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Colegio Juan Moya Morales

“Un espacio de aprendizaje, buen trato y altas expectativas

Primer Semestre 2019


PROYECTO LECTOR SEGUNDO CICLO
LECTURA SEMANA N° 15

NOMBRE ESTUDIANTE:
CURSO:

Objetivos:
OA6-OA11- Leer independientemente y comprender textos no literarios
OA 2 Reflexionar sobre las diferentes dimensiones de la experiencia humana, propia y ajena.
OA16- Escribir frecuentemente para compartir impresiones sobre sus lecturas.

La polémica machista tras descubrirse que un


gran guerrero vikingo del siglo X era
realmente una mujer

Desde que fuera descubierto


en un yacimiento de Birka
(Suecia) en 1878, los
arqueólogos habían dado por
hecho que los restos
pertenecían a un hombre con
un alto rango militar

La tumba que ha
desatado la polémica sexista fue descubierta en 1878 durante una
excavación en Birka, uno de los asentamientos vikingos mejor
conservados de Suecia. Se trata de una ciudad fundada en el siglo VII,
entre cuyos restos destaca un cementerio con cerca de 3.000 tumbas,
trozos de las antiguas murallas y restos de los embarcaderos usados por
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las comunidades allí asentadas. El hallazgo fue, sin duda, importante


desde el punto de vista arqueológico: un enterramiento datado en el
siglo X, conocido como Bj 581, que contenía un gran ajuar consistente
en dos escudos, una espada, un hacha, restos de una armadura, dos
caballos y un tablero utilizado para preparar estrategias bélicas, además
del esqueleto correspondiente.

Semejante tesoro llevó a los investigadores de la época a dar por hecho


que se trataba de un importante guerrero y líder militar. Hombre, por
supuesto. Sin embargo, el 8 de septiembre de 2017, la revista «American
Journal of Physical Anthropology» publicó un sorprendente estudio de
ADN que demostraba que el importante guerrero de Birka era, en
realidad, una mujer. No había lugar a dudas, puesto que se había
identificado el cromosoma X, pero no el Y.
Para no correr riesgos, también realizaron un análisis isotópico del que
pudieron concluir que la guerrera había tenido una existencia
itinerante, rasgo típico de la vida desarrollada por los combatientes
vikingos. Este importante descubrimiento reforzaba la teoría de que las
mujeres vikingas no solo participaban en las batallas como cualquier
soldado masculino, sino que también desempeñaban cargos de
responsabilidad dentro de la jerarquía militar. Un hecho, sin duda,
insólito.

Un guerrero, sin ninguna duda

«Los huesos hallados en la tumba Bj 581 no pertenecían a una clásica


valkiria como las que aparecen en las sagas, sino a una líder militar real
que ha resultado ser una mujer», explicaba la directora de la
investigación, Charlotte Hedenstierna-Jonson, cuyas revelaciones
generaron inmediatamente una gran polémica. Los resultados de la
excavación fueron, incluso, puestos en duda. «Me sorprendieron las
reacciones que tuvimos con el artículo», aseguró la responsable a la
revista « History». ¿Una guerrera en vez de un guerrero? No podía ser,
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a pesar de que numerosas leyendas y sagas vikingas antiguas hablaban


de mujeres al frente de las batallas.
Los arqueólogos emprendieron también la tarea de demostrar que el
esqueleto que habían analizado era el esqueleto correcto y no otro por
confusión, tal y como defendían los detractores. Comprobaron que cada
hueso estaba etiquetado como «Bj 581», siguiendo la misma práctica
arqueológica que se había usado en el resto de las excavaciones del
cementerio de Birka. Vieron, además, que estas mismas marcas estaban
presentes en los artefactos y en los huesos de los caballos, lo que vincula
todos los restos a la misma tumba. Y, por último, confirmaron que los
huesos humanos coincidían todos con el registro de la excavación,
descartando cualquier coincidencia con otro entierro de la zona.

Todo esto demuestra que en el mismo entierro no había registro alguno


de huesos humanos que no pertenecieran al esqueleto analizado, pero
los críticos se agarraron entonces a la hipótesis de que las armas
podrían pertenecer al esposo de la mujer. Un dato que descartaría el
hecho de que la mujer fuera realmente una guerrera. Y después alegaron
que las armas y demás tesoros podrían ser las reliquias familiares o
regalos de terceras personas que no pertenecían en su origen a la mujer
de Birka y que no eran, por lo tanto, herramientas «de trabajo» de
nuestra protagonista. No hay que olvidar que, entre las 1.100 tumbas
excavadas a finales del siglo XIX en el yacimiento, solo había otra con
un ajuar funerario parecido, que era típico de los entierros de las élites
militares. Hedenstierna-Jonson y su equipo se preguntan ahora si entre
todos esos enterramientos podría identificarse a alguna mujer más que,
a lo largo de este tiempo, habría sido tomada por un hombre y no lo
fuera.

Desde que fueron descubierto los restos de Birka, sin embargo, todos
las arqueólogos e investigadores que se acercaron a este hallazgo
coincidieron en que se trataba de la tumba de un guerrero de alto rango.
Ni se les pasó por la cabeza que pudiera ser una mujer, al estar
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enterrado con nada menos que dos caballos y una cantidad importante
de armas y vestimentas. El artículo de «American Journal of Physical
Anthropology», sin embargo, defendía que la genómica y los análisis
isotópicos podían ser empleados como herramientas válidas para
reconstruir nuestras creencias sobre los modelos de organización,
movilidad y roles de género que se habían establecido para las
civilizaciones pasadas.

«Es una mujer que vivió como guerrera profesional y fue enterrada en
un ambiente marcial como una persona de alto rango», confirmó
después Hedenstierna-Jonson en otro artículo publicado en la revista
« Antiquity» La investigadora explicaba que el hallazgo planteó una
serie de dudas sobre el papel de las mujeres en la cultura vikinga. Sobre
cómo este pueblo pudo entender la identidad de género, ya que, a
diferencia de otras vikingas enterradas con armas, la guerrera de Birka
no llevaba ropa o joyas típicas de mujeres. Como declaró después a la
revista «History» la directora de la investigación, también profesora de
arqueología de la Universidad de Uppsala en Suecia: «Su traje no es el
típico masculino, porque es un estatus muy alto, pero no hay tampoco
nada que indique que es una mujer. No hay hallazgos típicos que
podamos relacionarlos con las mujeres».

La idea de que las mujeres vikingas eran también guerreras no es nueva.


En imágenes fantásticas del siglo XIX es fácil verlas representadas como
valquirias o mujeres fuertes. Existe un texto irlandés de la época que
describe a una flota femenina en Münster. También una crónica
bizantina que relata que había mujeres armadas entre los muertos
después de una derrota vikinga. Y hay un registro sobre el sitio de París
en el siglo IX en el que un monje francés asegura haber visto a mujeres
danesas en el campo de batalla. Después de laSegunda Guerra
Mundial esa visión cambió un poco, con libros que tendían a retratarlas
como amas de casa que trabajaban en la granja familiar.
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Fuente: https://www.abc.es/historia/abci-polemica-machista-tras-descubrirse-gran-guerrero-vikingo-siglo-
realmente-mujer-
201902210416_noticia.html?fbclid=IwAR0a0bOwaEyGp1fp1A4XUufneXlOnW_GB63WvGKVPTwXMCjKIFkBtm51mV4

Pregunta mediadora: ¿Crees que una mujer puede ser una guerrera?
¿Por qué?
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