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LAS FUNCIONES DEL JEFE DE ÁREA Y LAS PRÁCTICAS

PROFESIONALIZANTES

Aportes para la construcción del rol de Jefe de Área en el marco de la Ley


Provincial de Educación Nº 13.688

“La emisión de un titulo de TECNICO de un nivel medio por parte de un servicio


educativo de la provincia, tiene un grado de responsabilidad social muy
importante, ya que tiene un carácter habilitante para las actividades
profesionales reguladas por el Estado, cuyo ejercicio compromete el interés
público poniendo en riesgo la salud, la seguridad, los derechos, los bienes y la
formación de los habitantes”.

Este principio emitido en la ley de educación técnico profesional enmarca y


determina el rol fundamental que adquiere la figura del Jefe de Área en la
Educación Técnico Profesional.

El Jefe de Área tiene a su cargo el campo de la Formación Técnica Específica


(tanto en el ciclo básico como en el superior) y las Prácticas Profesionalizantes
propias del Sector o Especialidad en la que se desempeña. Es quién, por
competencia, ejerce la conducción pedagógica y administrativa, en el marco del
Proyecto Institucional y de la reglamentación vigente, en cumplimiento de las
funciones que le son propias y definen su ámbito de incumbencia profesional.

El apartado 14.4 de la Res. CFE Nº 261/06 caracteriza el campo formativo de


la FTE como:

“ El campo de formación técnica específica: es el que aborda los


saberes propios de cada campo profesional, así como también la
contextualización de los contenidos desarrollados en la formación
científico-tecnológica, da cuenta de las áreas de formación específica
ligada a la actividad de un técnico, necesaria para el desarrollo de su
profesionalidad y actualización permanente. Comprende contenidos en
función de capacidades que se ponen en juego en la dinámica
profesional y que están ligadas a problemáticas del ejercicio profesional

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en contextos socio – productivos específicos. Así estos aspectos
formativos posibilitan el desarrollo de saberes que integran tanto
procesos cognitivos complejos como de habilidades y destrezas con
criterios de responsabilidad social”.

Por otro lado la Res 3655/07 plantea “Los diseños curriculares son
prescriptivos porque pautan la enseñanza de conocimientos social y
científicamente significativos, pertinentes a la compleja realidad sociocultural.
El término hace referencia a la dimensión normativa del curriculum, en tanto los
diseños establecen con carácter de ley qué y cómo enseñar en los
establecimientos educativos de la provincia. Esta cuestión no es menor ya que
exige de parte del Jefe de Área en cuanto a que su jefatura es la dependencia
pedagógica y administrativo- organizacional que tiene a su cargo la orientación,
coordinación, asesoramiento, optimización, supervisión y evaluación de los
espacios didácticos – productivos en donde se desarrolle la formación técnica
especifica y científico tecnológica; un especial énfasis en el cuidado de que se
cumpla “con carácter de ley” lo indicado en el diseño curricular de la
especialidad que tiene a su cargo.

El Jefe de Área deberá concebir por tanto a los documentos curriculares como
herramientas esenciales para su trabajo sobre la base de un conocimiento
cabal de los mismos, no solo de las capacidades planteadas en ellos, de los
contenidos y de las prácticas educativas si no y fundamentalmente de la
política educativa que los sustentan.

Cuando se realiza un análisis profundo y colectivo de los documentos


curriculares, se promueve la problematización de las propias experiencias
institucionales a partir de la reflexión acerca del alcance de los mismos (Res
3655/07).

Por lo tanto pasa a ser su responsabilidad primaria difundir y garantizar la


socialización de los diseños y propuestas curriculares entre los/as docentes de
su escuela. “Para desarrollar estas acciones es preciso que habiliten espacios
de diálogo y reflexión sobre estos documentos, favoreciendo la construcción de
acuerdos que den lugar a una práctica institucional coherente y articulada. Esta

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tarea es fundamental al definir colectivamente el proyecto educativo” (Res
3655/07).

Se desprende así, el papel clave que desempeña el Jefe de Área en la


formación del profesional técnico en el sector de actividad socio-productiva que
le compete, en tanto interviene en el diseño, construcción, concreción,
adecuación y evaluación de recorridos formativos profesionalizantes y exitosos
para los alumnos y alumnas, así como en la contextualización de los mismos a
demandas externas surgidas de los procesos de desarrollo local sostenible, de
innovación productiva y/o científico-tecnológica y de generación y promoción
del empleo y la empleabilidad.

El artículo 64 del Reglamento General de Instituciones Educativas de la


Provincia de Buenos Aires, aprobado por Decreto Nº 2299/11, define al cargo
de Jefe de Área como el personal docente jerárquico, que tiene a su cargo la
coordinación curricular y demás aspectos de las prácticas educativas y
profesionalizantes propias del Taller, Especialidad y/o Disciplinas del o de los
campos formativos a su cargo, en el marco de las prescripciones establecidas
en los artículos 36 y 37 de dicho reglamento.

El jefe de Área es el responsable primario del funcionamiento pedagógico-


didáctico y administrativo-organizacional de los entornos formativos y espacios
didáctico-productivos de la formación técnica específica, se encarga también
de la operatividad de los entornos virtuales instrumentados en la institución;
promoviendo el aprendizaje profundo y el desarrollo en los estudiantes de
capacidades profesionales entendidas éstas como: “Saberes complejos que
posibilitan la articulación de conceptos, información, técnicas, métodos, valores
para actuar e interactuar en situaciones determinadas en diversos contextos.
Estos saberes complejos ponen en relación el pensar en una situación
particular con el material relevante de la misma“. (Anexo de la Resolución
CFCyE Nº 261/06).

Para garantizar que los alumnos de las Escuelas de Educación Secundaria Técnica
alcancen el perfil requerido, es preciso prever en los espacios didáctico-productivos de
la escuela una estrategia de seguimiento y asesoramiento sobre los asuntos técnico-
profesionales específicos incluidos tanto en la gestión curricular/pedagógica como en

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la gestión institucional y académica propiamente dicha, en donde la Jefatura de Área
se constituye en el organismo principal a cargo de la misma, en relación directa con la
Vicedirección/Dirección. Es el Jefe de Área quién pone en práctica una dinámica
de conducción particular para este sector, en el marco de los acuerdos
construidos en cada proyecto institucional.

Recordemos que la organización de los entornos formativos y espacios


didáctico-productivos así como su encuadre institucional, función directa del
Jefe de Área, actúa como soporte para las diferentes propuestas curriculares y
estrategias de enseñanza que se desarrollan en el área o sector.

Entre otras funciones, el Jefe de Área se encarga de la organización y


coordinación de los administradores de red y cualquier otro docente o no
docente cuya función se vincule con la formación técnica especifica o con el
desarrollo del Plan Institucional de Prácticas Profesionalizantes para el sector o
especialidad a su cargo; con el mantenimiento correctivo y preventivo; con la
gestión y organización de los recursos de talleres y afines; con el Plan de
Prevención del Riesgo; con la definición y adecuación de protocolos de acción
en su Área, Sector o Especialidad a cargo, con el Plan de Higiene, Salud y
Ambiente; el Plan de Mejoras para la educación técnico profesional asegurando
el encuadre pedagógico de todas estas cuestiones y su correspondencia con
Proyecto Educativo.

Corresponde al Jefe de Área desarrollar, implementar y supervisar, con la


participación activa de todos los docentes y demás actores involucrados, la
ejecución de instancias de apoyo tutorial, seguimiento pedagógico de alumnos,
el diseño de recorridos formativos diferenciados o alternativos, la
implementación y desarrollo de programas para la integración de alumnos/as,
el fomento y padrinazgo a iniciativas y proyectos de los/as estudiantes, la
coordinación y desarrollo de circuitos productivos internos, la generación de
actividades de apoyo y fortalecimiento a las prácticas profesionalizantes
(anteriores y simultáneas), la concreción de trabajos voluntarios y de extensión
comunitaria, la organización del mantenimiento y reparación de bienes
escolares, la integración en el área de alumnos con capacidades diferentes y
toda otra acción educativa que involucre total o parcialmente a su sector, en el

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marco del Proyecto Institucional y, principalmente, a partir de la referenciación y
tratamiento curricular y didáctico-metodológico de las mismas.

Por ello, el Jefe de Área o el equipo de Jefes de Área (Res Nº 3367/05)


cumplen un papel fundamental en la promoción del cambio, la facilitación de la
participación y el compromiso de los docentes a su cargo para la
implementación de acciones que favorezcan los aprendizajes de los alumnos.
Corresponde al Jefe de Área mantener una comunicación fluida con la totalidad
de la comunidad educativa, y, en particular, con los docentes y no docentes que
se desempeñan en el Área, Sector o Departamento a cargo, con el Equipo de
Conducción Escolar y con los alumnos y egresados, en el marco de sus
competencias, sobre aquellos aspectos y especificaciones del Proyecto
Institucional que correspondan.

Es necesario desde su rol, conocer y comprometerse con el conjunto de planes


y acciones jurisdiccionales propuestos por la Dirección de Educación Técnico
Profesional, comprender los procesos de desarrollo productivo local y regional
y entender la realidad social de la comunidad educativa para así generar y
coordinar las acciones hacia el interior de la institución y orientarlos hacia el
logro de aprendizajes de carácter integral y especifico de los alumnos
propuestos en el Proyecto Educativo.

La jefatura y los entornos formativos del Área o Sector:

La FTE se desarrolla en entornos formativos denominados en la Resolución Nº


4152/07 como espacios didáctico-productivos, los que pueden adoptar los
siguientes formatos:

 Talleres
 Laboratorios.
 Otros entornos didáctico-productivos.

Esta clasificación no es arbitraria sino que obedece, esencialmente, al tipo de


actividades y aprendizajes que se desarrollan o prevalecen en cada uno de ellos.

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Además de los espacios didáctico-productivos mencionados, encontramos
otros entornos formativos tales como los entornos virtuales de aprendizajes, los
entornos constructivistas, la creación de micromundos, los escenarios para
aprendizaje, etc. Todos ellos, se caracterizan por:

 Tienen como finalidad constituir un espacio concreto donde se


desarrollen actividades que aporten a la construcción de saberes
socialmente productivos, funcionales (prácticos) y significativos.
 Disponen de tecnología pensada y centrada en el estudiante,
seleccionada e implementada para que puedan realizarse las
actividades necesarias que permitan desarrollar los contenidos que han
de enseñarse en torno al perfil profesional de referencia.
 Conceden mucha importancia al contexto de aprendizaje, a sus
componentes didácticos materiales y simbólicos, en tanto se intenta que
los alumnos aprendan a partir del trabajo desarrollando tareas
“auténticas”, es decir, lo más realistas posible.
 La tecnología presente en estos espacios formativos se concibe como
una herramienta mediadora. Dicha tecnología está en función de los
aprendizajes buscados, por lo tanto lleva implícita una referencia
curricular y didáctico-metodológica.

Es importante tener en cuenta que la diferencia entre talleres y laboratorios resulta


menos nítida en algunas especialidades que en otras, y también tienden a ser menos
claras –en algunos casos- por la incorporación de nuevas tecnologías que obligan a
integrar las instancias de diseño, simulación y ejecución. Por otros entornos formativos
nos referimos a plantas piloto, ámbitos laborales externos a la institución, centros
integrales de producción, talleres voluntarios, gabinetes tecnológicos, etc. que
aparecen en las escuelas técnicas (con diferente relevancia pedagógica) integrados en
la propuesta formativa en el campo de la FTE.

En tanto las competencias propias del Jefe de Área le atribuyen un rol protagónico en
la construcción institucional de tales entornos formativos, resulta adecuado incluir en el
presente documento una aproximación a la caracterización de tales entornos en el
presente documento borrador.

Comencemos, por ende, caracterizando lo que entendemos por un espacio


didáctico-productivo, ya que son estos espacios didácticos-productivos los que
conforman el área o sector a su cargo.

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Los espacios didáctico-productivos son ámbitos de aprendizaje que garantizan la
articulación entre la teoría y la práctica en los procesos formativos, posibilitando el
acercamiento de los estudiantes a situaciones reales de trabajo. Constituyen espacios
que hacen a la identidad tanto de la modalidad dentro del nivel como a cada escuela
técnica dentro del colectivo de escuelas técnicas. No existen dos escuelas técnicas
que dispongan de talleres “iguales”.

Los procesos que se desarrollan en los espacios didáctico-productivos implican, en


muchos casos, niveles de importancia física y económica de gran magnitud en relación
con los equipos, las herramientas y las instalaciones, de considerable valor
económico. Tales procesos se caracterizan por los siguientes atributos significativos: la
autenticidad, la actividad, la reflexión, la complejidad y la construcción.

Partiendo de lo pautado en el Anexo de la mencionada Resolución, estos espacios


escolares se conforman en base a los siguientes criterios:

 La institución educativa es la responsable de su conformación debiendo


relacionarse con modelos de gestión que se correspondan con el buen
manejo de lo público.
 No obstruyen ni generan interferencia en el cumplimiento de las
prescripciones normativas y reglamentarias vigentes para el trabajo y tareas
docentes en la jurisdicción (no existen incompatibilidades).
 Se relacionan con las áreas de la formación del campo del saber científico-
tecnológico y el técnico específico. Tienen su fundamento en el Diseño
Curricular y se referencian al Perfil Profesional buscado.
 Convienen para el desarrollo de estrategias que faciliten en el alumno la
integración entre la acción y la reflexión, constituyéndose en el ámbito
donde el alumno logre conceptualizar acerca de lo que hace, por qué lo
hace y como lo hace. Los espacios didáctico-productivos presentes en la
escuela técnica se diseñan atendiendo al tipo de capacidades complejas a
formar.
 Como dijimos, estos espacios deben posibilitar la adquisición y el desarrollo
de capacidades relacionadas con la formación técnica específica y las
prácticas profesionalizantes, generando en los procesos educativos
actividades formativas de acción y reflexión sobre situaciones reales de
trabajo. Por ello, estos espacios se diseñan y construyen como posibles
ámbitos en donde los/as alumnos/as puedan realizar las Prácticas

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Profesionalizantes, así como las experiencias formativas previas que las
antecedan y que se integren en su trayectoria formativa.
 Permiten la implementación de experiencias formativas que promuevan o
impulsen la cultura del trabajo, el asociativismo y el trabajo cooperativo; los
valores propios de una ética laboral/profesional; la preservación del medio
ambiente; el ahorro y optimización de los recursos energéticos; la seguridad
personal y colectiva como construcción social, interdisciplinaria y situacional
y las integraciones horizontales y verticales que posibiliten eslabonamientos
productivos.
 Contribuyen a la construcción de la ciudadanía, relacionándose
directamente con ámbitos del Trabajo, Tecnologías de la Información y
Comunicación, Ambiente, etc.
 Se conciben como espacios en donde es posible articular, integrar,
especificar y aplicar contenidos vistos en todos los campos formativos
(Formación General. Formación Científico-Tecnológica y Formación Técnica
Específica). Ofrecen la oportunidad para generar el entrecruzamiento entre
lo teórico y lo empírico, brindando un sostén válido a los procesos de
enseñanza y de aprendizaje necesarios en la educación técnico-profesional.
 Requieren de equipamiento e instalaciones específicas necesarios para la
formación de técnicos que demuestren manejo de conocimientos,
habilidades, destrezas, valores y actitudes en situaciones reales de trabajo.
Por otro lado exigen un marco organizacional que garantice el acceso
igualitario a dichos equipamientos para su aprovechamiento didáctico.
 Pueden funcionar como lugares de experimentación y ensayo de modelos
de producción y de gestión. El contexto de la investigación se genera a
partir de la definición de las cuestiones a ensayar o de la definición del
problema a estudiar.
 La tecnología disponible en el entorno formativo opera necesariamente
como un elemento favorecedor y mediador del aprendizaje, aún cuando se
habilite en ellos actividades de trabajo por cuenta de terceros, actividades
de producción escolar, microemprendimientos escolares, tareas de
mantenimiento, etc.
 Estos espacios se conciben de modo tal que permitan desarrollar ofertas de
capacitación laboral en saberes específicos de real significación para el
desarrollo productivo local y regional.

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 Se constituyen y desarrollan como entornos formativos que pueden estar
dentro o fuera de la institución escolar. Estos espacios requieren de una
metodología de enseñanza específica y propia, en donde el hacer y la
reflexión sobre ese hacer son elementos claves para lograr el aprendizaje.
Posibilitan a la docencia la implementación de propuestas de aprendizaje
basadas en la resolución de problemas, el diseño y modelización técnica, el
desarrollo de proyectos tecnológicos y productivos, el estudio de casos, el
análisis de sistemas, procesos y objetos, la experimentación, la
investigación, entre otras estrategias.
 En los espacios didáctico-productivos intra-escolares se toma como
referencia los ámbitos reales de trabajo, procurando hacer una
transposición didáctica de la realidad al interior de la escuela. En los
espacios didáctico-productivos extraescolares se busca generar/insertar en
ellos entornos controlados de aprendizaje sin que ello afecte la finalidad
productiva/laboral que los caracteriza.
 Son espacios en donde puede verse el nivel de adecuación a las demandas
provenientes de necesidades e intereses locales y regionales que ha
logrado la institución.
 Requieren especificaciones puntuales del Acuerdo Institucional de
Convivencia en la forma de reglamentos internos, protocolos de trabajo,
ajuste a las buenas prácticas de trabajo, cumplimiento de normas, etc. El
ajuste/encuadre del espacio didáctico-productivo a las normas y protocolos
de higiene, seguridad, calidad, preservación del ambiente, condiciones
adecuadas de trabajo/aprendizaje y disponibilidad de los medios de
realización así como la presencia de normas o reglas de comportamiento
que regulen las relaciones sociales del sujeto pedagógico en el entorno
formativo, son condiciones imprescindibles que adquieren indudable valor
pedagógico en la formación de los alumnos y alumnas.
 Estos espacios habilitan procesos de trabajo y de aprendizajes individuales,
grupales, cooperativos y colaborativos, integrándose en los mismos.
 Están atravesados por contenidos didácticos implícitos y explícitos. Así la
ubicación de una máquina, las señalizaciones, los productos a los que el
alumno tiene acceso y los que no, el uso o no uso del guardapolvo o del
casco, etc. constituyen contenidos de alto valor formativo en los Espacios

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Didáctico-Productivos de la Escuela Técnica. Por ende, su coordinación
exige la visibilización de todos los aspectos formativos que los atraviesan

El taller, el laboratorio, el gabinete tecnológico, la oficina técnica, la planta piloto, etc.,


son claros ejemplos de lo que se entiende por espacio didáctico-productivo en la
educación técnica. También son espacios didáctico-productivos una huerta escolar,
una empresa simulada, una pasantía en una planta fabril, un programa de
entrenamiento laboral específico que se desarrolla en un centro externo a la
institución, un micro-emprendimiento escolar, etc. Estos laboratorios, talleres y los
entornos didáctico-productivos, constituyen entornos formativos propios de las
escuelas técnicas (aunque no exclusivos ya que intervienen en otras modalidades de
Educación Técnico-Profesional).

Los espacios didáctico-productivos de un establecimiento educativo técnico de calidad


deben adecuarse a las demandas provenientes de necesidades e intereses locales y
regionales. Estos servicios adquieren una dinámica de conducción particular en el
sistema educativo provincial por estar las actividades educativas estrechamente
vinculadas con procesos industriales y de servicios que no pueden ser supervisados
centralmente, sino que requieren de una planificación contextualizada y un monitoreo
permanente y específico en el territorio.

En los Espacios Didáctico-Productivos de la escuela técnica, las propuestas


docentes constituyen especificaciones y contextualizaciones del currículum
vigente y se piensan de forma tal que los alumnos y alumnas encuentren
ámbitos adecuados para la construcción, desarrollo y especificación de
capacidades profesionales. Tales capacidades complejas se distinguen por la
convergencia y movilización de múltiples conocimientos y saberes, se trata no
sólo de tener los conocimientos y saberes necesarios sino de poder usarlos en
diferentes situaciones, lo que implica fortalecer en los alumnos su capacidad
para la resolución de problemas, la toma de decisiones, la reflexión sobre su
práctica y la autoevaluación, la posibilidad de continuar aprendiendo, etc. El
desarrollo y especificación de estas capacidades resultan el centro o eje de las
propuestas didácticas de los docentes a desarrollar en estos espacios. Las
mismas son clave para el desempeño del futuro técnico, y refieren a la
posibilidad de identificar y reconocer qué conocimientos son útiles y/o
pertinentes en distintos contextos.

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Cada Espacio Didáctico-Productivo, como dijimos, requiere de equipamiento e
instalaciones específicas que permitan a los estudiantes realizar efectivamente
las prácticas y proyectos planificados a fin de que desarrollen aquellas
capacidades que son objetivo de la formación. El acceso y disponibilidad de los
docentes y estudiantes a este equipamiento e instalaciones constituye es una
condición básica para el logro de los aprendizajes definidos en el perfil
profesional y explicitados en los marcos de homologación vigentes, por lo que
tanto su presencia como la accesibilidad a los mismos es un elemento
insustituible de los entornos formativos. Por otro lado, la accesibilidad al
equipamiento en forma equitativa y oportuna es expresión del derecho a la
educación que poseen todos los alumnos bonaerenses.

La presencia de Espacios Didáctico-Productivos en las escuelas plantea


diferentes exigencias. Una de ellas puede sintetizarse en la frase “PONERNOS
DE ACUERDO”. No podemos comunicarnos sin antes consensuar grupalmente
(con participación de todos los colectivos involucrados) en torno a los
compromisos de cada parte que interactúa en una clase, establecer el marco
normativo y de responsabilidades que implica participar (como docente, como
alumno o como personal de apoyo) en estos espacios didáctico-productivos.

Ejercer la enseñanza y facilitar el aprendizaje en los espacios didáctico-


productivos requiere “ESTABLECER PAUTAS CLARAS EN CADA CLASE”.
Esto exige considerar espacios de clase en donde el alumno pueda aportar
desde su perspectiva en cuanto a las actividades propuestas. Para que los
espacios didácticos-productivos se constituyan como tales, es un requisito que
los alumnos se encuentren integrados, con un fuerte sentido de pertenencia
institucional.

Una última condición que atraviesa la dimensión organizacional en cada uno de


los espacios didáctico-productivos es la que exige ESTABLECER CON
PRESICIÓN LOS ROLES Y FUNCIONES DE CADA PARTICIPANTE EN EL
ESPACIO Y EN CADA UNA DE LAS ACTIVIDADES PROPUESTAS QUE SE
LLEVEN A CABO. Estos acuerdos se construyen como especificaciones en
cada institución, del marco normativo vigente (incluido el Currículum y el
Régimen Académico), a fin de que el Proyecto Educativo se concrete en cada

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uno de los Espacios Didácticos Productivos que conforman el Área a cargo de
la Jefatura.

La Jefatura de Área asume un rol primordial en la construcción de estos


acuerdos marco de alta relevancia pedagógica y con un fuerte impacto en la
calidad de la formación técnico-profesional que se les brinda a alumnos y
alumnas. Tales acuerdos se plasman en diferentes documentos, enmarcados
en el Proyecto Institucional, entre los que se destacan:

 Los proyectos didáctico-productivos


 Los proyectos profesionalizantes de extensión curricular y/o de
complementación curricular
 Los proyectos de innovación y desarrollo tecnológicos
 El plan anual de experiencias estructuradas de aprendizaje.

Ambos tienen relación directa y fundamento en el desarrollo y concreción del


curriculum en el Área

En síntesis, definimos como una primera aproximación al concepto de estos entornos


formativos:

Los espacios didáctico-productivos son aquellos espacios y tiempos formativos


específicos de la escuela de Educación Secundaria Técnica, vinculados con el
currículum vigente (para cada una de las especialidades), cuyo desarrollo e
implementación permite a los alumnos y alumnas desarrollar trayectorias de
profesionalización que garanticen el acceso a una base de capacidades
profesionales y saberes que les permita su inserción en el mundo del trabajo,
así como el continuar aprendiendo durante toda su vida.

Los espacios didáctico-productivos se explicitan en el Proyecto Institucional. Los


alumnos inician su recorrido formativo por ellos en el ciclo básico o primer ciclo y se
continúan en el ciclo superior. Asumen diferentes metodologías de enseñanza, pero
todas centradas en la práctica y basadas en la resolución de problemas. El formato de
desarrollo como espacio didáctico es modular y, por lo general, se insertan en áreas
curriculares más amplias. También habilitan en su desarrollo diferentes articulaciones,
integraciones y formatos didácticos, en el marco de los acuerdos didáctico-curriculares
y/o estratégicos, construidos en la escuela. Así, por ejemplo, podemos encontrar
parejas didácticas, participación del espacio en circuitos productivos mayores,
diferentes desarrollos temporales, tutorías, seminarios, etc.

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Por último, señalemos aquí que asociado al funcionamiento pedagógico de los
distintos espacios didáctico-productivos se hallan diferentes tipos de documentos que
pueden encontrarse en diversos soportes y formatos e involucrar en su producción a
diferentes actores dentro del Área, Sector o Especialidad. Tales documentos registran
la diversidad de información generada en los espacios didáctico-productivos; permiten
establecer un protocolo escolar acerca de las principales actividades que se llevan a
cabo en los espacios, como son la planificación, implementación y seguimiento del
proceso educativo y de la evolución de los aprendizajes de los alumnos. Además
habilitan y dan sustento a los diferentes procesos que ocurren en ellos integrándose
en procedimientos propios del sector o área y, sobre todo, garantizan el carácter
público de la información, posibilitan la toma de decisiones fundadas y aportan a la
memoria institucional. Señalemos solo a título ilustrativo: los registros patrimoniales,
los registros estadísticos sobre el rendimiento escolar en el Área o Especialidad, los
legajos técnicos sobre los diferentes desarrollos, el registro de experiencias
pedagógicas en el Área, el registro de accidentes escolares, los registros o libros de
clase, las órdenes de trabajo, los partes generales de asistencia, los partes diarios de
novedades, los partes de mantenimiento, informes de diversa naturaleza –por ejemplo,
las visita a clase, las visita a empresas, etc.-, notas, fichas, actas, constancias, etc. Es
competencia del Jefe de Área la organización, coordinación, producción, cuidado y
control de toda esta documentación, procediendo a su eleve y/o archivo en la Jefatura
de Área, según corresponda para cada tipo de documento.

Funciones del Jefe de área:

El desempeño del Jefe de Área se ajustará a las prescripciones establecidas


en los Artículos 38 a 41 del Reglamento General de Instituciones Educativas de
la Provincia de Buenos Aires, en lo referente a tareas docentes, obligación de
cuidado y prohibiciones. Como cualquier otro cargo cumple una carga horaria
de 4,30 hs diarias no fraccionadas, pudiendo trabajarse en un mismo turno o
en turnos alternados, según el Proyecto Institucional vigente en el servicio.

Se indican a continuación las funciones establecidas en el Reglamento


General de Instituciones Educativas de la Provincia de Buenos Aires y
puntualizadas al ámbito de la Escuela Secundaria Técnica (Artículo 3º del
Decreto 229/11), especificando además aquellas previstas por la Dirección de
Educación Técnica para la coordinación de las prácticas profesionalizantes.
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1. Actuar, en el ámbito de su competencia, con el fin de promover el
derecho a la educación en los términos establecidos por la Ley Nº 13688
y los diseños curriculares vigentes. (1)
2. Elaborar, a partir de los acuerdos docentes y en el marco del Proyecto
Institucional, el Plan Estratégico de Acción para el área o sector a su
cargo.
3. Coordinar las acciones de articulación de los contenidos curriculares del
Taller y/o la Especialidad y/o Disciplina, según el Proyecto Institucional.
4. Supervisar y asesorar en la planificación acordada de las Áreas de los
Talleres y/o Especialidad y/o Disciplina a su cargo.
5. Asesorar en el diseño, elaboración y concreción del Proyecto
Institucional, en todos los aspectos del mismo que son propios o se
especifiquen en el Área, Sector, Departamento o Especialidad a su
cargo.
6. Intervenir protagónicamente en la construcción de acuerdos para la
contextualización de las propuestas curriculares del Área, garantizando
el cumplimiento de las prescripciones curriculares vigentes en su Área,
Sector o Especialidad a cargo.

7. Asesorar, facilitar, evaluar y supervisar la actividad pedagógica del


personal docente y de apoyo asignado al Área o Sector a cargo..
8. Coordinar las acciones necesarias para la especificación, adecuación e
implementación en su Área o Sector a cargo, del Plan Institucional de
Evaluación de Aprendizajes.
9. Implementar y coordinar en el área o sector a su cargo, el Plan de
Autoevaluación Institucional inscripto en el Proyecto Institucional.
10. Proponer al equipo de conducción los lugares más adecuados para
realizar las prácticas educativas y profesionalizantes, coordinando su
realización.
11. Realizar detallada y fundamentadamente y en correspondencia con los
acuerdos logrados en el marco del Proyecto Institucional, el organigrama
detallado de los usos del tiempo y espacio escolar y extraescolar, en el
Área o Sector a cargo
12. Reunir al personal docente del Taller y/o Disciplina y/o Especialidad a su
cargo para brindar asesoramiento técnico específico procurando la

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articulación con los criterios construidos en el marco del Proyecto
Institucional.
13. Promover y planificar las actividades de extensión y fortalecimiento
profesional de docentes, alumnos y egresados.
14. Promover la capacitación continua (actualización pedagógico-didáctica y
técnica específica) de los docentes que integran el Área, Especialidad o
Departamento a su cargo.
15. Sugerir la adquisición del equipamiento e insumos necesarios para la
tarea del Área.
16. Emitir criterio, si fuese requerido, ante solicitud de equivalencias en
virtud de la normativa vigente.
17. Cumplir su horario de modo de garantizar la atención del Área bajo su
responsabilidad.
18. Dar cuenta de los resultados de la implementación del Proyecto
Curricular Institucional en el Área a su cargo.
19. Promover, implementar, coordinar, monitorear y evaluar el desarrollo de
los Proyectos Especiales y de mejoramiento que se implementen en el
Área o Sector a su cargo, las instancias formativas de la Evaluación
Anual de Capacidades Profesionales (EACP) y la Evaluación de
Saberes del Ciclo Básico (ESCB), y la participación de los alumnos en
experiencias pedagógicas externas (olimpiadas, muestras, concursos,
etc.) siempre que se hallen dentro del Área, Sector, Especialidad o
Disciplina a su cargo, o bien, la involucren directa o indirectamente.
20. Orientar las acciones que correspondan para la detección, seguimiento y
atención pedagógica específica de alumnos y/o grupos en situaciones
que así lo requieran, asumiendo dicha atención a través de la
implementación de diversos dispositivos.
21. Ejecutar, en caso de ausencia de personal docente, las acciones
definidas en el Plan de Continuidad Pedagógica a fin de garantizar el
cumplimiento efectivo de la jornada escolar, con aprendizaje, en el área
a su cargo (2).
22. Llevar el registro estadístico y la documentación de todos los aspectos
pedagógicos, técnicos, organizacionales y patrimoniales propios del
Área o Sector a su cargo.
23. Ejecutar las acciones necesarias para dar cumplimiento a las propuestas
de naturaleza socioeducativa y comunitaria prescriptas en el

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Reglamento General de Instituciones Educativas de la Provincia de
Buenos Aires y las explicitadas en el Proyecto Institucional.
24. Informar a la Dirección de la Institución y en los plazos que
correspondan. de todos los aspectos concernientes al área, sector,
especialidad o disciplina que se halle bajo su cargo ( 3).
25. Organizar, coordinar y monitorear las tareas de apoyo docente propias
del sector o área a su cargo (entrada y salida de alumnos,
funcionamiento del pañol, acceso a los laboratorios, etc.).
26. Cumplir las tareas que se le asignen en el marco del Proyecto
Institucional y en tanto guarden relación con la naturaleza y competencia
de su cargo y se funden en razones de promoción de derechos de los
alumnos.

(1) Recordemos que la Educación Técnico Profesional es un derecho de todo habitante de la


Nación Argentina, y por tanto, el mismo debe ser resguardado, garantizándolo en cada uno de
los ámbitos que conforman la institución escolar.

(2) Estas acciones, construidas colectivamente en la institución y mencionadas aquí solo a


título ilustrativo, pueden ser de muy variada naturaleza: tomar a su cargo las secciones de los
docentes ausentes, asignar personal de apoyo docente que se halle a su cargo para dar
continuidad al proyecto del profesor que haya inasistido, consignar alumnos en actividades
curriculares complementarias y/o extracurriculares, distribuir los alumnos en proyectos
específicos a cargo de otros docentes, etc.

(3) A fin del ciclo lectivo, el Jefe de Área o el Equipo de Jefes de Área presentará al equipo de
Conducción Escolar, un informe de la tarea desarrollada durante el ciclo lectivo, detallando
logros alcanzados y no alcanzados respecto de los planteados para el año, a los efectos de
ofrecer un estado de la situación general del sector a cargo de la Jefatura.

La jefatura y la coordinación de las Prácticas Profesionalizantes:

La Ley de Educación Técnico Profesional Nº 26.058/05 establece en sus


artículos 8, 9 y 10:

“ARTICULO 8º.- Se promoverá que las instituciones de educación técnico


profesional, con los debidos recaudos pedagógicos y sociales, establezcan
diversas formas de cooperación con ámbitos laborales y/o entornos
productivos. Dicha cooperación podrá adoptar diferentes niveles de

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complejidad y de compromiso formativo: regímenes de alternancia, sistemas
duales, pasantías, residencias, entre otros.

ARTICULO 9º.- Se procurará que las organizaciones empresariales, sindicales


y profesionales asuman un compromiso efectivo con la educación técnico
profesional, a través del aporte de iniciativas y recursos, con el propósito de
mejorar la calidad y pertinencia de las ofertas formativas y facilitar el acceso a
la tecnología del mundo del trabajo y la producción.

ARTÍCULO 10.- Son propósitos de las instituciones que brindan educación


técnico profesional de nivel medio y de nivel superior no universitario:

a) Formar técnicos medios y técnicos superiores en áreas ocupacionales


específicas, cuya complejidad requiera el dominio y manifestación de
competencias profesionales que sólo es posible desarrollar a través de
procesos sistemáticos y prolongados de formación que generen en las
personas capacidades profesionales relacionadas con esas
competencias.
b) Desarrollar procesos sistemáticos de formación que articulen el estudio
y el trabajo, la investigación y la producción, la teoría y la práctica, la
formación ciudadana, la humanística general y la relacionada con
campos profesionales específicos.
c) Garantizar una formación general de fundamento y científico-
tecnológica, una formación técnica específica propia de la profesión
abordada, y prácticas profesionalizantes dentro del campo ocupacional
elegido.
d) Introducir a los estudiantes en una trayectoria de profesionalización que
garantice su acceso a una base de saberes y capacidades profesionales
que les permita su inserción en el mundo del trabajo; así como continuar
aprendiendo durante toda su vida activa.”

Por lo tanto los diseños curriculares de la nueva Secundaria Técnica, presentan


espacios adecuados para el desarrollo de las Practicas Profesionalizantes las
cuales incluyen como formato: pasantías, actividades de extensión, proyectos
productivos, proyectos tecnológicos entre otros, previstas hacia el final de la
formación de técnico, esto es en el 7° año (lo cual no implica que este tipo de
estrategias formativas no puedan implementarse en años anteriores).

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Desde la Dirección Provincial de Educación Técnico Profesional se privilegia el
rol que las Practicas Profesionalizantes, como un medio y un procedimiento
idóneo para el lograr la vinculación y el acercamiento más adecuado del futuro
egresado técnico con el mundo del Trabajo y la Producción.

Según se define en el art. 21 de la Ley de ETP y se caracteriza en el apartado


14.4 de la Res. CFCyE Nº 261/06, el campo formatico de las Prácticas
Profesionalizantes, se caracteriza como:

El campo de formación de la práctica profesionalizante: es el que


posibilita la aplicación y el contraste de los saberes construidos en la
formación de los campos antes descriptos [en referencia a los campos
de la FG, la FCT y la FTE]. Señala las actividades o los espacios que
garantizan la articulación entre la teoría y la práctica en los procesos
formativos y el acercamiento de los estudiantes a situaciones reales de
trabajo. La práctica profesionalizante constituye una actividad formativa
a ser cumplida por todos los estudiantes, con supervisión docente, y la
escuela debe garantizarla durante la trayectoria formativa. Dado que el
objeto es familiarizar a los estudiantes con las prácticas y el ejercicio
técnico-profesional vigentes, puede asumir diferentes formatos (como
proyectos productivos, micro emprendimientos, actividades de apoyo
demandadas por la comunidad, pasantías, alternancias, entre otros),
llevarse a cabo en distintos entornos (como laboratorios, talleres,
unidades productivas, entre otros) y organizarse a través de variado tipo
de actividades (identificación y resolución de problemas técnicos,
proyecto y diseño, actividades experimentales, práctica técnico-
profesional supervisada, entre otros).

Leemos en el Anexo de la Resolución CFE Nº 47/08, apartado 21:

21. En síntesis, las prácticas profesionalizantes propician una


aproximación progresiva al campo ocupacional hacia el cual se orienta
la formación y favorecen la integración y consolidación de los saberes a
los cuales se refiere ese campo ocupacional, poniendo a los estudiantes
en contacto con diferentes situaciones y problemáticas que permitan
tanto la identificación del objeto de la práctica profesional como la del

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conjunto de procesos técnicos, tecnológicos, científicos, culturales,
sociales y jurídicos que se involucran en la diversidad de situaciones
socioculturales y productivas que se relacionan con un posible
desempeño profesional”.

En el Anexo 1 de la Resolución 112/13, se define a las Prácticas


Profesionalizantes como:

Las Prácticas Profesionalizantes son aquellas estrategias formativas


integradas en la propuesta curricular, con el propósito que los estudiantes
consoliden, integren y amplíen, las capacidades y saberes construidos en
los otros campos de la formación. Señala las actividades o los espacios que
garantizan la articulación entre lo teórico y la práctica en los procesos
formativos y el acercamiento de los estudiantes a situaciones vinculadas al
mundo del Trabajo y la Producción.

De tales conceptualizaciones previas acerca de éste campo formativo, se


desprende que es, en sí mismo, complejo y variado. Esto demanda una
especial labor por parte de quien ejerce su coordinación, ya que debe articular
con la intervención del docente a cargo, la multiplicidad de recorridos
formativos de los estudiantes en situación de práctica con las diferentes
oportunidades de concreción que el contexto ofrece, en el marco de la
normativa vigente (incluido las prescripciones curriculares) y del proyecto
institucional.

Debido a las características especialmente complejas de las prácticas


profesionalizantes, se requiere de un grupo de docentes que las lleven
adelante, coordinen y supervisen de manera diferente a cualquier otro tipo de
espacio formativo. Se hace imprescindible por lo tanto, la aparición de dos
figuras docentes involucrados en estos proyectos, aquellos que están a cargo
de cada grupo de alumnos y responsables directos de las actividades que
desarrollan y aquel que coordine y supervise al grupo de docentes, esta función
recae en el Jefe de Área de la especialidad a la que correspondieren los
alumnos que deben llevar adelante dichas prácticas.

Este Jefe de Área a cargo de la Prácticas Profesionalizantes deberá ser una

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persona que no sólo tenga la capacidad de asumir las tareas propias de la
enseñanza en cualquier espacio formativo de la Formación Técnica Especifica,
sino también deberá contar con la capacidad de organización y toma de
decisiones que supone la coordinación del trabajo de alumnos y docentes, la
capacidad de generar una efectiva vinculación con otros actores de la
comunidad educativa o del sistema socio-productivo, la de gestión de
proyectos, la de coordinación del trabajo de alumnos y docentes en contacto
con diversos miembros de la comunidad educativa y del ámbito socio-
productivo, la de seguimiento y evaluación no sólo de aprendizajes sino de los
proyectos en sí y al modo en que revierten en los aspectos curriculares y en la
dinámica institucional, etc. Todas ellas orientadas por claros y precisos
propósitos pedagógicos no olvidando que es una instancia más pero
fundamental en la formación del técnico y no una para que los alumnos
adquieran experiencia profesional previa a su egreso.

Por otro lado, habrá que pensar que seguramente las instituciones deberán
desarrollar más de un proyecto de práctica profesionalizante simultáneamente,
si se considera por ejemplo, que ellas deberán cubrir la mayor cantidad posible
de competencias profesionales indicadas en el perfil profesional de cada
técnico; que la mayoría de las escuelas poseen más de una especialidad; que
habrá varios grupos de la misma o diferente especialidad desarrollando
proyectos, cabe recordar aquí que la totalidad de los alumnos deben desarrollar
y aprobar este espacio formativo; que seguramente habrá practicas que solo
resulten significativas si se llevan adelante por un número reducido de alumnos
porque de otra manera resultarían inviables, o al contrario por un número
importante de alumnos por la magnitud del proyecto encarado.

Frente a esta situación la Dirección Provincial de Educación Técnico


Profesional ha separado en dos grupos a las diferentes modalidades de
prácticas profesionalizantes, a saber:

Las prácticas profesionalizantes externas: justamente cuando el proyecto se


realiza fuera de la institución misma que adoptarán la forma de proyectos
productivos externos, pasantías, proyectos de extensión, alternancias, entre
otras.

Las practicas profesionalizantes internas: cuando el proyecto se lleva adelante


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dentro del ámbito específico escolar y que pueden adoptar entre otras, las
siguientes formas: proyectos productivos articulados entre la escuela y otras
instituciones o entidades; proyectos didácticos / productivos institucionales
orientados a satisfacer demandas específicas de determinada producción de
bienes o servicios, o destinados a satisfacer necesidades de la propia
institución escolar; emprendimientos a cargo de los alumnos; organización y
desarrollo de actividades y/o proyectos de apoyo en tareas técnico
profesionales demandadas por la comunidad; diseño de proyectos para
responder a necesidades o problemáticas puntuales de la localidad o la región;
proyectos productivos locales para el desarrollo de actividades productivas;
empresas simuladas; evaluación de capacidades profesionales.

Frente a esta situación e independiente del número de proyectos y tipos de los


mismos y de la cantidad de docentes a cargo del espacio de prácticas
profesionalizantes habrá un solo responsable por especialidad a cargo de la
coordinación y supervisión de todas estas acciones y he ahí la importancia y el
grado de responsabilidad que asume esta figura, por lo que se demanda que
su responsable:

 Tenga claridad en cuanto a los fines y propósitos determinados para este


espacio, tendiendo a que el alumno logre reflexionar críticamente sobre
su futura práctica profesional, sus resultados objetivos e impactos sobre
la realidad social; enfrentarlo a situaciones de incertidumbre,
singularidad y conflicto de valores; que logre integrar y transferir
aprendizajes adquiridos a lo largo del proceso de formación; que
reconozca y valore el trabajo decente en el marco de los derechos de los
trabajadores y del respeto por las condiciones de higiene, seguridad y
cuidado ambiental en que debe desarrollarse y que se forme
íntegramente como ciudadano para ejercer responsablemente sus
deberes y derechos, complementando a su profesionalidad específica.

 Reconozca y manifieste la importancia en el momento de la elección del


tipo y los alcances de las prácticas profesionalizantes, del
emprendedorismo, la vinculación de éste con el desarrollo local y las
nociones de derecho para emprendedores, logrando que los alumnos

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vean a esta salida laboral como una alternativa muy válida y diferente a
la del trabajo bajo relación de dependencia en otro tipo de empresas.

 Conozca las intenciones que sustentan las prácticas profesionalizantes


elegidas, es decir, que reconozca su significación en tanto estrategia
formativa de aproximación a la práctica profesional.

 Reconozca el valor de determinados tipos de prácticas en relación con


un perfil profesional específico, es decir, el sentido y relevancia de su
realización en función de la formación en una orientación técnica
específica, el grado de desarrollo que adquieren las competencias
profesionales indicadas en dicho perfil mediante y cuáles de esas
competencias son trabajadas con esa práctica especifica.

 Sea capaz de reconocer los diversos modos y momentos de


participación de los actores involucrados en este tipo de prácticas,
potenciar su contribución y sus interacciones y establecer consensos
para la realización de las mismas.

 Conozca la realidad del sistema socio-productivo, sus características y


condiciones actuales y como se desarrollan los procesos productivos en
este momento, sus tendencias de cambio, evolución, etc. de manera de
promover la afinidad y correspondencia entre las prácticas
profesionalizantes y las prácticas en contextos reales de trabajo.

 Sea capaz de organizar las distintas etapas del proyecto de prácticas


profesionalizantes (diseño, implementación, seguimiento y evaluación)
orientando las acciones y modos de intervención de los distintos actores
en un proceso conjunto, orientado por propósitos y objetivos bien
definidos.

 Organice practicas que articulen en su realización los diversos campos


formativos dándole coherencia y transversalidad, haciendo intervenir y
apoyándose en el aporte de los campos de fundamento y científico
tecnológico pensando en una formación integral no cerrada solo en lo
técnico especifico.

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 Mantenga un fluido contacto con las organizaciones del sistema socio-
productivo local, instituciones gubernamentales y no gubernamentales,
académicas y demás, de manera de aprovechar potenciales
oportunidades de inserción y participación de los alumnos en
experiencias que puedan desarrollarse en ellas a partir de las prácticas
profesionalizantes. Es decir, un docente abierto al medio opuesto a la
endogamia institucional.

 Tenga capacidad de comunicación con los diversos actores involucrados


para transmitir y recibir información, escuchar y acordar, en las distintas
etapas del proyecto, sumando a él a la mayor cantidad de espacios de la
institución posibles.

Funciones del Jefe de Área respecto de las Prácticas Profesionalizantes:

1. Difundir en la comunidad educativa en su totalidad y a los terceros


intervinientes los objetivos y acciones que implican el desarrollo de la
P.P. internas y externas y su importancia fundamental para la obtención
de las capacidades previstas en el diseño curricular y en función de las
competencias profesionales indicadas en el Perfil profesional de la
especialidad.

2. Supervisar, asesorar y coordinar el diseño, desarrollo y evaluación de las


Prácticas Profesionalizantes.

3. Definir junto con los docentes a cargo, los objetivos y la modalidad de la


Práctica Profesionalizante a realizar, considerando los criterios que
hacen a las mismas, su necesaria vinculación con el perfil profesional,
las características y condiciones institucionales y su propuesta curricular.

4. Incentivar la participación de toda la comunidad educativa en el


desarrollo de las Prácticas Profesionalizantes.

5. Supervisar y asesorar la planificación de la Práctica Profesionalizante


por parte del docente a cargo acordando que incluya toda la información
necesaria como las acciones correspondientes al desarrollo del
proyecto; la secuencia de etapas y actividades, las formas de

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intervención, las actividades y responsabilidades de cada uno, el
proceso de seguimiento y evaluación, entre otras ( 4).

(4) El Plan del docente a cargo deberá evidenciar claramente las instancias formativas
de práctica propiamente dicha de aquellas otras, también fundamentales, denominadas

de acompañamiento en la Disposición de la DPETP Nº 13/13 .

6. Favorecer y coordinar la incorporación en el Proyecto Institucional de


experiencias profesionalizantes previas al sétimo año (curriculares,
extracurriculares y/o complementarias).

7. Prever los recursos, insumos y equipamientos necesarios para el


desarrollo de las Prácticas Profesionalizantes.

8. Coordinar las reuniones de trabajo en cada instancia del desarrollo del


proyecto de Prácticas Profesionalizantes.

9. Anticipar e identificar sobre la marcha, conjuntamente con los


participantes del proyecto, los facilitadores -a fin de potenciarlos- y los
obstáculos que dificultan su desarrollo; elaborar estrategias para
superarlos –en la medida que sea posible- o comunicar a las
autoridades respectivas.

10. Orientar en la elaboración de la estrategia de evaluación de los


aprendizajes, y del proyecto en todas sus dimensiones e instancias.

11. Comunicar a los directivos las novedades o dificultades surgidas en el


devenir del proyecto que requieren su puesta en conocimiento o su
intervención,

12. Supervisar el documento del proyecto de prácticas profesionalizantes y


mantenerlo actualizado cuando se produzcan modificaciones en su
formulación original, archivándolo para su futura utilización como
documento de consulta y apoyo para futuros proyectos.
13. Observar y hacer cumplir a todos los intervinientes los procedimientos y
reglamentaciones legalmente establecidos respecto de la ejecución de
las prácticas profesionalizantes.

14. Conocer la lógica productiva y las características de las empresas y


organizaciones existentes en la zona de influencia de la escuela.

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15. Confeccionar un banco de datos sobre el tejido empresarial de la zona
de influencia de la escuela y desarrollar un catalogo de instituciones
oferentes públicas y privadas (empresas, ONG’s, etc.) interesadas en
participar en los proyectos de Prácticas Profesionalizantes.

16. Desarrollar un plan de información y explicación a las empresas e


instituciones sobre la importancia e interés mutuo de la colaboración
para un buen desarrollo de las P.P. con el fin de alentar su participación
en los proyectos.

17. Mantener contacto con las entidades u organizaciones intervinientes en


el proyecto de prácticas profesionalizantes con el fin de obtener
información y realizar el seguimiento del desarrollo del proyecto y las
experiencias de los alumnos.

18. Visitar las empresas y organizaciones posibles de ser tenidas en cuenta


con el fin de conocer las condiciones tecnológicas organizativas y de
seguridad con la finalidad de evaluar la pertinencia de su inclusión en la
práctica profesionalizante.
19. Acordar, coordinar y supervisar con la empresa u organización la lógica
de desarrollo de las prácticas profesionalizantes sobre la base de la
legislación vigente y considerando que esta es una etapa de la
formación de los alumnos por lo que todas las etapas del proyecto son
definidas y llevadas adelante bajo las directivas del sistema educativo.
20. Observar el cumplimiento de los compromisos asumidos por las
organizaciones intervinientes, resolver problemas operativos y mantener
informados a los directivos de la institución escolar durante todas las
etapas de la práctica.
21. Asesorar y supervisar a los docentes a cargo de los alumnos durante las
instancias de evaluación y la determinación de evidencias del desarrollo
de capacidades, en especial en aquellos aspectos que no pueden
comprobarse en la institución educativa por ser necesarias situaciones
reales de trabajo.
22. Reemplazar al docente a cargo del grupo, frente a eventuales renuncias,
licencias, etc., hasta tanto se asigne un nuevo docente al efecto.
23. Desarrollar material orientativo, en el marco del Plan Estratégico
Institucional de Prácticas Profesionalizantes, para el desarrollo de las

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prácticas profesionalizantes y asesorar a los aspirantes que presenten
proyectos para desempeñarse como docente a cargo de grupos de
Prácticas Profesionalizantes, garantizando el acceso equitativo a esta
información por parte de todos los aspirantes.
24. Propiciar y gestionar el dictado de cursos específicos a docentes a cargo
de las prácticas profesionalizantes.
25. Observar el cumplimiento de los requisitos y prescripciones normativas
vigentes para cada grupo operativo de practicantes (autorizaciones,
comunicación al grupo familiar, apto físico, acta acuerdo, etc.). No
autorizar el inicio de la práctica en aquellos casos en que una o más de
las instancias normativas no se hayan concretado.
26. Participar en las instancias institucionales de autoevaluación del
Proyecto Institucional de Prácticas Profesionalizantes, generando las
acciones de intervención que se desprendan de la misma.

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