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REVOLUCIÓN CUBANA- FERNANDO MIRES

Cuba fue el último país latinoamericano que se liberó de España, lo que permitió que la independencia
surgiera como consecuencia de procesos sociales modernos y al mismo tiempo que estos se impregnaran
de un carácter nacional, lo que también fue fundamental cuando los cubanos debieron enfrentar la
intervención norteamericana.
Resulta decisivo entender que el movimiento social, democrático y popular representado por el
Movimiento 26 de julio (M26) se encuentra ideológicamente emparentado con muchos otros, que han
aparecido en distintos periodos en el continente.

LA TRADICIÓN NACIONAL

El movimiento 26 de julio parece ser realmente un punto de concentración de la tradición política de


Cuba. Como dijo Fidel Castro: El movimiento 26 de julio no constituye una tendencia al interior del partido
(ortodoxo), es el aparato revolucionario del Chibasismo, enraizado en su base, de la que ha surgido para
luchar contra la dictadura cuando la ortodoxia ha demostrado ser impotente debido a sus mil divisiones
internas.
Las dos épocas por referencia del M26 son el periodo de lucha por la independencia y el periodo de lucha
en contra de la dictadura de Gerardo Machado.

LA TRADICIÓN SOCIAL

La guerra de independencia, se dio en un tiempo caracterizado por la aparición de nuevos actores sociales,
una precaria burguesía comercial en el interior del bloque dominante, sectores medios en su exterior, y
una clase obrera bien organizada.

Durante el período de la independencia habían surgido en Cuba algunos partidos obreros y socialistas.
1905 Partido Socialista de Cuba. Entre 1892 y 1894 tuvieron lugar una serie de huelgas cuya exigencia
principal era la de las ocho horas de trabajo, pero también pronunciándose por la independencia del país.

UN PUNTO DE PARTIDA: LA DICTADURA DE MACHADO

La historia cubana es como un drama en tres actos:


1 la lucha por la independencia |2 la revolucion antimachadista |3 la revolución castrista.

Machado era el representante de una dictadura centroamericana “clásica”, una estrecha subordinación a
EEUU, con un ejército militar del aparato del Estado, y con una incapacidad de las clases dominantes para
convertirse en clases dirigentes. El principal factor desestabilizador de la dictadura de machado fue la
crisis de 1929, que afectó a Cuba con singular violencia. Solo un ejemplo de ello fue la baja en las
exportaciones de azúcar.

La crisis solo podía traer consecuencias políticas. Por una parte, en el propio bloque de dominación
algunos sectores empresariales comenzaron a desertar culpando a machado de no proteger sus intereses
frente a EEUU, en tanto que otros lo culpaban de no integrarse aún más a la economía norteamericana.
Estos últimos no vacilaron en solicitar al Departamento de Estado de EEU la invasión, a fin de que los
liberara de un mal gobernante y del peligro de una revolución social al mismo tiempo. Esta petición se
basaba en hechos anteriores, ya que a fines del siglo XIX había invadido Cuba para preservar el “orden
interno”. En 1901 Cuba obtuvo la independencia formal de parte de EE.UU, pero su gobierno tuvo que
suscribir la “Encomienda Platt”, en donde era reconocido el derecho norteamericano a controlar la
política exterior del país, así como el derecho a intervenir “para proteger la vida, la libertas y los bienes
de los conciudadanos”

Aunque esta vez EEUU no invadió la isla, intervino demasiado en los asuntos internos, y si no logró
remplazar a Machado por un presidente al gusto norteamericano, fue debido sobre todo a la resistencia
del dictador.

LA REVOLUCIÓN DEMOCRÁTICA

El foco catalizador de la lucha en contra de Machado fue la universidad. La principal organización política
surgida del estudiantado fue el Directorio Estudiantil Universitario (DEU). El líder fue el legendario
Guiteras. Bajo el liderazgo de Guiteras, el directorio no fue una simple entidad universitaria sino un
movimiento político que desarrollo una línea de enfrentamiento directo con la dictadura, poniendo en
práctica formas de lucha armada de carácter urbano e incluso rural. Era, sin duda, la organización anti
machadista más activa.

Una segunda fuerza política fue el ABC, inspirado en las ideas populistas. El ABC propiciaba la formación
de un Estado de tipo corporativo, el desarrollo de una industria local y un nacionalismo ideológico difuso
y retórico con características antinorteamericanas.

Particularmente decisiva en el derrocamiento de Machado fue la actividad del movimiento obrero que
logró conectarse con las luchas de otros sectores sociales subalternos. Debido al carácter estacional de la
explotación azucarera, la resistencia obrera a machado tendió a concentrarse entre los trabajadores del
tabaco que estuvieron en condiciones de convertirse en un bastión de resistencia a la dictadura. Bajo
inspiración anarcosindicalista, nació en febrero de 1925 la Confederación Nacional Obrera Cubana
(CNOC).

En marzo de 1925 cuando Machado asaltó el poder, se encontró con un movimiento obrero pequeño pero
muy bien organizado que desde 1917 venía utilizando la huelga como un arma política.

La resistencia a Machado tomaría muy pronto un carácter popular y masivo. Expresión fiel de esa lucha
fueron sus propios líderes, uno de los más significativos, Antonio Mella. Mella era sobretodo un generoso
y romántico líder de masas, en 1929 fue asesinado por encargo de la dictadura.

Guiteras comenzó a reclutar activistas para la lucha en contra de Machado a lo largo de todo el país. No
sin razón Guiteras es considerado como precursor de la idea de la guerrilla y de las acciones directas. El
29 de Abril de 1933, asalto el cuartel de San Luis al mando de un grupo de jóvenes armados. Guiteras sería
el miembro más destacado del gobierno, que sucedió a la dictadura desde donde impulsaría una gran
cantidad de reformas.

Frente a una resistencia en la que se cruzaban las reivindicaciones democráticas y las luchas obreras, la
dictadura no tenía más recurso que el de la represión. En esas condiciones, hasta algunos machadistas
abandonaban el gobierno, y en sus momentos finales el dictador no contaría con más apoyo que el del
ejército dividido y un minipartido fascistoide llamado Liga Patriótica.

Machado perdió la batalla en 1930 cuando se produjo una huelga general que paralizó a todo el país. Por
si eso fuera poco, EEUU y la iglesia retiraban su apoyo al dictador y prácticamente todos los partidos se
pronunciaban por la pronta caída de la dictadura.
EL LENTO RETORNO DE LOS UNIFORMES

Machado fue sucedido por un breve gobierno de transición dirigido por Céspedes, uno de los próceres
más destacados de la independencia de Cuba. Inmediatamente el directorio se opuso al nuevo gobierno,
apelando que Céspedes era un inútil y exigiendo su renuncia.

En ese período de radicalización social, ni siquiera los militares pudieron escapar de las influencias
revolucionarias. Del interior de este ejército, surgió el movimiento de los sargentos, que al mismo tiempo
se formó dentro, una Junta Revolucionaria, alternativa al gobierno oficial. Allí comenzaba a hacer sus
primeras experiencias Batista. Hasta el momento de la caída de Machado, las actividades de Batista eran
más bien oscuras.

Los sargentos se unieron al directorio, proclamando la “reagrupación revolucionaria de Cuba”,


destituyendo a Céspedes y entregando el gobierno a la pentarquía, un gobierno de compromiso cuya
función no podía ser otra que la de coordinar los distintos poderes que habían cristalizado anteriormente.
Sin embargo, el conjunto de tales poderes no eran suficientes para derrocar una dictadura, por una razón
muy sencilla: eran excluyentes entre sí. Entre los diversos poderes se deslizaba aquel que representaba al
ejército, conducido políticamente por Batista, a él le habían ofrecido un cargo en el gobierno pero no lo
quiso porque podía ser más útil a la revolución dentro del ejército.

CONTRARREVOLUCIÓN EN LA REVOLUCIÓN

Grau San Martín decidió situarse en una posición intermedia entre los restos del antiguo bloque de
dominación y los grupos revolucionarios. Pero, no satisfizo a ninguno de estos extremos. Tampoco existía
una base material que facilitara una relación de compromiso, pues, independientemente de los
propósitos del gobierno, la estructura tradicional, erosionada por la crisis del 29, se encontraba incapaz
de servir de base para el desarrollo del empleo y de los ingresos en la medida en que el crecimiento
demográfico exigía.

Batista comprendió que su hora se acercaba en la medida en la que el gobierno de Grau San Martín se
desintegraba a causa de sus propias contradicciones internas. Batista mientras tanto se ocupó de
consolidar sus posiciones en el interior del ejército y liquidar a los partidarios del antiguo gobierno
machadista.
Los hechos le dieron la razón a Batista. Muy pronto los miembros del antiguo directorio estaban aislados
políticamente por sus propias limitaciones. “El gobierno de Grau San Martin tuvo dos formidables
enemigos. Uno era el partido comunista: el otro era el Departamento de Estado”.
En esas condiciones Guiteras realizo una solitaria e importante lucha desde el interior del estado a fin de
cambiar en algo la correlación de fuerzas. Por ejemplo, a él se debe la implantación de la jornada de 8 hs.,
el establecimiento de un salario mínimo y una serie de medidas que ampliaron las libertades sindicales.
Por ultimo Guiteras propuso la formación de una Asamblea Constituyente que aboliera la Encomienda
Platt y elaborara una nueva constitución política.

El gobierno estaba carcomido por divisiones internas y cercado de todos los frentes. El ejército aparecía
como el único garante del orden. Así se explica que sectores de la población, atemorizados por el
radicalismo de Guiteras o enardecidos frente a la impotencia de Grau, comenzaran a llamar en su auxilio
a los militares.

El 18 de Enero de 1934, Grau San Martín abandonó el gobierno y su cargo fue ocupado por el coronel
Carlos Mendieta, que junto con otros personajes, eran títeres de Batista y eran quienes realizaban el
trabajo sucio de eliminar a los sectores más radicales. De ese modo, desde 1934 hasta 1940, gobernó un
régimen batistiano sin batistas y desde 1944 con el dictador.

LOS EQUILIBRIOS DE BATISTA

Durante el período Mendieta – Batista tuvo lugar una especie de contrarrevolución cuyos objetivos eran
reconstruir el bloque tradicional de dominación y la dependencia externa a partir de la constitución de un
Estado militar. Guiteras a la cabeza de una nueva organización revolucionaria llamada “Joven Cuba”
intentaría retomar la continuidad de las luchas contra Machado. Pero Batista no era Machado, y contaba
con la suficiente legitimación social para impedir que la lucha de guiteras pudiese pasar de un estadio
puramente militar a uno político.

Cuando Guiteras se disponía a abandonar Cuba para preparar un desembarco armado, fue asesinado por
los esbirros de batista. La muerte de Guiteras cierra el ciclo revolucionario. De la misma manera, Batista
ejerció una dura represión en contra de los comunistas.

Los comunistas identificaron a Batista como la representación cubana del fascismo. Aunque no era un
fascista, la política del frente popular permitió al menos al Partido Comunista (PC) salir del aislamiento
en el que se encontraba durante el gobierno de Grau San Martín y concretar alianzas con otros partidos,
incluyendo el Partido Revolucionario Cubano (PRC). Así, los comunistas, para llevar a cabo sus tareas, se
desdoblaron en el nuevo Partido de Unión Democrática (PUR). Pero ese período de relativa lucidez y
realismo duraría muy poco en el PC, ya que a partir de 1938, en nombre del antifascismo, los comunistas
cubanos fueron obligados a apoyar la dictadura de batista. La dictadura de batista no estaba en
condiciones de llevar hasta las últimas consecuencias la lenta contrarrevolución iniciada en 1933.

A comienzo de 1935 parecía tener lugar en Cuba una reedición del aquel bloque social que liquidó a
machado. Los obreros urbanos y rurales desataban una escalada de huelgas. Los comunistas practicaban
una política unitaria. El PRC de Grau San Martín se perfilaba como el partido de la oposición democrática.
Hasta los campesinos comenzaron a rebelarse. En marzo de 1935, se llevo a cabo una huelga general cuya
consigna central era “gobierno constitucional sin batista”.

La contrarrevolución tampoco encontró apoyo en el exterior. Sin embargo, por lo menos de Moscú, los
comunistas le otorgaron apoyo. A partir de 1938, Batista pasó a ser considerado por el PC como un
gobernante democrático y progresista. Gracias a este insólito viraje, el PC volvió a la legalidad y en 1943,
con dos ministros pasaría a formar parte del gobierno de Batista.

En el llamado a la Asamblea constituyente de 1939, la oposición conducida por el partido de Grau, el


Partido republicano democrático el Partido de acción y el ABC obtuvieron 45 asientos de un total de 81.
Los comunistas apenas obtuvieron 6. Comenzaba así a formarse un bloque de oposición política a la
dictadura sin comunistas.

LA FRÁGIL DEMOCRACIA

Una vez finalizado el gobierno de Batista (1944), Grau San Martín accedió al gobierno nada menos que
con el 55% de los votos. Los sectores políticos más radicales, entraron en un rápido proceso de
descomposición, disputándose entre ellos pequeñas migajas de poder. El PC decidió concentrarse en la
actividad sindical. Los militares con batista a la cabeza, volvían tranquilamente a los cuarteles a la espera
del momento propicio.
en términos generales es posible afirmar que durante los gobiernos democráticos de Grau San Martín y
Prío Socarrás tuvo lugar una modernización de las relaciones de dependencia tradicionales. En países
como Cuba esto significaba, recomponer la estructura interna del bloque de dominación.

A fines del gobierno de Prío Socarrás (1948 – 1952) la comisión norteamericana recomendaba la
sustitución de las estructuras arcaicas en el comercio y en la propiedad de la tierra por un tipo de
desarrollo que tuviese a la industria como eje. Evidentemente se quería desarticular el andamiaje central
del sector oligárquico residente en la Habana y dar oportunidades a nuevos inversionistas.

En Cuba no existía una autentica burguesía nacional, teniendo en cuenta también que en la isal ano habia
tenido lugar el proceso de “sustitución de importaciones”. Casi el 50 % de la producicion azucarera era
norteamericana. No obstante después de la 2GM en EE.UU se requeria de la existencia en Cuba de un
sector con mayor predisposición capitalista que organizara localmente el proceso de modernización
industrial. El capital norteamericano tendia a abanadonar el tradicional sector azucarero de la economía.

El desplazamiento en el sector azucarero era mas bien relativo, ya que muchos propietarios locales eran
subsidarios de grandes empresas norteamericanas. A partir de 1946 se establecieron en Cuba “plantas de
rayon, hilados de lino y diversas hebras, plantas para el montaje de aparatos eléctricos, fabricas de
textiles, de alambres de puas, calzados de goma e industria de construcción.

El enorme grado de dependencia de los empresarios cubanos hizo imposible que los enfrentamientos en
el interior del bloque dominante se hubieran dado entre un sector nacional y otro extranjerizante de la
economía. Las únicas inversiones extranjeras importantes provenían de EEUU y en donde la participación
norteamericana era tan decisiva, había muy poco lugar para este tipo de enfrentamientos. En el fondo
solo se trataba de una contradicción entre dos tipos de dependencia, uno que se ponía su acento en el
sector exportador tradicional y otro que pretendía además de incentivar la actividad industrial.

El gobierno de Grau San Martín y el de Prío Socarrás no estaban en condiciones de definir la política
cubana en favor de uno u otro y dejaron descontentos a todos, proyectando una imagen de
ingobernabilidad. Dadas las indefiniciones, los gobiernos económicos aprovecharon la oportunidad para
obtener prebendas y favores; al mismo tiempo crearon ciertas condiciones para que las clases subalternas
pudiesen hacer valer algunos de sus intereses. Por ej: el movimiento obrero logro conformar en ese
periodo un sindicalismo bastante fuerte y organizado.

Prio Socaras (ministro de trabajo) procedio a disolver el Congreso de la CTC. Así esta se dividió en
oficialistas y comunistas. El gobierno por supuesto apoyo con todos sus medios a los oficialistas.

LA MORAL DE LA POLÍTICA. LA POLÍTICA DE LA MORAL.

La oposición al sistema imperante saldría de las propias filas del gobierno representada en un místico
personaje: Eduardo CHIBÁS, representante de la fracción más radical del PRC, del cual se apartó en 1947
y dio nacimiento al Partido Ortodoxo (PO). Chibás levanto una política que denunciaba la corrupción
imperante y que rápidamente prendió entre los sectores universitarios. El PO se entendía como la
continuación del guiterismo. De este modo Chivas creaba las condiciones para una oposición democrática.
Fidel Castro, joven estudiante de derecho, vio en ese partido la posibilidad de una alternativa dentro del
precario sistema democrático y acepto su postulación como diputado por la Ortodoxia.
El PC levanto una campaña de desprestigio hacia Chibás, haciendo que éste en Agosto de 1951 se
suicidara. Rápidamente el nombre de Chivas se convirtió en símbolo de la lucha contra la corrupción y a
lo largo del país se hizo patente un sentimiento de simpatía hacia la Ortodoxia. Los ortodoxos estaban
seguros de ganar las elecciones próximas.

Las esperanzas de los ortodoxos se vieron frustradas por el golpe de estado de 1952, encabezado por
Batista, cuyo propósito era impedir que el candidato por la Ortodoxia, Agramonte, ganara las elecciones.
A partir de ese momento se crearían las condiciones necesarias para una unidad política nacional, en
contra del dictador.

Fue el movimiento estudiantil de la ortodoxia donde comenzó a configurarse una tendencia política
basada en tres premisas:

1- La necesidad de restaurar las antiguas libertades democráticas.


2- Una diferenciación tajante con el Partido Auténtico, a fin de impedir que este monopolizara la
legitimación de la lucha antidictatorial.
3- La urgencia de recurrir a las armas a fin de secundar un eventual movimiento de masas.

Quien más insistía en estas premisas, era Fidel Castro, hijo de un rico terrateniente. Ingreso en el Partido
Ortodoxo. Interesante es constatar que una de las preocupaciones más hondas de Fidel Castro, en los días
en que se iniciaba la resistencia a Batista, era dejar sentada la legitimidad democrática de la lucha.

Desde el momento en que los tribunales sancionaban a la dictadura como legal, sancionaban su propia
ilegitimidad. En consecuencia, la revolución era legal. Tenían derecho a la rebelión. Asimismo, en su
defensa de las tradiciones democráticas, Fidel Castro planteaba una ruptura con las conducciones políticas
tradicionales. A un partido revolucionario debe corresponder una dirigencia revolucionaria, joven y de
origen popular que salve a Cuba.

Habia en los planteamientos de Castro una suerte de dualidad: Por una parte, la ruptura con la tradición
surgiría como una respuesta directa a la ruptura provocada de hecho por el golpe de estado, pero por
otra parte tal ruptura violenta y armada se realizaría como la única forma posible de restaurar la
democracia en Cuba. Castro surge en el doble papel de revolucionario y restaurados. La restauración
debería ser realizada a través de la revolución.

ASALTO AL CUARTEL MONCADA (1953)

La primera puesta en escena de un plano insurreccional que apenas estaba naciendo fue el asalto al
cuartel Moncada, el 26 de julio de 1953. Fidel Castro y sus seguidores, clase media, obreros y
estudiantes, tenían como objetivo y como plan una insurrección popular. Querían apoderarse del
control y de las armas, llamar al pueblo y a los militares e incitarlos a “abrazar la libertad”, defender los
intereses de la nación y disparar contra los enemigos del pueblo.

La creencia de que el pueblo se levantaría al llamado de los revolucionarios, se apoyaba en ciertos datos
concretos: la dictadura no pisaba tierra firme, es decir, que Batista ya no tenía tanto apoyo (ni de la
iglesia, ni de los estudiantes ni de EEUU), y además, la idea de asaltar cuarteles ya era parte de las
tradiciones insurreccionales desde la misma época de la independencia en Cuba.

Lo fundamental en la acción del Moncada era que los actores mismos del asalto se consideraban como
una simple fuerza auxiliar y no como un partido de la revolución. Creían ser los ejecutores de lo que el
pueblo quería, de la voluntad popular.
El movimiento estaba emparentada con tradiciones populistas, tanto cubanas como latinoamericanas. La
noción de pueblo predominaba por sobre la noción de clase. Pero al mismo tiempo es necesario destacar
que tal noción correspondía a un pueblo concreto, dividido a su vez, en diversas clases.

Castro proponía una alianza entre pobres del campo y la ciudad, campesinado pequeño propietario y sin
tierras, subproletariado agrícola, proletariado industrial, fracciones de las capas medias y de la pequeña
burguesía. Se trataba de una alianza de las clases subalternas de la sociedad, sin la hegemonía especifica
de ninguna en particular. Esto significa que el sentido democrático de la revolución, debería ser
condicionado por su carácter popular.

MOVIMIENTO 26 DE JULIO

El movimiento 26 de Julio se encontraba ligada a la tradición ideologica “martiniana”. Fidel Castro dijo “no
es un partido político, sino un movimiento revolucionario, sus filas estarán abiertas para todos los cubanos
que deseen restablecer en Cuba la democracia política e implantar la justicia social”. Ya que era un
movimiento amplio, otras organizaciones se agruparon a su alrededor: Acción Libertadora, Acción
Revolucionaria Nacional y el Movimiento Nacionalista Revolucionario.

El M26 era un movimiento nacionalista, antiimperialista y democrático, que tenía una dirección política
cerrada y centralizada respecto al resto de la organización. En cada provincia y municipio, la máxima
autoridad era un coordinador y en cada sector existía una sección de propaganda, una de finanzas, una
de acción y sabotaje, una sección juvenil y estudiantil y una sección obrera.

El M26 surgio como producto de la lucha en contra de la dictadura. Aun siendo una organización muy
contradictoria, probo ser muy eficaz para las exigencias del momento.

LOS SUPUESTOS DEL DESEMBARCO DE GRANMA (1956)

Despues del asalto al Moncada, el segundo capitulo importante en la revolución fue el desembardo del
Granma en 1956. Entre los dos acontecimientos aparece el Che Guevara, que habia hecho amistad con
algunos asaltantes del Moncada en Costa Rica. El desembarco se realizaría, al igual que el asalto, con base
en la creencia de que un movimiento popular urbano estaba pronto a levantarse en contra de la dictadura.

Esta creencia se había fortalecido más en Castro, porque estando en prisión recibió enorme solidaridad
desde los más diversos sectores, por lo que la dictadura se vio obligada a liberarlo, ya que se convirtió en
el símbolo humano de la resistencia.

Entre 1953 y 1956, tuvo lugar en La Habana una notable activación del movimiento estudiantil y surgió
una organización política llamada El Directorio, en recuerdo del movimiento de Antonio Guiteras. Estaba
liderada por José Antonio Echeverría y se expresaba en dos vertientes: lucha callejera y acción armada.
Así, se mantenía viva la agitación en contra de la dictadura, y se realizaban acciones directas.

El Directorio, no era un simple apoyo estudiantil al M26, sino que era una fuerza política autónoma. Es así
que, en 1957, asaltó el Palacio Presidencial con el objetivo de ajusticiar a Batista y llamar a una
insurrección popular. En el movimiento obrero también se observaban signos de activación, con huelgas
de azucareros y cuestionamientos hacia la crisis de las exportaciones.

LA DIFÍCIL UNIDAD
Hasta la primera mitad de 1957, Castro y sus compañeros trataron de consolidar posiciones en
la sierra. Algunas batallas victoriosas como las de La Plata y el Uvero, devolvieron la moral a los
combatientes. Pero el asalto al Palacio Presidencial realizado por El Directorio les demostró
que no eran la única “vanguardia” y que ese papel deberían conquistarlo no solo en el terreno
militar sino también en el político.
Así, el M26, dio a conocer el “Manifiesto de la Sierra Maestra”, donde era postulada la unidad
más amplia llamando a la realización de elecciones democráticas e imparciales. A fin de
restituir el régimen presidencial mediante la previa formación de un Gobierno Provisional.

Proponía 8 puntos básicos:


- formación de un frente cívico revolucionario con una estrategia común de lucha.
- designación de una persona llamada a presidir el gobierno provisional.
- renuncia del dictador.
- resistencia del frente cívico a aceptar o invocar la mediación o intervención de otra nación en
los asuntos internos de Cuba.
- rechazo de cualquier gobierno provisorio representado en una junta militar.
- apartar a los militares de la política.
- llamar a elecciones de acuerdo a los códigos legales.
- bosquejo de un programa mínimo a ser cumplido por el gobierno provisional.
En lo referente a materias económicas, solo señala que el futuro gobierno provisional debe
sentar las bases para una reforma agraria.

El M26 también se preocupaba por establecer su identidad política respecto a las demás
organizaciones de oposición. Esto se manifiesta en 1957 a través de un documento dado a
conocer en forma de carta vierta a las organizaciones opositoras.
La carta desmentía que se hubiese firmado una declaración conjunta con el Partido
Revolucionario Cubano, el Partido del Pueblo Cubano, el Directorio Revolucionario y la
Federación Estudiantil Universitaria, rechazaba la posibilidad de que después de la caída de
Batista se estableciera una junta militar y de que los revolucionarios fueran incorporados al
ejercito oficial. Además la carta insiste en la necesidad de formar un gobierno provisional y
preparar una huelga insurreccional de masas.

EL FRACASO DE LA HUELGA INSURRECCIONAL Y SUS CONSECUENCIAS

La huelga insurreccional convocada por el M26 para el 9 de abril de 1958, fracasó estrepitosamente. Y
estos buscaron los culpables entre los dirigentes intermedios, pero los problemas eran más profundos. La
organización obrero-celular del M26, se había desbaratado en el momento de la acción. El Che Guevara
fundamentaba este fracaso en que el M26 no era un partido perteneciente a la clase trabajadora, contaba
con su apoyo, pero seguía siendo ajeno a esa clase.

Batista intento realizar una ofensiva contra las guerrillas del M26, desplazando sus tareas a un terreno
militar. Así, el M26 tuvo que convertirse en el sujeto mismo de la lucha, la centralización alcanzo un grado
máximo y Castro se convertía en conductor político y militar al mismo tiempo.
ALIANZAS POLÍTICAS DEL M26

El talento político de Fidel Castro se manifestaría en la política de alianzas llevada a cabo antes de la toma
del poder, que fue uno de los factores claves en el posterior triunfo militar.

En medio de la lucha militar, suscribió, junto con otras organizaciones de oposición, el Pacto de Caracas.
El primer punto de este pacto se refería a la concertación de una estrategia común para derrocar a la
tiranía con la insurrección armada. El segundo punto se refiere a la constitución de un gobierno provisional
después de la caída de Batista, para conducir al país hacia la “normalidad”, conduciéndolo por un camino
constitucional y democrático. El tercer punto proponía un programa de gobierno que garantice el castigo
de los culpables, los derechos de los trabajadores, el orden, la paz, la libertad, el cumplimiento de los
compromisos internacionales y el proceso económico institucional del pueblo. A EE.UU solo se le pedia
muy cortésmente que no apoyara a Batista. “Esta no era una guerra contra los institutos armados de la
república, sino contra Batista, único obstáculo de la paz”.

Al mismo tiempo en que era suscrito el Pacto de Caracas, el 26 concertaba alianzas con los comunistas.
Los comunistas pudieron actuar de manera mucho más realista que en el pasado y concertar, algunos
acuerdos con el M26. Por último el PC podría mediar para conseguir apoyo de la otra “gran potencia
mundial” en caso de que la revolución chocara con los intereses norteamericanos.

CAMPESINOS Y OBREROS

Hasta la toma del poder, la revolución había tenido un carácter democrático y popular. Después de la
toma del poder, paso a tener, además, un carácter nacional, ya que entro en contradicción con intereses
económicos y políticos norteamericanos.

De las múltiples reformas, la que tuvo mucha resistencia en EEUU, fue la reforma agraria. Esto se debió a
que, al ser Cuba un país azucarero dependiente del mercado mundial, una reforma agraria efectiva,
implicaría la nacionalización de la tierra, ya que esta se encontraba en posesión de compañías extranjeras.
Por lo tanto, la reforma agraria no solo lesionaría intereses de los latifundistas locales, sino además las
vinculaciones de dependencia externa.

Junto al de la desnacionalización del suelo, el otro gran problema era su extrema concentración. Entonces
con las leyes agrarias, comenzaron a expropiarse propiedades muy extensas, quedando en manos del
estado cubano el 70% de las tierras fértiles del país. Los gobernantes comprobaron que los sectores
agrarios burgueses, eran reacios a impulsar un proceso capitalista de transformaciones, entonces tuvieron
que buscar sus aliados entre los campesinos pobres y los trabajadores agrícolas.

Esto no significa que la revolución cubana hubiese tenido desde un comienzo un carácter agrario. Por el
contrario, solo después de la toma del poder fueron incorporadas al programa de gobierno las
reivindicaciones agrarias. Para llevar a cabo el proceso de transformaciones agrarias surgió un gigantesco
aparato burocrático, el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), que llego a ser “un estado dentro
de otro estado”. El propio Castro, debía combinar sus funciones de primer ministro, con las de experto
agrícola.

La revolución no solo careció de carácter obrero, sino que además en su fase nacional (antiimperialista)
tuvo que entrar en contradicción con las propias instancias organizativas de los trabajadores. Fidel Castro
decidió intervenir personalmente en los sindicatos. En 1959, nombró ministro de Trabajo a Augusto
Martínez Sánchez, desconectando con ello a las posiciones anticomunistas del gobierno. Y abriendo las
puertas a los comunistas para que pasaran a ocupar el lugar que anteriormente había ocupado la
burocracia sindical.

En 1959, fue el Décimo Congreso de la Federación del Trabajo. Este no fue un acontecimiento normal, ya
que existía una manifiesta presión del Estado hacia David Salvador y su grupo (anticomunistas del M26).
Estos presentaron la moción de excluir a los comunistas de los sindicatos, pero fue rechazada.
El Congreso fue clausurado en una situación de indefinición, ya que Salvador siguió en la directiva
(delegado sindical del M26). Después del congreso las estructuras sindicales fueron golpeadas desde el
gobierno y Salvador fue obligado a renunciar. Los comunistas iban ocupando los huecos dejados por el
M26, en su breve incursión hacia el interior del movimiento obrero.

EL DESPLAZAMIENTO POLITICO NACIONAL

Paralelamente a la incorporación de los campesinos al proceso y al quiebre de las estructuras sindicales,


iban teniendo lugar en Cuba desplazamientos sociales que influirían en los cursos políticos. La popularidad
de Fidel Castro a la hora de la toma del poder era inmensa y se transformaría en apoyo social orgánico
tan pronto se pusieron en práctica reformas que mejoraban el nivel de vida de los sectores sociales
subalternos.

Tan importantes como las reformas agrarias fueron las urbanas. Una de ellas fue la Ley de Alquileres, en
la que se redujeron los alquileres de viviendas en un 40/50% y se otorgaban facilidades para comprar
casas en alquiler a largo plazo. También se dictó la Ley del Terreno Baldío que anulaba el valor del mercado
de cualquier expropiación de inmuebles urbanos no mejorados. La reforma urbana significó un duro golpe
al capital especulativo que en Cuba había alcanzado grandes proporciones.

Castro hablo muchas veces de proteger la industria local, estimular la iniciativa privada y modificar las
leyes impositivas, y además, sugería a los industriales que invirtieran en la agricultura reformada. Fue en
vano, ya que esos empresarios no sabían reaccionar como verdaderos capitalistas y acusaron a Castro de
comunista. Gracias a esa acusación se creó una línea divisoria: los que estaban con Fidel eran señalados
como comunistas y los que estaban en su contra, como anticomunistas.

El escenario donde chocaron las distintas tendencias estaba determinado por la existencia del gobierno
provisional presidido por Manuel Urrutia y sus ministros.

Castro no acepto inicialmente ningún cargo de gobierno, pero sus fuerzas se tomaban el gobierno “por
dentro” desarticulando los mecanismos del aparato de Estado, particularmente el estado, que fue
rápidamente reemplazado por el Ejército Rebelde. En el punto principal había acuerdo entre el gobierno
provisional y el gobierno alternativo que ya comenzaba a ejercer el Ejército Rebelde. Castro actuaba como
juez, definiendo los conflictos que se presentaban a cada momento. Sin estar en el gobierno, tenía cada
vez más poder.

Al día siguiente de la toma del poder, Castro se había quedado sin organización política. El M26 se había
construido solo para cumplir un objetivo inmediato: derrocar la dictadura. Pero debido a su
heterogeneidad social e ideológica, era una organización incapaz de constituirse en gobierno. Esta razón,
presiono a Castro a buscar apoyo en los comunistas.

El choque entre Castro y Urrutia resulto decisivo, ambos renunciaron a sus cargos, con lo que por algunos
instantes el poder quedo vacío. Como Castro esperaba, la población se pronunció a su favor, y regreso al
gobierno en medio de la aclamación general. A Urrutia no le quedo más que renunciar.
El nuevo poder se fue configurando como una suerte de encuentro entre parte de la dirección del Ejército
Rebelde y los comunistas. Este encuentro tuvo lugar en el interior de un frente de transición denominado
Organizaciones Revolucionarias Integradas.

INTERNACIONALES

El boicot norteamericano a las exportaciones obligaba al gobierno a tomar posesión de gran parte de la
industria privada acelerando el proceso de expropiaciones. Hacia 1960 los centros más importantes de la
economía estaban nacionalizados o estatizados.

En 1960, el gobierno norteamericano rechazaba la cuota azucarera. De inmediato, los cubanos acudieron
al mercado soviético y los rusos se comprometieron a comprar medio millón de toneladas anuales durante
cuatro años a precio de mercado. A fines de 1960 Cuba se retiraba del Banco Mundial.

EEUU dejo de enviar petróleo a Cuba, y estos recibieron petróleo ruso. El gobierno respondió expropiando
diferentes empresas de electricidad y teléfonos. A un año de la toma del poder, el Estado controlaba
prácticamente todo el aparato productivo.

Cuba estaba condenada a muerte, sobre todo en aquellos tiempos determinados por el clima de la guerra
fría. Castro no tenía pues muchas alternativas que elegir. Y eligió la única alternativa que le restaba, para
salvar parte de la revolución. La entrada de Cuba en el bloque socialista estaba condicionada por la propia
seguridad externa del país.

El hecho de que la revolución Cubana hubiera surgida en el periodo de la llamada “Guerra Fría”, la obligo
a optar entre dos bloques. Esa opción convertiría a Cuba en un tema de connotación mundial.

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