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QUE ES EL IVA
El IVA (impuesto al valor agregado o impuesto sobre el valor menorado y el valor añadido) es una carga fiscal sobre
el consumo, es decir, financiado por el consumidor como impuesto regresivo,1 aplicado en muchos países y
generalizado en la Unión Europea.
El IVA es un impuesto indirecto:23 no es percibido por el fisco directamente del tributario, sino por el vendedor en el
momento de toda transacción comercial (transferencia de bienes o prestación de servicios). Los vendedores
intermediarios tienen el derecho a reembolsarse el IVA que han pagado a otros vendedores que los precedieron en
la cadena de comercialización (crédito fiscal), deduciéndolo del monto de IVA cobrado a sus clientes (débito fiscal), y
debiendo abonar el saldo al fisco. Los consumidores finales tienen la obligación de pagar el IVA sin derecho a
reembolso, lo que es controlado por el fisco, obligando a la empresa a entregar justificantes de venta al consumidor
final e integrar copias de estas a la contabilidad en la empresa.
Tipos de IVA
Existen tres tipos de IVA en función del porcentaje que se aplica al precio de venta:
Tipo General
De manera general, todas las operaciones, bien sean ventas de bienes o prestaciones de servicios, están sujetas al
tipo general del impuesto, que es el 21%.
Tipo Reducido
En las entregas de alimentos destinados al consumo humano o animal, sin incluir las bebidas alcohólicas. También a
la venta de animales, vegetales y demás productos utilizados para la obtención de alimentos.
La venta de productos agrícolas, forestales o ganaderos (Semillas, fertilizantes, insecticidas, herbicidas, etc.)
El consumo de agua.
Los productos o instrumentos sanitarios, así como los complementos destinados a subsanar deficiencias físicas,
como las gafas.
Los arrendamientos con opción de compra viviendas, incluidas las plazas de garaje y anexos.
Las ejecuciones de obras, consecuencia de contratos directamente formalizados entre el promotor y el contratista,
que tengan por objeto la construcción o rehabilitación de viviendas.
Venta de alimentos no elaborados, como el pan, harina, huevos, leche, quesos, frutas, verduras, hortalizas,
legumbres, tubérculos y cereales.
Venta de medicamentos.
Entrega de viviendas de protección oficial realizadas por el promotor, incluidos los garajes y anexos. Así como a su
arrendamiento con opción de compra.
Los servicios de teleasistencia, ayuda a domicilio, centro de día y de noche y atención residencial.
También hay casos en los que el artículo que se vende o el servicio no llevan IVA. Ocurre por ejemplo con la venta de
lotería, seguros, los servicios de enseñanza o actividades sanitarias, por mencionar algunos.
Algo caracteriza el IVA respecto a los demás tributos es que intervienen dos personas distintas:
Contribuyentes: que soportan el pago del impuesto con dinero de su bolsillo, y que resulta que es toda la población.
Sujetos pasivos: la persona que recauda el impuesto y lo ingresa en Hacienda, que son los empresarios y
profesionales que realizan actividades sujetas y no exentas de IVA.
En otros impuestos ambas cualidades coinciden en la misma persona pero no en el IVA. Lo entenderás con un
ejemplo:
En el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) es contribuyente la persona que paga este impuesto y
además también es sujeto pasivo porque es el obligado a presentar la declaración de la renta en plazo. Si no cumple
con esta obligación hacienda se dirigirá contra él.
En el IVA el contribuyente es el consumidor final, porque cada vez que adquiere algo paga este impuesto.
Sin embargo, el sujeto pasivo es el empresario o profesional al que se le está “comprando” porque es el obligado a
recaudar ese IVA que el contribuyente le paga e ingresarlo en hacienda en la forma y plazos establecidos por la ley.
Para el contribuyente (condición que tienen todos los particulares, como hemos visto) el funcionamiento es muy
sencillo: lo paga y se acabó.
Para el sujeto pasivo (empresario o profesional en ejercicio de su actividad) el proceso es algo más complejo
De acuerdo a la Ley del Impuesto al Valor Agregado (LIVA), las personas físicas o morales están obligadas a pagar el
IVA cuando realicen alguna de las siguientes actividades:
Enajenación de bienes. O sea, la transmisión del dominio de algo. Como cuando un vendedor cede el producto a un
cliente en el momento que éste ha cubierto el costo.
Prestación de servicios independientes. Aquí encontramos los freelancers pues ellos no trabajan de forma no
subordinada mediante el pago de un salario.
Otorguen el uso o goce temporal de bienes. Por ejemplo, el arrendamiento u otras acciones que permitan el
aprovechamiento temporal de una propiedad a cambio de un pago.
Importen bienes o servicios. Es decir, introducir al país productos del extranjero.
También encontramos algunos bienes y servicios en los cuales no se pagará el impuesto, algunos de los más
importantes son:
En la enajenación de:
Bienes entre residentes en el exterior, siempre que los mismos se hayan introducido al territorio nacional al amparo
de un programa autorizado.
En la importación de:
Equipaje de casa.
Obras de arte.
Para consultar detalles del listado completo, puedes revisar los artículos 9, 15, 20 y 25 de la Ley citada.
Bolivia está en la zona media en cuanto al porcentaje del Impuesto al Valor Agregado (IVA). Entre 18 países
analizados en la región latinoamericana Bolivia ocupa el puesto 11 con un IVA de 13%.
1. Características
Es la base del sistema tributario fiscal porque permite el control fiscal en todas las fases productivas. Es un tributo al
que están obligados los que facturan por la venta de bienes y servicios. Es un impuesto indirecto porque recae en el
consumidor (comprador) de bienes y/o servicios a tiempo de recibir su factura.
2. Actividades incluidas
• Venta de productos y mercaderías (bienes).
• Comisiones.
• Importaciones.
• Operaciones bancarias.
Se debe facturar cada pago parcial; el total de las facturas debe coincidir con el total del contrato. Contratos de obra,
mejoras, reparaciones, ampliaciones, etc.
3. Actividades excluidas
• Operaciones de coaseguro.
• Mercaderías adquiridas en zonas francas de los aeropuertos (por su denominación en inglés: “duty free”).
• Venta de inmuebles.
4. Período de pago
Se considera un impuesto cerrado porque en su declaración mensual, no se pueden incluir transacciones de otros
meses. Se paga al mes siguiente de la transacción, según la fecha de vencimiento de cada NIT.
5. Sistema de registro
Requiere de la utilización de un Libro de Compras en el que se detallan las facturas que estén a nombre del
contribuyente, con su número de NIT. También se debe utilizar un Libro de Ventas en el que se detallan las facturas
emitidas por el contribuyente.
6. Forma de cálculo
Una vez producido el bien o servicio a ser comercializado, corresponde el cálculo del impuesto al valor agregado
para finalmente determinar el precio de venta al público. Este impuesto viene determinado “por dentro” del precio
de venta del bien o servicio al público. Al precio de costo (la suma de los insumos que intervinieron para producir el
bien), se le suma un porcentaje de ganancia.
A la suma del precio de costo y ganancia, se le conoce como precio neto (total de la inversión más la utilidad). A ese
monto se le debe añadir el 13% del Impuesto al Valor Agregado y se determina el Precio de Venta al Público que es
el que debe figurar en la factura. Para hacer este ejercicio es necesario conocer el concepto de tasa nominal y
efectiva.