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Por una parte el contrato principal del préstamo, por el que una persona o entidad
presta una cantidad de dinero a otra, que pasa a ser el deudor; y por otra la hipoteca,
que es una garantía que otorga este deudor.
Para llegar al perfeccionamiento de este contrato hay que cumplir unas formalidades
que comienzan por la realización de una oferta vinculante.
Es un documento escrito que suscribe el banco o caja y que debe contener todas las
condiciones financieras del futuro contrato.
La oferta vinculante tiene una duración mínima de 10 días, plazo que el cliente tiene
para examinarla y aceptarla o rechazarla.
Una vez aceptada la oferta se remite la documentación al Notario, para que prepare la
escritura.
Este plazo se establece para que se pueda analizar el proyecto completo, en el que
figuran ya todas las condiciones financieras y no financieras, realizar consultas o hacer
proposiciones de cambios.
El Notario antes de que se firme la escritura deberá leer y explicar el contenido del
préstamo hipotecario.
En esa escritura no hace falta que intervenga el prestatario, sino que la otorgan
directamente los representantes de la entidad financiera
Comprar una vivienda es una de las inversiones más importantes que vamos a realizar
en nuestra vida. El préstamo hipotecario es, en la mayoría de los casos un requisito
imprescindible para poder llevarla a cabo. Por ello, es importante tener muy claro que
es lo que hay que conocer antes de solicitar un préstamo, que formalidades hay que
cumplir una vez que nos lo conceden y, por supuesto comprender con claridad
conceptos a veces engorrosos, como la subrogación o la novación.
La hipoteca es una garantía que otorga el deudor u otra persona, que en todo caso
debe ser el propietario de la finca hipotecada.
Si escoge el tipo de interés fijo, éste permanece inalterable a lo largo de la vida del
préstamo, de modo que si la evolución del mercado tiende al alza, el consumidor
queda protegido de esa subida, pero si tiende a la baja, no podrá beneficiarse de la
misma. Estos tipos, las entidades bancarias no suelen contratarlos, pues la media de
vida de un préstamo viene a variar entre quince o treinta años, según la capacidad
económica del deudor, de forma que señalar un tipo fijo implica asumir un importante
riesgo tanto para la entidad como para el consumidor. Para pactar un tipo fijo las
entidades exigen que los plazos de amortización del capital no sean excesivamente
prolongados.
Si se decide por un tipo variable, la cuantía total que tendrá que devolver al banco
variará en función de cómo lo haga el índice de referencia, que sirve para determinar
el tipo de interés aplicable.
Señalar que en la práctica habitual, se combinan fijo y variable, durante el primer año
el tipo es fijo y el resto de la vida del préstamo es variable.
El diferencial es un plus de beneficio con que disfruta el banco sobre el tipo de interés
de referencia.
expresados hasta con tres decimales por lo que se opta por redondear el porcentaje
para ajustarlo a cifras más sencillas, tanto al alza como a la baja.
Comisión de apertura.
Otros gastos.
El consumidor una vez analizada toda la información y decidida cual es la mejor oferta,
la entidad bancaria que haya seleccionado ha de formular por escrito la oferta
vinculante, previamente habrá recabado información registral y valoración del
inmueble hipotecado, con la aceptación del cliente por implicar gastos a su cargo, el
contenido mínimo necesario debe ser:
Amortización.
Intereses ordinario.
Este segundo documento, la oferta vinculante, se entregará por escrito, siendo el plazo
de su validez de 10 días desde la entrega. El contenido del documento serán las
cláusulas financieras que después se recogerán en el contrato de préstamo.