciertas maneras, relacionadas con su
etapa de desarrollo.
Y la tercera realidad, es que lo que aprenden mejor es lo que desean aprender.
Utilicemos pues el mundo natural y físico, la literatura, la pintura, la música, la
danza, todas estas áreas de contenido ofrecen conocimientos excelentes para los
niños.
De lo que se trata es de que el niño pueda acceder a estos conocimientos
experimentando de forma física y concreta, por ejemplo, si se va a investigar el
tema “urbano” se llevará a los niños a observar un hospital, una estación de
bomberos, un banco etc. Este tipo de información se apoya en la escuela con
libros, películas etc.
La forma en que los niños comprenden mejor los procesos de la
organización social y natural es cuando pueden actuar, a su manera, con
base en la información que acaban de recibir. Al trabajar en este tipo de
proyectos los niños se relacionan entre ellos, exploran y trabajan de manera
colaborativa.
EL SIGNIFICADO DE LAS HABILIDADES DE LECTURA
Hasta finales del siglo XVIII, se supuso que para poder aprender a leer primero se
tenían que conocer las letras. A principios del siglo XIX inicia un movimiento que
se llama el enfoque a la educación centrado en el niño que culmina con la filosofía
de la educación de Dewey. A partir de ese momento, se propuso que se
aprendiera la lectura a partir de palabras completas. La interpretación psicológica
sostiene que el aprendizaje procede pasando de lo general a lo específico.
También sostiene que los niños necesitan establecer vínculos entre lo conocido y
lo desconocido si se quiere que aprendan a leer. Por eso, la palabra misma es
utilizada para su ingreso en la lectura.
Aunque hay consenso en que no existe un solo método de enseñar a leer que
sirva para todos los niños.
Se pueden identificar tres etapas del aprendizaje de la lectura:
La primera es que el niño tenga conciencia de que la palabra impresa tiene un
significado.
La segunda fase es cuando el niño puede leer una palabra entre toda esta
confusión de símbolos desconocidos. Poco a poco comprende que las palabras
tienen una unicidad y va a ir desarrollando un proceso donde muchas palabras
cobran estabilidad y el niño crea su vocabulario de lectura.
El tercer paso corresponde al análisis de lo que hace que las palabras tengan el
aspecto y el sonido que tienen, para así ir descifrando nuevas palabras.
No obstante, se considera que el niño necesitará alrededor de 3 años para
ponerse al día en materia de lectura. Se entiende lectura como la capacidad de
abstraer significado de la letra impresa, con facilidad y continuidad.
ENSEÑANZA INDIVIDUAL CONTRA ENSEÑANZA DE GRUPO
Los primeros agrupamientos para la lectura fueron autoritarios y eficientistas.
Todos los niños se encontraban en el mismo renglón de la misma página del
mismo libro y los alumnos leían en voz alta. Este sistema no dio muy buenos
resultados y actualmente se toma en cuenta la preferencia individualizada y la
elección de libros. Cuando los niños están interesados en el contenido de un libro
se esfuerzan por comprender este contenido.
Los principios de Madame Montessori y de la Escuela británica para infantes
coinciden en el uso de la escritura de los propios niños como base inicial para
aprender a leer.
Muchos maestros utilizan libros de cuentos como material complementario de
lectura para motivar el gusto y el interés por la lectura.
CAUSAS DE DIFICULTAD DE LA LECTURA
La preocupación por la lectura ha aumentado y hay una sensación de urgencia
para que el niño aprenda a leer a temprana edad. Se quiere que los niños
adquieran esta competencia sin tener la maduración suficiente.
Las dificultades de lectura se deben a diferentes causas. La primera causa puede
ser una inteligencia insuficiente, aunque no es muy frecuente. La segunda puede
ser el marco de referencia formado en el hogar, donde se percibe a la lectura
como algo grato o no grato. Una tercera causa se encuentra en el desarrollo
neurofisiológico, por ejemplo la dislexia. Una cuarta causa puede ser la
perturbación emocional en un niño, a veces centrada en el propio desafío de leer.
Estas últimas son las más difíciles de resolver, dado que las raíces de estos
trastornos emocionales se encuentran frecuentemente en la relación padres-hijos.
Si los padres tienen confianza en el logro de sus hijos en lectura, ayudan a sus
hijos a sentir confianza en ellos mismos y los niños logran resolver este desafío
con mayor facilidad. Es por ello que hay que evitar esta excesiva presión por los
logros y la consecuente competitividad.
EL SIGNIFICADO DE LAS HABILIDADES DE ESCRITURA
Dado que leer y escribir son maneras alternas de enfrentarse a un mismo conjunto
de símbolos, tiene sentido aprender a leer y escribir simultáneamente. Sin
embargo, la capacidad de aprender a escribir procede a lo largo de dos
lineamientos: el mecánico y el conceptual.
La característica verdaderamente importante de la escritura en la infancia debe ser
la legibilidad, no obstante, se ha insistido mucho sobre la limpieza y la belleza de
la escritura, lo que en algunos casos ha dificultado el desarrollo de la misma. La
presión por lograr limpieza y precisión no debe hacerse en los primeros años.
Se debe fomentar en el niño que practique los aspectos técnicos de formar letras y
al mismo tiempo se le alienta para utilizar la escritura como medio de
comunicación.
Se le puede animar a dictar cuentos que escribirá la maestra por él. Para practicar
la mecánica se procede a escribir nombres y apellidos, copiar mensajes breves y
funcionales, noticias, invitaciones etc.
EL SIGNIFICDO DE LAS HABILIDADES MATEMÁTICAS
Piaget descubrió la existencia de un proceso evolutivo de crecimiento de los niños
en su capacidad de pensar. Descubrió que aprendían a comprender conceptos de
espacio y tiempo, de realidad, de relaciones entre causa y efecto, de moral, de
probabilidad, números y medidas, en una serie de etapas. Lo que descubrió sobre
la progresión del pensamiento infantil demostró estar en perfecta armonía con
otros descubrimientos acerca del desarrollo social y emocional, indicando que todo
aprendizaje infantil sigue un orden secuencial, de una conducta de menos a más
madura. Las etapas del desarrollo existen en las esferas intelectuales como en el
crecimiento físico.
Un marco general del pensamiento se forma gradualmente cuando el niño intenta
sistematizar el mundo que encuentra. Conforme va creciendo, el marco que ha
establecido por sí mismo se va llenando con nuevas experiencias en varios
ámbitos, lo que lo lleva a tener una organización más general y profunda de lo que
sabe. El proceso de comprensión empieza con la experiencia directa, física y
concreta y avanza gradual y desigualmente. Este proceso de captar significado
por etapas secuenciales puede verse en la comprensión de las matemáticas.
Los niños, desde muy pequeños, pueden repetir números y en el orden debido, sin
embargo, esto no tiene nada que ver con la comprensión de las relaciones que
hay entre los números. Es este tipo de comprensión el que permite un empleo
flexible de los números en las operaciones matemáticas. El número existe en
nuestra mente, separado de toda relación particular y temporal con cantidad,
distancia, tiempo y espacio. Se vuelve un concepto que podemos aplicar a varias
dimensiones distintas entre sí, así como la longitud es diferente de los años. Con
el tiempo los símbolos numéricos llegan a parecernos como algo concreto
pero en realidad los símbolos representan una idea, no un objeto. Los adultos
lo saben y piensan que los niños también los saben. No obstante, los niños
entenderán este concepto hasta una cierta etapa de su desarrollo que llega mucho
después de que han aprendido a repetir palabras y números.
La comprensión del número es inicialmente funcional y no verbal. Esto significa
que el niño puede hacer cosas con números en toda una gama de situaciones
personales, pero no puede explicar con palabras lo que hizo. Por ejemplo puede
percibir la diferencia de tamaño de una barra de caramelo, pero no puede explicar
el significado de igualdad.
Desarrolla un marco general de conceptos acerca de la distancia (lejos, cerca),
longitud (largo, corto), área (grande, pequeño), ritmo (rápido, lento), .distancias
recorridas (kilómetros), velocidad del tiempo (minutos).
Cuando el niño llega a comprender que tres es un concepto que alude a la
propiedad de todos los conjuntos que contienen tres elementos, sin que importe
que se utilice en peso (kilos), altura (centímetros), volumen (litros), cantidad
(objetos) no solo reconoce que tres es tres, no importa a qué se aplique.
De este modo, el niño aprende a conservar el significado del número. Puede
manejarlo como una unidad. En ese momento puede identificar la relación entre
los números, reconocer los cardinales y los ordinales, comprender las
disposiciones seriales. En general los niños alcanzan esta habilidad operativa
con los números entre los seis años y medio y los ocho años, siempre que
se utilicen números menores.
El concepto de relación va acompañado del de agrupamiento. Estos dos
conceptos también se desarrollan en la primaria aunque los niños ya han tenido
experiencias con estos antes de entrar a primaria.
Poco a poco surge la noción de conjunto (un agrupamiento que comparte ciertas
características).
Los materiales para la clase de matemáticas deben tomar en cuenta la naturaleza
de la etapa de crecimiento de los niños, su dependencia de las operaciones
concretas, su avance hacia la comprensión de la expresión simbólica y la
importancia de permitirles descubrir por sí solos la verdad de la concepción
matemática. Papel y lápiz no bastan para este tipo de aprendizaje. Se necesitan
materiales que los estimulen a manipular, ordenar, contar, contrastar, construir y
reorganizar.
Vemos que el primer aprendizaje importante no es el de los símbolos de números
y operaciones, sino el entendimiento de los conceptos que representan. Cuando
estos están claros, y los niños son capaces de resolver los conceptos en toda una
variedad de maneras prácticas y con eficiencia, entonces tiene sentido traducir
estos conceptos a una forma simbólica y utilizar los símbolos para las
operaciones.

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