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una InŒoaucc10n a la musoua MLLP.

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Una a
,ntropologa
mosonca.
PEK-so.N'.'
I O i Líber fad timclümen/af, llamada libertad .rraseendenlal par
ta dcggcr. Consiste cn la radical- Heituta del homblz a la realidad: 'd la
apc verdad at bien. Esta apertura pr
belleza, a la viene dc la apertura infinita del
v voluntad humanas a todo lo real
entendimiento como va
Lihre albedrio o
anteriormente
libertad ción dcl hombre según
unos fines más adelante, c sta sicològica. Es la capacidad de
autodete autodetermina-• previamente elegidos por él
3 ) Libertad moral. Desde mismo. Como vcnunaciòn tiene sus limites.
0

e ética y perfeccionamiento de te punto de vista nos referimos a la


la p Con las virtudes {«hábitos dimensión rsona med)ante los hábitos c
operati persona, mientras que virtudes morales. '05 buenos») crece la
los vicios téntica realización capacidad operativa de la (hábitos
personal. operativos malos» I entorpecçn la au-
Libertad social o
libertac en la vida social y politica. Sc trata dc la capacidad de intervenir
política sin pr paz dc crear un hibiciones, de tal modo quc el hombre sea
orden social justo trata con rnàs cahumano. Este último sentido dc la libertad sc
dctcnimicnto en la ilosofia social v politi ea.
A los das primeros sentidos e libertad se les puede denominar «libertad
nata o nativa» puesto que todos I ins hombres la paseen por derivarsc
mente dc la esencia metafisica ncocsariahon-lbre. A las dos últilnas, por el
del la llama «libertad adquirida» contrarta, se e es una libertad conquistada
mediante la autografes siguientes veremos
va q determinación persona]- En
con detalle cada uno rtad»_ tomo se verá. no
los cp de estos sentidos del se trata dc un término de manera diversa en
término «lib unívoco, sino anå] los distintos contextossentidos guardan entre
ago: se aplica Aunque, no si una estæcha vinculatido dcl término sc
obstante. los diversos ción. Se amplia v continúa natural-
podria decir que cada se mente 'tillán-PucIIes'
en los demás. como apunta
2. L \ LIBERTAD
La libertad fundamental o «
dc la persona humana- Sc trata po rascendcntal» es uno dc los rasgos específicos
porquc está inscrita en todo scr h tanto dc una «libertad constitutiva» o «nativa»
ser persona. «Esta libertad con mano de manera originaria por el mero hecho
iste en la infinita apertura que al ser personal le

autopusesión humana - En la
libertad de esta clase de
libertad según su ejen:icio arbjtno la autoposesian precisamente en lo sque es el
Iqœx•r o domiruo nuestra poten:ia vo]jliva sobn propios
En la el hombre se rx•s yde Lr- qtx•rerl como según su especificación [querer esta o
xscerxler excluir} su consiste en el Io
poder- que con ellas adquie sin njrgum '—posee por adquzrir el na sonx•Letse SLLS bien
amenaza
García Cuadrado, coacción
José Ángel. 1 fhid., filosófica.
Antropología p. t fis Una introducción a las
pnvado. Y en politjcas
la filosofia dellahombre.
autoposesión
Esparta: 2004. ProQuest ebrary. Web.
24 August 2014. • el ciudadano. de autode en las reslx.•ctjvas ma411 y
can ampum de icy rn:nte a ilega-
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José Ángel. form without filosófica. from the publisher, except fair uses permitted under u.S. or applicable copyright law-
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de 15 24/08/2014
intropologia ti10SOnca. Introaucclon la mosonaael nomore

Una a

Garcia Cuadrado,
Web. AJgust
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01:01 p.l
otorga prccisamente su condicion dc persona, caracterizada por la capacidad dc entcndcr
v dc quercr» q . Sc pucdc dccir quc es el sentido más profundo de la libertad sobrc el que
sc fUndamcntan os otros scntidos. Es la raiz dc la actuación libre
La libertad trasccndental o sc quita ni se adquierc nunea: es «natural».
Además, cs siemprc interior, par ue en cl espacio de la intimidad mi libertad
serå 5icmpre inviolablc aunquc cxtc •ormcntc no sc manificste: par ejcmplo,
las creencias religiosas, los deseos ma • intimos, el amor, etc. Nuncu podrån
obligarmc a amar u odiat- a nadic, pot-que ese espaeio interior no cabe la
coaecion. La coacción es siempre de la accian xterna De libertad fundamental
emana la dignidad de toda persona huma a v es la base de los derechos
humanos y juridicos, como es la Iibcrtad de opi an y de expresión, la libertad
(creer y practicar una fe el deæcho a v vir según 10 dicten las propias
crccncias o convicci ones, etc.
Por 10 tanto, poclemos cleJÏ la ìlhertaa' traseendenta/ como la apertura a
rodo 10 veal con una amplitud e lormc dc posibilidades. Esta ctpertllrc,r se
deriva de la infinitud de nuesfro pensa 2jenÎo v de la Recuérdese 10
que decia• mos al tratar del conoci:mento v del at-nor: «dc alguna Inancra el
alma humana cs todas las cosas», porque todas I s eosas (al menos
pntencialmente) son objeto de su entendimienta v dc sti volunt d. La persona
humana un scr abicrto a la tota-

finitud hav que cntendcrla cor ctamente. El espiritu cs, de mancra intencional,
todas las eosas. porquc todas la puede conolxr v quercr, pct-o esto no quierc
dccir quc de hecho conozcamos to as las cosas y las queramos. Decir que la
persona es un scr cn cicrto modo in nito hay que entcndcrlo en de quc es
sUsceptiblc de un cnriquecimiento infinito como persona: siemprc pucde
conoccr más cosas y querer 111ás cosas v mås intensamcntt). Pero esas
capacidadcs no pueden ser nunca totalmente sa istëchas. puesto que los actos
del entendimiento v la voluntad son siernpæ limitados.
Al tratarse de una libertad humana» hav que tencr en cucnta gue es siempre una
libertad finita. situada en el t empo, no absoluta aunque no por ello menos La
libcrtad humana no es una Ii ertad absoluta parque tiene unos limites: la utopia de la
libertad absoluta es el ide I romàntico que cree cn una libertad autónoma y desligada
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dc cualquicr origen. El hecho dc que no seamos absolutamentc libres tampoco
significa que no scam s librcs en absoluto- Lo único que mucstra es que nucstra

libertad es finita, y no só o por el ser de las cosas que elcgmos —que siempre son
biencs limitados—, sin pot-que el ser mismo de nuestra libertad electiva rsonas
finitas. un ser limitado»

perperrta_ que en su pri-


puede obligarmsa no

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1110SOnCå. IIIŒOUUCCIOII la UUULVIG LILLP./ /

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148 .PERSOJV.I

En efecto, la libertad humana, siendo real, no es total puesto que hav


cosas de La vida humana que escapan al poder de la voluntad. En pri:ner
lugar, el hombre no pucdc elegir su situación histórica ni cultural. En SLI
origen, la libertad está situada cn cl tiempo: ya cs algo dado. no cicgido_ La
voluntad libre se constituve en un momento posterior, a partir dc esas
determinaciones historico-culturalcs. El hombre no cs ducño dc su origcn;
tampoco c! hombre es dueño de su término Además, el hombre puede elegir
fines, pero al menos hay un fin que no cs objeto de su elección: el fin último
quc es la felicidad. Ya vimos cómo Io afirmaba la tradición aristotélica:
«Decimas que deseamos ser fcliccs pero no clcgilTlos ser fcliccs». Además,
tampoco cl hombre puede dejar dc scr libre- LP. Sartrc lo exprcsaba de
Inanera trágica: «El hombrc está condenado a ser libre» 12 Y es la libertad es
una propiedad necesariamente unida al modo de scr del hombre: l a Iibertad
puede elegir casi todo. menos dejar de ser librç.
Por tanto, la libertad humana cs una Libertad situada, no absoluta, puesto
que parte ya de una situación determinada en su origen. La libertad
trascendental no parte nunca dc cero. La libertad absoluta, sin barreras ni
límites, es una abstraecián incxistentc: cl honnbrc na cs sólo libertad, pues en
tal casa no scria nada_ El conjunto de clcmcntos pre-conscientes dc tipo
biológi co, genéticas, afectivos, educacionales v culturales quc el 11C va
consigo cuando comienza su vida consciente v su actividad libre cs Io que
algunos autores denominan sintesis pas;va_ Es cl punto dc partida, la
situación originaria desde la cual el hombre comicnza a ejercer su libertad.
Es en la libertad trascendental donde la persona humana toma conciencia
de que puede encaminar su vida hacia la propia perfección (Io que algunos
autores denominan autorrealizaciónt. Ya vimos que Aristóteles dice que «ser
libre es ser causa dc si mismo». Esta afirmación hav que entenderla en c]
orden dinámi coexi stenciai del obrar, pero no cn el ordcn del ser, pucsta que
nadie pucdc ser causa dc su mismo existir, es decir, «crearse a si mismo» n
Este es el sentido de la expresión «la libertad cs la tarea de realizarse a sí
mismo»: no se trata dc «crearse» a sí mi smo a partir de la nada «.r.de la nada,
nada se hace», afirmaban los cscolásticos}. Pero si puedo «hacerme a mi
mismo» a partir de mi naturaleza humana que ya he œcibido N

12. SAB. J. P., E.' v nuda, Fans p. 515.


1 -1 . no st aplicar ruj siquiera DIOS. hacian los racionalistas que alribuian
La perfección dc ser de sí mismo C pero esta noción es contradictoria porque par.'
aca LLsarse a sí es preciso oser ya previamente». antes comunicarse el actk.i de ser.
14. Este pnxeso de a si mismo lu Sido agu&ltnente pax•stö de relieve ek•sde la psiquiaina PL}r jclor
Frank]. gue despt£•s de su e.\lxriencaa en uacacnpo de durante SegunM escribió: •«EI humana na es Lina
otras se determinan otras: pern el hambre'. en Última es su pmpjo delermjnante. Lo que llegue ser de los
limites Je Facultades y su entorno-— Io tiene que hacer par si mismo.
ios campos concentración, por eje en aquel v j'„'0. en banco de prœbas, observabarnos y
éramos qux• algums de nuestros camaradas actuaban como certk's Illjentrx•s se comportaban
sant(N.;. til hombre tiene de si ambas poterxiil.v. de

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,nEop010ga mosonca. muouucc1011 la

3. LA Y DETERMINISMt:š

La acepción más común dc la palabra «libertad» suelc reducirse a esta


dimensión de la misma: la capacidad de clcgirent1Q varias opcioncs quc sc
mc prcscntan. Esta libertad la ponemos en juego continuamente en la vida
cotidi ana en cuestiones triviales, aunque a veces la elección implica una toma
de postura verdadcramcnte decisiva para nuestra vida. En este sentido, «la
libertad podria definirse como una propiedad de fa voluntad en Virtud de la
cual ésta se autodetermina hacia algo que {a Inteligencia ie presenta como
bueno» De esta manera, sc entiende quc la libertad, más que la mera
capacidad dc elegir, es la capacidad de autodeterminar.se al bien. Por eso, cl
conecpto dc «autodctcrminación» hacia el bicn es lo más caracteristica de la
libertad dc elección.

3. I . La autodeterminaciòn de fa voluntad
En un tema anterior afirmamos que la voluntad tiene COITIO objeto el
bien; cn todas sus acci ones el hombrc busca neccsariamente cl bien (esa
tendencia la denominamos voluntas ut natura). Pero cstc objeto es genérico v
no especifico. puesto que ningrin bien finito puede determinar Ict infiniflld de
la volltntad. Par esta razón, k,' voluntad que está determinada al bien a nivel
genérico, esfå indeterminada para los bienes concretos. La voluntad se
determina hacia un bien « desde si misma», o «desde dentro» En este
sentido, libertad es auto-

Por eso, en la filosofia clásica la libertad no se entiende como pura


indeternmnación. incli/&reneK.r o mera art/onomra de la volitnfctd, puesto
que ésta siempre hace referencia al bien ila verdad en e.) nivel práctico)
pnzscntado por cl cntcndimiento. La libertad «tiene como fundamento
relaelòn del ser humano 01' bien en cuanto h;en. al bien advertido v querido
como tal cl cimicnto dc nuestra libertad no es una especie de indiferencia
hacia lo bueno o malo, hacia una cosa u otra, una suerte de apatía abúlica;
sino, cn el extremo opuesto, una excedencia. vigorosa tensión dc nuestra
voluntad, de toda nuestra persona, a lo bueno cn sí v cn universal: a todo
cuanto tiene razón de bien»

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mosonca. una a
:xsy• m condiciones (_k•penl-i• cuál de ellas se manifieste» s, . hombre en
busca de sentido 1 19 " edicióllþ- Hen-i•r- pp. 1 SA.
15. E de op. cit.. L 8.
J_M..
16_ Esta uk•ter111inacit3rL :ntnn.e-eca de ia voluntad como Io definitorio del acto libre se
exontrar en este diálogo una obra cläLSica de io. id y comunicad qux• 'César no ira. Eésar.
alegar alguna causa para que se burlen Illi cuando anuxie
; La es mi voluntad! iQue no ité!». acto Segun&a, escena I]. 17. En la clasica se de dos
momentos de la libertad electiva. gue son en realidad niveles de la autodeterminación: a !
Libertad elegir iMcero m mcer algo; Libcnad una vez que se ha elegido lle a cabo de um o
de olla
1 8. Mt.L.Ž•N.O, T., de ú,' per.iP"i.•. op. cit. p. 59.

24
©
not

7 01:01 ntropologa Inrroauccwn ra

La vinculación existente entre la voluntad. la verdad {práctieal y el bien


ticndc a qucbrarsc cn algunas concepciones modernas de la libertad, En ellas
sc entiende la libertad como pura indeterminación o indi rcrcncia hacia fines;
entonccs, scr librc es equivalente a estar indcterminada- En este sentido tiende
a conccbirse la libertad como un fin en si mismo, v no como una posibilidad
necesaria para alcanzar el bien por si mismo. Este parece scr cl fundannento
del principio de autonomia dc inspiración kantiana que concluirá cn cl
existencialismo con la negación de una naturaleza humana (que cs
teleológica, es decir, sujeta a unos fines objetivos ) cn favor dc la libertad
ilimitada del hambre, como sc recogc cn el siguientc texto de la J&rltafis
Splenclor: «Para otros, cs en la promoción sin limitcs dcl podcr dcl hombrc. o
de su libertad, como se constituyen los valoæs económicos, sociales,
culturales e incluso morales I. . en último término, definir la libertad por
medio de si misma v hacer de ella una instancia creadora de sí misma V de
sus valares- Con este radicalismo el hombrc ni siquiera tendría naturaleza y
scria para si mismo su propio provecto de existencia. "El hombrc no seria
nada mås que su libertad!»
En el proceso dc autodeterminación dc la voluntad la ecrtcza total
aecrca dcl bicn concreto no es posible- La evidencia a nivel práctico no
existe: por eso la dcliberación dc la razón práctica no se detiene nunca por si
misma. Es pteciso un de volrtntad para cerrar el proceso deljóerafil.to:
esto cs la decisión, quc es un acto dc la voluntad con el que cierro el proceso
de deliberación. icntras se delibera, circulan por mcntc los provectos, ya sean
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pocos o muchos, v tratamos de sopesar cn cada uno sus respectivos
inconvenientes v ventajas. La deciSión es el corte de esta rotación mental de
pasibilidadcs. Ale decido en el ruarncnto en que opto por una de las
posibilidades debatidas»
Al hablar dc la mutua causalidad cntre entendimiento y voluntad de
ciamos que cada una dc cllas cs causa cn un sentido determinado. Pues bica,
la voluntad siempre sigue el pr¿cfteo de lu ra:òn (pråctieaj, pero
determinar que ése sea el último depende de la volunfad_ Esto quiere decir
que decidir cuál es cl peso dc las razones a favor o cn contra depende ¿e la
voluntad propia. Cuando un sujeto decide hacer algo por la razón A, a pesar
dc la razón B, siempre podría haber elegido lo contrano por la razón B, v a
pesar dc A. Dc esta manera, se muestra que las tesis deterministas carecen de
fundamcnto, porque las razones V motivos exteriores no detcrminan desdc
fuera la voluntad. Según el determinismo

19. Il. Spîent,for. n. 46. La vinculaciÓL1 enttt verdad y es un lema caractcr-i-stico de e ruseñanza de Juan Pablo ll ya SLLS
ry•imems escritos filosóficos. «La ruren:na la parte de la naturaleza decisión y x• manifiesta de especial cn Ea elecciÓn . ...l. no significa
orienE1rse un y 3TXLrt•arse (esto sena una concepción puramente de la volicióm. Significa turnar una 'i•cision- según el principio dc la
ven±ld- a] elegir entre las posibles objetos que se han presentado a la voluntad.
B

imposible entender la naturaleza de eleccién sin verdad. principio 'YL.A, dimruismo propio la
K.. voluntad a lu op. Cit..
p I 1985, p. 78.
20. LL A.. {ú' L•L'.XSA.

24

not
,ntropoJogia tilosóhca. mtroaucclon la mosona ael nomore nLLP:/ /
/

no existe la libertad porque el hombre siempre


elige por la razòn más ./üerte: pero esta tesis
carece de sentido porque determ inar cuál es el
motivo más poderoso depende de la propici voluntad. De esta manera,
«la posibilidad favorccida sc haoc mia de un modo
definitivo; no porque las demas me scan totalmente
ajenas —como si no ejercieran en Iñi ninguna
sugestton—' , sino porquc intima y oriynariamcntc doto a ésta dc un
valor conclusivo»
En la cxpcricncia ordinarla, la acción librc dicc
realizarsc «porque me da la gana». En cierto sentido, es cierta esta
afirmación. Par gemplo. cuando quiero adquirir un automóvil se presentan
múltiples ofertas en el mercado: al final tengo que decidirme por una dc las
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posibilidades. un modelo dc ticnc potencia cs cómodo, pero
resulta demasiado costoso ¿Que haccr? O bien puedo
decidirrne a comprarlo, a pesar dc Io quc cucsta, o bien
no lo compro porque es muy caro, a pesar de que me
gusta- ¿Que razón tiene más peso? La que vo quiera_
No obstante, la libertad cs mucho más que la
mera capaci dad de elegir: si esto fuera cierto,
la libertad quedaría garantizada siempœ v cuando
hava una amplia gama de ofertas- Reducir la
libertad a la libertad de elección entre más o
mcnos ofertas es trivializar la libertad humana.
La libertad signi fica compromiso, «puesta en
juego» de la propia existencia. El caso más
extremo v gráfico de la Iibertad como compromiso
c.xistcncial es el del martirio: a un cristiana sc
le amenaza de mucrtc si no renuncia a su fc. Sc
prcsenta esta alternativa: o bien se prefiere
confesar la fc aunquc le pueda costar la muerte; o
bien prefiere salvar su vida, aunque sea al coste
de renunciar a su fe. ¿Qué tiene más peso? ¿Qué
quicro con más intensidad l' En otras palabras.
¿qué amo con más fuerza? Respondida csa pregunta,
así actuaLé. Dc esta manera sc observa la estrecha
vinculación entre amor v libertad: el amor
«determina» mi voluntad hacia cl bien que he
clcydo previamcntc. En este sentido se puede
afirmar que todo amores libre: no cabe pensar en
un amor «obligado».
La decisión es libre en cuanto que la voluntad
no esfci determinada «desde {itera», de manera
«violenta». Por esta razón, la decisión
cxtcriormcntc como suspendida en el vacio c coma
si surycra de la nada y fuera por tanto gratuita
(«hago esta porque me da gana» Parece que no tiene
causa suficiente, pero cn realidad la causa la
pongo yo, Por esta razón, la libertad psicológica
aparece como imprevista, creativa, novedosa, que
cs lo propio y distintivo dc la persona humana
(«el scr que irrumpe aportando novedades» Esto
quiere decir que el obrar libre nunca es un obrar
inmotivado o caprichoso, aunque desde fuera se ve como
una eleeejon «ciega».

2! . N'iclem.
22. «La intirtlitkldde la tieræ un c!LETto carak•terde De la
IUente surge lo anne estaba, ejemplo senurnientas, petusarnientos.
ilusiones; en ella Io hay ptx-•sto la inajmid;x.f
pcr:soml es inventava. La intimidad rx•rsona es creativa y y
tanto es fuente de Y Io vemos a diaria: el hortibrr
bien nul es capaz mtot/,rsu entorno». Yt:prs Sitw.K, R.,
in,'fmidad. op., cit., p. 13.

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Rntrop010ga Introaucclon la mosona ael nornore nup:/ oaatos.usantowrnas.eau.co:zuö 1/ 110/ 010110tecaustasp/ uocrr111L.a

Conviene rccordar que la libertad real no siempre coincide plenamente


con la «scnsaciómž de libertad o la «vivencia» subjetiva dc la libertad.
Sentirse libre parece identificarsc cn la vida cotidiana con la ausencia de
vínculos y de compromisos. Estc cs cl otro sentido dc la expresión «hago Io
que mc da la gana». Pero la sensación dc libertad no es Io mismo que la
libertad real. La aparente ausencia de vinculas cs cngañosa, puesto que éstos
sc encucnt:-an sicmprc unidos a la vida humana. La libertad no es la de
vmc'lllos o compromisos, sino la capaciclad de contraer los vínculos que
quiero: si no hav compromisos el hombœ no ponc en juego su libertad. Para
comprender la libertad humana se puc dc acudir a la comparación del tesoro:
la libertad es como un precioso tesoro, limitado, pero abierto a variadisimas
pasibilidadcs_ La única condici ón necesaria para vivir la libertad cs
«gastarla». « La existencia es como el dinero, que sólo se posee cuando sc
gasta. Cabe intentar almacenar dinero, guardarlo para cl futuro par si acaso;
pcro cntonccs no sc dispone de él realmente. C'omo cl dinero, la libertad sólo
sirve para gastarla _ Nada es más triste que la avaricia cxistcncial»
En efecto, querer mantcncr una libertad sin vinculos es querer vivir una
Iibcrtad engañosa, porque, de hecho, el hombm «consurnc» SLI libertad en el
tiempo. No qucrcr compronrtcrsc va es un modo de «vivir la libertad»,
aunque quizás no sea el modo más humano dc hacerlo. Si ya no mc
determinara a fincs tvinculos v compromisos) seré determinado por otros
factores externos quc cn el fondo me esclavizan. Hay quienes, por miedo a
«perder su libertad» o a equivocarse cn sus decisiones, no se deciden nunca
por nada. Sin embargo, lo realmente importante no es «preservar» la libertad.
sino ejercerla. aunque esto implique riesgos, como suclc ocurrir cn toda
empresa humana. Quien no cmpxndc nada arriesgado por el miedo a la
frustración, acabará cotnprobando la frustración de comprobar que no sc ha
emplcado la vida. La libertad está para arriesgar con ella, para cnttx:garse a
algo o a alguien con todas las fuerzas v definitivamente 24
Emplear la libertad. decidirse a vivir la propia existencia comporta un
nesgo, abrirse a la posibilidad del fracaso. Pero aceptar ese riesgo es asumir la
propia vida como una aventura, algo incierto y poco seguro. Esa aventura es
vivida en primera persona, y de esa manera el carácter dc intercsantç
v valiosa (al menos para mi sin duda mucho más atractiva que vida dc una
piedra a un vegetal. «Desde cl nacimiento a la muerte, desde la includiblc
satisfacción de las necesidades naturales hasta la posibilidad ineludible dc la
muertc es la existencia

23. J.. mxisis;m juvenib). en de ,94).


N. amor a otra implica siempre poner en juego mxstra tluner.i arriesgaül. un temu
en la literatura. .-\si. el prutagonistžL es alcn•gada i Nt. deci&• lliLrino
Ángel. Antropología filosófica. una introducción a la filosofía del hombre. España: EUNSA 2004. ProQuest ebrary.

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24/08/2014 01:01
una a

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pant no estar ruingL11i1 perxoru•ž por micekl dolor perderel fiml novela muestra lo antirutur,ll
esta actitud puesto que el hombre está tux110 para amar. Aleo similar está en pelicula de
penrrmurtf. donde felicidad por el amor cormspondido está unida al dular por de la persona
amada. -lambién se aprecia en cl librv ye:lforde$ di" ( K. Ishiguro donde el prat.ngotlista í. un
va en busca la mujer ama-

Garcia Cuadrado, José Web.


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lropo oga tllOSOtlCa. lnTOaUCClOn la

hun-lana aventura y ric sgo. El mineral tiene ser, el ser vivo tiene guc mantenersc
cn cl ser, pcro al hombœ lc succ de tcncr quc provectar su Vida tencr que haccrla»

Al cjcrcer la Iibcrtad nos conocbimos como autores dc nucstra propia


existencia; somos los protagonistas principalcs de nuestra propia biografia
que cada dia cscribimos eon nucstras acciones. Nuestra Vida posee cn estc
scntido un Cierto carácter narrativo, v coma en todo relato hay unos actorcs,
unos avudanteg o unos encmigos que puedcn hacernos fracasar. Cicrtamcntc
se pucde decir que somos autares de nucstra propia biografia, pcro, a di
iërcncia dcl autor dc novel as, no podcmos escogcr cl csccnario dondc se
desarrollará nucstra Vida, porquc nucstra libertad cstá va situada cn cl tiempo
y en el espacia, con unos condicionantcs que yo no he podida escagcr, Esto
nos permitc concebir nucstra libertad no como algo quc yo mismo me
propongo, sino rnås bien como una tarea que se me ha cncorncndado y que
debo cumplir

3.2 Diverscts coneepclones de la libertad de eleeclan

La concepción dc la libertad que aeabamos de presentar encuentra


presentc cn cl pcnsamicnto clàsico v sit-ve de fundamento del obrar moral. El
cspa• cio de la moral sc abre justamente dondc camienza cl espacio de la
libcrtad y dc la elección. Sin cmbargo, esta concepción clasica ha entrado
colisión con algunas concepci ones del pcnsamicnto moderno, quc
rcpcrcutirån dccisivamente en el ámbito de la moral. Principalmcntc, estas
conkxpcioncs son el defermln;.smo, que niega la libertad humana, v la
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Itropologia mosonca. una a
concepclòn liberal, quç reduce la libertad a la mcra Iibcrtad dc clección, con
independcncia de Ios fines objctivos de la naturalcza humana.
El determini.smo es la te.sis Jilosôfica segûn {a cuut" dado e/ pa.sado
real v dadas [as "eves de la naturale:a (detevmjnjsmo bjo{ògico),
'defer psicolò"ieo), económlcas /determjn].smo eeonòmico) o socia[es
(determini-smo social) elfilturo est¿,' univocamente determinado. Asi formul
ado, e/ determinismo debe distingujrse def principü} de causalidad, scgún cl
cual todo acontecimiento tiene una causa. pero la no tiene por quë ser
deterministct. Lo CILIC cs librc no quicrc decir que no tenga causa, sino que
esa causa no es necesaria- Asit por cjcmplo, que vo vcnga a clasc v tomc
apuntcs ticnc un motiva (aprender y aprobar después la asignatura L pera cse
motivo no es determinantc
(pucdo no

25. J. J.. la,' de E EXS Pamplona p. 32.


21i. muy el de C.-arx•rucåtll Roja propues10 porel proresor Polo como simbolo la libertad
humana- entendlda esta como una larva un encar,-to a realizar.
LTr. L.. e/ hombye?. op cit.. 244-24 -r
García
Web.

l 01 p.
Introauccwn mosuua

Es conx•cnicnte apuntar la di fcrencia entre dcternunación v


condicionamiento. La libertad humana cstå siempre condicionada por
factores muy diversos (económicos, biológcos, amblentalcs, sociales, ctc.þ cn
donde se descnvuclvc mi libertad. Este es cl escenario de mi libertad que se
ponc en juego muchas veces rodeada de obstáculos, pero no esclavizada por
cllos. Si cl hombre está determinado en su obrar no hav espacio para la
libertad; entonces cl hombre no actuaria bien o mal, pues seria un agente
amoral: no habria responsabilidad, ni nos hariamos mercecdorcs ni de premio
ni de castigo.
Un cierto tipo de determinismo apunta a que cl hombre no tiene libertad
sino tan sólo sensación de ella, dc tal modo que desconoce los mecanismos
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una a

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ocultos quc determinan su actuar fes algo subconscicntci v prc cisamcntc por
ello cs arrastrado por esos mecanismos hacia fincs que él cn no
quicrc r . Pero esta tesis determinista no sc ajusta tampoco al hecho de
conciencia por cl cual descubrimos causas v motivaciones en nuestro actuar:
podemos movernos por unas o por otras motivaciones v de modo conscientc
y voluntario. un hecho de cxpcncncia cs cl «arrepentimiento». Arrepentirse
quicœ decir qucrcr «recti ficar» mi pasado, rccupcrarlo dc algún modo,
puesto quc fui dueño de él y soy dueño de mi futuro.
Por otro lado, sc puede entender la libertad como mera eleccjòn o
«choice». Sc trata dc la conocpción libcralista (por ejemplos la de Stuart
Mill), que tiende a concebir la libertad como un bien en sí mismo. La libcrtad
antc todo v sobre todo es elección, dc tal mancra quc basta la mera eleeeión
para ser libre, indcpcndientemente del bicn o dcl mal clegido. La concepción
liberal dc la libertad se rige por dos principios. Según cl primero, cada uno es
libre de elegir IO que quiera, pero quc los demás no sc vean perjudicados
fsegundo principio)- De esta manera, todos los valores son igualmente
buenos para aquél quc librcmcnte los elige. Lo que hace que una acción sea
correcta es el hecho de que sc a libremente escogida. Para que cl hombrc se
realice basta can clcgir libtx•mente y así sc mani fiesta la autcnticidad. Este
planteamiento de la libertad cuenta con diversas objecione s:
a) Supone que el hombrc cs naturalmente bueno, y que su actuación espontánea v
libre cs siemprc buena. Este presupuesto manifiesta dcsconoccr la raíz de inclinación al
mal que hav cn el hombre desde su origen 2/.

27. Spinoza lo expresó clara: «P :ensan lus i•nmbrvs gue son libres: y esto sólo consiste en
que tgnoran por culles están determin.'lú.kls». B.. ordine co 1677 i ptup. -15, scholion
castellam S,guilar. Buenos Asiles 197.3".
La existerx•ia del en cl obrar humam parece qtx• es un beche. ante de experiencia
cotidiana. Para cl cristiam tžerx• su explicación en la realidad del pecado onginal. «La doctrina
sobœ ei pecado onginal —vinculada la la Redención Cristo— proporviom una de
discernimiento lúcido sobre la situación del hombre y de su obrar en el ...l Ignorar que el
hombre posec una naturaleza herackL- inclinada al mal, da lugar a graves errorts en el dominio
de la edaxación, la política. dt la accjón y las costumbres». de Iglesia,' n. 4137

García
Web.
©

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Itropología Una a la

159
filosófica. Introaucclon ruosoua

rr.ïtsax.l

b) Tiene por consecuencia la negación de valores objetivos: el único valar cs la


atifentieJdad. En Inoral toda acción será relativa a los va]orcs subjctivos
adoptados por cl indivi duo: vivir dc acuerdo con esos principios cs lo
correcto_ Sc valora más la coherencia subjetiva que la bondad objetiva de mi
obrar librc.
c) El individualismo liberal da par buena que todos buscan su propio inteTés,
pcro ¿hasta dónde Ilcga mi Libcrtad dc c]ccción y dóndc cmpicza cl perjuicio
a los dcmås? Estc conflicto sc muestra, por ejemplo. cn la di ficultad dc fijar
los limites cntrc la libcrtad de expresión v el derecho a la buena fama; o en e]
terreno económico, entre la libertad dc cmptcsa v las Icycs quc limitan cl
monopolio
Entre la concepción determinista v la del liberalismo hav un justo térmmo.
cuya raíz sc encuentra ya presente en la tradición aristotélica. Este iusto medio
puede sintetizarse en los siguientes puntos:
aj Algunas acciones humanas (ni todas ni ninguna I son fruto dc la
libertad de elección.
b) La elección puede ser acertada o desacertada, porquc podemos elcgir bien o
mal Ni la espontaneidad ni la autenticidad aseguran cl acicrto dc la elección,
sino que necesitamos unos criterios objetivos para elegir según unos bienes
{acordes con la naturaleza humana) aceptados y asurnidos libremente.
c) Hay que tcncr en cuenta la ética de la responsabilidad, según la cual todos
nuestros actos tienen consecuencias tanto en nosotros como en los dcmás.
Con nuestras elecciones nos hacemos mejores o peores, v también la socie
dad mejora o empeora-

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Itropología Una a la
La tcrccra dimensión dc la libertad se llama libertad moral porque nacc
del buen uso dc la libertad dc clccción v consistc cn cl fortalecimiento v
ampliación de la capacidad humana que se llama virtud. La libertad moral es
adquirida o conquistada por cl hombre, que sc va configurando enn un modo
de ser determinado. En efecto, las distintas elecciones humanas van
configurando la persona moralmente ( un ladrón si roba, un hambre justo si
hacc actos de justicia}. A la sintcsis pasiva y a] aprendizaic hay quc añadir los
hábitos CILIC el hombre desarrolla con el c]ercicio de su libertad. Por
ejemplo, cn las biografias se rclatan las circunstancias del nacimiento del
sujeto (lugar y ticmpo), familia, educación, etc. pero son las acciones las que
configuran a un hombœ de modo pleno, sobre todo moralmcntc.
Dcsdc cstc punto de vista existencial, la libertad moral consiste cn la rect/i:aclón
de la libertadJimdamentala fo largo del tiempo según un proyecto La realización de la
libertad consiste en el conjunto de decisiones libres que van configurando la propia
vida- El vivir para el hombre va no cs cl mero subsistir, sino la realización dc los
provectos pcrsona]cs. Llcgar a scr lo quc uno quicrc o no llcgar

García
Web.
© tvÞy

3 p
filosófica. IntrOCIUCCIOn 1110SOna

ticnc mucho que ver con la consecución o no de la felicidad. En definitiva, la


lización dc un proyccto vital propio, librcmcnte decidido y realizado es lo que da
autcnticidad y scntido a la propia vida. Como va dijimos anteriormentc, la
autorrcalizaclón cs cl proceso mcdiantc cl cual cl sujeto sc va determinando según un
plan previ amente prefijado, cs decir, un provecto vital ( con diversos aspectos:
familiar. profesional, religioso, etc. A esta praVL•cto personal algunos autorcs la
dcnominan opeiòn fundamenfai, que es «[a elección por la que cada hombre deci dc
explicita o implicitamcnte la dirección global dc su vida, el tipo dc hombrc que dcsca
ser j La opción fundamental no cs una opción determinante, porque sempre Ic cs
posible a la voluntad decidir de forma diversa, pero cs una opción dominante dado su
influjo, cada vez mayor, sobre las elecciones particularcs»

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una a la
Sin embargo, conviene no olvidar quc persona realiza su vida v su scr en
cada acción libre, v no basta con una única opción primigenia para garantizar
cl curso de mi existencia en una dirección u otra. Basàndose en la distinción
entlx' opción fundamental y acciones concretas, algunos moralistas llegan a
proponer quc sólo scrian actos moralnwntc graves aquéllos que hagan variar
la opción fundamental dc amor al Creador, es decir, el rechazo de su amor
providcntc. Las acci oncs concretas pucdcn acabar cambiando esa opción
fundalncntal, pero cn si mismas no atentan gravemente contra la 1c v divina.
Esas teorías «son contrarias a la mi sma enseñanza bíblica, que concibe la
opción fundamental como una 'verdadera y propia clccción de la libcrtad v
vincula profundamente esta elección a los actos particulaœs»
Hay quc tc ner cn cucnta que no cstá asegurado cl bucn uso de la
libertadTodos tenemos experiencia dc las ocasi ancs cn que hemos usado mal
de nuestra libertad. La persona virtuosa cs la CILIC poscc la facilidad para
obrar bien. En gran nwdidat obrar bien quierc decir obrar por lo que la
inteligencia me presenta como bueno, por encima dc las inclinaci one.s
sensibles lo pasiones): un aspecto Importante de la Libertad moral consistc cn
la educación de las tendencias naturales. De manera elemental podemos
describir la libertad moral como la capacidad cle querer realmente bienes
arduos, clj/iciles de conseguir trarés de un esfuerzo- En último término seria
lo que vulgarmente se llama «fuerza dc voluntad», es decir, no sólo la
capacidad dc elegir un provecto vital ilibertad dc elección) sino de realizarlo
efectivamente: o lo que cs lo mismo, la fuerza moral para llevarlo a cabo Por
qué sc llama libertad? Porque para qucrcr realmente bienes arduos cs preciso
scr capaz dc superar obstáculos e inclinaciones orientadas a la satisfacción
scnsiblc quc cs agradablc. Es libertad porquc suponc autodonlinio v no ser
esclavo de esas tendencias.
Las inclinaci oncs naturales instintivas no son de suvo pcrvcrsas, pero
buena partc del pensamiento moderno ignora el hecho dc la caida original del
hombœ

29. LIX ',s. R.. op. cjl.. p. 186.


-30. n. 07. tun. 65-70 de dicho docunx•nlö a la expwsicion y respuesta a dichas (corias.

García Ángel. Web.


C) tvÞy IJ.S.

14 p
atropo oga tilosonca. Inroaucclon nwsoua ut:]

que origina la debilidad del cntcndimiento la


voluntad. Es más, hav una tendcncia a exaltar Io
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piaccntcro V natural como una fuerza vital quc no ha
dc ser reprimida (Freud, Nictzsche, etc. La c.xpc
ricncia nos Inuestra que, por desgracia, no todo Io
quc «brota» espontåncamcntc del sujeto es bueno, ni
quc «todo Io quc mc pi de el cuerpo» es realmente
bueno para mi felicidad- Lo cierto cs que toda
persona humana tiene experiencia de la disarmania
interior entre Io que apctccc v lo que cs realmente
valioso. «Me dov cuenta de lo mejor y lo aprueba,
pero sigo lo peor» (Ovidio). La virtud la libertad moral me hace
posiblc secundar lo que quiero, es decir, Io mejor. La virtud suponc la
supcraciÓn de esa disarmoniä interior a través dcl esfuerzo
voluntario hacia el bicil verdadero captado por la
razón práctica. La virtud snpone una armonia costosa
de las pasiones y sentim jemos. pero es también una
Jàcilidad parci hacer buen uso de libertad. Con la
repetición de acciones, la libertad se fortalece para obrar cl bien con mayor
facilidad. La virtud supone una ampliación o ineremenžo
de la libertad porque mc capacita para hacer más
cosas, dc modo más fácil cn mcnos ticmpo (supone
estar «cntrenado para lo arduo y Io dificil»). Par
otra parte, los vicios debilitan csa capacidad.
Ganar o perder libertad depende del uso que sc le
dé. Se enriquccc y agranda con las acciones buenas
quc configuran una virtud estable. Sc empobrece y
debilita la libcrtad con acciones negativas que configuran un vicio,
Como apunta Millán-Puellcs, la libertad moral cs una especie de
autodominio adquirido que cuenta con dos vertientes: el dominio de las
pasiones (del que hemos tratado hasta ahora} v la
elevación al bien común. «En el hombre (al contrario
dcl animal infrahumano} el exclusivo atcnimicnta al
bicn propio constituyc una eiëctiva esclavitud
porque la voluntad humana, en la que está
prcsupuesta la razón. tiene una libertad
trascendental que Ic da la capacidad para elevarse
desde cl bicn privado al bien común para integrar,
no para negar, en cl segundo cl primero, instalando
asi a éstc cn un supcrior al que ncccsariamcntc Ic
compete en el animal infrahumano» 31 . En otras palabras, el autodominio
dc las instintos {que por dcfinición se encaminan al bien
subjetivo 1 me hace posible la apertura al bien coinún:
nos encontramos entonccs cn cl umbral dc la libertad política.

5. LA

La libertad social consiste en que los propios


provectos vitales puedan llevarsc a cabo, ya sea a
nivçl personal, familiar o instituci onal. Para que
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de 15 24/08/2014 01:01
una a la
hava libertad social es preciso que esos provectas
estén permitidos v a la vez que scan posiblcs c impulsados
por la sociedad. Una sociedad será más libre cuantos mås provectos
sean promocionados (Y posibles). Por ejemplo, la
posibilidad de formar una fan-lilia numerosa no sólo
debe scr permitida, sino que también debe ser alentada
mediante un salario suficiente y unas viviendas quc lo permitan.

31. A.. palor de 1c,' op. cit.. p. 197

García Ángel. web.


0
NIÞy u.S.

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