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Roberto Sidicaro

LOS CONFLICTOS ENTRE EL ESTADO Y LOS SECTORES SOCIOECONÓMICOS


PREDOMINANTES EN LA CRISIS DEL RÉGIMEN CONSERVADOR (1930-1945)

El texto busca analizar aspectos de las condiciones políticas e ideológicas que


contribuyeron al agotamiento del ciclo conservador corresponiente a los años 1930-43.

Hipótesis que guía el inicio de la indagación  La consolidación del Estado


intervencionista y el modo no democrático de regulación del sistema político produjo el
surgimiento de conflictos entre los políticos conservadores y los sectores socioeconómicos
predominantes, se quebró así la coincidencia de intereses establecida al comienzo del
periodo, con el consiguiente deterioro de la escasa legitimidad del régimen político
vigente.

La novedad del texto radica en el desplazamiento del foco de atención. Las


interpretaciones mas difundidas sobre esta época, apenas diferencian a los políticos
conservadores con los sectores socioeconómicos predominantes. Todo se presenta como
que los primeros buscaron beneficiar sistemáticamente a los segundos. Y esto solo es
adecuado para el comienzo del a etapa.

Los estudios sobre la vida política de estos años fueron prácticamente nulos. La vida
política perdía importancia y podía subsumírsela al a economía.

-DIRIGENTES POLÍTICOS Y ACTORES SOCIOECONÓMICOS EN LA GÉNESIS DEL ESTADO


INTERVENCIONISTA

Los primeros y fundamentales pasos para crear el Estado intervencionista fueron dados
por los políticos conservadores con el apoyo de los principales sectores propietarios
durante el gobierno provisional surgido del golpe del 30. Estas ideas no aparecieron
repentinamente, sino que se comprende teniendo en cuenta los debates llevados a cabo
15 años atrás.

La vulnerabilidad de la inserción de la economía argentina en el mercado mundial de productos


agroalimentarios y los problemas relacionados con el manejo de la moneda fueron cuestiones que
estuvieron presentes mucho antes de 1930.

Con la primera guerra mundial el intervencionismo estatal en la economía se hizo presente en los países
centrales. Los sectores dirigentes de nuestro país, siguieron con atención las innovaciones políticas allí
implementadas.
De una manera orgánico y exhaustiva, los cambios de las ideas sobre los roles que debía desempeñar el
Estado en materia económica y social fueron planteados por primera vez por sectores políticos
conservadores en un programa electoral, elaborado por el Partido Demócrata Progresista en 1915. Este
partido fue un intento de construir una fuerza política de carácter nacional cuya vocación era unificar a las
distintas organizaciones provinciales conservadoras a fin de enfrentar la UCR en las primeras elecciones
presidenciales reguladas por la ley Sáenz Peña. Al fracasar en este proyecto, la democracia progresista
quedó identificada históricamente con Lisandro de la Torre, su candidato presidencial de 1916, y su
orientación ya no se confundió con el conservadurismo.

Lisandro de la Torre formó parte de la Junta Directiva del partido demócrata progresista, designada en
diciembre de 1914, en la cual confluían distintas personalidades políticas conservadoras ya reconocidas, y
otras que adquirirían importancia luego, como el general José Félix Uriburu, el entonces legislador
conservador Julio A Roca, y el gobernador de Salta, Robustiano Patrón Costas.

Ideas del programa del Partido Demócrata Progresista en 1915: propendía en lo social a la mayor
participación del Estado para mejorar las condiciones de vida de las clases populares y que los aparatos
estatales debían incrementar su intervención en aspectos relacionados con el desarrollo industrial y
estimular la producción de energía, así como fomentar por la vía del crédito y de la política monetaria el
crecimiento de las actividades económicas consideradas mas importantes para asegurar la independencia
del país; incluía, además, la necesidad de crear una flota mercante nacional para asegurar los intercambios
comerciales con el resto del mundo. El programa fue redactado por Carlos Ibarguren, quien fue ministro
de Roque Sáenz Peña.

Este programa, apoyado por muchos de los notables del viejo régimen, es considerada como un hito en la
transofrmación de las ideas del conservadurismo.

Existen coincidencias entre los programas conservadores que incorporaban propuestas intervencionistas,
y las orientaciones que en la época expresaba la SRA, en tanto representante de los intereses de los
grandes propietarios agrarios.

El tema de la creación de una flota mercante argentina había cobrado gran acgtualidad para asegurar las
exportaciones de origen rural. Este objetivo se encontraba entre las prioridades del presidente de la SRA,
Abel Bengolea, quien considerara que mientras no haya una flota propia capas de resolver sus
necesidades de exportación, los productores ganaderos argentinos estarían en inferioridad de condiciones
respecto a otros países. Respecto a esta cuestión, la acción del estado se plantea como un problema
estructura y no como una respuesta de coyuntura a los desarreglos ocasionados por la guerra mundial.
Este sector también reclamaba la intervención del estado a propósito del interés de algunos países, cuyo
aprovisionamiento se veía dificultado por la guerra , en adquirir hembras vacunas en la Argentina, y
realizar el proceso reproductivo en sus propios establecimientos.

La renovación de las ideas de los políticos conservadores que respaldaron el PDP iba mas lejos en su afán
de transformar las practicas estatales en comparación con las entidades rurales. Sin embargo, todas
coincidían en relativizar las anteriores concepciones liberales.

Con el triunfo del radicalismo se produjo un cambio decisivo en el juego político y el desplazamiento a la
oposición de los partidos conservadores. Si en el ejercicio del gobierno el conservadurismo había pensado
en la economía como un mecanismo necesario para mejorar los resultados de su gestión, una vez en el
llano la agenda de sus prioridades no fue la misma. Para los políticos conservadores los problemas
económicos ya no serían vistos desde la óptica de la administración del Estado, sino a partir de sus
relaciones con los intereses propietarios sectoriales a los que se hallaban más próximos.

-LA CRISIS DEL 30 Y EL ESTADO INTERVENCIONISTA

Durante los 14 años del radicalismo no se introdujeron cambios significativos en la forma de las relaciones
entre el Estado y la sociedad. Si bien hubieron iniciativas favorables a la intervención Estatal, no
supusieron una reformulación del tiempo de regulación liberal que los radicales recibieron de los
conservadores.

En la década del 20, debido a la debilidad de Argentina y su posición subordinada en el mercado mundial,
se hicieron necesaria la adopción de medidas estatales para resolver la situación de los productos agrarios
endeudados con los bancos acreedores, debido a los efectos internos de la caída de los precios
internacionales o de los volúmenes de ventas externas. La propuesta de crear empresas frigoríficas
estatales para favorecer a los productores rurales fue una de las iniciativas intervencionistas más audaces
de la década del 20, pero su aplicación fue prácticamente nula.

En 1927 la SRA publica un informe expresando la necesidad de la intervención del estado. Demandaban
que el estado se preocupara más por sus intereses sectoriales. Una medida del estado en respuesta a esto
es el “convenio D’Abernon” suscrito por Yrigoyen, cuyo objetivo era asegurar las exportaciones de carne al
mercado inglés. El convenio muestra que los radicales estaban interesados en atender a las demandas del
agro, de todos modos el pacto con los británicos se enmarcó en una política general de mantenimiento del
modelo agroexportador cuyos patrones no se modificaron en todo el radicalismo. Al respecto, podría
afirmarse que, si bien los radicales compartían la idea y los proyectos del país agrario, su relación con
bases electorales urbanas cuyas demandas no podían desatenderse, los colocaba en una posición
potencial de conflicto con los grandes propietarios rurales si la buena inserción internacional se quebraba
tal como ocurrió con la crisis de 1930.
El intervencionismo económico se llevó a cabo a partir de 1930 mediante una convergencia integrada,
fundamentalmente, por l dirigencia política conservadora y los sectores socioeconómicos
predominantes.

En lo político, la convergencia no era solo conservadora. Se había formado un bloque opositor a Irigoyen
 la concordancia –crisol en el q se combinaron conservadores, radicales antipersonalistas, socialistas
independientes y expertos sin partidos-. La cual estaba mas definida por la negativa que por los conferidos
dde una visión política elaborada y homogénea. En principio la abstención radical y luego el fraude,
aseguraron la victoria de la concordancia.

Los integrantes de la convergencia que impulsó la creación del Estado intervencionista tenían distintos
tipos de vínculos con los grandes intereses económicos de la época. No obstantes, tienen especificidades y
diferencias.

La convergencia de estos con los sectores socioeconómicos predominantes se estableció a cominezos de la


década del 30 y se plasmó en la transofrmacion de los aparatos estatales, al crearse aquello destinados a
“dirigir” la economía. Fueron políticas destinadas a beneficiar o a proteger estos intereses sectoriales.
Pero en tanto que los actores que confluían no tenían los mismos intereses permanentes, la virtualidad de
la ruptura estaba presente.

Los representantes de los intereses económicos tenían participación directa en la gestión del Estado,
formaba parte de las juntas y comisiones reguladores de diferentes tipos de actividades económicas, así
como el banco central y la corporación de transportes de la ciudad de buenos aires.

Es de destacar la particular relación entre políticos y empresarios que se encontró en el origen del
intervencionismo estatal, cuyos aparatos de regulación estaban compartidos o colonizados por los
representantes de las entidades corporativas o de las grandes firmas. Esta cercanía entre el Estado y los
empresarios se encontró en la base de la buena acogida que tuvo el intervencionismo cuando empezó a
operar.

- LAS LINEAS DE FRACTURA

Políticos conservadores y sectores empresariales confluían con marcadas tensiones. Como parte de un
momento de confluencia de intereses, esa convergencia se plasmó en la incorporación de empresarios
en los aparatos de dirección de la economía, pero los dirigentes políticos no tuvieron igual actitud
aperturista cuando se trataba de ocupar cargos en las provincias y legislatura. Los organismos de
regulación de la economía tenían una clara orientación corporativista, pero en cuanto al régimen
político defendían la democracia liberal. Querían conservar bajo suu esfera el control de los cargos
políticos. Un caso ilustrativo de esto es el del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Federico
Martinez de Hoz. Este asume en 1931 en representación del conservadurismo. Anteriormente fue
presidente de la SRA, y tenía grandes estancias. El partido conservador inicia un juicio político en su
contra, por la cual se destituye al gobernador. Los aparatos partidarios locales se habían impuesto
sobre quien en algún momento pareció poder enfrentarlos en nombre del honor social y el respaldo
de su riqueza.

“Plan Pinedo” o “Plan de reactivación económica”, 1940  constituyó un hito importante en la


relación entre el conservadurismo en el gobierno y los principales sectores empresariales. El plan se
fundaba en que la economía del país debía preservarse ante los riesgos emergentes del nuevo
conflicto internacional. El proyecto sistematizó un conjunto de iniciativar intervencionistas que alcanzó
solo la sanción legal en Senadores, con mayoría conservadores, pero no así en diputados, con mayoría
radical.

La actitud de las organizaciones estatales no fue homogénea.

La UIA aprobó con satisfacción la iniciativa. Viendo que sus disposiciones favorecían al desarrollo
manufacturero.

La Bolsa de Comercio de Buenos Aires adoptó una posición cautelosa.

La SRA leyó y objetó el plan desde una óptica a la vez general y corporativa. En su opninion cabía poner
en prácticaacciones gubernamentales para contrarrestas los efectos negativos provenientes de la
situación mundial y fortalecer la economía interna, pero esto debía hacerse sin generar estructuras ya
ctores nuevos que luego, una vez retornada la paz mundial y restablecido el funcionamiento normal
del comercio industrial, convirtiereran la solución del presente en un problema de mañana. No
querían trabas que dificultes la reanudación de sus intercambios, porque para ellos la prosperidad del
pa´pis estaba superditabda a la marcha de los negocios agropecuarios.

Es interesante destacar el recelo expresado por la SSRA frente al plan y compararlo con la abeirta
adhesión que había ofrecido al denominado Plan de Accion Economcia de 1933-35, cuya consecuencia
había sido la creación de todos los organismos de intervención anteriormente señalados en los cuales
la entidad rualista participó de manera activa. Las condiciones económicas habían cambiado. En los
primeros años de la década del 30 el intervencionismo se orientaba a preservar los intereses en peligro
de los grandes propietarios rurales y abria los aparatos estatales a sus iniciatrivas y requerimientos
inmediatos y de mediano plazo. La UIA, por su parte, se había movilizado en el 33 contra las medidas
que solo favorecían al agro, pero ffue mejorando su relación con el proyecto intervencionista. Tanto
que para 1940n la sotuacion se invierte. El radicalismo, oponiéndose al plan, postergó un conflicto quie
pronto salta y pasa a ser el conflicto mas importante del país entre un gobierno conservador y las
corporaciones empresarias (SRA, UIA; junto con la bolsa de comercio y otras entidades patronales).

-LAS CORPORACIONES EMPRESARIALES Y EL GOBIERNO DE CASTILLO

Los radicales se manifiestan en contra del “Plan” para impedir que el gobierno conservador tenga
posibilidades electorales. El plan tenía iniciativas de distribución de créditos oficiales, fomento para la
construcción de viviendas, iniciativas para generar empleos, etc. que podían mejorar la situación de
estos. Más allá de las disimiles orientaciones que las distintas entidades empresariales tenían frente al
plan, la actitud de los diputados preocupaba a las corporaciones puesto que podía paralizar la acción
gubernamental en el movido contexto derivado de la situación mundial.

Cabe destacar que, si bien los empresarios ya no tenían el lugar de antes, esto no significaba la
ausencia total de participación en las innovaciones producidas por el gobierno en materia de
ingeniería institucional y desarrollo de organismos de intervención económica. No obstante esto, las
tensiones se agravaron. Esto ocurrió con motivo de una serie de reformas impositivas impulsadas por
el gobierno para superar problemas del déficit presupuestario. Esos conflictos marcaron los dos
últimos años del gobierno conservador. Las posiciones discursiva se volvieron cada vez mas agresivas.
Las entidades patronales pedían el achicamiento del Estado y la restricción de sus gastos, mientras que
los conservadores estimaban justa y necesaria la ampliación de las cargas impositivas.

La disputa tuvo por eje la disconformidad de los empresarios con la modificación de la Ley de
Impuestos a los Réditos estableciendo obligaciones tributarias que juzgaban abusivas. Esta reforma se
presentaba junto con otra denominada de Impuesto a las Ganancias Excesivas. Ambas rechazadas por
los empresarios.

El gobierno de Castillo no cedió y en 1942 agregó el proyecto de impuesto móvil a la exportación –este
es un antecedente de las retenciones a las exportaciones empleadas desde la IAPI-. La SRA decía que
esto desalentaría la producción

- EL CONFLICTO: UNA EXPLICACIÓN

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