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domingo/

Claves para pedir una hipoteca con la nueva ley

17/06/2019 – 11:38 Hs

Adicae alerta de alzas en los diferenciales de las hipotecas por la nueva ley.

Este domingo 16 de junio entró en vigor la nueva ley hipotecaria, aprobada de manera definitiva por
el Congreso en febrero y que fue publicada en el BOE hace tres meses. Las tres principales
novedades de esta nueva norma es que se limitan las comisiones por amortización, se especifica
quién debe abonar los gastos vinculados a la constitución del crédito y se endurecen las condiciones
para que un banco inicie los trámites de un desahucio.

Así, a partir de ahora, cuando los consumidores vayan a firmar una hipoteca, la entidad financiera
va a analizar en profundidad la solvencia del interesado. Además, tendrán que recibir una
documentación por parte del banco con la suficiente antelación como para estudiarlos. Ahora habrá
que hacer dos visitas al notario y el banco podrá obligar al que quiera un crédito hipotecario a
hacerse un seguro, aunque no tiene por qué ser el que ofrezca la entidad.

Solvencia del cliente La publicidad del producto hipotecario debe indicar el tipo de interés, el
importe total del préstamo, los gastos incluidos, los pagos a plazos y la obligatoriedad de contratar o
no un seguro.

La entidad debe evaluar en profundidad la solvencia del cliente y así, analizará "la situación de
empleo, los ingresos presentes y los previsibles durante la vida del préstamo, los activos en
propiedad, el ahorro, los gastos fijos y los compromisos ya asumidos" y, si se prevé que el pago del
crédito se va a prolongar más allá de la jubilación, se debe calcular el nivel de ingresos entonces.

Otra novedad es que la solvencia no puede basarse solo en el valor del inmueble hipotecado o en el
hecho de que este se vaya a revalorizar, porque puede que no ocurra. De esta manera, se acaba con
la práctica de dar una hipoteca solo por el valor de tasación de la vivienda. El banco sólo podrá
conceder la hipoteca si esta evaluación indica que es probable que el cliente pague. Si deniega el
crédito, el banco debe informar sin demora y por escrito de ello y explicar los motivos.

Documentación necesaria.

Si el banco concede el crédito, debe proporcionar al cliente varios documentos al menos diez días
naturales antes de la firma. Uno de ellos es la Ficha Europea de Información Normalizada o FEIN,
en la que consta la información sobre el cliente y las características del préstamo (tipo de interés,
cantidad, gastos, comisiones, cuotas...). Este documento es vinculante para el banco.

Otro es la Ficha de Advertencias Estandarizadas o FiAE, donde se informa al consumidor de la


existencia de cláusulas o los índices de referencia usados para fijar el tipo de interés aplicable.

Si el préstamo es a interés variable, el banco debe aportar un documento específico donde se simule
cómo quedarían las cuotas a pagar en diferentes escenarios de evolución de los tipos de interés.
Por otro lado, el consumidor debe tener desglosados la totalidad de gastos asociados a la firma del
contrato, y si el banco exige un seguro de hogar, las condiciones de este seguro deben estar por
escrito.

Por último, la nueva ley exige que el consumidor debe ser advertido de que debe recibir de forma
obligatoria asesoramiento personalizado y gratuito del notario que elija. La entidad debe enviar al
fedatario la documentación entregada al prestamista junto a una declaración formada por él donde
declare que la tiene y que le ha sido explicada.

El papel del notario.

El notario debe aclarar todas las dudas del consumidor antes de firmar el contrato. Estas dudas se
resolverán en una primera visita, gratuita para el cliente, donde será informado de las cláusulas del
préstamos de manera exhaustiva y donde tendrá que completar un test sobre la documentación
entregada. Esta visita debe realizarse como muy tarde el día anterior al de la autorización de la
escritura pública del contrato del préstamo. Si el notario considera que está todo correcto y el
cliente entiende todo, extiende un acta sin coste y se fija una segunda visita.

Esta segunda visita, exigida por la ley, es en la que se firma el contrato, donde se otorga la escritura
de préstamo hipotecario. Este nuevo modelo de dos visitas se hace para evitar lo anterior: que el
cliente conociera al notario en el mismo momento de la firma, una medida que según la ley sirve
para recuperar la confianza de los prestatarios, da más seguridad jurídica, potencia la transparencia
y comprensión de los contratos y de sus cláusulas y ofrece un equilibrio entre las partes.

El seguro.

El banco sí puede obligarme a contratar uno, pero las ventas vinculadas, es decir, paquetes
integrados por el préstamo, están prohibidas. Pero la ley sí permite que la entidad exija un seguro de
pago y un seguro de daños sobre el inmueble, pero el cliente elegirá el que quiera, siempre y cuando
cumpla con las exigencias de la entidad.

Hay una excepción, que es que el banco puede ligar la concesión del préstamo a que el cliente y su
avalista contraten ciertos productos financieros, eso sí, con información precisa sobre los mismos.
Además, se permite la venta combinada de préstamos, es decir, que el banco pueda ofrecer
bonificaciones en el tipo de interés por productos contratados de forma voluntaria, como un
depósito, una tarjeta o un plan de pensiones.

¿Quién paga los gastos de hipoteca?

El cliente sólo paga los gastos de tasación. Las copias de la escritura, el gasto es de quien las pida.
El resto de pagos son cosa del banco: los de gestoría, los aranceles notariales, la inscripción de las
garantías en el registro de la propiedad y el famoso impuesto de Transmisiones Patrimoniales y
Actos Jurídicos Documentados (IAJD).

Las comisiones.

La ley dice que sólo se pueden repercutir "gastos o comisiones por servicios relacionados con los
préstamos que hayan sido solicitados en firme o aceptados expresamente por un prestatario y
siempre que respondan a servicios efectivamente prestados o gastos habidos que puedan
acreditarse".
Queda establecido igualmente el derecho del consumidor a reembolsar, con carácter general, todo o
parte del préstamos sin pagar una comisión. La ley establece el derecho del banco a que se le pague
una compensación (la pérdida financiera) cuando el reembolso se produzca en los primeros años del
contrato, pero con ciertos límites.

Si el cliente decide amortizar con una hipoteca de tipo variable, el banco podrá cobrar como
máximo una comisión del 0,15% del capital reembolsado anticipadamente en los primeros cinco
años de vigencia del contrato o un 0,25% en los tres primeros años. La ley dice que sólo se puede
aplicar una de las dos comisiones.

Si la hipoteca es de interés fijo, durante los diez primeros años de vigencia del contrato, la comisión
no podrá superar el 2% del capital reembolsado anticipadamente. Tras esos diez años, el límite será
del 1,5%.

Respecto a la comisión de apertura, si se pacta entre ambas partes que exista se debe de abonar de
una sola vez y debe englobar los gastos de estudio, tramitación y concesión del préstamo.

Otras novedades sobre comisiones son que el caso de novación o subrogación, si el contrato pasa de
interés fijo en sustitución de otro de interés variable, la comisión por reembolso o amortización
anticipada no podrá superar el 0,15% del capital reembolsado durante los tres primeros años de
vigencia del contrato. Después no puede exigirse comisión ninguna. Esto no significa que no haya
que pagar nada en caso de subrogación: la ley dice que hay que compensar al banco con la parte
proporcional de los impuestos y los gastos que abonó cuando se constituyó el crédito.

Cláusulas suelo.

La ley las prohíbe en hipotecas de interés variable, pero especifica que el interés no podrá ser
negativo, por lo que el banco nunca pagará a los clientes por haberles prestado dinero. Si el euríbor
es negativo, como ahora, los intereses podrán ser igual a cero, pero nada más.

Intereses de demora.

Según la ley, el interés de demora será el que recoja el préstamo más tres puntos.

Trámites del desahucio.

La nueva ley endurece las condiciones para que la entidad financiera solicite el vencimiento
anticipado. Sólo lo podrá hacer si en la primera mitad del préstamo hay un impago de 12 cuotas o si
la cantidad que se ha dejado de pagar equivale al 3% del capital prestado.

En la segunda mitad del préstamo, el banco puede instar la ejecución hipotecaria cuando se produce
el impago de 15 cuotas o el 7% del capital prestado.

Dación en pago.

La ley no la recoge, pero se puede pactar de forma voluntaria entre las partes.

Divisas Si el cliente contrata la hipoteca en otra moneda puede cambiarla a euros si la mayor parte
de sus ingresos o activos están en esta moneda. El tipo de cambio será el establecido por el Banco
Central Europeo en la fecha que se solicite la conversión.

Retroactividad.
La nueva ley no tiene efectos retroactivas, excepto en caso de novación y subrogación o en el de
vencimiento anticipado. Así, si a partir de ahora se produce una novación o subrogación regirá la
nueva ley hipotecaria, aunque el contrato sea anterior de su entrada en vigor.

También se aplicará a todas las hipotecas la nueva disposición sobre el vencimiento anticipado,
sobre cuándo puede el banco iniciar los trámites de ejecución hipotecaria y desahucio. Hay dos
excepciones: si el cliente alega que las condiciones que tiene son más favorables que las de la nueva
ley y si ya se ha producido el vencimiento anticipado, esté en la fase en la que esté.

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