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Toda empresa - PyMEs, grandes empresas o corporaciones - debe enfrentarse cada

día a una cantidad creciente de retos: economías comprimidas, competencia hostil,


mercados en cambio constante y muchos más. El único camino garantizado para
crecer incluso bajo las circunstancias más difíciles es el de la innovación. Sin
embargo, hablar de innovación empresarial e implementarla con éxito dentro de
una organización son dos cosas muy distintas y requieren de un conjunto de
elementos, acciones y planificación vitales para lograrlo con éxito.

¿Qué es la innovación empresarial?


Uno de los grandes motores del avance humano es la innovación empresarial.
Tanto el desarrollo de nuevas tecnologías como la investigación han hecho posible
la mejora de la vida humana en diferentes áreas. Sin embargo, la innovación va
mucho mas allá de lo industrial y tecnológico. Cómo somos conscientes de que se
trata de un término bastante confuso, hoy vamos a tratar de definirlo.

Definiciones
Según Cotec, una fundación para la investigación tecnológica, la innovación es
“todo cambio no solo tecnológico basado en conocimiento no solo científico que
aporte valorno solo económico”. En cambio, en el Manual Frascati se considera
como “la transformación de una idea en un producto vendible, nuevo o mejorado,
en un proceso operativo en la industria y en el comercio o en un nuevo método de
servicio social”. Por otra parte, para Indra, la multinacional de consultoría y
tecnología nº1 en España, “la innovación no es un ejercicio creativo ni esporádico,
es un proceso”. Así, según la multifuncional, para que la innovación sea sostenible
e impacte en los resultados debe estar estructurada y muy medida. Dicho de otra
manera, para Indra la innovación no depende de un único genio que invente, sino
del proceso de creación que involucre a toda la organización.

Tipos de innovación
Las empresas pueden ser capaces de generar diferentes tipos de innovación. Así,
en el ámbito financiero se pueden crear nuevos modelos de negocio, redes o
alianzas. Por otra parte, la innovación empresarial también incluye la creación de
nuevos procesos o la mejora de los ya existentes. Por supuesto, también se puede
innovar en cuestión de oferta, es decir, crear nuevos productos, nuevos servicios o
un nuevo desempeño de los productos y servicios ya existentes. Además, no hay
que olvidar que se puede innovar en los canales para llegar a los clientes. Es
importante tener en cuenta que los tipos de innovación también se pueden analizar
desde otros enfoques. Por ejemplo, según la naturaleza de ésta. Así, podemos
diferenciar entre la innovación tecnológica, que es cuando la aplicación industrial
del conocimiento tecnológico o científico sirve para introducir un cambio en la
empresa; la innovación comercial, que es la variación de alguna de las variables del
marketing a la hora de lanzar un nuevo producto; y la innovación organizativa, que
son los cambios orientados hacia la organización.

La importancia de la innovación en las empresas


Las empresas tienen la necesidad de adaptarse de forma rápida y adecuada al
avance tecnológico y al mundo globalizado y competitivo actual, para lo que se
precisa adoptar una serie de medidas que tengan como objetivo alcanzar el nivel
que demandan los mercados. Por eso, desarrollar una verdadera cultura de la
innovación integrada en los objetivos estratégicos de la empresa es
completamente imprescindible. Por otra parte, es necesario que las compañías
asuman que la innovación debe afectar a todas sus áreas: diseño, desarrollo de
bienes y servicios, internacionalización, recursos humanos, comunicación,
marketing, procesos, gestión empresarial…

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