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GUIAS DE INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA EN SERVICIOS SOCIALES COMUNITARIOS

GUIA DE ASESORAMIENTO E INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA


A FAMILIARES DE CONSUMIDORES DE DROGAS
EN UN ENTORNO COMUNITARIO

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GUIAS DE INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA EN SERVICIOS SOCIALES COMUNITARIOS

Desde los Servicios Sociales se ha venido trabajando tradicionalmente con la población más desfavorecida,
herencia ésta de la antigua Beneficencia. Pero con el paso de los años y la consolidación del Estado de Bienestar en
nuestro país, son muchos los colectivos de personas que ven cómo desde los servicios sociales de su municipio se
les puede ayudar a mejorar su calidad de vida sin importar su condición social, nivel socioeconómico, cultural,...

De hecho, en nuestros Centros de Servicios Sociales nos encontramos cada vez más a mayores, personas
en situación de dependencia, cuidadores de personas dependientes, padres y madres, hijos e hijas, adolescentes, ...
siendo atendidos por nuestros profesionales y que acuden a solicitar información, prestaciones, recursos, atenciones
varias ,...

Esta apertura a la población general de los Servicios sociales Comunitarios ha requerido por parte del Instituto
de Bienestar Social de la Diputación de Córdoba reforzar la cercanía a los ciudadanos y ciudadanas de la que
siempre ha hecho gala, así como de la incorporación de nuevos perfiles profesionales que vengan a reforzar la red
de Trabajadores y Trabajadoras Sociales en aras de atender las nuevas demandas de estos sectores de población.
De esta forma, el Instituto de Bienestar Social ha ido incorporando desde el año 2000 a Psicólogos/as y Educadores/
as Sociales a su red de profesionales.

Estas Guías que tienes en tus manos vienen a sistematizar parte del trabajo del colectivo de Psicólogos y
Psicólogas del Instituto de Bienestar Social de la Diputación de Córdoba. En ellas se recogen intervenciones que se
llevan a cabo con diversos colectivos y situaciones, que van desde la promoción de la autonomía hasta los cuidados
paliativos y asesoramiento en procesos de duelo, pasando por el trabajo con familias en riesgo social, adolescentes
con problemáticas familiares, mediación familiar, trabajo con familiares de drogodependientes o talleres para el apoyo
de cuidadores de personas en situación de dependencia.

Para el desarrollo de estas guías se ha seguido una metodología de trabajo muy novedosa en Ciencias
Sociales que parte de la sistematización del trabajo así como de la comprobación experimental de la validez del
mismo. Para ello, se ha firmado un convenio de colaboración con la Universidad de Córdoba, concretamente con el
Departamento de Psicología, contando con el asesoramiento de un profesor experto en el tema.

Por tanto, desde estos trabajos intentamos dar respuesta a las inquietudes y necesidades sentidas de las
personas que acuden a los Servicios Sociales desde una perspectiva Psicosocial, intentando aportar de esta forma
nuestro pequeño granito de arena a la mejora de sus condiciones de vida y así mismo, al Bienestar de los municipios
de la provincia de Córdoba.

Córdoba, Octubre 2009


Francisco Pulido Muñoz
Presidente de la Diputación
María Reyes Lopera Delgado
3 Vicepresidenta de la Diputación
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Protocolos de Actuación y Guías de Intervención Psicológica en Servicios Sociales Comunitarios


Introducción

La Psicología tiene una corta historia en nuestro país en el ámbito de la intervención social. Hasta la década
de los ochenta no comienzan a incorporarse psicólogos/as a dicho ámbito.

La llegada de la democracia a nuestro país y el reconocimiento del mismo como un estado social y de derecho
comienza a cambiar la conceptualización de los servicios sociales, con un marcado carácter asistencialista hasta ese
momento, dando paso a una concepción en la que los individuos, hasta ese momento meros preceptores, asumen
un papel más activo, siendo responsables de su propia situación.

Esta nueva perspectiva también alteró el objeto de la intervención social, ya no resulta suficiente satisfacer,
de forma aislada, las necesidades y carencias del sujeto; es preciso contemplar los procesos sujeto-contexto social.
Como consecuencia también se modifica la estrategia profesional, no basta la oferta de recursos, se precisa una
intervención profesional que analice y explique las formas de prevenir las situaciones de marginación y resolver las ya
existentes. La intervención incide en el comportamiento de las personas para favorecer que asuman un papel activo
en la resolución de sus problemas.
Este nuevo escenario es en el que la figura del Psicólogo cobra sentido en los Servicios Sociales en general
y en los Servicios Sociales Comunitarios en particular. El psicólogo/a es el “experto” en comportamiento humano, de
ahí su necesaria actuación en esta nueva concepción de intervención social que requiere de una incidencia sobre el
comportamiento de los individuos y colectivos.

La incorporación de los psicólogos a servicios sociales conlleva necesariamente una reflexión o análisis de
las funciones que debe desempeñar este perfil, a qué problemáticas debe dirigir su atención y cuáles pueden ser los
procedimientos más adecuados para emplear sus técnicas dentro del ámbito comunitario.

Teniendo en cuenta la multitud de problemas que se dan en entornos sociales tan cambiantes (aumento de
la inmigración, envejecimiento de la población, problemáticas familiares, etc.) es preciso evaluar nuestros objetivos
y actuaciones y adaptarnos a los cambios producidos en nuestra sociedad, evitando la cronificación del usuario en
nuestros servicios y dando soluciones a problemas desde nuestra institución o desde la derivación a otros dispositivos
más especializados.

En la actualidad se está trabajando en el desarrollo de procedimientos, guías y protocolos estandarizados para


gran parte de intervenciones psicológicas con el objetivo de proporcionar a los profesionales técnicas de intervención
efectivas adaptadas a su población diana. En un primer momento, su uso tuvo un desarrollo amplio en la psicología
norteamericana, sobre todo en el ámbito de la psicología clínica, expandiéndose posteriormente al ámbito educativo
y finalmente a los entornos sociales y comunitarios. La filosofía que impregnaba este cambio de concepción se
fundamentaba en varias premisas:
1. Necesidad de trabajar con procedimientos y recursos técnicos tipificados, estandarizados en forma de 4
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guías y protocolos que cualquier profesional pudiera utilizar con pequeñas adaptaciones.
2. Someter a prueba dichos procedimientos, esto es, comprobar de forma empírica, bajo el auspicio del
método científico si funcionaban y eran eficaces o no.
3. Adaptar dichos procedimientos a distintos ámbitos, poblaciones y servicios. Esto implicaba realizar
todo tipo de adaptaciones (a objetivos, a presión asistencial, a población diana, etc.). Por ejemplo, si
pretendemos que un grupo de personas mayores permanezca el mayor tiempo posible en su domicilio
y evitar su institucionalización prematura podemos adaptar las intervenciones y dirigirlas a ese objetivo,
protocolizarlas, demostrar su eficacia comparando su permanencia con un grupo control y finalmente si
el resultado es positivo dar a conocer dicha guía o protocolo.
4. Establecer un equilibrio entre costes y beneficios, en términos de aumento de la calidad de los servicios
gracias a la optimización del uso de sus recursos humanos y a la utilización de protocolos y guías
estructurados

En el caso de las actuaciones realizadas por los psicólogos, muchos de estos procedimientos se adaptaban
a entornos comunitarios complejos y a situaciones en las que se esperaba una respuesta por parte del profesional
dirigida a intervenciones breves en ámbitos con gran presión asistencial, a la no cronificación de usuarios y a dar
respuestas eficaces a problemas cotidianos utilizando técnicas de intervención psicosocial breve (time-limited
intervention/ treatment), centradas en el asesoramiento, la información, el counseling y/o el consejo psicológico.

Estos modelos pretenden realizar adaptaciones de técnicas psicológicas utilizadas tradicionalmente y


aplicadas a problemas concretos tratados en un tiempo limitado, utilizando la información, instrucciones, orientación
y asesoramiento técnico especializado.

Las Guías de Intervención Psicológica

En líneas generales podemos considerar que las guías de actuación o intervención (guidelines) son
pronunciamientos, declaraciones o informes (statements) que sugieren y/o recomiendan unas líneas de intervención
determinadas así como un comportamiento específico del profesional ante diversas situaciones. Estas guías no van
dirigidas a determinar perfiles profesionales, roles o funciones sino que van orientadas a servicios de alta cualificación
profesional dirigidos a la atención de múltiples cuidados o actuaciones con personas (cuidados sanitarios, sociales,
educativos...).

Normalmente se suele distinguir entre dos tipos de guías:


- Las guías prácticas (practice guidelines)
- Las guías de tratamiento (treatment guidelines)

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Las guías prácticas son recomendaciones dirigidas a profesionales sobre su conducta, problemas y
principales temáticas para ser consideradas en diversas áreas o ámbitos específicos de intervención. Esto incluye
recomendaciones sobre tratamientos específicos o aplicaciones de procedimientos de intervención.

Las guías de tratamiento focalizan su atención en el paciente o usuario del servicio recogiendo
recomendaciones sobre cuales son las mejores intervenciones que pueden desarrollarse y sus condiciones especificas
de aplicación.

Resulta importante especificar que el término guías “guidelines” se refiere al apoyo (support) o recomendaciones
pero no implica una obligación de deber actuar de esa forma, solo es una recomendación.

Por otro lado, pero bastante relacionado con este concepto podemos decir que un estándar (standards)
si estaría considerado como un mandato u obligación (o conjunto de mandatos y obligaciones) que pueden ser
considerados o requeridos por una institución como de obligado cumplimiento por el profesional.

En esta línea, nosotros vamos a utilizar el termino “guía” con una connotación por debajo del concepto
“estándar” dado que la guía es entendida de manera más laxa e implica una recomendación, una asistencia para
escoger una actuación efectiva que, en ocasiones, no puede ser aplicable a todas las situaciones, es más flexible
y acomodable a las diferencias que puedan encontrarse y no implica una obligación como en el caso del estándar.
Esto es, una guía nos proporcionaría información sobre lo que deberíamos intentar hacer ante una situación concreta
(como la actuación de elección o más acertada para esa ocasión, situación o problema).

Por otro lado tendríamos que diferenciar el concepto de Guía del concepto de protocolo ya que en muchas
ocasiones en nuestro país se utilizan como sinónimos.

El protocolo tiene una fuerte connotación organizativa y suele referirse a la descripción de un procedimiento
a ejecutar en un nivel asistencial predeterminado que organiza un servicio y a sus trabajadores de forma general
o adaptado a una situación particular. De esta forma un hospital puede ordenar su servicio de urgencias con un
protocolo que especifique que la entrada se hace a nivel administrativo en una unidad determinada, que la primera
persona que ve al paciente es un enfermero/a que deriva según la gravedad y la especialidad, … Por otro lado la
guía práctica suele referirse más a la connotación comportamental de un conjunto de profesionales ante situaciones
determinadas.

Suele ser frecuente que en las guías de intervención se recojan un gran número de recomendaciones propias
de una guía práctica o que una guía de intervención pueda incluir un protocolo dentro de la misma (sobre todo cuando
las guías se asocian o ejecutan en servicios bien conformados). Por esta razón son conceptos y contenidos muy
relacionados, que en muchas ocasiones se utilizan como sinónimos o que incluyen aspectos unos de otros.
Ejemplificando el caso, desde el punto de vista aplicado, y adaptándolo a nuestras pautas de trabajo un
Protocolo haría referencia al modus operandi, estructura básica, pasos o fases dentro de un proceso de intervención. 6
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Por ejemplo, en el caso de atender un problema “x” lo primero que hay que hacer es a) luego b) luego c) a nivel
general, recomendaciones, particularidades y nivel general de consideración de la actuación dentro del servicio o
institución.

Los protocolos al ser una descripción de un procedimiento a desarrollar, solo pueden someterse a validación
según criterios medibles en términos de tiempo, número de usuarios, profesionales necesarios, etc., ya que hacen
referencia más a aspectos organizativos y procedimentales que a la intervención en sí. En definitiva, los protocolos
representan el diseño de un procedimiento no contrastado empíricamente pero que representa una opción tentativa
de lo que puede ser efectivo o ideal para una buena organización asistencial (sin olvidar criterios coste-beneficios).

Sin embargo, la utilización de guías, en España con más connotaciones clínicas, haría referencia a la
concreción de la intervención específica de un problema o situación concreta, debiendo además demostrar su eficacia
de forma científica
La utilización de guías y protocolos de intervención flexibiliza la opción del profesional de elegir actuaciones
que han comprobado su eficacia y que de una forma flexible pueden adaptarse a distintos contextos, situaciones y
personas.

Asimismo, el uso de guías de intervención puede reducir el coste de los servicios, aunque en ocasiones no
tiene porque ser así, lo que realmente ocurre es que se maximiza el tipo de atención, los recursos utilizados y su
efectividad.

La aplicación de guías de actuación tiene una serie de beneficios. Un mismo problema puede ser atendido
desde diversos puntos de vista, modelos teóricos, profesionales, etc. La situación ideal seria que una disciplina
científica demuestre sus teorías y presupuestos y trabajara sobre procedimientos aplicados que hayan demostrado
su eficacia.
Los protocolos y guias a diseñar pueden ir dirigidos a diferentes tipo de colectivos, edades, situaciones y
niveles. Protocolizar y confeccionar guías implica la adopción de una metodología específica que puede adaptarse
a numerosos problemas y situaciones de forma que básicamente aplicamos un método de confección de guías y
protocolos y posteriormente evaluamos sus resultados.

Para este fin vamos a utilizar una adaptación del proceso elaborado por la American Psychological Association
(APA) para la valoración de guías de intervención y la consideración de tratamientos basados en la evidencia. La
descripción de proceso es similar pero teniendo en cuenta que este procedimiento de la APA se creó, en primera
instancia, para evaluar tratamientos de psicopatologías (en psicología clínica). Por esta razón ha sufrido una adaptación
para generalizar su metodología al ámbito de la intervención social siguiendo la actual adopción del método que se
está utilizando en EEUU bajo el sustento de actuaciones, procedimientos y técnicas basados en la evidencia empírica
de sus resultados.

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Líneas de actuación para el desarrollo de guías de intervención psicológica. Descripción del proceso

Las fases del proceso desarrollado en este Proyecto de Investigación han sido las siguientes:

1. Formación de técnicos. Los técnicos deben recibir formación específica sobre la metodología de diseño
de guías de intervención según el modelo de la APA. Esto incluye el uso de bases de datos bibliográficas,
criterios y características de cumplimentación de guías, selección de indicadores e instrumentos de
evaluación, estructuración de módulos, comprobación experimental de la guía, criterios de evaluación, etc.
Tras el periodo de formación, los técnicos disponen de un técnico especialista en cuestiones metodológicas
propias del desarrollo de las guías, que supervisa y complementa la configuración y diseño de las mismas
a medida que se van desarrollando.
2. Evaluación de necesidad y elección del tema para el desarrollo de guías. Una vez que los profesionales
realizan una evaluación de las necesidades más importantes que encuentran en sus lugares de trabajo
se realizan propuestas sobre posibles guías de intervención a desarrollar en función de dicha evaluación.
Después de un período de análisis y debate se eligen los temas, objetivos principales y/o poblaciones
diana para las que se van a diseñar guías. Asimismo se asignan para cada guía uno o varios profesionales
responsables o encargados de su desarrollo e implementación.
3. Diseño del primer borrador o “esqueleto” de la propuesta inicial de guía. Antes de iniciar el
desarrollo de la guía extensa, los profesionales responsables de cada una deben presentar por escrito
un documento borrador, resumido (entre 10 y 15 folios) de su propuesta inicial de guía señalando los
aspectos fundamentales de la misma (justificar su necesidad, delimitar el problema y/o colectivos a los
que va dirigida, señalar aspectos centrales de su evaluación, intervención y comprobación empírica).
Esta propuesta se entrega por escrito al resto de compañeros y se presenta y defiende públicamente en
un primer proceso de evaluación interna.
4. Evaluación interna (EI-1) de la propuesta inicial. El grupo de trabajo analiza el documento inicial de
propuesta de guía y estudia tanto su viabilidad como sus costes-beneficios, prioridad, etc. La propuesta
inicial de guía puede ser rechazada, aceptada, aceptada con modificaciones, pendiente de aceptar según
cambios o modificaciones propuestas. En el caso de ser aceptada pasaríamos al punto siguiente. Si la
guía es aceptada con modificaciones o queda pendiente de aceptar según cambios o modificaciones
propuestas se le da un tiempo a los responsables para realizar los cambios oportunos que deberán
escribir y defender de nuevo hasta su aprobación o rechazo definitivo.
5. Desarrollo de la guía extensa. Una vez aprobado el esqueleto o borrador inicial, el equipo de trabajo
comienza a desarrollar la guía extensa siguiendo las recomendaciones establecidas según la APA, con
el apoyo metodológico del coordinador del proyecto. Una vez finalizada la redacción de la guía se vuelve
a someter a evaluación.
6. Evaluación interna (EI-2) y evaluación externa (EE-1) de la guía extensa. En esta ocasión cuando
ya disponemos del producto final y la guía está finalizada se envía a evaluación interna (realizada por
profesionales de la misma institución ajenos al desarrollo de la guía a evaluar) y a evaluación externa
(realizada por profesionales externos, independientes al equipo de trabajo y a la institución, que de 8
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forma anónima y objetiva revisan la guía con un procedimiento de doble ciego –ni los autores conoce la
identidad del evaluador ni el revisor la de los autores-). Todos los evaluadores redactan un informe sobre
su valoración y rellenan un autoinforme que sigue los parámetros básicos de evaluación de guías de la
APA y el documento AGREE (The Agree Colaboration, Agree Instrument Spanish Version). Al igual que
en las evaluaciones anteriores los revisores pueden, de forma motivada, rechazar la guía o aceptarla
totalmente o con pequeñas modificaciones o sugerir modificaciones sustanciales y volver a pasar el
proceso de evaluación.
7. Difusión de la guía y entrenamiento de los técnicos que van a aplicar la guía. La guía definitiva se
facilita a los técnicos responsables de su aplicación. Una vez leída, los profesionales participan en una
sesión formativa (impartida por las personas que la han elaborado) en la que se entrenan los aspectos
más importantes, se consensuan cuestiones prácticas de su aplicación en las zonas con usuarios
(instrumentos a utilizar, pasos a desarrollar, tiempo, etc.).
8. Aplicación de la guía en los territorios seleccionados. Una vez entrenados los profesionales comienza
su aplicación bajo el seguimiento y supervisión de los responsables institucionales y/o de los autores de
la guía.
9. Evaluación de los resultados obtenidos (evaluación interna-EI-3 y evaluación externa-EE-2) y
validación empírica de la guía. Cuando finaliza el periodo o intervalo temporal de aplicación de la guía se
recogen los instrumentos e indicadores de evaluación, se analizan de forma cualitativa y cuantitativa los
resultados (tanto desde el punto de vista de resultados obtenidos en la población como de percepción y
análisis de los propios profesionales que las han aplicado).
10. Valoración final. Si los resultados son positivos, difusión y/o publicación definitiva de la guía. Puede
darse el caso de que la aplicación real de la guía sugiera establecer o diseñar pequeños cambios a
realizar que deberían efectuarse en la versión definitiva. Si los resultados son evaluados como negativos
puede rechazarse la guía. Solo cuando este proceso es completado podemos hablar de que la guía ha
demostrado desde el punto de vista científico su eficacia de forma empírica. A la versión definitiva de la
guía, si ha sido capaz de “sobrevivir” a todos los procesos de evaluación, se le suele poner un periodo
temporal de vigencia y una fecha de caducidad, tras el cual es conveniente revisarla o actualizarla, o al
menos comprobar que sigue siendo útil.
Por esta razón en el ámbito de los tratamientos psicológicos una vez finalizado todo este proceso y en función
de los resultados obtenidos se suelen distinguir entre:
- Tipo 1: Tratamientos o intervenciones que han demostrado su eficacia.
- Tipo 2: Tratamientos o intervenciones posiblemente eficaces.
- Tipo 3: Tratamientos o intervenciones en fase experimental.

En esta línea, es obvio que el hecho de elaborar una guía no tiene porque implicar que su resultado sea
positivo hasta que no se demuestre. Por esta razón un técnico debe tener la información de si la guía que utiliza está
en fase experimental o si ya ha demostrado su eficacia.
En el diseño de la guía se desarrollan los siguientes puntos en un documento que recoge de forma organizada
9 todas las actuaciones, instrumentos y procedimientos a emplear. Durante el periodo de formación, los profesionales
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disponen de esta monografía para consultar cualquier aspecto del desarrollo y aplicación de la guía así como para
saber utilizar todos los anexos correspondientes a ejercicios, orientaciones, pruebas de evaluación, etc., necesarios
para su implementación.
1. Título, autores y filiación
2. Resumen y palabras clave
3. Población diana, colectivo/s y/o perfil de usuarios
4. Justificación, descripción y evaluación de necesidades o problemáticas
5. Objetivos de la guía o protocolo
6. Temporalización. Intervalos variables de intervención
7. Evaluación
8. Proceso de intervención
9. Comprobación experimental de la eficacia e información sobre el proceso de construcción y elaboración
de la guía
10. Perfil de los técnicos que participan y requerimientos de formación, entrenamiento y habilidades
11. Costes, requerimientos y recursos
12. Referencias bibliográficas y documentos utilizados
13. Observaciones/recomendaciones y sugerencias

La comprobación empírica de la eficacia de la guía de intervención

Para este tipo de metodología es fundamental demostrar que nuestras intervenciones son efectivas y eficientes
(basándonos en datos empíricos). En consecuencia cuando se diseña partimos de una evidencia (la recogida de
evidencias de otras investigaciones en la literatura científica sobre el tema sirve como base, por ejemplo) pero aun
así debemos demostrar que nuestro trabajo es realmente útil y efectivo.

La comprobación experimental parte normalmente de un planteamiento de diseño experimental o


cuasiexperimental entregrupos cuyos sujetos han sido preferentemente elegidos al azar, en el mejor de los casos, o
por asignación aleatoria en su defecto (sobre todo si su aplicación se hace en servicios asistenciales), con medidas
pre-post con un número de casos lo suficientemente amplio como para contrastar nuestra hipótesis de eficacia.
La comprobación experimental puede establecerse de distintas formas. La decisión de adoptar una de ellas
(o varias) se hará según las características de su aplicación final (características de la población, como se accede a
esta, disponibilidad de grupos de comparación, listas de espera, etc.).

Uno de los aspectos más importantes de la comprobación experimental (muy criticado en el planteamiento
inicial de la comprobación de tratamientos psicológicos eficaces en psicología clínica) ha sido la evaluación de una
sola medida o la utilización de un solo criterio de eficacia. Por esta razón, esta guía cuenta con diferentes indicadores
evaluados de forma tanto general o global (indicadores de este tipo pueden ser, por ejemplo, la calidad de vida, el
grado de malestar) como de forma específica (cualquier variable concreta sometida a evaluación). De esta forma
intentamos que la evaluación y la estrategia pre-post no se realice en tan solo una medida global sino que aplicamos 10
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diferentes medidas tanto generales como específicas en diferentes momentos (tanto pre como post –incluso en
seguimiento-) y de diferentes tipos (entrevista, test, cuestionario u otros autoinformes).

El objetivo a cumplir es obtener suficientes indicadores que nos permitan no solo tener información global
sobre mejoría, incremento de habilidades, calidad de vida…. sino también de otras medidas más concretas que
normalmente están asociadas a la aplicación de técnicas o procedimientos que, si bien, tienen “aportación” al estado
global de un usuario son susceptibles de ser evaluados también de forma individual (en cualquier caso siempre
resulta complejo determinar que componente de una intervención tiene efecto o da como resultado una mejoría o en
qué medida ha influido en el resultado u objetivo final).
El que la mayoría de guías utilicen una organización en módulos facilita la adopción de evaluaciones generales
o globales (generalmente realizadas al comienzo de su aplicación) y evaluaciones específicas (normalmente asociadas
a la aplicación de módulos o de técnicas específicas).
En España y en nuestros ámbitos asistenciales es usual diseñar protocolos o guías, pero después, no
comprobarlas desde el punto de vista científico y esto influye tanto en sus puntos fuertes y virtudes como en sus puntos
débiles y defectos. La comprobación experimental no está exenta de problemas y dificultades (como la generalización
de resultados, la homogeneización de sus condiciones de aplicación, características de la población…) pero no deja
de ser una alternativa deseable y de elección frente a la no evaluación de resultados e intervenciones.

Finalmente, si hemos aplicado todos los presupuestos recogidos en este apartado, podemos decir que hemos
contemplado los parámetros básicos de comprobación experimental de esta guía. Algunos aspectos pueden ser
modificados sobretodo teniendo en cuenta sus condiciones de aplicación pero, en líneas generales, la adopción de
esta metodología nos permitirá su comprobación experimental.
A continuación presentamos los siguientes documentos que forman parten de la edición de protocolos o
instrumentos para el IPBS que facilitan la comunicación entre profesionales, las derivaciones, la emisión de informes,
etc.
A continuación presentamos las guías desarrolladas en el IPBS. Por razones de espacio y tiempo algunas
de ellas no han finalizado el proceso de validación empírica y/o su revisión por los evaluadores. La mayoría de las
guías utilizan instrumentos de evaluación e intervención, de creación propia junto a otros instrumentos ya validados
y comercializados. Por esta razón, no podemos reproducir algunos de estos instrumentos. No obstante, en la página
web del IPBS de Córdoba se ha creado un lugar para poder descargarse la versión extensa de estas guías así
como sus anexos. También en esta web puede usted consultar información sobre el procedimiento empleado en
su construcción, resultados obtenidos en su proceso de evaluación y posterior validación empírica. De esta forma
puede conocer si una guía está en fase experimental, ha sido ya evaluada y/o probada con usuarios en contextos
comunitarios.
Por último, se incluyen en la Web otros documentos que forman parten de la edición de protocolos o instrumentos
para el IPBS que facilitan la comunicación entre profesionales, las derivaciones, la emisión de informes, etc.

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Guía de asesoramiento e intervención psicológica


a familiares de consumidores de drogas
en un entorno comunitario
Rosario Navarro Cubillo
Antonio Jesús Corpas Ortiz
Ana Anguita Parrado
Eva Alarcón Pulido
María Mercedes Casado Morán
María Victoria García Campillos
Diego Gómez Gutiérrez
Pilar Jiménez Leal
Carlos Martínez Martínez
Alfonso Montilla Velasco
Ginés Ortiz Recio
Jesús Ruiz Liébana
Antonio Soriano Márquez
Francisco Márquez Lopera

13 Juan Antonio Moriana Elvira


GUIAS DE INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA EN SERVICIOS SOCIALES COMUNITARIOS

Este trabajo ha sido desarrollo mediante la colaboración entre el Instituto Provincial de Bienestar Social
(IPBS) de la Diputación de Córdoba y la Universidad de Córdoba (UCO) a través de un OTRI entre instituciones
públicas. El título del proyecto es. Protocolos de actuación y guías de intervención psicológica en servicios sociales
comunitarios. Y en su desarrollo han participado. Eva Alarcón, Mercedes Casado, Antonio Corpas, Victoria García,
Diego Gómez, Pilar Jiménez, Carlos Martínez, Alfonso Montilla, Rosario Navarro, Ginés Ortiz, Jesús Ruiz y Antonio
Soriano, psicólogos y psicólogas del IPBS y Juan Antonio Moriana, Profesor de la UCO y coordinador del proyecto. 14
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ÍNDICE

1. Resumen 16
2. Población diana 16
3. Justificación 17
3.1. Introducción 17
3.2. Justificación de la necesidad 19
3.3. Justificación legal 20
3.4. Justificación teórica 23
4. Objetivos de la guía: Generales y específicos 29
5. Temporalización-localización 30
6. Evaluación 31
6.1. Evaluación Inicial o análisis demanda 31
6.2. Evaluación General o evaluación de la eficacia de la guía 32
6.3. Evaluación Específica 33
7. Intervención 37
8. Descripción de los módulos 41
8.1. Módulo 1. Información básica sobre drogas y recursos 41
8.2. Módulo 2. Psicoeducativo y de asesoramiento en trastornos adictivos y su manejo 43
8.3. Módulo 3. Intervención y asesoramiento para la mejora del funcionamiento familiar 45
8.4. Módulo 4. Intervención y asesoramiento individualizado para el desarrollo personal 62
8.5. Módulo 5. Asesoramiento a familias de jovenes consumidores 73
9. Comprobación experimental 76
10. Perfil de los técnicos 77
11. Referencias bibliográfica 78
12. Glosario de términos 84
13. Anexos 86

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. RESUMEN

Esta guía describe la intervención con familiares de consumidores1 de drogas que manifiestan malestar físico y/o psicológico,
limitaciones en el funcionamiento doméstico, dificultades en la relaciones intrafamiliares y/o con el familiar, presentando, en
general, una incapacidad manifiesta para el manejo de tal situación, todo ello derivado de la convivencia con una persona con
problemas de consumo de drogas que no se encuentra en tratamiento.

En este documento se especifican actuaciones informativas, formativas y psicoeducativas propuestas para ejecutar tanto a
nivel grupal (familia) como individual (con cada uno de sus miembros). Se detalla también la forma de coordinación y derivación
con otros recursos o entidades municipales, tal es el caso de los programas asistenciales de drogodependencias o las acciones
de prevención comunitaria en dicha materia. Las actuaciones que se describen se desarrollan en el ámbito rural, dirigiéndose y
coordinándose desde los Servicios Sociales Comunitarios, entidad responsable de su puesta en marcha.

Palabras Clave: Familia, consumo de drogas, trastorno adictivo, proceso de cambio, funcionamiento familiar, calidad de
vida, estrés familiar, codependencia, emoción expresada, programa psicoeducativo.

2. POBLACIÓN DIANA: COLECTIVO PERFIL DE USUARIO

Esta guía tiene como población diana a familiares de personas consumidoras de drogas cuyo consumo afecta al funciona-
miento familiar cotidiano, a la convivencia de sus miembros y/o al bienestar físico y/o psicológico de alguno de ellos. En este sen-
tido, se dirige a los familiares de todo tipo de consumidores de sustancias que no están en tratamiento 2. Dichos familiares pueden
ser personas de cualquier raza, género y/o nivel sociocultural (ver criterios de exclusión).

1 Cualquier tipo de consumo y droga: consumidores experimentales, de larga historia, abusadores, consumo perjudicial, consumo de-
pendiente,...
2 tras haber estado en tratamiento han sufrido recaída, no tienen conciencia de problema, se niegan al tratamiento, no existe un con-
sumo que requiera tratamiento pero la familia está angustiada, etc.-
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3. JUSTIFICACION
3.1. INTRODUCCIÓN

El consumo de drogas constituye hoy en día uno de los más graves problemas de las sociedades avanzadas y afectan,
de una u otra manera, al conjunto de esta. En España un millón de familias sufren de cerca las consecuencias de las drogas o
del abuso de alcohol. Cada año más de 20.000 personas mueren prematuramente como consecuencia del consumo excesivo de
alcohol y más de 4.000 personas ingresan en nuestros hospitales a consecuencia de psicosis producidas por esta y otras drogas.
Aún siendo estas cifras importantes, lo más preocupante es la tendencia: en los últimos 10 años el aumento de ingresos por psico-
sis causadas por drogas es del 103%. Si examinamos estudios estadísticos del año 2008 podemos observar un claro incremento
de la prevalencia de las drogas en todos los sectores de la población. Fracaso escolar, problemas familiares, conflictos laborales,
delincuencia, desestructuración personal y social son algunos de los indeseables efectos de este consumo.
Por tanto, dada la complejidad y envergadura de este fenómeno, la comunidad internacional se ve obligada a través de
sus instituciones a establecer políticas dirigidas a tomar severas medidas desde frentes muy diversos (jurídico-legales, sanitarios,
sociales, etc.), siendo la familia uno de los ámbitos en que más se han adoptado.

Para entender el fenómeno en toda su amplitud será necesario antes definir e interpretar correctamente algunos conceptos
básicos. Así pues, según la OMS (Organización Mundial de la Salud), droga es toda sustancia que, introducida en un organismo
vivo puede modificar una o más de las funciones de éste. Otra definición de esta institución sería “cualquier sustancia, farma-
cológicamente activa, que puede producir un estado de dependencia física o psíquica”. Podemos ampliar esta noción si nos
adentramos en el ámbito clínico, concretamente en el Manual Diagnostico y Estadísticos de los Trastornos Mentales, que en su
IV edición revisada (APA, 2002) incluye los problemas de consumo de drogas haciendo referencia a los “Trastornos relacionados
con sustancias”. Aquí se define la dependencia como un patrón desadaptativo de consumo de una sustancia que conlleva un de-
terioro o malestar clínicamente significativos, expresado por tres (o más) de los ítems siguientes, en algún momento de un período
continuado de 12 meses:
- Tolerancia, definida por cualquiera de los siguientes ítems:
(a) necesidad de cantidades marcadamente crecientes de la sustancia para conseguir la intoxicación o el efecto
deseado.
(b) el efecto de las mismas cantidades de sustancia disminuye claramente con su consumo continuado.
- Abstinencia, definida por cualquiera de los siguientes ítems:
(a) el síndrome de abstinencia característico para la sustancia (Criterios A y B de los criterios diagnósticos para la
abstinencia de sustancias específicas).
(b) se toma la misma sustancia (o una muy parecida) para aliviar o evitar los síntomas de abstinencia.
- La sustancia es tomada con frecuencia en cantidades mayores o durante un período más largo de lo que inicialmente
se pretendía.
- Existe un deseo persistente o esfuerzos infructuosos de controlar o interrumpir el consumo de la sustancia.
- Se emplea mucho tiempo en actividades relacionadas con la obtención de la sustancia (p. ej., visitar a varios
médicos o desplazarse largas distancias), en el consumo de la sustancia (p. ej., fumar un pitillo tras otro) o en la
recuperación de los efectos de la sustancia.
17 - Reducción de importantes actividades sociales, laborales o recreativas debido al consumo de la sustancia.
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- Se continúa tomando la sustancia a pesar de tener conciencia de problemas psicológicos o físicos recidivantes o
persistentes, que parecen causados o exacerbados por el consumo de la sustancia (p. ej., consumo de la cocaína
a pesar de saber que provoca depresión, o continuada ingesta de alcohol a pesar de que empeora una úlcera).
Los problemas de consumo pueden deteriorar el funcionamiento del individuo en todas sus facetas, y una de las áreas
relevantes más afectadas por este problema es la familia.

Si nos centramos en ella hemos de decir que el concepto familia ha ido evolucionando conforme han ido haciéndolo las so-
ciedades. En la actualidad la OMS define familia en base a criterios y/o estudios de tipo demográfico y epidemiológico, terminando
por conceptualizarla como “aquellos miembros del hogar emparentados entre sí hasta un grado determinado por sangre, adopción
y matrimonio”. No obstante, The Center for Substance Abuse Treatment (2004), a la hora de referirse a la familia pone el énfasis
en aquellas personas con mayor vinculación afectiva para el paciente, conceptualizando así una noción de familia más funcional
de cara a la intervención familiar respecto al consumo de drogas.

Históricamente son muchos los enfoques teóricos desde los que se ha intentado explicar el consumo de sustancias, y como
consecuencia de ello, las metodologías llevadas a cabo en los procesos de evaluación y tratamiento de este problema también
son variadas: modelos morales, biológicos (Marlatt, 1985), socioculturales (Bacon, 1974; Jones, 1975; Bell, 1975), teorías psi-
codinámicas (Cuter, 1973 Schukit, 1976) y transaccionales (Steiner, 1971), teorías de la personalidad, etc. En la actualidad, sin
embargo, el enfoque con mayor poder explicativo para describir el cambio en las conductas adictivas es el modelo transteórico de
cambio de conductas adictivas de Prochaska, Diclemente y Norcross, (1992) y Prochaska y Prochaska (1993). Las variables del
modelo derivan de distintas teorías, tratándose de un constructo tridimensional que integra estadios, procesos y niveles de cambio
(cuándo, qué, cómo) para explicar la conducta de cambio en la adicción. Los autores afirman que, de forma natural y/o con ayuda
terapéutica, el adicto va transitando por estadios de cambio variados, con distintos procesos y niveles en cada uno de ellos hasta
lograr finalizar su conducta de adicción. La intervención terapéutica se centrará por tanto en aquellas variables relevantes en cada
uno de los distintos procesos, que influirán en el paso de un nivel a otro hasta lograr la abstinencia a largo plazo.

Procesos de cambio.
Son actividades (pensamientos, emociones y/o conductas) del individuo para modificar su hábito adictivo y son diez los
procesos descritos:
- Aumento de concienciación.
- Autoreevaluación.
- Reevaluación ambiental.
- Relieve dramático.
- Autoliberación.
- Liberación Social.
- Manejo de contingencias.
- Relaciones de ayuda.
- Contracondicionamiento.
- Control de estímulos
Estadios de cambio.
18
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Se trata de la dimensión temporal y hace referencia, por tanto, a cuándo ocurren determinados procesos. Para alcanzar
con éxito el cambio de la conducta adictiva, el individuo ha de ir avanzando de forma progresiva por los distintos estadios que se
describen a continuación.
- Precontemplación. En este estadio los adictos no se plantean modificar su conducta ya que no son conscientes
(o lo son mínimamente) de que dicha conducta representa un problema.
- Contemplación. Son conscientes del problema y consideran seriamente la posibilidad de cambiar, aunque muestran
una actitud ambivalente.
- Preparación. El adicto toma la decisión y se compromete a abandonar su conducta adictiva.
- Acción. El individuo cambia, con o sin ayuda especializada, su conducta y el estilo de vida asociada.
- Mantenimiento. El individuo trata de conservar y consolidar los cambios realizados en la etapa anterior.
- Recaída. Sucede cuando las estrategias de cambio usadas fracasan y el individuo vuelve a las etapas anteriores.
- Finalización. Es la etapa en la que el individuo ve extinguida su conducta y tiene un nuevo patrón de comportamiento
sin el uso de procesos de cambio para mantenerlo.
Se trata de un modelo cíclico, no lineal, por lo que muchos individuos pueden pasar varias veces por el estadio de acción y
recaída hasta lograr una abstinencia a largo plazo.

Niveles de cambio.
Nos remiten al contenido específico del cambio. Síntoma/situación; cogniciones desadaptativas; conflictos interpersonales;
conflictos familiares y conflictos intrapersonales.
Este modelo también ha sido utilizado en la intervención de otros trastornos (por ejemplo, trastornos alimentarios), se ha
aplicado en distintos niveles (no solo con el afectado sino también a nivel familiar, grupos de riesgo,…) y en distintos contextos (no
solo en el clínico sino también en el preventivo, como por ejemplo sobre el cambio de actitudes respecto al uso del preservativo
en campañas de prevención de SIDA).
En definitiva, esta guía de intervención establecerá como marco de referencia el mencionado modelo a la hora de entender
la conducta adictiva. Será el punto de referencia para las actuaciones familiares que intenten ayudar al propio adicto a avanzar en
su proceso de cambio y a la propia familia a realizar cambios actitudinales a fin de mejorar el funcionamiento intrafamiliar.

3.2. JUSTIFICACIÓN DE LA NECESIDAD

El consumo de sustancias origina graves consecuencias a nivel económico, laboral, físico-psicológico, social e intrafamiliar
(Washton, 1995; EIU, 2002). Dentro de este último ámbito, es frecuente observar que las familias presentan dificultades respecto
a cómo afrontar la situación de consumo, cómo afrontar determinados estados fisico-psicológicos derivados del mismo, cómo
adecuarse a las nuevas situaciones surgidas, etc.
En la práctica clínica, datos recientes muestran el alto índice de demandas de tratamiento promovidas por los propios fami-
liares a causa de los mencionados problemas. La agencia Europa-press revela datos de la Fundación de Ayuda contra la Drogadic-
ción (FAD), según los cuales el Servicio de Información y Orientación Telefónica sobre Drogas atendió durante el primer semestre
de 2008 un total de 7.315 llamadas que solicitaban información y orientación sobre el consumo de drogas y problemas derivados
(cifra algo superior a las 7.014 llamadas registradas en el mismo periodo del año 2007). Según dicha fuente, la mayor demanda,
19 un 70%, se centraba en información sobre dispositivos asistenciales tales como centros ambulatorios, comunidades terapéuticas,
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unidades de desintoxicación, etc., y el resto (36%) eran demandas de información sobre recursos de orientación familiar.
La literatura reciente evidencia la relevancia del papel de la familia cuando el consumidor aún no es consciente del proble-
ma, demostrando como determinadas actitudes familiares (sobreimplicación, actitudes codependientes, estrés familiar y otras)
podrían perjudicar el avance del adicto en su proceso de cambio, presionándole en ocasiones para iniciar el tratamiento sin estar
aún preparado. Dada la naturaleza del trastorno adictivo (ver modelo de cambio de Prochaska, Diclemente y Norcross, 1992), es
frecuente que muchos pacientes no acudan a tratamiento (al no tener conciencia del problema) o tengan frecuentes recaídas, sin
embargo el consumo provoca un grave impacto en la familia y las consecuencias son tales que llevan al propio familiar a implicar-
se en la resolución del problema, solicitando tratamiento especializado para conocer como resolverlo, para afrontar determinados
estados ansioso-depresivos derivados de la situación, etc.

Un esbozo de la magnitud de la cuestión nos lo proporciona la encuesta estatal sobre el uso de drogas en enseñanza se-
cundaria (ESTUDES) 1994-2006, en donde verifica que la evolución de la prevalencia del consumo de sustancias entre jóvenes
de 14 a 18 años en España es cada vez mayor. Y son circunstancias como la edad de inicio en el consumo, los actuales modelos
de consumo, la gran accesibilidad a las sustancias, etc., las que exigen a las familias cada vez más altos niveles de competencia
para afrontar la situación.

En definitiva, el consumo de drogas en el contexto familiar está generando unas necesidades a las que las instituciones pú-
blicas deben dar respuesta. Los programas de atención a la familia son un recurso propicio para que esta pueda ser agente activo
de cambio en un fenómeno social tan incrustado y cronificado en las sociedades avanzadas como es el consumo de drogas.

Con este fin, con el objeto de dar una respuesta a esta necesidad, surge esta guía de intervención familiar, centrada (según
lo descrito) en tres necesidades:
- Reducir el impacto del consumo en la familia.
- Contribuir al proceso de cambio de su familiar.
- Contribuir a la prevención del consumo.

3.3. JUSTIFICACIÓN LEGAL

Una vez las sociedades contemporáneas que sufren el fenómeno de la droga perciben la necesidad de afrontarlo y su
carácter inaplazable, sus instituciones comienzan a generan políticas, existiendo todo un conjunto de normativas internacionales
que ordena la activación de todos los instrumentos posibles para lograr el bienestar social y la protección económica y social de la
familia. Por esta razón vamos a repasar a continuación la legislación (desde las normas más genéricas a las más específicas) que
conforma el marco legal sobre el que se asienta este proyecto y que justifica su pertinencia.

Normativa Internacional

Centrándonos en el objeto de amparo, desde el ámbito internacional, la protección jurídica de la familia se encuadra dentro
del catálogo de los llamados derechos sociales y como tal su llegada a los textos constitucionales y declaraciones internacionales
se ubica, temporalmente hablando, en siglo XX. Incluida en la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), su artículo
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16.3 afirma rotundamente que “La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de
la sociedad y del Estado”. El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1966) adoptado por Naciones
Unidas reconoce este derecho y reclama además la más amplia protección y asistencia posible a la familia, punto también reseñado
por el artículo 23 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (1966).

Estas directrices tienen su reflejo a nivel europeo, en donde la protección a la familia aparece regulada ya en las más
tempranas Constituciones de nuestra órbita jurídico-política. Así figura en el artículo 8 del Convenio para la Protección de los
Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales (1950), aunque es La Carta Social Europea (1961), cuyo objetivo fue establecer
las condiciones en que pudieran hacerse efectivos una serie de derechos y principios entre los que se hallaba la familia, quien
dictamina “que como célula fundamental de la sociedad, tiene derecho a una adecuada protección social, jurídica y económica,
para lograr su pleno desarrollo”. Este derecho es refrendado recientemente por la carta Europea de los derechos fundamentales
de la unión europea (2000) al incidir en estos mismos términos.

Por otra parte, debido a las implicaciones que tienen las drogodependencias en los distintos campos de la educación,
el comercio, la salud, la industria, la delincuencia, y por supuesto, la familia, encontramos que a lo largo del tiempo también
han ido surgiendo y aplicándose distintas normas jurídicas, dispersas en diversos textos legales. Nuestro contenido legislativo
específico en materia de drogas estuvo influido por la decisión de incorporarnos al contexto internacional (Convención Única sobre
Estupefacientes, 1961; Convenio sobre sustancias psicotrópicas, 1971; Convención de Viena, 1988; Tratado de Ámsterdam,
1997). Aunque el desarrollo normativo existente en la Unión Europea es aún incipiente, existen comisiones parlamentarias que
trabajan en la armonización legislativa, en virtud de la cooperación internacional de la UE. En este sentido, resaltamos por su
relevancia en las políticas de drogas la creación del Observatorio Europeo de la Droga y Toxicomanía (OEDT) en 1993, cuyo
objetivo general será alcanzar una información objetiva, fiable y comparable sobre el fenómeno de las drogas y toxicomanías, así
como sobre sus consecuencias (Art. 1, apart. 2). Se convierte de esta forma en una herramienta útil para recoger información y
analizarla, realizar investigaciones, estudios preparatorios y de viabilidad, además de ser fuente de intercambio de información y
coordinación de políticas antidroga entre los distintos países.

Normativa Nacional

En nuestra historia constitucional un precedente (con el que guarda mucha similitud) está en el artículo 43 de la Constitución
Republicana de 1931. La actual Constitución Española (1978), siguiendo la línea esbozada en normas anteriores, estipula en su
artículo 39 que “Los poderes públicos aseguran la protección social, económica y jurídica de la familia”; por otra parte, también
reconoce en su artículo 43 el derecho a la protección de la salud, atribuyendo a los poderes públicos organizar y tutelar la salud
pública a través de medidas preventivas y de las prestaciones y servicios necesarios. Es pertinente hacer notar la importancia
que supone que los poderes públicos organicen unos servicios sanitarios que ofrezcan a los ciudadanos todo tipo de prestaciones
de carácter preventivo, curativo, rehabilitador y educativo. No obstante, los derechos recogidos en la Ley General de Sanidad no
alcanzaron, al menos en un principio, al problema de las toxicomanías ya que no existía su reconocimiento como enfermedad.
Para alcanzar la protección prevista por la ley habría que esperar a que las Leyes de las Comunidades Autónomas en materia de
drogas compatibilizaran y ampliaran los derechos recogidos en aquella.
21 Como referente más notable hay que destacar la aprobación por el Consejo de Ministros (24 de Julio de 1985) del Plan
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Nacional sobre Drogas, que enmarcará las actuaciones públicas en esta materia. Actualmente el Real Decreto 1911/1999 se
describe la Estrategia Nacional sobre Drogas para el periodo 2000-2008 (Plan Nacional sobre Drogas, 200b), surgida del consenso
de todas las Comunidades Autónomas. En él se abordan los distintos problemas gestionados en torno a las drogas (incluyendo
por primera vez las legales y las ilegales), priorizando las medidas preventivas y convirtiéndose en un referente para el conjunto
del Estado de lo que deben ser las políticas contra la droga a aplicar por las distintas Administraciones.

Normativa Regional

El artículo 137 de nuestra Constitución proclama la autonomía de las diferentes estructuras territoriales del país y el
artículo 148 regula las competencias asumibles por las Comunidades Autónomas, detallando concretamente la asistencia social
y sanidad e higiene en sus apartados 20 y 21 respectivamente. De manera, el relevo jurisdiccional de la Constitución, esto es,
el Estatuto de Autonomía para Andalucía, en sus artículo 17, “garantiza la protección social, jurídica y económica de la familia”,
y en el 61 dictamina que “corresponde a la Comunidad Autónoma la competencia exclusiva en materia de promoción de las
familias y de la infancia, que, en todo caso, incluye las medidas de protección social y su ejecución”. Es pertinente resaltar que en
ese mismo artículo se le asigna la competencia exclusiva en cuanto a la regulación, ordenación y gestión de servicios sociales,
reseñando también la regulación y aprobación de planes y programas específicos dirigidos a personas y colectivos en situación
de necesidad social, así como instituciones públicas para personas necesitadas de protección especial, incluida la creación de
centros de ayuda, reinserción y rehabilitación.

En base a tal directriz estatutaria nace la Ley 2/1988 de 4 de abril, de Servicios Sociales de Andalucía, que regula y
garantiza un sistema público de Servicios Sociales en nuestra Comunidad Autónoma. En su Art. 6, referido los servicios sociales
comunitarios, ordena sus áreas de actuación, concretando, entre otras, la atención y promoción del bienestar de la familia y de
las unidades de convivencia alternativa (apartado 1) y la prevención de todo tipo de drogodependencias en colaboración con los
servicios sanitarios correspondientes (apartado 5).

En el capítulo III, de los servicios sociales especializados, indica que se dirigen hacia determinados sectores de la población
que por sus condiciones o circunstancias necesitan de una atención específica, y se estructurarán territorialmente de acuerdo con
las necesidades y características de cada uno de ellos, atendiendo entre otros a los siguientes grupos:
Apartado 1. La familia, infancia, adolescencia y juventud, con la finalidad de llevar a cabo actuaciones encaminadas
particularmente a la promoción social de los jóvenes y niños, atendiendo la problemática que incide en su bienestar y,
especialmente, las disfunciones que se producen en su medio familiar, compensándolas o corrigiéndolas.
Apartado 4. Los toxicómanos, con la finalidad de desarrollar actuaciones de prevención y reinserción social de
alcohólicos
y otros drogodependientes, coordinadas por el órgano de la administración autonómica especializado en la materia.

Al igual que en el Estatuto, observamos que esta norma legal aúna los dos ámbitos implicados en esta guía, teniendo
encomendada tanto la misión de proteger a la familia como la de actuar contra el consumo de drogas.

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Normativa Local

La ley 2/1988 también establece los niveles de responsabilidad de las distintas Administraciones Públicas (Autónoma,
Diputaciones Provinciales y Ayuntamientos) en el ámbito de los servicios sociales. Haciendo alusión a la gestión local de servicios
propios de las Administraciones Autonómicas, el Texto Refundido de la ley de Bases de Régimen Local (artículos 8, 25, 26, 37, 44
y 55) habla de aspectos referidos, entre otros, a la “participación en la gestión de la atención primaria de salud, prestación de los
servicios sociales y de promoción y reinserción social (...)”. En este marco se apoyó la decisión tomada (cuando se crean el Plan
Nacional sobre Drogas y los Planes Autonómicos) de delegar competencias en materia de drogas en los Municipios. En Andalucía,
este marco sirvió para establecer los acuerdos con las Diputaciones Provinciales y con Municipios.

En este sentido, con el Instituto Provincial de Bienestar Social de Córdoba llegamos al último eslabón de la cadena legal.
El IPBS, como organismo autónomo, tiene como objeto la gestión, promoción y desarrollo de los servicios de Bienestar Social que
competan a la Diputación Provincial de Córdoba (por sí misma o por delegación de la Comunidad Autónoma Andaluza), así como
cuantas otras le sean encomendadas, especificando que, en particular y entre otras, corresponderá al Instituto:
- La gestión y promoción de las políticas activas en la atención integral a las familias residentes en la provincia de
Córdoba.
- La gestión y promoción de las políticas activas en la atención sociosanitaria de las dependencias.
- El desarrollo y gestión de los programas de prevención, asistencia y reinserción social de drogodependientes
existentes en provincia.

Así pues, el IPBS desarrolla en su Plan Anual de Servicios Sociales 2008 iniciativas dirigidas, por un lado a consumidores
de droga con el programa Drogas y Adicciones (perteneciente a los servicios sociales especializados), pero por otro lado se dirige
también a las familias, tanto a través de programa específicos (de familia y menores mediante los equipos de tratamiento familiar)
como con programas provinciales de atención individual y familiar, ayuda domicilio, prestaciones complementarias (Ayudas
económicas familiares y Emergencia social municipal) y actividades grupales o comunitarias, apartado este último en donde
encuentran lugar proyectos como el socioeducativo con familias.

Será aquí donde halla su ubicación la presente propuesta, esta guía de asesoramiento a familiares de consumidores de
drogas. Un proyecto que sirve de nexo de unión entre los servicios sociales comunitarios y los especializados, cuyo contenido
podría encuadrarse en el programa de Drogas y Adicciones pero cuyo abordaje requiere de parámetros comunitarios, resolviendo
así una demanda real que no terminaba de encontrar el recurso diferenciado que le diera respuesta específica.

3.4. JUSTIFICACIÓN TEÓRICA

La relación entre familia y consumo de drogas ha sido objeto de numerosas investigaciones existiendo en la actualidad un
gran apoyo empírico que nos permite determinar aquellos aspectos familiares que juegan un papel relevante en el consumo así
como su influencia en la evolución del trastorno adictivo y en el tratamiento del mismo.

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La familia: factor crucial en el inicio y mantenimiento consumo de drogas

La familia es el primer agente de educación y socialización del sujeto, fomentando modelos de comportamiento y actitudes
que, pueden suponer factores de riesgo o de protección respecto al consumo de sustancias (Becoña, 2002; Hawkins, Catalana y
Millar, 1992; Martínez, Trujillo y Robles, 2007; Moncada 1997; Muñoz-Rivas, Graña y Cruzado, 2000; Sanz, Montañés, y Martínez,
2004). En una reciente revisión sobre la influencia de factores familiares y consumo de drogas llevada a cabo por Becerra (2008)
se citan distintos estudios que ponen de relieve la importancia que para el inicio y mantenimiento del consumo de drogas tienen,
además de otras, variables familiares como la estructura, funcionamiento, interacción y clima familiar (Merikanges, Dierker y
Fenton, 1998; Kumpfer, Olds, Alexander, Zucker y Gary, 1998; Hoffman y Su, 1998; Store y Haugland, 2005; Misitu, 2006;
Espada y Mendez, 2001 Muñoz-Rivas y Graña, 2001; Sanz, Montañes y Martínez, 2004; Hawkins, Catalana y Millar, 1992; Maciá,
2000; Espada, Méndez, Griffin & Botvin, 2003). A continuación se exponen algunas de las variables más reseñables de dichos
estudios:

Conflicto familiar, clima familiar negativo y estrés. Merikanges, Dierker y Fenton (1998), hallaron que el conflicto familiar,
junto con otras variables como el estilo educativo, exposición a estrés, psicopatología y negligencia pueden ser factores que
incrementen el riesgo para el abuso de drogas en los hijos. En la misma línea Kumpfer, Olds, Alexander, Zucker y Gary, (1998),
también ponen de relieve el conflicto familiar excesivo (con abusos verbales, físicos o sexuales) como correlato del abuso de
drogas en adolescentes. Asimismo, estos autores hacen referencia a la importancia de otros factores como relaciones pobres entre
padres e hijos y/o la desorganización familiar y el estrés derivadas de un inadecuado manejo familiar.

Estudios llevados a cabo con padres de drogodependientes muestran un clima y ambiente familiar deteriorado así como
pobres relaciones familiares, relacionando ello con el inicio del consumo de drogas por parte del hijo adolescente (Hoffmann
y Su, 1998). En otros, la observación del ambiente familiar de alcohólicos en tratamiento permite observar alteraciones en el
funcionamiento familiar, poca calidad afectiva, relaciones disfuncionales, clima familiar negativo y deteriorado. Store y Haugland
(2005) llegaron incluso a distinguir cuatro tipos de familias según la cantidad y tipo de disfunción.
En la misma línea, Muñoz-Rivas y Graña (2001) ponen de relieve aspectos tan importantes como la cohesión familiar
(factor de protección para el consumo de drogas) y la conflictividad familiar para predecir una mayor probabilidad de que los hijos
consuman drogas en las etapas iniciales.

Estilos educativos inadecuados. Kumpfer, Olds, Alexander, Zucker y Gary (1998) en su estudio también definen como
factor de riesgo para el consumo el inadecuado manejo familiar para la conducta de los hijos. Los estilos educativos inadecuados
(ambigüedad de las normas familiares, exceso de protección, falta de reconocimiento y una organización familiar rígida) han
sido igualmente identificados como factores de riesgo en el consumo de drogas (Hawkins, Catalana, y Millar, 1992; Maciá, 2000;
Espada, Méndez, Griffin & Botvin, 2003).

Comunicación familiar. Estudios recientes identifican la falta de comunicación, además del clima familiar conflictivo, como
factores de riesgo para el consumo de drogas (Hawkins, Catalana y Millar, 1992; Maciá, 2000; Espada, Méndez, Griffin & Botvin,
2003). Misitu (2006) también incide en la ausencia de comunicación y pautas comunicativas inadecuadas basadas en altos niveles
de crítica y mensajes ambiguos como factores relacionados con los procesos de consumo de los hijos.
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Otra línea de investigación centra su atención en el trastorno adictivo y su relación con determinados factores de
funcionamiento y estructura familiar. Así algunos resaltan la importancia del funcionamiento familiar y la severidad de la adicción.
Iraugi, Sanz y Martínez-Pampliega (2004) demuestran la relación positiva entre estrés familiar, baja satisfacción familiar, pobre
comunicación y recursos familiares con el grado de consumo. En casi todos ellos se destaca la percepción negativa que tiene el
drogodependiente de su ambiente familiar, concretamente de la relación con sus padres (Rees & Wilborn, 1983; Stoker y Seadi,
1990; Jonson y Pandina, 1991).

Otras variables relevantes señaladas en este tipo de estudios son: existencia de un déficit en comunicación familiar, actitudes
sobreprotectoras y de ineficacia en el manejo de la conducta adictiva (López- Torrecillas, Bulas, León Arroyo y Ramírez, 2005);
habilidades de afrontamiento en las distintas etapas del curso de la adicción (Gómez, Gala, Lupiani y Guillén, 2000) y la presencia
de dificultades en el funcionamiento familiar en dos dimensiones: control e implicación afectiva familiar (Osterman y Grubic,
2000).
Especial mención, referido a los factores familiares asociados al trastorno adictivo, merece el término codependencia, muy
citado en la literatura clínica pero con escaso apoyo empírico (Haaken, 1990; Harper y Capdevila, 1990). El concepto se define como
un patrón de comportamiento que se caracteriza por el mantenimiento de una relación de dependencia afectiva con una persona
que es controlada a su vez por un objeto de dependencia (Pérez y Delgado, 2003). Este tipo de relación contribuye a mantener la
conducta de consumo y otros comportamientos (Brown y Lewis, 1995; Thombs, 1994). Sus características comportamentales más
citadas en la literatura (Pérez y Delgado, 2003) serían:
- Locus de control externo (Beattie, 1987, 1989,; Abbott, 1985; Becnell, 1991; Whitfield, 1991).
- Inadecuado manejo de sentimientos (Beattie, 1987, 1989; Carruth y Mendenhall, 1989; Pérez y Goldstein, 1992;
Margolis y Zweben, 1998; Hughes-Hammer, Martsolf y Zeller, 1998; Edmundson, Bryne y Rankin, 2000).
- Baja autoestima (Beattie, 1987, 1989; Becnell, 1991; Carruth y Mendenhall, 1989; Pérez y Goldstein, 1992; Margolis
y Zweben, 1998; Hughes-Hammer, Martsolf y Zeller, 1998).
- Comportamientos compulsivos (Becnell, 1991; Margolis y Zweben, 1998; Hughes-Hammer, Martsolf y Zeller, 1998).
- Dificultad para fijar límites en las relaciones con personas significativas (Lerner, 1988; Beattie, 1987, 1989; Pérez y
Goldstein, 1992; Thombs, 1994; Steinglass, 1994; Steinglass et al., 1987; Brown y Lewis, 1995; Margolis y Zweben,
1998; Hughes-Hammer, Martsolf y Zeller, 1998).
- Estrés, enfermedades psicosomáticas y depresión (Hughes-Hammer, Martsolf y Zeller, 1998).

A partir de los hallazgos empíricos de Hughes-Hanmer y Cols. (1998) sobre el diseño y evaluación psicométrica del CODAT
(Co-dependency Assessment Tool, Hughes-Hammer y cols., 1998), según un estudio reciente de Pérez y Delgado (2003), las tres
categorías básicas que mejor definen la codependencia, son:
- Focalización en el otro (FO). Grado en que los sujetos establecen límites en sus relaciones con otras personas, esto
es, la medida en que expresan preocupación por los problemas de los otros descuidando los propios objetivos,
intereses y preocupaciones.
- No afrontamiento (NA). Incapacidad para reconocer o expresar los sentimientos y emociones.
- Necesidad autonegligente de ayudar (NAA): Comportamientos excesivos de ayuda hacia los demás con
consecuencias negativas para sí mismo.
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Estas características pueden hallarse en mayor grado en familiares de consumidores, existiendo además factores muy
asociados al constructo de codependencia como por ejemplo la baja autoestima. De esta forma encontramos que el comportamiento
del consumidor es controlado por el comportamiento de la persona codependiente, la atención de parte de otro afectivamente
significativo se convierte en una ganancia secundaria que mantiene el consumo (Delgado y Pérez, 2003).

La familia y el tratamiento de trastornos adictivos

El núcleo familiar puede jugar un papel relevante de cara a la recuperación (Zahn y Ball, 1972; Davis y Klagsbrun, 1977;
Maltzman y Schweiger, 1991; Dodge y Petit, 2003; Cakmak, 2006). Su intervención es fundamental a lo largo de todo el proceso
de tratamiento, incluso antes de la toma de decisión del mismo. Como ya señalaba O´Farrell (1989) es importante motivar a la
familia para que ayude al adicto a pedir ayuda. Los distintos miembros de la familia y su actitud hacia el drogodependiente pueden
facilitar o dificultar su proceso de cambio.
Así pues, una de las variables que se ha relacionado con el proceso de recuperación del drogodependiente ha sido la
Emoción Expresada (EE). Conocida la relación entre clima familiar negativo y consumo de drogas, esta variable podría presentarse
como una medida de dicho clima desfavorable (Becerra, 2008). El concepto surge en el ámbito de la salud mental (concretamente
de la esquizofrenia) y hace referencia a la interacción familiar, específicamente a la comunicación de los familiares con el enfermo.
Una alta Emoción Expresada es un elemento estresante y por tanto un buen predictor de recaída en esta patología, como así
lo muestran numerosos estudios (Wuerker, Long, Hass & Bellack, 2002; King, Richard, Rochon, Steiger y Neils, 2003; Linszen,
Digemans, Nugter, Van der Does, Scholte & Lenior, 1997; Bebbington & Kuipers, 1994; entre otros); también se aplicó como predictor
de recaídas en distintas patologías (Hinrichsen y Pollack, 1997; Hooley y Teasdale, 1989; Chambless y Steketee, 1999).

Respecto a sus componentes, el constructo Emoción Expresada consta de cinco (Muela y Godoy, 2003; Vaughn & Leff, 1976):
- Criticismo (CC). Comentarios críticos realizados por el familiar sobre el comportamiento del paciente; una evaluación
negativa de la conducta del enfermo por parte del familiar, tanto en el contenido como en la entonación de lo dicho.
- Hostilidad (H). Es un tipo más extremo de comentario crítico, que implica una evaluación negativa generalizada; una
hostilidad generalizada dirigida a la persona más que a su conducta.
- Sobreimplicación Emocional (SIE). Respuesta emocional desproporcionada del familiar; intentos por su parte de ejercer
un control excesivo sobre la conducta del paciente, desesperanza, autosacrificio, sobreprotección y manifestación
emocional intensa.
- Calor. Manifestaciones de empatía, comprensión, afecto e interés hacia el paciente.
- Comentarios positivos. Expresiones de aprobación, valoración o aprecio del paciente o de su conducta.

En el ámbito de las drogodependencias son escasas las investigaciones que han relacionado la Emoción Expresada y
recaída (Watts, 2007), y asimismo pocos los que muestran relación entre alta EE y recaída y/o inicio en el consumo: Schwartz,
Dorer, Beardslee, Lavori y Keller, 1990; Fichter, Glynn, Weyerer, Liberman & Frick, (1997); O’ Farell, Hooley, Fals-Stewart & Cutter,
(1998); García (1999); Bullock, Bank & Burraston, 2002; Nelson, Hammen, Brennan & Ullman, (2003); Caspi, Moffitt, Morgan,
Rutter, Taylor, Arseneault, Tully, Jacobs, Kim-Cohen & Polo-Tomas, 2004 y Al-Halabi Díaz, Secades-Villa, Perez, Fernández-
Hermida, Crespo & García-Rodríguez, (2006). La mayoría de los estudios en el área de las drogodependencias no relacionan
específicamente el constructo pero sí la influencia de sus componentes en el curso y prevención de la drogodependencia (Becerra,
26
GUIAS DE INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA EN SERVICIOS SOCIALES COMUNITARIOS

2008), concretamente Hostilidad, Criticismo y Sobreimplicación (Maravall, 2006; Herman y McHale, 1993; Otero, Mirón y Luengo,
1989). En la mayoría de ellos son los padres y esposa los familiares más relevantes en la alta Emoción Expresada, aunque se ha
encontrado también la influencia de una alta EE de hermanos.

En conclusión, el apoyo empírico que relaciona variables familiares y consumo de drogas es extenso, así como la influencia
de las mismas en el mantenimiento del trastorno adictivo, en el tratamiento y en la prevención de las recaídas.

El impacto del consumo en la familia

La presencia de un consumidor en la familia supone una fuente de estrés importante, afectando al funcionamiento familiar
y al de algunos (sino todos) sus miembros. Las áreas más directamente afectadas por el abuso de drogas en la familia (Washton,
1995; Scottish Executive, 2002) suelen ser:
- Económicas. Deudas contraídas por el familiar.
- Laborales. Disminución del rendimiento laboral, déficit de concentración.
- Sociales. Tendencia al aislamiento de familia y amigos, reducción de actividades de ocio; miedo al rechazo; ocultación
de la problemática.
- Físicas y Psicológicas. Cambios de humor, irritabilidad, culpa, preocupación, miedo, confusión, sintomatología
ansioso-depresiva, trastornos de ansiedad, alteración de los patrones de sueño, estrés, úlceras, hipertensión,
cefaleas, pérdida del apetito y/o compulsión por la comida.
- Intrafamiliares. Discusiones frecuentes, incremento de la tensión familiar, deterioro de la comunicación familiar,
quebranto de la cohesión familiar y en casos extremos, ruptura del núcleo familiar.

Como apunta Reinares, Vieta, Colom, Arán, Torrent, Comes, Sánchez-Moreno, Gokolea y Benabarre (2004), en el contexto
de otras patologías psiquiátricas se han realizado numerosos estudios sobre el impacto de la enfermedad en los cuidadores
(Tárgum, y cols., 1981; Fadden y cols., 198; Chakrabarti, y cols., 1992; Dore y Romans 2001). Perlick, y cols (1999) hallaron que
la mayoría de los familiares de estos pacientes referían estrés, disfunción del funcionamiento diario y una repercusión de la en-
fermedad del paciente sobre la actividad laboral o de ocio del familiar. Se constataba también un mayor nivel de carga cuando los
familiares percibían una sensación de absoluta falta de control sobre la enfermedad del paciente. En al ámbito de las drogodepen-
dencias, estudios sobre la carga familiar del trastorno adictivo han sido más reducidos mostrándose también una repercusión del
trastorno sobre la vida del familiar en los mismos términos anteriormente mencionados.

Estos datos, en definitiva, apuntan la relevancia de desarrollar intervenciones familiares dirigidas a educar en aspectos
relacionados con la enfermedad y su afrontamiento, como estrategia para reducir el impacto de la enfermedad en la familia. Factores
de funcionamiento, clima y/o interacciones familiares, concretamente las citadas en esta revisión, sea la emoción expresada -o
alguno de sus componentes- y la codependencia deben tenerse en cuenta en el diseño de programas de intervención familiar
tanto para la prevención y tratamiento del consumo como para mejorar la calidad de vida de la propia familia. Ésta, además, debe
ser el eje central de intervención, antes del inicio del consumo (con el desarrollo de programas de prevención) y a lo largo de todo
el proceso de cambio del adicto (desde antes de la toma de decisión del abandono del consumo, pasando por la intervención en
27 el proceso de tratamiento hasta en las recaídas).
GUIAS DE INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA EN SERVICIOS SOCIALES COMUNITARIOS

En el desarrollo de esta guía se han tenido en cuenta tanto los factores anteriormente citados como programas de intervención
familiar de utilidad y eficacia contrastada. A continuación reseñamos algunos de los más relevantes:

- Terapia conductual familiar y de pareja y terapia familiar breve.


Basándonos en el Modelo Bioconductual Familiar, tomaremos elementos de esta terapia que, a través de numerosos
estudios (O´Farrell, Cutre y Floyd, 1985; OFarrell et al., 1996; Fals Stewart, O´Farrel y Birchler, 199; O´Farrell, Van Hutton y Murphy,
1999, O’Farrell y Fals-Stewart, 2002), han mostrado su eficacia en la reducción del consumo e incremento de la adherencia al
tratamiento, reducción de las conductas depresivas, ansiedad, ira y sintomatología física aversiva de allegados a los pacientes
(Meyers, Millar, Hill y Tosigan, 1999). El eje central será el entrenamiento en habilidades para mejorar las relaciones familiares,
contando con componentes como la comunicación, resolución de problemas o entrevista motivacional (Miller, Meyers y Tosigan,
1999), entre otros.

- Programas psicoeducativos.
Como referencia se extrajeron algunos factores pertenecientes a programas eficaces de intervención familiar en otros
trastornos (Muela y Godoy, 2001). Se trata de programas dirigidos específicamente a reducir el estrés familiar y a entrenar tanto
en el conocimiento de la enfermedad como en las habilidades para su control y manejo (Saloria, Ruiz, Torres, Sánchez y Navarro,
1999).

- Programas de prevención familiar del consumo de drogas.


Concretamente intervenciones familiares llevadas a cabo en programas preventivos, de índole tanto universal como selectiva,
que tienen en cuenta factores de riesgo y protección familiar (Fernández y Secades, 2001). Como ejemplo podemos mencionar
el programa de entrenamiento familiar en habilidades educativas para la prevención de drogodependencias (Larriba, Maduran y
Suelves, 2004) o el programa de prevención de drogodependencias y adicciones en el ámbito de las familias (Consejería para la
igualdad y Bienestar Social, 2008).

En conclusión, teniendo en cuenta todo lo expuesto y basándonos en el modelo ecológico social del abuso de drogas,
la presente guía plantea como estrategia la intervención en el contexto familiar la puesta en marcha de acciones informativas y
formativas, no psicoterapeúticas, para el desarrollo de competencias que lleven a la familia a mejorar tanto su funcionamiento
intrafamiliar como la calidad de vida de todos sus miembros (incluido el adicto), todo ello desde el marco de aplicación
comunitario.

28
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4. OBJETIVOS DE LA GUÍA

4.1. OBJETIVOS GENERALES

- Incrementar la calidad de vida de personas que conviven con un familiar con problemas de consumo.
- Disminuir el estrés familiar derivado de la convivencia con un familiar consumidor.
- Contribuir desde la familia a la toma de conciencia del problema del propio adicto.

4.2. OBJETIVOS ESPECIFICOS

- Dotar a la familia de información básica sobre el consumo de drogas y sus efectos.


- Incrementar los conocimientos y el manejo de recursos asistenciales públicos y/o privados, tipos de tratamiento y
forma de acceder a ellos.
- Proporcionar a la familia herramientas para conducción y mejora de la relación y convivencia con su familiar.
- Enseñar habilidades y recursos de afrontamiento para la solución de problemas relacionados con el consumo.
- Proveer a la familia de medios para hacer progresar las relaciones intrafamiliares.
- Mejorar la organización y funcionamiento cotidiano familiar.

29
GUIAS DE INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA EN SERVICIOS SOCIALES COMUNITARIOS

5. TEMPORALIZACIÓN-LOCALIZACIÓN

5.1. TEMPORALIZACIÓN

La guía consta de un total de 33 sesiones, distribuidas a lo largo de 5 módulos. El desarrollo de cada módulo así como de
las sesiones de que conste se describe en el punto 8 de esta guía (descripción de los módulos). No todos los módulos son suscep-
tibles de ser aplicados a todas las familias; a cada una le serán asignados los módulos pertinentes según una evaluación previa-
mente realizada. Por ejemplo, no pasarán por el módulo 3º y 4º las familias adscritas al 5º, dado que este se trata de un módulo de
trabajo con población específica (familias de consumidores experimentales). Por último, las sesiones tendrán una duración entre

.
1h. y 1½ h., y el número de sesiones por módulo queda como sigue:

.
MODULO 1: INFORMACIÓN BÁSICA SOBRE DROGAS Y RECURSOS. Se aplicarán un mínimo de 3 sesiones.

MODULO 2: PSICOEDUCATIVO Y DE ASESORAMIENTO EN TRASTORNOS ADICTIVOS Y SU MANEJO.

.
Se aplicarán un mínimo de 3 sesiones.

MODULO 3: INTERVENCIÓN Y ASESORAMIENTO PARA LA MEJORA DEL FUNCIONAMIENTO FAMILIAR.

.
Se aplicarán un mínimo de 13 sesiones.

MODULO 4: INTERVENCIÓN Y ASESORAMIENTO INDIVIDUALIZADO PARA EL DESARROLLO PERSONAL.

.
Se aplicarán un mínimo de 9 sesiones.

MODULO 5: ASESORAMIENTO A FAMILIAS DE JOVENES CONSUMIDORES. Se aplicarán un mínimo de 5 sesiones.

El periodo de desarrollo oscilará entre un mínimo de 8 meses y un máximo de 10.

5.2. LOCALIZACIÓN

Como se expuso con anterioridad, la intervención familiar se realizará desde el marco comunitario, haciendo uso del los
centros de servicios sociales y recursos humanos específicos del IPBS. El desarrollo del módulo 1 y 2 se llevará a cabo en coordi-
nación con el centro comarcal de drogodependencias, disponiendo de los técnicos e instalaciones que ambas entidades acuerden
(Servicios Sociales Comunitarios- Centro Comarcal de Drogas).

30
GUIAS DE INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA EN SERVICIOS SOCIALES COMUNITARIOS

6. EVALUACIÓN

En el proceso de evaluación distinguiremos varias fases que corresponden a distintos momentos, y son las siguientes:
- Evaluación inicial o análisis de la demanda.
- Evaluación general o evaluación de la eficacia de la guía.
- Evaluación específica.

A continuación abundaremos sobre cada una de ellas, describiendo su objetivo, contenido a evaluar, indicador a utilizar y
profesional responsable de su ejecución.

6.1. EVALUACIÓN INICIAL O ANÁLISIS DE LA DEMANDA

El objetivo del primer contacto con la familia será crear un espacio para la ventilación emocional de la persona que realiza la
demanda y al mismo tiempo realizar una recogida de información básica que nos permitan determinar si la familia es susceptible
de ser incluida en la aplicación de esta guía (sea en alguno de sus módulos, sea completando el itinerario íntegramente), o por el
contrario debe ser derivada a otro servicio y/o programa que dé respuesta a su demanda.
El profesional encargado de llevar a cabo la recogida de información será el psicólogo de servicios sociales comunitarios, re-
sponsable técnico de la puesta en marcha de la guía. El instrumento que se usará será una entrevista semiestructurada, diseñada
específicamente para este documento a partir de la entrevista semiestructurada de Calvo, 200 (ver anexo 13). Se administrará al
familiar que realiza la demanda y la información será registrada en una ficha también desarrollada a propósito para esta guía (ver
anexo 2), que incluirá:
- Datos relativos a la familia: Tipo de familia, estructura, presencia de disfuncionalidad o no, contacto con el paciente,
existencia de otros problemas,...
- Datos relativos al contexto psicosocial y educativo: Nivel de estudios, actividad laboral, etc.
- Datos relativos al familiar que realiza la demanda y al resto de miembros del núcleo familiar: edad, estado de salud, etc.
- Motivo de demanda: Relacionada con el consumo de drogas de un familiar, de forma explícita y/o implícita.
- Malestar (implícito/explícito) de la familia y/o de cada uno de sus miembros por el problema de consumo de su familiar.
- Malestar manifiesto sobre la falta de estrategias para hacer frente al problema de consumo.

Criterios de inclusión

Familiares que presentan malestar manifiesto por la presencia en casa de algún miembro con problemas de consumo (o
posible consumo) de drogas, caracterizado por la presencia de algunos de los siguientes síntomas:
- Sobrecarga emocional, física o económica.
- Alteraciones emocionales, físicas y/o sociales, síntomas ansioso-depresivos, labilidad emocional, somatizaciones, etc.
- Dificultades derivadas de la falta de estrategias de afrontamiento adecuadas.
- Dificultades de adaptación para hacer frente a las demandas derivadas de la situación de consumo.

31 3 Los anexos completos de esta guía se facilitan en su versión completa a la que se puede acceder a través de la página web del Insti-
tuto Provincial de Bienestar Social de la Diputación de Córdoba.
GUIAS DE INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA EN SERVICIOS SOCIALES COMUNITARIOS

Se entienden incluidos todo tipo de consumos que preocupen a la familia (sean experimentales, abusivos, perjudiciales,
dependientes, etc.).

Criterios de exclusión

- Familias disfuncionales.
- Familias desligadas.
- Familias sin contacto con el paciente.
- Otros criterios (Washton, 1995):
· Hermanos o hijos jóvenes.
· Padres ancianos y/o enfermos.
· Miembros con actitud destructiva hacia el consumidor.

6.2. EVALUCIÓN GENERAL O EVALUACIÓN DE LA EFICACIA DE LA GUÍA

Una vez categorizada la familia como susceptible de ser intervenida según los parámetros de esta guía se procederá a la
realización de una evaluación general que tendrá como objetivo:
- Determinar el estado general de la familia en sí y de cada uno de sus miembros.
- Disponer de una medida previa para valorar la eficacia de la intervención.
- Número de consumidores, cuyas familias pasaron por nuestro programa, que inician tratamiento.

Se podrán utilizar distintos indicadores que se aplicarán a los miembros de la familia y nos facilitarán información relativa a
su calidad de vida, nivel de estrés y nivel de carga así como el estado de salud física y psicológica de cada uno de sus miembros.
El responsable de llevarla a cabo será el psicólogo de servicios sociales comunitarios.

32
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Tabla 1.Variables e indicadores posibles a utilizar para evaluación general o de la eficacia de la guía de evaluación general – Anexo 3-

OBJETIVO VARIABLES INDICADOR


Calidad de Vida Cuestionario de CV Familiar (Palomar, 1999) Ficha 1 -anexo 3-
Conocer el estado
actual de la familia Carga familiar ECF adaptada (Reinares y col., 2004) Ficha 2 -anexo 3-

Estrés familiar FAP (Olson y cols., 1996) Ficha 6 -anexo 3-

Ansiedad STAI (Spielberger 1990) Ficha 3 -anexo 3-


Conocer el estado actual de
cada uno de los miembros de Depresión BDI (Beck, 1961 Ficha 4 -anexo 3-
la familia
Calidad de vida personal WHOQOL-100 (Ad Carrasco, 1998) Ficha 5 -anexo 3-

6.3. EVALUACIÓN ESPECÍFICA

Esta valoración establecerá las necesidades de cada una de las familias y/o sus miembros, siendo los resultados los que
determinarán la adscripción a los distintos módulos que componen el itinerario que sigue la guía. Se trata, pues, de una evaluación
destinada a diseñar las actuaciones a realizar con cada familia, a nivel individual y/o grupal. En concreto se explorarán los puntos
que se detallan a continuación.

A) Conocimiento de los familiares sobre la problemática de las drogas.

El objetivo será conocer, por una parte, el grado de conocimiento que tienen los familiares sobre el consumo de drogas,
referido tanto a nivel general como al consumo de su familiar en particular; por otra parte, también se buscará saber de qué in-
formación disponen respecto a este tipo de trastornos así como de los recursos existentes para su tratamiento. Para ello, tras
la primera entrevista se pasará a la familia un autoinforme (de carácter autoaplicado) que revelará esta información, siendo el
psicólogo de servicios sociales comunitarios el responsable de instruir a la familia para su cumplimentación. Los contenidos a
recoger versarán sobre:

- Información sobre drogas (conceptos básicos).


- Información sobre trastornos adictivos, fases, efectos y consecuencias.
- Información sobre el manejo del consumo y/o del trastorno en casa.
- Información sobre recursos de tratamiento.

33
GUIAS DE INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA EN SERVICIOS SOCIALES COMUNITARIOS

B) Funcionamiento familiar.

En este apartado se trata de averiguar qué áreas o variables del funcionamiento familiar están presentando alguna disfun-
ción, y son, por tanto, susceptibles de mejora. Esta información se recabará a través de una entrevista conductual y/o el uso de los
autoinformes que se detallan en la tabla 2, administrándose de manera general a todos los miembros de la familia. Nuevamente
será el psicólogo de servicios sociales comunitarios (experto en evaluación y uso de entrevista conductual así como de aplicación
de cuestionarios) el responsable de llevarla a cabo, y los contenidos a extraer serán:

- Estructura familiar (grado de cohesión y alienación).


- Consecuencias familiares del consumo de drogas.
- Habilidades de comunicación familiar.
- Habilidades de solución de problemas en la familia.
- Situaciones estresantes en la familia (pasadas, presentes y futuras).
- Situaciones problemáticas o de conflicto en la vida cotidiana familiar.
- Recursos familiares y/o competencia familiar para los distintos aspectos del funcionamiento familiar.
- Estilo educativo.
- Estilo atribucional de cada uno de los miembros respecto al problema de consumo.
- Actitud de los familiares ante la persona consumidora y/o con trastorno adictivo.

C) Características individuales de los miembros de la familia.

Finalmente se procederá a realizar una evaluación específica individual de los miembros de la familia, en donde se valorarán
las características personales del familiar/es y las formas de relación (con el consumidor) que pueden estar influyendo en el man-
tenimiento de la conducta de consumo o en la calidad de vida del familiar/es. En este apartado focalizaremos la atención sobre los
más directamente relacionados con la persona que consume (respecto a cuidados, a participación en el proceso, a implicación en
tratamientos anteriores, etc.).

Nos valdremos para ello de los instrumentos (utilizándose uno o varios a criterio del responsable de su aplicación) que se
detallan en la tabla que sigue y será el psicólogo de servicios sociales comunitarios el encargado de su aplicación. Los contenidos
a evaluar serán:

- Habilidades de afrontamiento de la persona.


- Capacidad para fijar límites en su relación con personas significativas.
- Capacidad para el manejo de sentimientos.
- Autoestima, asertividad y autocontrol.
- Necesidad de control del comportamiento de personas significativas.
- Tipo de relación con la persona que presenta problemas de consumo.

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TABLA 2. Variables e Indicadores de evaluación específica -Anexo 4-

OBJETIVO VARIABLES INDICADOR

Conocer información que tienen los Información básica sobre Cuestionario de evaluación diseñado para
familiares sobre drogas drogas y sus efectos esta guía. Ficha 1 -anexo 4-

Conocer información que tienen familiares Información sobre recursos Cuestionario de evaluación diseñado para
sobre recursos preventivos y asistenciales esta guía. Ficha 2 -anexo 4-

Conocer información que tienen los Información sobre trastorno Cuestionario de evaluación diseñado para
familiares sobre el trastorno adictivo del adictivo familiar esta guía. Ficha 3 -anexo 4-
familiar.

Conocer áreas del funcionamiento cotidiano Comunicación familiar FES (Moos, Moos y Trickett, 1989). Ficha 4
alteradas Solución de problemas -anexo 4-
Estructura familiar
Conocer actitudes familiares hacia la Actitud hacia el consumidor ED-5 (Torrecilla, Muela y Godoy, 2008).
persona consumidora Ficha 5 -anexo 4-

CODAT (Adaptación, Pérez y delgado, 2003)


Conocer características personales de Codependencia Hughes-Hammer, 1998). Ficha 6 -anexo 4-
miembros de familia Autoestima
Asertividad Cuestionarios de asertividad autoestima.
Autocontrol Ficha y 8 -anexo 4-

Cuestionario de estilo educativo. Ficha 9


Conocer el estilo educativo de la familia Estilo educativo
-anexo 4-
35
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36
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7. INTERVENCIÓN

PROTOCOLO O PROCEDIMIENTO DE INTERVENCIÓN


Criterios de inclusión y exclusión al programa (Kauffman, 1985)

Criterios de inclusión

Familiares que presentan malestar manifiesto por la presencia en casa de algún miembro con problemas de consumo
(o posible consumo) de drogas, caracterizado por la presencia de algunos de los siguientes síntomas:
- Sobrecarga emocional, física o económica.
- Alteraciones emocionales, físicas y/o sociales, síntomas ansioso-depresivos, labilidad emocional, somatizaciones, etc.
- Dificultades derivadas de la falta de estrategias de afrontamiento adecuadas.
- Dificultades de adaptación para hacer frente a las demandas derivadas de la situación de consumo.

Criterios de exclusión

- Familias disfuncionales.
- Familias desligadas.
- Familias sin contacto con el paciente.
- Otros criterios (Washton, 1995):
· Hermanos o hijos jóvenes.
· Padres ancianos y/o enfermos.
· Miembros con actitud destructiva hacia el consumidor.

7.1. ACCESO AL RECURSO

Esta guía propone como escenario de actuación el centro de servicios sociales comunitarios, y dentro de este será la
figura del psicólogo desde donde se inicie y coordinen las distintas actuaciones que se efectúen. La forma de acceder a ella será
desde:

- Los Servicios Sociales Comunitarios (Trabajador Social).


- Los servicios responsables del desarrollo de programas asistenciales de drogodependencias, Centro Comarcal
Drogodependencias, (Psicólogo).
- Las entidades responsables de actuaciones de prevención en el ámbito de las Drogodependencias (Tutores, Técnicos
del programa “Ciudad ante las Drogas, I.E.S. municipales,...).
- Otros (Servicios de Salud, entidades conocedoras del programa en el municipio, etc.).
37
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7.2. EVALUACIÓN.

Compuesta por las tres vertientes mencionadas, el responsable técnico de esta fase de la guía será el psicólogo de los
servicios sociales comunitarios.

7.2.1. Evaluación inicial o análisis de la demanda.


Con la llegada de la familia se llevará a cabo la valoración inicial de la demanda, de manera que se pueda estimar si las
actuaciones dispuestas en este documento darían respuesta o no a la misma (ver protocolo).

7.2.2. Evaluación general o evaluación de la eficacia de la guía.


Una vez realizada la valoración inicial y etiquetada la familia como susceptible de inclusión en el programa, se llevará a cabo
el proceso de evaluación general a dos niveles:
- Individual: Midiendo la percepción del bienestar físico y psicológico de los familiares (WHOQOL-100, de Sánchez-Sosa
y Gónzalez Solís, 2004).
- Familiar: Valorando el nivel de carga, estrés y calidad de vida de la familia (ECF adaptada de Reinares y col. 2004 y
FAP de Olson y col. 1996).

7.2.3. Evaluación específica.


Evaluación ocupada en la adscripción a cada uno de los módulos de intervención según sean las necesidades que emerjan.
- Evaluación del conocimiento sobre drogas, trastorno adictivo y recursos de tratamiento.
- Evaluación del funcionamiento familiar.
- Evaluación individual de variables importantes respecto a la relación con el consumidor

7.3. DERIVACIÓN A OTROS RECURSOS O PROGRAMAS (Ficha de Derivación -Anexo 5-)

Como ha sido dicho, las familias podrán ser derivadas a otros servicios que desarrollen acciones no descritas en esta
guía, como sería el caso de acciones terapéuticas a nivel individual y/o familiar a cargo de servicios especializados (centros de
tratamiento ambulatorio de drogodependencias, centros de salud mental, equipos de tratamiento familiar, etc.).

Serán incluidas en este apartado aquellas familias no susceptibles de ser inscritas en el programa y cuyas necesidades
aconsejen la derivación a otro servicio y/o recurso más apropiado. Por lo tanto, esta guía también conlleva de forma implícita la
detección y análisis de otras necesidades.
- A nivel familiar. Familias que, aún con malestar manifiesto por la presencia de un problema de consumo en alguno de
sus miembros, no se ajusten al perfil de población necesario por tener alto grado de disfuncionalidad, existencia
progenitores mayores y/o ancianos.
- A nivel individual. Familiares que tras la evaluación muestren presencia de psicopatología y deban derivarse a
servicios especializados de salud mental.
El responsable técnico de este apartado será el psicólogo de los servicios sociales comunitarios.
38
GUIAS DE INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA EN SERVICIOS SOCIALES COMUNITARIOS

7.4. ADSCRIPCIÓN A LOS MÓDULOS

El proceso de intervención se desarrolla a través de los mencionados módulos, distribuidos en dos bloques distintos según
el tipo de acciones que implican cada uno.

- Bloque I. Incluye las intervenciones dirigidas a cubrir las necesidades de formación/información familiar (Módulo 1
”Información básica sobre drogas y recursos”, y Módulo 2 “Psicoeducativo y de asesoramiento en trastornos adictivos y
su manejo”).
- Bloque II. Incluye las intervenciones dirigidas a cubrir necesidades de orientación o psicoeducativas, bien a nivel
familiar, bien a nivel individual (Módulo 3 “Intervención y asesoramiento para la mejora del funcionamiento familiar”,
Módulo 4 “ Intervención y asesoramiento individualizado para el desarrollo personal” y Módulo 5 “Asesoramiento a
familias de jóvenes consumidores).

La inclusión de las familias en los distintos módulos de intervención vendrá determinada por los resultados de la fase de

.
evaluación. El responsable de dicha tarea será el psicólogo de servicios sociales y lo hará en función de los siguientes perfiles:

MODULO 1. Información básica sobre drogas y recursos.


Familiares con necesidades de información sobre cuestiones relacionadas con las drogas, sus efectos y consecuencias.
También se incluyen aquí familias con déficit de información respecto a recursos asistenciales y preventivos en

.
drogodependencias.

MODULO 2. Psicoeducativo y de asesoramiento en trastornos adictivos y su manejo.


Familiares que desconocen información relevante sobre los trastornos adictivos, sus características, efectos a largo
plazo en los distintos entornos del adicto y fases de cambio de la conducta adictiva así como la actitud familiar más

.
adecuada para el manejo en cada una de ellas.

MODULO 3. Intervención y asesoramiento para mejora del funcionamiento familiar.


Familias que presentan alteraciones en el funcionamiento familiar y/o en la comunicación familiar (alta emoción

.
expresada), derivada o no de la presencia de un familiar con problemas de consumo.

MODULO 4. Intervención y asesoramiento individualizado para el desarrollo personal.


Familias en las que existe algún miembro que presenta una relación de codependencia con la persona consumidora
u otras variables personales que puedan influir en el mantenimiento de dicha conducta así como perjudicar su

.
bienestar físico y/o psicológico

MODULO 5. Asesoramiento a familias de jóvenes consumidores.


Familias de jóvenes consumidores o consumidores experimentales (estas familias sólo se adscribirán
a este módulo; no pasarán por el Módulo 2 “Psicoeducativo y de asesoramiento en trastornos adictivos y
39 su manejo” ni por el Módulo 3 “Intervención y asesoramiento para la mejora del funcionamiento familiar”).
GUIAS DE INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA EN SERVICIOS SOCIALES COMUNITARIOS

7.5. IMPLEMENTACIÓN DE LOS MÓDULOS

La familia podrá incluirse en todos o alguno de los módulos en función de las necesidades detectadas. Se tratará, pues,
de determinar qué módulos son necesarios y el orden de implementación (en el caso de ser más de uno). La entidad, servicio y/o
responsable de la puesta en marcha de cada uno de ellos así como el lugar donde se realicen variará como sigue:
- Módulo 1. “Información básica sobre drogas y recursos”. Técnicos responsables del programa asistencial en materia
de drogodependencias del municipio (equipo técnico de Centro Comarcal de Drogas, médico o psicólogo), formados para
el desarrollo de las actuaciones previstas en esta guía.
- Módulo 2. “Psicoeducativo y de asesoramiento en trastornos adictivos y su manejo”. Se llevará a cabo por los
Servicios Sociales Comunitarios y será implementado por técnicos responsables del programa asistencial en materia
de drogodependencias del municipio (equipo técnico del Centro Comarcal de Drogas). Tales técnicos serán formados
para el desarrollo de las actuaciones previstas en esta guía.
- Módulo 3 “Intervención y asesoramiento para mejora del funcionamiento familiar” Gestionados por los
Servicios Sociales Comunitarios, siendo el responsable de su implementación el psicólogo.
- Módulo 4 “Intervención y asesoramiento individualizado para el desarrollo personal”. Igualmente gestionados por los
Servicios Sociales Comunitarios, siendo el responsable de su implementación el psicólogo.
- Módulo 5. También se llevará a cabo desde los Servicios Sociales Comunitarios aunque teniendo como responsables
al equipo psicoeducativo (Educador y Psicólogo).

7.6. COORDINACIÓN (Ficha de coordinación -Anexo 6-).

La coordinación con otras entidades, programas y/o recursos del municipio se realizará en aquellos casos en los que se
detecte:
- Que la familia pueda beneficiarse de acciones que complementen las desarrolladas en esta guía de intervención,
y no estén descritas en la misma. En este caso, la coordinación podrá solicitarse y llevarse a cabo en cualquier
momento del proceso.
- Que la familia pueda beneficiarse de acciones incluidas en esta guía pero cuyas entidades y/o programas responsables
de llevarlas a cabo no sean los Servicios Sociales Comunitarios (es el caso de las familias con necesidades de
formación/información en materia de drogodependencias y trastornos adictivos, que son adscritas por tanto al
Módulo 1 “Información básica sobre drogas y recursos” y Módulo 2. “Psicoeducativo y de asesoramiento en trastornos
adictivos y su manejo”). Para ello nos valdremos de una ficha de coordinación en la que el psicólogo comunicará las
necesidades informativas y/o formativas a la entidad/programa y/o técnico competente que deba hacerse cargo.

40
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8. DESCRIPCIÓN DE LOS MÓDULOS

Los cinco módulos que componen la guía se desarrollarán a través de distintas sesiones, con actividades y técnicas es-
pecíficas en cada una de ellas, siendo de aplicación familiar y/o individual. A continuación se desglosan los módulos, justificando
la razón de su inclusión en la guía, los objetivos propuestos, el número de sesiones así como las actividades y técnicas que in-
cluye.

. MÓDULO 1. INFORMACIÓN BASICA SOBRE DROGAS Y RECURSOS

1.1. Justificación
La información sobre drogas es un componente esencial en cualquier programa de prevención universal (Becoña, 2002). Si
bien esta guía de intervención no se puede clasificar propiamente como preventiva, es cierto que aportar información básica sobre
drogas es un elemento que puede disminuir el malestar familiar, dado que en ocasiones éste es producto del desconocimiento de
nociones elementales del ámbito de la drogadicción. Expresiones del tipo “mi hijo es un drogadicto, le he encontrado un porro en
su bolsillo”, “mi hijo no se droga, solo bebe alcohol” y otras, denotan un gran desconocimiento respecto a conceptos primordiales
como droga, dependencia, tolerancia, etc., que una vez conocidas pueden disminuir la angustia que lleva a los familiares a solici-
tar ayuda. Aparte de esto, disponer de dicha información contribuirá a que los familiares entiendan determinadas reacciones del
consumidor (los efectos provocados en el organismo por el alcohol, cocaína, cannabis, etc., cómo son la irritabilidad, verborrea,
hipervigilancia, somnolencia, etc.), dándoles así la oportunidad de poder actuar conforme a ello.
En definitiva, teniendo en cuenta que nuestra guía pretende dar respuesta al malestar familiar generado a consecuencia
del consumo de sustancias, se convierte en indispensable incluir un modulo que recoja información necesaria y suficiente sobre
drogas y recursos relacionados, así como la manera más eficaz de transmitirla a los familiares.

1.2. Objetivos
- Distinguir e identificar conceptos básicos sobre las drogas, legales e ilegales.
- Conocer los distintos recursos tanto de prevención como asistenciales relacionados con el ámbito de las
drogodependencias.

1.3. Procedimiento
El contenido de las sesiones se desarrollará a nivel individual familiar, dejándonos guiar por las necesidades previamente
evaluadas respecto al tipo de droga y recursos concretos. Este módulo será desarrollado por técnicos del centro comarcal de dro-
godependencias por lo que la metodología de aplicación será potestad suya, recomendándose el uso de técnicas activo-participas
a fin de que el usuario interiorice mejor lo trabajado en las sesiones (videos, discusión de casos,...).

Una vez detectadas las necesidades en el cuestionario de evaluación inicial, las sesiones se referirán a las drogas, a nivel
genérico o específico, según interese. A continuación se presenta un guión básico de los contenidos a trabajar en las sesiones,
facilitándose dentro del anexo 7 (Fichas 1.1, 1.2, 1.3 y 1.4) material para el desarrollo del módulo, quedando siempre al arbitrio del
responsable la elección del material más apropiado que responda a los objetivos y contenidos especificados.
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- Conceptos básicos sobre drogas:


· Qué es una droga.
· Tipos de drogas.
· Tolerancia.
· Dependencia
· Uso, abuso, tolerancia y dependencia.
· Intoxicación aguda.
· Síndrome de abstinencia.
- Efectos y consecuencias a corto y largo plazo del consumo de distintas sustancias.
- Indicadores del consumo de cada una de las sustancias.
· Indicadores del uso de sustancias.
· Indicadores del abuso de sustancias.
- Recomendaciones generales para la actuación familiar en prevención de drogodependencias (en cada caso según
evaluación previa).
- Recursos locales y provinciales en materia de prevención y asistencia en drogas.

1.4. Temporalización y ubicación


El módulo estará integrado por un mínimo de 3 sesiones y un máximo de 6. Se responsabilizará de su aplicación a la Uni-
dad de Drogas y Adicciones del programa asistencial en materia de drogodependencias, consensuando con sus técnicos el lugar
donde se desarrollarán las sesiones.

1.5. Recursos
- Recursos Materiales (ver anexo 7)
· Mapa de recursos asistenciales a nivel provincial y/o local
· Programa de prevención de las drogodependencias y adicciones en el ámbito de las familias (Consejería para
la Igualdad y Bienestar Social de la Junta de Andalucía, 2008).
· Programa de prevención del consumo de drogas en el ámbito familiar (Fundación de Ayuda contra la Drogadicción, 1996).
· Páginas Web relacionadas con la prevención del consumo de drogas.
- Recursos Humanos
· Técnicos competentes del ámbito asistencial en drogodependencias del municipio (Técnicos del Centro comarcal
de drogodependencias)

1.6. Evaluación.
Este módulo se evaluará a través de una medida pre–post haciendo uso de un cuestionario (de diseño específico para esta
guía) que aplicará el psicólogo de servicios sociales comunitarios, antes y después del desarrollo del modulo. Además se hará
uso de otros indicadores como:
- Número de casos familiares que se han incluido en el módulo.
- Número de casos que han recibido todas las sesiones del módulo.
.
- Número de abandonos, o familias que tras ser evaluadas y adscritas al módulo dejan de participar en él. MODULO 2.
42
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PSICOEDUCATIVO Y DE ASESORAMIENTO EN TRASTORNOS ADICTIVOS Y SU MANEJO

2.1. Justificación
Como se expuso en la justificación teórica, el conocimiento del trastorno y las etapas por las que pasa puede ayudar a la
familia a identificar señales que le permitan tener más control sobre el problema adictivo, disminuyendo con ello la carga y el estrés
familiar.

2.2. Objetivos
- Dotar a la familia de instrumentos que le permitan tomar decisiones respecto a qué medidas adoptar con su familiar
- Reducir el estrés familiar derivado del desconocimiento de la problemática.
- Conocer la naturaleza del trastorno adictivo: síntomas, causas y efectos (a corto y a largo plazo).
- Aprender a distinguir las distintas fases por las que va pasando el adicto así como las señales asociadas a cada
una de ellas.
- Promover estrategias de afrontamiento familiar adecuadas en cada etapa del trastorno adictivo de su familiar.

2.3. Procedimiento
El módulo se llevará a cabo a lo largo de varias sesiones (un mínimo de 3) aplicadas a nivel individual familiar. Incluirá ac-
tuaciones tanto informativas como de asesoramiento, utilizando técnicas expositivas y cognitivo-conductuales bajo el formato de
counseling. Para el desarrollo de las sesiones se facilita un contenido orientativo (Anexo 8. Ficha 2.1.). El psicólogo experto en dro-
godependencias y responsable de su impartición podrá optar por el material que se adapte mejor a las necesidades planteadas.

El desarrollo de las sesiones seguirá el itinerario de actividades que se señala a continuación:

Proporcionar información general sobre el trastorno adictivo de su familiar


Una vez conocido el trastorno adictivo del consumidor proveeremos a la familia de todo tipo de información sobre dicho
trastorno. Mediante técnicas expositivas explicaremos:
- ¿Qué es un trastorno adictivo?: cuales son los síntomas físicos, psíquicos y sociales a corto y a largo plazo.
Para ello el asesor tendrá en cuenta el caso concreto sobre el que se orienta atendiendo a la historia del problema y
detallando en mayor o menor medida la información según el caso.
- ¿Cuáles son las causas del trastorno adictivo?. Para explicar al familiar por qué se produce nos centraremos en
el modelo biopsicosocial de génesis en el consumo de drogas (ver ficha 2.2 en anexo 8) evitando el uso de un
lenguaje técnico y adaptándonos al nivel cultural del interlocutor. En muchas ocasiones los familiares tienen la creencia
de que es un vicio, en otras ven al adicto como un enfermo, a veces se sienten responsables, etc. De esta forma,
haciendo que entienda cuales son las causas que están a la base del trastorno podremos facilitar al familiar a la
modificación de creencias erróneas.
- Consecuencias de este trastorno. Haremos mención no solo a los efectos a corto plazo que supone el problema
del consumo sino también los que tiene a largo plazo, centrándonos particularmente en las consecuencias del trastorno
en el ámbito familiar. Ayudaremos así a que el familiar le ponga nombre, sea capaz de etiquetar la situación que está viviendo.
43 - Características de las conductas adictiva. En este apartado nos detendremos explicándole la naturaleza de cambio
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del trastorno, informando de que se trata de un modelo cíclico, no lineal, y de sus implicaciones (muchos individuos
pueden pasar varias veces por el estadio de acción y recaída hasta lograr una abstinencia a largo plazo). De esta
forma pueden empezar a dar sentido a comportamientos de su familiar que no entendían (recaídas varias, que no
tomen conciencia del problema mientras ellos sí la tienen, etc.). Por último, se les explicará las fases de cambio y cómo
se comporta el adicto en cada una de ellas (ver estado de cambio en el punto 3.1 de esta guía.

Para concluir, ofreceremos información respecto a cuales son las actitudes y comportamientos más adecuados de la familia
en cada una de las etapas para ayudar al adicto en su proceso de cambio.

Asesoramiento sobre problemas actuales y futuros y posibles estrategias de afrontamiento.


A través de estrategias cognitivo conductuales (esquema general de la técnica de solución de problemas, ejercicios de
visualización,...) se realizará un asesoramiento concreto sobre el caso del familiar, de manera que asesor y familiar vayan especi-
ficando y aplicando la información anteriormente expuesta para su caso:
- A través de preguntas dirigidas se le ayuda a que reconozca síntomas (irritabilidad,...), consecuencias del consumo
(déficit en autocuidados, abandono, dudas,...), fase en la que se encuentra el adicto, causas de determinados
comportamientos, etc.
- Se realizará un ejercicio muy concreto en el que el familiar tome conciencia de la evolución del comportamiento
de su familiar y como consecuencia de ello el cambio en su propio comportamiento, en el funcionamiento familiar,...
- Asesor y familiar analizarán también cuáles son los problemas actuales que presenta el adicto y cuáles pueden
ser los problemas futuros (según la información dada en el apartado anterior) para generar posibles alternativas de
solución, tanto para los problemas actuales como para los problemas futuros.

Por ejemplo: una persona cuyo familiar se encuentre en la fase de contemplación, (sabe que tiene un problema, pero aún
no ha decidido hacer nada para solucionarlo) presenta como problema actual un excesivo gasto de dinero. Una posible solución
a ese problema sería no dar más dinero. Un ejemplo de problema futuro de este mismo caso podría ser anticipar las posibles deu-
das que contraerá, y una posible solución sería que él mismo se responsabilizara de pagarlas. Con ambas soluciones podremos
ayudar al adicto a que vea las consecuencias negativas de su consumo (y por tanto ayudarlo en su proceso de cambio, de manera
que así pase al estadio de acción).
Finalmente se darán algunas pautas orientativas sobre medidas a adoptar según la cuestión que nos sea planteada (pautas
de convivencia, ayudarle a tomar conciencia, etc.).

4. Temporalización y ubicación
Cada sesión tendrá una duración de 1 a 1 ½ horas y serán impartidas en el Centro de Servicios Sociales Comunitarios.

5. Recursos
- Recursos Materiales
· Anexo 8. El trastorno adictivo y su manejo en la familia (material elaborado para esta guía) Se podrá utilizar
cualquier otro material que el técnico estime, siempre que se respete el guión y objetivos anteriormente citados.
- Recursos Humanos
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· El técnico responsable de su implantación será el psicólogo del servicio asistencial de drogodependencias del
municipio (psicólogo del centro comarcal de drogodependencias).

6. Evaluación
La evaluación de este módulo se podrá revisar con:
- Una medida pre-post sobre el grado de conocimiento del trastorno por parte de los familiares, a través de un
cuestionario diseñado a tal efecto.
- Cuestionario especifico para valorar el grado de satisfacción de los familiares respecto al módulo.
- Escala de carga familiar, adapatada de Reinades y Vieta (2004).
- WHOQOL-100 sobre calidad de vida (Sánchez-Sosa y Gónzalez Solís (2004).

MODULO 3. INTERVENCIÓN Y ASESORAMIENTO PARA LA MEJORA DEL FUNCIONAMIENTO FAMILIAR

3.1. Justificación
Como se demostró y explicó en la justificación teórica, la intervención con el objeto de mejorar determinadas variables de
funcionamiento e interacción familiar podría tener efecto no solo respecto a la calidad de vida de los miembros de la familia, sino
también en el proceso de cambio del adicto, lo que justifica la actuación sobre tales variables.

3.2. Objetivos
- Motivar a la familia para la toma de conciencia de su papel en el proceso de cambio de su familiar.
- Reconocer la importancia de sus actuaciones como agentes de cambio para lograr su bienestar físico-psicológico.
- Identificar situaciones de estrés familiar derivadas o no de la situación de consumo del familiar.
- Promover formas adaptativas de hacer frente a situaciones estresantes familiares.
- Aprender estrategias de solución de conflictos familiares: comunicación y resolución de problemas.
- Aprender a establecer pautas para el control del comportamiento del consumidor y su relación con él de cara a la convivencia.

3.3. Procedimiento
El módulo se desarrollará a nivel familiar- individual a lo largo de un mínimo de 13 sesiones y un máximo de 16. En la re-
alización de las actividades que componen las sesiones se aplicará metodología cognitivo-conductual y técnicas derivadas de la
entrevista motivacional. Se considera importante mantener el orden de aplicación de las sesiones tal y como aparecen descritas
dado que en algunas de ellas se movilizarán habilidades previamente trabajadas.

A continuación describiremos las sesiones a impartir estructurándolas en función de la temática que aborden:

3.3.1. Motivación y familia (1 sesión).

La familia puede mostrársenos muy desmotivada cuando llegue a solicitar ayuda. El problema de su familiar ha deteriorado
no solo sus relaciones interpersonales sino también sus expectativas respecto a la solución del mismo (por ejemplo, a consecuen-
45 cia de fracasos repetidos en programas previos). En la mayoría de las familias se entiende que es el consumidor el que tiene un
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problema y por tanto la responsabilidad de resolverlo; es él quien está causando todos los problemas familiares a causa de su
consumo. Ante esta situación buscan ayuda profesional con la expectativa de que sea el familiar consumidor quien se ponga en
tratamiento.
La labor inicial que debe realizarse en este módulo es concienciar a la familia de la importancia de su actitud ante el con-
sumo de su familiar como elemento esencial para contribuir a su solución.

a) Objetivos.
- Incrementar la motivación de la familia para un cambio de actitud que beneficie el proceso de cambio del consumidor.

b) Metodología.
A lo largo de una sesión de una hora de duración se utilizarán distintas técnicas y procedimientos de intervención motiva-
cional breve (entrevista motivacional, balance decisional, ejercicios de visualización, etc.) dirigidos a incidir sobre la variable mo-
tivación familiar, entendida esta como la disponibilidad familiar para dejarse asesorar y con ello llevar a cabo un cambio de actitud
que suponga un beneficio en la solución del problema de consumo.

c) Contenido.
Como prerrequisito necesario para el desarrollo de la sesión tendremos en cuenta:
- Cuidar la creación de un adecuado vínculo con la familia. Es necesario cuidar las habilidades terapéuticas y desarrollar
la sesión en un clima adecuado de aceptación.
- Asesorar según la actitud del familiar. Conocer la actitud del familiar nos puede orientar sobre el tipo de intervención
que debemos hacer en esta sesión. La familia que ha pasado por este problema puede tener distintas formas de vivirla
y sentirla por lo que es importante que se respete y normalice el sentimiento de cada familiar y adaptar la estrategia en
función de dicha actitud. Así pues, podemos encontrarnos con familiares reacios, rebeldes, resignados, etc. En algunos
casos nuestra tarea será la de proporcionar feedback objetivo de la problemática, en otras usaremos la paradoja,
en otras ayudarles a recuperar la esperanza de solución analizando barreras que impiden hacerlo y que están dentro
de su control, etc.

Dentro de las estrategias para motivar al familiar a un cambio de actitud (Adaptado de Graña, 1994), un procedimiento para
implicarse en el programa de asesoramiento puede ser a través de “la entrevista motivacional” (Miller y Rollnick, 1991): implica
escuchar, reconocer y aceptar un amplio rango de preocupaciones, opiniones, preferencias, creencias, emociones, estilo de vida y
motivaciones verbalizadas por el propio familiar. A través de ella se intenta ayudar al familiar a resolver la ambivalencia y conflicto
de “sé que necesita ayuda pero yo no puedo/no quiero dársela”, “es su problema y está en sus manos”, “no quiere ponerse en
tratamiento”,...

Los principios para aplicar la entrevista motivacional (Miller y Rollnick, 1991) son:
- Expresar empatía.
- Poner de manifiesto la discrepancia del familiar entre la conducta actual y los objetivos que quiere conseguir.
- Evitar discusiones y enfrentamientos.
- Manejar la resistencia, ayudando al familiar a generar alternativas de cambio que se ajusten a su realidad.
46
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- Apoyar la percepción de autoeficacia del familiar


- Otras orientaciones son: plantear preguntas abiertas, escuchar de forma reflexiva, hacer autoafirmaciones,
hacer resúmenes a lo largo de las sesiones y al final de las mismas, elicitar afirmaciones de automotivación.

Se puede instar al familiar a distinguir todos los aspectos positivos que supondría para él el implicarse en un programa de
asesoramiento para el manejo del problema y todos los aspectos negativos; ambos se analizarán con el asesor a través de la
técnica de balance decisional. Posteriormente se pondrán ejemplos de los problemas presentados por el familiar consumidor en
la convivencia y se preguntará por la forma habitual de afrontar el problema en la familia. Tras la respuesta, el asesor ayudará al
familiar a generar otras posibles alternativas y las ventajas de cada una de ellas. Por último, asesor y familiar analizarán cuales
son las limitaciones para adoptar esas otras formas de afrontamiento: falta de conocimiento, comodidad, necesidad de no sentirse
culpables…. Es importante solicitar información sobre qué han hecho ellos para solucionar el problema (en la mayoría de las oca-
siones nos encontraremos con una sensación de indefensión en el familiar, pues consideran que lo han hecho “todo para que el
familiar consumidor se cure”), pero también dar feedback objetivo sobre la importancia de las acciones según la fase del proceso
de su familiar (cualquier cambio puede suponer un dato importante, etc.).

Otra estrategia a utilizar podrá ser la visualización: solicitar al familiar que visualice como era el funcionamiento familiar an-
tes de que apareciera el problema de consumo, detallando cuál era su comportamiento, sus emociones y su nivel de satisfacción,
y a continuación realizar el mismo ejercicio pero pidiéndole que visualice su funcionamiento familiar futuro, como le gustaría que
fuese. El asesor a través de preguntas dirigidas (¿Cómo te gustaría que fuera tu casa? ¿Qué hace cada uno de tus hijos? ¿Y tú,
cómo te sientes?,...) estimulará que respondan a la cuestión de qué pueden hacer ellos para lograr esa situación ideal.

3.3.2. Asesoramiento para la práctica de relajación y respiración diafragmática (1 sesión).


Emociones negativas como ansiedad, irritabilidad, nerviosismo, etc., están muy presentes en la familia y sus miembros
cuando existen situaciones estresantes crónicas. Dotar a los familiares de una herramienta como la relajación podría suponer una
forma alternativa y adaptativa de hacer frente a tales emociones generadoras de estrés.

a) Objetivos:
- Predisponer a la familia gracias a un buen estado emocional.
- Sentar las bases para poner en práctica habilidades que se aprenderán en sesiones posteriores.

b) Contenidos:
Se expondrá una parte teórica referida a la respuesta de ansiedad ante situaciones estresantes y cómo la relajación y/o
respiración puede ser una respuesta incompatible a esa situación. Se explicará al familiar que puede utilizarla cuando se encuentre
estresado o nervioso, haciendo especial hincapié en la importancia de ser persistente a la hora de practicar en casa para obtener
en el momento de su ejecución una respuesta eficaz. Posteriormente se aplicará la técnica de respiración diafragmática y la rela-
jación muscular de Jacobson. (Ficha 3.1 y 3.2 –Anexo 9-).

47 - Relajación diafragmática. Es la técnica más sencilla y fácil de usar, se trata de concentrar la atención en la
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espiración haciéndola consciente.


- Relajación muscular de Jacobson. Se basa en la contracción y relajación de manera ordenada y guiada de los
grupos musculares del cuerpo, llegando progresivamente a relajarlos todos ellos. Es prerrequisito necesario aprender
a diferenciar cuando estamos tensos y cuando relajados, a fin de que la persona etiquete la tensión como señal
de ansiedad (se pondrán ejemplos en la sesión).

Algunas recomendaciones a la hora de ponerlas en práctica son: Buscar condiciones ambientales confortables (habitación
tranquila, aislada de ruidos, poca luz, un sillón confortable), sentirse cómodo (ropa cómoda, sin accesorios como gafas, cinturones,
etc.), estar plenamente concentrado en la actividad y sin prisas, buscar un horario al día para realizar esta actividad (se recomienda
a última hora de la tarde), suele ser eficaz tras realizar algún tipo de ejercicio físico.

c) Tareas para casa:


Por ultimo se asignará como tarea para casa el rellenar un autorregistro tras practicar la relajación o respiración diafrag-
mática.

Día Momento del día Observaciones

3.3.3. Entrenamiento en habilidades de comunicación (5 sesiones).


En la convivencia con un trastorno por dependencia los déficits de comunicación entre sus miembros son frecuentes. Se
producen numerosas situaciones problemáticas que van acumulando conflictos en ocasiones encubiertos y difícilmente recono-
cibles, dando lugar a pautas de interacción negativas entre la familia y generando estados de malestar general en la misma. El
entrenamiento en habilidades de comunicación pretende ayudar a los miembros de la familia a identificar estados emocionales
negativos para poder expresarlos de forma adecuada y aportar estrategias apropiadas para mejorar la forma de interacción entre
ellos. Para el desarrollo de estas sesiones se adaptará el material de “Intervención familiar” (Ariza y cols., 1995).

Respecto a la metodología a seguir a lo largo de las cinco sesiones de intervención, decir que se utilizarán técnicas de
instrucción, modelado y role-playing, así como estrategias de reestructuración cognitiva. Todas las sesiones comparten una estruc-
tura común que seguirá los siguientes pasos:
- En primer lugar se llevará a cabo una exposición teórica de los contenidos de la sesión en la que se tratará de
incluir ejemplos reales de la vida cotidiana. El contenido teórico de cada sesión se describe en una ficha incluida en el
anexo 9; cada una de ellas mostrará su número de ficha, el número de sesión a que hace referencia y el contenido indicado.
- Tras ello se llevará a cabo un ejercicio sobre un caso práctico y haciendo uso de técnicas como ensayo de conducta,
modelado y reestructuración cognitiva, el familiar aprenderá a identificar en su comportamiento los conceptos que
48
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se trabajen en cada una de las sesiones, promoviendo la creación de comportamientos adecuados a partir de tales
sesiones practicas.
-Por último se asignarán tareas para casa, a entregar en la siguiente cita. Con esta se pretende que el individuo
reflexione en primera persona y con tranquilidad sobre alguno de los puntos que se considere más relevantes,
incita a ir empezando a hacer algo y su cumplimentación nos indica (si bien de forma escueta) el grado de implicación
del familiar en la solución de la demanda que nos hizo.

A continuación se desarrolla de forma más concreta el guión de las sesiones pertenecientes a este apartado, el contenido
de cada una de ellas así como el material y referencias necesarios para un más eficiente desarrollo.

Sesión 1. “La Comunicación como interacción”

a) Objetivos.
- Conocer los elementos componentes de la comunicación y los distintos tipos de mensajes que emitimos.
- Conocer y reflexionar sobre los errores propios a la hora de comunicarme en mi familia.
- Conocer las condiciones y aptitudes óptimas para desarrollar una buena comunicación familiar.

b) Contenidos.
Ver Ficha 3.3. en anexo 9, “La comunicación: componentes, facilitadotes y barreras”, que incluye la descripción de los com-
ponentes de la comunicación, las dificultades en la comunicación familiar y los facilitadores de una buena comunicación familiar.

Ejercicio.- Caso práctico “El caso de Juan y María”. El hijo de Juan y María llega a casa a las 3 de la
madrugada, y los padres le esperan levantados. A continuación se describe la reacción de Juan y María:
“Mira como vienes”, “eres un inmaduro y un drogadicto”,”nunca vas a cambiar”, “como sigas así la próxima
vez te irás de casa”, “esto no tiene solución”, “estoy harta”, “nos vas a matar a disgustos”,...

c) Tarea para casa.


¿Cuales son los errores que se cometen en mi comunicación familiar? Enumerarlos en función de los conceptos explicados
en la sesión, distinguiendo a ser posible entre los verbales y no verbales (anotándolo en una simple tabla como la adjunta) y de-
batirlos en la siguiente sesión.

Errores verbales Errores no verbales

49 Sesión 2. “Prerrequisitos para una buena comunicación en mi familia”


GUIAS DE INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA EN SERVICIOS SOCIALES COMUNITARIOS

a) Objetivos.
- Desarrollar una actitud de escucha activa y empática que faciliten la comunicación familiar
- Reconocer y modificar las expectativas previas respecto al familiar con el que nos comunicamos.
- Modificar determinadas pensamientos y creencias que pueden estar perjudicando la interacción con mi familiar consumidor.

b) Contenido.
Ver Ficha 3.4. en anexo 9, “Prerrequisitos para una buena comunicación en mi familia”, que contiene información sobre el
entrenamiento en habilidades de comunicación, la escucha activa y empatía, así como estrategias de modificación de atribuciones,
expectativas y creencias irracionales.

Ejercicio.- “Escenificación del caso de Nacho”. Tras numerosos días sin salir, intentando reducir el consumo,
Nacho ha salido esta mañana y cuando llega a casa su madre en lugar de preguntar donde ha estado y como
está comienza a sermonearlo e insultarlo.

c) Tarea para casa.


Poner en práctica lo trabajado en la sesión en una conversación con el familiar consumidor y registrar las consecuencias
que esta tiene y cuales hubieran sido si no se hubieran aplicado señales de escucha activa y empatía (o sea, tal y como era la
comunicación habitual anteriormente).

Sesión 3. “Los estilos de comunicación: el estilo asertivo”

a) Objetivos.
- Conocer los distintos estilos de comunicación.
- Aprender a utilizar un estilo asertivo en la relación con los familiares.

b) Contenido.
Se utilizará como contenido teórico a facilitar a los familiares la Ficha 3.5 del anexo 9, “Estilos de comunicación: el estilo
asertivo”. Se amplía el concepto de asertividad dentro de los estilos de comunicación y se enseña a elaborar mensajes “yo”.

Ejercicio.- Los familiares pondrán ejemplos de su actuación con su familiar adicto, procediendo después a
calificarla (como asertiva / inhibida / agresiva). Se analizarán posteriormente las consecuencias de cada una
de las actuaciones, destacando los inconvenientes y realzando sus ventajas.

c) Tarea para casa.


Repasar situaciones conflictivas con su familiar (al hacerle una crítica, al negarse a algo que le pide, etc.) y que lo registre,
anotando si se trata de un comportamiento inhibido, asertivo o agresivo. Para ello seguirá un esquema como el que se presenta
en la siguiente tabla.
50
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Situación conflictiva ¿Qué hice? Estilo de comportamiento Alternativa al estilo de comportamiento

Sesión 4. “Hacer y recibir críticas”

a) Objetivos.
- Aprender a pedir un cambio de comportamiento de manera constructiva y sin menoscabar la relación con mis familiares.
- Aprender a realizar críticas constructivas en el contexto familiar.
- Aprender a recibir críticas de los propios familiares.

b) Contenido.
Ver la Ficha 3. 6 de anexo 9, “Hacer críticas”. Dentro del entrenamiento en habilidades de comunicación
se enseñará la forma más apropiada de realizar peticiones y hacer críticas.

Ejercicio.- Ensayo de la habilidad en diferentes situaciones de su realidad cotidiana: tener la habitación en


orden, bajar el volumen de la música, llegar puntual a la hora de comer, etc.

c) Tarea para casa.


Se les pide que rellenen un registro donde se refleje distintas situaciones en su vida diaria en las que deban pedir un cambio
de comportamiento y sus consecuencias, las que tiene ahora y las que tenía su anterior forma de comportamiento.

¿Qué pasó
Situación Descripción de mi comportamiento ¿Cómo me sentí? después?

Llegué a casa después de Esta mañana dejaste la ropa tirada por el Bien por haber dicho Me respondió,
trabajar y me encontré la suelo de la habitación. Eso me pone muy lo que quería pero no me
ropa de mi hijo tirada por nerviosa ¿Qué podemos hacer? gritó como
el suelo... siempre.

51 Sesión 5. “Aprender a decir no”


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a) Objetivos.
- Aprender a negarse ante peticiones de su familiar consumidor.

b) Contenido.
Se utilizará la Ficha 3. 7. de anexo 9 “Aprender a decir no”. Incluida en las habilidades de comunicación trabajaremos el
derecho personal a negarte a una petición y en general, a decir no en distintas situaciones.

Ejercicio.- Se propondrán varios ejemplos reales propuestos por el familiar en los que tengan dificultad
en decir que no y se analizarán las respuestas, promoviendo la manera de negarse de la forma más adecuada.

c) Tarea para casa.


Los familiares tendrán como tarea llevar un autorregistro donde reflejen las situaciones en las que han dicho que no a su
familiar cómo lo hicieron, examinando los efectos posteriores.

Situación ¿Qué hice? ¿Qué pasó después?

Ej. Me pide las llaves Digo No. Sigue insistiendo y yo continúo Se enfadó conmigo pero yo me encontré
del coche negándome pero sin enfadarme bien por haber defendido mi postura.
Sé que es lo mejor

3.3.4. Asesoramiento e intervención en pautas de convivencia (4 sesiones).

En cualquier familia existe una organización interna en la que cada uno de los miembros desempeña su papel y cumple unas
normas que son implícitas, por ejemplo, actividades que se realizan en común, tareas que son asumidas por alguien en concreto,
horarios para comidas, para levantarse,… Es decir, en las familias existen límites y reglas a respetar respecto a las conductas de
sus miembros, que son establecidas y se respetan de manera implícita. Tales normas en el caso de ser trasgredidas tienen unas
consecuencias negativas para el agente de la trasgresión. Por ejemplo, si un hermano coge el jersey de otro sin pedir permiso, el
resultado es un enfado por parte del propietario de la prenda y probablemente la madre/padre actuará mediando para que se lo
devuelva o aplicará una contingencia negativa por no haberlo pedido al hermano.
Sin embargo, cuando en la familia existe una persona adicta nos encontramos que no existe esa claridad y consistencia a la
52
GUIAS DE INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA EN SERVICIOS SOCIALES COMUNITARIOS

hora de establecer y cumplir normas. El adicto no suele tener ninguna tarea y además tampoco respeta los límites, con frecuencia
se producen pequeños hurtos familiares, no se implica en tareas de casa, se tolera su irritabilidad y gritos, etc. La situación de
deterioro a la que a veces se llega en estas familias hace que no existan o no se respeten las pautas de convivencia, fundamental-
mente por parte de la persona con problemas de consumo, pues los familiares en ocasiones evitan la confrontación que supondría
el establecimiento y cumplimiento de las mismas. El efecto final es que el adicto es quien determina las normas de convivencia y
se produce una aceptación familiar de dicha situación, de manera que éste consigue su objetivo a base de presiones, chantajes
y engaños.

a) Objetivos
- Conocer la importancia del establecimiento de normas de convivencia.
- Saber aplicar normas de convivencia.
- Aprender a usar herramientas que controlen el comportamiento del familiar en casa.

b) Metodología
Se llevarán a cabo un mínimo de cuatro sesiones de asesoramiento y/o intervención, de 1 hora o 1 ½ de duración. Se pon-
drán casos prácticos de la vida cotidiana del familiar y a partir de ellos se trabajará en las sesiones, haciendo uso de técnicas de
modelado, feedback, ensayo de conducta, autorregistros y asignación de tareas para casa después de cada sesión.

c) Contenido (Adaptado de Graña, 1994)


A lo largo de estas sesiones de asesoramiento se pretende que las familias entiendan la importancia de establecer unas
pautas de convivencia y que son ellos los que tienen el control y poder para establecerlas. Ello les va a permitir ordenar la vida
familiar doméstica y que la persona con problemas de consumo no obtenga como beneficio secundario el no cumplir normas de
convivencia, algo que puede suponer un impacto importante para la toma de conciencia de su problema. Además se les dará infor-

.
mación y procedimientos sobre cómo establecer normas y la manera de ejecutarlas. Para ello realizaremos las siguientes tareas:

Análisis de los beneficios de establecer pautas de convivencia. Se analizará con el familiar cual es la situación actual en
cuanto a las normas de convivencia: cuáles son, quién las cumple y quién no y cuales son las consecuencias de su incumplimiento.
También se pedirá al familiar que haga un ejercicio de reflexión sobre cuales eran las normas familiares y las consecuencias de
su incumplimiento antes de la aparición del problema de consumo en la familia, de manera que con una prueba de realidad sea
consciente del beneficio de dichas pautas. En la sesión se establecerán una serie de principios generales que el familiar debe
entender:
- Los padres tienen la responsabilidad y control para establecer esas pautas, entendiendo que la conducta de consumo
de su familiar es incompatible con la vida familiar. El familiar adicto tiene libertad de elegir el tipo de vida que quiere
llevar; si decide continuar consumiendo, los familiares deben estar dispuestos a la aplicación de las consecuencias
aunque ello implique pequeños cambios comportamentales por su parte.
- La vida familiar implica responsabilidades: comunicarse e interaccionar adecuadamente y participar en tareas domésticas.

53
GUIAS DE INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA EN SERVICIOS SOCIALES COMUNITARIOS

- El establecimiento de pautas y normas se hará de manera firme y evitando la confrontación, estando preparado para
dar una respuesta firme y equilibrada en caso de reacciones desbordadas por parte del adicto (enfado, chantaje u
otras), postergando la situación para otro momento si las respuestas son extremas.
- Los familiares deben ser pacientes y consistentes: los resultados del establecimiento de dichas pautas no son inmediatos.
- Es muy importante saber cómo se establecen dichas normas y que en este apartado aprenderán a hacerlo.
- Imponerse y hacer cumplir las pautas requiere de mucho esfuerzo y energía. Se debe huir de posturas cómodas y
estar preparado para la confrontación con el familiar así como el malestar a corto plazo manteniendo una postura firme

.
ante las dificultades.

Asesoramiento sobre normas. Se ayudará a la familia a establecer normas de convivencia en las distintas áreas de la vida
cotidiana en las que hayan tenido problemas.

- Definición de Normas y pautas para establecerlas. Las normas son una conducta específica y concreta que vamos a
exigir a una persona; habremos de definir junto a ello cómo hacerlo y que consecuencias tendrá el realizar o no esa
conducta.

Se propondrá al familiar poner por escrito normas que le gustaría implantar en casa, según los criterios expuestos. Se pon-
drán algunos ejemplos en las distintas áreas de la vida cotidiana, como las referidas al dinero, sobre responsabilidades domésti-
cas, su funcionamiento personal y/o laboral, o las dirigidas a mejorar la convivencia familiar.

Ejemplo: “Normas de convivencia en nuestra familia” (Graña y García, (1987)

Dado que tú continuas drogándote, amenazándonos, robándonos y sacándonos el dinero que gana tu
padre con gran esfuerzo, y como vemos que esta familia no puede continuar así, hemos decidido que
si quieres seguir conviviendo con nosotros, tendrás que cumplir una serie de normas de convivencia
que son las siguientes:

Pautas para que las normas sean efectivas

• No seleccionar muchas normas


• Deben ser normas que pueda comprobarse si se han cumplido o no
• Deben afectar a todos los miembros de la familia por igual
• Debemos ser modelos coherentes
• Deben formularse en positivo, descritas detallada y claramente
• Hacer partícipes a toda la familia, incluso al propio adicto si puede ser
• Colocar un recordatorio de las normas en un lugar visible
• Aplicar las consecuencias acordadas, intentando evitar sermonear e ignorando las protestas

54
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- ¿Qué esperamos que hagas durante el día?


Te levantarás todos los días a las 9.30h, te asearás y harás tu cama
Te prepararás tu desayuno, lo recogerás y limpiarás todo cuando termines
Después del desayuno me acompañarás a hacer la compra y me ayudarás a traer las bolsas.
Tu habitación deberá estar limpia y ordenada, y serás tu el encargado de mantenerla así.
Nos ayudarás en todo lo referente a arreglar cosas en casa (empapelar, pintar, arreglar electrodomésticos,
etc.).
Serás el encargado de tirar la basura por las noches.
Tendrás que participar en alguna actividad, como ir a un taller de pintura, participar en algún deporte de
equipo, etc., que ocupe tu tiempo y que te ayude a recuperar tus hábitos de ocupación y salud.
En casa, a las horas de las comidas nos contarás los cambios que van surgiendo en todas las cosas que estás
haciendo para superar tu problema.

- Horarios que tienes que cumplir.


Se come todos los días a las 2.30 h., si a esa hora no estás en casa entenderemos que no vienes a comer.
Comerás lo que haya, no vamos a comprar bollos, flanes, chocolates ni ninguna otra chuchearía que antes
nos hacías traer.
Se cena a las 9.30, si no estás a esa hora en casa no vas a cenar, ni vamos a permitirte comer otras cosas
por la noche.
Queremos que estés en casa a las doce de la noche.

- Dinero que estamos dispuestos a darte diariamente.


Todos los días, después de asearte, hacer tu cama, ayudarme a hacer la compra, te daremos 3 euros para
tus gastos, tabaco y bono-bus (siempre que nos enseñes el anterior). Este gasto ya supone un esfuerzo
económico para la familia, así que no pidas más porque no se te dará.

- Normas generales que debes cumplir mientras vivas con nosotros.


No vamos a permitir gritos, amenazas, violencia ni engaños en casa.
Tampoco vamos a permitir que rompas o estropees los muebles ni mucho menos que nos robes nada de
casa.
No tendrás en tu habitación, ni en toda la casa, nada relacionado con la droga, tampoco la puedes consumir
en casa. Por lo tanto, no te encerrarás en el cuarto de baño ni en tu habitación bajo ningún pretexto. Si lo
sigues haciendo sacaremos las cerraduras de las puertas.
Debes preocuparte de poner al día tus asuntos propios: juicios pendientes, citaciones, papeles del paro…
No tendrás la llave de casa hasta que nos demuestres que eres responsable y cumples estas normas de
convivencia durante varios meses.

- Si no estás dispuesto a cumplir estas normas tu padre y yo estamos dispuestos a hacer lo siguiente.
55 Si no llegas por las noches a la hora indicada, no se te abrirá la puerta hasta el día siguiente por la mañana.
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Si no cumples alguna de las pautas de convivencia expuestas en los apartados anteriores, perderás durante
ese día y el siguiente el dinero que estamos dispuestos a darte diariamente.
Si durante tres días consecutivos no cumples estas normas, nos darás a entender que no te importamos nada
y que, por lo tanto, no te interesa vivir con nosotros.
La elección de aceptar estas normas y vivir con nosotros, o de no aceptar y marcharte es tuya; sin embargo,
si te vas y decides volver algún día, tendrá que ser solo si te comprometes a cumplir estas normas. Solo así
te recibiremos y daremos todo el apoyo y cariño que tu familia puede darte.

. Entrenamiento en la aplicación de consecuencias. Se trabajarán técnicas de modificación de conducta como el uso de


reforzadores positivos, el reforzamiento diferencial, el castigo y la extinción.

Reforzador positivo. Se explica a los familiares que se trata de un procedimiento para incrementar conductas positivas en la
convivencia familiar. El reforzador es una consecuencia de una conducta que incrementa la posibilidad de que se repita. A veces
reforzamos conductas inadecuadas prestándoles atención; ésta es un potente reforzador que aumenta la frecuencia de la con-
ducta. Ejemplos: si mi hijo me pide dinero y no le hago caso hasta que no grita y tras ello se lo doy, estoy premiando la conducta
de gritar con lo que la próxima vez gritará de nuevo.

Se educará en la observación de los refuerzos para su familiar, explicándoles que no existen reforzadores universales y que
existen varios tipos: materiales (dinero, comida, bebida, ropa, etc.), actividades (ir al cine, fumar, pasear, charlar con amigos, ver
la televisión, viajar…), sociales (halagos, gestos contacto fisico, caricias,…) y otros. Se propone como tarea el realizar una lista de
posibles reforzadores a usar con el adicto.

Se propondrá al familiar realizar una lluvia de ideas para ver qué cosas pueden reforzar, proponiéndoles distintas áreas en
las que definir las conductas a reforzar:
• Conductas de autocuidado.
• Conductas de ayuda en casa.
• Conductas en el área personal laboral.
• Relaciones con los miembros de la familia.
• Conductas dirigidas a solucionar su problema.

Respecto a la forma de hacerlo, es recomendable seguir los siguientes principios generales:


• Estar atentos a lo que vamos a reforzar.
• Dar el reforzador de forma inmediata a la conducta explicándole el por qué y con refuerzo social.
• Reforzar en principio siempre que aparezca esa conducta y poco a poco que el refuerzo sea intermitente.
• Reforzar en principio pequeños cambios para que posteriormente deban esforzarse por conductas más complejas para
recibir el refuerzo.
• Variar el refuerzo.
• Estar atentos y no ignorar.
• Que el lenguaje sea coherente, no invalidar el refuerzo con reproches: “eso está bien, a ver si siempre lo haces así…”
56
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El reforzamiento diferencial. Entrenamiento familiar para el uso adecuado de la técnica de feedback, guiando sobre cómo
realizarlo de forma correcta y dando orientaciones sobre como realizarla:
- Comenzar reforzando cosas positivas
- Hacer sugerencias que mejoren la conducta
- Dedicar mucho tiempo a reforzar y poco a instruir
- Describir conductas que ha hecho bien y la que no ha hecho bien
- No descalificar o mentir

Ejemplo: me ha gustado el interés que has puesto por colaborar hoy a la hora de la comida poniendo
el mantel. La próxima vez me gustaría que lo hicieras y seguramente no te costará también retirar el
plato cuando ya hayas comido.

Dentro del uso del reforzamiento diferencial podemos entrenar al familiar a usar la técnica de negociación como una es-
trategia para incrementar conductas de convivencia que tienen una frecuencia baja, bien en el familiar consumidor y/o en otros
familiares. Las pautas para llegar a acuerdos son:
• Buscar el momento adecuado para proponerlo.
• Determinar claramente la conducta y el privilegio a acordar.
• Determinar el número de veces y/o periodo de tiempo.
El asesor realizará ensayos conductuales (modelo de cómo se realiza un acuerdo) y posteriormente un modelado de qué
hacer y qué no hacer cuando se cumpla y no se cumpla lo acordado.

El castigo. Consiste en un procedimiento para eliminar conductas inadecuadas. Se define como aquella consecuencia nega-
tiva que sigue a la conducta que yo deseo eliminar de mi familiar. Las pautas para castigar con efectividad no dañando son:
• Establecer claramente el criterio para aplicar el castigo.
• No debe usarse el castigo físico, ni las amenazas o gritos.
• Debe elegirse el castigo adecuado a la situación y aplicarlo de forma consistente hasta que la conducta desviada deje
de emitirse (p. ej. robar en casa).
• El uso del acuerdo y la negociación.
• Se asesorará al familiar sobre cómo usar el castigo. Normalmente ello va acompañado de la confrontación y ésta sirve
para que el familiar adicto reconozca que las consecuencias existentes ahora en la dinámica familiar van a cambiar y
que el uso de técnicas como el chantaje, la coacción ya no van a funcionar.

La extinción. Se explicará el procedimiento, señalando que hay veces en que las conductas que no obtienen consecuencias
tienden a desaparecer. Se trata de no prestar atención, evitando reforzar la conducta inadecuada (ya sabemos que la extinción es
un potente reforzador). Las pautas para llevar a cabo la extinción:
• Debe aplicarse siempre con el refuerzo de conductas adecuadas e incompatibles.
• Aplicarla siempre que se produzca la conducta.
• Es importante la persistencia, no ceder ante la insistencia de la conducta (es frecuente que inicialmente la conducta
57 que deseamos extinguir aumente).
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• Se usa ante conductas inadecuadas que no supongan peligro para el entorno ni el familiar
• Para hacer más fácil la aplicación de la misma se orientará al familiar a abandonar la habitación, no se prestará atención.
• Es importante hacer uso de la estrategia seleccionada previamente para la conducta y actuar siempre ante esa con-
ducta con la misma estrategia (extinción, castigo y/o reforzamiento).
• Es importante controlar el estado de ánimo (a veces puede llevarnos a perder el control y/o gritar), con lo que prestaría-
mos atención a la conducta.
• Debe existir consenso respecto a la estrategia a usar para cada conducta entre los distintos miembros de la familia.
• Tarea para casa: Realizar un listado de posibles situaciones ante las que puede aplicarse esta técnica.

3.3.5. Asesoramiento en solución de problemas de convivencia y estrés familiar (3 sesiones).


A lo largo del proceso de drogodependencia pueden surgir toda una serie de crisis (discusiones frecuentes, conflictos entre
los miembros, deudas contraídas por el consumidor….) que requieren habilidad por parte de los familiares para resolverlas. Se
trata de multitud de situaciones adversas a las que por el consumo y/o sus consecuencias la familia debe hacer frente. Es frecuente
observar en estas familias un gran déficit de habilidades de solución de problemas, y a consecuencia de ello un efecto acumulativo
de los mismos que incrementa el gran estrés familiar existente.

a) Objetivos.
- Ayudar a la familia a identificar situaciones estresantes familiares que están a la base sus reacciones emocionales nega-
tivas.
- Aprender habilidades necesarias para manejar eficazmente conflictos familiares que eviten perturbaciones psicológicas.

b) Contenido.
Se realizarán un mínimo de tres sesiones, de 1 a 1 ½ horas de duración, con formato de counselling, en las que se pretende
que los familiares adquieran el esquema general de la técnica de solución de problemas. El entrenamiento se realizará a través de
las técnicas de role-playing, modelado y ensayo conductual, utilizando también otras como la de reestructuración cognitiva, para
modificar creencias, suposiciones y/o expectativas que pueden influir en cada uno de los problemas a tratar en las sesiones. Los
familiares aprenderán procedimientos específicos que deben aplicar en el contexto familiar, y en este aprendizaje se habrán de
poner en marcha algunas de las habilidades aprendidas en anteriores sesiones (pautas de convivencia, comunicación, estrategias
para hacer frente al estrés, como respiración y/o relajación,...).
Inicialmente el asesor ayudará al familiar a través de preguntas para que haga un listado de los problemas o situa-
ciones estresantes actuales en el contexto familiar, utilizando cuestiones como: ¿Cuál es el motivo por el que con frecuencia te
sientes mal en tu familia?, ¿Cuáles son las situaciones estresantes que según tú se presentan en tu familia actualmente?, ¿qué
te molesta de la situación actual familiar? etc. Seguidamente se le presenta un listado de posibles problemas:
- Problemas relacionados con deudas del consumidor.
- Problemas de horas de salida y llegada del consumidor.
- Agresividad e irritabilidad del consumidor con el resto de familiares.
- Problemas laborales del consumidor.
- Problemas relacionados con el incumplimiento de tareas domésticas.
- Problemas de manipulación, engaños y mentiras del consumidor.
58
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- Problemas de discusiones frecuentes “por caprichos” del consumidor.


- Madre que se sobreimplica en el problema y padre que no se implica.
- Familiar que funciona como un amigo del consumidor.
- Desacuerdo entre los padres en la solución a problemas de su hijo consumidor.
- Discusiones frecuentes entre los familiares no consumidores.
- Imposición del familiar consumidor de normas de convivencia y/o autoridad.
- Problemas de control de la ira por parte de cualquier familiar.
- Problemas de celos del familiar consumidor.
- Etc.
Posteriormente se le instruirá en el esquema general de solución de problemas para que sea capaz de aplicarlo a las
mencionadas dificultades:

. Orientación hacia el problema. Normalmente la historia de relaciones conflictivas debido al problema de consumo y sus
consecuencias ha ido generando una desmotivación en los miembros de la familia que hace difícil el que clarifiquen, ordenen
y afronten determinadas complicaciones. Nuestra labor como asesores en este punto será la de motivar y modificar algunas
creencias que pueden estar a la base del problema planteado, que adopten una perspectiva activa y eficaz ante los proble-
mas y no una postura pasiva.

. Definición operacional del problema. Enseñaremos al familiar a ser muy preciso a la hora de definir los problemas, de
manera que una vez clarificados puedan generar objetivos realistas y concretos. Para ello nos valdremos de preguntas qué,
quién, dónde cuándo y por qué. En este apartado será útil enseñarle al familiar a identificar y corregir suposiciones y con-
ceptos erróneos que están a la base de las respuestas que nos vayan dando (por ejemplo: ante el problema “se levanta a
la hora que quiere”, cuando se clarifica con el familiar, este puede contestar “lo hace para fastidiarnos”). Debemos por tanto
utilizar algunas estrategias de reestructuración cognitiva (ser consciente de distorsiones cognitivas).

. Generar el mayor número de alternativas posibles. A través de una lluvia de ideas crearemos con el familiar la mayor can-
tidad y variedad de alternativas a cada problema ya clarificado, sin tener en cuenta si la solución es posible o no hasta un
paso posterior. Solamente tendremos en cuenta que pueda suponer una solución al problema planteado.

. Toma de decisiones. Analizaremos con el familiar la probabilidad de que cada alternativa planteada al problema sea eficaz
y, sobre todo, la probabilidad de que sea realmente capaz de llevarla a cabo ( ejemplo: una madre puede generar como alter-
nativa el echar fuera del hogar a su hijo consumidor, sin embargo analizando esa alternativa ella comenta que esto supondría
para ella grandes problemas). Identificaremos varias alternativas y a través de regla coste/beneficio lo orientaremos a la
elección más satisfactoria.

. Planificación de los detalles para la ejecución de la solución. Se realizará en consulta a través de un ensayo conductual
la solución planteada, cuidando todos los detalles para potenciar al máximo su ejecución (por ejemplo: si ante un problema
una madre ha llegado a la conclusión que debe hacer partícipe a su marido y contar con él para la solución de la cuestión,
59 se ensayará en la sesión cómo será la conversación con su marido, qué puntos son los claves a tratar, y sobre todo se alen-
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tará a la madre a hacerlo en condiciones emocionales óptima; si para ello es necesario aplicar alguna estrategia de control
emocional como la respiración o relajación, se orientará para ello).

. Verificación del resultado de la ejecución de la solución. Se refiere a cuál ha sido el resultado de la puesta en práctica de la
solución diseñada. Es importante establecer en el familiar el hábito de que reevalúe la situación y compruebe como se siente
tras la aplicación de la solución, que haga un ejercicio de contraste entre la situación antes de la puesta en práctica de la
solución y posteriormente. Con ello estamos reforzando sus expectativas de autoeficacia y también de afrontamiento.

c) Tareas para casa.


Tras el desarrollo de estas sesiones se alienta al familiar a completar distintas tareas para casa basadas en la aplicación del
esquema trabajado en las sesiones para alguno de los problemas (descritos en el listado que el asesor le ayudó a confeccionar).
Además le asignaremos como tarea, si es posible, la aplicación de la estrategia de resolución al problemas a cuestiones trabajadas
en sesiones anteriores.
Autorregistro para la puesta en práctica de la técnica:
Definición Alternativas Peso de las Toma de decisión Verificación del resultado.
operacional posibles alternativas

Autorregistro a utilizar tras la puesta en práctica de la solución:


¿Qué pienso y siento antes? Puesta en práctica de la solución ¿Qué pienso y siento después?

3.4. Temporalización y ubicación


En conjunto, este módulo requerirá que se impartirán un mínimo de 13 sesiones de 1 ó 1 ½ hora de duración, que se ubi-
carán en el centro de servicios sociales comunitarios.

.
3.5. Recursos
Recursos Materiales. -Anexo 9-
- “Teoría evaluación y tratamiento de conductas adictivas”. Graña (1994). Comunidad de Madrid. Consejería de Integración Social.
- “Manual de Intervención familiar”. Ariza y cols (1995) Comunidad de Madrid. Consejería de Integración Social.
- “Manual didáctico para la Escuela de Padres”5ª Edición. (Durán y cols, 2004). Fundación para el estudio de las
drogodependencias –FEPAD.
- “Entrenamiento familiar en habilidades educativas para la prevención de drogodependencias”,

.
programa PROTEGO. (Larriba y cols, 2004)
Recursos Humanos.
El responsable de su implantación será el psicólogo de Servicios Sociales Comunitarios. 60
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3.6. Evaluación
La evaluación se podrá realizar a través de medidas pre-post de los indicadores que a continuación se citan:
- Cuestionario de Funcionamiento Familiar: FES (Moos, Moos y Trickett, 1989).
- Cuestionario de Estrés: FAP (Olson y cols., 1996).
- Cuestionario de Emoción Expresada ED-5 ( Torrecilla, Muela y Godoy, 2008).
- Adaptación para esta guía de la Escala de Carga Familiar (Reinares y Vieta, 2004).
- Cuestionario de calidad de vida WHOQoL-100 (Sánchez-Sosa y González Solís, 2004).
- Número de casos que tras el desarrollo del módulo han iniciado tratamiento.

La aplicación del cuestionario ED-5 es obligatoria para la evaluación del módulo. El uso de los restantes instrumentos es
opcional.

61
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MODULO 4. INTERVENCIÓN Y ASESORAMIENTO INDIVIDUALIZADO PARA EL DESARROLLO PERSONAL

4.1. Justificación
Se trata de una intervención sobre variables personales del miembro familiar más ligado al adicto, de manera que se pueda
constatar el grado en que esa relación y las actitudes comportamentales de dicho familiar están contribuyendo a mantener la con-
ducta adictiva. La intervención en variables asociadas (se ha comprobado que correlacionan con dichas actitudes) podría mejorar
no solo la calidad de la relación con el adicto sino también el desarrollo personal del propio familiar.

4.2. Objetivos
- Dotar de herramientas para el autoconocimiento, autocontrol y expresión adecuada de sentimientos.
- Potenciar la autoestima personal.
- Facilitar recursos para el desarrollo de un estilo educativo democrático.
- Identificar la forma de relación con el consumidor y las consecuencias negativas para ambos.
- Dotar de instrumentos para la adquisición de un estilo asertivo en las relaciones interpersonales.

4.3. Procedimiento
La relación de codependencia supone un perjuicio tanto para el consumidor como para el propio familiar. No podemos in-
cidir directamente sobre la relación, dado que esta guía no pretende desarrollar un trabajo psicoterapéutico adicto-familia, pero sí
podemos hacerlo sobre variables del familiar que pueden perjudicar la relación: autocontrol, autoestima y asertividad.
Se trabajará con metodología cognitivo-conductual en las actividades que componen las sesiones. Estas se organizan por
temáticas tal y como sigue:

4.3.1. Asesoramiento para establecer una relación de ayuda
A través de una sesión de counselling y empleando técnicas como lluvia de ideas o ejercicios de visualización, las tareas a
realizar en esta sesión serán:

- Ayudar a tomar conciencia del tipo de relación que tiene el familiar con el consumidor. Explicarle los paralelismos entre la
adicción de su familiar y su forma de comportarse; el asesor puede tomar como referencia el siguiente esquema:

62
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FAMILIAR ADICTO

· Elude sentimientos dolorosos al centrarse en el adicto · Elude sentimientos dolorosos al usar una droga o acti-
· Sus estados de ánimo dependen de la conducta del vidad
adicto · Sus estados de ánimo dependen de los efectos de la
· Emplea de forma creciente la negación para mantener la droga
creencia ilusoria de que “todo está bien” · Emplea de forma creciente la negación para mantener la
· Desarrolla tolerancia a la conducta del adicto; lo que creencia ilusoria de que “todo está bajo control”
antes le resultaba chocante ahora le parece normal y · Desarrolla tolerancia a la droga; cada vez requiere más
tolerable cantidad para obtener el mismo efecto
· La conducta y asuntos del adicto se vuelven una preocu- · Conseguir y usar la droga se vuelve una preocupación
pación absorbente. absorbente
· La obsesión con el adicto lo lleva a aislarse y distanciar- · La obsesión con la droga lo lleva a aislarse y distanciar-
se cada vez más de otras personas se cada vez más de otras personas
· La vida se le vuelve ingobernable; pierde control sobre · La vida se le vuelve ingobernable y pierde el control
sí mismo y su conducta a medida que la conducta del sobre su uso de la droga a medida que la droga o activi-
adicto se convierte en una obsesión dad se convierte en una obsesión


- Valorar los efectos de su comportamiento en el comportamiento del consumidor. Usando como material ejemplos reales
sobre los que preguntaremos, el asesor va guiando al familiar para que descubra las consecuencias negativas de su propio com-
portamiento sobre la conducta adictiva de su familiar. Con cada ejemplo formularemos preguntas del tipo: ¿Cómo actúas tú ante
esa situación?, ¿Qué pasa después (a corto y a largo plazo)? Por ejemplo: pagar sus deudas, no expresar su enfado por miedo a
que se vaya, darle dinero cada vez que lo pida, etc.

Posteriormente, a través de la técnica de “lluvia de ideas” se le pide que genere alternativas diferentes de actuación ante
las situaciones anteriormente analizadas y que reflexione sobre las consecuencias de cada una de ellas a corto y largo plazo. Un
último ejercicio consistiría en visualizar la puesta en práctica de cada una de esas alternativas y como se sentiría tras la ejecución
de cada una de ellas.

- Orientaciones básicas para mantener una relación de ayuda. Por último se facilitará información para establecer una
relación de ayuda con el consumidor, entendida ésta como una relación positiva para ambos (consumidor y familiar). Se asesorará
también al propio familiar sobre hábitos de autocuidado: físicos, psicológicos, sociales, familiares…., (puede utilizarse para ello el
anexo 10, ficha 4.1. “Claves para vivir sin ansiedad” y 4.2. “Claves para mejorar el estado de animo”). A continuación se detalla
información básica a transmitir al familiar en esta sesión, referida tanto a su relación con el consumidor como a su autocuidado.

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. Cómo tratar con el adicto activo


(Adaptado de Arnold Washton,”Cocaine Addiction: Treatment, Recovery and Relapse Prevention”. Nueva Cork, W.W. Nor-
ton, 1989).
· Recuerde que usted no es culpable de la adicción. Autoinculparse por otro priva a esa persona del derecho de hacerse
responsable de sí misma, y esto facilita su adicción.
· La enfermedad del adicto escapa a su control. Usted no solo no la causó, sino que tampoco puede curarla
· A la única persona a quien puede cambiar o ayudar es a sí mismo. Usted es responsable de su propia conducta
· El adicto puede no buscar ayuda hasta que el dolor que le ocasiona consumir la droga se le vuelve más difícil de soportar
que el dolor de no consumirla. Por lo tanto, no lo encubra, no le excuse, no le rescate cuando se meta en líos, no se haga
cargo de sus cuestiones legales, no pague deudas.
· Esto no significa que usted tenga que dejar de interesarse en el adicto, ni dejar de quererlo. Desligarse con afecto no es un
acto de egoísmo; le da al adicto la oportunidad de hacerse responsable de sí mismo, y en esto reside su única esperanza
de recuperarse.
· No busque, ni esconda, ni tire provisiones o recordatorios de la droga. El adicto se limitará a conseguir más. Tratar de
mantenerlo alejado de otros usuarios tampoco servirá de nada. Es él quien debe hacerlo.  
· No utilice la culpa con el adicto; tampoco da resultado. “Si me quieres de verdad, deja la droga”, sólo sirve para aumentar
la culpa del adicto, lo que luego puede ser usado para justificar su uso de la droga.

.
  Recomendaciones Generales para el autocuidado del familiar
· Aprenda a centrar su atención y su energía nuevamente en su propia vida. Deslíguese del adicto sin romper su afecto por él.
· Examine su propia conducta y sus actitudes. Usted es la única persona que puede cambiar, de modo que dedíquese a ello.
· Conserve su dignidad.
· Perdónese a sí mismo. Aunque haya cometido errores en su trato con el adicto en el pasado, usted no sabía como pro-
ceder de otra manera en aquel momento. Téngase compasión.
· Viva el presente, no anticipe problemas ni se demore en el pasado, pues eso le restará energías para luchar eficazmente
con los problemas de hoy.
· Busque apoyo en su vida, usted también. No se aísle manteniéndose centrado en el adicto.
· Consígase una vida propia y satisfactoria que incluya distracciones, actividades de su interés y simple diversión.

4.3.2. Intervención para la identificación y expresión adecuada de sentimientos (2 sesiones)

a) Introducción.
Una de las características del familiar más implicado en el cuidado y relación con el adicto es la focalización en el com-
portamiento y en el problema de este, obviando y relegando sus propios sentimientos y pensamientos. Con este apartado se
pretende que tome conciencia de sus pensamientos y sentimientos, centrándose en ellos para su control, como una manera de
desvincularse del comportamiento y problemas del adicto.

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b) Objetivos.
- Aprender a percibir pensamientos disfuncionales y conocer estrategias para su cambio.
- Aprender a percibir emociones propias, clasificarlas y expresarlas de forma adaptativa.
- Aprender a dar alternativas funcionales a los sentimientos negativos.

c) Metodología.
Se desarrollará a lo largo de dos sesiones de intervención en las que se hará uso de técnicas expositivas, autorregistros y
estrategias de reestructuración cognitiva (comprobación de realidad y técnicas de reatribución). Se asignarán tareas para casa a
fin de aplicar lo trabajado en las mencionadas sesiones.

d) Contenidos.
Las tareas a realizar en las sesiones serán:

- Identificar el sistema de respuesta desde el modelo conductual (Adaptado de Intervención Familiar Madrid).
Se explicará la conexión entre sentimiento, pensamiento y conducta. Ante una determinada situación interpretamos algo
(pensamos), sentimos algo en nuestro propio cuerpo y actuamos en concordancia. Ejemplo: Si mi familiar llega a casa otra vez
bebido pienso “otra vez, esto nunca se va a acabar”, me siento triste y comienzo a llorar.

Los tres sistemas de respuesta se interrelacionan entre sí, de tal forma que lo que pensamos influye en lo que sentimos
y esto en nuestro comportamiento; y a la inversa. Se trata de tres sistemas que actúan como una espiral, retroalimentándose y
creciendo.
· Influencia de los pensamientos en nuestros sentimientos y actuaciones. Se pondrá un ejemplo: Si yo pienso ante un prob-
lema, algo negativo (“todo es sufrimiento”), me sentiré también mal (nudo en la garganta, dolor de cabeza,..) y haré cosas
que no me ayudarán a resolver mi problema (meterme en la cama, aislarme en casa,...).
· Influencia de lo que sentimos en lo que pensamos y hacemos. Se pondrá otro ejemplo similar: Si salgo del trabajo cansada,
pienso “otra vez a ir a casa y encontrarme a mi marido ebrio”, con lo que me voy a casa de mis padres.
· Influencia de lo que hacemos en lo que pensamos y sentimos. Se pondrá otro ejemplo: Si mi hijo me pide dinero y se lo
doy, a continuación puedo pensar que “no se lo tendría que haber dado”. Esto probablemente me haga sentirme “triste y
culpable”, de forma que es posible que esté toda la tarde llorando, haciéndome reproches, etc.

Para afrontar de forma eficaz situaciones negativas de tensión, tristeza u otras, es necesario cortar la espiral en alguna de
las tres respuestas, pues una ansiedad excesiva nos vuelve ineficaces para resolver un problema, de la misma forma que una
tristeza profunda nos abatirá, incapacitándonos para afrontar la situación.

- Identificación de pensamientos irracionales.


A partir de ejemplos que la persona ponga iremos explicándole qué son pensamientos creencias y expectativas: Son men-
sajes, palabras o imágenes, ocurren rápidamente y nos los creemos. Son muy difíciles de detectar y debemos considerarlas como
interpretaciones de la realidad que deberíamos de poner a prueba. Al usuario se le enseñará el procedimiento para que pueda
65 llegar a distanciarse de la certeza que le atribuimos a dichos mensajes. (Anexo 8 “Principales distorsiones cognitivas”).
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El proceso requiere completar varios pasos:


· Identificar los pensamientos automáticos (autorregistro).
· Evaluar el contenido del pensamiento.
· Prueba de hipótesis y respuesta alternativa y funcional al pensamiento.
· Identificar la distorsión cognitiva (se explicará cada una de ellas).
· Identificación de los supuestos básicos responsables de su sistema de creencias.

Como es habitual, usaremos un ejemplo real, en este caso partiendo de la pregunta: ¿recuerdas la última vez que te has
encontrado mal por algo relacionado con tu hijo consumidor? ¿Qué pensaste? ¿Qué hiciste? Ejemplo. He visto a mi hijo con un
amigo adicto y he pensado “seguro que van a consumir otra vez”. Me he sentido nerviosa, nudo en el estómago, ritmo cardiaco
acelerado. Cuando llegué a casa comencé a gritarle a mi otra hija. Ante esta situación se le pedirá que nos diga como actuaría
siguiendo el procedimiento anteriormente explicado y anoten las tres respuestas en un autorregistro.

Autorregistro

Situación Qué pienso Qué siento Qué hago

La segunda tarea propuesta será que lleven a cabo un registro de pensamientos automáticos y que generen una respuesta
racional al pensamiento distorsionado.

Registro de pensamientos automáticos disfuncionales

Fecha Situación Emoción Pensamientos automáticos Respuesta racional

- Asesoramiento para la identificación y expresión de sentimientos.


La relación entre el familiar y el consumidor se caracteriza por la necesidad autonegligente de ayudar y estar focalizado en

66
el adicto; esto supone que el familiar del adicto tiene todo un repertorio de emociones negativas que no identifica ni manifiesta y
si lo hace, no es de la forma más adecuada. El objetivo será enseñarle a identificar esos sentimientos y expresarlos en la propia
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sesión, tratando de que sea capaz de generalizarlo a su vida cotidiana. Se le instruirá para dar una alternativa funcional a dichas
emociones.
Los sentimientos más frecuentes con los que debe lidiar un familiar codependiente son:

CULPA: “Mi hijo está así por mi culpa”, “No lo he sabido educar”. Es el sentimiento más común, a través del procedimiento
anteriormente explicado (reestructuración cognitiva, debate de pensamientos distorsionados a través de prueba de realidad) inten-
taremos debatir la idea de culpa que conlleva este sentimiento.

ENFADO: Se elicitará este sentimiento a través de preguntas y ejemplos de su vida cotidiana. Normalmente estas personas
nunca manifiestan el enfado (sobre todo al familiar consumidor) queriendo contentar a todo el mundo.

ANSIEDAD: Este sentimiento se puede manifestar a través del pensamiento, sentimiento y emoción, se asesorará para el
autocontrol emocional a través del trabajo en los tres niveles de respuesta: la reestructuración cognitiva (ya trabajada), la relajación
y la información de la sintomatología física.

TRISTEZA: Partiendo de una actitud empática, normalizando este sentimiento, haciendo uso de la escucha activa, el ase-
sor orientará para evitar que este sentimiento le lleve a aislamiento e inactividad

INDEFENSIÓN. La persona codependiente siente una gran impotencia ante la situación del consumo de su familiar. Ante
este sentimiento la instruiremos en resolución de problemas (Módulo 3. “Intervención y asesoramiento para la mejora del funcio-
namiento familiar”).

Se debe explicar que las emociones son un tipo de reacción que todo ser humano experimenta ante los hechos que le ocur-
ren, que estas pueden ser positivas y negativas, orientándoles sobre la importancia de saber reconocerlas, clasificarlas y aprender
a expresarlas del modo más adecuado (para ellos y en relación con su entorno). Se facilitará en la sesión una tabla que recoja dis-
tintas emociones así como su significado, para ayudarle después a establecer la correspondencia entre determinadas situaciones
de la vida cotidiana y la emoción que estas le generan. Un último paso en esta tarea consistirá en generar herramientas para la
expresión adecuada de emociones (este punto se completa con el apartado 4.3.1.4., Entrenamiento en Asertividad, sesiones 3,
4 y 5 del módulo 3 ).

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Tabla de emociones
Nombre emoción Significado

Ira Enfado, irritación, cólera.

Ansiedad Inquietud, nerviosismo intenso, no controlo bien lo que puede ocurrir.

Miedo Sensación de peligro que me paraliza.

Tristeza Estado de decaimiento moral, ante expectativas no cumplidas. Me siento abatido/a y con dolor.

Sorpresa
Resulta de algo inesperado; va seguida de miedo o alegría.

Bienestar, paz, seguridad.


Tranquilidad

Me he quitado “un peso de encima”, todo vuelve a estar bien porque ha desaparecido la circunstan-
Alivio
cia que me preocupaba.

Listado de posibles situaciones en las que me encuentro mal ¿qué emoción siento?
Situación Emoción

Mi marido llegó a casa bebido y me agredió verbalmente.

Esperando a mi marido a la hora de comer “se retrasa”.

Mi hijo me dice que si no le doy lo que pide se irá de casa.

Un amigo suyo llegó a casa a pedirme dinero.

Se ha ido a la calle sin comer nada en todo el día.

68
Ha llegado a casa una sanción administrativa por tráfico de cocaína.
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e) Tarea para casa.


Se asignará para casa como tarea el que observe situaciones similares a las trabajadas en la sesión y etiquete cuál es el
sentimiento que le produjo dicha situación.

4.3.3. Entrenamiento en Asertividad.


Como mencionamos anteriormente este tema se expone en el módulo 3 “Intervención y asesoramiento para la mejora del
funcionamiento familiar”, concretamente las sesiones 3, 4 y 5. del apartado de comunicación de este módulo

Asesoramiento para la mejora de la autoestima (3 sesiones).


Como ya se ha descrito en el apartado de justificación teórica, una de las características más presentes en el familiar
codependiente es la baja autoestima. Con el asesoramiento en este módulo no pretendemos conseguir un cambio terapéutico que
eleve la autoestima en el familiar, sino introducir al familiar en este concepto, sensibilizarle para que sea consciente de qué es, su
función y el papel que juega en las relaciones humanas, sobre todo en la relación con el consumidor.

a) Objetivos.
- Conocer el concepto de autoestima y su naturaleza.
- Determinar los beneficios de una adecuada autoestima.
- Reconocer la importancia que mi autoestima juega en la relación con mi familiar consumidor.

b) Metodología.
A lo largo de tres sesiones de counselling se trabajará este concepto haciendo uso de técnicas expositivas, asignación de
tareas en las que deba utilizar técnicas ya trabajadas en sesiones anteriores en las que se incluirán nuevos conceptos: debate de
pensamiento, autorregistros, inventario del concepto de sí mismo,...

c) Contenido.
Las tareas a realizar a lo largo de las tres sesiones serán:

- Dar información básica sobre autoestima.


Se expondrá el concepto en forma de texto donde se definirá autoestima (“La valoración que una persona hace de sí
misma)”. Cuando la valoración que hacemos de nosotros mismos es constructiva resulta beneficiosa para nuestra calidad de vida,
se puede decir que tenemos una autoestima positiva. Si por el contrario es perjudicial, nos hallamos ante una autoestima negativa.
El proceso de mejorar la autoestima es un proceso de aprendizaje, en el que juegan un papel fundamental distintos elementos. Se
trata de un esfuerzo personal para el crecimiento.

Se explicará también cómo se forma la autoestima, el largo proceso que se inicia desde las edades más tempranas y con-
tinua a lo largo de la edad adulta. En su formación influyen de forma decisiva los modelos familiares y culturales que hayamos
tenido. No obstante, se hará hincapié en que se trata de un concepto que puede cambiarse; podemos mejorar nuestra autoestima
actuando sobre los distintos componentes de la misma, muy relacionados entre sí y ya conocidos por el familiar en sesiones an-
69 teriores.
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· Componente cognitivo: Incide en actuar sobre lo que pienso para modificar nuestros pensamientos negativos y sustituirlos
por pensamientos positivos –ejemplo “soy torpe vs. tengo capacidad para hacerlo”-.
· Componente afectivo: Implica actuar sobre lo que siento, sobre las emociones y sentimientos que tenemos acerca de
nosotros mismos –un ejemplo a usar podrá ser “me sentiré mal conmigo mismo (en el primer caso) vs. me sentiré bien conmigo
mismo (en el segundo caso)-.
· Componente conductual: Supone actuar sobre lo que hago, es decir, sobre nuestra conducta, para modificar nuestros
actos. Continuaremos con el ejemplo, “iré al examen (en el primer caso) vs. iré al examen (en el segundo caso)”.

Se expondrá cuales son los efectos de una baja autoestima y de una adecuada autoestima

. Adecuada Autoestima
La autoestima positiva aporta un conjunto de efectos beneficiosos para nuestra salud y calidad de vida, que se manifi-

. estan en el desarrollo de una personalidad más plena y una percepción más satisfactoria de la vida.
Aumenta la capacidad de afrontar y superar las dificultades personales al enfrentarnos a los problemas con una actitud
de confianza personal.

..Fomenta la capacidad de adquirir compromisos y por lo tanto de ser más responsables al no eludirlos por temor.

.Potencia la creatividad al aumentar la confianza en nuestras propias capacidades personales.


Fundamenta la autonomía personal, al aumentar la confianza en nosotros mismos; tenemos más capacidad de fijar

.nuestras propias metas.


Nos permite establecer relaciones sociales más igualitarias y satisfactorias, al ser más asertivos y enfrentarnos a los
conflictos con actitud positiva.

. Baja Autoestima
Cuando la autoestima es negativa, nuestra salud se resiente porque nos falta confianza en nosotros mismos para
abordar los sucesivos retos que nos presenta la vida desde una perspectiva positiva y esto hace que nuestra calidad

. de vida no sea todo lo óptima que pudiera ser.


Al faltarnos confianza personal, disminuye nuestra capacidad para enfrentarnos a los múltiples problemas y conflictos

. que se nos presentan en la vida.


La falta de confianza hace que evitemos los compromisos y por lo tanto no abordemos nuevas responsabilidades,
privándonos así de una mayor riqueza en nuestras experiencias vitales o bien cuando afrontamos nuevos compromisos

..nos abruman las responsabilidades, siendo nuestro umbral de resistencia al conflicto más limitado.
No contribuye a fomentar nuestra creatividad, puesto que no confiamos en nuestras capacidades personales.
Al faltarnos autoconfianza difícilmente nos fijamos metas y aspiraciones propias por lo que somos más vulnerables a

.actuar de acuerdo con lo que se espera de nosotros y no de acuerdo a nuestras propias decisiones.
Las relaciones que establecemos con otras personas no son de igualdad, dado que nuestra falta de confianza nos im-
pide abordar los conflictos personales desde una perspectiva igualitaria, adoptando muchas veces actitudes sumisas
o bien agresivas.
70
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- Aprender a autodefinirse de una manera clara, precisa y objetiva (Adaptado de Autoestima, evaluación y mejora, McKay
y Fanning, 1999).
Se explicará al familiar que las personas con baja autoestima no se perciben a sí mismas de forma real. Su imagen está
distorsionada, de manera que sus debilidades las magnifican y minimizan sus dotes. Es preciso romper ese espejo y aprender a
percibir con exactitud su imagen. Para ello comenzaremos por pedir al familiar que realice una definición de sí mismo y le ayuda-

.
remos a hacerlo de una manera clara, precisa y objetiva, a través de distintas tareas:
Elaborando un inventario del concepto de sí mismo. El familiar deberá escribir el mayor número posible de palabras en
las siguientes áreas:
1. Aspecto físico.
2. Como se relaciona con los demás.
3. Personalidad.
4. Cómo le ven los demás.
5. Rendimiento en la escuela o trabajo.
6. Ejecución de las tareas cotidianas.
7. Funcionamiento mental.

.8. Sexualidad.
Valorar lo que le gusta y lo que no de cada una de las características. Esto permitirá al familiar reflexionar sobre sus de-
bilidades y dotes. Se le ayudará a reformular las debilidades para minimizar el daño que le hacen aplicando las cuatro reglas:
- Usar un lenguaje no peyorativo
- Usar un lenguaje preciso
- Usar un Lenguaje específico en vez de general
- Encontrar excepciones o dotes a cada debilidad

. Reconocer sus propias dotes. Se le pedirá que destaque cualidades por las que admira a los demás (por ejemplo a su
hijo, a su esposa…) y que reflexione si posee alguna de ellas. Por otra parte, el asesor a través de preguntas sobre las distintas
facetas de su vida, irá encontrando poco a poco una lista de dotes que se vayan ajustando a la realidad. En esta parte del ejercicio
es muy importante hacer referencia al pasado: ¿Qué cualidades tenía el familiar usuario? El proceso adictivo ha incidido directa-
mente sobre su autoestima o sobre sus capacidades reales y este ejercicio puede ayudarle a tomar conciencia de ello. Nosotros
reformularemos eso en un sentido positivo y se le orientará para elaborar una nueva lista de dotes usando sinónimos, adjetivos y

.
adverbios.
Nueva descripción de sí mismo. Realizaremos con el familiar un listado, fusionando la lista de debilidades reformulada y
la lista de dotes, también reformulada. Se le animará a colocarla en lugar visible y leerla tratando de interiorizarla.

- Recomendaciones para el trabajo en autoestima.


Abordaremos el concepto de autorreproche, mostrándole qué es la crítica patológica y ayudándole a identificarla y dis-
tinguirla. Para ello preguntaremos en qué piensa durante un episodio de autorreproche. Por ejemplo: “soy mala madre; si fuera
buena madre mi hijo no estaría así”. A partir de este ejemplo le enseñaremos a distanciarse de la crítica patológica solicitándole
un nombre típico para identificarla. Es importante explicarle que cuando recibe esos mensaje destructivos lo hace a través de
71 pensamientos automáticos, distorsiones cognitivas, etc.
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Aunque no lo parezca, esos autorreproches tienen una función, esa crítica cubre una serie de necesidades. En los familiares
codependientes frecuentemente intentan cubrir la necesidad de controlar los sentimientos dolorosos (cólera, culpa miedo al rec-
hazo y frustración). Es un gran error dejarse llevar por la crítica patológica, pues si bien cubre una necesidad, lo hace de la peor
forma, terminando en un resultado negativo para ella y su familiar.
Le anticiparemos que el detectar la crítica exige un gran esfuerzo, que debe ser consciente de su monólogo interior en situa-
ciones problemáticas. Será en estas situaciones cuando aparezcan esos constantes autorreproches, del tipo:
· Discusiones con su familiar adicto (nos detendremos especialmente en esta situación, poniendo ejemplos de ello).
· Situaciones en las que comete errores.
· Situaciones en las que se siente criticado/a y a la defensiva.
· Interacciones con figuras de autoridad.
· Situaciones en las que se siente herido o alguien se ha encolerizado con él.
· Conversaciones con padres o con alguien que puede mostrar desaprobación.
· Situaciones en las que corre el riesgo de rechazo o fracaso.
Ante estas situaciones se recomienda cerrar los ojos y hacer respiración diafragmática (previamente entrenada módulo 3),
escuchar y dejar pasar los pensamientos. Así, de forma relajada, escuchar la voz de la crítica para poder responderle.
Finalmente enseñaremos al familiar a responder a la crítica, ayudándole a asignar a esa voz sana otro nombre, que será
el encargado/a de refutar cada uno de los pensamientos y autorreproches por pensamientos más realistas y adaptativos. Se le
enseñará a hacer uso de frases estándar del tipo, ¡Calla!, ¡Esto son mentiras! Y otras.

4.4. Temporalización y ubicación


Se impartirán un mínimo de 9 sesiones. En el caso que el familiar haya pasado por el módulo 3, se impartirá un mínimo
de 5 sesiones de 1h-1 ½ hora de duración, en el centro de servicios sociales comunitarios. Si el psicólogo lo considera oportuno
también puede aplicarse y adaptarse el punto del módulo 5 “El estilo democrático de relación con los hijos”.

.
4.5. Recursos
Recursos Materiales.
- Mckay M. y Fanning P. (2000) Autoestima, evaluación y mejora.

.
- Ariza y cols (1995) Intervención familiar. Comunidad de Madrid. Consejería de Integración Social.
Recursos Humanos.
El responsable de su implantación será el psicólogo de Servicios Sociales Comunitarios.

4.6. Evaluación
Para la evaluación del módulo se podrán utilizar los diguientes instrumentos:
- Inventario de asertividad de Rathus, 1973.
- Inventario de depresión de Beck.
- STAI.
- Escala de carga familiar (Reinares y Vieta, 2004) .
- Escala de calidad de vida WHOQoL-1000 (Sánchez-Sosa y González Solís, 2004).
72
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MODULO 5. ASESORAMIENTO A FAMILIAS DE JÓVENES CONSUMIDORES

5.1. Justificación
El consumo experimental de los jóvenes va a tener un impacto familiar en los mismos ámbitos y temas que en otras pobla-
ciones otro tipo de consumo, siendo la única diferencia el grado de disfuncionalidad. Por otra parte, al ser la adolescencia una fase
crítica del desarrollo, la familia debe conocer algunos aspectos o características de esta etapa evolutiva, particularmente todo lo
concerniente a las relaciones paternofiliales.

5.2. Objetivos
- Conocer los cambios madurativos y características físicas, psicológicas y sociales de la adolescencia.
- Aplicar estrategias para el desarrollo de estilos educativos adecuados.
- Potenciar habilidades para incrementar la calidad del vínculo padres-hijos.
- Detectar señales de consumo experimental y abusivo en el adolescente.
- Aprender a adoptar actitudes familiares adecuadas para el afrontamiento de distintos tipos de consumo en los adoles-
centes (experimental, abusivo, etc.).

5.3. Procedimiento
El nivel de aplicación será familiar (grupal) y se recurrirá al uso de metodología cognitivo conductual en el desarrollo de las
sesiones. Estas se centrarán en aportar información y orientación a los padres sobre los adolescentes, para lo cual nos valdremos
de exposiciones teóricas sobre la materia en cuestión (estos contenidos se recogen en el anexo 11). Durante el desarrollo de la
sesión, insertaremos ejemplos cotidianos, preferiblemente extraídos de la vida de los usuarios, a fin de ilustrar nuestro contenido.
Finalmente realizaremos un ejercicio práctico haciendo uso de la técnica de ensayo de conducta (roll-playing) y modelado para
que aprendan a identificar en su comportamiento los elementos trabajados en cada sesión y simultáneamente empiecen a elaborar
comportamientos más adecuados en dichas situaciones. Por último, si se considera pertinente, se encomendará alguna tarea a
realizar en casa.

Sesión 1: “Características de la etapa evolutiva e implicaciones familiares”.

a) Objetivos.
- Conocer las características físicas, psicológicas y sociales de la adolescencia.
- Conocer los principales cambios madurativos que se producen en esta época.
- Informar sobre el significado que tales cambios implican para los padres.

b) Contenidos.
Ver Ficha 5.1. “Características de las etapas evolutivas e implicaciones familiares”.

c) Tareas para casa.


Debatir acerca de la cuestión “¿Cómo interpretaron ellos (cada familiar) los cambios madurativos acontecidos en su hijo/as,
73 y en que medida cambió su actitud o forma de relacionarse con el/la adolescente?
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Sesión 2, 3 y 4: “Educar al adolescente.”

a) Objetivos.
- Aprender los diferentes estilos educativos, distinguiendo las ventajase inconvenientes de cada uno de ellos.
- Comprender la importancia de las normas y aprender a establecerlas en la familia.
- Entender el concepto de autoestima y aprender a fomentarlo en la educación familiar.
- Reconocer la relevancia de establecer una comunicación asertiva y promover su uso en el ámbito familiar.

b) Contenidos.
Ver Ficha 5.2, 5.3., 5.4. Y 5.5 referidas respectivamente a “Estilos educativos en la familia”, “Establecimiento de normas y
límites”, “Educando en la autoestima” y “Educando en la asertividad”.

c) Tareas para casa.


Será interesante después de cada sesión proponerle/s algún ejercicio que promueva la reflexión sobre lo tratado en ella.
Concretamente analizar que estilo educativo es el que existe en la actualidad (si era así antes de que apareciera el problema de
consumo de sustancias y el motivo por el que creen que cambió, si fuera el caso). Referido a las normas, trabajar cuales son las
más importantes de esa familia y que nos hagan una valoración sobre ellas (si son más o menos estrictas, si se respetan o no). En
cuanto a la educación en asertividad es recomendable que realizaran algún ejercicio que nos aclarara si han entendido el concepto
y saben aplicarlo (realizar una petición o una crítica asertiva a un familiar, por ejemplo). Por último, sobre la autoestima pedirle/s
que nos justifiquen que factores promotores y limitadores de riesgo se emplean en las relaciones familiares habitualmente.

Sesión 5: “Orientación familiar ante el consumo de drogas del adolescente”.

a) Objetivos.
- Aprender a identificar señales del consumo de sustancias.
- Conocer las motivaciones del adolescente para tener contacto con las drogas.
- Aprender a adoptar actitudes familiares adecuadas para el afrontamiento del consumo.

b) Contenidos.
Ver Ficha 5.6. “Orientación familiar ante el consumo de drogas”.

c) Tareas para casa.


Reflexionar y apuntar posibles motivos por los que crean que su hijo/a puede haber tenido contacto o consumir sustancias.

Sesión 6. “Recursos familiares para afrontar el consumo”.

a) Objetivos.
- Aprender a identificar problemas y educar en la resolución de problemas desde el entorno familiar.
- Describir el entrenamiento asertivo y aplicarlo en el cambio de conducta.
74
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b) Contenidos.
Ver Ficha 5.7. “Recursos familiares para el afrontamiento de las drogas”.

c) Tareas para casa.


Reflexionar sobre la manera en que se ha enseñado a los hijos a tomar decisiones y resolver problemas, y contraponer
con el modelo aprendido. Constatar el estilo de comunicación interpersonal y detectar qué necesitaría modificarse para lograr ser
asertivo.

5.4. Temporalización y ubicación


Este módulo se desarrollará a lo largo de un mínimo de 5 sesiones y un máximo de 8, de 1-1 ½ hora de duración, en el
centro de servicios sciales comunitarios.

.
5.5. Recursos
Recursos Materiales.
- “Manual didáctico para la Escuela de Padres”, 5ª Edición (Durán y cols., 2004). Fundación para el estudio de las
drogodependencias –FEPAD.
- Dirección general para drogodependencias y adicciones - Junta de Andalucía. Prevención de las drogodependencias y
adicciones en el ámbito familiar (2008).

.
- Secretaria Drogodependencias País Vasco. Programa Hirusta.
Recursos Humanos.
El perfil técnico requerido para este módulo es el de psicólogo ó educador de Servicios Sociales Comunitarios.

5.6. Evaluación
Se podrán aplicar los cuestionarios usados para la adscripción a este módulo, junto con otras medidas como:
- Escala de carga familiar (Reinares y Vieta, 2004).
- Cuestionario de calidad de vida WHOQoL-100 (Sánchez-Sosa y González Solís, 2004).
- Cuestionario de evaluación del estilo educativo de los padres.
- Nº jóvenes que acceden para asesoramiento y/o tratamiento por problemas de consumo a los servicios de
prevención y/o tratamiento de drogodependencias del municipio, informado por la propia familia.

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9. COMPROBACIÓN EXPERIMENTAL

Para la comprobación experimental de esta guía se utilizará un diseño intrasujeto de medidas repetidas. Por tanto, cada
familia será evaluada en las variables que determinan cada módulo (información sobre drogas, información sobre el manejo del
familiar, codependencia, emoción expresada, comunicación, solución de problemas familiares, capacidad de afrontamiento del
estrés, motivación, información sobre el manejo del consumo en jóvenes) como medida previa antes de la intervención, siendo me-
didas esas mismas variables tras la intervención. Igualmente se evaluará el grado de satisfación general a través del cuestionario
WHOQoL-100 (de Sánchez-Sosa y González Solís, 2004) gracias al cual obtendremos una medida de eficacia de la guia.

Para la actualización y búsquedas bibliográficas se utilizaron las siguientes bases de datos: CSIC, ISBN, PSYCINFO, PRO-
QUEST, ISI-SOCIAL-SCIENCES, CURRENT CONTENS, GOOGLE SCHOLAR y TEMPUS-INE. Como estrategias de búsqueda
acuñamos estas palabra clave: codependence, expressed emotion substance abuse, counseling family abuse substance, family
factor substance abuse, (codependencia, emoción expresada en drogodependencias, consejo familiar en abuso de drogas, in-
tervención familiar en drogas, factores familiares en abuso de drogas). Se revisaron revistas científicas de adicciones, así como
estadísticas e informes del Plan Nacional sobre Drogas, datos del Sistema de gestión de Centros del PASDA y datos del S.I.V.O.
En general manejamos aproximadamente 30 artículos de los consultados.

A la hora de desarrollar los módulos, aunque este manual está pensado para su aplicación desde los servicios sociales
comunitarios, se tomó la decisión de introducir un primer módulo de información general sobre drogas y otro de información sobre
el trastorno adictivo al considerarlos pertinentes para alcanzar los objetivos previstos.

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10. PERFIL DE LOS TÉCNICOS

Esta guía está proyectada para ser desarrollada por los profesionales de los equipos técnicos de los servicios sociales
comunitarios de las Z.T.S. de la provincia de Córdoba (véase perfil de técnicos del IPBS). El responsable de la coordinación del
programa será el psicólogo, técnico en evaluación e intervención psicoeducativa, tal y como se detalla en el procedimiento de
actuación.

Es necesario un entrenamiento previo para los profesionales que apliquen esta guía, en aspectos técnicos y en el desar-
rollo de habilidades terapéuticas, como empatía, escucha activa, capacidad de síntesis, reformulación positiva de planteamientos
negativos familiares, etc.

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11. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFÍCAS Y MANUALES UTILIZADOS

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12. GLOSARIO DE TÉRMINOS

- Consumo perjudicial: Se refiere al consumo que conlleva efectos negativos, en cualquier área de la vida de la persona
consumidora: física, psicológica, socio-familiar y/o comunitaria. No tiene por qué ser un consumo de grandes cantidades de sus-
tancia.

- Consumo abusivo: Se refiere a un consumo abundante en cuanto a cantidad y/o frecuencia, que normalmente trae consigo
unos efectos negativos.

- Consumo experimental: Consumo inicial realizado para conocer efectos, buscar sensaciones, asociado a momentos lúdi-
co-festivos. Está normalmente muy relacionado con los jóvenes.

- Consumo crónico: Se refiere al consumo prolongado en el tiempo.

- Dependencia: Se refiere a un patrón desadaptivo de consumo que conlleva malestar o deterioro (físico, psicológico o
social) y junto al que han de darse, al menos, tres de los siguientes criterios en algún momento de un período continuado de 12
meses: tolerancia; abstinencia; la sustancia es consumida en cantidades mayores o durante más tiempo de lo que se pretendía
en un principio; existe un deseo persistente o esfuerzos infructuosos de interrumpir el consumo o de controlarlo; se emplea mucho
tiempo en actividades relacionadas con la obtención de la sustancia, consumo o recuperación de sus efectos; se da una importante
reducción de las actividades cotidianas del sujeto debido a la ingesta de la sustancia; se continúa consumiendo la sustancia a
pesar de tener conciencia de sus potenciales riesgos.

- Adicción: En el manual se usa como sinónimo de consumo compulsivo de una sustancia. Es un estado psicofísico causado
por la interacción de un organismo vivo con un fármaco, caracterizado por la modificación del comportamiento y otras reacciones,
generalmente a causa de un impulso irreprimible por consumir una droga en forma continua o periódica, a fin de experimentar
sus efectos psíquicos y, en ocasiones, para aliviar el malestar producido por la privación de éste, es decir, el llamado síndrome de
abstinencia.

-Trastorno adictivo: En la guía se usa como sinónimo del trastorno por dependencia de cualquier tipo de sustancia.

- Recaídas: Es aquella situación en la que un paciente se ve afectado de nuevo, tras un periodo de abstinencia, por los
síntomas del trastorno por dependencia.

- Calidad de Vida: La calidad de vida es “la percepción que un individuo tiene de su lugar en la existencia, en el contexto de
la cultura y del sistema de valores en los que vive y en relación con sus expectativas, sus normas, sus inquietudes. Se trata de un
concepto muy amplio que está influido de modo complejo por la salud física del sujeto, su estado psicológico, su nivel de indepen-
dencia, sus relaciones sociales, así como su relación con los elementos esenciales de su entorno”. En el manual lo concebimos
como un constructo multidimensional subjetivo referido al grado de satisfacción del individuo en las distintas áreas anteriormente
descritas y que influyen en su bienestar subjetivo.
84
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- Codependencia: Patrón de comportamiento que se caracteriza por el mantenimiento de una relación de dependencia afec-
tiva con una persona que es controlada a su vez por un objeto de dependencia. En la codependencia, el sujeto es dependiente de
una pareja que a su vez presenta un comportamiento adictivo (véase alcoholismo, ludopatía, adicción al trabajo, adicción a otras
drogas, etc.). En la codependencia, el sujeto afectado por la codependencia parte de la idea errónea de que puede y debe rescatar
al adicto de ese trastorno adictivo en el que se encuentra. Esto es así porque el codependiente necesita llenar un vacío emocional,
y lo hace ocupándose de cualquier otra persona.

- Emoción Expresada: Se refiere a una forma de interacción familiar, específicamente a la comunicación de los familiares
con el enfermo, concepto que incluye varios componentes: criticismo, hostilidad, sobreimplicación emocional, calor y comentarios
positivos.

- Terapia Familiar: Es una rama de la psicoterapia que trabaja con familias y parejas en relaciones íntimas para promover su
desarrollo. Se pretende un cambio en las relaciones intrafamiliares.

- Programa psicoeducativo familiar: Herramienta de intervención para la prevención y la promoción de la salud física y psi-
cológica, basado en el entrenamiento para el desarrollo de habilidades y en la información.

- Programas Preventivos: Actuaciones concretas llevadas a cabo para evitar la aparición del consumo de drogas (preven-
ción primaria), detectarlo precozmente e intervenir de forma inmediata, a fin de evitar su cronificación (prevención secundaria) o
para la rehabilitación e incorporación social (prevención terciaria). La prevención puede ser universal (dirigida a la comunidad en
general) o especifica (dirigida a población de riesgo).

- Modelo de cambio en conductas adictivas: Se trata del modelo de procesos de cambio de conductas adictivas de Prochas-
ka y Diclemente que define el cambio en la conducta adictiva en tres dimensiones: qué cambia, cuándo cambia y cómo cambia.

- Proceso de cambio del adicto: Dentro del contexto del modelo de cambio de conductas adictivas hace referencia a activi-
dades (pensamientos, emociones y/o conductas) del individuo para modificar su hábito adictivo.

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13. ANEXOS.4

- ANEXO 1. EVALUACIÓN INICIAL O ANALISIS DE LA DEMANDA (Apartado 6.1)

· FICHA 1. Entrevista para el análisis de la demanda inicial. (Adaptada de entrevista semiestructurada para la familia
del drogodependiente de Calvo, 2007)

- ANEXO 2. EVALUACIÓN INICIAL O ANALISIS DE LA DEMANDA



· FICHA 1. Planilla de recogida de datos

- ANEXO 3. EVALUACIÓN GENERAL (apartado 6.2.): CUESTIONARIOS, ESCALAS DE EVALUACIÓN Y FICHAS TÉCNICAS

· FICHA 1. Cuestionario de calidad de vida familiar (Adaptación de Palomar, 1999). Ficha técnica.
· FICHA 2. Escala de carga familiar (Adaptada para esta guía de Reinares y cols, 2004). Ficha técnica.
· FICHA 3. Inventario de Ansiedad Estado-Rasgo: STAI (Spielberger, 1970). Ficha técnica.
· FICHA 4. Inventario de depresión de Beck: BDI (Adaptación de Conde y Useros, 1975). Ficha técnica.
· FICHA 5. Instrumento de Evaluación de Calidad de Vida de la Organización Mundial de la Salud: WHOQOL-100
(Adaptación Carrasco, 1998).Ficha técnica.
· FICHA 6. Batería de Evaluación familiar: FAP (Olson y cols, 1996). Ficha técnica

- ANEXO 4. EVALUACIÓN ESPECÍFICA (apartado 6.3). CUESTIONARIOS, ESCALAS DE EVALUACIÓN Y FICHAS TÉCNICAS

· FICHA 1. Cuestionario de evaluación sobre información general en drogas.


· FICHA 2. Cuestionario de evaluación sobre información en recursos preventivos y asistenciales.
· FICHA 3. Cuestionario de evaluación sobre información del trastorno adictivo y su manejo.
· FICHA 4. Escala de Clima Social: FES (Moos, Moos y Trickett, 1989). Ficha técnica.
· FICHA 5. Escala Española de Evaluación de la Emoción Expresada en drogodependencias (Torrecillas, Muela y Godoy, 2008).
· FICHA 6. Escala de codependencia CODAT (Adaptación de la Co-dependency Assessment, Pérez y Delgado, 2003) Ficha Técnica.
· FICHA 7. Cuestionario de asertividad. Ficha técnica.
· FICHA 8. Cuestionario de autoestima. Ficha técnica.
· FICHA 9. Cuestionario de evaluación del estilo educativo. Ficha técnica.

- ANEXO 5. FICHA DE DERIVACIÓN


- ANEXO 6. FICHA DE COORDINACIÓN

4 Los anexos que se detallan se facilitan en la versión completa de esta guía a la que se puede acceder a través de la página web del
Instituto Provincial de Bienestar Social. 86
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- ANEXO 7. INFORMACIÓN BÁSICA SOBRE DROGAS (fichas de las sesiones del módulo 1 “Información básica sobres
drogas y recursos”).
· FICHA 1.1 Conceptos básicos sobre drogas.
· FICHA 1.2 Efectos y consecuencias del uso y abuso de drogas.
· FICHA 1.3 Indicadores del uso y abuso de drogas.
· FICHA 1.4 Recomendaciones para una adecuada actuación familiar.
· FICHA 1.5 Recursos locales y provinciales en materia de drogas.
· FICHA 1.6 Direcciones de interés relacionadas con la prevención y asistencia en drogodependencias.

- ANEXO 8. EL TRASTORNO ADICTIVO Y SU MANEJO EN LA FAMILIA (fichas de las sesiones del módulo 2
“Psicoeducativo y de asesoramiento en trastornos adictivos y su manejo”).
· FICHA 2.1. El trastorno adictivo: conceptos y manejo familiar.
· FICHA 2.2. Modelo de génesis del consumo de drogas.

- ANEXO 9. INTERVENCIÓN Y ASESORAMIENTO PARA LA MEJORA DEL FUNCIONAMIENTO FAMILIAR


(fichas de las sesiones del módulo 3 “Intervención y asesoramiento para la mejora del funcionamiento familiar”).
· FICHA 3.1. Relajación muscular de Jacobson (Grupos musculares).
· FICHA 3.2. Respiración diafragmática.
· FICHA 3.3. La comunicación: componentes, facilitadotes y barreras.
· FICHA 3.4. Prerrequisitos para el desarrollo de una adecuada comunicación familiar.
· FICHA 3.5. Los distintos estilos de comunicación: el estilo asertivo.
· FICHA 3.6. El proceso de hacer y recibir críticas en el contexto familiar.
· FICHA 3.7. Aprender a decir no.

- ANEXO 10. ASESORAMIENTO INDIVIDUALIZADO PARA EL DESARROLLO PERSONAL


(fichas de las sesiones del módulo 4 “Información y asesoramiento individualizado para el desarrollo personal”).
· FICHAS 4.1 Claves para vivir sin ansiedad.
· FICHAS 4.2 Claves para mejorar el estado de ánimo.

- ANEXO 11. ASESORAMIENTO A FAMILIAS DE JÓVENES CONSUMIDORES


(fichas de las sesiones del módulo 5 “Asesoramiento a familias de jóvenes consumidores”).
· FICHA 5.1. Características evolutivas de la etapa de la adolescencia e implicaciones familiares.
· FICHA 5.2. Establecimiento de normas y límites.
· FICHA 5.3. Educando en la autoestima.
· FICHA 5.4. Educando en la asertividad.
· FICHA 5.5. Orientación familiar ante el consumo de drogas.
· FICHA 5.6. Recursos familiares para el afrontamiento del consumo de drogas.

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