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Cátedra: Historia moderna

Profesora: Mariana Labarca


Ayudante: Camilo Soto
Alumno: Felipe Rovegno

1.-Teniendo presente la composición de la sociedad y las características del poder monárquico


durante el siglo XVIII en Europa, explique cuál fue el principal desafío que, según Rudé,
debieron enfrentar las monarquías.

Europa en el siglo XVIII, fue un siglo plagado de crisis, disputas y contradicciones


donde los principales actores fueron las monarquías y las aristocracias disputando por el poder
político y el control del Estado. Debido a que Europa es una amalgama de naciones, creencias
e ideologías, además de que en cada nación se dieron contextos y circunstancias (de carácter
político, económico y social) diferentes, estas disputas políticas se conformaron, evolucionaron
y terminaron de distinta forma, pero todas con una base en común, el constante conflicto entre
unas monarquías en busca de un poder absoluto bajo el amparo ideológico de la ilustración y
una aristocracia que no quiere perder su influencia y poder adquirido en la época feudal.

Sin importar el país en el que uno se encuentre, en toda Europa se podía apreciar a un
grupo de personas privilegiadas que por “nacimiento, riqueza o estatus legal podían ejercer una
influencia desproporcionada sobre la vida de sus prójimos”1, este grupo o aristocracia, como
en la mayoría de los grupos sociales en Europa, eran parecidos pero variaban en algunos
aspectos, era una “cuestión de grados” 2como en la relación que tenían con sus respectivos
monarcas, los privilegios y deberes que tenían frente al Estado, su capacidad económica y su
diferenciación con el resto de la sociedad. Como por ejemplo en Rusia donde la nobleza le daba
importancia a la cantidad de vasallos que uno tuviera o la nobleza francesa que se caracterizaba
por sus estratosféricos gastos y lujos, entre otras cosas. La aristocracia fue el grupo social que

1
George Rudé. “La sociedad y la aristocracia” En: Europa en el siglo XVIII. (Madrid: Alianza Editorial,
1978), 96
2
Ibíd., 112
más complicaciones le dio a los monarcas a la hora de gobernar, ya que debido a los cambios
económicos y políticos que estaba viviendo Europa en el siglo XVIII, “la preeminencia social
de la aristocracia estaba acompañada por su autoridad y responsabilidad en la vida política de
la nación3” los monarcas comenzaron un periodo de reformas donde le quitaban poder
administrativo a la nobleza y centralizaban el poder estatal en torno al rey, esto tuvo una férrea
resistencia por parte de la aristocracia que no quería perder el poder e influencia que había
adquirido anteriormente. Para poder llevar a cabo las reformas absolutistas, los monarcas
indudablemente tuvieron que negociar con la nobleza, cediendo terreno en algunos ámbitos,
“Aunque la aristocracia presionaba por doquier en favor de sus demandas, no debemos pensar
que se diera en todos los países una tendencia hacia la aristocrática de gobierno”4. Las
monarquías seguían teniendo poder sobre la aristocracia e incluso fueron adquiriendo nuevos
aliados, como fue en Inglaterra y en menor medida en Francia, donde un nuevo grupo social
(burguesía) adquiría protagonismo en la administración estatal. La burguesía fue obteniendo
poder al insertarse en el mundo de la nobleza y el privilegio, ya sea aliándose con el rey o con
la nobleza, este surgimiento de la burguesía se da dentro de un contexto de cambio económico
y del constante empobrecimiento de las noblezas antiguas.

Así, las aristocracias y monarquías europeas compartían su afán por el poder y control
político y estatal, dependiendo del país, variaban sus particularidades y relaciones entre estos
y los resultados políticos que resultaron de las disputas políticas estuvieron condicionadas a
estas particularidades, claro que en la mayoría de los países el proyecto absolutista fracaso, en
algunos países como Suecia, la monarquía salió victoriosa. Pero sin importar el resultado, las
monarquías debían lidiar con las noblezas para poder alcanzar sus objetivos políticos
centralizadores.

3
ibíd., 104
4
George Rudé. “Gobierno” En: Europa en el siglo XVIII. (Madrid: Alianza Editorial, 1978), 116
2.-Explique y contraponga las tesis de Darnton y Chartier respecto del rol que le cupo a la
literatura de la Ilustración en el fin del Antiguo Régimen.

El siglo XVIII Europa y el mundo fueron testigos de una de la revoluciones más


influyentes en la historia, la revolución francesa trajo consigo el fin de una monarquía y un
cambio político y social que es admirado hasta el día de hoy, pero que fue lo que llevo al fin
del antiguo régimen, que produjo que la población francesa se manifestara de la forma que lo
hizo. Para la mayoría de los intelectuales fue un proceso causado por la ilustración y su
masificación ideológica. Pero el principal impulsor de las ideas de la ilustración fueron los
libros, el mecanismo de expansión y difusión de ideas predilectas por los europeos del siglo
XVIII.

La literatura afecto directamente en la sociedad y en el pensamiento de la población,


alterando drásticamente la opinión publica que existía en la época, alterando la percepción que
se tenía de la monarquía y su poder, pero a diferencia de como creen muchos intelectuales, la
literatura ilustrada no fue una causa de la revolución ni instruyo algún pensamiento en
específico, más bien la ilustración fue un proceso que se produjo a partir de la revolución5 y la
literatura era un reflejo de la sociedad y provocaba distintas reacciones dependiendo de la
interpretación dada. “La difusión de las ideas no puede ser considerada una simple imposición:
las recepciones son siempre apropiaciones que transforman, reformulan y exceden lo que
reciben”6. Esta transformación que produjo la literatura y la difusión de ideas a través de los
libros, transformo a una población y opinión publica más participante, critica y radical frente
al poder imperante que existía en aquella época, “presentaron la situación como una elección
radical”7.

Fue la literatura la que impulso el intercambio y difusión de ideas de forma masiva


produjo un cambio drástico en la población y estimulo la revolución francesa, y fue la
revolución la que dio paso a un pensamiento ilustrado en su máxima expresión, “los libros

5
véase en el libro Espacio público, critica y desacralización en el siglo XVIII
6
Roger Chartier. “Ilustración y revolución. Revolución e Ilustración”. En: Espacio público, crítica y
desacralización en el siglo XVIII. (Barcelona: Editorial Gedisa, 1991), 32
7
Robert Darnton. “La opinión publica”. En: Los best sellers prohibidos en Francia antes de la revolución.
(Buenos Aires: Fondo de cultura económica, 2008), 368
suscitaban emociones y sacudían el pensamiento”8. La constante producción de material
literario de distinta índole cambio por completo las percepciones de la población, además de
que los libros a medida que avanza el tiempo, se volvían más y más seculares, impartiendo
ideas ilustradas en la opinión publica, perjudicando directamente a la iglesia y a la legitimación
divina del rey.

De no ser por la creciente demanda de ideas nuevas que “socavaban el poder de las
autoridades”9, lo más probable es que la revolución no hubiera existido, pero también de no ser
por la revolución, la creciente demanda de literatura y las nuevas ideas ilustradas no hubieran
surgido del todo.

8
ibíd., 325
9
Chartier. Óp. Cit. 82

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