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De nacionalidad colombiana, Gerardo nació el 5 de Mayo de 1946 en la población

colombiana de Chía, cerca de Bogotá; trascendió a otras dimensiones en Bogotá,


Colombia, el 28 de Febrero de 2004.

Filósofo, humanista, sociólogo y cooperólogo autodidacta en todos los campos en que


se formó, y más que eso, un bellísimo ser humano incondicionalmente dedicado al
servicio a los demás, ejemplo viviente de la enseñanza que desarrolló en la última
etapa de su existencia.

En su experiencia de muchos años como asesor, consejero, y facilitador de procesos


de desarrollo humano integral, Gerardo formó grupos de estudiantes en Bogotá, Cali y
Medellín, en su programa que tomaba seis años de estudio y toda la vida de práctica.

Siendo aún muy niño, Gerardo sintió en su interior un llamado de la conciencia que le
hizo reflexionar acerca del por qué de las dificultades que se presentan en las
relaciones entre los seres humanos. Esta inquietud lo llevó a investigar durante
algunos años sobre el origen del ser humano y la razón de su existencia en este
planeta, en el cual, las personas viven inmersas, dentro de unas estructuras sociales
supremamente limitantes de la paz y la satisfacción humana, donde preponderan la
desconfianza, la agresión, el individualismo y el miedo en las relaciones entre las
personas.
Teniendo Gerardo alrededor de veintidós años, a raíz de una parálisis, tuvo la
oportunidad de experimentar la muerte clínica y traspasar el túnel más allá de la vida
física, encontrándose con seres de las dimensiones no físicas. Después de esta
experiencia, y mientras su cuerpo se recuperaba, dedicó algunos años a la lectura de
diferentes temas espirituales. Posteriormente, se dedicó a investigar y experimentar
sobre las dimensiones no físicas, logrando experiencias que modificaron
definitivamente el rumbo de su vida y le permitieron comprender el profundo
significado de aquel llamado de la conciencia que alguna vez sintió cuando niño.

Por varios años, Gerardo se dedicó a enseñar y difundir la Ciencia del Amor,
conocimiento que puede liberar definitivamente al ser humano del sufrimiento, y de la
dependencia de lo externo, para poder alcanzar la felicidad y vivir en paz. Tuvo un
importante grupo de alumnos de lo que él denominaba “La Escuela de Magia del
Amor”, en varias ciudades de Colombia y Venezuela. En la ciudad de Cali tuvimos el
inmenso privilegio de conocerle, tratarle y departir con él en la mayoría de sus viajes,
atendiendo los diferentes Módulos de su Escuela, así como a varios Talleres
vivenciales que dirigió durante varios años.

Después de un accidente personal acaecido a finales del 2003, Gerardo dimensionó el


28 de Febrero de 2004. Hoy, muchos alumnos de su Escuela, de manera profesional u
ocasional difundimos las enseñanzas de la Ciencia del Amor, animados por el mismo
propósito de nuestro maestro.

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