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PRACTICAS Y ENTORNO SALUDABLES

Alumnas:

Eluvis Ferrer

Lina Jácome

Irene Martínez

Docente: Yulianis Ayos

Atención a la Primera Infancia

INSTITUCIÓN

ESESCO

La Jagua de Ibirico Cesar


INTRODUCCIÓN

Los escenarios o ámbitos de intervención en promoción y educación para la salud


identifican los lugares donde distintos grupos de población viven, conviven, acuden, se
reúnen y/o trabajan. Es importante identificar estos escenarios porque, para trabajar con
eficacia, las intervenciones de Promoción de practicas saludables se deben desarrollar e
integrar en los espacios de sociabilidad más habituales y cotidianos.

Los entornos no solo se definen por ser las localizaciones para la Promoción de la Salud,
sino también por ser entidades sociales o sistemas que cambian y pueden promover su
salud. Se tiene en cuenta la influencia en el entorno y en la creación de sus problemas
de salud derivados de la relación entre el ambiente social y los factores personales.
PRÁCTICAS SALUDABLES

La crianza de los niños implica necesariamente la formación de hábitos que los


acompañarán durante toda su vida y que determinarán diversos procesos de desarrollo y
aprendizajes. Fomentar y aplicar diariamente hábitos relacionados con una vida
saludable, será un ámbito muy importante a trabajar continuamente para así dejar en la
juventud y adultez de tus hijos, una base sólida respecto a sus opciones de alimentación
y bienestar en general.

10 prácticas saludables que puedes comenzar a implementar:

1. Incluir en todas las comidas (desayuno también) y snacks, frutas y verduras para
toda la familia.
2. No fumar ni beber alcohol en presencia de tus hijos y si es posible, limitar su
consumo.
3. Realizar ejercicio en presencia de tus hijos o incorporarlos en tus rutinas o
deportes a practicar.
4. No dar a probar bebidas ni jugos con azúcar añadida a tus hijos y en lo posible
limitar tú y el papá también su consumo.
5. Alimentarse todos con la misma comida, no diferenciar la alimentación.
6. No fomentar los dulces o “cosas ricas” como recompensa o castigo.
7. Sentarse todos a la mesa a comer sin televisión mediante, conversar y disfrutar de
la comida.
8. No crear una relación culposa con la comida o estar permanentemente diciendo
que tal o cual alimento “te hace engordar”.
9. Salir a pasear todas las semanas, realizar panoramas en familia al aire libre.
10. Limitar los horarios de televisión y exposición a pantallas de tus hijos y si son
menores de dos años, intentar no exponerlos en absoluto al menos a dispositivos
móviles, menos frente a la comida.
Quizás algunas de estas 10 sencillas prácticas te parezcan irrealizables, pero lo cierto es
que no lo son, al contrario, son muy fáciles de realizar, el truco es mantenerlas en el
tiempo, incorporarlas como parte de la rutina diaria de tus hijos que se basa en gran
parte en hábitos y para que esto pase, es necesario predicar con el ejemplo.

Así es, partiendo por los padres, porque somos nosotros los que moldeamos estas
prácticas saludables a diario, los niños hacen lo que ven y actúan según lo que conocen
y todo eso está dado en lo inmediato por lo que viven en casa. Si en tu caso, el cuidado
de tus hijos está a cargo de una persona de confianza o bien un familiar, es muy
importante que ellos también conecten con estas prácticas, porque es parte de su
entorno y los niños toman elementos de su ambiente para la formación de hábitos. De
nosotros los adultos dependerá el resultado de estos aprendizajes fundamentales para
su vida.

 LA PROMOCIÓN DE PRÁCTICAS SALUDABLES

Esta estrategia, de prácticas de hábitos de vida saludables, cobra especial importancia


durante la infancia y la adolescencia por varios motivos:

1. En primer lugar porque es una época en que las familias son más permeables a
estas recomendaciones por estar concienciadas e implicadas en el cuidado
de los hijos, y, por tanto, es más fácil que eliminen hábitos nocivos (por ejemplo,
dejar de fumar) y que adquieran hábitos más saludables que son los que con su
ejemplo transmitirán a sus hijos.
2. En segundo lugar, porque estos hábitos aparecen desde los primeros meses
de vida y se van consolidando a lo largo de la infancia y de la adolescencia.
Y, si es así, se adquieren con mayor fidelidad y menor esfuerzo que en la edad
adulta.
3. Y en tercer lugar, porque es imprescindible para la construcción de una
persona sana en todas sus dimensiones (física, mental, espiritual y social) y,
por tanto, para la prevención de enfermedades en la edad adulta.
Los hábitos de vida saludables son estilos de vida, de comportamiento, de los
cuales los más conocidos son los que tienen que ver con la alimentación, la
higiene, la actividad física, la protección, los hábitos tóxicos… pero hay muchos
otros que tienen que ver con actitudes básicas necesarias para la salud mental.

 PRACTICAS SALUDABLES EN LA INFANCIA

Hoy en día, la salud no se considera simplemente como ausencia de enfermedad. Se


entiende que una persona sana es aquella que goza de un bienestar general, tanto físico
como psíquico o social, y es precisamente en la infancia donde se van modelando las
conductas que dañan o benefician la salud, concepto que actualmente se conoce como
“estilo de vida saludable”, que incluye el abandono del tabaco, alcohol y otras drogas, la
práctica deportiva, la nutrición adecuada, y el desarrollo de nuevas vacunas.

Educar a los niños y niñas en Hábitos Saludables desde temprana edad, es la medida
preventiva mas eficaz para mejorar la condición de salud a lo largo de toda la vida del
individuo.
Desarrollar en ellos hábitos y costumbres sanos, que los valoren como aspectos básicos
de la calidad de vida y que rechacen las pautas de comportamiento que impidan la
adquisición de un bienestar físico y mental, ayudará a lograr cumplir el objetivo de “vivir
más, vivir mejor” al evitar procesos patológicos desde su raíz, como las enfermedades
cardiovasculares (ECV), aterosclerosis e hipertensión arterial, la ingesta calórica
excesiva con obesidad, niveles elevados de colesterol, sedentarismo, hábito de fumar y
beber alcohol. Varios factores de riesgo podrán ser modificados, si se incorpora en la
educación de los niños y niñas no sólo aspectos sanitarios, sino también sociales,
culturales y económicos, para alcanzar un “estilo de vida saludable” incluyendo la
promoción de hábitos saludables como el tipo de dieta cardiosaludable y hábitos
nutricionales, el patrón de conducta personal y comportamiento (horas de televisión,
videojuegos), hábitos (tabaco, alcohol), estilos de vida (actividad física, sedentarismo), la
estructura social, y las variables biológicas, y factores ecoambientales.
El estilo de vida, está estrechamente relacionado con el comportamiento general de la
comunidad y es una cuestión de masas de población.

Para introducir nuevos valores y que los niños adquieran hábitos saludables duraderos
que redunden en su bienestar y calidad de vida, sobre todo de cara a su posterior
desarrollo físico e intelectual, será conveniente que los padres sirvan de modelo.

Es decir, si la familia práctica hábitos saludables es mucho más fácil convencer a los
hijos de que hagan lo mismo, y sus efectos se prolongarán a lo largo de toda la vida.

 Entornos Saludables

Dado que el entorno es el espacio físico, social y cultural donde se habita cotidianamente
(vivienda, escuela, lugar de trabajo, vecindario, vereda, municipio, ciudad) y donde se
establecen relaciones sociales que determinan una manera de vivir y de ser, el concepto
de "Entornos Saludables" incorpora tanto los aspectos de saneamiento básico, como los
relacionados con espacios físicos limpios y adecuados, así como las redes de apoyo
para lograr ámbitos psicosociales sanos y seguros, exentos de violencia (abuso físico,
verbal y emocional). De la misma manera las actividades de información y de educación
para la salud constituyen un complemento de estas otras formas de intervención, razón
por la cual se elaboró este material pedagógico para reforzar con contenidos, ejercicios y
lúdica la capacitación y formación de los escolares en un mayor control de su propia
salud.

La Estrategia de Entornos Saludables permite realizar acciones de promoción,


prevención y protección que contribuyen al mejoramiento de las condiciones de salud de
las poblaciones en su entorno ( hogar, escuela, trabajo, barrio, localidad) promoviendo
estilos de vida saludables complementadas con intervenciones de mejoramiento del
entorno.
Creación de entornos saludables: el hogar, la escuela y la comunidad

Existe un amplio abanico de soluciones contra las amenazas ambientales para la salud
de los niños (en la fotogalería pueden verse algunos ejemplos). La mayoría de esas
intervenciones se centran en el terreno de las políticas, la educación, la sensibilización,
el desarrollo de tecnologías y los cambios de comportamiento.

Para abordar las amenazas ambientales se requiere un enfoque concertado y


coordinado, en el que participen personas de muchos sectores diferentes (p. ej., salud,
educación, vivienda, energía, agua y planificación). Trabajando juntos, las instancias
normativas, funcionarios públicos y miembros de la comunidad como padres, profesores
y trabajadores sanitarios pueden aprovechar los programas existentes y adaptar las
intervenciones a las necesidades locales.

Este enfoque multisectorial y participativo se ha aplicado con éxito en varios proyectos a


pequeña escala en todo el mundo (véanse algunos ejemplos en el recuadro). El reto
consiste en implementar esas estrategias eficaces a nivel nacional y mundial para
proporcionar a todos los niños un lugar saludable donde vivir, estudiar y jugar.
CONCLUSIÓN

Promover la salud a través de acciones sencillas todos los días es la mejor forma de
tener una Vida Saludables. Prevenir enfermedades y promover su salud a nivel
general. Muchas veces la cura a una enfermedad está sujeta a cambios sencillos en
el estilo de vida. Un estilo de vida saludable es una herramienta para alcanzar
plenitud y bienestar.

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