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¿Qué es un codeudor?

Esta deuda puede ser un préstamo hipotecario o incluso un contrato privado. El deudor es un
segundo titular de la deuda. Es decir, cuando existen dos o más titulares de la deuda a favor de
un acreedor, titular de los derechos de crédito de esta cantidad prestada a favor de los
deudores.

Normalmente los codeudores de una misma deuda lo son de forma solidaria. Es decir, todos
deben el 100% de la deuda, sin perjuicio del llamado derecho de repetición en caso de que
uno de los codeudores afronte toda la deuda.

Y en segundo lugar, tenemos los avalistas.

¿Qué es un avalista o fiador?

En este caso se trata, en el caso de un instrumento de financiación, se trata de una tercera


persona, normalmente distinta al deudor principal de la deuda, que presta garantía de la
deuda principal. El ejemplo más práctico es, en un préstamo hipotecario suscrito por un
consumidor, quien presta avales son los padres del deudor principal.

El contrato del aval es un contrato accesorio, según entiende la jurisprudencia, al contrato de


préstamo o deuda principal, y solo se activa en caso de que el deudor principal no afronte sus
obligaciones con el acreedor.

Por ejemplo, en el ámbito hipotecario, cuando el deudor principal deja de abonar las cuotas
hipotecarias, la entidad financiera puede prestar ejecución, solicitando el pago judicial al
deudor principal; y en caso de que este sea insolvente, acudir luego a reclamar las cantidades
a los avalistas.

Hay muchos tipos de contratos o maneras de ser avalista. Nos hemos encontrado que lo más
habitual es renunciar a los llamados beneficios de excusión, división y orden; lo que significa,
a la práctica, que la entidad financiera puede acudir indistintamente a reclamar la posición
deudora, o bien al titular de la deuda, o bien al avalista.
Otro tipo o manera de ser avalista en un contrato de deuda es limitar la posición del mismo. Es
decir, si no se especifica ni concreta, el aval normalmente responderá por toda la deuda. No
obstante, puede suceder que el avalista quiera aval solo una parte de la deuda. Para ello, lo
cual se puede introducir en el contrato sin problema, tiene que ser autorizado y acordado
entre todas las partes interesadas: acreedor, deudor y avalista.

Los avalistas también suelen conocerse por le nombre de fiadores. No obstante, un fiador
tiene las mismas características o rasgos que un avalista, y, por tanto, tiene las mismas cargas
económico financieras, desde el punto de vista jurídico.

¿Cuáles son sus principales diferencias?

1. El aval es un término utilizado en materia mercantil, empleado en los títulos de crédito


(pagarés y letras de cambio) haciendo referencia que la persona se compromete al
pago de lo adeudado en nombre de otra persona y fiador es un término que se utiliza
en materia civil, a través del contrato de fianza, en el cuál una persona se compromete
con el acreedor a pagar por el deudor si este no lo llegará a hacer.
2. Si te piden garantizar un contrato de arrendamiento serás fiador y si te solicitan
garantizar una deuda a través de un pagaré te convertirás en avalista.
3. El fiador no puede ser forzado a pagar al acreedor sin que de manera previa sea
demandado el deudor principal, mientras que el aval queda obligado de manera
solidaria con el deudor principal, y puede ser demandado en forma directa por el
acreedor.

Muchas veces tendemos a utilizar estas palabras como sinónimos pero en el ámbito jurídico
son completamente diferentes. Antes de hacerte aval o fiador de algún familiar o amigo
conoce todo lo que implica acceder a esta responsabilidad, o si estás en busca de uno,
asegúrate de que pueda cumplir con todos los requisitos ante algún imprevisto.

Entre las diversas maneras de comprometer nuestra garantía personal en respaldo de las
obligaciones económicas de amigos, familiares y conocidos, encontramos la en desuso
como fiador, la solidaria como codeudor, así como, una que otra vez, generalmente en el caso
del giro de cheques, entre otras, la de beneficiario endosante.
Mas sin embargo, es particular la consulta tanto en el blog como en la oficina, y aun motivo de
inmensas trabas procesales, situaciones de esta similar naturaleza
“ …yo si firme ahí abajito pero me dijeron que era como testigo y vea que en ninguna parte
dice que soy codeudor, ni fiador ni nada, entonces porque me están demandando…”
Sin entrar a miramientos de ninguna especie, nos detendremos en la significancia legal que
opera respecto de la simple firma impuesta en un titulo valor cuando quien lo hace no es el
deudor principal como tampoco su codeudor solidario.
Al efecto es de recordarse el Inciso 2º del Artículo 634 del C. de Co., que define y reglamenta:
“…La sola firma puesta en el título, cuando no se le pueda atribuir otra significación se tendrá
como firma de avalista…”

Esto es que, cuando de la lectura de la letra, factura, pagaré, por excelencia, se encuentre una
firma que no se pueda establecer si la persona que la impuso lo hace como girador o deudor
principal ni como codeudor, quien la impuso, se entenderá legalmente –no se presume- que lo
ha hecho como avalista, esto es, comprometiéndose como garante asumiendo la
responsabilidad solidaria del pago en caso que el obligado principal no lo haga.
Ahora, la inquietud sobreviniente radica en precisar que diferencia existe entre avalista y
codeudor, si ambos comprometimientos son solidarios en cuanto responden simultáneamente
con el deudor principal por el pago de la obligación garantizada.
Pues bien, el Codeudor responde solidaria e ILIMITADAMENTE sin que pueda condicionar su
garantía a determinado obligado principal o determinado porcentaje de la obligación;
el Avalista, aunque responde solidariamente, puede LIMITAR su garantía a un determinado
obligado, y/o a un determinado porcentaje de la obligación, siempre y cuando así lo hubiese
indicado en el mismo titulo valor, en hoja adherida a él, o incluso por escrito separado en que
se identifique plenamente el título cuyo pago total o parcial se garantiza, de no hacerlo,
responderá ilimitadamente como si de un codeudor se tratase.

• Deudor solidario (Solidaridad Pasiva)

Las obligaciones pasivas solidarias "(...) son las que, teniendo un objeto divisible, existen a
cargo de varios deudores y colocan a cada uno de estos en la necesidad de pagar la totalidad
de la deuda" 1, lo cual significa, entre otros aspectos, que existen varios deudores y cada uno
de ellos debe la misma cosa, por lo cual el acreedor puede exigir la cosa debida a cualquiera de
ellos o dirigirse contra uno sólo.
Así pues, el "(...) acreedor cuenta con dos patrimonios sobre los cuales puede hacer efectivo el
derecho general de prenda: el del deudor y el del codeudor solidario (...). A juicio de la
doctrina, esta institución goza de especial favor en el comercio jurídico "por las ventajas que
proporciona al acreedor, siendo la principal de ellas la garantía que constituye para este la
circunstancia de que el sujeto pasivo de la obligación se multiplique, así como también los
patrimonios que directamente responden del cumplimiento total de la obligación" (...)" 2.

• Fianza

El artículo 2361 del Código Civil define la fianza como "(...) una obligación accesoria, en virtud
de la cual una o más personas responden de una obligación ajena, comprometiéndose para
con el acreedor a cumplirla en todo o en parte, si el deudor principal no la cumple (...)"

Lo anterior significa que cuando se otorga una fianza el deudor compromete para el pago su
patrimonio y subsidiariamente un patrimonio ajeno o sea el del fiador. También tiene el
acreedor dos patrimonios a su disposición, aunque no puede perseguir libremente los dos,
como en las deudas solidarias, sino que primero debe lograr la satisfacción del crédito con el
patrimonio del deudor y, en caso de que no sea suficiente para el pago, puede acudir al
patrimonio del fiador.

Sobre la figura de la fianza algunos tratadistas han manifestado que

"resulta menos eficaz, porque el deudor no pasa de ser un deudor subsidiario, de segundo
plano, que, debido a esa condición, goza de beneficios legales en detrimento del interés que
tiene el acreedor en que su crédito sea pronta y fehacientemente atendido. Así, el fiador goza
del beneficio de excusión, en virtud del cual puede exigir que antes de proceder contra él se
persiga la deuda en los bienes del deudor principal y en las hipotecas o prendas prestadas por
este para seguridad de ella (art. 2383). Y si hay dos o más fiadores de una misma deuda, gozan
del beneficio de división, en virtud del cual la deuda se entiende divida entre ellos, y el
acreedor no puede exigirle a ninguno de estos la cuota que le corresponda (art. 2392).
(...) En las obligaciones pasivas solidarias no hay deudores de segundo plano, sino solo
principales, obligados a satisfacer la totalidad de la deuda, sin que ninguno de ellos pueda
proponer el beneficio de excusión ni tampoco el de división de aquella (...)" 3.

De conformidad con lo anotado se sugiere revisar la calidad en la que usted actuó dentro de la
obligación, no sin antes precisar que por regla general en el tráfico mercantil se utiliza la
figura del deudor solidario, caso en el cual el acreedor puede exigirle a éste el pago completo
de la obligación o perseguir sus bienes para hacer efectiva la deuda.

Por otra parte, cabe señalar que no es obligatorio para las entidades financieras aceptar las
propuestas efectuadas por sus deudores sobre la refinanciación4 de los créditos a su cargo, a
fin de modificar cualquiera de las condiciones inicialmente pactadas sino que corresponde a
su fuero interno teniendo en cuenta las condiciones propuestas.

Además, no se puede perder de vista que para la reestructuración de obligaciones las


entidades financieras deben observar algunos requisitos, tales como el mejoramiento de
garantías y de las condiciones financieras del deudor que demuestren su fortalecimiento
patrimonial, conforme a las instrucciones impartidas por este órgano de control en Capítulo II,
Numeral 12 de la Circular Externa No. 100 de 1995 (Circular Básica Contable y Financiera)».

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