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¿Cómo se vestían?
La vestimenta para protegerse del frío la hacían entretejiendo fibras de yuca envueltas en tiras de
pelaje de conejo o plumas de pavo. Los cueros de animal proveían los materiales para las
frazadas, taparrabos y delantales. Los tejidos en grandes telares probablemente eran hechos por
los hombres que trabajaban en las kivas. Tejían frazadas, camisas, túnicas, delantales, faldas,
taparrabos y cinturones con fibras vegetales, pelo humano y animal, y algodón obtenido mediante
el comercio con las áreas del sur.
Su calzado lo constituían las sandalias, mocasines y probablemente calzados para la nieve. Las
sandalias, generalmente hechas de fibras trenzadas o entretejidas de yuca, estaban disponibles en
variedad de estilos.
El Arte de la Cerámica
Algunos productos de la alfarería hecha en esta área llevaban atrevidos diseños negros sobre
fondo blanco. Estos diseños podían representar a la familia, la pertenencia a un clan o pueblo, o
simplemente la imaginación del alfarero. Entre otros tipos de alfarería estaban los recipientes de
cocción lisos y texturizados (“acanalados”). La alfarería con diseños negros sobre fondo rojo
provenientes de Arizona era comercializada en toda la región de Las Cuatro Esquinas, así como lo
era la de estilos de diseños rojos proveniente de Utah. Las formas variaban desde jarras, tazones,
cántaros, calderos, cantimploras, hasta figurines y miniaturas.
Ceremonias Religiosas
Como los pueblos de hoy, los antiguos probablemente tuvieron ceremonias públicas y privadas con
la intención de beneficiar al grupo en su totalidad. Distintos segmentos de su sociedad pueden
haber sido responsables de eventos diferentes, siendo todos importantes para el bienestar
espiritual y material de la comunidad.
El mantenimiento de la armonía con el mundo natural era clave para la supervivencia de estos
ancestros. La observación cuidadosa del sol, la luna y las estrellas era esencial para la
planificación de actividades como la época de siembra y cuándo prepararse para el invierno. Como
en muchas otras sociedades agrícolas, los rituales se enfocaban en eventos anuales como el
solsticio de invierno o el principio de la temporada de cosecha. Durante la primavera y el verano,
se dedicaban casi exclusivamente a la agricultura y la recolección de plantas silvestres; durante el
otoño y el invierno, se dedicaban a la caza. Sus conceptos y eventos religiosos estaban asociados
a estas tareas.
Arte Rupestre
Muchos pueblos prehistóricos grabaron o pintaron imágenes en los peñascos de arenisca. Algunos
pueden haber sido garabatos sin motivo alguno; sin embargo, basados en la información provista
por los nativos del suroeste norteamericano, la mayoría de las figuras seguramente tenía un
significado más profundo.
Por ejemplo, algunas espirales pueden significar el movimiento del sol, o el paso del tiempo. En
ciertos lugares, los rayos de sol llegan a una espiral de modo distinto en los equinoccios de
primavera y otoño y los solsticios de invierno y verano. Estas espirales seguramente sirvieron como
parte de un calendario ritual. En otros lugares, de acuerdo con los indígenas de nuestros días, las
espirales son símbolos de la migración de un grupo de un lugar a otro.
Otros símbolos pueden haber funcionado como mapas, apuntando hacia la ubicación de poblados
y otros lugares. Las figuras animales pueden haber jugado roles en rituales o plegarias para una
caza exitosa. Los maizales pueden haber representado una cosecha exitosa. Algunos símbolos
representan la pertenencia a una familia, clan o sociedad ceremonial. Muchos de estos mismos
diseños aparecen en las decoraciones de la antigua alfarería.
Las Ruinas de la Cultura Anasazi
En 1776, una pequeña expedición se dirigió hacia el norte desde Santa Fe, buscando una ruta
hacia las misiones en California y a la vez explorando territorio desconocido. El grupo estaba
liderizado por el padre Francisco Atanasio Domínguez. Otro franciscano, el padre Silvestre Vélez
de Escalante, mantuvo registro de la expedición. No lograron llegar a California, pero sí
describieron y cartografiaron gran parte del oeste interior.
En las primeras semanas de su viaje, la expedición acampó cerca de un río, al que llamaron Río de
Nuestra Señora de los Dolores, cercano al actual poblado de Dolores. El 13 de agosto de 1776,
Escalante escribió en su diario:
“Luego de una elevación en el lado sur del río, hubo en tiempo inmemorial un pequeño
asentamiento del mismo tipo que el de los indígenas de Nuevo México, tal como los muestran las
ruinas que inspeccionamos a propósito”.
Las ruinas visitadas por Escalante y Domínguez pueden haber sido los lugares que hoy llevan sus
nombres. Sus registros fueron los primeros informes escritos sobre la existencia de asentamientos
de grupos en lo que ahora es el estado de Colorado. Se excavó y estabilizó estos sitios en 1976,
los que quedan adyacentes al ahora Centro del Patrimonio Anasazi.
Pueblo Domínguez
El Pueblo Domínguez fue un pequeño asentamiento en los predios de lo que ahora es el Centro
del Patrimonio Anasazi. Todo lo que queda hoy son las rocas de los cimientos de cuatro
habitaciones. La estructura originalmente estaba cubierta por un techo con varas, matorrales y una
amalgama de barro. Un poco al sur del bloque de la habitación se hallaba una kiva donde los
residentes debieron haber llevado a cabo actividades sociales y religiosas. Ese lugar, típico de esta
región en el siglo XII, fue ocupado en la misma época que el Pueblo Escalante en la cima de la
montaña. Las excavaciones realizadas en el sitio arqueológico Domínguez recuperaron 6.900
cuentas de turquesa, mármol negro y conchas; un pendiente en forma de rana y mosaicos de
concha y turquesa; dos vasijas de cerámica fina, seis raspadores de hueso; un felpudo tejido y
muchos otros artículos.
Pueblo Escalante
Algunos arqueólogos interpretan al Pueblo Escalante como un puesto de avanzada de la cultura
chaco, que tuvo su centro en Nuevo México. Este pueblo se construyó entre 1120 y 1130 DC,
cuando los pueblos prosperaban en toda la región de Las Cuatro Esquinas y el comercio entre los
distintos grupos era activo.
Estos pueblos muestran una arquitectura de estilo chaco, habitaciones rectangulares grandes,
donde estaban las áreas de estar, almacenamiento y una kiva. También eran características las
paredes exteriores de piedra, rellenas con un centro de grava y el ventilador de aire fresco de
subsuelo de la kiva. Existían varios asentamientos pequeños al estilo de San Juan del Norte
alrededor de Escalante, incluyendo al Pueblo Domínguez.